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miércoles, 13 de abril de 2022

En Ruta por las Torres y Castillos del Señorio de Vizcaya (I): Del Valle de Orozco al Castillo de Muñatones

Torre Aranguren, Orozco

Orozco, Vizcaya

Parque Natural de Gorbea, Vizcaya

Torre de Torrelanda, Orozco

Torre de Ibargüen, Sandamendi

Torre de Terreros, Zalla

Castillo de Muñatones, Vizcaya

Las casas torre fueron un tipo de vivienda fortificada construida por los linajes feudales, la mayoria, entre los siglos XIV al XVI.

Durante la Edad Media los linajes más poderosos, agrupados en dos grandes bandos, oñacinos y gamboínos, se enfrentaron por las fuentes de riqueza y poder en todo el Territorio de Vizcaya.

Para su defensa construyeron casas-torre en lugares estratégicos. Estos edificios cubrían simultáneamente las funciones de residencia familiar, bastión de defensa militar y símbolo de prestigio público en una sociedad que vivió de manera convulsa y violenta las etapas finales de la transición bajo medieval.

La torre, torre fuerte o casa torre es uno de los elementos más populares del paisaje construido en Vizcaya, posiblemente sólo superado por el caserío.

Esta popularidad deriva en parte de su abundancia. Cuando en 1946 Javier de Ibarra y Pedro de Garmendia publicaron su obra Torres de Vizcaya recogieron noticias de cerca de 200 de estas construcciones en todo el Señorío y eso que se les escaparon unas cuantas. De hecho, prácticamente no hay municipio que no presuma de poseer al menos una torre, y en ocasiones llegan a acumularse de forma sorprendente en algunos pueblos.

Sirva de ejemplo el caso de Gordexola, donde aún pueden verse 7 y la documentación nos recuerda la existencia de otras 7: 14 torres en una extensión de 41 km. .

Pero, sobre todo , el afecto hacia las viejas torres fuertes se debe a su carácter evocador de uno de los más grandes momentos épicos del pasado vizcaíno: las guerras de bandos.

Indice:


1. Como Llegar al Valle de Orozco, origen de nuestra ruta




Está situado en el extremo suroeste de Vizcaya, en su límite con la provincia de Álava, rodeado por los municipios vizcaínos de Arrancudiaga, Aracaldo, Artea (Castillo-Elejabeitia), Ceberio, Villaro y Ceánuri, y los alaveses de Zuya, Amurrio, Ayala y Llodio).

 

  2. Algo de Historia

LOS ORIGENES

Las leyendas, siempre atractivas pero pocas veces fundadas, remontan algunas de estas torres hasta épocas remotas .

 La de Alcedo (Sopuerta) habría sido edificada nada menos que por Hércules hacia el año 1335 antes de Cristo. 

La de Echaburu (Izurza) sería obra de Lope de Odino, que la levantó en tiempos del emperador romano Antonino Pío (138-161), para ser sitiada y derribada por las tropas del visigodo Ataúlfo (410-415). 

La de Butrón (Gatika) se debería a un tal capitán Gamíniz, caballero del siglo VIII... La realidad, sin
embargo , se muestra mucho menos heroica y, por supuesto, más próx ima cronológicamente.

En efecto, las torres vizcaínas fueron construidas en una coyuntura muy concreta: la crisis que sufrió el
Señorío -como toda Europa Occidental- durante los siglos XIV Y xv.

Torrelanda de los Leguizamón, Orozko

Las dificultades afectaron a todos los grupos sociales, pero fueron los hidalgos más acomodados - la pe
queña nobleza, podríamos decir-la primera en reaccionar ante esta dura situación. 

Y su reacción consistió , fundamentalmente , en el recurso a la violencia: impusieron cargas sobre los labradores, usurparon tierras camunales, se apropiaron de los diezmos de las parroquias , asaltaron a los viandantes..

Pero estas actividades no solucionaron todos los problemas de los señores. No contentos con expoliar a
los más débiles, cada familia noble -cada linaje- trató de apoderarse de las fuentes de riqueza de los clanes vecinos, en un intento de extender su poder económico y político, de «valer más», en palabras de Lope García de Salazar, uno de los grandes protagonistas de aquellas luchas. 

Los linajes así enfrentados fueron asociándose entre sí en una extensa trama de alianzas que finalmente se resumía en dos grandes bandos, Oñacinos y Gamboínos.

Todo esto sucedía a partir de los años finales del primer cuarto del siqlo xiv.

El constante estado de guerra que suponían los conflictos banderizos obligó a la nobleza rural a reforzar sus viviendas, a convertirlas en pequeñas fortalezas en las que poder resistir los embates de los clanes rivales. Nacían así las torres fuertes.

Torre del Casco, Sestao

La torre era, por tanto , la mansión del jefe de un linaje, del «pariente mayor» de un grupo familar amplio -incluía a criados, «atreguados», campesinos más o menos sometidos ...- al que dirigía tanto en la guerra como en la paz. 

Ello le obligaba a disponer de una casa que reflejara su jerarquía -o lo que era lo mismo, su preeminencia socioeconómica- y que, al mismo tiempo, ofreciera ciertas garantías en caso de ataque exterior.

y era lógico que se adoptara la torre como modelo a seguir. 

No sólo era el tipo más sencillo de edificación castrense, sino que además gozaba de una larga tradición como construcción de lujo y prestancia social: la torre era siempre el cuerpo principal de las casas de los terratenientes o de los gobernantes reales o señoria.

EVOLUCION FORMAL 

Apenas sabemos nada sobre las torres del siglo XIV, ya que los edificios actualmente conservados son muy posteriores y las noticias documentales escasas e inconcretas. 

Sin embargo, podemos afirmar que las torres más primitivas eran de madera, lo que explica su frecuente - destrucción por incendio. Serían edificios muy simples, de planta cuadrangular y dos o a lo sumo tres alturas. 

El esqueleto portante del edificio sería una estructura entramada de postes y vigas, con los cerramientos de tabla. 

Las torres más desarrolladas estarían rodeadas por una empalizada y contarían con algunas construcciones auxiliares, unas de uso agropecuario y otras destinadas a acoger a la tropa al servicio permanente del pariente mayor. Estas torres de madera se mantuvieron vigentes en Vizcaya hasta principios del siglo XVI, pero al menos desde fines del XIV empezaron a convivir con construcciones de piedra. 

Las razones fundamentales de esta evolución serían la progresiva difusión de las armas de fuego, contra las que poco podía hacer la tabla, y la evidente imagen de prestigio que una casa pétrea proporcionaba a sus propietarios: la piedra es el material noble por excelencia, el único que puede desafiar con éxito al paso del tiempo y los embates de las inclemencias climatológicas; la piedra es poder, riqueza y durabilidad. 

Ello explica que en el testamento de Gonzalo Gómez de Butrón, redactado en 1404, se insistiera en el hecho de que la torre que poseía en la villa de Balmaseda era «de cal y canto» (mampostería). 

Y más de un siglo después, al iniciarse la reconstrucción de la torre de Arteaga (Gauteguiz de Arteaga) el contrato de obras recalcaba repetidamente que el nuevo edificio había de ser «de piedra» (sillería) -sin duda con anterioridad era de mampostería. 

De acuerdo con una norma arquitectónica muy extendida entre los pueblos periféricos de Europa, el paso de la madera a la piedra sería lento, a partir de la progresiva sustitución de piezas lígneas por otras pétreas, aunque sin cambio sustancial de función.

 Es decir, que cambiaron los materiales, pero no el aspecto de las torres. En un primer momento sólo la parte baja de las fortalezas se aparejaría en piedra, mientras la superior seguiría siendo de tabla. 

Así era la casa fuerte que construyera Gómez González de Butrón en Mungía, pero que no pudo resistir el ataque artillero de los Avendaño «pasandola [los proyectiles] de parte en parte por la madera e por las paredes debaxo que eran delgadas». 

Más tarde se pasaría a las torres íntegramente levantadas en piedra, y que seguirían repitiendo el mismo modelo que hemos descrito más arriba: planta cuadrangular, dos o tres alturas, posiblemente remate aterrazado defendido por una baranda o incluso por almenas, empalizada exterior... Pero tampoco son éstas las torres que hoy podemos contemplar en pie. 

Por razones que nos son desconocidas, y que probablemente tengan más que ver con las mentalidades que con los hechos políticos y militares, todas las torres fueron reconstruidas en torno al año 1500, y sólo en algunos casos -Muñatones (Muskiz), La Quadra (Güeñes), Martiartu (Erandio), Ucona (Ond árroa)...- se reutilizaron los restos de los edificios anteriores.

LAS TORRES CONSERVADAS 

































Podemos suponer que , en líneas generales , estas tardías torres conservadas no serán muy diferentes a sus predecesoras . aunque ciertos datos nos inclinan a pensar que pudieron ganar algo de altura y quizá perder ciertos elementos de carácter militar en beneficio de otros más residencialistas.

 Son edificios de dimensiones modestas, de planta cuadrangular y volumen ligeramente vertical (la altura nunca llega a la mitad del perímetro) . 

Carecen de cimientos, por lo que la sustentación se confía totalmente a los muros. 

Es por ello que éstos superan en el piso bajo l metro de espesor. llegando a los dos -Martiartu (Erandio)- e incluso rodando los tres metros -Muñatones (Muskiz), Zamudio (Zamudio). 

Se aparejan en mampostería o en sillarejo -éste es habitual en las comarcas costeras-, reservándose la sillería para los esquinales y el recerco de los vanos. En algunas torres todo el edificio es de sillería, pero en estos casos podemos decir sin temor a equivocarnos que se trata de edificios de l siglo XVI. Este volumen acoge dos o tres alturas. 

La baja, dedicada a cuadra, es cas i ciega : tan sólo algunas aspilleras y un pequeño acceso para el ganado, por lo general en una fachada lateral. La primera planta es la propiamente residencial. En ella se sitúa el acceso principal, al que se llega a través de una escalinata exterior de piedra, el «patín». Una vez dentro, unos tabiques de tabla o de vergana - zo recubierto de yeso separaban las distintas habitaciones: cocina, comedor , alcobas ... 

Unas pocas y estrechas ventanas servían para iluminar estas estancias . Las torres más sencillas culminan con un camarote de escasa altura. Seguramente son las más parecidas a las fortalezas anteriores, las desaparecidas, aunque quizás éstas contaran con un remate en almenado. 

Las más desarrolladas, sin embargo, cuentan con un segundo piso ocupado por una única habitación, un amplio salón abierto al exterior a través de varias ventanas de mayores dimensiones que las que se ven en el piso inferior. 

En cualquier caso , los vanos son escasos , con la excepción de los de la última planta. En general se distribuyen de forma arbitraria por las distintas caras, no primando a ninguna sobre las demás -hasta el extremo de que , de no . ser por la presencia del acceso , en ocasiones es difícil decidir cúa l es la fachada principal. La estructura interna de l edificio era íntegramente de madera , aunque lo cierto es que hoy casi ninguna torre conserva su «esqueleto» original. 

En éste un grueso pie derecho sustentaba una viga central secundada por otras dos vigas durmientes , paralelas a aquélla, asentadas en un escalonamiento de los muros o en ménsulas dispuestas a tal fin . Sobre ellas descansaban las solibas , que a su vez servían de base al piso holladero de tabla. 

En las construcciones de mayores dimensiones este sistema se complicaba ligeramente. al utilizarse dos o cuatro pies exentos. Ocasionalmente esta estructura podía ser independiente de los muros perimetrales, que sólo hacían las veces de cortinas de cierre. 

En estos casos las vigas horizontales laterales no apoyaban en las paredes, sino que reposaban sobre un juego de pies derechos ordenados en retícula (entre 3 x 3 y 4 x 4). El remate de las torres es variable. 

La mayoría terminan en un tejado a cuatro aguas, que parece haber sido el sistema habitual de cubrición. 

Pero algunas cuentan con almenado volado sobre matacán -Martiartu (Erandio), Zamudio (Zamudio), Villela (Mungía), La Puente (Güeñes)-, aunque no parece que este método haya estado muy generalizado. 

Ya hemos dicho que las torres son muy numerosas en Vizcaya, pero son sobre todo abundantes en la comarca de Las Encartaciones, la más occidental del Señorío: con sólo una cuarta parte del territorio vizcaíno, concentra más de la mitad de las torres conservadas. 

LOS CASTILLOS 

En ocasiones estas fortalezas estaban dotadas de sistemas de defensa exterior permanentes: murallas con torres angulares y fosos. 

Esto las convertía en pequeños castillos , y las diferenciaba sensiblemente del resto de las casas fuertes del territorio. En concreto, en Vizcaya se conservan restos de cinco de estos castiIlos: 

Butrón (Gatika), Arteaga (Gauteguiz de Arteaga), La Piedra (Zalla), La Ouadra (Güeñes) y Muñatones (Muskiz). 

De los dos primeros sólo queda el arranque de las murallas y sus torreones: en el siglo XIX ambos edificios fueron reconvertidos en sendos castillos de corte romántico, de gran calidad arquitectónica pero de escasa consonancia con lo que habían sido hasta entonces. 

El castillo de Piedra, por su parte, está casi totalmente arruinado , a excepción de un paño de sus murallas y una torrecilla. La torre de La Ouadra es la más modesta de la serie. Se trata de una torre fuerte -una de las más características- rodeada por una muralla simple, sin cubos, pero con un desarrollado y bien defendido sistema de acceso. 

El castillo más importante es el de Muñatones. Como en los casos anteriores el núcleo de la fortaleza es una torre, pero en este caso cuenta con dos murallas poderosamente almenadas : la primera es simple, pero la segunda cerca cuenta con torres cilíndricas en las esquinas y cubos en el centro de los paños delantero y trasero, protegiendo los accesos . 


3. Croquis de nuestra ruta


Iniciamos nuestra ruta en el

4. Valle de Orozco

Orozco, uno de los municipios con mayor riqueza natural de la provincia de Vizcaya, nos abre sus puertas para que disfrutemos de sus montañas, bosques, cuevas y ríos. 

Un gran entorno natural, que se ve complementado por el patrimonio cultural, histórico y arquitectónico que nos ofrece el valle que hoy os presentamos. 

Valle de Orozco, Vizcaya

La anteiglesia de Orozco, se encuentra protegida por el Parque Natural de Gorbea y los ríos Altube y Arnauri. Un valle, en el que existen decenas de barrios diseminados por sus laderas. Y es que, lo que hoy en día es el centro neurálgico de Orozco, Zubiaur, no es más que uno de los muchos barrios existentes en este municipio vasco.

 Si queréis saber qué ver en Orozco os recomendamos que sigáis leyendo. ¡No tiene desperdicio!

Los más de 100 kilómetros cuadrados de superficie con los que cuenta Orozco hacen que nos sea difícil recorrer cada uno de los puntos de su geografía. 

Qué ver en Orozco.

Orozco cuenta con muchos espacios que merecen la pena visitar. Algunos de ellos situados en el centro del municipio, otros, esparcidos entre valles. En cualquier caso, todos ellos cuentan con un encanto muy especial. 

Puente de Anuncibai 

El puente de Anuncibai se encuentra al principio del valle de Orozco, en los límites con la vecina localidad de Llodio. 

Puente de Anuncibai, Orozco

Construido por Martin de Larrea, esta increíble estructura de piedra representa uno de los puentes más llamativos de Vizcaya junto al puente viejo de Balmaseda.

 Cerca de este puente, encontramos la antigua ferrería, la ermita de San Miguel o el Palacio Anuncibai, construido en 1941 por el arquitecto Jesus Basterrechea. 

El río Altube, es el encargado de dividir este conjunto de edificaciones definiendo las edificaciones que se encuentran entre los límites territoriales de Orozco (casa torre, ferrería y molino) y los de Llodio (palacio y la ermita).

Palacio de Anunciabai, Orozco

Parque Natural de Gorbea

El Parque Natural de Gorbea es uno de los espacios naturales más emblemáticos de Orozco. Y es que se trata del Parque Natural más extenso de todo el territorio. 

Parque Natural de Gorbea

Un lugar de referencia para el montañismo. La cima del Gorbea tiene 1.482 metros.

 

 Museo etnográfico de Orozco

Este museo ubicado en la Casa Palacio Legorburu, se encuentra en el centro neurálgico de Orozco, en Zubiaur. Frente al frontón y el ayuntamiento. 

Casa Palacio Legorburu, Orozco

 A lo largo de sus 3 plantas encontramos diferentes temáticas que nos permiten conocer el patrimonio histórico del valle de Orozco, la vida tradicional en el valle y los pobladores de las tierras altas de Gorbea.

Ayuntamiento

El ayuntamiento de Orozco, un edificio construido entre los años 1750 y 1754, cuenta con el escudo del Señorío de Vizcaya en su fachada principal, un elemento, que, fusionado con la piedra, llama la atención de todas las personas que visitan esta localidad. 

Ayuntamiento de Orozco

La piedra con la que fue construido se extrajo de Nafarrondo, la cantera que encontramos en el propio municipio de Orozco. 

Antaño, cada una de las plantas estaba destinada a un fin especifico, así, en la planta baja se encontraba la cárcel, en la primera planta el salón y el archivo y en la segunda el consultorio médico.

Cascada de Belaustegi

Cascada de Belaustegi, Orozco

La cascada de Belaustegi es una de las grandes joyas de Orozco. Un pequeño paraíso natural, que, escondido entre humedales, bosques y ríos nos ofrece un espacio de ensueño, de película. 

En caso de que queráis visitarlo, os recomendamos que vayáis preparados, y es que el acceso hasta la cascada es de todo menos sencillo. 

Iglesia de San Bartolome de Olarte 

Esta iglesia de una sola nave se encuentra junto al cementerio de mismo nombre, en el barrio de Ibarra. 

La construcción de este cementerio supuso el final de los enterramientos en el interior de esta iglesia de Orozco. 

Iglesia de San Bartolome de Olarte 

Como habéis podido comprobar, esta iglesia, al igual que la Torre Aranguren, estaba vinculada a la familia Olarte, uno de los grandes linajes del valle. 

Las primeras constancias escritas de esta iglesia están datadas en 1381, pero la mayoría de los elementos son del siglo XVI. En su interior se conserva la tumba de los Olarte junto con un tríptico procedente de Flandes.

Barrios de Orozco

Barrios de Orozco

Como hemos indicado anteriormente, Orozco está formado por decenas de barrios, que, asentados en las laderas de los valles que componen el municipio, nos regalan una estampa de película. 

Iglesia San Juan Bautista

Esta iglesia situada en un alto, en el barrio de Donibane, fue el principal templo religioso de todo el valle.

Iglesia San Juan Bautista, Orozco

 Según varios estudios, esta iglesia construida sobre el año 1180 se levantó en honor a San Román, aunque sobre el año 1498 paso a ser en honor a San Juan Bautista. 

Actualmente esta iglesia está abandonada y cerrada al culto.

Ermita Santa Catalina

 La ermita de Santa Catalina es una de las 11 ermitas que encontramos esparcidas por todo el valle de Orozko. 

Ermita Santa Catalina, Orozco

En este caso, la ermita que tenemos ante nosotros está ubicada en Jauregia, junto a la carretera principal y el arroyo Atxuri.

Itxina


Aunque en este mismo apartado también hemos incluido el Parque Natural de Gorbea, espacio al que pertenece Itxina, creemos que la belleza y singularidad de este espacio hace que se merezca un espacio independiente. 

Este biotopo protegido es donde se encuentra el ojo de Atxulaur y la cueva cárstica Supelegor, hogar de las brujas y lamias de Gorbea. 

Si los lugares que hemos mencionado en este apartado os han sabido a poco, os recomendamos que sigáis conociendo este municipio visitando lugares como los restos del castillo Medieval de Untzueta, Torrelanda, el Palacio Muñoz o la iglesia San Pedro de Murueta.

 

5. Para comer en Orozco

Restaurante Arrugaeta
Plaza Zubiaur, 8, 
48410 Orozko España
+34 946 61 00 01

Iza
Calle De Gorbeia, 7, 
48410 Orozko España
+34 946 61 00 03

Asador Fuentene
Barrio Lekunbiz, 26, 
48170 Zamudio España
+34 846 66 23 90

6. Torre Aranguren

La Torre Aranguren es una de las estructuras más llamativas de todo Orozco, sin lugar a duda uno de los edificios civiles más emblemáticos de todo Vizcaya. 

Torre Aranguren, Orozco

La casa-torre de Aranguren fue construida en torno al año 1500. Es de estilo renacentista y una de las más bellas de Vizcaya. Lleva un escudete con las armas de los Olarte, con quienes estuvieron emparentados los Aranguren desde el siglo XIV, y fueron los dueños de este edificio hasta el siglo XVII. De hecho, el barrio de Aranguren forma parte de la feligresía de la Parroquia de San Bartolomé de Olarte.

Esta edificación, ha sido rehabilitado por los diferentes propietarios que ha tenido a lo largo de su historia. Un hecho, que hace que se encuentre en perfecto estado de conservación.

La Casa Torre de Aranguren no es, pese a su nombre, un castillo o fuerte, sino un caserío de hidalgo o un palacete rural. 

La estructura de la casa es de estilo gótico, si bien posee elementos decorativos de estilo renacentista apreciables en la fachada principal, como el amplio portal en arco apuntado levemente tallado.

7. Torre de Torrelanda


Torre de Torrelanda, valle de Orozco

Localización: 43°06’54.7″N 2°54’38.8″W

La Torre de Torrelanda data del siglo XVI, más concretamente a partir de 1.523 cuando Carlos I de España y V de Alemania vende al señor Sancho Díaz de Leguizamón, titular de una de las más importantes y acaudaladas familias bilbaínas todo el valle de Orozco por 900.000 maravedíes, tras habérselo expropiárselo en 1.521 al señor de Ayala (Pedro de Ayala) que había apoyado a Juan de Padilla, Juan Bravo y Francisco Maldonado, los Comuneros de Castilla en su guerra con Carlos I.

Se trata de una torre de planta cuadrada, desmochada y construida en sillarejo, alcanza los 15 metros de altura. En sus muros pueden veremos dos accesos ojivales, ventanas góticas, varias aspilleras, el escudo de los Leguizamón y Calatrava en su fachada norte.

Actualmente está restaurada y es de propiedad privada.

8. Castillo de Unzueta

Castillo de Unzueta, Orozco

Castillo de Unzueta, Orozco (Simulación)

Otro de los Castillos de Vizcaya que debéis conocer es El Castillo de Unzueta. 

Esta antigua fortaleza medieval, se sitúa en el precioso pueblo de Orozco. Su localización estratégica, en lo alto del monte Unzueta, ya nos da una idea de su carácter defensivo. 

Hoy en día, tan solo se conservan algunos vestigios de sus cimientos. Aún así, resulta una visita muy interesante si quieres conocer a fondo la historia de esta provincia vasca.

A pesar de que hoy en día solo quedan restos de esta fortaleza, en su pasado el Castillo de Unzueta tuvo gran importancia. Aunque sus orígenes no están del todo claros, ya que se hace mención a este castillo en distintas leyendas que marcan su existencia incluso en el siglo VI. 

Otro de los hechos significativos en la historia del Castillo de Unzueta se sitúa en el siglo XIII, cuando Alfonso X el Sabio tomó la fortaleza. El castillo fue finalmente destruido durante la Primera Guerra Civil Castellana.

El Castillo de Unzueta fue destruido en el siglo XIV y actualmente solo se conservan sus ruinas

Sus restos situados en lo alto de un monte, nos muestran un recinto amurallado donde se encontraba una torre de tres plantas. Todos los detalles de su edificio que hoy conocemos, hacen referencia a una construcción defensiva que resistió numerosos ataques. 

Para aquellos que les gusten realizar rutas de senderismo y disfrutar de la montaña, una visita a estas ruinas es una opción perfecta. Anímate a conocer los restos históricos del Castillo de Unzueta. 

9. Casa Torre de Zubiete

Gordexola, Provincia de Vizcaya
Casa Torre de Zubiete, Torre de Oribay, Torre Palacio de Zubiete

Localización: 43°11’16.7″N 3°03’12.1″W

Historia y descripción

La Torre de Zubiete se levanta sobre la ribera derecha del Herrerías, al lado del puente que le da nombre, en el que confluía el camino que llegaba desde Okondo, a través de Zaldu, con la calzada Artziniega-Sodupe. 

Se trata de un conjunto compuesto por dos volúmenes bien diferenciados: La Torre propiamente dicha, de estilo gótico-renacentista, y el Palacio moderno barroco, construido en el siglo XVII. Presenta planta en forma de «L», ruto del adosamiento del palacio, que fue construido en menores proporciones y a diferente altura.

La Torre de Zubiete combina características de varias tipologías. Cuenta con salón, pero su volumen, el grosor de sus muros y la amplitud y situación del acceso bajo la acercan más a las torres sin salón, y la probable ausencia de patín la relaciona conalgunos palacios torre. 

En cuanto al Palacio, es, pese a su sencillez, un buen y temprano ejemplo de la llegada a Vizcaya de las modas clasicistas italianizantes, en este caso, importadas de Castilla, más concretamente desde Álava. La Torre es de planta prácticamente cuadrada con un moderado desarrollo vertical, pero por la disposición de los vanos de la sala, rozando el tejado, es posible que fuera algo más alta en origen. 

Se divide en tres alturas que no respetan totalmente laestructura interna original del edificio. La fábrica es de mampostería, de piezas areniscas desbastadas combinadas con canto de río, ordenado todo ello en hiladas irregulares y toscas. En los ángulos y recerco de los vanos se utiliza la sillería arenisca trabajada a escoda.

El piso bajo sólo conserva un hueco original: un amplio arco apuntado de nueve dovelas irregulares, sin clave, que asientan sobre prolongados salmeres. Este ingreso se sitúa en la cara principal, ligeramente descentrado. En las restantes fachadas seabren tres huecos adintelados modernos. La planta residencial dispone en el frente de un nuevo ingreso apuntado. 

Actualmente se llega a él a través de un patín moderno englobado en el palacio adosado. Una pequeña ventana apuntada y otros siete vanos, de diversas cronologías pero todosmodernos o contemporáneos completan el fenestraje de este piso. El segundo piso, el salón, es el más singular. 

Al centro de la fachada principal abre un vano de cuerpo entero, ligerísimamente apuntado, estrecho y bastante alto, cuya peculiaridad radica en que su cañón es de medio punto con dovelaje de corto radio,algo insólito en la comarca. 

Este tipo de vano se repite en la cara derecha, y, como en el caso anterior, su túnel es de medio punto y dovelas cortísimas, de tal forma que presenta más arco que radio.El Palacio se adosó a la fachada principal, pero sin ocultarla en toda su anchura, de forma que los dos edificios forman un ángulo recto y crean ante ellos una pequeña plazoleta.

Es una construcción modesta, que combina las necesidades residenciales de cierto lujo con la dedicación agropecuaria. A lo primero responden las ventanas molduradas y el escudo de la planta noble; a lo segundo, el doble arco que forma un soportal, como en los más genuinos caseríos.

El resultado de esta intervención fue un volumen acostado, ligeramente más profundo que ancho, aparejado en mampostería reforzada mediante sillares de muy buena talla en el recerco de los vanos, y bastante más torpemente trabajados en los esquinazos. 

Solo la fachada principal conserva su primitiva imagen. En el bajo se construye un doble arco escarzano sobre pilar central y pilastras esquineras rematadas en pequeño capitel moldurado. Ya en el primero se abren tres ventanas, dos de ellas coincidiendocon los arcos del bajo y una tercera ligeramente desplazada a la izquierda. 

Son huecos adintelados recercados de orejeras lisas con alféizar moldurado; al interior, poseen túnel escarzano y están dotadas de asientos. En el eje con el pilar del soportalse ha instalado un escudo con las armas de los Urrutia protegido con un guardapolvos

10. Torre de Ibarguen

Gordexola, Provincia de Vizcaya


 Torre de Ibargüen, Torre del Pontón

Visita: Exterior
Localización: 43°10’28.0″N 3°05’21.8″W

La Torre de Ibarguen se alza en el barrio de El Pontón, a escasos metros del puente al que se debe esta denominación. Es una construcción de estilo gótico-renacentista llevada a cabo en el siglo XVI, que tipológicamente, responde a los esquemas de astorres sin salón: volumen cúbico, dos alturas más camarote, hermetismo de los muros en el piso bajo y algunas ventanasen el primero, vano de ingreso a la cuadra estrecho, presencia de aspilleras altas de iluminación en parte de los muros.

Es de plantacuadrangular, con una considerable altura, la mayor en cifras relativas entre las torres sin salón de la comarca, a la que, además, se ha añadido un camarote que recrece el edificio en más de un metro. Este volumen, bastante cúbico en origen, acoge hoy tres alturas más el ya mencionado desván.

Sus muros, asentados sobre un zócalo de escasa salida, se aparejan en mampuesto de pequeño tamaño, recuadrado conformando piezas alargadas y ordenadas en hiladas. Las esquinas y recercos de vanos se refuerzanmediante sillares areniscos. El sistema de vanos está muy modificado, ya que en el siglo XVII la torre sufrió profundas transformaciones, pero aún pueden verse algunos de los huecos primitivos, y huellas de otros desaparecidos. 

Así, en el piso bajo, enla cuadra, se conserva unacceso apuntado abierto en la cara derecha. Aquí se hallan, además, varios luceros, todos ellos abocinados hacia el interior. El ingreso principal, un gran portón adintelado abierto en el siglo XVII, se sitúa en la caradelantera. 

De esta fase originalnos resta el trazado de un acceso que tendría su alcance a través de un patín de piedra adosado del que no queda rastro alguno. Una reciente intervención ha dotado a la casa de un nuevo acceso de medio punto.

El piso residencial se hallaba mejor iluminado. 

A la izquierda de la fachada principal muestra un vano de acceso en arco ligeramente apuntado. Sobre la que fuera su clave existía un espacio cuadrado relleno de mampuesto, que hoy acoge un escudo de los Urrutia.EnIbargoen falta la sala superior, la segunda altura residencial que caracteriza a las más genuinas torres. 

En el siglo XVII se reestructuró el interior del edificio. De este modo, se creó una segunda planta residencial que aprovechaba la exagerada altura de la primera y absorbía el camarote. Su aspecto exterior también cambió, para mostrar, en su parte superior una serie de almenas con remate piramidal.

11. Torre de Terreros

La Herrera, Provincia de Vizcaya, Torres de Vizcaya


Torre de Terreros

Estado: Ruina
Visita: Exterior
Localización: 43°12’19.6″N 3°10’16.9″W

El barrio de La Herrera se sitúa en un meandro del Cadagua que serpentea por un paso muy angosto, donde la vega es apenas más ancha que el propio río. Por allí discurría también, en un pequeño desmonte en la margen izquierda del cauce, el camino real Balmaseda-Bilbao, y al otro lado, “allende el vado”, en palabras del cronista medieval Lope García de Salazar, está la torre de Terreros.

La primera noticia sobre el linaje de Terreros se remonta a 1385, cuando uno de sus miembros participó de forma activa en la guerra entre los bandos -facciones nobiliarias- oñacino y gamboíno, que durante los siglos XIV y XV asoló el País Vasco. Los Terreros militaron siempre en el bando oñacino.

Aunque la torre ya existiría posiblemente en el XIV, lo que hoy podemos contemplar fue construido a fines del siglo XV por Juan Galíndez de Terreros.

Con posterioridad la fortaleza no parece haber conocido grandes cambios, salvo el adosamiento de un caserío. Pero, tras ser abandonada por sus ocupantes, durante las dos últimas décadas ha sufrido un importante deterioro. La falta de mantenimiento culminó con la caída de la cubierta, y con ella la de toda la estructura interna del edificio.

A pesar de ello, Terreros aún mantiene una silueta imponente y suficientes elementos de interés como para hacer de ella una de las torres más características de Vizcaya.

La torre de Terreros es un llamativo volumen vertical, con una planta cuadrada de cerca de 10 metros de lado y unos 15 metros de altura.

Sus gruesos muros (1.20) se aparejan en el habitual mampuesto recuadrado, reforzado con sillares muy grandes en las esquinas y más reducidos en el recerco de los huecos.

El piso bajo servía de cuadra y almacén -y ocasionalmente de cárcel-. Tenía un único acceso, un arco apuntado alto y estrecho abierto en la que hoy aparece como fachada principal. A su lado, un poco más alta, una aspillera de grandes dimensiones servía para iluminar la planta, al igual que otra muy similar en la fachada izquierda.

El piso residencial era el primero. Su acceso está tapiado al exterior (oculto bajo la casa adosada), pero desde el interior se aprecia su silueta. Sería, como es usual en estas construcciones, un arco apuntado al que se llegaba a través de un patín -escalera exterior de piedra-, que fue desmontado con motivo de la construcción del caserío anexo.

Ya en el interior, en este nivel se hallaban el hogar, los camastros en los que dormían los servidores y la alcoba o cámara del pariente mayor. Sólo esta última estaría individualizada del resto del espacio mediante unos tabiquillos de verganazo -varas de avellano entrelazadas y forradas con yeso o arcilla-. Se iluminaba esta altura mediante algunas ventanas y luceros, aunque en la actualidad todos estos huecos han sido alterados en Terreros.

Esta planta es, como corresponde a una verdadera torre, desproporcionadamente alta (cerca de la mitad del total del edificio). Esto planteaba problemas de iluminación y ventilación, por lo que fue necesario abrir en la parte más alta del piso unos grandes luceros -el de la cara principal puede verse en el centro de la fachada-.

La segunda planta la ocupaba una sala, un amplio espacio sin divisiones interiores abierto al exterior a través de tres ventanas ligeramente apuntadas situadas en las tres caras que eran visibles desde el camino, mientras que la actual fachada principal, pese a estar orientada al sur, carece de vano. Además hay varias aspilleras que posiblemente compartían las funciones militares -bocas de tiro- con las de lucero.

Por encima de la sala existía un camarote, lo que resulta poco habitual en las torres. Y es este espacio el que presenta los elementos más singulares de Terreros: además de algunas aspilleras, cada fachada cuenta con una ladronera, un cuerpo volado que permitía a los defensores de la fortaleza arrojar objetos sobre cualquier atacante que lograra acercarse hasta los muros de la torre. Son éstas las únicas ladroneras conservadas en las torres vizcaínas, lo que hace de Terreros un caso muy especial.

Es posible que por encima de este camarote con ladroneras discurriera un remate almenado, pero si así fue, nada ha quedado de él.

Como se ha indicado, la estructura interior y la cubierta se han perdido. Aquélla era a base de pisos de madera sustentados en un pie derecho central y los escalones que presentan los muros en cada piso. El tejado era piramidal, a cuatro vertientes.

12. Castillo de La Piedra (Zalla)

Construida sobre una anterior del siglo VIII. 

Fue construido por Juan de Velasco. 

Fue volado en la primera guerra carlista, 1833-1840

Castillo de La Piedra, Zalla

Bernardino Fernández de Velasco, condestable de Castilla, lo edificó en 1500 sobre una torre anterior. 

Era un gran torreón con murallas y cubos esquineros. 

Fue volado después de 1876, al terminar la tercera guerra carlista, desapareciendo así la torre del homenaje y dos lienzos de su muralla. Hoy sus restos forman parte de una finca particular.

Sólo conserva los restos de dos lienzos de la muralla y dos cubos

Sistema constructivo: Mampostería Sillería Ladrillo

Se conservan los lienzos de la muralla y dos cubos, uno de ellos reconstruido

Estado de conservación:
Muy bueno

Titularidad:
Privado

13. Comer en Balmaseda

Skamata
Lehendakari Agirre Kalea, 1, 
48800 Balmaseda España
+34 946 80 18 47

Restaurante Mendiondo
Barrio De Revilla, 1 B. Revilla, 1 - San Martin de Carral, 
48190 Sopuerta España
+34 946 50 44 52

Aretxaga Jatetxea
Barrio Aretxaga 16, 
48860 Zalla España
+34 946 39 06 79

Restaurante Calera
La Matanza, 41, 
39880 Valle de Villaverde España
+34 638 85 66 62


14. Torre de La Quadra

La Quadra, Provincia de Vizcaya, Torres de Vizcaya


Torre de La Quadra

Localidad: La Quadra
Visita: Exterior
Localización: 43°13’18.6″N 3°01’14.3″W

Se sitúa en una suave ladera sobre la margen derecha del río Cadagua, dominando una de las entradas al valle de Salcedo. En lo más alto del lugar se alza la torre de La Quadra. Su característico volumen destaca sobre el resto del caserío, recreando una imagen que sin duda fue bastante habitual en los momentos finales de la Edad Media.

El linaje de La Quadra de Salcedo parece arrancar de un hijo bastardo de Ordoño de Zamudio, que a principios del XV se asentó en este estratégico punto de la vega. Durante aquel siglo los La Quadra tomarían parte en las guerras entre los bandos -facciones nobiliarias- oñacino y gamboíno, militando siempre con los primeros.

Pero ello no les evitó tener algunos roces con otras familias oñacinas. Como cuando hacia 1453 un Salazar se apoderó de la torre y obligó a su propietaria, la viuda de Juan de La Quadra, a casarse con él, a fin de hacerse con el importante y estratégico patrimonio del linaje. 

La respuesta no se hizo esperar, y el prestamero de Vizcaya -el encargado de administrar justicia-, secundado por varias familias tanto oñacinas como gamboínas, reunió un verdadero ejército de 1.500 hombres para atacar a los Salazar. Estos, por su parte, les hicieron frente -y derrotaron con 800 hombres. Pero, pese a su victoria, la fortaleza fue finalmente devuelta a los La Quadra.

Posiblemente después de estos hechos se reconstruyó la torre, ya que por sus características formales podemos datarla en los años finales del siglo XV. Con el paso del tiempo La Quadra fue transformada en un caserío. 

Ello supuso algunas alteraciones, aunque no tan graves como en otros casos semejantes. Sin embargo, en 1981 un incendio destruyó la estructura interna, y la casa fue abandonada, iniciándose un acelerado proceso de ruina.

Afortunadamente sus propietarios acometieron hace ya algunos años la reparación del tejado, con lo que parece que se ha detenido el deterioro. Pero aún será necesario intervenir de forma decidida si queremos recuperar una de las mejores torres vizcaínas.

Es una fortaleza más compleja de lo habitual, al estar formada por la torre propiamente dicha y una cerca exterior que define un amplio espacio cuadrado. La muralla aún alcanza en algunos puntos los 4.5 metros de altura, aunque en otras zonas se ha arruinado por completo. 

Han desaparecido también sus arcos de entrada -debieron de ser dos-, pero se conservan en parte las dos líneas de saeteras, pequeñas las inferiores y de gran tamaño las de arriba, que recorrían la cerca.

Al parecer esta muralla servía de base a unas construcciones o “camaras” de madera que permitían ampliar las limitadas capacidades residenciales de la torre, y que, aunque muy alteradas, se mantuvieron en pie hasta el incendio de 1981.

El cuerpo de la torre es de planta cuadrangular (aproximadamente 11 x 9 metros) y con una gran altura (cerca de 18 metros). Los muros, de más de un metro de espesor, se aparejan en mampostería reforzada con sillares en las esquinas y en el recerco de los vanos. 

Su interior acoge tres alturas. El bajo era cuadra, almacén y, cuando era preciso, cárcel. Se entraba en él a través de un arco levísimamente apuntado de grandes dovelas. Además pueden verse en este nivel algunas aspilleras: unas servirían para disparar sobre los atacantes que hubieran logrado superar la cerca exterior; otras serían simples luceros.

El piso primero, con una altura interna de unos de 8 metros -casi la mitad del total de la torre-, era el principal. Se llegaba hasta él a través de un patín o escalera exterior de piedra protegido por un muro, de forma que quedaba oculto a los ojos de un posible atacante. 

Este patín es posiblemente el más complejo de los conservados en Vizcaya: una pequeña escalinata de doble tiro lleva a un ingreso en arco levemente apuntado; por él se pasa a la escalera propiamente dicha, que a su vez conduce a un nuevo arco ojival; éste da paso a un rellano desde el que, por fin, se entra en la torre.

En esta planta se hacía la vida diaria: aquí estaban el hogar, aquí dormían y comían servidores y tropa, aquí estaba la alcoba o cámara del pariente mayor, que estaría individualizada del resto del piso mediante unos tabiquillos de verganazo –varas de avellano entrelazadas y forradas con yeso o arcilla-. Este piso contaba con varios vanos: aspilleras de defensa y de iluminación, una ventana conopial en cuya rosca se tallaron dos escudetes con las armas de los Salcedo y los Zamudio, y unas puertas apuntadas -hoy cegadas- para pasar a las “camaras”.

La segunda planta estaba conformada por una única y amplia sala iluminada por cuatro ventanas ligeramente apuntadas, una por fachada, además de nuevas aspilleras. La estructura interior era a base de pisos de madera sustentados en un pie derecho central y los escalones que presentan los muros en cada piso, pero casi todo ello se perdió tras el incendio de 1981. Remata la torre un tejado piramidal, recientemente restaurado.

15. Torre Loizaga

Torre Loizaga, Galdames

Esta majestuosa fortaleza, se erige en el siglo XIII, antiguo bastión defensivo del linaje Ochoa García de Loyzaga. 

Fue rescatada de sus ruinas por el empresario y coleccionista originario de Galdames, Miguel de la Vía, cuyo temperamento artístico le impulsó a acometer una titánica obra de reconstrucción que abarcaría décadas de artesanal y dedicado trabajo.

Situada en un alto de Galdames, esconde la mayor colección privada de Rolls-Royce de Europa  

No hay lugar mejor  para albergar los modelos más selectos de esta y otras marcas de lujo, resguardados entre montañas, bosques y viñedos. 

La torre se alza en un paraje exuberante y cautivador, muy cercano a la costa y sus playas. 

Torre Loizaga es la única colección europea que cuenta con todos los modelos de Rolls-Royce fabricados entre 1910 y 1998, conservados en perfecto estado y listos para ser puestos en marcha en cualquier momento.

16. Torre de Portugalete


Torre de Portugalete, Torre de Salazar

Estado: Restaurada
Localización: 43°19’13.0″N 3°01’01.9″W

Antigua casa-torre, su construcción data de finales del siglo XV, construcción cuadrangular, realizada en mampostería, con sillares en las zonas nobles del edificio. Cuenta con cuatro plantas. y su cubierta es un tejado a cuatro aguas, típico de las casas-torre medievales.

Perteneciente al linaje de los Salazar en Portugalete. Representa la fuerza militar y el poder de esta familia en el intento, por parte del Pariente Mayor, de introducirse en Portugalete. Desde aquí podía dominarse todo el tránsito marítimo, así como los caminos que circunvalaban la Villa.

El edificio, con el tiempo, pasó de ser torre defensiva, a ser una residencia señorial, transformándose según las nuevas necesidades de sus moradores. En el año 1934, con la Revolución de Octubre, la casa fue incendiada. Entonces, apareció un muro de la antigua casa-torre.

Sobre estos restos, el arquitecto Joaquín Irízar, en el año 1958, reconstruyó La Torre con aspecto de castillo medieval. La última reconstrucción se llevó a cabo cuando fue adquirida por el Ayuntamiento para ser destinada a fines culturales. Era el año 2003. Alberga en su interior un Museo y un restaurante de alta cocina vasca.


17. para comer en Portugalete


The Willows
Las Mercedes, 28, 
48930 Getxo España
+34 946 57 99 39

El Bar de Rafa
Ibaigane 17 Metro Areeta, 
48930 Getxo España
+34 944 80 26 90

Jai Alai
Ibaiondo Kalea, 2, 
48930 Getxo España
+34 944 98 70 90

y una vez en Bilbao si queremos mas información de la ciudad, podemos clickar aquí:



y desde aquí acabamos la primera parte de nuestra ruta en el 


18. Castillo de Muñatones

Castillo de Muñatones, Vizcaya

Nos dirigimos hasta la localidad de Musques, en el espacio natural protegido de la Ría del Barbadún, para descubrir otro de los Castillos de Vizcaya qué debes visitar. 

El Castillo de Muñatones fue construido durante el siglo XIII, sobre los restos de una torre que data del siglo XI. Se encuentra situado en un lugar estratégico, desde donde se domina tanto los prados como el Mar Cantábrico.

El Castillo de Muñatones se compone de una torre y dos recintos, siendo el primero cuadrado con un cubo a cada lado y un segundo recinto más simple con almenas. Su historia está ligada a uno de los personajes destacables de la época, Lope García de Salazar. 

De su estructura actual podemos observar un arco ojival junto al acceso de su torre, sobre donde se sitúan los escudos de los Muñatones, Salazar y Butrón.

Debido a sus murallas exteriores, el Castillo de Muñatones es la única torre de Vizcaya considerada castillo

Debido a su monumentalidad y a su importancia dentro del patrimonio de Vizcaya, fue declarado conjunto monumental. También destaca por su valor histórico y por el buen estado de conservación de los restos de esta torre. 

Este conjunto monumental, se ganó la declaración de Monumento Histórico-Artístico en el año 1944. 


19. y para comer cerca del Castillo de Muñatones

Rest.La Fabrica de Juan
Playa la Arena, 
48508 Zierbena España
+34 946 36 53 61

Asador Zubia
Pobena,15, 
48550 Pobeña España
+34 946 70 69 25

Restaurante Mugarri
A Morenillo Bidea 2 Plaza de Pobeña, 
48550 Pobeña España
+34 617 03 82 92

Taberna de Eloy
El Puerto, 17, 
48508 Zierbena España
+34 946 36 53 13

20. Otras Rutas Cercanas