viernes, 5 de mayo de 2023

Ruta por la Simbologia de los Masones en Barcelona (I): De la Plaza de Cataluña al Restaurante 7 Puertas

Biblioteca Arús, Barcelona

Cascada Monumental en el Parque de la Ciudadela, Barcelona

Arco del Trriunfo, Barcelona
Castillo de losTres Dragones, Barcelona

Santa María del Mar, Barcelona

Las crónicas de Thot: La casa Xifré , Barcelona

Restaurante 7 Puertas, Barcelona

En Barcelona, la masonería que tuvo más arraigo es la logia francmasónica, surgida tras la Revolución Francesa y que hace extensivo sus valores de libertad, igualdad y fraternidad, que incluso hoy en día forma una comunidad de más de 2000 miembros. Aunque la presencia de masones se daba ya en la Edad Media, sobre todo entre el gremio de los constructores, y ya sabemos la fuerza que tenía en la Barcelona medieval los poderes gremiales.

El término ‘masón’ proviene del francés ‘maçon’, que significa constructor: profesión muy ligada a su extensión en la Edad Media

Este gremio destacaba frente a otros por su grado de especialización, requiriendo un largo aprendizaje y grados jerárquicos según la destreza de cada miembro. Perfectamente organizados, celebraban ritos de iniciación así como ceremonias en las que compartían conocimiento y los maestros instruían públicamente a sus pupilos. 

Tal era el interés que causaban estas prácticas que del ámbito constructor, se amplió a otros gremios hasta convertirse en organizaciones filosóficas abiertas que, con los años, llegaron a cautivar a alcaldes, presidentes y otras personalidades relevantes de la vida pública.

La logia francmasónica ha dejado multitud de símbolos e historias ocultas en la ciudad. Descubre todos los secretos de la ruta de la Barcelona masónica


Índice:


1. Como llegar a Barcelona

Resultado de imagen de mapa ciudad de barcelona españa

EN COCHE

Autopista AP-7 Francia.
Destinos del Mediterráneo de España.
Autopista AP-2Zaragoza, Madrid y Bilbao.

EN AVIÓN

Conexiones:Vuelos directos con numerosas ciudades europeas e importantes capitales de todo el mundo.
Puente aéreo Madrid - Barcelona, con vuelos cada 30-60 minutos.
Conexiones diarias con las principales ciudades españolas.

Situación/Servicios:
Situado a 12 kilómetros de la ciudad.Servicios de taxi, autobús, metro y tren para llegar a la ciudad.


EN AUTOBÚS

Estación del Nord
Conexiones:Destinos nacionales e internacionales.
Servicios:Servicios regulares de metro, autobús y taxis.
Estación de Sants

EN TREN

Renfe Spain PassSe trata de un pase que permite viajar en tren por España a todos aquellos que no sean residentes. 
Es un sistema muy útil, ya que puede utilizarse en todos los trenes de AVE Larga Distancia y Media Distancia.

EN BARCO

Conexiones:Trayectos regulares en ferry a Mallorca, Ibiza, Menorca, Francia, Argelia, Marruecos e Italia.
Punto de partida y escala de cruceros turísticos.

2. Algo de Historia

Los orígenes de la francmasonería en España se remontan al siglo xviii. Desde entonces han existido en España obediencias masónicas importantes, como el Gran Oriente de España, el Gran Oriente Nacional de España o el Grande Oriente Español, entre otras de las que cabe destacar El Derecho Humano por ser la primera Obediencia mixta que, ya en los años 20 del siglo xx, se instala en España.

Siglo xviii

La masonería no tuvo en la España del siglo xviii existencia orgánica.​ La primera logia fue fundada en 1728 en Madrid por seis ingleses que se acogieron al patrocinio del duque de Wharton y fue conocida con el nombre de «La Matritense». 

Estaba adscrita a la Gran Logia de Inglaterra,​ en cuyas listas apareció hasta 1768, aunque la última noticia de ella fue de solo una año posterior al de su creación.​ 

Las escasas logias que se fundaron, sobre todo por comerciantes y militares extranjeros al servicio del rey de España, tuvieron una vida breve y precaria debido a que la Inquisición española se ocupó muy pronto de perseguirlas, haciendo cumplir las bulas papales y el decreto de Fernando VI de 2 de julio de 1751 que prohibían la masonería —por ejemplo, la logia fundada en Barcelona en 1748 por un militar que se había iniciado en Niza fue denunciada a la Inquisición solo dos años después y desmantelada; se reorganizó en 1776, pero de nuevo la Inquisición acabó con ella y detuvo a todos sus dirigentes—.​

Un año después de la promulgación de la Real Cédula de Fernando VI de 1751 que prohibía la masonería, el padre franciscano José Torrubia publicó Centinela contra francmasones, una recopilación de textos antimasones extranjeros. 

El masón quedó así anatemizado y asociado con términos como "hereje", "judío", "ateísta", "jansenista", "maniqueo", etc. El frecuente uso de estos vocablos para referirse a los masones es lo que explica que hasta 1843 no apareciera el término francmasonería en el Diccionario de la Real Academia Española, que la definía de forma bastante imprecisa: "asociación clandestina, en que se usan varios símbolos tomados de la albañilería, como escuadras, niveles, etc.".​

En la segunda mitad del siglo se habría fundado la Gran Logia por el conde de Aranda, que a partir de 1780 habría pasado a denominarse Gran Oriente de España y que dependería ideológicamente de los grupos masónicos franceses

Retrato del Conde de Aranda por Francisco Jover y Casanova.

. En 1800, bajo la dirección del sucesor de Aranda, el conde de Montijo, el Gran Oriente integraría unas 400 logias.​ 

Su mera existencia, envuelta en contradicciones —en 1789 no había un conde de Montijo para suceder a Aranda y no lo hubo hasta 1808—​ es harto discutible, fruto, según Ferrer Benimeli, de un tiempo en que la historiografía masónica «fabricó» una historia manipulada y legendaria de la masonería a fin de dotarla de antigüedad y prestigio.​ 

Así lo advirtió también Benito Pérez Galdós, tan interesado por lo relacionado con la masonería en sus Episodios nacionales, donde escribe:

Yo tengo para mí que antes de 1809, época en que los franceses establecieron formalmente la masonería, en España ser masón y no ser nada eran una misma cosa. Y no me digan que Carlos III, el conde de Aranda, el de Campomanes y otros célebres personajes eran masones, pues como nunca los he tenido por tontos, presumo que esta afirmación es hija del celo excesivo de aquellos buscadores de prosélitos que, no hallándolos en torno a sí, llevan su banderín de recluta por los campos de la Historia, para echar mano del mismo padre Adán, si le cogen descuidado.
Benito Pérez Galdós, Napoleón en Chamartín, cap. I

La masonería española obediencial nace en 1809 del impulso de la logia de San José (en honor del rey José I) con el nombre de Gran Logia Nacional de España (GLNE). Formaron parte de ella la logia Beneficencia de Josefina, la Santa Julia, Los Filadelfos, Estrella de Napoleón, Napoleón el Grande y La Edad de Oro, todas ellas radicadas en Madrid. Permaneció activa entre 1809 y 1812. La GLNE fue la primera obediencia masónica española, además una organización legal y sus miembros pudieron reunirse y trabajar en libertad. La GLNE fue una masonería de afinidad francesa (vinculada con la administración de José I, que figuró como Gran Maestre) pero netamente española.
Reinado de Fernando VII (1808-1833)

Con la invasión de las tropas napoleónicas de 1808 se fundan logias que en realidad son un instrumento de la política de Napoleón -en Barcelona hubo seis, una de ellas llevaba el significativo título de "Los Amigos Fieles de Napoleón", y estaban integradas en su mayoría por franceses-, pero este tipo de masonería bonapartista desapareció en cuanto las tropas francesas abandonaron el país en 1813.​

Al igual que en la España "afrancesada" de la Monarquía de José I Bonaparte, en la España "patriota" (la que no reconocía las abdicaciones de Bayona y que por tanto seguía considerando como su rey legítimo a Fernando VII) también proliferaron las logias masónicas, así como los periódicos antimasónicos, como el El Sol de Cádiz (1812-1813) en el que se decía que "se ha derramado por toda España una casta de hombres perniciosos, que no desean otra cosa que la subversión del Estado y aniquilamiento de la Religión". 

Otro mito que aparece entonces es el de "nocturnidad" con la que actúan los masones. En un texto publicado en 1812 se lanza la siguiente advertencia: "Malagueños, huid de estos lobos que de noche hacen sus presas". Así pues, "se mantiene inmutable... el discurso descalificador y apocalíptico del antimasonismo dieciochesco".
Retrato de Juan Van Halen. Obra anónima de 1853, Museo Naval de Madrid.

El momento álgido de la persecución de la masonería por la Inquisición española se produjo tras la restauración en 1814 de la Monarquía absoluta por Fernando VII. 

El nuevo inquisidor general, el obispo Mier y Campillo, una de cuyas obsesiones era la masonería, la condenó en dos edictos publicados a principios de 1815, siguiendo las directrices de la Santa Sede. Mier acusó a los masones de conspirar "no solamente contra los tronos, sino mucho más contra la religión" y alentó a la población a que los delatara, garantizándoles el secreto. 

Se produjeron muchas denuncias, algunas falsas, y también autoinculpaciones, que llevaron al cierre de logias y a la confiscación de sus bienes. 

A los masones extranjeros se los expulsó de España y a los españoles se les obligó a realizar ejercicios espirituales. Sin embargo, hubo masones que no recibieron un trato tan benévolo, como le sucedió al militar liberal Juan van Halen que en 1817 fue torturado durante dos días tras ser detenido por la Inquisición. El propio van Halen narró su experiencia diez años después y Pío Baroja se ocupó de su caso en Juan van Halen, el oficial aventurero.​

"Las listas de masones sospechosos elaboradas entonces (buena parte de ellas fueron guardadas por el rey...) fueron un útil instrumento en manos del poder para desembarazarse de personas políticamente incómodas, aunque en realidad no pertenecieran a la masonería (la investigación, al menos, no ha podido confirmar la condición masónica de muchos de los incluidos en estas relaciones)", afirman Emilio La Parra y María Ángeles Casado.​

La masonería reaparece en el Trienio Liberal, en el que desarrolla un papel político, siendo reprimida de nuevo durante la década ominosa -en 1824 Fernando VII promulgó una real cédula prohibiendo "en los dominios de España e Indias, todas las Congregaciones de Francmasones, Comuneros y otras Sectas Secretas"-.​

Reinado de Isabel II (1833-1868)

En 1834 la regente María Cristiana de Borbón decreta una amnistía para los francmasones pero manteniendo la prohibición de la misma. Poco después se funda en Lisboa el Gran Oriente Nacional de España y en 1839 el Soberano Capítulo Departamental de Barcelona dependiente del Gran Oriente.​

Durante este período los masones permanecen en la clandestinidad, lo que no impide que a partir del bienio progresista (1854-1856) la masonería cobre nuevo impulso, especialmente en Cuba, donde algunas logias masónicas participarán en el movimiento independentista, como ya había sucedido en las colonias americanas que se emanciparon de España entre 1810 y 1825.
Sexenio Democrático (1868-1874)

Gobierno provisional de 1869 Desde izquierda: Laureano Figuerola, Manuel Ruiz Zorrilla, Práxedes Mateo Sagasta, Juan Prim, Francisco Serrano y Domínguez, Juan Bautista Topete, Adelardo López de Ayala, Juan Álvarez Lorenzana y Antonio Romero Ortiz (foto de J. Laurent). En negrita, los ministros que eran masones.

La expansión de la masonería se produce durante el Sexenio Democrático. Aprovechando la libertad proclamada por la Revolución Gloriosa de 1868, las logias proliferaron aunque también surgieron conflictos entre las dos obediencias, el Gran Oriente Nacional de España y el Gran Oriente de España. 

Esta última contaba como Gran Maestre a Manuel Ruiz Zorrilla, uno de los políticos más destacados del Sexenio y que fue presidente del gobierno en 1872-1873 durante el reinado de Amadeo I. 

En 1876 le sustituyó Práxedes Mateo Sagasta, otro político prominente de la época y uno de los pilares, junto con Cánovas del Castillo, de la Restauración borbónica en España; ese mismo año de 1876 el senador marqués de Seoane pasaba a dirigir la Gran Oriente Nacional de España.​

Durante este período los masones pudieron darse a conocer y expresar públicamente sus opiniones. El 1 de mayo de 1871 comenzó a publicarse el Boletín Oficial del Gran Oriente de España y al año siguiente veía la luz el Diccionario Masónico de bolsillo, de Pertusa. 

Según Pere Sánchez, "esta fue una masonería con una muy poco disimulada vocación política en la que no pocos personajes utilizaban su estructura e influencia para escalar al poder y al prestigio, a lo que —justo es decirlo— no hacía ningún asco la institución siempre que el político en cuestión favoreciese sus intereses. No es exagerado afirmar que a algunos de ellos se le concedieron los 33 grados en tres días y que muchos otros, que ostentaban cargos importantes, difícilmente sabían algo de la masonería y no asistían a los trabajos masónicos. 

De ideología progresista y composición burguesa, era entonces el prototipo de masonería latina, de características bastante diferentes de la anglosajona, como el anticlericalismo militante o el apoyo a determinadas revoluciones políticas. 

Durante el Sexenio proliferaron asimismo las obras antimasónicas. Algunas expresaban su desconcierto ante el hecho de que "una asociación de carácter civilizador, benéfico y moral" tuviera que "estar velada tras el misterio", y que "para hacer el bien necesite envolverse en las tinieblas, por lo que concluía:
La masonería se oculta sistemáticamente a los ojos de todos, y la asociación que así obra no puede representar el bien y la verdad

Restauración borbónica (1875-1902)

Detalle del sepulcro de la familia Figueroa (1878) en el Cementerio de La Almudena de Madrid

La "época dorada" de la masonería española iniciada en el Sexenio se prolongó durante la Restauración -por ejemplo, en 1890 había en Barcelona más de cuarenta logias en activo, se publicaban diversas revistas masónicas y funcionaba un monte de piedad que auxiliaba a los familiares de los masones difuntos, los socorría en caso de enfermedad y les prestaba asistencia médica-. 

En 1889 nace el Gran Oriente Español, bajo la presidencia de Miguel Morayta, aunque en Cataluña tuvo que compartir la hegemonía con la Gran Logia Simbólica Regional Catalano Balear, de tendencia nacionalista catalana, creada tres años antes y que fue la primera obediencia peninsular que no obligó a sus miembros a reconocer la existencia del Gran Arquitecto del Universo.​

Durante estos años también crece la antimasonería, en 1884 León XIII publica la encíclica Humanus Genus en la que vuelve a condenar extensamente a la masonería— que la considera uno de sus principales enemigos. Según Pere Sánchez, "los motivos para atacarla con tanta virulencia eran de diferente tipo. 

A un cierto nivel, la masonería desautorizaba espiritualmente el catolicismo y tenía la pretensión de ser la religión de «recambio», sin dogmas, que sustituiría a la católica. Por si eso fuera poco, se había situado en el bando enemigo. 


La masonería hizo del anticlericalismo uno de los ejes básicos de su intervención en la política y en la sociedad...". Un ejemplo es una obra publicada en 1899 por el valenciano Manuel Polo y Peyrolón en la que decía lo siguiente sobre la masonería:
La Masonería es un monstruo que conspira en las cavernas de Adonirán para cometer toda clase de felonías y crímenes; es el Deus ex machina de todos los asesinatos, envenenamientos, regicidios, persecuciones contra el Altar, el Trono y la Patria, guerras, crisis políticas, calumnias, venganzas, sacrilegios, misterios de iniquidad, culto luciferano y paládico, y, en suma de cuanto más horriblemente misterioso, diabólico, criminal y nefando ha ocurrido y ocurre en el mundo.

Este clima explica que, cuando estallaron las insurrecciones cubana y filipina en 1896, la masonería fuera acusada de colaborar con los independentistas y que la policía clausurara las sedes en Madrid del Gran Oriente Español y del Gran Oriente Nacional de España, incautándose de toda la documentación y deteniendo a algunos dirigentes. 

Esta presión policial, además de las razones endógenas, explica la crisis que vivió la masonería en el cambio de siglo, después de la cual no volvió a recuperar la "época dorada" del último tercio del siglo xix —por ejemplo, en 1920 el número de logias de Barcelona no sobrepasaba la docena—.
Reinado constitucional de Alfonso XIII y Dictadura de Primo de Rivera (1902-1930)

Mausoleo masónico de los vizcondes de Llanteno en Madrid (construido en 1910).

La masonería no fue en absoluto ajena a los conflictos políticos que se vivieron en España en las primeras décadas del siglo xx. 

Tal vez el que más repercusiones tuvo en su organización fue el de la "cuestión regional", en la que se enfrentaban dos concepciones del Estado español: una centralista y otra separatista. 

Así el Gran Oriente Español defendía un modelo centralizado con sede en Madrid, mientras que la Gran Logia Simbólica Regional Catalano Balear era partidaria del nacionalismo, lo que le llevó a operar en toda España a partir de 1921 bajo el nuevo nombre de Gran Logia Española, amenazando así la hegemonía que hasta entonces tenía el Gran Oriente Español. 

El modelo que quería seguir la Gran Logia Española era el de la masonería de Estados Unidos, por lo que se propuso crear una Gran Logia independiente en cada región o nacionalidad ibérica (que incluía a Portugal). 

La respuesta del Gran Oriente Español fue dotarse dos años después, a propuesta de las logias catalanas, de una estructura similar. Su organización en Cataluña, por ejemplo, pasó a llamarse Gran Logia del Nordeste de España.​

Por otro lado, en este primer tercio del siglo xx, las logias dejaron de ser un lugar exclusivo de las "clases medias" al irse incorporando la clase obrera, aunque fue minoritaria. Los pioneros fueron algunos anarquistas catalanes que desde finales del XIX se habían integrado en las sociedades masónicas, como algunos dirigentes de la FTRE, entre los que destacó Anselmo Lorenzo, que desde 1883 mantuvo una intensa actividad en la logia barcelonesa Hijos del Trabajo y después llegó a ser Maestro Venerable y Orador de la logia Lealtad.

Sin embargo, tras el triunfo de la Revolución de Octubre de 1917 en Rusia, la III Internacional creada por los dirigentes bolcheviques prohibió en 1921 la pertenencia a la masonería a los miembros de los partidos que se integraran en ella, al considerarla una institución "burguesa". 

Ese mismo año las logias catalanas Lealtad (a la que se incorporó al año siguiente Luís Companys) y Fénix, integradas en el Gran Oriente Español, editaron un folleto (firmado por Manuel Portela Valladares) condenando a la III Internacional.​

En Madrid se celebraba la VI Asamblea Nacional Simbólica (mayo de 1927), durante ese tiempo el Gran Oriente Español siguió siendo hegemónico, pues contaba con más de cien logias, aunque la Gran Logia Española sobrepasaba las cincuenta.
Segunda República Española (1931-1936)

La proclamación de la Segunda República Española abrió una nueva etapa en la historia de la masonería española. Es cierto que en las Cortes Constituyentes de 1931 hubo una importante presencia de diputados que eran miembros de alguna logia masónica aunque no eran mayoría: exactamente, según Ferrer Benimeli, 183 de un total de 458. 

Se encontraban principalmente en los grupos parlamentarios republicanos de izquierda (en Esquerra Republicana de Cataluña, 10 diputados de 26 eran masones; en Acción Republicana, 19 de 28; en el Partido Radical-Socialista, 34 de 54; en los federales de diversas tendencias, 48 de 89) y en el grupo del Partido Socialista Obrero Español (con 44 de 119). 

En el Gobierno Provisional de la Segunda República Española seis de los once ministros eran masones.​ 
Guerra Civil y Franquismo (1936-1975)

Templo Masónico de Santa Cruz de Tenerife, uno de los pocos templos masónicos que sobrevivieron al Franquismo en España.

Durante la guerra civil española los masones fueron perseguidos en la zona sublevada, y cuando acabó la guerra habían sido desmanteladas todas las logias. 

En 1940 Franco promulgó la Ley para la Represión de la Masonería y el Comunismo . En virtud de esa ley se creó el Tribunal Especial para la Represión de la Masonería y del Comunismo, que actuó hasta 1963. ​

La masonería española durante el franquismo solo existió en el exilio. El gran maestre del Gran Oriente Español era Antonio de Villar Massó, quien junto a otros masones españoles exiliados, como Joan Bertran Deu, habían sido acogidos por el Gran Oriente de Francia.

Transición democrática (1975-1982)

Tras la aprobación de la Constitución de 1978, la masonería fue legalizada en España el 19 de mayo de 1979 por una sentencia de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional, que anuló una resolución de la Dirección General de Política Interior del 7 de febrero de ese mismo año que había declarado ilegal a la Asociación Grande Oriente Español (Masonería Española Simbólica Regular). 

El motivo de la anulación de la resolución fue que «la Dirección General de Política Interior, al declarar ilegal la Masonería Española Simbólica Regular, se excedió en la restringida habilitación legal que la Constitución confiere a la autoridad gubernativa» «y menos para llevar a cabo un juicio de las verdaderas y supuestas ocultas intenciones de los que promueven su creación». La Audiencia Nacional basó su sentencia en el libre derecho de asociación, reconocido y amparado en la Constitución.
La masonería en la actualidad

El panorama actual de organizaciones masónicas en España es plural con presencia de diversas corrientes de regularidad masónica.

En este sentido podemos encontrar hoy en España, dentro de las organizaciones existentes, distintos tipos de logias: liberales, conservadoras, tradicionales, laicas, deístas, esotéricas, de ámbito regional, nacional o internacional, así como masculinas, mixtas y femeninas.

En 1979 reanuda sus trabajos la Federación Española de la Orden Masónica Mixta Internacional Le Droit Humain - El Derecho Humano que continúa los trabajos interrumpidos en 1938 aunque, como otras instituciones y organizaciones españolas tras la Guerra Civil, mantuvo la luz encendida en el exilio. Le Droit Humain es la primera y más antigua Orden masónica mixta, en estos momentos se extiende por más de cincuenta países. En 1980 y 1981 se fundaron la Gran Logia Simbólica Española y la Gran Logia de España, respectivamente. 

Tiempo después nace La Gran Logia Federal de España, siendo esta junto con la Gran Logia de España los únicos Grandes Orientes “regulares” españoles, aunque solo la Gran Logia de España es reconocida por el resto de Grandes Logia regulares del mundo.

Se suman a estas el Gran Oriente Femenino de España y la Gran Logia Femenina de España, en el marco de la masonería femenina, así como otras de implantación regional, como la Gran Logia de Canarias, la Gran Logia de Cataluña y el Gran Oriente de Cataluña. 

En España están presentes también organizaciones masónicas de carácter internacional, como el Gran Oriente de Francia. Asimismo existen logias de otras organizaciones masónicas, como la Gran Logia de Francia o la Gran Logia Tradicional y Simbólica entre otras.

De igual modo, en el año 2001, se crea el Grande Oriente Ibérico, obediencia liberal que, al igual que la Gran Logia Simbólica de España, acoge a talleres masculinos, femeninos y mixtos y que trabaja mayoritariamente en el Rito Francés tanto en la península ibérica como en México y Francia. En 2010 contaba con trece logias, una de ellas en la ciudad de México y dos en París.

En 2007 surgió la Gran Logia Ibérica Unida, obediencia que se sitúa dentro de la regularidad tradicional y no adscrita al marco de "reconocimiento" de la Gran Logia Unida de Inglaterra.

En 2011 la Gran Logia de España (la agrupación masónica más importante de España, pues congrega a casi 3.000 de los 3.600 masones que se calcula que viven en el país, la mayoría de ellos españoles, aunque también hay británicos y franceses) publicó el primer Barómetro Masónico, en el que ofrecía un retrato de cómo son y qué les preocupa a los miembros de este colectivo. 

3. Principales símbolos de la Barcelona Masónica

Farolas de Paseo Luís Companys, Barcelona

Pese a no ser una sociedad del todo secreta tal como hemos indicado, han sido largamente perseguidos por su carácter místico y por ir en contra de toda muestra política y religiosa (está prohibido abordar estos temas en sus reuniones). Esto les ha llevado a desarrollar un lenguaje de signos y símbolos propio que marcaban discretamente en edificios y otros lugares para dejar constancia de sus pensamientos libertarios o del uso de ese lugar para sus reuniones. 

Son símbolos muy numerosos y cargados de significado, pero los principales que nos encontramos en esta ruta son:El triángulo: representante del equilibrio máximo. 

Heredera de la Santísima Trinidad, significa los tres grados en los que se divide una logia: maestro, compañero y aprendiz; a la par que los tres principios básicos: rectitud, metodología y ley (en la francmasónica también libertad, igualdad y fraternidad).

La llana y los ladrillos: símbolos heredados del pasado como gremio constructor, significan la perfección con la que la logia debe esforzarse para crear un mundo mejor basado en la benevolencia. Con estas herramientas deben construir los cimientos de la solidaridad entre hermanos.

La regla de 24 pulgadas: representa la rectitud del tiempo y recuerda la practica de no malgastarlo. Según la logia, 8 horas se deben dedicar al ocio y descansar, 8 a trabajar y 8 a meditar.

Regla Masónica de 24 pulgadas

El compás: símbolo de la medida y la justicia. Muestra dualidad (las dos puntas) y la unión (su eje).

La escuadra: otro de los elementos que aporta rectitud y firmeza, simbolizando el macrocosmos y el microcosmos, enfrentado a cualquier escritura sagrada.

El nº 33: tal como hemos visto, pese al rechazo a la religión, mucha de su simbología es hereditaria de éstas. Es el caso de las referencias al nº 33, máximo nivel de aspiración masónica.

Escuadra y Compás Masónico

El nº 7: de forma menor que el 33, el 7 también es venerado por los masones al asemejarse su forma al de la llave mágica, aquella que abre todas las puertas del conocimiento

La estrella de cinco y seis puntas: es un símbolo pre-medieval, que ya se daba como elemento icónico en las construcciones que imitaban al Templo de Salomón (la que se cree primera construcción masónica y génesis de sus estándares). 

La estrella de cinco puntas representa el microcosmos, el ser individualizado, mientras que la de seis puntas, el macrocosmos, el universo como centro de todo.

Las acacias: es la representación vegetal por excelencia de los masones, al representar la presencia del gran maestre. La razón es que la acacia, al ser espinosa, simboliza las penas que el iniciado debe pasar hasta llegar al nivel de Maestro Perfecto.

Debido a la Extraordinaria Riqueza Monumental de nuestra ruta ,vamos a Subdividirla en Dos Partes

4. Croquis I Parte de nuestra Ruta




5. Plaza de Cataluña

Rueda de seis ejes  Plaza de Cataluña, Símbolo por excelencia del Rotary Club

Este es el símbolo por excelencia del Rotary Club

En la esquina de Ronda Sant Pere con Lluís Companys podemos ver un trozo de la muralla medieval oculto en un bar, rendir pleitesía al símbolo del catalanismo que supone la estatua a Rafael Casanova, y a nuestro paso por Urquinaona fijarnos en el que fuera el primer rascacielos de España, el edificio Fábregas.

Aprovechamos esta leve inclusión en l’Eixample para indicar que su condición de cuadrícula, su facultad higienista y su carácter igualitario responde a los principios masones de su creador: Ildefons Cerdà

Elijamos el camino que elijamos, llegaremos a la puerta de entrada a la vida cotidiana de los Barceloneses, 

Una plaza que es a día de hoy lo que es por voluntad propia de los ciudadanos (el centro neurálgico estaba planeado que lo fuera Glòries ya desde el plan Cerdà), y donde después de tanta oda a la orden masónica, nos encontramos con un nada disimulado símbolo que supone un punto de discordia ante nuestros apacibles afrancesados.

¿Os habéis fijado que la plaza Cataluña está decorada en su explanada central con una enorme rueda de seis ejes

Este es el símbolo por excelencia del Rotary Club, una elitista agrupación internacional que surge como escisión de los masones, quienes veían contraria a su naturaleza ese carácter excluyente de los rotarios (cotilleo: se dice que Beyoncé y Pau Gasol pertenecen a esta élite). 

Se sabe que varios conocidos y activos francmasones participaron en el diseño de la plaza, entre ellos nuestro amigo Falqués y Rubio i Tudurí, quien estuvo a cargo de la plaza al momento de estamparse la gigantesca firma rotaria de la que se desconoce autor.

6. Farolas de Pere Falqués

Farolas de Pere Falqués, Barcelona

Suerte que la ruta se da por lugares emblemáticos, curiosos y bien bonitos de la ciudad, porque si a quien la escribe, le está resultando pesada tanta imaginería, no me quiero imaginar al lector… (gracias por seguir ahí). El motivo de la sensación de pesadez no es porque se pierda interés en ella, sino porque… ¿A que no sabéis a qué grupo místico pertenecía el arquitecto Pere Falqués? Efectivamente, la Exposición de 1888 fue un hervidero idóneo para plagar la ciudad de simbología masónica.

Recuperando el tono que la ruta merece, justo saliendo del Castell dels Tres Dragons, encarando el Passeig Lluís Companys nos lo encontramos flanqueado por numerosas farolas que nos dirigen hacia Arc de Triomf. Estamos ante unas farolas modernistas únicas, de gran belleza y acabados, cuya firma masónica la encontramos en su forma, que reproduce el compás y la escuadra. 

Era el saludo masónico con el que Falqués quería dar la bienvenida al progreso y el conocimento, dos de los principales principios de la logia y también temáticas principales de la Exposición.

7. Biblioteca Arús

Biblioteca Arús, Barcelona

Solo nos hace falta mirar hacia el lado montaña y caminar recto para dirigirnos al número 20 del Passeig de Sant Joan, momento álgido de la ruta ya que nos encontramos ante un auténtico templo de la masonería en Barcelona: la biblioteca Arús.

Tal es la importancia del lugar para los masones que, una vez ingresas como miembro, te regalan el carnet de esta biblioteca como rito iniciático. El motivo es que estamos ante la casa de Rossend Arús, Gran Maestro de la Gran Logia Regional Catalana Balear (dentro de la masonería tienen sus propias «liguillas») y uno de los más importantes difusores de la cultura masónica, hasta el punto de crearse bajo su dirección y mecenazgo El Diccionario Enciclopédico de la Masonería, obra capital del estudio de la logia.


Tras su muerte, legó a la comunidad su casa para que se convirtiera en biblioteca especializada en masonería, anarquismo y movimientos sociales, siendo aún a día de hoy, el espacio más completo de divulgación de estas tres materias.

Como impronta masónica, aparecen de nuevo las acacias, pero este detalle deja de importar al momento que descubrimos el elemento más destacable de su interior y también de los más curiosos de Barcelona: una reproducción de dos metros de la Estatua de la Libertad. ¿Qué hace allí? Para dar respuesta solo tenemos que recordar que este símbolo de Nueva York, fue un regalo de Francia en el centenario de su Revolución, la cual se llevó a cabo bajo las reclamas de «liberté, egalité et fraternité».

Una réplica de la Estatua de la Libertad recibe a los visitantes de la Biblioteca Pública Arús en lo alto de una imponente escalinata. Es el primer hito de una ruta iniciática por los símbolos y los lugares relacionados con la masonería.

La biblioteca fue una donación a la ciudad del dramaturgo y periodista catalán Rossend Arús, el gran impulsor de la masonería en Cataluña a mediados del siglo xix, que dejó establecido en su testamento que su residencia se dedicara a este fin para formar a la clase obrera. Masonería y movimiento obrero son sus dos grandes especialidades. 

La orden de incautación de la policía franquista no se ejecutó nunca. La biblioteca simplemente fue cerrada y alguien, que debía de ser muy influyente, veló por que no sufriera ningún daño hasta que se reabrió a mediados de la década de los años sesenta.

En esta ruta uno ya puede impregnarse de la atmósfera de los misterios de la sociedad secreta –o discreta, como prefieren calificarla los masones–, además de consultar centenares de libros y documentos e, incluso, enterarse de que los colores del Barça pueden tener origen en una logia, Avant, a la que pertenecían el mismo Arús y el suizo Emili Gaissert, un pariente que alojó a Joan Gamper.

8. Arco del Triunfo

Arco del Triunfo, Barcelona

Tras esta breve entrada en el barrio del Born, volvemos a encaminarnos  para encarar el Arc de Triomf, que supone nuestra siguiente parada. Nos encontramos ante una obra que, a pesar de contar con multitud de detalles, los típicos de la logia masónica no se encuentran entre ellos. Aquí el elemento masónico es más conceptual que explícito.

Esto se debe a que estamos ante el primer Arco del Triunfo que no se alzó como recuerdo a una batalla ganada, tal como ocurre con el de París o Roma. Aquí, la victoria es de las artes y la cultura, un principio muy masónico como los arquitectos que estaban detrás de su construcción (tal como hemos avanzado, la Exposición del 88 fue un hervidero para que los francmasones, en pleno auge, exhibieran sus valores).

Arco del Triunfo, Barcelona

El verdadero triunfo por tanto era el de los ideales que los masones promulgaban: entrabas a la exposición y todo lo que te rodeaba rezumaba logia: valores como la hospitalidad y hermandad, el fomento de la industria, la agricultura y el comercio como pilares de la economía, una ciudad que respiraba ciencia, arte y cultura, y que gracias a Falqués, el horizonte hacia ella venía dibujado con escuadra y compás.

9. Cascada Monumental en el Parque de la Ciudadela


Cascada Monumental en el Parque de la Ciudadela, Barcelona

Tomamos el paseo del Born hacia el bellísimo Mercat. bordeándolo llegaremos al paseo Picasso y con él, al parque de la Ciutadella. 

Con calma nos dirigimos hacia su extremo nordeste, donde se encuentra su afamada y emblemática cascada monumental, no sin antes disfrutar de estos bellos jardines que los barceloneses no solo celebran por ser uno de sus pulmones verdes más reconocibles, sino también por construirse en los terrenos que dejó liberados el derribo de la terrible fortaleza de Felipe V (otro saludito…).

La cascada se comenzó a construir en 1875 con la idea de estar lista para la gran Exposición de 1888 bajo la dirección de Josep Fontsere (reconocido masón) el cuál, aprovechó la ocasión para llenarla de sutil simbología con la ayuda de su joven delineante en prácticas: Antoni Gaudí. Esta simbología venía ya plasmada desde los mismos planos, concibiéndose una cascada de 70 metros de base con 7 saltos (ya estamos a vueltas con el 7…) en forma semicircular con orientación este – oeste (en referencia al trayecto del sol, como mandan los preceptos de… ya sabéis quienes). 

La obra se completa con otros ornamentos para la ocasión en la zona contigua como los dedicados al escritor Buenaventura Aribau, en cuyo busto aparece de nuevo la acacia y la estrella de 5 puntas (esta gente otra cosa no, pero iconografía tenían para cubrir la torre Mapfre entera).

¿Fue Gaudí masón? 

Es una teoría muy debatida, sobre todo porque su obra está repleta de simbología oculta. Pero su fervorosa religiosidad, el hecho de que esta simbología sea más mitológica que masona, y que no se le conozca pertenencia a logia como sí a sus compañeros Falqués, Domènech y a coetáneos como Andreu Nin, Pi i Margall o Ferrer i Guàrdia, siembran demasiadas dudas como para haceros desviaros hasta la Sagrada Familia, que queda lejos.

Paseo de Sant Joan abajo y cruzando el Arco de Triunfo y el Salón de Luís Companys –el presidente de la Generalitat fue, por cierto, masón–, se llega al parque de la Ciutadella, donde en la esquina con el paseo de Picasso se halla el actual Museo de Ciencias Naturales, edificio también conocido como Castillo de los Tres Dragones. 

10. Castillo de los Tres Dragones

Castillo de los Tres Dragones, Barcelona

No salimos del Parc de la Ciutadella pero sí cambiamos el rumbo hacia su esquina noroeste, donde nos encontramos con un edificio de ladrillo visto que simula un castillo de planta cuadrada. Se trata del Castell dels Tres Dragons, edificio del arquitecto Domènech i Montaner levantado entre 1887 y 1888 como café-restaurante, también para la Exposición Universal de Barcelona de 1888.

Además de la conocida pertenencia también de Domenech i Montaner a cierto club que nos va a hacer recorrer todo el centro de Barcelona, encontramos el sellito masónico de turno en uno de los plafones cerámicos que decoran el friso bajo las almenas.

Castillo de los Tres Dragones, Barcelona

Allí apreciamos una estrella de mar (que se asemeja a la estrella de cinco puntas) en cuyo interior aparece la letra G en mayúscula. ¿Qué nos quieren decir nuestros amigos iconofílicos con esta inicial? Hace referencia a ‘GADU’, siglas que esconden la denominación del Gran Arquitecto Del Universo, nombre con el que es designado a su Dios (escapaban de la religión, pero eso no quiere decir que no tuvieran sus propios preceptos teológicos).

Fue diseñado por Lluís Domènech i Montaner como restaurante de la Exposición Universal de 1888. Su perímetro superior está rodeado de unas piezas de cerámica donde aparecen dibujadas especies animales. 

Una de ellas es una estrella de mar de cinco patas que en el centro tiene algo parecido a una G

Puede ser casualidad, pero una estrella de cinco puntas con una G en su interior es uno de los símbolos más importantes de la masonería. La G representa el origen, el génesis, la geometría, a Dios, God en inglés.

Milicia y gastronomía

Cerca de la Ciutadella está la calle del Comerç, y antes de llegar al Born encontramos el cuartel construido en el siglo xviii en el espacio del antiguo Convento de San Agustín, edificio que hoy aloja el centro cívico de Ciutat Vella, el Archivo Fotográfico de Barcelona y el Museo del Chocolate. 

Pues bien, sobre dos de las tres puertas de la calle del Comerç se puede ver el símbolo masónico más conocido, una escuadra y un compás, lo que hace pensar que en el edificio quizás hubo una logia, bien cuando lo ocupó el ejército de Napoleón o más tarde cuando fue la sede de la Academia Militar de Matemáticas. 

En la tercera puerta no hay ningún símbolo, pero se ve claramente que lo eliminaron: seguramente los militares franquistas se debieron de cansar antes de acabar el trabajo y dejaron las otras dos puertas intactas.

11. Antiguo Convento de San Agustín

Antiguo Convento de San Agustín, Barcelona

Este edificio es relevante para el motivo de nuestra ruta porque su adhesión a la causa masónica no fue producto de un seguidor de ésta, sino directamente de quienes se encargaron de introducirla en el país: los francmasones.

Esto se debe a que el convento fue invadido durante las Guerras Napoleónicas por las tropas francesas, al mando de José Bonaparte en 1808 ya como rey de España (nuestro Pepe Botella). 

Este rey ilegítimo (que no es que viniera a sustituir a uno mejor… de aquellos lodos estos fangos) era Gran Maestre de la Masonería Francesa, por lo que no es de extrañar que sus ejércitos quisieran dejar rastro de su paso, como ocurrió al colocar en las tres puertas de entrada la escuadra y el compás.

Estas escuadras y compases no están colocados de forma idéntica. En la puerta derecha la escuadra se encuentra girada 90º grados hacia la derecha, lo que nos hace pensar que en la puerta izquierda sucedía la misma inversión hacia la izquierda. 

Antiguo Convento de San Agustín, Barcelona

Decimos «nos hace pensar» puesto que la puerta que hoy ocupa la entrada al Museo del Chocolate carece de sus símbolos, debido a que en los años 60 el franquismo, los retiró

También encontramos las letras F y M en la puerta principal, iniciales de Franco Masonería.

12. Santa María del Mar

Santa María del Mar, Barcelona

Una vez hemos disfrutado del arroz parellada que da fama al 7 portes, solo tenemos que continuar recto por Pla de Palau para sumergirnos por las callejuelas del Born (incluso tener la experiencia de atravesar la calle más pequeña de Barcelona). Al poco nos encontraremos de bruces con la imponente Catedral del Mar.

Debemos confesar que más allá de la realidad que los gremios constructores fueron quienes originaron la logia tal como hoy en día se le conoce en Barcelona, no hay mayor relación directa entre Santa María del Mar y los masones. 

Santa María del Mar, Barcelona

Pero aprovechando que el «Pisuerga pasa por Valladolid», queremos que visitéis una de las vidrieras más afamadas del monumento: aquella en la que aparece el escudo del Barça (por no haceros ir al Camp Nou, que queda bien lejos de aquí).

Cómo ha llegado ese escudo aquí da para otra historia (spoiler: el F.C. Barcelona financió parte de la reconstrucción ), pero es la excusa perfecta no solo para integrar esta espectacular iglesia gótica en la ruta, sino para contaros cómo el blaugrana llegó a ser los colores del Barcelona, que como no podría ser de otra forma, tiene razones masónicas.

El mandil de maestro se distinguía del de aprendiz, que era blanco, por los colores azul y grana que los decora. La importancia del mandil en la logia residía en que era todo un símbolo de los orígenes, ya que era fundamental su uso para que los constructores protegieran su cuerpo de potenciales daños al picar o trabajar la piedra.

Hasta aquí podría ser todo una casualidad, pero resulta que existe una conexión entre Rossend Arús (cuyo papel fundamental en el conocimiento de la logia en Barcelona, descubriremos más adelante) y Joan Gamper, el fundador del F.C. Barcelona. 


Esta conexión es un pariente de Gamper, que era discípulo de Arús y participó directamente en la fundación del club. ¿Otra simple casualidad? Puede, pero dada la fecha de fundación y los enlaces todo apunta a que puede existir esta conexión… ¡así que no estropees una bonita historia con dudas y disfruta de las vidrieras!

Santa María del Mar, Barcelona

Desde aquí podemos dirigirnos a la calle de Avinyó. Llegados al número 27, buscamos el timbre de la Gran Logia Simbólica Española (GLSE), la segunda organización masónica más importante del país. 

Tanto si tenemos cita previa como si convencemos a la persona que haya en ese momento, podremos visitar el templo y el resto de las instalaciones. También podemos intentar que nos reciban otras organizaciones: la Gran Logia de España (Gran Vía, 617), la Gran Logia Femenina de España (Josep Estivill, 32) y el Gran Orient de Catalunya (Mallorca, 125).

Ahora volvemos hacia el Born y Santa María del Mar para acabar en el paseo de Isabel II, donde se encuentran los conocidos Porticos de Xifré

13. Pórticos de Xifré

Pórticos de Xifré, Barcelona

Para nuestra segunda parada abandonamos la Barceloneta a través de la plaza de Pau Vila, frente al Palau de Mar, dirigiéndonos hacia Pla de Palau. A mano izquierda nos encontraremos un edificio en piedra muy característico por sus pórticos. Estamos ante els Porxos d’en Xifré. Este edificio es toda una oda masónica, repleto de detalles decorativos que nos anuncia a gritos la suscripción a la logia de su creador, el indiano Josep Xifré.

Las crónicas de Thot: La casa Xifré

Conocido por su posición alejada a todo pensamiento teológico, Xifré quiso plasmar en su edificio distinta simbología alegórica del pensamiento masón, como se aprecia notablemente en el frontispicio, en el que podemos leer: 

“Uranie coeli motus scrutatus et astra” (Urania está siempre atenta del movimiento del cielo y las estrellas). Urania (diosa griega de la astronomía y astrología) se la representa con el compás, que una de las figuras que lo decora, sujeta en sus manos.

Por si uno de los símbolos por excelencia del imaginario masón no fuera suficiente, vemos como en el reloj solo se representan los números uno, dos, tres, seis, nueve y doce, que sumados dan 33…

El edificio lo financió Josep Xifré, indiano que hizo fortuna en América. Aunque muchos quieren ver abundantes elementos masónicos en la fachada, seguramente tienen más relación con la mitología del mar y el Zodiaco. 

Donde sí encontramos rastros masónicos es en el conocido Restaurante Set Portes de los bajos

14. Restaurante 7 Puertas

Restaurante 7 Puertas, Barcelona

No nos tenemos que ir muy lejos de los Porxos d’en Xifré para dar con la tercera parada de la ruta masónica en Barcelona. Concretamente ni nos moveremos del lugar, ya que en la esquina de este edificio con Pla de Palau nos encontramos con el centenario restaurante 7 Portes. 

Promulgado por el propio Xifré (se cree que precisamente como punto de reunión de la logia al que pertenecía) abrió sus puertas en el año 1836 a cargo del comerciante catalán Josep Cuyás.

Solo basta con mirar su solería para ratificar su condición de punto de reunión masón, al ser la típica de tablero de ajedrez que indica lugar simbólico para la logia, al que le sigue el uso del 7 en su denominación. Otros elementos decorativos como las hojas de acacia, que simboliza la inmortalidad y designa al maese masón, no hacen más que justificar la presencia de este emblemático local en la ruta masónica.

Dicen que el primer propietario, Josep Cuyàs, era masón, y de hecho el local lo frecuentaban muchos masones durante el siglo xix. 


El suelo en forma de tablero de ajedrez, como el de las logias, y las hojas de acacia –otro de los símbolos de los maestros masones– por todo el restaurante hacen pensar que en el establecimiento tenían lugar actividades mucho más secretas que servir cafés y platos de cocina.



15. Para Comer en Barcelona



Accés
Aribau 55,
 08011 Barcelona, España
+34 691 01 56 67

Bodega Biarritz
Nou de San Francesc 7, 
08002 Barcelona, España
+34 618 67 79 27

BelleBuon
Travessera de Gràcia 441,
 08025 Barcelona, España
+34 935 14 19 71

Teòric Taverna Gastronòmica
Carrer de Bailen, 117,
 08009 Barcelona, España
+34 930 00 25 52

Paisano Cafe
Carrer Lepant, 277 | Sagrada Familia, 
08013 Barcelona, España
+34 935 25 04 71

y algo mas económicos

Pizzeria Da Nanni Barcelona
Calle Llibreteria 10, 
08002 Barcelona, España
+34 936 63 85 60

Teddy's Barcelona
Carrer Escudellers 12, 
08002 Barcelona, España
+34 640 20 69 55

Miss Simona Cafe Gastro Bar
Calle Mallorca 438, 
08013 Barcelona, España
+34 935 25 68 62

Bar Santa Fe
Calle Wellington 17 | One block from Ciudadella Park, 
08018 Barcelona, España
+34 935 30 56 83

      16. Otras Rutas Cercanas

No hay comentarios:

Publicar un comentario