Milano Real de la Sierra de la Cabrera, by JM Sánchez-Brunete
Castillo de Manzannares el Real, al fondo, embalse de Santillana
Puente Medieval de El Grajal, Colmenar Viejo
Plaza Mayor de Torrelaguna, Madrid
Atalaya de el Berrueco
Patones de Arriba, Madrid
Miradores del Atazar, Sierra Norte de Madrid
La Sierra de la Cabrera de Madrid, un lugar para desconectar, hacer
turismo rural, vivir experiencias inolvidables y disfrutar al máximo en
plena Sierra de Madrid.
Las casas rurales son acogedoras y confortables, los restaurantes
ofrecen gastronomía sabrosa elaborada con esmero, los pueblos son
encantadores y conservan su espíritu rural, las rutas permiten estar en
contacto con la naturaleza, las actividades son espectaculares y en un
entorno precioso...
1. Donde está Colmenar Viejo, Origen de nuestra Ruta
2. Croquis de nuestra Ruta
3. Algo de historia
Los orígenes de los asentamientos humanos en la comarca de la Sierra
Norte de Madrid se remontan al neolítico, existiendo yacimientos
arqueológicos que así lo atestiguan, especialmente en Manzanares El
Real.
Estos primeros pobladores vivían en cuevas y riscos, y se dedicaban
fundamentalmente al pastoreo. Algunos estudiosos afirman que
pertenecían a la tribu de los Carpetanos, de ahí el nombre que tomó
esta sierra durante mucho tiempo: Montes Carpetanos.
Existen vestigios de civilizaciones posteriores, como romanos,
visigodos y musulmanes. Es en la Reconquista, a partir del siglo X,
cuando la comarca adquirió relevancia y protagonizó un patente
desarrollo económico. A estas tierras llegaron pobladores de la
meseta norte, fundamentalmente pastores segovianos, atraídos por los
ricos pastos y la abundancia de agua.
Al ser una tierra fronteriza, fueron frecuentes, durante más de tres
siglos, los enfrentamientos entre Madrid y Segovia por hacerse con
la propiedad de la comarca. Para dirimir estas disputas el rey
Alfonso X El Sabio creó una figura territorial, El Real de
Manzanares, que englobaba Manzanares El Real y 19 pueblos más. Sin
embargo, al llegar al trono el rey Sancho IV, cedió este territorio
a los segovianos.
Las disputas continuaron hasta que el rey Juan I, en el siglo XIV,
cedió estos territorios a la familia Mendoza a modo de mayorazgo
feudal. Así esta familia de nobles poseyó estas tierras hasta la
disolución de El Real de Manzanares, en el siglo XVI, con la
cesión del título de Villa a la mayoría de las poblaciones que
pertenecían a este mayorazgo.
El traslado de la Corte de Felipe II de Valladolid a Madrid,
supuso un importante impulso social e industrial para la comarca.
4. Fauna y Flora de la Sierra de la Cabrera de Madrid
Sierra Norte de Madrid
Una naturaleza privilegiada
Fauna
Cabra Montés de la Sierra de la Cabrera de Madrid
La riqueza y variedad de hábitats se traduce, también, en presencia,
en nuestro valle alto del Lozoya, de una gran variedad de especies
pobladoras o visitantes. Vamos a enumerar las más destacadas.
El paisaje ofrece un magnífico mosaico con ejemplos de las formaciones vegetales del interior Peninsular, fruto del relieve, de los suelos y del característico clima (con matices mediterráneos, atlánticos y de montaña) y de la actividad humana que se aprecia en las zonas más o menos adehesadas artificialmente y en sus pastos.
Encinar y fresnedas ocupan las zonas de menor altitud, las primeras en laderas expuestas a solana (orientación sur-suroeste) con menos humedad, y los fresnos en zonas más frescas y con más agua
.Adenocarpus hispanicus en la Sierra Norte de Madrid
Sabinar:
contamos con un bosque relicto de sabinas de unas 80 hectáreas, en las
que también hay presencia de encinas, enebro y roble. Lo podemos
visitar en la ladera sur del monte de El Chaparral.
Matorrales:
en zonas de deterioro o del bosque o de la antigua explotación
agropecuaria, aparecen zonas colonizadas por especies de porte
arbustivo con dominancia de zarzales y juncales (con parecida
distribución que encinas y fresnedas en función de la humedad).
Robledal:
un poco más arriba, entre los 1.200 a 1.700 mts. de altitud,
encontramos las masas de roble melojo con presencia de acebos,
abedules y tejos en zonas umbrías. El aspecto actual de nuestros
robledales es herencia de la explotación (ganadera y carbonera) y de
la repoblación con pinos.
Pinar: el pino silvestre ocupa
una gran zona de altitudes entre 1.500 a 2.000 mts. Con la actuación
humana (reforestación) ha arrebatado mucho espacio al robledal. En
Lozoya aparece con presencia de enebro rastrero, que se hace más
visible al aumentar la altitud.
Matorral de altura: subiendo hacia las cumbres, los pinos abigarrados (por el viento) dejan más espacio al enebro y al piornal serrano y a los pastos.
Pastos de cumbres: en los rasos (altiplanos) encontramos praderas de alta montaña con presencia de roquedos colonizados por líquenes serranos.+
Armeria Caespinosa en la Sierra Norte de Madrid
5. Que ver en Colmenar Viejo
Basílica de la Asunción de Nuestra Señora
Basílica de la Asunción de Nuestra Señora, Colmenar Viejo
Esta bonita Basílica vio la luz en el siglo XV (Destacaban por aquel
entonces los Mendoza,señores de Colmenar Viejo y del Real de
Manzanares).
Está en Colmenar viejo un pueblo de la cuenca alta
de Manzanares y a unos 31 km de Madrid. Llegar es fácil, cogéis la
M-40 sentido A-6 y os desviais en la M-607, os lleva directos.
Es
un templo gótico en el que vais a poder observar que lo más bonito de su
parte exterior es el Campanario. También desde el exterior se pueden
contemplar las 3 puertas de la iglesia.
Y cuando entrais dentro
vais a poder observar un bello retablo representando la ascensión a los
cielos de la Virgen María ( Dará del 1560 a 1584 y es de estilo del
Renacimiento Plateresco).
En el interior del templo cabe
destacar una bellas muestras de pintura y escultura renacentista así como
distintas obras de estilos barroco y rococó.
Lo más interesante
de la basílica si os gusta la música es que posee una fantástica sonoridad
gracias a la cual se celebran concierto de música clásica (ya sean de
coros o de orquestas).
Es una Basílica muy bonita y merece la
pena venir a visitarla además del pueblo.
Dehesa de Navalvillar
Dehesa de Navalvillar, Colmenar Viejo
La dehesa de Navalvillar desde el cerro de San Pedro. Al fondo Colmenar
Viejo.
La dehesa de Navalvillar es un espacio natural situado en el municipio
de Colmenar Viejo, Madrid (España). Existen referencias a ella desde el
siglo XI, donde se menciona que el Rey Alfonso X cazaba el oso en su
parajes. Desde hace algunos siglos perdió su masa forestal por la venta
de la madera para el pago de las deudas municipales.
Debido a su situación en las estribaciones de la sierra de Guadarrama,
protegida por el norte por el cerro de San Pedro ha sido lugar de
asentamientos desde la antigüedad, entre los restos encontrados se
encuentran gran cantidad de viviendas visigodas de los siglos VI
y VII que perduraron hasta después de la toma de la península por los
árabes del siglo VIII y minas de metales.
Navalvillar
Yacimiento de Navalvillar. Cimientos de la, posible, vivienda
dentro del complejo.
En la Dehesa de Navalvillar se encuentra el yacimiento que recibe el
mismo nombre, donde se puede observar una zona de viviendas, con una
calle que delimitaba dos espacios diferenciados: uno, dedicado al
hábitat familiar y otro, a los servicios.
Para algunos expertos el conjunto de Navalvillar es la planta de casa
islámica más antigua de la península encontrada hasta el momento, y
corresponde a una construcción civil, un conjunto agropecuario, datado
sobre la base de una moneda de dirhem omeya del año 710, expuesto en la
colección del Museo Arqueológico Nacional. Aunque, como se ha dicho,
otros estudios ponen en entredicho este extremo y sitúan al conjunto en
la sociedad visigoda.
Navalahija
Yacimiento de Navalahija. Cimientos del edificio donde se
asentaba una fragua.
También en la Dehesa de Navalvillar en el paraje conocido como Valdepuerco, se encuentra el
yacimiento de Navalahija, asentamiento hispanovisigodo datado en el
siglo VII. En la campaña de 2008 se descubrió una fragua.
El yacimiento se encuentra en fase de excavación y estudio (dato de
abril de 2010) por parte de un conjunto de expertos
multidisciplinar.
Los restos de teja de arcilla cocida son abundantes. Ya entonces eran tejas del tipo
curvo.
Ya en época moderna ha sido usada para: rodajes cinematográficos, más de
doscientos (Espartaco, El Cid y gran cantidad de spaghetti westerns;
prácticas de tiro militar, almacén de material municipal y lugar de
ocio.
El hecho de haber sido una posesión municipal desde, al menos, el siglo
XVI, y probablemente desde el XV, le ha permitido conservar los restos
arqueológicos de una forma que no ha sido posible en otras zonas del
municipio más alteradas por la actividad humana.
Estudios cinematográficos
La dehesa de Navalvillar es utilizada como pasto comunitario para el
ganado vacuno.
Este espacio natural fue escenario de multitud de rodajes de películas
de género wester en los años 60 y 70 gracias a la construcción de una
serie de decorados estables a iniciativa del productor Emilio Lárraga,
en nombre de la Cooperativa Cinematográfica Carthago Films, entre los
que destacaban:El poblado de Lega-Michelena: un poblado del oeste que
permanece en pié hasta 1973 en el que se rodaron películas de Sergio
Leone tan conocidas como “La muerte tenía un precio” (1965) y “El bueno,
el feo y el malo” (1966), “El halcón y la presa” (1966, Sergio Sollima),
“La marca de Caín” (1968, Henry Levin) o “La letra escarlata” (1972, Wim
Wenders).
El Fuerte de Medina: Diseñado y construido por José Luis Galicia y Jaime
Pérez Cubero, fue el decorado de fuerte confederado más importante de
los realizados en España. Estaba ambientado en los Estados Unidos de la
década de 1870 y se utilizó en el rodaje de “Antes llega la muerte”
(1964, Joaquín L. Romero Marchent), "La última aventura” (1968, Robert
Siodmak) o “Al infierno, gringo” (1969, Nathan Juran).
El Rancho de Cubero-Galicia: Diseñado y construido por José Luis Galicia
y Jaime Pérez Cubero, albergó una treintena de rodajes entre los que
destacan “Los cuatro implacables” (1965, Primo Zeglio), “Plazo para
morir” (1965, Gianni Grimaldi) o “Las petroleras” (1971, Cristian
Jaque).
Necrópolis de la época visigoda, de "Remedios"
Colmenar Viejo
toma su nombre de la ermita de Nuestra Señora de los Remedios, patrona
de Colmenar Viejo, lugar de culto tradicional y centro simbólico a lo
largo de la historia para los colmenareños. Se trata de una necrópolis
de inhumación de época visigoda (siglos VI y VII d.
Aunque el descubrimiento de la necrópolis tuvo lugar en 1969, con motivo
de las obras de remodelación de la ermita de Ntra. Sra. de los Remedios,
las excavaciones arqueológicas no se efectuaron hasta 1999. La
importancia de sus descubrimientos, uno de los ejemplos más notables de
necrópolis tardías del mundo antiguo, motivó a la Dirección General de
Patrimonio Histórico su puesta en valor, incluyéndose en 2003 en el Plan
de Yacimientos Visitables, continuando así con una serie de
intervenciones para su acondicionamiento definitivo.
La necrópolis de Remedios se levanta en una pequeña loma, a 1000m de
altitud, en una posición ligeramente elevada sobre las aldeas de
Navalmojón, al norte, en Soto del Real, y Los Villares, al Sur, en
Colmenar Viejo, si es que no se trata de la misma aldea con dos áreas
separadas por la propia necrópolis.
ARQUITECTURA FUNERARIA
Tanto Remedios como la necrópolis cercana de Fuente del Moro presentan
dos tipos de sepulturas: De cista, con ciertas variantes, y excavadas en
roca, también con varios modelos. Las primeras presentan unos alzados
mayores con piedras verticales o bien con varias hiladas de mampuestos
de piedra de gneis, utilizándose, por
lo general una piedra vertical para los lados menores, cabecera y pies,
buscando siempre la roca del lugar para el solado, y cubriéndose con una
gran losa, o bien con otras dos o tres. Hay que destacar el panteón
familiar, sepulturas 7 y 8 de Remedios, que presentaban un enlucido de
cal.
Las sepulturas excavadas en la roca se conocen peor, presentando,
además, la discusión de sus fechas, pues aunque algunos autores
consideran que estos sepulcros excavados en roca también tienen sus
orígenes en los siglos VI y VII d.C., otros especialistas consideran que
su construcción se debe a los mozárabes.
En nuestra opinión, es posible que su origen lo tengan en la Antigüedad
tardía continuando su evolución tras el 711 d.C. Disponemos de varios
ejemplos en Fuente del Moro, de forma trapezoidal, bañera, antropomorfa,
es decir, señalando el hueco para la cabecera.
En Remedios contamos también con otros ejemplos, siendo el más
significativo el que se encuentra en una posición privilegiada, en el
subsuelo del área de tránsito entre la capilla antigua y la nave
construida en 1969, al tratarse de un ejemplo de reutilización del
espacio funerario escasamente conocido: Sobre la sepultura antropomorfa
de un adulto se cinceló en su parte central otra infantil.
RITUAL FUNERARIO
La práctica de enterramiento utilizada en Remedios es la inhumación, ya
generalizada en la Península a partir del Siglo II d.C., sin que ello
obedezca a creencias cristianas.
Asimismo, el ritual funerario se corresponde con las necrópolis del
mundo tardoantiguo, caracterizado por la escasa presencia de depósito
ritual (jarra) y escasos adornos personales. Además, las reutilizaciones
de las sepulturas son constantes, recogiendo los huesos del primer
individuo para depositarlos en los pies del sepulcro, con atención
especial para el cráneo.
La orientación de las sepulturas sigue también la tendencia generalizada
en este tipo de necrópolis, con el cráneo al Noroeste y los pies al
Sureste.
Todas las sepulturas irradian desde el punto más elevado, donde se
encuentra la actual ermita de Ntra. Sra. de los Remedios, partiendo de
la hipótesis de tratarse de un lugar de culto, aunque la única base para
su propuesta es la aparición (descontextualizada totalmente) de la
piedra mojón de época romana, que se amortizó en un momento posterior
como tenante de altar, con un loculus para depositar reliquias en su
cara cenital.
LA POBLACIÓN DE REMEDIOS
Las raíces y la acidez del terreno han perjudicado los estudios sobre la
población inhumada de Remedios. De un total de 23 individuos estudiados,
los datos antropológicos confirman que se trata de una población que
falleció en edad muy joven, con una importante mortandad comprendida
entre los grupos de 20 y 40 años.
LA ESTRATIGRAFÍA DE REMEDIOS: UN EXCELENTE BASURERO QUE ARRANCA DESDE LA
PREHISTORIA RECIENTE
La estratigrafía de la necrópolis de Remedios aporta una información muy
valiosa para el conocimiento de otras fases anteriores y posteriores a
la existencia de la necrópolis.
En primer lugar, hay que destacar la presencia de materiales
cerámicos y líticos de grupos calcolíticos-campaniformes, cuya data se
podría fijar hacia la transición entre el III y el II mileno a.C.
Con todo, la mayor información la ofrece los vertidos de desechos que
fueron colmatando las sepulturas, cuyos materiales son de época
medieval, en claro contexto cuando el nuevo concejo de Colmenar Viejo
decide levantar, o reconstruir, en este mismo lugar la ermita dedicada a
San Bartolomé, cuyas primeras referencias documentales son de mediados
del siglo XV.
Finalmente, hay que destacar la transformación del culto inicial,
pasando el titular a un segundo plano con motivo de la nueva advocación
a Ntra. Sra. de Remedios, hacia 1670, o con anterioridad, Patrona de
Colmenar Viejo, entroncando así con la leyenda de su aparición en la
piedra mojón de época romana y posteriormente tenante de altar en época
visigoda, según la inscripción que se refleja bajo los epígrafes romanos
y siguiendo con lo que nos han transmitido las personas mayores.
En fin, Remedios es un espacio privilegiado para disfrutar donde tienen
cabida la fe, la arqueología, la historia, la naturaleza…
El Puente del Batán
Puente del Batán, Colmenar Viejo
se sitúa próximo a la M-607, carretera que une las localidades de Colmenar
Viejo y Cerceda, se sitúa sobre el río Manzanares poco después de ser
retenido por el Embalse de Santillana, es de origen medieval y se
construyó en una encrucijada de caminos de importancia estratégica por ser
el paso que unía las dos castillas y por donde pasa el Camino de Santiago,
lo que vemos hoy en día es el resultado de una restauración llevada a cabo
por la Dirección General de Patrimonio Histórico de la comunidad de Madrid
recuperando del puente todo el esplendor que tuvo en un tiempo pasado.
El Puente del Batán se sitúa en un apartadero de la M-607, desde allí
salen varias rutas senderistas dirección al Embalse de Santillana aguas
arriba y aguas abajo dirección al Puente del Grajal.
Puente del Batán, Colmenar Viejo
También por allí y sobre el mismo puente pasa el Camino de Santiago
madrileño que va dirección a Manzanares el Real, las flechas amarillas dan
fe de ello.
El puente recibe su nombre de un antiguo batán del que hoy solo quedan los
restos ruinosos unos metros aguas arriba del mismo, el puente ha recibido
múltiples restauraciones y remodelaciones, la más grande de ellas fue en
el siglo XVI que tras una riada hubo que reconstruirlo casi por completo,
de ahí que también se le denomine Puente Nuevo, aunque es casi más común
conocerle como puente medieval, al menos así lo indican los paneles
informativos de las inmediaciones.
Puente del Grajal
Puente del Grajal, Colmenar Viejo
se halla en el término municipal de Colmenar Viejo, en la Comunidad de
Madrid (España). Se alza sobre el curso alto del río Manzanares, junto a
la carretera M-618, que enlaza la citada localidad con Hoyo de Manzanares
y Torrelodones. Fue levantado en la Edad Media, durante la dominación
musulmana de la península ibérica. Está incluido dentro del Parque
Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, figura legal que protege su
entorno.
Historia
El puente formaba parte de un camino militar, que unía Talamanca de Jarama
con el Valle del Tiétar, construido por el poder andalusí para comunicar
una serie de atalayas y ciudadelas, con las que la población musulmana
hacía frente a las incursiones cristianas en la Marca Media.
Las más próximas a su enclave son las de Hoyo de Manzanares, conocida como
La Torrecilla, y la torre-vigía de Torrelodones, que aún se mantienen en
pie.
Estas fortificaciones fueron erigidas entre los siglos IX y XI, con lo que
puede datarse la construcción del puente en este periodo. De la misma
época son los puentes de la Alcanzorla (Galapagar), sobre el río
Guadarrama; del Pasadero (Navalagamella), sobre el Perales; de Talamanca
de Jarama, sobre el río homónimo; y de San Juan (Pelayos de la Presa),
sobre el Alberche. Todos ellos estaban integrados dentro del citado camino
militar.
El Puente del Grajal fue objeto de una restauración en el siglo XVIII, que
alteró parcialmente su aspecto primitivo.
Descripción
El Puente del Grajal está construido enteramente en piedra de granito. Se
sostiene sobre un arco de medio punto, de 10 m de luz. El ancho de su
tablero es de 3,34 m, equivalentes a 6 codos rassassíes, que, junto a los
5 codos, eran las dos medidas más utilizadas en los puentes islámicos.
Presenta rasante alomada.
Junto a su enclave, aguas abajo, se alza otro puente, construido para
facilitar la circulación de vehículos por la carretera M-618. Aguas
arriba, se encuentra la central hidroeléctrica de
El Navallar, complejo integrado por la Presa del Grajal y el sifón de Navarrosillos,
entre otras obras de ingeniería hidráulica. Fue inaugurado por el rey
Alfonso XIII en junio de 1908.
A unos cinco kilómetros, igualmente aguas arriba, se halla el
Puente del Batán, también de origen medieval, pero levantado tras la conquista cristiana
de la Marca Media.
6. Comer en Colmenar Viejo
De Lucas Restaurante Calle Corazon de Maria 6 Local 1,2,
28770 Colmenar Viejo España
+34 918 45 98 69
Lamadrid
Avenida de Juan Pablo II 5 Local 4 Local 4,
28770 Colmenar Viejo España
+34 918 48 49 11
Casa Ferreira Calle Blascomillan 35,
28770 Colmenar Viejo España
+34 918 45 44 03
Restaurante Mexicano Limón y Sal Calle Gimialcón, 3. Santa Teresa Dentro de la Plaza
peatonal,
28770 Colmenar Viejo España
+34 910 56 92 97
y algo mas económicos
La Taberna de Manolo
Centro Comercial Mirador
28770 Colmenar Viejo, Colmenar Viejo España
+34 619 12 55 22
Pizzeria Mamma Colmenar C.B. Calle Gimialcon 3 Local 2,
28770 Colmenar Viejo España
+34 918 45 62 53
Hamburgueseria de Teresa
Calle Isla del Rey 1,
28770 Colmenar Viejo España
+34 683 51 91 95
7. Iglesia Visigoda de El Boalo
Iglesia Visigoda de El Boalo
Las últimas campañas de excavación realizadas en El Boalo han
permitido descubrir una iglesia rural de época visigoda en plena
Sierra de Madrid, en cuyo interior se han encontrado diversas tumbas
que han permitido datar el templo entre la segunda mitad del siglo
VII y el primer tercio del VIII.
Las excavaciones arqueológicas, realizadas entre mayo y junio en el
cerrillo de El Rebollar, en El Molar, se han llevado a cabo en un
aula rectangular, presentando una nave única y rematada en un ábside
o cabecera de planta cuadrada.
Los trabajos han estado dirigidos por el profesor de Arqueología de
la Universidad Autónoma de Madrid, Javier Salido, y la arqueóloga
Charo Gómez, quienes avanzan en un comunicado que la planta original
del edificio sufrió "reformas importantes" que serán analizadas en
detalle en futuras investigaciones.
Tumbas sin expoliar
Los arqueólogos explican que, a diferencia de otras iglesias rurales
conocidas, en este caso las tumbas no se hallaban expoliadas, sino
en un estado de conservación "excelente".
En el interior de la nave se han localizado por el momento once
tumbas "perfectamente orientadas" en sentido este-oeste, alineadas
con los muros perimetrales.
Desde la Universidad Autónoma detallan que las tumbas se ordenan en
tres hileras, alternando algunas de individuos infantiles y otras de
adultos. La datación por Carbono 14 ha confirmado la cronología de
una de las tumbas entre los años 656 y 727, cuyos restos óseos se
hallaban "en un impecable estado de conservación".
Material óseo
Por otro lado, otros dos sarcófagos principales están realizados en
una sola pieza, con un aspecto muy diferente; mientras que el cuarto
está "muy bien trabajado y pulido" y contaba con una losa de cierre
"perfectamente labrada" y un interior con molduras en la cabecera.
La información preliminar del material óseo conservado determina que
se depositó el cuerpo de una mujer en un primer momento y,
posteriormente, se redujo para colocar en el interior del sarcófago
un segundo cuerpo masculino.
La "clara relación" entre las tumbas, "perfectamente orientadas" y
dispuestas en hileras, han llevado a los investigadores a plantear
la datación de la iglesia rural entre la segunda mitad del siglo VII
y el primer tercio del VIII, "una cronología muy interesante porque
coincide con la fase final del periodo visigodo", concluyen.
8. Manzanares el Real
Qué ver en Manzanares El Real, un pueblo de Madrid que lo tiene
todo.
Este precioso pueblo, lleno de historia, está a menos de una
hora en coche desde la capital, y está considerado uno de los
pueblos más bonitos de Madrid. Acércate y disfruta de sus
castillos, de sus ermitas, de sus fiestas, … No te preocupes: si
no sabes cómo aprovechar el tiempo, nosotros te ayudaremos.
Un poco de historia.
El pueblo del que te venimos a hablar se encuentra asentado al
pie de la Sierra de Guadarrama y en la orilla del embalse de
Santillana el cual está formado por el río Manzanares. Cuenta
con una superficie de 128,4km2, donde viven 8500 personas.
Los orígenes de Manzanares El Real se remontan a la prehistoria,
como lo demuestran las pinturas rupestres que puedes ver en La
Pedriza, unas montañas situadas en la vertiente sur de la sierra
de Guadarrama. Si bien se sabe que los romanos también dejaron
su huella no se han encontrado prácticamente restos.
De hecho, la historia de este pueblo no se puede seguir hasta
que no termina la conquista árabe, hacia el 1248. En esa época
fueron muchos los madrileños que se dirigieron a Sevilla para
tomarla, y los segovianos aprovecharon para repoblar la
localidad. Estos se fueron expandiendo hacia el sur, de modo que
los conflictos entre unos y otros no tardaron en aparecer.
Alfonso X puso fin a las batallas incorporando esos lugares a la
Corona, pasando así a denominarse ‘El Real de Manzanares’. Más
adelante, con la llegada de D. Pedro González de Mendoza a
finales del siglo XIV, Manzanares viviría su periodo de máximo
esplendor.
A día de hoy es la cuna de la Autonomía Madrileña.
Qué ver y que hacer en Manzanares El Real
Aquí, tanto si quieres viajar al pasado como si prefieres pasar
un rato muy agradable durante algunas de las fiestas, como por
ejemplo la de la Noche de San Juan en el mes de julio, o la del
Cristo de la Nave el 14 de septiembre, podrás hacerlo sin
problemas. Mientras vas reservando el día, apunta estos lugares
que no te puedes perder:
Castillo de los Mendoza
Por supuesto, esta preciosidad merece estar en la lista. Se
empezó a construir a comienzos de 1975 sobre una ermita
románico-mudéjar, la cual por cierto se mantiene erguida. Es el
mejor conservado de la Comunidad de Madrid.
Castillo de los Mendoza, Manzanares el Real
Consta de cuatro torres en sus vértices, adornadas con bolas
de estilo isabelino.
Los grandes ventanales de arco de medio punto, su patio
rectangular y dos galerías hacen que te apetezca ir y volver una
y otra vez, ya que además alberga un museo de los castillos
españoles… ¡toda una delicia para la vista!
Castillo viejo
Conocido también como Plaza de Armas, se trata de los restos de
una fortaleza más vieja que el castillo del que te acabamos de
hablar.
Si bien solo se conservan dos muros, que están dentro de un
recinto ajardinado, es interesante pasar y echarles un vistazo.
Embalse de Santillana
En cuanto lleguéis al Castillo de Mendoza ya vais a tener una
vistas preciosas del embalse, pero si podéis, aprovechar y
pasaros por allí.
Embalse de Santillana
Hay un par de rutas que también podéis hacer si vais
con niños
Ermita de Nuestra Señora de la Peña Sacra
Situada sobre la Peña Sacra, se construyó en el siglo XVI.
No se sabe cuándo se empezó a rendir culto a la Virgen de la
Peña Sacra, pero sí que a partir del siglo XVII su importancia
fue en aumento, hasta el punto de que incluso hoy aún existe
mucha devoción por esta Virgen pese a que no es patrona del
pueblo.
Pero no, no solo hay cosas que ver…, sino también que
comer.
Ermita de Nuestra Señora de la Peña Sacra
Degusta las recetas tradicionales de patatas en caldero con
cabrito, el conejo en escabeche o la más que popular cena de
toro con patatas, que solo se hace en agosto en la Plaza tras
las fiestas de verano.
9. Comer en Manzanares el Real
Restaurante Parra
Calle de los Panaderos, 13,
28410 Manzanares el Real España
+34 918 53 95 77
La Variable
Calle Santa Teresa, 10,
28410 Manzanares el Real España
+34 918 53 05 36
La Reunión
Plaza del Pueblo 12 Local 1,
28410 Manzanares el Real España
+34 918 53 03 17
y algo mas economicos
Casa Julian
Avenida De La Pedriza, 128,
28410 Manzanares el Real España
+34 918 53 04 86
La Jaima
Calle Castillo 10, 28410 Manzanares el Real España +34
918 53 05 50
10. Atalaya de Venturada
El atractivo turístico más destacado del municipio es la Atalaya de Venturada, ubicada en el núcleo de Cotos de Monterrey. Se llega a ella yendo hacia dicha urbanización y dejando el coche en el aparcamiento que hay justo en la entrada. Desde ahí solo hay que caminar 200 metros.
La Atalaya de Venturada es una construcción de origen musulmán. Fue erigida a mediados del siglo X, cuando Abd-Al-Raman III se esforzaba por no perder el control del centro peninsular. Tiene muchas similitudes con otras estructuras militares de la época y de la zona, como la atalaya árabe de El Berrueco.
Sin embargo, el estado de conservación de la de Venturada no es tan bueno como la de El Berrueco. De hecho, se encuentra en un estado bastante ruinoso. Es una pena, ya que la atalaya tiene una gran belleza. Además, desde sus casi 10 metros de altura se pueden disfrutar de unas buenas vistas del entorno, aunque para subir hay que trepar entre las rocas.
Una visita imprescindible y a cinco minutos de la A1. No hay excusas para no dejarse pasar por aquí.
11. Iglesia Parroquial de Santiago Apostol, Venturada
Venturada.
Iglesia Parroquial de Santiago Apostol, Venturada
Según vimos la Atalaya, nos fuimos al núcleo de Venturada. El edificio más destacado allí es la Iglesia Parroquial de Santiago Apóstol, un pequeño templo construido entre finales del siglo XII y comienzos del XIII.
Junto a la Iglesia de San Pedro Apóstol de Torremocha del Jarama, es uno de los poquitos ejemplos de arte románico que hay en la Comunidad de Madrid. Muy de transición, con muchos matices, pero desde luego se puede circunscribir a ese estilo.
12. La Cabrera
Tumba del Moro
Tumba del Moro, La Cabrera
Cualquier aficionado a la arqueología disfrutará visitando esta
pequeña necrópolis de época visigoda, excavada en su totalidad a
principios de los años noventa. La Tumba del Moro está vinculada a
un asentamiento rural del Siglo VII y la forman diez sepulturas,
nueve de fosa simple y una de perfil antropomorfo.
Este conjunto funerario podría tratarse de un pequeño núcleo
sepulcral que formase parte de una necrópolis mayor ubicada en el
Cerro de La Cabeza.
Las tumbas que allí se encuentran están directamente excavadas en
la roca granítica de la zona y tienen una longitud aproximada de
1,85 metros, una anchura de 0,48 y una profundidad de 0,40
metros.
Tumba del Moro, La Cabrera
En ella se encontraron restos óseos humanos. Algunas de estas
tumbas, son pequeños panteones familiares compuestos por
sepulturas dobles.
Esta necrópolis, popularmente denominada Tumba del Moro, se
encuentra en la carretera que une La Cabrera con el municipio
serrano de Valdemanco (km 2 aprox.), en un paraje de excepcional
belleza por la vegetación que lo envuelve, pero con un acceso un
tanto complicado, ya que actualmente no está señalizado.
Como información adicional, hay que añadir que este paraje está
incluido en la Relación de Espacios Naturales Madrileños por sus
valores paisajísticos y arqueológicos.
Convento de San Antonio y San Julian
Convento de San Antonio y San Julian, La Cabrera
El Convento de San Julián y San Antonio es considerada una de
las construcciones más valiosas del patrimonio medieval
madrileño, se desconoce la fecha exacta de su fundación.
Aunque su estilo Románico apunta a los Siglos XI y XII, la
aparición en sus cercanías de una pequeña necrópolis revelaría
un origen visigodo.
Tradicionalmente, se ha considerado que el Monasterio fue
promovido por el rey Alfonso VI en el siglo XI y ocupado por
la “Orden de la regla de San Benito”. En 1404, los
Franciscanos tomaron las riendas del monasterio – bajo la
advocación de San Antonio Abad- hasta que, tras la Invasión
Napoleónica, los franceses lo convirtieron en un cuartel
militar.
Con la Desamortización de Mendizábal en 1835, fue comprado por
los descendientes del pintor Francisco de Goya. Posteriormente
perteneció al médico Jiménez Díaz y tras su muerte en los años
sesenta, volvió a manos franciscanas. Tras su restauración en
2004, pertenece a los misioneros Identes.
El templo se encuentra a 57 km de Madrid y a unos dos del
casco urbano de La Cabrera (Madrid), pueblo accesible desde la
autopista A-1.
Está enclavado en un paraje agreste, a 1.190 m de altitud, en
las laderas del Cancho Gordo, la máxima cumbre de la Sierra de
La Cabrera con una cota de 1.564 m. Se trata de un monte-isla
de la vertiente meridional de la Sierra de Guadarrama.
No se conoce la fecha exacta de su fundación. La tradición
sostiene que es del siglo XI y que fue promovido por el rey Alfonso VI (1040-1109),
en el contexto de la campaña militar desplegada por la Corona
de Castilla para la conquista de Toledo, en manos del poder
andalusí.
También es posible que fuera construido en la primera mitad
del siglo XII, aunque siguiendo modelos anteriores al primer
románico. Según otras teorías, puede tratarse de una
construcción románico-visigótica. La existencia de restos
arqueológicos de origen visigodo en sus proximidades lleva a
pensar que pudo ser levantado sobre un primitivo templo
prerrománico.
Su primera consagración fue la de san Julián y, hasta el siglo
XIV, estuvo regentado por la orden benedictina. En 1404 pasó a
manos de los franciscanos reformados de Pedro de Villacreces,
quedando bajo la advocación de san Antonio de Padua. En 1567?,
el convento fue el hogar del fraile cifontino Diego de Landa,
nombrado guardiáán, que terminaría siendo el segundo obispo de
Yucatán, en la Nueva España (1572-1579).
Fue reformado en los siglos XV y XVI. El lugar fue abandonado
durante la invasión napoleónica. En 1812 los franciscanos
pudieron restablecerse, permaneciendo hasta 1835, cuando
fueron exclaustrados como consecuencia de la Desamortización
de Mendizábal. Posteriormente, fue comprado por los
descendientes del pintor Francisco de Goya (1746-1828).
En el pasado siglo XX, el médico Carlos Jiménez Díaz
(1898-1967) se hizo con la propiedad y procedió a su
rehabilitación y adecuación para uso residencial. Desaparecido
Jiménez Díaz, el edificio quedó en el abandono y fue objeto de
rapiña y expolio. Desde el año 2004, pertenece a los
Misioneros Identes, quienes, además de su función religiosa,
promueven la celebración de actividades culturales y
sociales.
La Comunidad de Madrid procedió a su restauración y
consolidación entre 1987 y 1993.
El convento ha tenido usos diversos a lo largo de los siglos.
Fue utilizado como hospedería por personalidades históricas
como el marqués de Santillana y el cardenal Cisneros y hasta
sirvió de cárcel del clero durante un corto periodo de tiempo.
El convento está realizado en mampostería de granito. Su
elemento arquitectónico más importante es la iglesia, que
destaca por la singularidad de su estructura, si se tienen en
cuenta las pautas estilísticas imperantes en el románico de
los siglos XI y XII. A pesar de sus reducidas dimensiones,
presenta una estructura de cierta complejidad, con cinco
ábsides, tres naves y crucero.
Los ábsides son de planta semicircular y tienen diferentes
alturas, distribuyéndose simétrica y escalonadamente. Los tres
centrales se sitúan, a modo de prolongación, en la cabecera de
cada una de las naves, mientras que los dos laterales se
corresponden con los extremos de los brazos del crucero. Están
formados por bóvedas de cuarto de esfera.
La existencia de cinco ábsides y, en consecuencia, de cinco
altares hace pensar que en el lugar se celebraban varias misas
en el mismo día, ante la prohibición litúrgica de que, en un
mismo altar, se oficiasen varias misas en una única jornada.
Con respecto a las naves, están integradas por bóvedas de
medio cañón y arcos de medio punto, sostenidos por diferentes
sistemas de apoyo. Los arcos del crucero y los triunfales se
alzan sobre pilares cruciformes; y los restantes sobre
columnas cilíndricas, con capiteles.
La desnudez decorativa es otra de las características del
templo, que carece casi por completo de motivos escultóricos,
tanto en el exterior como en el interior. Sólo cabe hablar de
la presencia de varios escudos en los cerramientos oeste y
sur, alusivos a la orden franciscana y al ducado del
Infantado, al que estuvo adscrito La Cabrera. Fueron
instalados durante las reformas llevadas a cabo en los
siglos XV y XVI.
A estas reformas también corresponden la arquería conservada
del claustro y el cuerpo bajo de la torre, que es cuadrada y
fechable a partir del siglo XV. Es probable que la parte
superior de ésta sea posterior, posiblemente del siglo XVIII.
En este tiempo sus muros han albergado personajes ilustres
como los Mendoza, el Marqués de Santillana o el Cardenal
Cisneros.
INFORMACIÓN PARA LA VISITA Y RESERVAS
Dirección
Convento de San Julián y San Antonio: Diseminado H San
Antonio, 1, 28751 La Cabrera (Madrid)
Horarios y visitas guiadas
Pases:
Martes, jueves y sábados: 11:00 y 12:00 horas / 16:00 y 17:00
horas
Torrelaguna se encuentra al Nordeste de la Comunidad de Madrid, lindando con la vecina Guadalajara. Se halla asentado sobre un terreno alomado que se eleva desde el río Jarama, el cual cruza su límite sureste, hasta las estribaciones serranas. Lo que más caracteriza este territorio es la presencia del Canal de Isabel II a través de un gran número de conducciones, acueductos, edificios auxiliares, vías de acceso o el histórico Canal de Cabarrús que regaba los cultivos de este territorio.
Al norte del término encontramos una zona serrana de las faldas del Cerro de las Calerizas, con un paisaje predominante de monte bajo, rico en espliego, romero, tomillo, jara y retama.
El origen de la población parece ser romano. En la Alta Edad Media ya tenía el mismo emplazamiento que hoy, con una forma que todavía se identifica en su plano actual. Era uno de los enclaves cristiano-visigodos fortificados que se sucedían a lo largo del Jarama.
Los musulmanes reforzaron las murallas y levantaron algunas atalayas. La tradición asegura que Torrelaguna, y concretamente el barrio de Caraquiz, fue la tierra de Santa María de la Cabeza, esposa de San Isidro, el patrón de Madrid. La Santa vivió, se casó y murió allí, y sus restos reposaron, hasta el siglo XVI que fueron trasladados a Madrid, en la ermita de Nuestra Señora de la Piedad, luego llamada de Santa María de la Cabeza, situada en las inmediaciones del Jarama.
Torrelaguna cuenta con un nutrido número de elementos arquitectónicos excepcionales, hecho que motivó que en el año 1976 fuese declarada Monumento Histórico – Artístico. Cisneros en persona fundó un Convento de Franciscanos, el Hospital de San Bartolomé y construyó un acueducto.
Iglesia de Santa María Magdalena de Torrelaguna, Madrid
La extraordinaria Iglesia Parroquial de Santa María Magdalena constituye uno de los mejores exponentes del gótico madrileño. En los siglos XVI y XVII se construyeron numerosas casas solariegas y palacios blasonados, ya que la villa atrajo a muchas familias ilustres como la de Bernaldo de Quirós o los Mendoza.
Que ver en Torrelaguna
Si hay un enclave mítico en esta localidad, ese es la bella Plaza Mayor, donde podemos encontrar desde el Ayuntamiento (fundado por el Cardenal Cisneros en 1514 para servir como almacén de grano) a la Iglesia de Santa María Magdalena (uno de los mejores ejemplos de la arquitectura gótica madrileña y que alberga los restos del poeta Juan de Mena y la lápida de Alfonso Jiménez, padre del Cardenal Cisneros).
También veremos el Convento de las Hermanas Franciscanas y la Cruz de Cisneros, que fue levantada en 1802 sobre el lugar en el que estaba la casa donde nació el Cardenal, del que se sabe que no reparó en gastos para mejorar su Villa.
Murallas de Torrelaguna. Madrid
Caminando por sus rincones también podemos hallar restos de su antigua muralla del siglo XV, otros monumentos religiosos como el Monasterio Franciscano de la Madre de Dios o construcciones civiles como la Alhóndiga recientemente rehabilitada, el Centro Montalbán o la Casa de la Cultura. A su vez, seguro llamarán nuestra atención casas y palacios que remarcan el antiguo esplendor de Torrelaguna como el Palacio Arteaga, el Palacio Salinas o la Casa Vargas.
Como anécdota, resulta curioso saber que Torrelaguna fue una de las localizaciones para la película Orgullo y pasión protagonizada por Cary Grant y Sofía Loren.
En los alrededores merecen una visita el Canal de Cabarrús (construido entre finales del siglo XVIII y principios del XIX) y el Canal de Isabel II, cuya sede está a las afueras del pueblo.
De hecho, el entorno natural del Valle Medio del Jarama es muy rico en patrimonio hidráulico.
15. Comer en Torrelaguna
Casa Moraleda Calle Cardenal Cisneros 15,
28180 Torrelaguna España
+34 918 43 02 03
Alfoli de la Sal
Calle Estrella 7,
28180 Torrelaguna España
+34 918 43 16 53
Bar Meson Las Cubas Calle Mayor, 4,
28180 Torrelaguna España
+34 918 43 19 02
16. Iglesia de San Pedro Apóstol
Torremocha del Jarama
Iglesia de San Pedro Apóstol, Torremocha del Jarama
Imposible no empezar hablando de la Iglesia de San Pedro
Apóstol, pues es uno de los escasísimos ejemplos de arte
románico en la Comunidad de Madrid.
El templo surgió casi de casualidad, a partir de una torre
vigía altomedieval a la cual se le adosó posteriormente una
pequeña ermita. Resultó así un edificio con mucha
personalidad, de esos a los que no es fácil encontrarle
parecido. Sin duda, una de las iglesias más bonitas de la
Sierra Norte.
Ojito, que esta pequeña parroquia de Torremocha del Jarama fue
construida entre los siglos XIII y XV. Eso se traduce en que
no solo es románica, sino que podréis encontrar arte gótico en
sus elementos más tardíos. Mención especial merecen las
pinturas murales del presbiterio, únicas también en la
Comunidad de Madrid.
17. Patones de Arriba
Patones de Arriba, Madrid
Patones de Arriba es uno de los mejores y más representativos
ejemplos de la arquitectura de pizarra negra y un ejemplo único
en la Comunidad de Madrid. En este paraje recóndito, enclavado
en el valle del Jarama, disfrutarás de un paisaje y unas
construcciones insólitas (un museo de pizarra al aire libre).
Dice la leyenda que ni Napoleón pudo encontrar este pequeño
asentamiento de montaña de difícil acceso, que tuvo hasta reyes
propios. Declarado conjunto histórico y Bien de Interés Cultural
en 1999 es, a partes iguales, un secreto y una sorpresa.
Esculpida entre las rocas, la arquitectura única de Patones
permanece resguardada en un paréntesis de tiempo. Un secreto que
debe descubrirse paso a paso.
Qué ver en Patones
En Patones, tendrás la oportunidad de visitar antiguos restos
arqueológicos de gran valor, como el Yacimiento de la Dehesa de
la Oliva; descubrir paisajes sorprendentes, como los que te
aguardan en los altos del cerro, en el Cancho de la Cabeza; y
admirar su patrimonio hidráulico, con estructuras tan destacadas
como la presa de El Atazar o la del Pontón de la Oliva, la más
antigua de la Comunidad de Madrid.
Pasea por el laberinto de empinadas calles sinuosas para admirar
de cerca las viviendas típicas, constituidas a base de pizarra,
madera, ladrillo árabe, jaras y retamas.
Visita la Iglesia de San José, acércate al Lavadero y la Fuente
Nueva, uno de los rincones más fotografiados de Patones de
Arriba que te permitirá viajar en el tiempo.
Puedes también apreciar y contemplar antiguos hornos de leña,
que se utilizaban sobre todo para cocer el pan y que son uno de
los elementos más característicos de la arquitectura tradicional
del pueblo, junto con las eras, los arrenes o los antiguos
tinados que muestran la importancia de la ganadería en su
economía.
Restos de la ermita románico-mudéjar de la Virgen de la
Oliva
En las afueras, ve hasta la
ermita románico-mudéjar de la Virgen de la Oliva, del
siglo XIII. Algo más allá, historia y sendero se orientan hacia
los restos de un castro prerromano, concluyendo ante la presa
del Pontón de la Oliva. El pasado late también con fuerza bajo
la montaña, en la cueva del Posteguillo , guardiana de pinturas
rupestres.
18. Comer en Patones de Arriba
El Lavadero de Patones Calle Buenavista 29,
28189 Patones de Arriba España
+34 651 97 91 10
El Rey de Patones 28189 Azas, 13,
28189 Patones de Arriba España
+34 918 43 20 37
El Rincon de Patones
Calle Arroyo 16,
28189 Patones de Arriba España
+34 609 12 62 61
Restaurante El Chiscon Travesia de la Iglesia, 2,
Patones de Arriba España
+34 918 43 21 66
Que ver en Patones de Arriba
En Patones, tendrás la oportunidad de visitar antiguos restos
arqueológicos de gran valor, como el Yacimiento de la Dehesa
de la Oliva; descubrir paisajes sorprendentes, como los que te
aguardan en los altos del cerro, en el Cancho de la Cabeza; y
admirar su patrimonio hidráulico, con estructuras tan
destacadas como la presa de El Atazar o la del Pontón de la
Oliva, la más antigua de la Comunidad de Madrid.
Pasea por el laberinto de empinadas calles sinuosas para
admirar de cerca las viviendas típicas, constituidas a base de
pizarra, madera, ladrillo árabe, jaras y retamas. Visita la
Iglesia de San José, acércate al Lavadero y la Fuente Nueva,
uno de los rincones más fotografiados de Patones de Arriba que
te permitirá viajar en el tiempo.
Puedes también apreciar y contemplar antiguos hornos de leña,
que se utilizaban sobre todo para cocer el pan y que son uno
de los elementos más característicos de la arquitectura
tradicional del pueblo, junto con las eras, los arrenes o los
antiguos tinados que muestran la importancia de la ganadería
en su economía.
En las afueras, ve hasta la ermita románico-mudéjar de la
Virgen de la Oliva, del siglo XIII. Algo más allá, historia y
sendero se orientan hacia los restos de un castro prerromano,
concluyendo ante la presa del Pontón de la Oliva. El pasado
late también con fuerza bajo la montaña, en la cueva del
Posteguillo , guardiana de pinturas rupestres.
Yacimiento Dehesa de la Oliva
El Yacimiento arqueológico, se encuentra en el Cerro de la
Dehesa de la Oliva, dando cuenta de la ocupación de
diferentes grupos humanos de culturas y sociedades dispares,
desde los cazadores del Paleolítico Superior y los
materiales dejados por los agricultores del Neolítico o los
primeros forjadores, calcolíticos y de la Edad del Bronce.
Por otro lado, la parte superior del cerro albergó un núcleo
urbano de origen prerromano.
Lo que sí se sabe es que fue una ciudad romana
tardorrepublicana de cierta entidad, de diseño ortogonal
dotada de calles, infraestructuras hidráulicas y edificios
públicos.
Se abandonó de forma pacífica en el primer tercio del siglo
I después de Cristo. El cerro de la Oliva permaneció
despoblado hasta el siglo V d. C., cuando pobladores
visigodos se asientan en la parte baja y emplean las viejas
ruinas romanas de la parte superior como área funeraria. La
necrópolis está formada por 33 tumbas.
Se abandonó y se volvió a ocupar después de la Reconquista,
siendo el vestigio más importante la iglesia
románico-mudéjar de la Virgen de la Oliva, del siglo XIII,
que se encuentra en una de las faldas de este Yacimiento.
Cueva del Reguerillo
Paisaje en las proximidades de la cueva del
Reguerillo
La cueva del Reguerillo es la cavidad más importante de la
comunidad de Madrid, tanto en aspectos científicos como
espeleo-deportivos. Declarada Monumento de interés nacional
en 1944, actualmente se encuentra cerrada por la Dirección
General de Patrimonio de la Comunidad de Madrid, para la
realización de estudios arqueológicos y paleontológicos.
Acceso
La cueva está situada en el término municipal del pueblo de
Patones. Para llegar a ella debemos llegar al pueblo desde
Torrelaguna, y atravesarlo para continuar por la carretera
M-102, hacia la presa del Pontón de la Oliva, y luego hacia
la Presa del Atazar.
Unos 300 metros después de haber pasado los tubos del Canal
de Isabel II parte a la derecha una pista forestal
ascendente. Los coches se deben dejar en el espacio para
coches que hay ahí mismo, puesto que el acceso a la pista
está prohibido y se multan a los coches que suben por ella.
Subiendo a pie por la pista, unos 50 metros antes de pasar
de nuevo sobre los tubos, la entrada natural de la cavidad
se encuentra en un alto a la izquierda del camino. Veremos
una senda ascendente que sale del camino, e incluso los
carteles que hay en la entrada son visibles desde el mismo.
El acceso a la entrada artificial se puede hacer bien
por encima de la montaña, o bien subiendo desde la presa del
Pontón de la Oliva por una senda empinada a la izquierda de la
presa.
Lamentablemente, el fácil acceso a la cueva y la cercanía
con la ciudad de Madrid ha hecho de la cavidad el centro de
recreo de numerosos grupos, que sin los conocimientos
espeleológicos y el respeto necesarios con nuestro
patrimonio cárstico, la han llenado de basura y plagado sus
paredes y techos de pintadas y grafitis
La Gran Via, interior de la Cueva del del
Reguerillo
La cavidad se encuentra cerrada con rejas y candados en todas
sus bocas desde noviembre de 2006, sancionándose a los
infractores con fuertes multas.
Actualmente las excavaciones por parte de Patrimonio continúan
y no se sabe cuándo se reabrirá, aunque sea parcialmente o
previo permisos.
Primera presa de Madrid, el Pontón de la Oliva
Primera presa de Madrid, el Pontón de la Oliva, Patones
a 5 km al noreste de Patones de Abajo.
Es un gigante silencioso que nos muestra los comienzos de la
arquitectura industrial en nuestro país y es un lugar de
geología y naturaleza espectacular.
Para descubrirla por libre, puedes dejar el coche en el
aparcamiento del Pontón de la Oliva en la M-134 y llegar
caminando tras unos 5 minutos. A lo largo de la senda,
encontrarás los restos de la Ermita de la Virgen de la Oliva, que también merece una
parada.
2. Continuamos hacia el norte por la carretera M-134 y
aparcamos en el Km 2 para visitar el Conjunto Arqueológico de la Dehesa de la Oliva.
Desde el Paleolítico superior, cuando las mujeres y los
hombres cavernarios utilizaban las cuevas de la zona, su
historia continua hasta la Edad del Hierro con la presencia de
un castro y nos permite viajar en el tiempo hasta la época
romana y terminar en el siglo VI dC en una antigua necrópolis
visigoda. Para trasladarte a su pasado milenario, la Oficina
de Turismo de Patones también organiza visitas guiadas aquí.
Mirador Embalse de El Atazar
Mirador Embalse de El Atazar
En la M-133, la carretera llena de curvas que lleva hasta el
pueblo de El Atazar, encontraréis el que (al menos en nuestra
opinión) es el mirador más impresionante de todos los de esta
lista. Encaramado en las alturas, con una plataforma que
pondrá a prueba vuestro vértigo, en este espectacular mirador
podréis divisar una de las zonas más anchas del Embalse de El
Atazar. En concreto, la que está inmediatamente detrás de la
presa.
Nos encantó encontrarnos con un sitio como este. La verdad, no
esperábamos unas vistas así en la Comunidad de Madrid. Si os
sabe a poco, podéis hacer otra parada en el segundo mirador
que hay. Este se encuentra un poquito más abajo, algo más
cerca de El Atazar pueblo.
19. Atalaya de El Berrueco
Atalaya de El Berrueco
Inicio: Plaza de la Picota. de El Berrueco
Finalización: Atalaya árabe de Torrepedrera.
La ruta comienza en la Plaza de la Picota y se dirige,
hacia la calle de Los Huertos, la calle Peña y sube por
la calle de la Iglesia. Desde este punto se siguen las
señales de la Senda del Genaro hacia el embalse de El
Atazar por el antiguo Camino de Patones.
En este tramo hay que tener en cuenta que se trata de un
camino bastante erosionado y con una fuerte pendiente. Se
sigue por un camino de tierra señalizado con marcas de la
Senda del Genaro o GR-300 y una señal de la Atalaya, que
llevan al cruce de un paso canadiense para el ganado.
Desde aquí se llega, bajando, a una de las colas del
embalse y la desembocadura del arroyo de la Dehesilla.
El arroyo se atraviesa por un puente desde el que se ven
el Canal del Villar y la almenara de Los Riajales (caseta
del Canal deIsabel II). Tras cruzarlo, se continúa el
camino de tierra, a la derecha y con suave ascenso,
nuevamente con indicativos de la Senda del Genaro hacia
Patones.
Tras pasar un abrevadero junto a un descansadero, la senda
de la Atalaya cruza la M-133 o carretera de El Atazar
hasta llegar a la Atalaya de Torrepedrera, desde donde se
puede disfrutar de una zona de naturaleza excepcional, con
monte de enebros y una hermosa panorámica de la sierra.
Fue construida en algún momento indeterminado entre los
siglos IX y X, esto es, entre el emirato de Mohamed I de
Córdoba y la época de Abderramán III.
Formaba parte de un sistema de atalayas, levantadas por
los musulmanes en diferentes puntos de la Sierra de
Guadarrama, que tenían como función vigilar los
principales valles y vías de comunicación islámicos, ante
posibles incursiones cristianas. Esta red defensiva tenía
una gran importancia militar, por su enclave en una zona
fronteriza, conocida como la Marca media de Al-Ándalus.
Junto con otras torres y fortalezas, la atalaya de El
Berrueco controlaba el camino fluvial del Jarama, que
conducía hasta el puerto de Somosierra, uno de los pasos
naturales entre las dos submesetas que conforman la Meseta
Central. Se comunicaba con el cercano castillo de Uceda,
en la provincia de Guadalajara, al que avisaba de las
avanzadillas cristianas.
Características
La atalaya de El Berrueco tiene planta circular y forma
cilíndrica, aunque con irregularidades que la asemejan a
un tronco de árbol. Construida en sillarejo, es maciza en
su primer piso. Se accede por el segundo, donde se sitúa
la puerta, a unos 2,25 m (metros) de altura sobre el
suelo.
Sus muros tienen un grosor que va desde los 1,58 m de la
base hasta los 1,05 m de la parte superior. Su diámetro
interior es de 3,3 m.
En 1983, fue declarada Monumento Histórico-Artístico,
según Real Decreto 2863/1983, de 14 de septiembre.
Presenta un buen estado de conservación. Aunque es de
propiedad privada, el acceso está permitido.
20. Senderismo en Patones: Cancho de la Cabeza
En el término municipal de Patones de Arriba encontraréis el Mirador del
Cancho de la Cabeza. Llegar hasta él requiere caminar un poquito, pero a
cambio disfrutaréis del Embalse de El Atazar desde más de 1263 metros de
altitud.
Mirador de Cancho de la Cabeza
Puede que sea uno de los que tienen más difícil acceso, pero os aseguramos que
merece la pena. Al fin y al cabo, desde este mirador se divisa toda la
comarca.