domingo, 3 de noviembre de 2019

Una Escapada a la Albufera de Valencia

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Foto Aerea de la Albufera de Valencia

Flora de la Albufera de Valencia

Rutas en la Albufera de Valencia

Fauna de la Albufera de Valencia

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El Parque natural de la Albufera o La Albufera (Albufera, del árabe البحيرة al-buhayra, "el pequeño mar") es un parque natural de la provincia de Valencia, en la Comunidad Valenciana (España).

Fue también conocido por los romanos como Nacarum Stagnum y en algunos poemas árabes se le denomina Espejo del sol.

En el año 1902, el escritor valenciano Vicente Blasco Ibáñez escribió la novela Cañas y barro, ambientada en la Albufera de principios de siglo XX.


Indice:

  1. Como Llegar
  2. El Marjal
  3. Formación de la Albufera
  4. Algo de Historia
  5. En Barca por la Albufera
  6. Cual es el Mejor Momento para Visitar la Albufera
  7. Hidrografía y Acequias
  8. Flora
  9. Fauna
  10. Rutas en la Albufera
  11. Comer en la Albufera
  12. Otras Rutas Cercanas

1. Como LLegar

Como contaba Vicente Blasco Ibáñez, El Saler sigue siendo la última población de la Albufera camino de Valencia o, lo que es lo mismo, la primera desde la capital. Pero, una vez allí ya no hace falta esperar a la barca correo hacia El Palmar, basta con seguir conduciendo el coche y dirigirse hacia el sur sobre la lengua de tierra que separa la Albufera del mar Mediterráneo por la CV-500. 


Otra opción es conducir por las carreteras del interior, rodeando el lago, V-31, AP-7, A-38, más rápidas, más grandes, más nuevas… pero más alejadas de la belleza del lugar.

Nosotros llegamos conduciendo desde la Toscana valenciana, desde Fontanars dels Alforins y, como si nuestro GPS supiera que nos importaba más ver los mil tonos de verde que tenían los arrozales que llegar pronto, acabamos recorriendo pequeñas vías pecuarias por las que casi nos sentíamos como en una barca con ruedas en mitad de la Albufera.
          

También es posible llegar a la Albufera en transporte público: desde el centro de Valencia parten los autobuses urbanos de la línea 25 que llegan hasta El Palmar y El Perellonet 

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La Albufera de Valencia es una laguna costera somera (profundidad media de 1 m) situada en la costa mediterránea al sur de la ciudad de Valencia. Tiene una extensión de 23,94 km², y está rodeada de 223 km² de arrozales. 

Su cuenca hidrográfica tiene una extensión de 917,1 km², que se extiende desde el nivel del mar hasta una altitud de unos 1000 m. Está separada del mar por una estrecha barra litoral (restinga) arenosa con dunas estabilizadas por un bosque de pinos (Dehesa del Saler). La Albufera es una zona de paso para muchas especies de aves migratorias.

Su valor ecológico es muy grande ya que aquí se encuentran especies de gran valor ecológico en peligro de extinción, como el fartet o el samaruc. Además es una de las pocas albuferas que se conservan en buen estado en la Comunidad Valenciana, cuya costa antiguamente estaba formada por una sucesión de albuferas y marjales. 

2. El Marjal

El marjal son las tierras que anteriormente formaban parte del lago y que ahora están dedicadas al cultivo del arroz. Sus cerca de 14 000 hectáreas son el área más extensa del Parque, representando las zonas llanas inundables y formando un paisaje agrario con gran significado histórico en el contexto valenciano.

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Aunque se trata de un medio antropizado y sometido a un régimen de explotación intensiva, el arrozal constituye un hábitat imprescindible para el funcionamiento del sistema ecológico de la Albufera y una actividad económica tradicional de la población de la zona.

El arrozal confiere una clara estacionalidad a todo el sistema, con las alternancias de inundación/desecación de los campos y el crecimiento de la planta, que hacen variar considerablemente la extensión y características de la superficie inundada, configurándose en sentido ecológico como una laguna temporal que se inunda en otoño y se deseca en primavera, y como zona de cultivo en verano.

Hoy en día aún se pueden ver la sucesión de marjales en toda la costa valenciana, aunque de menor tamaño que la Albufera de Valencia, desde el marjal de Pego-Oliva, el marjal de Jaraco, el marjal de Rafalell y Vistabella en la pedanía valenciana de Rafalell y Vistabella, el Marjal del moro en Puzol-Sagunto, o el marjal de Almenara, entre otros.

El parque natural de la Albufera, a poco más de diez kilómetros de Valencia capital, mantiene la belleza que llevó a los árabes a llamarlo espejo de sol en sus poemas.

La fauna, la flora y el paisaje son sólo algunas de las cosas que ver en Albufera valenciana, recorrer los canales en barca o comer una auténtica paella, las cosas que deberías hacer.

Poco tiene que ver la Albufera de Cañas y barro, donde Vicente Blasco Ibáñez contaba la vida de sus habitantes a finales del siglo XIX, con la Albufera de hoy en día. Ya no hay barca correo que lleve a los habitantes de El Palmar hasta El Saler. 

Hoy las carreteras y las vías pecuarias comunican todas las poblaciones con la capital, Valencia, que ya no es “una ciudad misteriosa y fantástica para aquellos chiquitines criados en una isla de cañas y barro”.

3. Formación de la Albufera

El origen del lago de la Albufera se remonta a comienzos del Pleistoceno. Su formación es el resultado del cierre de una antigua bahía (formada como consecuencia del hundimiento de la llanura valenciana) por un amplio cordón litoral entre los ríos Júcar y Turia, es decir, entre Valencia y Cullera (unos 30 km).

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La separación definitiva entre la Albufera y el mar se dio durante la época romana. Entonces la superficie del lago era mucho mayor (en torno a 30.000 ha) pero con el paso de los años y debido al interés en obtener nuevas zonas de cultivo (especialmente de arroz) se ha ido colmatando, y por lo tanto, disminuyendo de tamaño hasta las 2.800 ha actuales.

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Pero la belleza del lago de la Albufera y de sus arrozales y el hecho de que la paella tenga en El Palmar otro sabor son motivos más que suficientes para que siga mereciendo, y mucho, la pena hacer una excursión a la Albufera desde Valencia.

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“No me iría a vivir a otro sitio aunque me lo regalaran”. Eso fue lo que nos dijo Raúl, jefe de cocina y propietario del restaurante Bon Aire de El Palmar. Algo sigue teniendo esta tierra que atrapa a los suyos –y a los de fuera– de una forma tan intensa.
            

4. Algo de Historia

Edad Antigua

Levántase allí la ciudad de Cicana (Sueca) llamada así por los íberos a causa del próximo río que toma su nombre Sicano (el Júcar) y no lejos del desparramiento de las aguas de este, el río Turia rodea la ciudad de Valentia, más por la parte que la tierra se aparta del mar a larga distancia, la región ofrece a la vista sus espaldas llenas de malezas, por allí vivían apacentando numerosos rebaños los beribraces, gente bozal y feroz que alimentándose con leche y queso sustancioso vivían robusta a manera de fieras. 

Por detrás de esto corre la sierra Capasia con mucha elevación y aquellas playas desnudas de vegetación se extienden hasta los términos de la derruida Chersoneso. Junto a ellas se extiende el lago de las nácaras (la Albufera) y en medio de él se levanta una pequeña isla (la Montaña de los Santos) que produce olivos y por esta razón está consagrada a Minerva.

Edad Media y Moderna

Durante la etapa islámica de la Península, el emir de Zaragoza, Mostahim, recibió la Albufera como premio por su alianza con el Cid la toma de Valencia.

La pesca se reconoció legalmente desde el año 1250, cuando un grupo de habitantes del entonces poblado de Ruzafa (actualmente de Valencia) se trasladó e instaló a la isla de El Palmar para poder pescar de manera más sencilla y cómoda. 

Al tiempo, esta legalidad fue reconocida en las poblaciones de Silla y Catarroja. Jaime I quedó tan maravillado que decidió que "aunque en el Reino, se considerarán fuera del mismo y del término de la ciudad de Valencia, dejándolas anexionadas al Patrimonio del Príncipe".​

En 1250, en Morella, tras haber sido incluido en los bienes de la Corona, se dictó un privilegio el 21 de enero, por el cual cualquiera podía pescar en el lago, con la condición de abonar una quinta parte.

Pueden encontrarse edictos sobre la Albufera con concesiones o ratificaciones de prácticamente todos los reyes, como Pedro I, Juan II, Alfonso II, Martín I, Fernando I, Carlos I, Felipe II y Felipe IV, entre otros.

En 1671 se prohibió la entrada en la Albufera, sus límites y la Dehesa. La descripción de la fauna demuestra que prácticamente se conservaba en todo su esplendor. Carlos III cambió nuevamente las ordenanzas y se comenzaron a arrendar los puestos de caza, reservando dos, Uchana y Rinconcito, para el Capitán General y cediendo dos días al año a quien quisiera cazar.

Edad Contemporánea

Retrato del Duque de la Albufera (Louis Gabriel Suchet), por Delpech en 1830.

Al llegar el siglo XIX, se encontró una prueba de las condiciones que mantenía la Albufera y la impresión que causó en los invasores franceses; José Bonaparte, a petición propia, le concedió al Mariscal Suchet el título de Duque de la Albufera.

Suchet fue el señor del lago y su entorno hasta 1818, cuando el rey Fernando VII recuperó el trono.

Fue a partir del segundo tercio del siglo XIX cuando el lago empezó a estrecharse debido a la práctica de enterrar el lago, para cultivar arroz especialmente. La fauna poco a poco se reducía al mismo ritmo, encontrándose ya únicamente caza menor.

El 12 de mayo de 1865 el lago y la Dehesa pasaron a ser propiedad del Estado, terminando con más de seis siglos de propiedad real.

En 1911, tanto el lago como su Dehesa, pasan a ser propiedad de la ciudad de Valencia, para que todos los valencianos fueran propietarios de este espacio natural de gran valor ecológico, ambiental y paisajístico, aunque la adquisición definitiva no se realizó hasta 1927,​ por un precio de 1 062 980'40 pesetas.​

A mediados del siglo XX se realizó un proyecto para construir el aeropuerto de Valencia en el entorno de la Dehesa,​ y trasladar allí los vuelos que se realizaban en la Malvarrosa, pero finalmente, por problemas de cimentación se trasladó de ubicación a la actual de Manises.

En 1962 se autorizó la redacción de un plan para la urbanización de la Montaña de la Dehesa, al tiempo que el Ayuntamiento de Valencia cedía al Ministerio de Información y Turismo unos terrenos destinados a la edificación de un parador y el emplazamiento de un campo de golf.

En 1967 se aprobó por el municipio el Plan de Ordenación del Saler y con ello se lanzó el proceso de urbanización. En 1971 se concedieron 63 ha a una sociedad privada para la explotación de un hipódromo.​

Aunque anteriormente ya se habían producido informes por parte de la Real Sociedad Española de Historia Natural señalando la preocupación por el futuro del entorno natural de la Albufera, es a inicios de los años setenta cuando las denuncias de Félix Rodríguez de la Fuente en la televisión producen las primeras polémicas públicas. 

Debido a éstas y a su eco entre biólogos, periodistas y el incipiente movimiento ecologista, en 1973 el Ayuntamiento suspendió las subastas de parcelas. En 1974 el consistorio redujo a la mitad la superficie edificable prevista.​

Durante la Transición, las fuerzas políticas y asociaciones vecinales insistieron en el uso público de la Albufera y la Dehesa. De 852 ha previstas, sólo se urbanizaron 40 destinadas a viales. 
            

POR QUÉ ALBUFERA, CUÁL ES SU SIGNIFICADO

¿Te has preguntado qué significa “albufera”? Nosotros sí, porque nos pareció un término “raro”, y fuimos a buscarlo… La palabra albufera tiene su origen en el árabe albuḥáyra, que significa “el marecito” o el “pequeño mar”.

 Eso era en un principio, de hecho, albufera es una palabra genérica, no es sólo la de Valencia. Pero la de Valencia no es un pequeño mar, desde hace siglos sus aguas son dulces.


Una curiosidad para tener en cuenta a futuro: prácticamente todos los topónimos que existen en la península ibérica que comienzan por “al” tienen origen árabe. ¿Lo sabías?

Antes de la conquista, los romanos la conocían como Nacarum Stagnum, lago de nácar. También era bonito, ¿no?

El parque natural de la Albufera ocupa más de 21.000 hectáreas. Entre ellas está el lago natural más grande de España, el lluent de Blasco Ibáñez, de unos 24 km2. Se trata de un humedal costero declarado parque natural el 1986. En el parque se pueden encontrar especies en peligro de extinción y es un paraíso para la observación de aves, al ser zona de paso para muchas especies de aves migratorias.

Las casi 30.000 hectáreas originales del lago en el momento de su formación, hace más de 2,5 millones de años, al comienzo del Pleistoceno –ahí es nada–, han ido reduciéndose hasta las 2.800 actuales.

La llegada de los arrozales y el trabajo de arrebatar espacio de la laguna para crear campos de cultivo le ha robado unas 14.000 hectáreas, las que se conocen como marjal o tancat. Pero, más allá del lago y de los arrozales, el parque natural de la Albufera también está formado por la dehesa del Saler –el cordón de tierra que separa al lago del mar– y el monte –en Cullera y Sueca–.

5. En Barca por la Albufera

Las embarcaciones tradicionales, con sus velas latinas –triangulares– y sus perchas –los palos que se clavan en el fondo del lago como los de los gondoleros venecianos– ya no son las únicas que recorren el lago, pero sigue habiendo pescadores que las utilizan.

Las de la pesca tradicional y de las embarcaciones con vela latina son tradiciones que sería triste perder y que se han intentado proteger declarándolas bien de interés cultural en 2016.

Hoy en día, los paseos turísticos en barca se hacen casi todos con embarcaciones a motor, aunque en ciertos puntos se apagan para disfrutar de la tranquilidad de ese entorno único, momento en que te podrás sentir dentro de un cuadro de Sorolla. 


Nosotros recorrimos los canales, que parecen tajos en la tierra del parque, hasta llegar al lago. Una sensación casi como la de recorrer el Siq de Petra: los estrechos canales giraban entre los arrozales hasta el momento en que, tras el último recodo, se abría toda la lámina del lago, sólo rota por algunos islotes de cañas y por el vuelo de las aves que viven o pasan por allí durante todo el año.


Tras el paseo pudimos entrar en una reconstrucción de barraca. Las barracas eran las construcciones típicas de los pescadores de la zona, fabricadas con cañas, barro y paja en los tejados. 

Sólo una queda en el casco urbano de El Palmar y, como nos sucedió en el Cabanyal, nos explicaron que los incendios y la insalubridad, unidos a las comodidades de los edificios de ladrillo, han ido acabando con ellas.


 Atravesar la puerta nos llevó a la barraca del tío Paloma: los útiles de pesca colgados de las vigas, los de labranza en el suelo, la cocina en el centro, el techo de paja y la pequeña cama… Es fácil entender que se fueran abandonando este tipo de construcciones, aunque, cómo no, nos habría encantado ver el paisaje de la Albufera con todas las barracas.


En nuestro caso partimos del embarcadero de El Palmar, aunque es posible hacerlo también desde otros puertos y embarcaderos del lago. El coste de un paseo en barca de este tipo ronda los 4-5 € dependiendo de la compañía con que se haga.

6. Cual es el Mejor Momento para Visitar la Albufera

Siempre es buen momento para hacer una excursión a la Albufera: en el mes de mayo los arrozales se cubren de agua multiplicando por tres la superficie del lago; a finales de junio y julio el verde intenso de los arrozales se convierte en un espectáculo para la vista, dando paso después al amarillo antes de la recogida en septiembre; de octubre a febrero, la temporada de pesca, es posible ver el trabajo de los pescadores capturando lubinas y anguilas durante los paseos en barca… Y en cualquier momento del año, por supuesto, se puede disfrutar de la gastronomía de la zona.

7. Hidrografía

Resultado de imagen de Rambla del PoyoLa cuenca vierte a la Albufera por diversos barrancos o ramblas.​ 

Los más importantes que llegan son: la Rambla del Poyo (también conocido como barranco de Torrente, barranco de Masanasa o barranco de Chiva), cuya cuenca tiene 367,6 km² (el 40 % de la cuenca total); el Barranco de Picasent (también conocido como barranco de Beniparrell); el Barranco dels Algadins tiene una superficie de cuenca de 23 km², y la mayor parte de su cuenca está ubicada en el término municipal de Alginet, aunque también discurre por el término de Algemesí.

Este barranco pierde la definición de su cauce en Algemesí, convirtiéndose en una acequia, la cual desagua en la Albufera.

Barranco del Poyo

Aunque la Albufera tiene una cuenca hidrológica propia, la realidad es que esta solo proporciona una pequeña parte de las aportaciones, mientras que la gran mayoría de las aguas llegan desde los ríos Júcar y Turia (en menor medida).

 En este sentido, la Albufera es parte integrante del esquema hidrológico del río Júcar, pues recibe además por una red de sesenta y tres acequias el agua sobrante del riego. 

Estas acequias también recogen parte de los vertidos de aguas residuales de poblaciones de los alrededores, como El Romaní.

Las acequias de la Vega de Valencia toman las aguas del río Turia después de la Acequia Real de Moncada, aprovechando los últimos caudales, y dejando sus sobrantes y escorrentías para la acequia del Oro y los regadíos de Francos y Marjales de la Albufera de Valencia.

Además existen aportes de manantiales que surgen del fondo y de los alrededores de la laguna, cuyas aguas recoge también la red de acequias que cruzan los arrozales,​ así como las aguas procedentes de las depuradoras de Pinedo, Quart-Benager y Albufera Sur.

Las Acequias

Desde la época romana y musulmana, la zona cuenta con una importante red de acequias y canales para el riego. Una de las más importantes es la Acequia Real del Júcar, el cual es el canal de riego que proporciona el agua a la mayor parte de las huertas y los arrozales situados en el entorno de la Albufera; su caudal medio en los periodos de riego es de 15 m³/s.

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Desagua indirectamente en la Albufera, ya que aporta los caudales sobrantes por distintos canales que desembocan directamente en el lago: l'Alqueresia, Barranquet, La Foia, Nova de Silla y termina en la acequia de Albal.

La Acequia Madre de Sueca, por su parte, da servicio a los arrozales de la zona sur de la Albufera; su caudal medio en los periodos de riego es de 13 m³/s.​ Las aguas llegar a l'Albufera por la acequia Nova que termina en la acequia Dreta.

Mientras que la Acequia de Favara, una de las ocho acequias de la Vega de Valencia que están bajo la jurisdicción del Tribunal de las Aguas de Valencia, riega las huertas y campos del margen derecho del antiguo río Turia dominados por esta acequia hasta la acequia de Rovella y los arrozales del noroeste de la Albufera de Valencia, terminando en el canal del Port de Catarroja. 

Al igual que la Acequia del Oro, la cual es la última acequia de la Huerta de Valencia, que da riego a las tierras del margen derecho del río Turia comprendidas entre el cauce del río, al sur del mismo, y el mar Mediterráneo, en su mayor parte tierras del arrozal de la zona norte del Parque natural de la Albufera, terminando sus aguas en l'Albufera por el canal del Port de El Saler y la acequia de Rabisanxo.

8. Flora en la Albufera

Las especies vegetales que existen en la Dehesa19​ se incluyen en las siguientes comunidades: dunas litorales, saladares, maquia y bosque mediterráneo, y formaciones palustres.

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En el caso de las dunas litorales (más cercanas al mar) destaca la presencia de especies pioneras propias de dunas móviles como la grama de duna o la campanilla de mar y de dunas fijas como el aladierno o el lentisco.

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En las malladas se acumulan sales, por lo que las plantas que viven aquí están adaptadas a las altas concentraciones salinas, de ahí el nombre de saladares. 

Suelen ser vegetales suculentos, como por ejemplo la hierba salada y la barrilla.

La Maquia y el bosque mediterráneo está formado por especies arbóreas y arbustivas como el pino carrasco, el taray, el lentisco, el enebro y la coscoja, además del mirto, el tomillo, la aliaga, el romero, la satureja y el palmito.

En último lugar, siempre en contacto con el lago de la Albufera y los diferentes canales y acequias, se desarrollan comunidades palustres, entre las cuales predominan las cañas, las aneas, las mansiegas y los carrizos, los cuales hunden sus raíces en el agua dulce o el lodo húmedo.

9. Fauna de la Albufera

El lago tiene gran diversidad de animales en su entorno. 

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Aunque se pueden destacar algunas especies de peces,​ como el fartet y el samarugo, por ser dos especies de peces en peligro de extinción, la reciente aparición del pez babosa Blennius fluviatilis, y la anguila, mújol y lubina por su importancia económica.

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Aunque sin lugar a dudas este parque es conocido por la extraordinaria riqueza avícola​ que posee destacando entre las anátidas el pato colorado con hasta 10 000 ejemplares, la cuchara común con hasta 20 000 ejemplares o el ánade azulón.

También son destacables las colonias de garzas, pudiendo reseñar la garcilla bueyera, la garcilla cangrejera o la garza real.

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Por último es reseñable la presencia de especies como el charrán común, el charrán patinegro, la cigüeñuela común, la cerceta pardilla o la gaviota.

10. Las Mejores Rutas en la Albufera



Estanque de l'Albufera.

Uno de los principales atractivos de nuestra provincia es el Parque Natural de l'Albufera. Este particular fenómeno orográfico consiste en una laguna de agua salada separada del mar por un cordón de tierra arenosa. A solo media hora en coche desde Valencia, l'Albufera ofrece lugares donde aparcar para dejar el coche y pasar una velada diferente.

Además de sentarse en el muelle para ver el atardecer, la Albufera propone muchas rutas en las que descubrir la belleza de la fauna y flora del lugar. 

Itinerario Histórico de la Gola del Pujol

La Gola de El Pujol es uno de los tres canales que comunican la Albufera con el mar. Frente a una gran montaña arenosa de 9'5 metros de alto se extiende este gran canal que conecta directamente con el Mediterráneo.

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Gola del Pujol Nou

El mirador hace posible ver el mar y l'Albufera simplemente girando la cabeza y nos permite darnos cuenta de que la Devesa es una estrecha franja de arena.

Este trayecto recorre los atractivos clásicos del terreno como las zonas de pesca de angulas, actividad tradicional de los pueblos de alrededor, las aves marinas que poblan la Devesa y, por supuesto, el estanque de la Albufera.

Itinerario botánico

L'Albufera es un escaparate de las especies más variadas de la vegetación mediterránea. Sus condiciones climáticas crean un complejo natural muy interesante, del que muchos valencianos no somos conscientes.

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Esta ruta propone un camino verde en el que vislumbrar vegetación tan variada como romero, palmito, brezo o pino carrasco.

Este itinerario es ideal para realizar en familia, por su corto recorrido y porque además de admirar el paisaje, permitirá conocer y aprender la vegetación de la zona.

Itinerario paisajístico

Este itinerario discurre por el Camí Vell de la Devesa, que unía la ciudad de Valencia con el Perellonet.

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Se trata del trayecto de mayor distancia, ya que transcurre a través de la Devesa que separa el mar de la Albufera.

Este camino permite también descubrir la diversidad de especies vegetales del clima mediterráneo como el olivo, los juncales o las plantas alóctonas.

Además, se podrá caminar por las dunas de interior, montañas arenosas sobre las cuales se ha formado un ecosistema en la maquia litoral que constituye la comunidad más evolucionada de la Devesa.

Si en tu visita quieres realizar alguna actividad, en este enlace te lo pueden solucionan, click aquí.

Itinerario de los sentidos

El cantar de los pájaros, los aromas de las flores silvestres de la zona y el rugoso tacto de los árboles son algunas de las paradas de esta ruta para experimentar l'Albufera de una forma única.

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Solemos primar la vista sobre el resto de sentidos a la hora de hacer turismo, sin pararnos a prestar atención a los detalles que solo se pueden alcanzar a través de los otros sentidos.

Con este itinerario podrás descubrir los secretos de la zona natural más emblemática de la provincia con los cinco sentidos.

Itinerario lúdico por la playa del Saler

Ir a la Albufera es, además de una inmersión en la naturaleza, diversión. Y es que, el estar al lado del mar casi obliga a darse un baño para refrescarse.

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Esta ruta cautivará a los más pequeños que podrán jugar a exploradores buscando las plantas de las dunas y los escarabajos peloteros que se esconden en la arena.

Después de toda una mañana bajo el sol en la playa del Saler, conviene ir a alguno de los múltiples restaurantes de la zona a degustar los productos de la zona comiendo una buena paella.

Itinerario Histórico del Saler

Aquellos que hayan disfrutado del itinerario histórico de la Gola de Pujol, apreciarán también este recorrido por la zona tradicional del Saler. Un paseo por el pueblo de pescadores descubriendo las tradicionales barracas y el «pi verot», una especie de pino de escasa representación en la Devesa.

Como curiosidad, se cree que el nombre de «El Saler» hace referencia a un conjunto de barracas situadas donde actualmente está el pueblo y en las que se almacenaba la sal que procedía de las antiguas salinas localizadas cerca de la zona conocida hoy, como «Racó de l’Olla».

Ruta por el Racó de l'Olla

La Reserva Integral de avifauna del Racó de l'Olla constituye un lugar con un elevado interés botánico y faunístico, por su ubicación entre la Devesa y l'Albufera.

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En época invernal con unos buenos prismáticos se pueden vislumbrar la gran cantidad de aves acuáticas de la reserva desde los múltiples observatorios de madera.

Además en el centro de la ruta se encuentra el Centro de Interpretación Racó de l'Olla en el que se puede visitar la exposición permanente sobre la Reserva y el Parc Natural de l'Albufera. También ahí, se puede contemplar el paisaje desde lo alto de la Torre-Mirador.

Ruta por Na Molins

La zona del palmar está dominado por campos de arroz, acequias, casas de aperos, masías, además de numerosas especies de aves.

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Este trayecto es ideal para hacer en bicicleta, debido a su larga distancia, para poder admirar el paraje de gran valor cultural, natural y paisajístico donde el agua crea un valioso ecosistema.

Una de las paradas, el Marjal, es ahora una zona inundada en la que se encuentran algunas de las muchas plantaciones de arroz, pero no siempre fue así. En el siglo II d.C, formaba parte de la Albufera, ya que esta era 10 veces más grande que en la actualidad.

Ruta por el «Tancat de la pipa»

Desde el puerto de Catarroja; lugar de atraque, construcción y reparación de los albuferencs -típicas embarcaciones que se usan en la laguna-, comienza un camino, recomendable para hacer en bicicleta, que lleva hasta el conocido Tancat de la Pipa.

Ahí, se celebran, a finales de junio, exhibiciones de vela latina y la procesión de Sant Pere en barca.

Tras un trayecto de 3'7 kilómetros atravesando los arrozales del Barranco del Poyo es fácil observar algunas aves de la zona como carriceros, aguilucho lagunero, gaviotas, cormorán grande, garzas, somormujos e incluso se puede llegar a escuchar cantar al calamón o al Zampullín chico.

Ruta por las Dunas del Dosser

Este cordón dunar ofrece una diversidad de hábitats muy interesante.

Las dunas litorales son una de las formaciones naturales que mejor representan el dinamismo y la fragilidad del medio costero. 

Siendo una de la pocas zonas en las que no se ha edificado en los años previos a la ley de costas, constituye un lugar ideal para dejar el coche cerca de la playa y pasear con calma entre las dunas y huertas.

Si en tu visita quieres realizar alguna actividad, en este enlace te lo pueden solucionan, click aquí.

11. y para comer en la Albufera

Pasqualet
Calle Francisco Monleon 12, 
46012 El Palmar, España
+34 961 62 03 41

Arroceria Maribel
Calle Francisco Monleon, 5 | Valencia, 
46012 El Palmar, España
+34 961 62 00 60

La Cambra Dels Sentits
Calle de Redolins, 27 | Calle Redolins,27, 
46012 El Palmar, España
+34 961 62 03 56

Mornell
Calle Francisco Monleon 31,
46012 El Palmar, España
+34 660 05 28 43

Mateu
Calle Vicente Baldovi, 17, 
46012 El Palmar, España
+34 961 62 02 70

12. Otras Rutas Cercanas:

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