Ruta por los Castillos Encantados del Noroeste: De Manzanares el Real al Castillo de Ponferrada
Castillo de Manzanares el Real, Madrid
Alcazar de Segovia
Castillo de Coca
Castillo de la Mota, Medina del Campo
Ciudad Amurallada de urueña, Valladolid
Castillo Templario de Ponferrada
En todas las provincias hay un imponente castillo que ver, con sus
historias de espadas, intrigas y aventuras
Esculpidos por la historia
Nuestra piel de toro es única por sus grandes edificaciones defensivas;
mucho más que por sus catedrales o universidades, pues los estilos
arquitectónicos fueron una tónica en toda Europa: la catedral de Burgos
tiene un reflejo, por ejemplo, en la de Colonia.
Las fortalezas medievales, los castillos, fueron en cambio fruto de su
ubicación, de la región donde se erigieron, de las vicisitudes bélicas y
de la defensa de la frontera con el enemigo en tiempos de la reconquista
contra el mundo islámico.
La búsqueda de respuestas a todos los fenómenos aparentemente
inexplicables que nos rodean es algo que ha ido unido a la condición
humana desde siempre, y aunque actualmente nos definimos como una
sociedad cientificista y racional la magia todavía está muy presente
entre nosotros.
Eso sí, bajo una gama de nombres bastante más divertida: suerte,
fortuna, coincidencia, destino, una mala época, son solo algunos de
ellos. Y el caso es que en el fondo, creamos más o menos en ella,
todos sabemos que el quid de las leyendas reside precisamente en la
imposibilidad de descifrar que hay de mito y de suceso verídico en
ellas, lo cual nunca nos permitirá saber qué tienen de cierto.
España tiene una amplia tradición de cuentos y leyendas mágicas y
gran parte de lo que se cuenta está ligado a lugares reales y
personajes históricos que contribuyen aún más a dejar abierta una
posibilidad -por remota que parezca- de que contengan alguna verdad.
Éstas son solo algunas.
2. Como llegar a Manzanares el Real, inicio de nuestra ruta
Cómo llegar a Manzanares el Real en coche
Puedes llegar a Manzanares el Real en coche a través de la M-607, es
la rauta más rápida, tardarás en llegar desde el centro de Madrid unos
46 minutos.
El gasto en combustible se estima en 4,50 €.
Una segunda opción es tomar la A-6 hasta Villalba y desde allí la
M-608 hasta Manzanares el Real.
En este caso el tiempo de viaje se calcula en 1 hora (la mayor parte
del recorrido en autopista) y el coste de combustible en 6 €.
Tienes que contar con el tráfico que te puedas encontrar en la ruta,
habitualmente, el horario punta, es habitual encontrar atascos en la
salida de Madrid por la A-6.
Cómo llegar a Manzanares el Real en autobús
Para llegar a Manzanares el Real en autobús debemos acudir al
intercambiador de autobuses de Plaza de Castilla.
En metro puedes llegar a través de las líneas 1, 9 y 10 y numerosas
líneas de autobuses. Las dársenas de los autobuses para Manzanares
están situadas en uno de los pisos inferiores.
La línea que lleva a Manzanares es la 724, tarda en llegar al centro
del pueblo 55 minutos, y el precio son 4,10 €.
En cuanto a los horarios, hay autobuses entre las 7h de la mañana y
las 23:30, aproximadamente cada media hora hasta las 21h y luego un
autobús a la hora.
Como llegar a Manzanares el Real en tren
No podemos llegar hasta Manzanares el Real en tren pero si podemos
hacer un recorrido diferente, que es llegar a través de Cercanías de
Renfe hasta el municipio de Villalba y luego tomar un autobús hasta
Manzanares.
La línea C 3 atraviesa varias estaciones importantes como Atocha o
Chamartin con dirección a Villalba.
El viaje dura 50 minutos aproximadamente mientras que el precio del
billete son 2,60 €.
Una vez en la estación de Villalba debemos tomar el autobús número
720, este autobús lo puedes tomar al salir de la misma estación de
Renfe. Los horarios de esta línea funcionan aproximadamente cada hora
y media, empezando el servicio a las 6:30 y terminando con el último
autobús a las 22:45.
El precio del billete del autobús son 1,30 €, por lo que el total de
este trayecto serían 3,90 €. El tiempo de viaje son 30 minutos, el
total serían 1 hora y media, aunque la nota menos positiva es que hay
autobuses solo cada 3 horas durante el día.
En pleno Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama, a las
puertas de la Pedriza, se encuentra el
3. Castillo de Manzanares el Real
Castillo de Manzanares el Real, Madrid
es el mejor conservado de toda la Comunidad de Madrid en un
lugar con mucha historia, patrimonio y cultura, declarado Monumento Histórico-Artístico en 1931.
Un castillo cuya historia se remonta a la reconquista, cuando la
zona estaba en pugna entre los señores segovianos y los
madrileños.
Tras la mediación de Alfonso X, pasa a
control de la Corona y se denominó “El Real de Manzanares”.
A finales del siglo XIV el Real de Manzanares pasó a manos de los
Mendoza, con los que gozó de su máximo esplendor durante los dos
siglos siguientes.
Castillo del Duque del Infantado en Manzanares el Real (1475),
considerado una joya arquitectónica medieval del Reino de
Castilla.
El castillo nuevo comenzó a construirse en 1475, sobre una ermita
que todavía en la actualidad se mantiene erguida.
Destaca por su galería gótica en el primer piso, considerada la
más bella de España.
También merecen la pena su impresionante planta, sus ventanales
sobre arcos de medio punto, los adornos de las torres de estilo
isabelino, las inscripciones en bajo relieve de los saeteros con
el santo sepulcro de Jerusalén…
Lo mejor es que lo compruebes por ti mismo con una visita.
En la actualidad aún pertenece al Duque del Infantado, quien lo
cedió a la Comunidad de Madrid para su gestión. Los procesos de
restauración realizados han permitido que su estado actual sea
excelente.
¿Sabías qué en 1982 fue el lugar elegido para la celebración del
acto de constitución de la Asamblea de Madrid?
Qué se puede hacer en el Castillo de Manzanares
En el interior del castillo se ha creado un centro de interpretación
que consta de una exposición permanente de carácter didáctico, en la
que se explica la historia, la construcción y la conservación
actual.
También nos transporta a las costumbres de la Edad Media, el momento
de mayor esplendor de la fortaleza.
Dentro de la exposición permanente podrás disfrutar de tapices,
pinturas, armaduras y muebles (siglos XVI-XIX) situados en zonas
temáticas por el interior del castillo.
Si quieres realizar una visita diferente, dispones de visitas
teatralizadas, son visitas guiadas en las que te cuentan la historia
y anécdotas del castillo.
La agenda del castillo está llena durante todo el
año con diversas exposiciones temporales y actividades.
Calendario
Invierno: Del 1 de octubre al 31 de mayo.
Edificio principal: de martes a viernes, de 10:00 a 17:30 horas.
Sábados y domingos, de 10:00 a 18:00 horas (Lunes cerrado)
Taquilla, de 10:00 a 17:00 horas.
Jardín renacentista y recinto exterior: de 10:00 a 19:00 horas.
Verano: Del 1 de junio al 30 de septiembre
Edificio principal: de martes a viernes, de 10:00 a 17:30 horas.
Sábados y domingos, de 10:00 a 18:00 horas (Lunes cerrado)
Horario de taquilla: de 10:00 a 17:00 horas.
Jardín renacentista y recinto exterior: de 10:00 a 19:00 horas (de
martes a jueves, domingos y festivos). De 10:00 a 24:00 horas
(viernes y sábados).
Visitas Teatralizadas
Horario de invierno: del 1 de octubre al 30 de junio.
Sábados y domingos, a las 11:00 y a las 12:00 horas.
Horario de verano: (del 1 de julio al 30 de septiembre): Aforo
limitado.
Diurno: sábados, a las 11:00 y a las 12:00 horas.
Nocturno: viernes, a las 21:00 y a las 22:00 horas.
Lunes cerrado. Las instalaciones permanecerán cerradas los días 24,
25 y 31 de diciembre, 1 de enero, 1 de mayo y dos fiestas locales.
Precios Castillo
Entrada individual: 5 € por persona. Personas mayores de 60 y
menores de 14 años: 3 € por persona.
Menores de 3 años y discapacitados: entrada gratuita. Familias
numerosas: 50% descuento.
Grupos (mínimo 20 personas y con visita concertada).
Adultos: 3 € por persona.
Mayores de 60 años: 2 € por persona. Asociaciones de carácter
cultural acreditadas: 3 € por persona.
En los muros del castillo de Manzanares El Real se guarda la
leyenda del fantasma de Maricantina. La historia cuenta que el
marqués de Santillana se enamoró de una pastora y fue un amor
prohibido. La mujer, llamada Maricantina, murió de desamor y,
desde entonces, su espíritu vaga por los alrededores del castillo.
Sin lugar a dudas es la joya de la corona de Segovia, nunca
mejor dicho. En el Alcázar tuvo lugar la proclamación de una
de las reinas más famosas de España, Isabel la Católica.
Tuvo sus usos como palacio de los Reyes de Castilla, también
fue prisión de estado, y hoy en día es un museo.
No me negarás que por fuera parece realmente un castillo de
cuento de hadas ¿verdad?
En el año 714 Mohammed Al feher, hijo del gobernador Yusuf de Toledo,
escapó del asedio omeya de Abderramán y burló las líneas enemigas
fingiéndose ciego hasta llegar al castillo de Alarcón, en la actual
provincia de Cuenca, donde se refugió y donde estarían los musulmanes
cuatrocientos años más.
Lo cuentan los cronistas de la reconquista, como también dan fe de la
batalla en la que Martínez de Ceballos, de la Santillana del Mar de
las Asturias de Oviedo, doblegó la fortaleza en 1184 para el rey de
Castilla Alfonso VIII tras nueve meses de asedio.
El rey le obsequió con la propiedad y el marquesado de Alarcón,
iniciando el apellido en España. Pero las útlimas disputas las libró
Diego Pacheco, marqués de Villena, contra Isabel la Católica,
que quería acabar con el poder feudal, con los castillos medievales
como el de Alarcón, en manos de Pacheco, y la nobleza porque los
consideraba vestigios de un mundo marchito.
Antes de ninguna bandera o himno, España fue sus castillos. Algunos
olvidados, todos únicos, desafiantes, sin parangón en toda Europa por
los cinco siglos de guerra entre cristianos y musulmanes.
Son las fortalezas que defendieron el avance de la reconquista
cristiana para definir el territorio y también los vestigios de la
nobleza feudal aplastada por los Reyes Católicos para imponer el
estado moderno en el preludio de la monarquía absolutista.
El epicentro del feudalismo hasta que Isabel y Fernando lo
desmantelaron otorgando inmunidades y privilegios a las villas para
contrarrestar el poder de los nobles. Reconquista y revolución
política.
Los Reyes Católicos aplastaron a la nobleza medieval
Alcázar de Segovia
Un embajador del siglo XV, el barón de Rosmithal, describió este
alcázar con patios de alabastro, salones de oro y lapislázuli y una
gran sala en donde había treinta y cuatro estatuas, todas de oro,
que representaban a reyes de España.
Único en toda la arquitectura europea, se erigió en el siglo
XII y fue alojamiento real de los monarcas de Castilla desde que
Alfonso VIII y Leonor de Plantagenet lo eligieran en 1135 para su
corte.
El precio de la entrada varía si decides comprar la entrada
sólo del Alcázar, sólo a la Torre de Juan II, o la entrada
completa a los dos lugares. Nosotros te recomendamos la entrada
completa del palacio junto con la torre y con visita guiada.
Por cierto, para acceder a la Torre de Juan II tendrás que subir
156 peldaños por una escalera estrecha en forma de caracol. Si
tienes problemas para subir escaleras o tienes claustrofobia para
acceder por caminos estrechos te recomiendo que no subas a la
Torre de Juan II.
Al final todo el esfuerzo tiene recompensa. Desde arriba de la
Torre de Juan II las vistas son impresionantes a todo Segovia y
a la catedral. Si vas en invierno, abrígate bien, ¡arriba hace
un frío que pela!
Vistas de Segovia desde la Torre de Juan II
Por cierto, una curiosidad sobre el Alcázar ¿sabías que el Alcázar
tiene forma de barco? ¡Fíjate bien cuando lo visites!
En 1366, como si se tratase de 'Juego de Tronos', uno de los hijos
del rey Enrique de Trastámara, el infante don Pedro, se escapó de
los brazos de su nodriza, asomada a uno de los ventanales más altos
y cayó al precipicio estrellándose.
La leyenda cuenta que detrás se arrojó la propia nodriza. Es
esencial en la historia de España porque allí se proclamó reina
Isabel la Católica el 13 de diciembre de 1474 y tras sus muros se
refugiaron los comuneros que defendían a Juana la Loca de las tropas
de su hijo Carlos I. Un icono de la Edad Media con su torre en el
centro y su planta en lo alto de la ciudad histórica.
Y, por último, irse de Segovia sin haber comido cochinillo es
pecado supremo.
La fortaleza de Pedraza, en la provincia de
Segovia, es uno de los castillos encantados de España más
singulares.
El castillo de Pedraza es una fortaleza construida en el
siglo XIII que se reedificó en el siglo XV por García
Herrera.
A principios del siglo XVI los Duques de Frías,
Condestables de Castilla, reformaron el castillo de
nuevo, añadiéndole el gran muro defensivo adherido a la
torre del homenaje y el muro exterior dotado de
cañoneras y un puente levadizo (hoy desaparecido).
El castillo cuenta con una imponente torre del homenaje,
foso, y está rodeado en la mayoría de su perímetro por
un precipicio.
Castillo de Pedraza
En esta fortaleza estuvieron prisioneros dos hijos del rey
Francisco I de Francia, Francisco, el delfín que murió
joven y su hermano menor que reinó como Enrique II.
Habían
sido entregados por su padre como rehenes al Emperador
Carlos I de España
Pedraza, Segovia
Según una leyenda local, dos enamorados fueron
asesinados por los celos que sentía el señor del
castillo. Cuando el instigador de aquel crimen
regresó de la batalla de las Navas de Tolosa,
ocurrió un suceso inesperado
Cuentan que aún, por entre las grietas y pasadizos del
castillo, se oyen las voces de dos amantes, ya fantasmas, que
se buscan entre sí. Otros juran que en las noches de verano,
aún se ven sus siluetas pasear por el castillo, ante un fondo
de fuego.
Sea de una manera o de otra, muchos son los que alimentan esta
leyenda, los que tienen su particular relación con estos dos
amantes, Elvira y Roberto, siquiera como fantasía, ¡la de
amarse como ellos!
Si te acercas al castillo de Pedraza, las bromas y las risas
serán el escenario visible de una fantasía escondida, pero
puede que al fondo de ti, se te aparezca el deseo de ser, por
una noche, un poco Elvira, o un poco Roberto.
Como pasa a menudo con las mejores leyendas, no hay una sola
versión, pero todas apuntan a que el noble Sancho de Ridaura,
señor del castillo, logró casarse con Elvira, una hermosa
joven de la que estaba enamorado. El corazón de Elvira, sin
embargo, pertenecía a Roberto, un labrador que disgustado por
el casamiento de aquella, decidió recluirse en un
convento.
Años más tarde, quiso el destino que Roberto sucediera al
capellán del castillo, y que durante la ausencia del señor
(convocado a defender Castilla por el rey Alfonso VIII),
pudiera retomar su romance con Elvira, en un amor irremisible…
y clandestino.
A su regreso, el señor fue informado de la infidelidad de su
esposa, y mató a Roberto colocándole una corona de púas
incandescentes sobre la cabeza.
Para cuando el señor alcanzó a Elvira, esta no solo se había
atravesado el corazón con una daga, ¡metáfora de amor eterno!,
sino que también había prendido fuego al castillo, lo que dio
origen a ese fondo incendiario ante el que algunos dicen
hallar a los amantes en esas noches de verano.
Del señor del castillo, y siempre siguiendo las
versiones de la leyenda, no se sabe mucho: hay quien dice que
desapareció para siempre; otros dicen atisbarlo vagando solo
por las noches.
Y vagar, en fantasía, es lo que os proponemos nosotros,
encontrar en el castillo de Pedraza el escenario de estos
amantes sin suerte, o con la mejor suerte del mundo, la de un
amor antiguo en el que arder juntos, ¡según cuánto alcances a
mimetizarte con los muros y pasillos de este castillo
“encantado”!
De hecho, se cuenta que, en noches de bruma, los fantasmas de
los dos amantes que perecieron fruto de la envidia aún vagan
errantes entre las almenas.
y si ha llegado la hora de comer podemos llegarnos hasta
cualquiera de estos sitios:
Bar Restaurante Reberte
Calle Real 5,
40172 Pedraza, España
+34 921 50 87 05
El Rincon de la Posada
Travesia Campillo 6,
40161 Navafría, España +34 645 45 91 20
El Jardin
Calle Calzada 6,
40172 Pedraza, España
+34 921 50 98 62
9. Castillo de Coca
Castillo de Coca
En este caso el origen del nombre se entiende con facilidad,
pues responde al topónimo de la localidad castellana donde
se eleva.
En el año 1453, don Alonso de Fonseca, Arzobispo de Sevilla,
recibió el permiso del rey don Juan II de Castilla, para la
construcción de este castillo.
En el año 1473 se llevó a cabo su ejecución por el maestro
alarife Alí Caro, a instancias del tercer señor de Coca Don
Alonso de Fonseca, sobrino del Arzobispo. Comenzando así
mismo la construcción del cuerpo central de la fortificación
de planta cuadrangular y patio de estilo mudéjar, flanqueada
por la Torre del Homenaje.
Fue construido en el año 1453 por el ilustre obispo de
Ávila, don Alonso de Fonseca, bajo la dirección del
arquitecto Alí Caro. A su muerte la obra fue continuada
por su hermano. En el año 1462, en la población de Coca
funcionaba una ceca de emisión de moneda castellana y
portuguesa que servía para pagar la mano de obra que
intervino en la construcción de la fortaleza.
Estuvo
a punto de ser demolido por los comuneros como venganza
del incendio de Medina del Campo ordenado por el obispo
Fonseca.
El conjunto está formado por dos recintos, uno exterior
con función defensiva, y otro interior con torres en las
esquinas.
Se accede al castillo a través de una
puerta defendida por dos gigantescos cubos de ladrillo. El
almenado es doble y está completo. La barrera posee
hermosas torres que le dan aspecto de fortaleza.
El
castillo de Coca es una de las fortalezas más
espectaculares de España. Este castillo militar de estilo
gótico-mudéjar está considerado el prototipo de castillo
señorial castellano del siglo XV. Se asienta en una zona
llana que busca su altura y defensa por medio de un ancho
y profundo foso de 560 metros de perímetro, que se salva
por un puente fijo. Es el mejor foso de Castilla.
La
torre del homenaje es de planta cuadrada y conserva todos
los pisos que tuvo. Destacan la bóveda de ladrillo de la
primera planta y las almenas de ladrillo de la azotea.
También conserva las escaleras de acceso de caracol con
altos peldaños de ladrillo. Su altura es impresionante y
se conserva como en el siglo XV.
Las dependencias se disponen en torno a un patio de armas,
que fue antaño de una suntuosidad verdaderamente regia,
constituido por una doble galería de columnas de mármol de
orden corintio, y con los pisos y paredes cubiertos de
azulejos y yeserías.
Croquis del Castillo de Coca
En el castillo hay una mazmorra con un único agujero
en el techo, para evitar que los presos escaparan.
Es
un castillo militar de estilo gótico-mudéjar realizado en
tapial y recubierto con ladrillo de color rosa, material
empleado por los alarifes musulmanes. El conjunto está
adornado con una rica decoración hispano-árabe, destacando
las combinaciones de ladrillos, lacerías y temas
geométricos, cuyos restos todavía pueden observarse.
De
los Fonseca el castillo pasó a la Casa de Alba, y en 1928
la Dirección General de Bellas Artes lo declaró Monumento
Histórico Nacional, formando parte también del Tesoro
Artístico Español.
En 1954 pasó al Ministerio de Agricultura, cedido por los
propietarios, para que se instalara en ese lugar una
Escuela de Capacitación Forestal que sigue funcionando en
la actualidad, siendo muy demandada por los alumnos de
toda España.
El castillo de Coca es considerado como una de las más
hermosas muestras del arte gótico-mudéjar español. Su
construcción asombra y enamora a quienes lo ven por
primera vez, pues expresa en cada una de sus formas
realizadas con el ladrillo, un conjunto arquitectónico
original e imaginativo como pocos.
Destaca la belleza singular de sus salas, en las cuales se
ven representados hermosos motivos geométricos mudéjares
realizados con estucos y pinturas, aportándonos así mismo
un legado único e irrepetible.
Otra particularidad radica en no haber sido construido
sobre un cerro como suele suceder con fortalezas de este
tipo, su sistema defensivo aprovecha los escarpes del
terreno, el cual sirve de asiento a este castillo, que se
alza sobre un ancho y profundo foso.
Porque sí: el ladrillo es el material por el que apostaron
cuando lo diseñaron; producto bandera de la arquitectura que
dejaron los mudéjares.
Castillo de Coca
Una romántica historia de amor fue protagonizada por el
marqués de Cenete, hijo del gran cardenal Mendoza, éste
terminó escaldado por las brasas lanzadas desde las almenas,
cuando pretendía a una dama de los Fonseca.
La historieta que aconteció tres décadas más tarde relata
cómo se apuntalaron las defensas del castillo ante los
asaltos del Marqués de Cenete, que intentó rescatar a su
prometida de las garras de su tío.
Todo un secuestro digno de un cuento de hadas.
Estas murallas recogieron prisioneros, cortesanos, fiestas y
bodas, hay una de éstas que merece comentarse. La historia de
un amor prohibido que se refugió en este castillo para
celebrar su boda ilegal, ya que ni la familia de la novia ni
los reyes católicos aprobaban dicho casamiento.
Como novio tenemos a Rodrigo Díaz de Vivar y Mendoza, Marqués
de Cenete, (1468-1523) primogénito del Cardenal Mendoza.
Su nombre se debe a la pretensión de su padre de que los
Mendoza estaban emparentados con El Cid Campeador.
Escudo Marqués de Cenete
En relación a su padre, podemos ver que era Cardenal y con
hijos, pues sí, algo muy común a lo largo de la historia, lo
curioso es que la Reina Isabel la Católica, con su recta
moral, perdonó este desliz de quien es conocido como el
“Tercer Rey de España” llamando a sus dos pequeños “los bellos
pecados de nuestro cardenal”.
Entonces tenemos al novio, el Marqués de Cenete, un galán
famoso en todo el reino por sus amoríos y su destreza con la
espada. Por cierto, casi se me olvida, Don Rodrigo ya estaba
casado con Leonor, primogénita de los duques de Medinacelli,
esto no supuso ninguna barrera para el Marqués. Leonor murió
de pena en 1497 en el castillo alcarreño donde Rodrigo la
dejó.
Ya llegamos a la novia, Doña María de Fonseca y Toledo, hija
de Alonso de Fonseca quien planeaba casarla con su primo.
María tenía entonces 14 años, veinte años menos que Rodrigo.
Los amantes se conocen y se enamoran perdidademente, María se
niega a casarse con ningún otro y Rodrigo mueve cielo y tierra
para estar junto a ella.
Así llegamos a 1502 cuando los enamorados se escapan y se
casan en este mismo castillo de Coca, en contra de todos. Os
preguntareís como acaba la historia, haré un breve resumen.
Alonso, el padre de la novia, se enfada cuando se entera de lo
ocurrido y acude a la Reina Isabel que entra en cólera y
encierra a Rodrigo. Alonso hace lo mismo con María.
La pobre muchacha es sometida a palizas y amenazas para
casarse con su primo pero ella nunca sucumbió y la encerraron
en un convento. Al año muere Isabel, Felipe el Hermoso,
desesperado por apoyos en la nobleza, perdona a Alonso que al
fin desposa legalmente a María y se van a vivir a su castillo
de Granada (donde murió la primera esposa)
10. Para comer en Coca
Bar Tapería tienda Auténticos CYL
Calixto del Río,8 Bar Tapería Tienda Auténticos CYL,
11. Castillo de la Mota de Medina del Campo, Valladolid
Castillo de La Mota, Medina del Campo
Escenario de innumerables tramas de la corte, en él aguardaba Juana la
Loca al archiduque de Flandes Felipe el Hermoso y en él murió Isabel
la Católica.
El castillo destaca como uno de los lugares más interesantes de
Medina: su construcción fue encargada a mediados del siglo XV por los
reyes Juan II y Enrique IV de Castilla, y los Reyes Católicos (Isabel
I de Castilla y Fernando II de Aragón) culminaron la gran obra de la
barrera artillera en 1483.
La función principal del castillo desde su creación fue la defensiva,
pero además de ser un lugar militarmente estratégico acogió entre sus
salas las funciones de archivo (donde se guardaron parte de los
documentos de la corona) y de cárcel para presos tan ilustres como
Hernando Pizarro o César Borgia. Fue uno de los objetivos de las
tropas imperiales de Carlos V durante la revuelta de los Comuneros en
1520.
La planta de la fortaleza tiene forma trapezoidal don dos fuertes
murallas (la interior y la barrera o barbacana exterior). El acceso
principal se efectúa a través de dos puentes (tan sólo el segundo era
levadizo) por un gran arco coronado con el escudo de los Reyes
Católicos de año 1483, fecha en la que se finaliza la construcción del
castillo.
Alrededor de la barrera se sitúa el profundo foso y en un nivel
subterráneo las galerías de tiro para la artillería con casamatas. El
recinto interior de la fortaleza está compuesto por cinco torres y el
patio de armas. La mayor de ellas es la torre del homenaje con 40
metros de altura y cinco plantas (los dos niveles superiores se
conservan del siglo XV).
De construcción tardía, en el siglo XV sirvió de prisión también para
un César Borgia que logró escaparse de él descolgándose de una maroma
desde lo alto de un torreón no sin que antes el alcaide, Gabriel de
Tapia, apercibido de la huida, cortara la maroma antes de que llegara
al suelo.
También escenario de la lucha de los comuneros contra Carlos I, en
1520 don Antonio de Fonseca quiso sacar la artillería de sus muros
para doblegar a los rebeldes del Alcázar de Segovia, pero Medina, que
simpatizaba con ellos, se negó y Fonseca le prendió fuego.
Existe una Leyenda en el castillo sobre César Borgia
Nuestro protagonista llega a esta situación de nada más y nada menos,
que de la mano de los Reyes Católicos, mediante el brazo ejecutor,
famoso en el mundo entero, conocido como “El gran Capitán”, Gonzalo
Fernández de Córdoba. El Gran Capitán llega a tierras italianas para
apaciguar las revueltas de las familias romañas contra los españoles
que vivían en Italia, o al menos, eso creía César.
Pero en Realidad, Gonzalo Fernández arriba a las afueras de Roma para
detener al hijo del Papa por haber sido aliado del Rey francés contra lo
que se llama el Nápoles español. De esta forma, el Gran Capitán lleva
preso a César hasta España, encarcelándolo, en primer lugar, en el
castillo de Chinchilla. En este mismo castillo, el batallador Borgia
intenta escaparse primeramente.
En la torre del homenaje, alegando subir hasta el punto mas alto para
admirar el paisaje junto a Grabiel Guzmán, alcaide del castillo,
intenta asesinar a este empujándolo hacia el vacío. Aunque César es un
repudiado combatiente, Guzmán es capaz de equilibrarse y tomar el
control de la situación. César Borgia no tuvo mas opción que pretender
que todo era una broma, y no un intento de asesinato. Este relato lo
encontramos de primera mano en las “Relaciones topográficas” de Felipe
II.
Ante esto, el Grán Capitán, hombre audaz y perspicaz, decide trasladar
al prisionero a otro castillo, el Castillo de la Mota, en la actual
Medina del Campo (Valladolid). También hace este traslado para
separarlo de la zona de mayor poder e influencia de los Borgia, el
territorio Valenciano, y alejarlo de la costa. Esta vez, el alcaide,
Gabriel de Tapia, no caerá en sus redes embaucadoras.
Pero si que conseguirá escapar.Tras pasar un tiempo en la prisión de
dicho castillo (eso sí, bajo grandes comodidades dignas de su alta
alcurnia), logra conjurar su escapada junto a la ayuda exterior de
Rodrigo Alonso Pimentel, conde de Benavente, el cual era contrario al
Rey Fernando. Tan solo le faltaba un buen aliado dentro de la
fortaleza; lo encontraría en la figura del capellán de La Mota y
algunos siervos/criados.
De esa forma, en una oscura noche de 1506, César se descuelga desde
una ventana mediante una cuerda. Se dice, que hacia el final, faltaba
algo de soga, por lo que tuvo que bajar de un salto para llegar al
caballo que le esperaba abajo.
A toda prisa, se reúne con el conde de Benavente, quien, tras pasar
por Villalón, donde se escondería unos días, llega a Santander, desde
donde se trasladará hacia Navarra, salvado por el rey Juan III de
Albret, pues este era hermano de su esposa francesa, Carlota.
En realidad todo esto no ocurrió, porque si veis el castillo eso es
imposible. Mario Puzo, en su libro "Los Borgia" narra la realidad de
los hechos:
"Un día, pasada la medianoche, César vio cómo la puerta de su
celda se abría lentamente. Pero en vez de un guardia, quien entró
fue Duarte Brandao (consejero de César) llevaba una cuerda
enrollada alrededor del brazo.
—¡Duarte! —exclamó César—. ¿Qué hacéis aquí?
—Rescataros, amigo mío —contestó Duarte—. Pero debéis daros
prisa. No tenemos mucho tiempo.
—¿Y los guardias? —preguntó César, cuyo corazón latía
frenéticamente.
—Han recibido un generoso soborno —dijo Duarte mientras
desenrollaba la cuerda.
—¿No pretenderéis que descendamos por esa cuerda? —preguntó
César, frunciendo el ceño Es demasiado corta.
—Desde luego —dijo Duarte, sonriendo—. Sólo la colgaré para
proporcionarle una coartada a los guardias —continuó diciendo
mientras fijaba la cuerda a la argolla de hierro que había en la
pared y descolgaba el otro extremo por la ventana.
Salieron de la celda y César siguió a Duarte por la escalera de
espiral que descendía hasta una pequeña puerta en la fachada
trasera de la fortaleza. No se cruzaron con ningún guardia. Duarte
corrió hasta el lugar donde la cuerda colgaba, balanceándose junto
al muro, a varios metros del suelo, y sacó un frasco de terracota
del bolsillo de su capa.
—Sangre de pollo —le dijo a César—. Esparciré un poco justo
debajo de la cuerda y dejaré un rastro que señale hacia el sur.
Así pensarán que os heristeis al saltar y que huisteis cojeando en
esa dirección, cuando, en realidad, nos dirigiremos hacia el
norte.
César y Duarte atravesaron una pradera y subieron a lo alto de
una colina, donde un niño los aguardaba con dos caballos. —¿
Adónde nos dirigimos, Duarte? —preguntó César—. No creo que queden
muchos lugares seguros para vos y para mí. —Así es —dijo Duarte—.
Hay pocos lugares donde podamos estar seguros, pero aún quedan
algunos. Vos cabalgaréis hasta la fortaleza de vuestro cuñado, el
Rey de Navarra...."
El Castillo de Villanueva del Cañedo, también conocido como Castillo
del Buen Amor, se encuentra ubicado en la localidad de Topas, hoy
desaparecida. A sólo 30 minutos de Salamanca. Se trata de un castillo
de estilo renacentista que fue construido en el siglo XV sobre los
restos de una antigua edificación del siglo XI.
En sus orígenes fue una fortaleza militar y los primeros testimonios
sobr el mismo las encontramos en el año 1227, cuando el rey Alfonso IX
de León permuta el lugar a cambio de la heredad de Ortazas en Ciudad
Rodrigo a Don Enrique de Sardina.
En 1447 perteneció al conde de Alba de Tormes, el futuro duque de
Alba, que entregó la población de Villanueva del Cañedo, junto con el
castillo, a los Reyes Católicos en el año 1476, a cambio de la de San
Felices de los Gallegos.
El nombre del Castillo del Buen Amor procede de la leyenda que cuenta
los amores del Arzobispo Alonso de Fonseca con Doña María de Ulloa.
Pero lo cierto es que, según investigaciones recientes, el artífice de
la construcción fue su primo, Alonso de Fonseca Quijada, Obispo de
Cuenca, Ávila y Osma, que lo compró en 1477 a Alfonso de Valencia, que
lo había recibido de los Reyes Católicos como recompensa por haberles
hecho entrega de la ciudad de Zamora.
El Obispo de Fonseca reconstruiría y convertiría entonces el castillo
en su palacio.
De esta forma, Alonso de Fonseca sería el primero en introducir el
estilo renacentista en la ciudad, ya que el resto de edificios, a
excepción de los costeados por él, son de estilo hispano-flamenco.
Castillo del Buen Amor, Salamanca
En esta fortaleza viviría con su amante, Doña Teresa de las Cuevas,
con la que tuvo cuatro hijos. Sería el primogénito, Gutierre, quien lo
heredaría pocos años antes de morir su padre.
En este lugar mantuvieron su amor prohibido a salvo de las
críticas y murmuraciones de la sociedad de la época. A pesar de su
condición de obispo, ambos consideraban su relación tan lícita y
honesta que la defendieron hasta el final.
En 1615, Felipe concede el título de primer conde de Villanueva de
Cañedo a Don Antonio de Fonseca y Enríquez Freire de Andrade y Guzmán,
Caballero de la Orden de Santiago. La profusión del escudo de las
cinco estrellas en sotuer es lo que en un primer momento causó
confusión sobre el autor de la construcción de la fortaleza. Hoy se
sabe con toda seguridad que fue el primo de Alonso Acebedo de Fonseca,
Alonso Fonseca de Quijada.
En cualquier caso, posteriormente el castillo pasó a manos del Duque
de Sexto, conde de Grajal y Marqués de Alcañices y sus descendientes
hasta comienzos del siglo XX.
Posteriormente, el pueblo de Villanueva de Cañedo desaparece y los
vecinos de la zona empezarían a usar sus grandes piedras para
construir sus casas.
Castillo del Buen Amor, Salamanca
En los años 20, pasó a ser propiedad del Marqués de Ivanrey, Fernando
Soriano y Gaviria Moreta y Gutiérrez, diputado de las Cortes por
Peñaranda de Bracamonte y senador vitalicio del Reino. Es entonces
cuando el Castillo del Buen Amor es declarado Monumento Histórico
Artístico (1931).
Pese a ello, el castillo no tenía en esta época gran consideración
para sus propietarios, siendo la finca de 1000 hectáreas en la que se
encuentra la que realmente tenía valor para ellos. De hecho, hasta la
década de los 50 fue usado como almacén agrícola, actividad económica
predominante en la región.
El estado de abandono llegó a ser tan grave que en la torre del
homenaje llegó a crecer una encina y en 1933 sufrió un terrible
incendio que terminó por echar abajo parte del techo y de las plantas
superiores. Y para evitar que la situación fuera a peor, lo único que
se hizo fue establecer la prohibición en 1957 de retirar cualquier
elemento que acelerara la ruina del castillo.
En la actualidad, es un precioso hotel rodeado de jardines y viñedos
que respeta la estructura y los elementos originales del edificio. En
el exterior encontramos un foso de 15 metros de ancho donde se ha
instalado una piscina y en el interior encontramos habitaciones de
todo tipo. Todas ellas diferentes, pues se adaptan a la estructura del
edificio, dotadas de techos de madera y otras de cúpulas o bóvedas.
Se dice que un halo de misterio envuelve el Castillo del Buen Amor. De
hecho, varias son las personas, tanto trabajadores como huéspedes que
dicen haber sido testigos de hechos inexplicables.
Algunos recepcionistas hablan de llamadas desde habitaciones en
las que no se encontraba nadie alojado y que al otro lado del teléfono
solamente podía oírse una extraña respiración. pero también los
huéspedes dicen haber oído ruidos extraños que nos les dejaban dormir.
Uno de los rincones más extraños son las antiguas caballerizas, ¿es
posible que sea el fantasma del Obispo de Fonseca pidiendo que le
preparen sus caballos?
También dicen que se ha visto a una dama de blanco caminando por las
habitaciones, ¿podría ser Teresa de las Cuevas que intenta decirnos
algo?
Otros clientes afirman también haber sentido golpes en las paredes,
ruidos de cadenas por los pasillos o el movimiento de tropas en la
zona que bordea el foso.
14. Castillo de Torrelobatón, el gran Mito Comunero
Castillo de Torrelobatón, Valladolid
Desde el siglo XIII el castillo de Torrelobatón vigila el
vallisoletano valle de Hornija. Hoy sus formas permanecen inmutables
en el paisaje, extraordinariamente conservadas. Un pequeño milagro
dado que no fue un mero agente pasivo, sino que vio combate. Su fama
viene de la rebelión de los Comuneros.
Tomarlo fue una gran victoria para estos, pero también vería partir
a los mismos hacia su derrota total en Villalar. Un lugar por tanto
dramático que hasta haría sus pinitos en el mundo del cine, ya en el
siglo XX claro.
Pero volviendo a sus inicios, estos se asocian a una de las casas
más importantes de Castilla. Los Enríquez acapararon el título de
Almirante de Castilla durante unos dos siglos. Surgieron como linaje
a finales del primer tercio del siglo XIV. Fadrique Alfonso de
Castilla fue el fundador. Hijo bastardo del monarca castellano
Alfonso XI, brilló al frente de la Orden de Santiago. Fue su hijo
quien adquirió el castillo de Torrelobatón.
Durante el siglo XV obtuvo nuevas formas. Se modernizó y adquirió su
aspecto asociado a la llamada escuela de Valladolid. De este modo es
fácil encontrar paralelismos entre algunas de sus estructuras y las
de castillos como los de Peñafiel o Medina del Campo.
Su torre del homenaje comenzó a elevarse entonces y su silueta se
consolidó. Asimismo hay que resaltar que formaba parte del entramado
defensivo general de la localidad con la que comparte nombre.
El destino de los comuneros
Las políticas de Carlos I, su propio origen y relación con el Sacro
Imperio Romano Germánico, llevaron a que buena parte de los nobles
de Castilla se frustraran. El reparto de los impuestos fue la gota
que colmó el vaso y así surgió en 1520 la revuelta de las
Comunidades de Castilla.
Breve, pero importante, quería reponer a Juana I como reina. La
lucha se extendió hasta 1522 en Toledo, pero la realidad es que tras
el 23 de abril de 1521 estaba muerta. Entonces la fuerzas leales al
Emperador decapitaron, figurada y literalmente, la rebelión.
Padilla, líder comunero, consiguió tomar el castillo de Torrelobatón
mediante un rápido asedio en febrero de 1523. Fue una acción que
aumentó la presión sobre los leales a Carlos I. Causa personal, hizo
de la fortaleza su base hasta partir a Villalar.
Moriría junto a Maldonado y Bravo un día después de su derrota en
Villalar. La estructura que conquistó, sin embargo, sobrevivió
aunque maltrecha por la lucha. Sin embargo, se decidió reforzarla,
ya de vuelta a los Enríquez. Así consiguió su aspecto definitivo.
Desde entonces vio pasar la historia y cambió de manos, cada vez
menos necesaria. Su destino final fue ser propiedad de la localidad
a la que pertenece. Restaurado, alberga el Centro de Interpretación
de la Guerra de las Comunidades, que recuerda y pone en contexto la
revuelta.
Pero el castillo se guarda una última bala en forma de curiosidad
cinéfila. En 1961 Charlton Heston campeó delante del lugar dirigido
por Anthony Mann.
El Cid en Torrelobatón
Fue en la archiconocida El Cid y en esta ocasión Torrelobatón se
convirtió en Vivar, donde el héroe decide perdonar al emir de
Zaragoza y se gana su sobrenombre. Sin duda, un último capítulo muy
interesante para esta fortaleza.
15. Ciudad Amurallada de Urueña
Urueña, Valladolid
Con torre del homenaje cuadrada y cubos en las esquinas. Ha servido
durante muchos años como cementerio.
Cuando se edificó fue una fortaleza muy importante, pues formaba
línea fronteriza entre los reinos de Castilla y León, división que
había llevado a cabo a mediados del siglo XII el rey Alfonso VII de
Castilla.
Aquí vivieron personajes importantes de la historia de España. Fue
la mansión habitual de doña María de Padilla, amante de Pedro I el
Cruel.
Otros estuvieron prisioneros, como la princesa de Portugal doña
Beatriz, que más tarde casó con Pero Niño, señor de Cigales
(Valladolid).
Urueña, Valladolid
El conde de Urgel Jaime II, derrotado en el Compromiso de Caspe y
militarmente en Balaguer, fue juzgado y traído prisionero por don
Fernando de Antequera.
La leyenda cuenta que el huésped prisionero más famoso fue el conde
castellano Pedro Vélez, al ser sorprendido en amoríos dentro del
recinto con una prima carnal del rey Sancho III el Deseado.
Un romance cuenta la historia completa, con estrofas tan
descriptivas como ésta:
(...) que el conde don Pedro Vélez
en el palacio fue hallado con una prima carnal del
rey Sancho el Deseado, las calzas a la rodilla
Nos
acercamos lo primero al edificio que se encuentra al fondo, se trata
del Palacio de los Pimentel.
Se empezó a construir en el
siglo XII y tuvo multitud de reformas y cambios en siglos
posteriores.
La parte más antigua que se conserva es la
Torre del Caracol, construida en el siglo XVI, mezcla de estilos
góticos y renacentistas, en su interior destaca su artesonado
morisco.
Hoy en día el palacio tras ser acondicionado, se
ha convertido en Parador de Turismo.
Un hecho que marcará
la historia de Benavente es, en 1398 durante el reinado de Enrique
III, la entrega como condado, al caballero portugués Juan Alfonso
Pimentel, cuya familia se consolidará como una de las principales de
España convirtiendo la villa en centro político y económico,
atrayendo a personas importantes y en definitiva haciéndola crecer.
Tras nuestra visita al parador, dimos un agradable paseo por los
Jardines de la Mota, una zona tranquila, perfecta para descansar,
buscar un poco de sombra en verano y un excelente mirador desde el
que admirar las vegas de los ríos Esla y Órbigo.
Torre del Caracol, Benavente
Tiene un templete de la música y varios espacios
ajardinados como la zona llamada Jardines de la Rosaleda que siempre
está perfectamente cuidado, es el que se encuentra junto al Palacio
de los Pimentel.
En uno de los extremos del paseo hay dos esculturas, un gran
lazo sobre una base de piedra.
Y el Monumento al Condado
de Benavente, que representa la cabeza de un guerrero medieval con
grandes alas y el escudo de armas del caballero portugués don Joâo
Afonso Pimentel, fundador del condado de Benavente.
Un
acontecimiento de gran importancia para la historia de España se
desarrolla en Benavente. En el año 1230 se firma la Concordia de
Benavente, donde se unen definitivamente los reinos de León y
Castilla en la persona de Fernando III
El acceso es
libre, al ser Parador de Turismo
El Duende del Castillo de Benavente
La historia siempre navega junto a la leyenda
No me cabe duda de que las leyendas se asientan en verdades
históricas, que los sucesos notables, establecidos como vox populi,
han pasado de la realidad de los hechos a las ensoñaciones, casi
siempre, poéticas y, por tanto vistas desde un prisma de fantasía
heroica.
Castillo de Benavente, Zamora
Creo que la leyenda evidencia la presencia de Juana I de Castilla en
el Alcázar de los Condes Duques de Benavente, antes de entrar en su
retiro conventual y forzado, de cuarenta y seis años, en Tordesillas,
y se puede contar como uno de los hechos históricos relevantes de
nuestra ciudad y que, sin duda, ha incidido en la historia de estos
pagos con vestigios de transcendencia que fortalecen la leyenda.
Los viejos que llevamos sangre benaventana de generaciones, muchas
veces oímos hablar de los paseos de la Reina Loca por estos parajes
dependientes del Alcázar. Consecuencia de ello son unos versillos,
tres décimas, que identifican y exponen los motivos que escuché a mis
mayores para llamar con tan sugerente nombre a las riberas y praderas
cercanas de los fosos del Castillo.
Expuesto este hecho de la tradición oral del lugar como dato
importante, he de decir que, como cierto y vivido en esta pradera
singular de connotaciones peculiares y desde la distancia de setenta
años, he visto a las lavanderas con su hablar a gritos, sus canciones,
sus tablas de madera con ondulaciones para restregar las ropas y la
lana de los colchones; he visto las prendas tendidas al sol, sobre la
hierba y sobre improvisados tendederos de cuerda entre árboles.
Y sé que hoy, cuando, por las lavadoras y las deliciosas piscinas que
disfrutamos, han quedado silenciadas y solitarias de risas y canciones
las riberas del canal, aún se comentan, por los viejos lugareños, las
leyendas que hablan de estos lugares y, principalmente, las referidas
a la monumental Torre del Caracol y zonas del antiguo Castillo.
Según cuentan, cuando algunos amantes desfogaban en la nocturnidad sus
secretos delirios amatorios y solo la luna era testigo de sus líos,
infidelidades y demás engaños pasionales a la vera de la gran
enredadera que cubría el lado norte de la torre, en noches de luna,
ocurrieron cosas extrañas; escuché que hubo quien se asustó tanto que
abandonó a la dama a su suerte, en situación airada y salió corriendo
hacia la ciudad en paños menores al ver y oír cómo las innumerables
palomas, que tras el desastre napoleónico se adueñaron de los restos
de la Torre, salían volando asustadas en la noche mientras sonaban
lamentos.
Los que lo vivieron aseguraban con reiteración que no eran ruidos del
viento, que eran los lloros entre hipidos de nuestra reina, Juana I de
Castilla y León, que por la noche vagaba por las dependencias del
Castillo sufriendo su pena de amor por el perdido esposo, Felipe el
Hermoso; al que llamaba desesperadamente.
En mi larga narración, que no se puede recoger en un artículo por su
extensión, revelo que fueron quejidos, lamentos y llantos los sonidos
percibidos en la noche de su fallecimiento en Tordesillas; que fue en
horas previas al amanecer del 13 de abril de 1555. Deduzco que todo el
misterio empezó en esas horas anteriores a la alborada primaveral y
fría que presagiaba un día espléndido.
Que nadie se alarme si alguna noche por el recinto se escucha un
susurro como de lloros. Que rece un Padrenuestro por el alma de
nuestra doliente señora, la reina que fue reina y no reinó; una mujer
a la que sus padres casaron por razón de estado, cuando ella pretendía
retirarse a un convento, y acabó encerrada en uno de ellos, aunque en
situación lamentable.
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19. Castillo Templario de Ponferrada
Fortaleza Templaria de Ponferrada
La joya de la corona.
El Castillo de Ponferrada es el atractivo turístico de la ciudad
más importante, visitable casi al 100%. La construcción actual es
el fruto de obras emprendidas a lo largo de siglos por diferentes
señores, condes y reyes.
El monumento más importante que ver en Ponferrada es el
castillo.
Se trata de dos (que no uno) castillos, el llamado «viejo» (o
medieval) y el «nuevo» (que es renacentista), enmarcados ambos
en una solmene fortaleza junto a los ríos Sil y Boeza.
El castillo templario se emplaza en lo que, probablemente, en
origen fue un castro celta, en una posición similar a la de
otros de El Bierzo. Posteriormente se cree que fue un
emplazamiento romano y visigodo.1
Es de estilo románico. Hacia 1178 el rey Fernando II de León
permitió que los templarios establecieran una encomienda en la
actual Ponferrada. En 1180 el rey expidió un fuero para la
repoblación de la villa que había surgido un siglo antes,
documentándose la primera fortificación hacia 1187.2
En 1196, ante el ataque de Alfonso VIII de Castilla y debido al
apoyo que recibió este reino por parte de los caballeros del
Temple, Alfonso IX de León, corona a la que apoya la orden de
San Juan quita Ponferrada a los templarios.
Tras varias disputas, en 1211 Alfonso IX, hace las paces con la
Orden del Temple les donó la villa de Ponferrada a cambio de
ceder a estos algunos castillos. Durante el reinado de Fernando
IV se produjo en Francia el juicio contra los templarios, que
ocasionó la disolución de la Orden.
Para evitar la consiguiente confiscación de Ponferrada, el
maestre leonés del Temple, Rodrigo Yánez, entregó la villa al
infante don Felipe, hermano del rey.
En 1340, Alfonso XI donó Ponferrada a Pedro Fernández de Castro,
su mayordomo mayor, quien seguramente comenzó la construcción
del llamado castillo viejo de Ponferrada. Ponferrada y su
castillo continuaron en poder de la rama gallega de los Castro
hasta 1374. A partir de ese año permaneció en poder de diversos
y sucesivos miembros de la familia real.
El castillo en un dibujo y litografía de Parcerisa en Recuerdos
y bellezas de España (1855)
En 1440, Ponferrada pasó a Pedro Álvarez Osorio, primer conde de
Lemos, que venía reclamándolo desde hacía tiempo. Fue este
importante personaje gallego del siglo xv quien realizó las
grandes obras que configuran la actual fortaleza de Ponferrada,
que comprende: un castillo, el llamado Castillo Viejo, un
recinto amurallado con sus barreras y un palacio renacentista.
Tras diversas disputas y pleitos entre los herederos de Pedro
Álvarez Osorio, Juana Osorio —la hija habida de su segundo
matrimonio con María de Bazán— y Rodrigo Enríquez Osorio,
segundo conde de Lemos —su nieto bastardo—, los Reyes Católicos
adjudicaron Ponferrada a Juana Osorio. Rodrigo Osorio no acató
la resolución y tras poner cerco a la fortaleza se apoderó de
ella en 1485, iniciando así una rebelión contra los reyes.
La Corona reaccionó formando un importante ejército —600 lanzas
y de cinco a seis mil peones— bajo la dirección del almirante de
Castilla con el fin de tomar todas las plazas y lugares del
Bierzo que apoyaban al conde.
Al no rendirse este, se emprendió un duro asedio con artillería
a la fortaleza de Ponferrada, que fue tomada al asalto en el
verano de 1486. Tras pasar Ponferrada a los Reyes Católicos
—previamente al cerco de la fortaleza había comprado los
derechos sobre la villa de Ponferrada a doña María de Bazán y
sus hijos por 23 millones de maravedís—, se iniciaron obras de
reparación y refuerzo de la fortaleza.
Durante los siglos xvii y xviii el castillo fue gobernado por un
corregidor en nombre de la Corona.
A partir de 1850 comenzó un periodo de fuerte declive para el
castillo: el Ayuntamiento vendió los muros y utilizó sus piedras
para construir unas cuadras públicas y un mercado adosados a las
murallas, arrendó el interior como zona de pastos, e incluso
permitió su explanación para ubicar un campo de fútbol. Por fin
en 1924 se le concedió el rango de Monumento Nacional, con lo
que se frenó el deterioro.
Descripción arquitectónica
En el recinto del castillo, con forma de polígono irregular, se
distinguen dos partes diferenciadas: la parte norte, del siglo
xii, y el resto, construido a lo largo del siglo xv, con algunas
obras realizadas en los siglos xix y xx. En tiempos pretéritos
el castillo estuvo rodeado por un foso, excepto en el lienzo
noroccidental, donde el río cumplía esa misma función.
En el interior existe un grupo de fortificaciones del siglo xii
de origen templario: los restos de una barbacana en el acceso a
un patio, al que abren la torre elíptica, parte del paseo de
ronda, una torre que tuvo tres pisos, la torre del Malvecino y
otra torre en la que destaca una puerta de arco apuntado, de
gran valor artístico.
La fachada noroeste constituye un parapeto corrido que termina
en la torre del Moclín, de planta hexagonal irregular. Bajo él
se abría una nueva ronda que defendía el subterráneo que unía el
castillo con un aljibe, situado en una torre albarrana.
La portada principal, de mampostería, está compuesta por dos
torreones que flanquean un amplio arco de medio punto. Tras este
arco se alzaban las puertas de acceso al patio en el que, a la
izquierda, se sitúa la torre del homenaje, desde la que se
accede a la patio de armas, hoy cubierto de escombros.
Antes de entrar en el patio hay un recinto defensivo que conduce
a la torre Cabrera, situada al sur y comunicada con la primera
línea defensiva del lado este, en cuyo punto medio se alza una
torre semicircular, destinada a calabozos y a la comunicación
con la segunda línea de defensa. El paramento continúa hacia el
norte, encontrándose otra torre cuadrada, antes de acceder a la
torre de Malvecino, del siglo xv.
En el patio de armas, adosadas a otra línea defensiva, se
encuentran varias dependencias, como la Galería de los Azulejos,
derruidas y cubiertas de escombros debido a que 1811 una orden
de la Regencia del Reino manda que vuelen las dependencias
interiores (el daño no debió ser muy grande porque en 1815 se
ofreció en sus salones un baile de sociedad) y a que desde que
en 1848 el Ayuntamiento de Ponferrada, con la oposición frontal
de la Comisión de Monumentos de Ponferrada, la empezase a
utilizar como cantera local y mil otras felonías que culminaron
en 1923 cuando se volaron sus muros para la construcción de un
campo deportivo.
Es la joya del turismo para todo aquel que visita Ponferrada: una
mole de piedra llena de magia, historia, secretos y misticismo.
Solo le faltan cocodrilos en el foso bajo el puente de la puerta…
Tras cruzar su entrada, que tiene un diseño rocambolesco y único
pensado para entorpecer los ataques y servir para la defensa,
puedes recorrer la muralla y las torres, los patios y el palacio
del castillo nuevo.
Ahora mismo, el castillo viejo está siendo objeto de unos
trabajos de rehabilitación, por lo que no se puede visitar.
Fortaleza Templaria de Ponferrada
Desde el interior de la Fortaleza tendrás una visión
privilegiada de Ponferrada y sus alrededores.
Se te harán visibles sierras como la de la Lastra o el Courel al
oeste, los Ancares (zona de la cual te hemos hablado ya),
Gistredo y la sierra de Vizbueno desde el noroeste al norte y,
si te giras, verás los Aquilianos, montañas cuyo dibujo en el
horizonte separa El Bierzo de la comarca hermana de La Cabrera,
al sur.
En el palacio del Castillo nuevo puedes encontrar una colección de
reproducciones de libros antiguos llamada «Templum Libri».
En los patios y salas del palacio del Castillo Nuevo, además de la
exposición de libros, muchas veces se realizan actividades
culturales o gastronómicas.
La Fortaleza es el símbolo
de Ponferrada y la primera parada en la visita al casco antiguo de
esta ciudad por el que ahora, esperamos, te acompañaremos.
Si vienes de turismo a Ponferrada, ten por seguro que no va a
pasar desapercibido.
Castillo templario de Ponferrada
Las partes más importantes de la vista al Castillo de Ponferrada
son:
La Muralla: delimita un total de 8.000 metro cuadrados, formadas
por dos partes bien diferenciadas (una más alta y otra más baja) y
con almenas características de este tipo de construcción. Ojo a
las vistas!
Las Rondas: los contramuro añadidos a la muralla principal. Son
tres, la del Sil, la Alta y la Baja.
Las Torres: 8 en total, cada una con sus nombres, y no todas
visitables por su estado. Las más mítica por espectacular, es la
Torre de los Caracoles, en la entrada.
Castillo Viejo y Palacio Nuevo: el llamado castillo viejo es el más
antiguo, y peor conservado, pero más auténtico. El Palacio Nuevo, es
el más restaurado y alberga varias colecciones muy interesantes que
luego te contamos.
Hemos visitado el Castillo de Ponferrada en diversas ocasiones. En
base a eso, otra recomendación: pon atención y fíjate en los
detalles.
Hay infinidad de ellos repartidos por toda la construcción. Por
ejemplo, una TAU templaria en el dintel del arco de la puerta
principal, escudos tallados en las torres de los diferentes señores
que ha tenido el Castillo, o los diferentes elementos defensivos
(desde troneras hasta saeteras pasando por matacanes).
Pero un momento! que falta lo que prometíamos, los espacios
expositivos.
Visita conjuntamente el Museo del Bierzo, del que te hablamos
debajo, y el Castillo de Ponferrada.
Concretamente primero el museo y después el Castillo, lo
disfrutarás mucho más porque tendrás más contexto
Quizá la más interesante es Templum Libri, una
exposición permanente en dos de las salas del Palacio Nuevo centrada
en libros antiguos de alto valor (más de 100, desde códices a
manuscritos… con ilustraciones de maestros como Chilida, Dalí o
Picasso, una locura).
Por otro lado está la Biblioteca Templaria, una Biblioteca y Centro
de Estudios Históricos formada por libros facsímiles y otras obras
antiguas.
En la Torre de Moclín encontramos una
exposición permanente que nos cuenta cómo era la vida en los
castillos durante la Edad Media
Cueva de la Mora
Se ha escrito mucho entorno a la Cueva la Mora del Castillo de los
Templarios. Parte de ello ha contribuido a acrecentar su leyenda y
misticismo. Pero qué es realmente la Cueva de la Mora.
La Cueva la Mora es una mina que comunica el interior del Castillo
con el río Sil. Nace en la ronda del Sil, entre el Castillo Viejo
y la Torre de Moclín. Fue construida en tiempos del primer Conde
de Lemos, Pedro Álvarez Osorio, para garantizar el abastecimiento
de agua dentro de la fortaleza en caso de verse sitiados.
Esta mina o coracha guiaba hasta un pozo de agua situado en la
margen izquierda del río Sil. Para salvaguardar su seguridad, se
construyeron una torre sobre la muralla y dos baluartes
pentagonales.
El acceso al pozo se hacía a través de
una rampa con escalones, por la que se accedía a un espacio
cubierto por una bóveda de cal y canto, conocido popularmente como
“la cueva mora”.
Su nombre nace de una extendida creencia legendaria del Bierzo que
contaba que los moros habitaban en cuevas subterráneas en las que
escondías ricos tesoros.
De la construcción elevada durante el Conde de Lemos se conserva
la mina que comunica el Castillo con el río.
Esta construcción exterior resulta de gran interés sobre todo si
tenemos en cuenta la época en que fue creada. Los conflictos, la
inseguridad y los asaltos eran una preocupación constante para
cuántos habitaban el Castillo. La comunicación con el río de forma
protegida y segura, les garantizaba el abastecimiento de agua
potable en el recinto.
La leyenda o historia de la Virgen de la Encina
Decían los cantares que cierto día, un caballero de la Orden del
Temple, cubierto de sangre, cabalgaba de regreso a Ponferrada.
Regresaba, a duras penas, de la Batalla de Alarcos, una
estrepitosa derrota que desestabilizó el Reino de Castilla hasta
la victoria años más tarde en las Navas de Tolosa.
Una jornada antes de llegar a su destino tuvo una visión: sobre la
copa de una encina vio la imagen de una mujer con un niño en
brazos. Cuando llegó a Ponferrada contó la historia a sus hermanos
de armas, todos atribuyeron la visión a un buen augurio, pues
había visto a la mismísima Virgen. Se acercaban al fin los buenos
tiempos.
Años más tarde, habiendo aumentado la población de la Villa de
Ponferrada, los Templarios decidieron fabricar una fortaleza que
la protegiese contra los ataques de los moros o contra las
continuas revueltas civiles propias de aquellos siglos.
Era el año 1212 —el año de la victoria de Las Navas de Tolosa—, y
salieron a talar un encinar cercano para utilizar su madera en la
construcción del nuevo castillo.
Eran muchas y seculares encinas, y comenzaron a talar no muy lejos
de la actual fortaleza. Al primer hachazo, aquel veterano de
Alarcos, rompió el tronco de una encina dejando al descubierto la
imagen tallada de una Virgen Negra.
Dicen que aquel golpe llegó á rozar la frente de la talla y que la
señal aún se puede apreciar hoy (desgraciadamente aun no he podido
visitar la imagen con un teleobjetivo para comprobar tal
afirmación).
Los Templarios celebraron tan feliz hallazgo acudieron todos a
adorarla y sin dilación alguna hicieron fabricar una capilla en
aquel mismo sitio, en la que colocaron la santa imagen a la que
llamaron de la Encina.
¿Cuál era el origen de aquella talla?
Lo que supieron los Templarios después fue que, aquella talla,
tenía una historia propia.
Era la misma imagen de la Virgen que Santo Toribio había traído de
Jerusalén en el siglo V y que se colocó en la antigua catedral de
Astorga, en donde fue adorada por 300 años, teniendo que ocultarla
los fieles cristianos en el año 714 por miedo al saqueo sarraceno.
Siendo llevada a un encinar alejado de Astorga, justo donde la
encontraron los templarios en el siglo XIII, en el hueco de una
robusta y corpulenta encina.
Más de cuatro siglos había permanecido la imagen de la Virgen en el
hueco de aquella encina.
Un nuevo templo para la Virgen de la Encina
La pequeña capilla de la Encina pronto se quedó pequeña.
La devoción de las gentes y el desarrollo de la Villa hizo que la
Orden, que disponía ya de grandes recursos, construyese una
iglesia mayor (desconozco si en el mismo lugar o en diferente, ya
que este dato no se menciona en las crónicas).
En el nuevo templo la colocaron en su altar, y durante 200 años
fue objeto de adoración por parte de los caballeros Templarios y
de los habitantes de Ponferrada, además de los numerosos
peregrinos y visitantes.
20. Comer en Ponferrada
Restaurante Muna
Calle de Gil y Carrasco 25,
24401 Ponferrada España
+34 693 76 23 70
La Central
Avenida de La Libertad 46,
24404 Ponferrada España
+34 987 03 93 55
Don Jaime
Plaza Republica Argentina,
24400 Ponferrada España
+34 987 01 22 74
y algo mas económicos
Restaurante Mencía Calle Nicolas de Brujas 14, 24401 Ponferrada España +34 637 85 11 44
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