Nacedero del río Queiles
Hayedo de Peña Roya y El Cabezo de la Mata
Trasmoz, Pueblo Maldito
Monasterio de Veruela, Vera de Moncayo
Quién no ha oído hablar del Moncayo, el techo del Sistema Ibérico. Montaña de aires, nieves y leyendas. Un paraje natural de fantasía para hacer senderismo. Rodeado por pequeños pueblos misteriosos, hasta malditos.
De la esplendorosa Tarazona. Pintorescas cuevas. Castillos que en la Edad Media fueron fruto de contienda entre los reinos de España. ¿Quieres saber qué ver en el Moncayo y alrededores? ¡No te lo pierdas!
El Parque Natural del Moncayo se extiende a lo largo de 11.000 hectáreas. Su altitud y aislamiento le han dotado de una riqueza vegetal excepcional y su proximidad a Zaragoza hace que sean muchos los que se animen cada fin de semana a disfrutar de una jornada en contacto con la naturaleza en este privilegiado enclave.
El Moncayo, el techo del sistema ibérico es una cima sencilla que todo senderista debe plantearse alcanzar alguna vez.
La ubicación de esta montaña, alzada imponente en medio de una gran llanura que hace frontera entre Zaragoza y Soria, permite alcanzar una panorámica que podrás ver en pocos lugares.
Y no solo de la montaña vive la comarca: los embalse de Lituénigo, Tarazona, el misterio de Trasmoz o el monasterio de Veruela te esperan para desconectar unos días.
Indice:
- Como llegar a Ágreda
- Croquis de nuestra Ruta
- Algo de Historia
- Ágreda
- Comer en Ágreda
- Vozmediano
- Nacedero del río Queiles, Manantial Mágico
- Parque Natural del Moncayo
- Senderismo
- Santuario de la Virgen del Moncayo
- Trasmoz, el Pueblo Maldito
- Comer en Trasmoz
- Monasterio de Veruela
- Otras Rutas Cercanas
1. Como llegar a Ágreda
Ágreda se encuentra localizada en el límite de Castilla y León y Aragón, a 20 km de Tarazona, 50,6 km de la ciudad de Soria, a 106 km de Zaragoza (a su vez el aeropuerto más cercano a Ágreda), a 264 km de Valladolid, a 275 km de Madrid y a 410 km de Barcelona.
Acceso por carretera
Ágreda no tiene comunicación por autovía aunque hace tiempo que está en proyecto, su comunicación es por dos carreteras nacionales:
La autovía de Navarra, que comienza en el enlace 152 de la A-2 en Medinaceli, Soria y finaliza en el enlace 17 de la AP-68 en Tudela, Navarra.
La carretera nacional N-122, que comienza en el término municipal de Magallón (cerca de Zaragoza) y transcurre por Tarazona - Ágreda - Soria - Valladolid - Zamora - Portugal.
La carretera nacional N-113 comunica la N-122 en Ágreda, con la AP-15 y la N-121 en Valtierra, por las poblaciones de Cintruénigo y Castejón.
Acceso en autobús
A Ágreda también se puede acceder mediante una de las tres líneas de autobuses diarios con parada en la estación de autobuses de Ágreda, con salidas desde y hacia Zaragoza, Soria y Pamplona.
Antiguo accesso en ferrocarril
La villa llegó a contar con una estación de ferrocarril de la línea Soria-Castejón, desde 1996 sin servicio.
2. Croquis de nuestra Ruta
3. Algo de Historia
Según cuenta la leyenda de La suma corónica y blasón de armas y pendón de la Villa de Ágreda, del año 1460, Caco, arrojado por Hércules desde el Moncayo, vino a refugiarse a Ágreda antes de partir hacia Italia.
Fue antiguo castro celtibérico y romano, pero los primeros testimonios documentados se remontan a la época califal, en el siglo xi.
Fue el rey de Aragón Alfonso I el Batallador (1073-1134), quien, en 1119 la reconquistara a los árabes, con un ejército de aragoneses y cruzados franceses que habían participado en la toma de Zaragoza el 18 de diciembre de 1118 –sus aliados Gastón IV de Bearne, Céntulo II de Bigorra, Bertrand de Laon con sus tropas– y para cuya conquista el papa Gelasio II había convocado Cruzada.
En toda la zona se produjo un amplio asentamiento de cruzados franceses, favorecido por la política del rey aragonés dirigida a la repoblación cristiana y a afianzar militarmente los territorios reconquistados; en la protección de las ciudades y plazas tomadas les otorgó un importante papel, como señores de ellas, así Céntulo II de Bigorra (Gascuña) fue señor de Tarazona, desde la conquista en 1119 hasta su muerte en 1128, sucediéndole su yerno el vizconde Pedro de Marsan, y Rotrou de Perche, conde de Perche (Normandía), fue señor de Tudela de 1123 a 1135.
En 1135, después de la muerte del rey aragonés, la Villa fue anexionada por el rey Alfonso VII de León y Castilla (1105-1157) a este reino y repoblada con gentes castellanas de la serranía de Soria.7 Todos los reyes castellanos del medievo otorgaron a la villa numerosos privilegios con tal de que se mantuviera fiel a Castilla, en detrimento de otros reinos limítrofes.
Prueba de ello es haber sido escenario de bodas reales, pactos, reuniones y acuartelamientos, y también lo es el hecho de que Ágreda gozó de un fuero propio, otorgado por el rey Alfonso X (1221-1284) el 27 de marzo de 1260, durante toda la Edad Media, época en la que también destacó como plaza fuerte fronteriza entre los reinos de Castilla y Aragón, además de como importante centro artesanal, en el que convivieron después de la reconquista cristiana, cristianos, judíos y moriscos. Es por ello que también se conoce a Ágreda como «La villa de las tres culturas».
Iglesia de San Miguel y su torre románica del siglo xii
Ágreda fue el escenario de bodas reales y pactos. En la villa tuvo lugar en 1221 el matrimonio del rey Jaime I de Aragón, el Conquistador (1208-1276), con Leonor de Castilla (1191-1244), hija del rey Alfonso VIII de Castilla (1155-1214).
También, se acordó en el año 1304 los límites territoriales de la Corona de Aragón y el Reino de Castilla mediante el Tratado de Ágreda (Sentencia arbitral de Torrellas).
Después de la unión de ambos reinos en el siglo xvi, siguió siendo lugar de paso entre los dos territorios, utilizado por reyes y nobles, y durante los siglos xv al xvii fueron varias las familias de la nobleza que se instalaron en la Villa, los palacios conservados forman parte de su patrimonio histórico y cultural.
Sin embargo, la unión de ambos reinos supuso el inicio de su decadencia como plaza fuerte lo que hace que la Villa quede relegada, situación de la que tan solo resurgió brevemente a mediados del siglo xvii, por la religiosa María Coronel y Arana (1602-1665), María de Jesús, hija de la ciudad, monja visionaria y consejera real.
Vista de la plaza mayor y la casa consistorial a finales del siglo xix
María de Jesús de Ágreda, religiosa de clausura de la orden concepcionista, se convirtió en una de las mujeres influyentes y relevantes del siglo xvii como consejera del rey de España, Felipe IV, con quien mantuvo correspondencia epistolar durante más de veinte años, publicada por Francisco Silvela en 1885. Su obra central y más conocida es La Mística Ciudad de Dios.
A esta religiosa se atribuyó la evangelización de Nuevo México y amplios territorios del suroeste de los Estados Unidos de América, debido al don místico de la bilocación, que le permitió estar en dos continentes a la vez.
Con la caída del Antiguo Régimen la localidad de Ágreda se constituye en municipio constitucional, conocido entonces como «Ágreda y Venta de la Nava» en la región de Castilla la Vieja, cabecera del partido de Ágreda y que en el censo de 1842 contaba con 800 hogares y 4100 vecinos.
A finales del siglo xx crece el término del municipio porque incorpora a las localidades de Aldehuela de Ágreda y posteriormente Fuentes de Ágreda.
Iniciamos, nuestra ruta desde
4. Ágreda
Situada en un lugar estratégico, entre la depresión del Ebro y la meseta castellana, la villa de Ágreda, ofrece un paso inmejorable por el Sistema Ibérico, bordeando el Moncayo.
Ágreda es la Villa castellana de la frontera del este por excelencia, deseada por castellanos, navarros y aragoneses. Es sin duda la población más monumental de esta zona. Sus calles están salpicadas de templos y conventos del XVII, construcciones populares y casas solariegas.
La Iglesia de Nuestra Señora de la Peña
De traza románica, es la iglesia más antigua conservada en Ágreda, fue consagrada en 1193.
Su peculiaridad radica en el hecho de poseer dos naves, ambas cubiertas por bóveda de cañón apuntado, siendo, por tanto, uno de los escasos ejemplos de templo románico con doble nave.
Iglesia de Nuestra Señora de la Peña, Ágreda
Fue reformada y ampliada en los siglos XV y XVI en estilo gótico final, período al que corresponden las capillas laterales y las capillas mayores.
Desde 2002 la iglesia de Nuestra Señora de la Peña acoge el Museo de Arte Sacro de la comarca.
Iglesia de San Miguel
Fue levantado sobre uno anterior, del que se conserva la antigua torre-campanario románica almenada del siglo XII.
La actual portada hispanoflamenca es ojival abocinada.
Iglesia de San Miguel, Ágreda
En su tímpano descansa en un nicho San Miguel.
Antiguamente, se ubicó en el lado izquierdo pero, en 1735 fue trasladada. Su gran y única nave está regada por pilastras y encima de ellas, los arcos apuntados enraízan las nervaduras góticas adornadas con los blasones del fundador.
Los muros de la cabecera tan sólo lucen dos ventanales dentro de una planta heptagonal. Acaban en una cúpula estrellada hispanoflamenca donde brilla el escudo de armas del Doctor Carrascón, su benefactor. Y es ahí donde descansa una Joya del plateresco, el retablo de San Miguel Arcángel.
Se trata de una obra a destacar del renacimiento español. Lo conforma un basamento, un banco, un cuerpo de cinco calles con dos pisos y ático más cresterías. Destacan trece pinturas al temple con escenas de la Pasión de Cristo, de la vida de San Miguel Arcángel y la Expulsión del Paraíso.
En la hornacina central, un majestuoso San Miguel Arcángel vigila el templo. Seis capillas y ocho altares laterales fundados por las familias importantes de la Villa completan el templo.
Iglesia de San Juan
Sólo conserva de obra románica su portada, abierta entre dos contrafuertes, está formada por un arco de medio punto, tres arquivoltas y guardapolvo.
Iglesia de San Juan, Ágreda
Salvo la primera arquivolta que es lisa, el resto es de arista achaflanada y presenta decoración vegetal de talla muy tosca.
Las arquivoltas descansan en tres parejas de columnas coronadas por capiteles vegetales e historiados, en los que vemos una figura alada que sostiene en sus manos dos cabezas, otro con cinco figuras sedentes sobre los que hay dos libros abiertos y a la derecha, tres personajes uno de ellos con un libro abierto.
Los cimacios se decoran con tallos entrelazados. La portada se remataba con un tejaroz, del que sólo se ha conservado un canecillo con un personaje tocando un cuerno.
Basílica de los Milagros
Se trata de un templo con proporciones casi catedralicias, construido en el siglo XVI en estilo gótico-renacentista. Destacan las grandes dimensiones de su fachada o frontispicio, austero paramento carente de toda decoración.
Palacio renacentista de la Plaza Mayor
De estilo Renacentista su construcción es de principios del siglo XVI. Destaca la galería superior, abierta en la fachada principal, de clara influencia aragonesa. En la actualidad, el palacio es la sede del Ayuntamiento de Ágreda.
Palacio de los Castejones
De estilo Clasicista del siglo XVII, es el edificio más importante de la arquitectura civil de la localidad de Ágreda.
Palacio de los Castejones, Ágreda
El edificio cuenta con un salón de actos con capacidad para 150 personas.
Así mismo se pueden disponer de otras dependencias, dentro del mismo edificio, para realizar actividades complementarias tales como el patio o las salas de exposiciones.
Presenta una peculiar estructura, con una puerta de estilo herreriano y torres gemelas. A su galería se accede por una singular escalera, cubierta por una cúpula de estilo florentino.
De su interior destaca el patio de dos pisos.
Jardín renacentista
Junto al Palacio se encuentran estos singulares y únicos jardines recreados tal y como fueron ideados en el siglo XVI.
Se dividen en dos espacios perfectamente diferenciados en cuanto a trazado: El Jardín Renacentista de Don Diego de Castejón y El Jardín de la Memoria. Destacan las plantas aromáticas y los nudos que forman los parterres.
Ágreda fue durante toda la Edad Media una ciudad fortificada, configurada originalmente por cuatro recintos amurallados, independientes entre sí, conectados por puertas y defendidos por torreones.
Torreón del Tirador, Ágreda
Ejemplo de estas defensas es la Torre del Tirador, flanqueada por dos puertas, la de Almazán que permitía el acceso al recinto de San Miguel y la de Santiago, por la que se entraba al recinto de Nuestra Señora de La Peña.
Puertas Emirales
De estilo Árabe, su fecha de construcción es del siglo XI; reedificado en 1573. Acceso al Barrio Moro marcado por el Arco de Felipe II.
Adosada a la muralla, se ubica la Ermita de Nuestra Señora de los desamparados, construida sobre la casa de un zapatero convertido por la propia Virgen.
A un lado de la ermita se encuentra un arco de herradura por el que se accedía a la alcazaba y que se llamaba Puerta del Agua.
Torreón de La Muela
Declarado Bien de Interés Cultural en 1949. Adosada a la muralla musulmana, se encuentra la Torre de la Mota levantada posiblemente en el siglo X, en la parte este encontramos una puerta elevada con un arco adintelado, para su construcción se van a aprovechar las estructuras musulmanas, el resto se construye en mampostería concertada.
Torreón de La Costoya
Declarado Bien de Interés Cultural en 1949.
El segundo recinto amurallado cristiano contaba, al menos, con cinco accesos y un fuerte torreón, llamado de Costoya construido probablemente en el siglo XII.
Los pobladores procedentes de Magaña y San Pedro, en época de Alfonso VII, el emperador, se establecieron al norte del Queiles construyendo dos templos, el de San Juan y el de San Pedro.
En este recinto amurallado, el de San Juan, se laza en la parte superior el Torreón de la Costoya.
5. Comer en Ágreda
Restaurante Hostal Doña Juana
Avda. Soria, s/n,
42100 Ágreda España
+34 976 64 72 17
Restaurante la Flor
Avenida Moncayo 7 Apartamentos La Flor de Moncayo,
La Cantina
Calle Del Río 2,
42107 Cueva de Ágreda España
+34 684 02 21 05
Avenida Moncayo 7 Apartamentos La Flor de Moncayo,
50584 San Martin De La Virgen De Moncayo España
6. Vozmediano
En el siglo III a. C., los celtíberos dominaban las sierras y pie de montes ibéricos, los lusones se establecieron en Bursao (Borja) y en Turiaso (Tarazona) y los belos en Calatayud y Daroca.
Hacemos parada en la diminuta localidad de Vozmediano, desde la cual y a través de un agradable paseo en paralelo al río Queiles llegamos al segundo manantial más caudaloso de Europa.
Parque Natural del Moncayo



Hayedo de Peña Roya y el Cabezo de la Mata en el Parque Natural del Moncayo
Te dejamos algunos senderos para conocer sin prisa esta montaña tan querida en Aragón y en Castilla: el impresionante Hayedo de Peña Roya te ofrecerá un paisaje increíble. Si vas con niños te recomendamos subir al Cabezo de la Mata. ¿Quién se anima a echarse al monte para respirar aire puro?
+34 976 19 20 28
Siguiendo la ruta establecida en nuestro croquis, nos encaminamos hacia
Vozmediano, Soria
Vozmediano se sitúa a las faldas del Moncayo, a unos 60 km de la capital soriana, y pertenece a la comarca Tierras del Moncayo.
En el año 133 a. C., los celtíberos del otro lado de la cordillera, los arévacos, con Numancia, sucumbieron ante los romanos.
La importancia histórica de Vozmediano está vinculada a su castillo. Construido después de la Reconquista de Castilla, mediados del siglo XII. En 1119 las tropas de Alfonso I el Batallador conquistaron Tudela, Tarazona, Ágreda y Soria, esta última durante 8 años perteneció a Aragón.
Por su situación fronteriza fue de gran importancia durante las guerras que mantuvieron Castilla y Aragón durante la Edad Media, pasando de unas manos a otras en varias ocasiones.
En 1429 – 1430 pasó de manos castellanas a manos aragonesas. Estableciéndose las fronteras con la paz de Valladolid en 1453, se cambió la frontera entre los reinos de Aragón, Castilla y Navarra. Berdejo y Tórrelapaja pasaron a Aragón.
Todas las villas en litigio: Villarroya, Berdejo, Torrelapaja, Tornos, Villalengua, Molluenga, Atienza, Vozmediano, Briones, se devolvían mutuamente.
Castillo de Vozmediano, Soria
El 4 de junio de 1591 llegó a esta villa, D. Alonso de Vargas, general en jefe del ejército para sofocar las alteraciones del ejército de Aragón con 4.000 infantes y cuatro compañías de a caballo.
Castillo, el recinto interior del castillo parece ser romano y el exterior y la torre del Homenaje árabes.
Está formado por dos recintos, en el interior que es de forma rectangular se levanta la majestuosa torre del homenaje en una de sus esquinas, y otra torre en la esquina opuesta.
Iglesia de Ntra Sra del Puerto, sencillo templo con elementos góticos en el cabe destacar dos caras femeninas, una con rasgos negroides y otra con tocado musulmán, que se encuentran en las dos claves de bóvedas.
Con el paso del tiempo se han perdido varias tradiciones, sin embargo han recuperado la tradición de cantar la Aurora el 20 de enero, festividad de San Sebastián, y después celebrar una comida de hermandad.
Cercano al pueblo, unos 200 metros, está el nacimiento del río Queiles, en el Manadero.
Espectacular manantial que mana de una sima, del que brotan 1.500 litros de agua por segundo como término medio, en invierno pueden ser 3.00 litros.
Esto le lleva a ser el manantial más espectacular de Europa en cuanto a flujo de litros por segundo continuos.
7. Nacedero del río Queiles, Manantial Mágico
Nacedero del río Queiles, Soria
El río mana en una cavidad situada a 1.000 metros de altitud sobre la falda septentrional del Moncayo.
Lo que convierte en especial a este nacimiento es el sentido ascendente y la fuerza con la que el agua sale disparada hacia el exterior.
Los más de 1.500 litros que brotan por segundo son todo un espectáculo visual y acústico.
Nacedero del río Queiles, Soria
A lo largo del km de paseo (ida y vuelta) escucharemos el estruendo de semejante caudal, incluso en el verano, mientras respiramos aire puro entre pinos, robles, encinas y chopos.
Contemplaremos a la salida del pueblo y en lo alto de una roca el castillo de Vozmediano, una fortaleza del siglo XV en no buen estado de conservación pero desde el cual las vistas son majestuosas, y que en la actualidad alberga el cementerio municipal.
Es de libre acceso, pero tendrás que pedir las llaves en la casa de al lado
8. Que ver en el Parque Natural del Moncayo

El Parque Natural del Moncayo pertenece a la cordillera Ibérica y cuenta con la mayor altura de la misma en los 2.315 metros del pico Moncayo o de San Miguel.
El estar emplazado en el centro de un terreno eminentemente llano y la ausencia de picos menores, refuerza su carácter icónico. Además, esta situación condiciona su riqueza y diversidad biológica.

Su presencia se vuelve inevitable y, en días despejados, su característico perfil es visible desde la ciudad de Zaragoza.
El paso de las estaciones es más evidente que en otras zonas de sus alrededores, especialmente en invierno, cuando su cima nevada contrasta con el terreno circundante.

Parque Natural del Moncayo
Flora y Fauna:
El clima de transición del Parque Natural del Moncayo condiciona una vegetación estratificada en altura sobre la que destaca el bosque de haya, carrasca y pino. Las faldas son un paraíso para los aficionados a la micología por la gran variedad y cantidad de setas que contienen.
La fauna del Parque Natural del Moncayo es la habitual de montañas del centro de España: jabalí, corzo, zorro, buitre leonado, alimoche o águila real.
Los cambios en la vegetación relacionados con la altura son extremadamente bruscos, sobre todo entre los 800 y 1.000 metros, donde llegan a confluir especies de la Europa mediterránea y boreal. También es interesante diferenciar las vertientes del Moncayo: la norte, más fría, húmeda y con una vegetación más densa que la sur.
Hacia Soria se deja caer mucho más abruptamente y parece, en el horizonte, una gran montaña aislada dominando el territorio que se conoce como tierrágreda y se rodea de paisajes cerealistas. De ahí el dicho soriano: “Moncayo ladrón, manas en Castilla y riegas en Aragón”.
Dice la leyenda que el gigante Hércules, harto ya de los robos del gigante Caco, inició una lucha colosal que sacudía la tierra como si de un terremoto se tratase. Hércules ganó tras aplastar a Caco con una inmensa piedra.
Esa piedra es el Moncayo.
Nada más y nada menos que 2314 metros de mole que atesora una diversidad de ecosistemas, desde zonas muy secas a exuberantes hayedos y pinares, que albergan una nutrida fauna como jabalíes, corzos, zorros o águilas reales.
El pico Moncayo es un destino más que apreciado por los amantes del montañismo.

Monasterio de Veruela
La sierra cuenta con interesantes valores culturales entre los que destacan el Santuario de la Virgen del Moncayo y el Monasterio de Veruela.
El parque dispone de parkings públicos en sus principales zonas de acceso.
Existen tres Centros de Interpretación que facilitan información acerca de la fauna y la flora que nos podemos encontrar en nuestra ascensión al techo de la cordillera.
El más turístico se ubica en Agramonte, en la cara norte y a mitad de camino entre Tarazona y Ágreda.
La maqueta del Moncayo que expone nos sirve para obtener una perspectiva más completa de la zona. Dispone de una curiosa cabina en la que podremos familiarizarnos con el canto de aves que luego podremos identificar.
Centro de Interpretación de Agramonte
En la vertiente este tenemos a disposición el Centro de Visitantes de Añón de Moncayo, que, aparte de proyectar un documental acerca de los valores naturales del paraje, nos presenta una muestra de aperos y herramientas para la agricultura, ganadería, caza y pesca que han influido en la modelación del entorno.
Al sur y ya en otra comarca (Aranda), más despoblada y menos turística, se ha habilitado un Centro de Visitantes en la población de Calcena, con un enfoque local a un área del parque natural repleto de cuevas y minerales, bosques de carrascas, rapaces y jabalíes.
Te dejamos algunos senderos para conocer sin prisa esta montaña tan querida en Aragón y en Castilla: el impresionante Hayedo de Peña Roya te ofrecerá un paisaje increíble. Si vas con niños te recomendamos subir al Cabezo de la Mata. ¿Quién se anima a echarse al monte para respirar aire puro?
Desde el Cabezo de la Mata se obtiene una magnífica visión del circo de Morca.
Senderos al Moncayo
El Parque Natural del Moncayo dispone de una amplia red de rutas señalizadas para senderistas y ciclistas. Estas discurren por lugares como el hayedo de Peña Roya o los barrancos de la Purujosa y Talamantes. Su paisaje puede ser contemplado desde los miradores de la Virgen del Moncayo, el Carreo y San Cristóbal.
Ruta cercana: los hermanos Bécquer
El Moncayo es una sierra con una dilatada trayectoria excursionista. Naturalistas, geólogos, botánicos y farmacéuticos, montañeros, románticos, turistas o simples veraneantes pasean desde hace decenios por sus sendas de montaña y veredas boscosas.
A la clásica ascensión montañera a la cima del Sistema Ibérico se suman otras muchas posibilidades senderistas: simples paseos contemplativos, excursiones en familia con niños, rutas circulares para acometer en una jornada, largas travesías de montaña pasando de una vertiente a otra… e incluso hay recorridos temáticos para los amantes de los bosques y la botánica, de la ornitología, de las cuevas, de la etnología y los oficios perdidos, o la ruta de los hermanos Bécquer que une el Monasterio de Veruela, Trasmoz y Litago… ¡Y es que el Moncayo tiene tantas cosas que mostrarnos y que enseñarnos!
La misma montaña que fue admirada en el pasado por poetas y artistas como Marcial, el Marqués de Santillana, Bécquer o Machado… sigue hoy levantando pasiones. No importa el tiempo que haga: que brille el sol o que nos envuelva la niebla, que se sienta frío o calor, que al Moncayo le cubra la nieve o el hielo… que los bosques pierdan la hoja.
Tal vez parte de esa fascinación por caminar por sus laderas resida en el hecho de que en muy poco espacio, el excursionista puede tener la sensación de haber realizado un viaje mucho más largo, amenizado por la sucesión de pisos bioclimáticos que nos llevan desde los secos matorrales mediterráneos del somontano a las venteadas y gélidas cumbres, pasando entremedias por encinares, robledales, pinares, hayedos, piornales y collados pedregosos.
Abundantes son los caminos y sendas, de todo tipo, bien marcados y señalizados, que permiten penetrar en los recodos, rincones y costados de este sobresaliente relieve a caballo entre las provincias de Zaragoza y Soria.
Hay una decena indicados con carteles verdes por los forestales del Parque Natural del Moncayo y evaluados con el método MIDE.
Otros tres disponen de las marcas de los senderos de gran recorrido (GR-86, GR-90 y GR-260 o Calcenada) y varios de las señales de los de pequeño recorrido.
Por otra parte, el Camino Natural del Agua Soriano –o Camino Antonino- que va de Soria a Tudela, pasa por Vozmediano, Los Fayos, Tarazona y enlaza con la Vía Verde del Tarazonica… E incluso hay, también de siempre, sendas referenciadas por los sencillos hitos de piedra – o mojones- que siguen el antiguo itinerario de pastores, mineros, romeros y desaparecidos carboneros.
La amplia red de senderos del Moncayo permite conocer mejor los valores naturales a conservar, en los más variados escenarios que impone el medio natural. Y aquí en el Moncayo, la verdad, siempre hay una buena excusa para estudiar el mapa, calzarse unas botas, coger la mochila… y paso a paso emprender el camino que nos llevará a buen seguro a comprender mejor esa gran fascinación que es capaz de ejercer este monte y que tanto ha atraído antes a quienes lo han mirado, conocido y recorrido.
Ruta Bosques de la cara norte. Hayedo de Peña Roya
El Parque Natural del Moncayo, que protege más de once mil hectáreas de la vertiente aragonesa, dispone una red de senderos que transitan por el interior del espacio natural protegido, compuesto por una decena de itinerarios de diferente dificultad para hacer a pie y en bicicleta de montaña. Dichos caminos están considerados por los gestores del Parque Natural como un pilar básico para que el visitante pueda conocer, apreciar y respetar los valores naturales a través de su experiencia personal.
Uno de ellos, muy atractivo y no difícil de recorrer, es el llamado del “Hayedo de Peñarroya”, un recorrido circular de ocho kilómetros que se adentra en los más frescos y hermosos pasajes boscosos de la cara nororiental del Moncayo, donde pervive en buen estado de conservación una extensa masa de hayas casi pura, de gran interés para los botánicos, evidencia de las abundantes precipitaciones y frecuentes nieblas que ascienden por estas laderas al enfriarse el aire.
Iniciamos el paso en el área recreativa de la fuente del Sacristán (1.300 m). Por la carretera asfaltada, en dirección ascendente al Santuario, llegaremos en unos 500 metros a una cerrada curva donde da comienzo una pista cerrada al tráfico –con un pequeño aparcamiento– que penetra rumbo oeste en el interior del bosque de haya que salpican abedules, saúcos rojos y acebos. El jabalí habrá removido el suelo y el sapo común estará escondido entre la abundante hojarasca en caso de tiempo seco.
Hay un largo trecho hasta llegar al barranco de Castilla o de Agramonte, donde el camino gira bruscamente hacia el este y, siguiendo la curva de nivel, termina desembocando en la pista asfaltada del Santuario, muy cerca de Peña Nariz y de las Peñas Meneras.
A la izquierda, continuando un kilómetro carretera abajo, llegaremos a la fuente del Afilador y el prado de Santa Lucía al encuentro del trazado del sendero GR-90.1 que ataja monte abajo cruzando la pista hasta en tres ocasiones. En el cuarto encuentro con la carretera hay que seguirla hacia arriba para llegar a la fuente del Sacristán.
Desnivel: 280 m.
Distancia: 8 km.
Tiempo: 2 h 15 min.
Dificultad: media.
Observaciones: precaución al cruzar la carretera.
Más información: Vegetación e itinerarios botánicos en el Parque Natural del Moncayo. Pedro Mª Uribe-Echebarría. Consejo de Protección de la Naturaleza de Aragón.
Ruta Cabezo de la Mata. Un paseo con niños
Si vamos con familia, con niños, o bien hay nieve y hielo en las zonas altas de de Moncayo una muy buena opción para “hacer cumbre” es coronar lo alto de la sencilla cima del Cabezo de la Mata, apta para casi todos los públicos.
Lo mejor de este enclave es que no hay pérdida, pues la excursión discurre casi todo el tiempo por una ancha pista cerrada a los vehículos. Y también porque debido a su posición ligeramente desplazada al este de la montaña del Moncayo, quien suba hasta aquí puede disfrutar de una inigualable balconada desde la que admirar las cumbres cimeras y los circos glaciares. Es éste, además, un lugar idóneo para los fotógrafos que quieran retratar más de cerca, pero en la corta distancia, las formas y perfiles de la alta montaña ibérica.
Los techos de España
Nuestro punto de partida es el aparcamiento de la fuente de los Frailes (1.347 m), donde la tortuosa pista que viene desde Agramonte deja de estar asfaltada. Allí parte hacia el suroeste una pista forestal, cerrada con cadena y señalada como sendero S-2 y RC-1, que penetra en el bosque de pino silvestre o albar donde no faltan hayas, brezos, acebos, serbales, robles melojos y sauces cabrunos. El arrendajo, el corzo o la víbora hocicuda son parte de la vida que puebla estas forestas protegidas.
Al llegar a una curva en las inmediaciones del collado de Juan Abarca (1.335 m), dejaremos a la derecha la continuación de los dos senderos señalizados –hacia La Herradura por el cortafuegos, y hacia el collado de La Loma–, para dirigirnos en dirección este al visible cerro del Cabezo de la Mata. Una senda estrecha marcada con algunos hitos se adentra entre el pastizal, el roquedo de cuarcitas y la densa fronda de jóvenes rebollos hacia este promontorio rocoso tan panorámico (1.437 m).
El sendero es especialmente atractivo en otoño, cuando el bosque de robles del Cabezo cambia de color y vira del verde al amarillo dorado, pues en estas laderas de orientación umbría se localiza uno de los mejores robledales de Aragón, masa forestal autóctona y relicta de periodos más húmedos.
Regreso. Por el mismo itinerario, con posibilidad en todo caso de volver completando la vuelta del sendero S-2 del barranco del Apio, y antes abandonado.
Desnivel: 160 m.
Distancia: 2’6 km.
Tiempo: 1 h, sólo ida.
Dificultad: fácil.
Observaciones: precaución con niños en los pequeños escalones rocosos de la parte final.
Cartografía: El Moncayo. Ascensiones y rutas por la Sierra más alta del Sistema Ibérico. 1:30.000. Editorial Piolet
9. Senderismo en el Parque Natural del Moncayo
Subida desde el Santuario de la Virgen de Moncayo
La ruta más popular parte desde el Santuario de la Virgen del Moncayo, situado a mitad de monte a 1620 metros de altitud y al que se puede acceder por la carretera del Centro de Visitantes de Agramonte.
Tras aparcar el coche en las proximidades emprendemos un itinerario de casi 10 kms que nos encamina por bosque de pino al Circo Glaciar de San Miguel, surgido fruto del proceso de erosión por la nieve acumulada durante la última glaciación, desde donde podremos contemplar toda la cara norte de la montaña.
Por desgracia quedan lejos aquellos tiempos en los que el Moncayo hacía gala del sentido de su propio nombre (“monte cano”). Las nieves perpetuas desaparecieron, pero esta ruta es igualmente encantadora en verano. Nos dirigimos hacia el pequeño Cerro de San Juan ya sin la compañía de la arboleda de la media montaña por un terreno agreste pero con sensacionales vistas del valle del Ebro. Tras superar el paso de La Escupidera, muy peligroso en invierno por la acumulación de hielo, llegaremos a nuestra meta en el mismísimo cielo.
Ruta del Hayedo del Moncayo
Desde la vertiente soriana tenemos acceso al precioso Hayedo del Moncayo. El hayedo es una de las singularidades de estas montañas, siendo de los más meridionales de Europa al necesitar unas determinadas condiciones de humedad, lo que incrementa su valor ecológico y la importancia de su conservación. Notaremos el frescor incluso con los rigores del verano y en otoño el verde mutará al ocre y amarillo, generando una estampa espectacular.
Tras superar el pueblo de Aldehuela de Ágreda, en la parte soriana, podemos dejar el coche en un aparcamiento habilitado en las cercanías del paraje. Tomamos el sendero PRC-SO 79 y recorremos una senda de 8 kms ideal para toda la familia.
Las dos porciones del hayedo, correspondientes a cada una de las regiones castellana y aragonesa, están perfectamente delimitadas por el barranco de Agramonte. Este encajonado barranco, es recorrido por aguas rápidas con pequeñas cascadas en las épocas más húmedas que deleitarán nuestros sentidos.

Este hayedo es uno de los mejores bosques para ver los colores del otoño
En una explanada, a mitad del monte (1620 metros de altura) y al abrigo de una enorme peña negruzca, llamada Cucharón, hállese emplazado el Santuario del Moncayo, edificio integrado por la iglesia, que ocupa el centro, y dos amplias casas, una a la cabeza y otra a los pies del templo, con acceso a la misma.
Se encuentra a 16 km del municipio de San Martin de la Virgen de Moncayo, siguiendo la carretera que sale del pueblo dirección al Parque Natural del Moncayo.
No se sabe la fecha fija en que fue construido; indudablemente debió ser a raíz de la aparición de la Imagen de la Virgen de Nuestra Señora del Moncayo. El documento más antiguo se remonta a mediados del siglo XIII y a esta época pertenece también la actual escultura de la Virgen.
El documento de referencia es una donación del Obispo y Cabildo de Tarazona a favor del Abad y Convento de Veruela, en que se habla de la iglesia y casa de Ntra. Señora de la Peña Negra…con obligación de tener un monje que diga cada día misa y el oficio divino por sus almas (de los donantes) y por las de sus antecesores consta de un pergamino con tres sellos de cera, año 1260*.
En el año 1990, todos los edificios de la hospedería junto con sus terrenos pasaron a propiedad de la empresa Arivalle S.L. que los gestiona actualmente como recinto hostelero, exceptuando la iglesia.
11. Trasmoz, el Pueblo Maldito
Trasmoz es el único pueblo de España excomulgado y declarado maldito por la iglesia católica. No me digáis que, sólo por esto, los menos de cien habitantes del lugar merecen una visita.
Fue allá en el siglo XIII cuando el monasterio de Veruela, que manejaba los designios católicos en la zona con mano de hierro, puso en la lista negra a esta villa por no acatar sus órdenes, bajo el pretexto de protagonizar aquelarres, ritos paganos y estar infestada de brujas.
En pleno siglo XXI, la excomunión sigue vigente así que en nuestro paseo por Trasmoz tal vez sintamos a alguna de esas malévolas brujas.
Dicen que por las noches vaga el alma de la Tía Casca, una mujer que echaba mal de ojo a todo lo que se le pusiera por delante hasta que los vecinos cortaron por lo sano y la despeñaron por un barranco.
Durante el tránsito por las calles del pueblo encontramos casas adornadas con muérdago y cruces en algunas fachadas, para espantar los malos farios. En lo alto de la colina divisamos el castillo de Trasmoz, cuya Torre del Homenaje es visitable y que fue comprado por el inventor de la fregona, Manuel Jalón.
El Día de Todos los Santos se celebra la Luz de las Ánimas, ritual por el cual se decoran calabazas y se llevan al cementerio. Y en julio se desarrolla la Feria de la Brujería que, presidida por una bruja de honor, presenta puestos callejeros, mercadillos esotéricos y actuaciones nocturnas.
Y otra anécdota de este pueblo tan peculiar: el padre de Julio Iglesias, el conocido como ‘Papuchi’, permaneció secuestrado en una de sus viviendas. Cosas de brujas.
12. Comer en Trasmoz
El Molino de Berola
Carretera Agramonte s/n,
Vera de Moncayo España
+34 976 64 65 50
Calle Gl Mola 11,
50583 Trasmoz España
+34 652 17 82 77
13. Monasterio de Veruela, la belleza de la sencillez
Una vez saboreadas las mieles del triunfo coronando el Moncayo, no conviene olvidar los tesoros que esconden las comarcas limítrofes. Iniciamos nuestra ruta por la zona zaragozana, de sur a norte, por el primer monasterio cisterciense de Aragón (siglo XII).
El Real Monasterio de Santa María de Veruela (este es el nombre completo) fue la primera fundación de la Orden Cisterciense en el Reino de Aragón (s. XII).
Situado en las cercanías de Vera de Moncayo (Zaragoza), este monasterio puede presumir de haber sido uno de los más importantes de la orden del Císter en España, y con un grado de conservación muy bueno (mantiene una gran parte de sus estructuras iniciales de los siglos XII y XIII).
El monasterio de Veruela se encuentra junto a Vera de Moncayo, justo a las puertas del Parque Natural de la Dehesa del Moncayo. Un punto de Aragón muy próximo a Castilla (provincia de Soria) y Navarra.

Monasterio de Veruela, Vera de Moncayo
Además de albergar el Museo del Vino de la D.O. Campo de Borja, el monasterio desarrolla una intensa actividad cultural a lo largo del año, con conciertos, exposiciones, teatro o eventos concretos.
La visita del monasterio transcurre por diferentes estancias, y va desde el claustro (s. XIV) hasta la iglesia abacial (s. XII-XIII), pasando por diferentes salas y dependencias, tales como la sala capitular, abacial, de los monjes, el refectorio, la cocina, la cilla, el lavabo o el armarium o despensa.
Origen e Historia del monasterio de Veruela
La orden del Cister fue fundada en la Francia de 1098 por Roberto de Molesmes que levantó una abadía cerca de Dijon, en un lugar donde se encontraba la antigua villa romana de Cistercium (Citeaux).
La característica de los cistercienses, conocidos como monjes roturadores, es una observancia estricta de la regla benedictina y organizan sus monasterios como centros económicos y agrícolas autosuficientes.
Son conocidos como los monjes blancos en contraposición a los benedictinos que son conocidos como los monjes negros, en razón del color de los hábitos que usaban. Buscaban la soledad y el aislamiento y erigían sus monasterios en zonas de abundancia de aguas.

La fundación cisterciense del Monasterio de Veruela data del año de 1145. El lugar era adecuado para una fundación del Císter gracias a lo retirado del lugar y a la abundancia de agua que provee el río Huecha.
Si en tu quieres visitar el Monasterio haciendo un excursión, en este enlace te lo pueden solucionan, click aquí
No hay que pensar que el deseo cisterciense de regresar a la vida austera y recogida elegida por San Benito varios siglos antes, llevara a estas comunidades a la pobreza.
Todo lo contrario, los monasterios medievales fueron auténticos poderes feudales -y el Císter no fue una excepción- por lo que el Monasterio llegó a ostentar la posesión de numerosas poblaciones en los alrededores de Tarazona y Borja: Ainzón, Alcalá de Moncayo, Vera de Moncayo, Bulbuente, Litago, etc.

Sus edificios seguían el mismo patrón y disposición, vestían igual, se organizaban por la regla de san Benito y se comportaban de la misma manera.
Podemos decir, que estos monasterios fueron la primera multinacional de la historia.
Durante la contienda entre Aragón y Castilla (La Guerra conocida como “de los Dos Pedros”) las tropas castellanas ocuparon el monasterio y destruyeron el claustro románico, que debió ser reconstruido tras la finalización de las hostilidades (último tercio del siglo XIV) mediante los donativos de la familia Luna.
La primera mitad del siglo XVI es un momento de gran auge del monasterio y se acometieron importantes reformas, como la reconstrucción del recinto amurallado que daba protección a la comunidad, aunque se mantuvo la torre del homenaje medieval.
También se modificaron las bóvedas del dormitorio y del refectorio de los monjes y se añadió el segundo piso de galerías por encima de del claustro gótico. Otra importante obra fruto de esta época fue la edificación del palacio abacial fuera de la estructura claustral, en concreto, junto al acceso del monasterio.

Monasterio de Veruela, Vera de Moncayo
En el siglo XVII se acomete la construcción de un nuevo espacio de reposos para los monjes, construyéndose un total de 65 celdas individuales alrededor de un nuevo claustro barroco. También se lleva a cabo la espectacular sacristía nueva.
La ruina del monasterio comenzó con la invasión francesa de 1808 cuando los monjes fueron expulsados de sus conventos por las nuevas autoridades francesas. En 1814 tras ser derrotados los franceses, los monjes de Veruela regresan al monasterio para volver a ser expulsados en 1820, esta vez por el rey Fernando VII.
Regresan en 1824, pero esta vez de manera efímera ya que con el decreto de Desamortización de Mendizábal de 1835 los monjes tienen que abandonar definitivamente el monasterio para no volver jamás.

Monasterio de Veruela, Vera de Moncayo
Con la desaparición de los cistercienses del monasterio por la desamortización de Mendizábal, el monasterio entra en una fase de abandono y ruina.
Por fortuna, a diferencia de otros cenobios medievales españoles que quedaron abandonados a la ruina y el expolio a partir de ese momento, el de Veruela se mantuvo en buen estado gracias a la formación de una junta de conservación formada por algunas personas de Tarazona y Borja que impidieron su ruina total y merced a la creación de una importante hospedería frecuentada por la alta sociedad aragonesa y otros ilustres hombres de la segunda mitad del siglo XIX.
Plano del Monasterio de Veruela
El monasterio tuvo como habitante ocasional en diversas ocasiones, entre finales de 1863 y mediados de 1864 al poeta romántico sevillano Gustavo Adolfo Bécquer; se conserva la celda donde estuvo hospedado y en la cual escribió una de sus novelas más recordadas “Cartas desde mi celda”. También le acompaño su hermano Valeriano que era pintor de profesión.

Monasterio de Veruela, Vera de Moncayo
En abril de 1877 el monasterio pasa a manos de los jesuitas que ocuparon el monasterio hasta 1973 en que pasó a propiedad de la Diputación de Zaragoza. Durante la II República Española y hasta la finalización de la guerra civil, el monasterio fue abandonado por los jesuitas al ser expulsados de España. Después de la contienda volverían a ocupar el convento.
En la actualidad, pertenece a la citada diputación que lo mantiene abierto al público, complementándolo con actividades culturales como conciertos y exposiciones.
Características del monasterio de Veruela
Una de las fascinantes particularidades del monasterio de Veruela es que nos permite recorrer, en un solo edificio, la evolución de los principales estilos artísticos cristianos de la Edad Media.

Monasterio de Veruela, Vera de Moncayo
Antes de entrar vale la pena pararse a contemplar la conocida como Cruz Negra, llamada así por ser este el color de la piedra con la que está construida. También recibe el nombre de Cruz de Becquer.
Levantada en 1561 por el abad Carlos Cerdán Gurrea (1561-1586) cuyas armas o escudo podemos contemplar en dos de las caras de la pilastra acanalada sobre la que se levanta la cruz y bajo un soporte de reminiscencias góticas. Era el símbolo del poder temporal del monasterio ya que los abades imponían la justicia civil y criminal sobre su señorío que era muy extenso.
Como ejemplo de edificación cisterciense, se halla totalmente rodeado por una alta muralla jaleada por torreones. Para construirla se utilizó piedra de calidad y bien trabajada, se contó con buenos artífices que llevaran a cabo un plan monástico donde estaba estudiado hasta el último detalle: funcional, armónico y cuya desnudez formal no impide que se creen espacios de una belleza sin igual, impactante en su propia sobriedad.
La entrada se realiza por un arco abierto en el muro rematado por almenas piramidales. Este arco lleva a la verdadera entrada del monasterio. Esta barbacana se levantó para dar mayor protección a la puerta en 1546 y aún se puede observar el hueco donde se sujetaba la puerta que cerraba esta barbacana.

Monasterio de Veruela, Vera de Moncayo
La verdadera entrada al monasterio o más propiamente al recinto cercado se realiza a través de una torre puerta. Esta es de planta cuadrangular construida en el siglo XIII.

Monasterio de Veruela, Vera de Moncayo
En esta torre puerta tenía su celda el portero del convento y en su interior se conserva una pequeña capilla dedicada a San Bartolomé con unas interesantes pinturas del gótico temprano.
Traspasada la puerta y a lo largo de un paseo podemos ver a nuestra derecha una gran construcción, es el palacio abacial construido en la segunda mitad del siglo XVI.
Al final del paseo nos encontramos con la iglesia y más concretamente con su portada románica de finales del siglo XII.

Monasterio de Veruela, Vera de Moncayo
La iglesia, de proporciones catedralicias, consta de tres naves de gran altura, con una mágica combinación de elementos arquitectónicos como arcos y columnas que sostienen las bóvedas para dar forma a uno de los espacios más bellos que se construyeron en la Edad Media.

Monasterio de Veruela, Vera de Moncayo
A los pies de la iglesia se alza la torre campanario, llamada de Santiago, formada por cuatro cuerpos, los dos inferiores de origen románico, mientras que los dos superiores siguen las pautas mudéjares con el uso del ladrillo tan propio de la zona de Aragón. Fechada en los siglos XVI y XVII.
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Una de sus joyas es su impresionante claustro, llamado el “jardín de piedra”. Los vanos abiertos en el claustro se decoraron con bellos capiteles tallados, la mayoría con motivos vegetales pero también algunos figurados; y se colocaron gárgolas de desagüe de las lluvias con formas fantásticas. Alrededor del claustro se distribuyen todas las dependencias.

El acceso al claustro desde la iglesia se realiza a través de un vano (siglo XIII) formada por un arco de medio punto situado en el muro sur cerca del transepto. Esta era conocida como puerta de los monjes.
El claustro está dispuesto en dos alturas: el claustro bajo y el alto.

Junto a la portada de comunicación entre el claustro y la iglesia, adosados al muro encontramos tres sarcófagos de piedra correspondientes de los fundadores del monasterio.
Monasterio de Veruela, Vera de Moncayo
La construcción de la sala capitular, de planta cuadrada, esta datada de comienzos del siglo XIII.
En la sala capitular están enterrados en el suelo los primeros quince abades del monasterio.
Junto a la sala capitular encontramos el locutorio, una larga y estrecha habitación donde del abad se encargaba de distribuir las tareas diarias.

Monasterio de Veruela, Vera de Moncayo
El Sriptorium o Sala de monjes está formada por una amplia habitación de planta rectangular. Este lugar era donde los monjes copiaban manuscritos o estudiaban. Comunicado con esta sala, hay una pequeña sala destinada a letrinas (siglo XIII).
El refectorio, de planta rectangular, se construyó en dos fases entre el s XIII y XVI.

Monasterio de Veruela, Vera de Moncayo
Situado en las cercanías de Vera de Moncayo, unos de sus huéspedes más ilustres del monasterio de Veruela fueron los hermanos Bécquer. Gustavo Adolfo padecía una enfermedad pulmonar y le aconsejaron el aire puro del Moncayo para aliviarla.
Y mientras, componía sus Cartas desde la Celda. “En nombre de los poetas y de los artistas, en nombre de los que enseñan y los que estudian, se prohíbe a la civilización que toque a uno solo de estos ladrillos con sus mano demoledora y prosaica”.
Sorprende una muralla de un kilómetro dejando dentro del recinto todo lo que necesitaban los monjes: el agua, el molino y el huerto.
La visita del monasterio transcurre por diferentes estancias, y va desde el claustro (s. XIV) hasta la iglesia abacial (s. XII-XIII), pasando por diferentes salas y dependencias, tales como la sala capitular, abacial, de los monjes, el refectorio, la cocina, la cilla, el lavabo o la despensa.
Todo funcional, sencillo, para alcanzar la paz interior. También podemos rendir visita al Museo del Vino de la Denominación de Origen Campo Borja.
14. Otras Rutas Cercanas