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jueves, 16 de diciembre de 2021

Una Escapada de Fin de Semana en Lérida (y II): Alrededores

Guimerá, Lérida

Penelles, Lérida

Trincheras de Las Cuevas, Vilanova de la Barca

El Sindicat de Cervera

Monasterio de Vallbona de los Monges, Lérida


Indice:

1. Croquis de nuestra ruta

Continuando con nuestra visita a la ciudad de Lérida, vamos a visitar lo mas destacado de los alrededores

 

empezamos con nuedstra excursión desdce Lérida, yendo hacia un trozo de nuestra historia, 

2. Trincheras de Las Cuevas


A principios de abril de 1938, el estado mayor del ejército republicano ordenó la construcción de una serie de líneas fortificadas y paralelas, “L”, para proteger Cataluña de la ocupación franquista. 

Estas líneas se comunicaban con las de la primera línea de combate, a la margen izquierda del río Segre, por un entramado de construcciones bélicas que se apoyaban en las acequias del canal de Urgell.

Trincheras de Las Cuevas, Vilanova de la Barca

Este espacio de las trincheras de Les Coves se apoyaba en la tercera acequia del canal de Urgell y su nido de ametralladora protegía el sector comprendido entre el Pla d’en Ramon y las Llacunes. 


Trincheras de Las Cuevas, Vilanova de la Barca

A través de su trinchera de evacuación, se comunicaba con los abrigos de asentamiento ligero, espacio donde se cobijaba el material y el personal militar de la intemperie y de la acción del enemigo.

Trincheras de Las Cuevas, Vilanova de la Barca

Este elemento defensivo, junto con el del Tossal Roig y otros de desaparecidos estuvieron activos desde abril de 1938 hasta enero de 1939, fecha en la que, ante el avance de las fuerzas franquistas, las fuerzas republicanas se vieron obligadas a retirarse de sus posiciones hacia el interior de Cataluña.

3. Penelles, el pueblo del Arte Rural


Penelles será el último pueblo de Lérida. Hasta hace bien poquito, se trataba de un pueblecito más de esta Cataluña vaciada, situado en la comarca de La Noguera.

Sin embargo, algunos emprendedores dispuestos a situar a Penelles en el mapa de los lugares que ver en Lérida, idearon hace unos pocos años el Festival de Murales y Arte Rural. En 2016 se celebró la primera edición. 

Desde entonces, han repetido año tras año, convirtiendo este pueblecito de apenas 500 habitantes en un auténtico hito del arte mural callejero.


En la actualidad son más de 100 los murales que se pueden verse a lo largo y ancho de esta población. Y os aseguro que, en sus distintos estilos, se trata de algo verdaderamente fascinante. No es raro que, desde entonces, Penelles sea conocido como el pueblo de los murales.



Ya veis que Lleida es mucho más que sus paisajes naturales, de manera que haréis bien de, en caso de acercaros hasta estas tierras, dedicar al menos una semana o diez días a visitar Lleida y su provincia.


4. Para comer en Penelles

Amoca
Calle Llibertat, 32,
 25240 Linyola España
+34 973 57 51 10

Restaurant 2007
Av. Catalunya, 69, 
25332 La Fuliola España
+34 973 57 10 73

Castell del Remei
Finca Castell del Remei, 
25333 Penelles España
+34 973 71 81 65


5. Cervera

Cervera, Lérida

Cervera es una pequeña ciudad medieval de Lérida que te dejará sin palabras, capital de la comarca de la Segarra y cabeza del partido judicial de Cervera, en la provincia de Lérida. 

El municipio de Cervera, de 55,19 km², se encuentra dentro de la Depresión Central en el sector meridional de la comarca de la Segarra. La población censada es de 9440 habitantes.

El año 1026, tres familias campesinas construyeron un primer establecimiento en la Segarra, en aquellos momentos deshabitada.​ 

Cervera, Lérida

Más tarde los condes de Barcelona les confirmaron la posesión de aquellas tierras que habían ocupado, muy probablemente para reafirmar su poder, ya que la Segarra era en aquellos momentos una zona fronteriza entre el dominio cristiano y el musulmán, creando una primera fortaleza (castrum Cervarie).​

Estabilizada la frontera occidental en Lérida en 1149, Cervera creció rápidamente en forma de villa cerrada (con las casas adosadas a la muralla, es decir la pared de las casas era a la vez el muro defensivo).

 Los habitantes se habían liberado de los abusos de los señores feudales, y a partir de privilegios reales el municipio organizó sucesivamente en forma de Cofradía (1182), de Consulado (1202), y desde el 1267 hasta la actualidad, de Paeria. No fue, sin embargo, hasta el siglo XVIII, concretamente en 1702, que no se le concediera el título de ciudad por parte del rey Felipe V.

La Universidad

En 1702 comienza una guerra civil española (la Guerra de Sucesión) y en 1705 la Corona de Aragón cambió de bando. En Cervera había partidarios de ambas facciones.

Con el Decreto de Nueva Planta se cerraron todas las universidades concentrándose en la universidad de Cervera.

Finalizada la guerra, Cervera, que había quedado devastada, decidió apoyar a los que gobernaban (los Borbones) y envió dos embajadores a la Corte con la misión de convencer a los ministros de Felipe V de su fidelidad absoluta, con el fin de obtener una recompensa lógica y en una de las treinta peticiones pedían un estudio general -una universidad- como la de Lérida. 

Felipe V, pues, ordenó construir una gran universidad central en Cervera y abolir el resto .

La creación de la Universidad de Cervera significó una mejora económica importante para la ciudad, en parte por los beneficios que ocasionó el alojamiento de cerca de 2000 estudiantes, lo que provocó que la población de Cervera se doblara.
Decadencia y prosperidad

En el año 1842 los estudios universitarios fueron trasladados a Barcelona, lo que representó una pérdida económica importante. La llegada del ferrocarril en la ciudad en 1860 y la mejora de algunos servicios públicos (como el abastecimiento de agua), junto con el establecimiento de diversas industrias y de un importante comercio de vino, ocasionaron una cierta reanimación económica.

Durante la Tercera guerra carlista, la madrugada del 16 de febrero de 1875, los carlistas intentaron conquistar Cervera, ocupada por las fuerzas liberales, pero fueron rechazados. En recuerdo de la batalla se lleva a cabo la Procesión del Puro.​

La aparición de la filoxera provocó la ruina de muchos viñedos de la Segarra, lo que supuso una fuerte crisis en el comercio vinatero Cervera, el cual se recuperó un poco con la creación del Sindicato Agrícola (1919).

Iglesia de San Pedro el Grande, S.XI.Cervera

La ciudad se caracteriza por la riqueza de su patrimonio cultural y monumental. 

Un total de once monumentos del municipio están catalogados como Bien Cultural de Interés Nacional (BCIN) 

El castillo (siglo XI), la iglesia de San Pedro el Grande (siglo XI), el recinto amurallado (siglo XVI), la parroquia de Santa María (siglos XIV-XV), el edificio de la Paeria (siglos XVII-XVIII), la Universidad (siglo XVIII), el núcleo histórico, el Sindicato (siglo XX) así como el Museo del Blat i la Pagesia, entre otros.

La Muralla de Cervera

Muralla de Cervera

La muralla es una de las cosas más interesantes que ver en Cervera. Fue erigida en la época medieval durante los siglos XIV y XV y se levantó sobre los cimientos de una edificación preexistente datada del siglo XIII. El recinto completo sumaba un perímetro de unos 3.000 metros de muralla.

Este circuito de componía, además, de un foso que tenía 8 metros de ancho, almenas, taludes, barbacones, pulseras de concha y pasos de ronda. La Muralla de Cervera está muy bien conservada, y si visitas el municipio, esta será una parada obligatoria de tu visita.

Y los castillos los núcleos agregados Castellnou de Olujas, la Preñanosa y Malgrat.​

Cervera, Lérida

Contiene numerosos monumentos que visitar y que hará las delicias del turista, pudiendo parecerá toda la historia que hay detrás de su localidad y paseando por calles medievales de múltiples estilos.

El Sindicat

Harinera del Sindicat agrícola de Cervera

De estilo modernista, el Sindicat es una obra de César Martinell donde se destaca la base rectangular de la estructura. 

Principalmente funcionaba para albergar la maquinaria de la harinera facilitando los servicios agrícolas. Todo esto era con el objetivo de bajar los costes de consumo, con esto el agricultor era menos dependiente de los intermediarios y de esta manera serían más beneficiados.

Este edificio, como otros en Cervera, también fue declarado Bien Cultural de Interés Nacional. Merece la pena ir a visitar a esta majestuosa obra arquitectónica.


6. y para comer en Cervera

La Marinada
Calle Victoria, 9, 
25200 Cervera España
+34 627 42 20 11

Restaurante Km-520
Carrer Nacional II Km.520 Avinguda De Tarrega, 1471, 
25200 Cervera España
+34 973 53 14 91

Braseria Terra Ferma
Carrer Victoria 17, 
25200 Cervera España
+34 676 26 74 07

7. Guimerá


Guimerá, Lérida

Para terminar os hablaré de dos pueblos con mucho encanto, por dos motivos bien distintos. 

El primero, Guimerá, se localiza también en la comarca de l’Urgell a solo quince minutos de coche de Vallbona de les Monges.

Se trata de uno de los pueblos medievales con más encanto de las comarcas leridanas. 

Guimerá, Lérida

Sus tonos ocres hacen reconocible este pequeño pueblecito de no más de 400 habitantes, encaramado en una suave ladera, a la que se accede tras pasar el cauce del río Corb.

No hay que buscar grandes monumentos en Guimerà. 

Iglesia de Santa María de Guimerà, Lérida

Simplemente hay que pasear y perderse por las recónditas callejuelas del burgo, buscando los mejores rincones, en una auténtico laberinto medieval que permite el acceso a la iglesia de Santa María y al antiguo castillo de Guimerà, cuya torre cilíndrica es, desde hace casi mil años, el auténtico emblema de este precioso pueblo. 

Guimerá, Lérida

Las vistas desde lo alto de la torre resultan francamente fascinantes.


8. Para comer en la zona

La Cava
Carrer Mestre Guell 5, 
25300 Tàrrega España
+34 973 31 13 80

L' Avi Siscu
C/Major,13, 
25341 Ciutadilla España
+34 973 30 34 24

Restaurante Hostal del Rector
Av de Riu Corb, 13, 
43427 Vallfogona de Riucorb España
+34 977 88 13 48

Rocallauracafe
Placa de la Vila, 
25269 Rocallaura España
+34 622 16 05 52



9. Monasterio de Vallbona de l
os Monges


Monasterio de Vallbona de los Monges, Lérida

El monasterio de Vallbona de les Monges tiene su origen en una comunidad mixta de anacoretas y eremitas que se unieron hacia 1153 al eremita Ramón de Vallbona († 1176) y que se agruparon alrededor de una iglesia para vivir en comunidad bajo la regla de San Benito. 

En 1175 los monjes varones de la comunidad marchan hacia el Montsant quedando un grupo de monjas-eremitas en el Valle. Ramón de Vallbona consigue que dos monjas y dos doncellas procedentes del monasterio cisterciense de Tulebras en Navarra, se unan a la comunidad femenina y todas ellas se integren en la orden del Cister. 

Una de estas monjas era Oria Ramírez († 1190), que sería la primera abadesa del monasterio. A la toma de posesión de Oria Ramírez en 1177 acudieron: los obispos de Huesca y Pamplona y los reyes de Aragón Alfonso II el Casto y su esposa Sancha de Castilla.

El prestigio del monasterio fue muy importante durante la Edad Media por la amplitud de sus propiedades, por los monasterios filiales que fundó y por la categoría social de las monjas que allí ingresaban, muchas de ellas procedentes de la nobleza catalana y aragonesa. El monasterio se construyó durante los siglos XII al XIV, y fue el mas importante monasterio cisterciense femenino de toda Cataluña.

Los reyes de Aragón Alfonso II el Casto y Jaime I el Conquistador concedieron protección a Vallbona e impulsaron la construcción del cenobio, y el papa Inocencio III les concedió el privilegio de ser independientes del obispado hispano y pasar a depender directamente de Roma.

Durante los primeros trescientos años de vida, la abadía de Vallbona tuvo una gran vitalidad. Se desecó el valle hasta entonces pantanoso, se promovió el asentamiento de granjas y pueblos. Se fundaron monasterios filiales y otras casas cistercienses. La abadía gozó del señorío y jurisdicción de la baronía de Vallbona de gran extensión. 

En el siglo XVI y como consecuencia del Concilio de Trento-Italia (1545-1563) que prohibió que los monasterios femeninos estuvieran en lugares apartados y solitarios, se formó al lado del monasterio el pueblo de Vallbona de Les Monges, con gentes procedentes de la villa de Montesquieu-Lérida, a quienes las monjas cedieron parte de sus propiedades para que las trabajasen y las poblasen.

El Monasterio de Vallbona hospedó repetidamente a los reyes Alfonso el Casto, Jaime el Conquistador y Alfonso el Sabio, con sus respectivas esposas y cortes, y fue motivo de inspiración para los trovadores de la época. 

Como ya hemos indicado en sus muros profesaban damas de la mas alta alcurnia de Aragón y Cataluña. Entre los monasterios filiales se contaban, San Hilario en Lérida, Bonrepós en Morera del Montsant, la Saidia en Valencia y Valdonzella en Barcelona. Toda esta floración constituye una prueba de la fuerza expansiva de la espiritualidad de las monjas y la regla del Cister.

Desde el siglo XIII se tienen pruebas de la existencia de un "scriptorium", donde algunas monjas se dedicaban a copiar y ornamentar códices. También era conocida su escuela monacal, en sus aulas se estudiaba gramática, liturgia, caligrafía, miniatura, música y bordado. Esta escuela monacal iba dirigida a la educación de las damas nobles de la corte.

Características

Entrada 

El monasterio estaba rodeado de murallas al igual que Santes Creus y Poblet, pero en el año 1573 con la nuevas normas dictadas por el Concilio de Trento, que obligaba a los monasterios femeninos a permanecer cerca de lugares habitados, los recintos fueron muy alterados al conformarse una nueva aglomeración alrededor del monasterio. 

La cerca que rodeaba el monasterio con el paso del tiempo se fue perdiendo y desmoronando y para 1920 quedaban escasos restos que aún a duras penas se conservan.

La entrada al monasterio se realizada por su frente Occidental a través de una puerta del siglo XVIII formada por un arco rebajado entre pilastras y con un frontón de formas curvas en cuyo centro encontramos una hornacina vacía. 

Esta puerta permite el paso a un vestíbulo y a la antigua portería, que hoy facilita la acogida e información al visitante y donde se encuentra la tienda de recuerdos y al final una pequeña sala conocida como "Sala de Estatuas" con una pequeña colección de esculturas. Desde esta sala se tiene acceso al claustro. Estas dependencias aunque construidas en el siglo XIV fueron ampliamente reformadas en el siglo XVIII.

Claustro 

El claustro tiene sus orígenes en el siglo XII, pero muestra diferentes estilos arquitectónicos en cada una de sus alas. 

Tiene planta trapezoidal muy acusada y fue construido entre los siglos XII al XVI.

Monasterio de Vallbona de los Monges, Claustro 

El ala Este fue construido en el siglo XIII y es la parte mas interesante del claustro. Dispone de cinco tramos cubiertos con bóvedas de crucería que apoyan en ménsulas adosadas al muro. El ala se alinea con el cimborrio-campanario de la iglesia por lo que la puerta que se observa al fondo permite el paso de las monjas a la zona claustral de la iglesia. 

Es la conocida como puerta de monjas. Cada uno de los tramos que forman la panda se manifiesta al exterior a través de grandes contrafuertes que miran al patio interior. Cada tramo está formado por un gran arco apuntado en cuyo interior se abren tres vanos en arco de medio punto que apoyan en parejas de columnas que comparten capitel. 

En el tímpano de cada uno de los arcos encontramos un óculo con cierto regusto gótico. Los capiteles se decoran con motivos vegetales, frutos o de piñas.

El ala Sur muestra la mas severa austeridad cisterciense y fue edificada a finales del siglo XII en estilo románico. Guarda cierto parecido con la panda Este, solo que en este caso los tramos que la conforman son cuatro, y al igual que su compañera se cubre con bóvedas de crucería que descansan en ménsulas adosadas al muro. 

Los vanos que se abren al patio interior siguen la misma tónica que en la panda Este solamente que en este caso desaparecen los óculos y los capiteles no disponen de decoración, podríamos considerarla una panda mas al gusto de la estética del Cister. En esta ala se solía situar el refectorio, la cocina, la despensa, el "calefactorium" y las salas de ámbito doméstico. Estas salas en la actualidad han perdido su funcionalidad y su estética original.

 El ala Norte es un magnífico ejemplar de estilo gótico ojival del siglo XIV. Comparte muro con la nave de la iglesia. Lo forman dos tramos que abren al patio a través de grandes arcos apuntados con vanos abiertos usando las típicas tracerías del gótico. Los tramos se cubren con bóvedas de crucería. Es el ala mas corta del claustro y la que provoca su curiosa forma trapezoidal.

El ala Oeste del siglo XV, se corresponde con una construcción neorrománica, con elementos renacentistas como son las bóvedas de crucería del siglo XVI. En esta ala haciendo ángulo con la panda Este se encuentra la puerta de acceso a la iglesia realizada en el siglo XVIII. La panda se compone de seis tramos, cada tramo abre al patio a través de tres arcos de medio punto. 

Destaca de esta panda la decoración de algunos capiteles en lo que figuran tallados los escudos heráldicos de la familia Caldés, algunas de cuyos miembros fueron abadesas del convento y durante su abadiato se construyó esta ala del claustro. Se trata de una panda construida siguiendo claves románicas pero que no logra superar a las originales.

En el ángulo que forman las pandas Norte y Oeste se encuentra una pequeña capilla de moderna creación (1895), es la capilla de la Virgen del Claustro (Mare de Dèu del Claustre) que custodia una magnifica escultura venerada bajo esta advocación. 

Probablemente fue la primera imagen de Santa María del siglo XIII que presidió el templo durante el periodo románico. Realizada en piedra caliza blanca, se advierten retoques góticos realizados en el siglo XIV. 

En 1927 el cardenal Francisco Vidal y Barraquer (* Cambrils-Tarragona 03-10-1868 † Friburgo-Suiza 13-09-1943) autorizó la restauración de la obra, siendo su limpieza uno de sus objetivos ya que la imagen aparecía negra por el humo de las velas, hasta el punto que se pensaba que era una imagen de las conocidas como Virgenes Negras.

La capilla de planta rectangular es muy sencilla solo destacable por la imagen de la titular.

junto a esta capilla en su lado Norte, encontramos una pequeña capilla o mas bien un gran arcosolio, es la conocida como capilla de Sant Cristòfol (San Cristóbal). En la actualidad completamente desnuda, se abre en el grueso muro de la iglesia. Solo su memoria nos hace recordar a quien estuvo dedicada. Un arco conopial gótico y dos pináculos también góticos enmarcan la embocadura, en la clave del arco dos pequeñas figuras de niños sujetan un escudo con la fecha de 1690.

La Sala Capitular 

En el ángulo que forman la panda Norte y la Este. La sala capitular gótica del siglo XIV es el lugar de reunión de la comunidad. 

Monasterio de Vallbona de los Monges, Sala Capitular

La preside la imagen de la Mare de Déu de la Misericordia realizada en alabastro policromado, imagen atribuida al tarraconense Pere Joan (siglo XV), el famoso escultor de la fachada del Palacio de la Generalitat de Barcelona. 

La imagen se levanta sobre una ménsula decorada con el escudo del linaje de los Caldés (tres calderos de oro), algunas de cuyas mujeres fueron abadesas del monasterio.

La sala que en planta desarrolla dos tramos se cubre con bóvedas de crucería cuyos nervios descansan en ménsulas adosadas a los muros. Esta disposición permite definir la sala como un gran espacio diáfano de gran amplitud. Abre al claustro a través de una portalada gótica de doble vano con una fina columnilla parteluz y una ventana a la derecha. La parte superior de los vanos se decora con tracerías góticas lobuladas. 

Es obra del siglo XIV levantada siendo abadesa una miembro de la familia Anglesola. Las vidrieras que decoran la portalada son obra reciente. Adosado a los muros encontramos un banco corrido en madera, lugar donde tomaban asiento las monjas para observar el capitulo. Una puerta situada al fondo de la sala permite el acceso al brazo Sur de la nave del transepto

En el suelo encontramos laudas sepulcrales de distintas abadesas que han habido en el monasterio y que abarcan desde el siglo XIII al XX. En total son doce laudas, agrupadas en cuatro laudas en la parte mas cercana a la cabecera, dos en el centro de la sala y seis en dos filas de a tres en la zona mas cercana a la puerta de entrada desde el claustro. 

La situación de las mismas no guardan ningún orden especial en cuanto a la fecha del óbito. A destacar que dos de las laudas tienen efigiadas las figuras de las abadesas en cuerpo entero, mientras que las diez restantes solo están representadas el báculo abacial y los escudos nobiliarios de las abadesas. Las titulares de las laudas son:

Diarda de Anglesola (1246-1258 / † 1258). Tiene efigiada la figura de la abadesa. Es la lauda mas antigua de la sala capitular.
• Alemanda de Aviñón (1328-1340)
• Elisenda de Copons (1340-1348 / † 18-08-1349). Tiene efigiada la figura de la abadesa.
• Geraldona de Aleny (1401-1419)
• Violante de Perellós (1419-1422)
• Blanca de Caldes (1422-1446)
• Beatriz Desfar (1446-1455)
• Francina de Guimerá (1479-1503)
• Elionor de Vilaplana (1537-1547)
• Joana de Vilafranca (1547-1553)
• Estefanía de Riquer (1563-1576)
• María Teresa Ribera Sans (1847-1928 / † 14-12-1928). Es la única lauda que tiene una inscripción escrita.

Iglesia monacal siglos XII y XIII. 

La iglesia abacial del monasterio es de transición del románico al gótico. Tiene planta de cruz latina, con una sola nave muy alargada y tres ábsides de planta rectangular que se abren a la nave del transepto. 

Los ábsides orientados al Este disponen de ventanas de doble derrame. La cubierta de la iglesia es de bóveda de crucería ojival, fue construida aproximadamente a principios del siglo XIV en sustitución de otra bóveda románica. Las dimensiones de la iglesia son de 48 metros x 28 metros aproximadamente.

Tiene acceso el templo desde la calle por una recoleta plaza (llamada del monasterio) con sepulcros de nobles protectores adosados al muro exterior de la iglesia y una gran fuente neoclásica de ocho surtidores instalada en 1861. 

La plaza y las tumbas formaban antiguamente parte del antiguo cementerio monacal. Esta plaza fue abierta al pueblo en el siglo XIX. En los sepulcros se pueden ver escudos de algunos miembros de familias catalanas: los Alemany, los Guimerá y los Cardona.

La iglesia disponía de dos portadas, ambas románicas, una de ellas llamada "Portal dels Morts", se encuentra cegada por uno de los sarcófagos antes comentados y la otra portada situada en el brazo norte del crucero en su lado occidental. Esta portada enfrenta por su interior con el ábside Norte o del lado del evangelio.

Esta portada es románica del siglo XIII. 

Está decorada con uno de los primeros relieves de la Virgen María que aparecen en un tímpano en Cataluña. 

Monasterio de Vallbona de los Monges, Iglesia Monacal

La portada dispuesta en arco de medio punto y con cinco arquivoltas abocinadas (molduradas y aristadas), tiene en su tímpano una composición pétrea de la Virgen flanqueada por dos ángeles turiferarios (portadores de incienso). 

Por encima de la portada un gran arco-guardapolvos y por encima de este una cornisa con una galería de arquillos ciegos formando una doble vertiente. 

Destaca porque una de las arquivoltas tiene siete pequeñas argollas realizadas en piedra que aprisionan el baquetón y que solo tienen función decorativa. Las arquivoltas descansan en tres pares de columnas acodilladas con capiteles decorados con formas vegetales. 

Los capiteles a su vez alargan la decoración formando un friso hacia los laterales, este se decora con motivos vegetales y piñas. Los arquillos de la arquería superior descansan en ménsulas decoradas, destacando una de ellas por la figura de una cabeza demoníaca y una segunda figura de un hombre que parece tocar un instrumento musical.

Delante de esta portada se abre la plaza que correspondía al antiguo cementerio monacal. Adosados al muro de la iglesia, se conservan un total de cinco sarcófagos, cuatro románicos y uno gótico todos ellos elevados sobre pilares circulares. 

Uno de ellos de trazas góticas se encuentra encajado en un arcosolio del muro exterior de la iglesia, este arcosolio no es otro mas que la puerta conocida como "Portal dels Morts" a la que hemos hecho referencia antes y que era una segunda puerta de entrada a la iglesia. En el interior del arcosolio encontramos un crismón trinitario que se puede fechar a finales del siglo XII.

El primer sarcófago de la izquierda con trazas románicas es del siglo XIII y no sabemos quien fue inhumado en él. El segundo sarcófago, gótico, de finales del siglo XV o principios del XVI, es conocido como la Tumba Blanca, por el color mas claro de la piedra y porque dispone de siete escudos lisos sin grabar en el interior de siete arcos apuntados. 

El tercer sarcófago es románico del siglo XIII, luce el emblema del linaje de los Cardona (tres cardos) y se cree pudiera haber contenido los restos de Berenguera de Cardona († 1211). 

Monasterio de Vallbona de los Monges, Sarcófagos

El cuarto sarcófago mas separado de estos últimos corresponde a Sibila de Guimerá († 1280) esposa de Guerau de Alemany, tiene grabados los escudos de las familias Alemany y Guimerá y en su centro dispone de una inscripción. 

El quinto y último sarcófago es de Micaela Zazala (Miquela Ça Sala / † 1244).

Exteriormente esta fachada es lisa, con cuatro ventanas apuntadas y cinco gruesos contrafuertes. Las ventanas góticas abiertas en la fachada son de época algo posterior. En el crucero se alza el cimborrio, de planta octogonal sobre trompas, que son unas bovedillas que sirven para transformar una planta cuadrangular en otra octogonal, es de la primera mitad del siglo XIII y en él se aloja la campana "de las horas". El cimborrio se apoya en su interior en cuatro arcos torales apuntados.

Aún dispone el monasterio de otro cimborrio y cumple funciones de torre-campanario, por lo que se da la circunstancia de la existencia de dos cimborrios en este monasterio. Se encuentra sobre el penúltimo tramo de la nave, es de planta octogonal, fechado a mediados del siglo XIV y con ocho notables ventanales góticos calados y crestería afiligranada. Se cierra exteriormente por una estructura piramidal. Se terminó de construir durante el abadiato de Elisenda de Copons (abadesa entre 1340 y 1348 / † 18-08-1349).

La nave del templo se encuentra separada de la nave de transepto por un reja de hierro bastante sencilla cuya única finalidad es separar el ámbito de clausura de las monjas (el coro) del resto de la iglesia (la cabecera y la nave del transepto). La nave principal se cubre con bóvedas de crucería cuyos nervios apoyan en sencillas ménsulas troncopiramidales sin decoración, al gusto del Cister. La nave se divide en cuatro tramos, uno de ellos ocupado por el cimborrio-campanario.

La cabecera tiene en sus ábsides menores estrechas ventanas aspilleradas de doble derrame; el ábside central más grande y amplio tiene tres ventanas aspilleradas, pero sobre ellas se abrió posteriormente una gran ventana apuntada con hechuras góticas que permiten el paso de la luz de una manera holgada. 

El ábside central se cubre con bóveda de crucería, mientras que los laterales se cubren con bóvedas de cañón. La clave del ábside central se decora con la figura de ángel que lleva un cirio en sus manos.

Monasterio de Vallbona de los Monges, Croquis

En la Capilla Mayor, a cada lado del presbiterio hay un sarcófago. Una es la tumba de Violante de Hungría (* Hungría ca.1215 † Huesca 09-10-1251) segunda esposa del rey Jaime I el Conquistador (en el lado derecho del altar), muerta en el año 1251 aunque sus restos fueron traídos a este monasterio en 1275 según deseo testamentario de la difunta y en el otro lado el sepulcro de su hija, la princesa Sancha de Aragón (* Barcelona 1246 † Tierra Santa ca.1262). 

El sarcófago de Violante de Hungría, es un sarcófago sencillo y liso, quiso estar enterrada aquí sin ornamento alguno, el único elemento decorativo es el escudo con los palos de Aragón. El sepulcro de Sancha se encuentra en el lado izquierdo empotrado en el muro y tampoco tiene decoración alguna.

Preside la Capilla Mayor una imagen muy esbelta, de piedra policromada, obra de Guillem Seguer del siglo XIV y que es conocida como Virgen del Coro. En la actualidad se encuentra enmarcada en una estructura de madera tal vez demasiado moderna para el lugar.

En el ábside lateral derecho (lado de la epístola) encontramos el sepulcro gótico de mediados del siglo XIV de Ferrer Alemany de Toralla († 1360) con cota y espada y de su esposa Beatriz de Guimerá con hábito cisterciense, familia noble catalana. 

Se encuentran resguardados en un arcosolio abierto en el muro. Sobre el fondo del muro podemos ver un pequeño bajorrelieve con una representación de unos ángeles llevando a los cielos las almas de los difuntos ("elevatio anima"). En el sepulcro el finado se encuentra sobre la tapa del sepulcro mientras que su esposa se encuentra en el frontal de la urna.

El ábside lateral izquierdo que enfrenta con la puerta de entrada a la calle, conserva un sencillo retablo barroco con un lienzo de San Bernardo, fundador del Cister, por lo que a esta capilla se le suele denominar con el nombre de Capilla de San Bernardo.

En el testero del brazo Sur de la nave de transepto, encontramos una capilla que se abre al interior a través de un arco apuntado. Este apoya en finas columnas con capiteles decorados con motivos vegetales.

Coro 

Toda la nave central que como hemos comentado se encuentra separada del resto de la iglesia por una reja, es zona de clausura de acceso solo a las monjas. 

Monasterio de Vallbona de los Monges, Coro 

En los dos tramos mas cercanos a la Capilla Mayor se encuentran los sitiales del coro, adosados a los muros y dejando la zona central expedita. 

El coro realizado en madera, es muy simple, austero y decoración sencilla, se estructura en dos niveles cada lado.

A la derecha del coro, junto a la reja, en el primer tramo, se encuentra una pequeña capilla llamada del Corpus Christi (siglo XIV), con unos admirables relieves, atribuidos a la mejor escuela del gótico. De esta capilla provienen los dos impresionantes frontales de altar, de mediados del siglo XIV, de tema eucarístico, que actualmente se conservan en Museo Nacional de Arte de Cataluña.

La capilla se abre a la nave central a través de un arco apuntado decorado con macollas, los soportes del arco descansan en ménsulas decoradas con cabezas de mujeres policromadas de muy bella ejecución. Es una portada completamente gótica y de gran belleza aunque su situación dentro de la zona de clausura no permite una fácil visualización.

En el suelo hay lápidas sepulcrales pertenecientes a las abadesas del monasterio y a miembros de la nobleza aragonesa que fueron enterrados entre los siglos XIV al XIX.

La Farmacia (Infirmus fui et uisitastis me) 

La antigua farmacia del monasterio consta que en el siglo XV ya funcionaba y abastecía a todos los pueblos de la baronía de Vallbona. Es una muestra auténtica de oficina, como tenían los antiguos "apothecaris e speciers". La actual farmacia se ha instalado en una sala gótica completamente restaurada que ha sido abierta al público a finales del 2019.

Hay un conjunto de piezas muy interesantes y originales, de las cuales no se ha encontrado ningún paralelo en otras farmacias conocidas. Se trata de un grupo de diversos moldes utilizados para hacer pastillas de malvavisco para la tos. 

Los moldes presentan diferentes motivos que son símbolos representativos de la iconografía cristiana. Todos estos símbolos tienen una intencionalidad didáctica y catequética; así se quería recordar a los fieles, de forma directa y utilizando una imagen, nociones esenciales de la doctrina cristiana.

En conjunto recogen piezas de gran valor: botes de cerámica, morteros, balanzas, pesos, hierbas medicinales y botellas de vidrio, elementos todos ellos utilizados en la farmacopea medieval.

Otras dependencias y elementos 

Otras dependencias son las celdas y clausura de las monjas que son obra en gran parte del siglo XVIII. Fuera del actual recinto conventual, en la misma calle donde se encuentra la entrada al monasterio, dos arcos apuntados de diafragma situados en la calle abadía testimonian la antigua bodega, ocupada por las casas de los nuevos pobladores a finales del siglo XVI.

Disponía de un hospital de pobres y de peregrinos.

El Archivo es muy rico en documentos y es de relevante interés para la historiografía comarcal y nacional. Es deseo de la comunidad abrir un Museo Monástico, que albergue diversos objetos de culto (siglos XVIII-XX), y muebles (siglos XVII-XX).

La Hospedería 

La hospedería cuenta con veinte habitaciones, con calefacción y algunas con cuarto de baño individual, dos salas, una capilla y un comedor. El régimen de estancia es de media pensión o pensión completa, y si se desea se puede asistir a los actos litúrgicos que desarrollan las monjas. El precio del hospedaje es un donativo que se da al monasterio, aunque se aconseja un cantidad fija para cubrir los gastos del hospedaje.

Horario de visita: de martes a sábado de 10:30h a 13:30h y de 16h a 18h, los domingos abren a las 12h. El resto del año cierra a las 17h.

 

10. Otras Rutas Cercanas



Ruta por el Valle de Bohí y el Parque Nacional de Aigüestortes, Lérida


sábado, 11 de diciembre de 2021

Una Escapada de Fin de Semana en Lérida (I)

Ciudad de Lérida

Catedral vieja de Lérida

Antiguo Hospital de Santa Maria, Lérida

Castillo Templario de Gardeny

Palacio de la Paeria, Lérida

Edificios Modernistas Lérida. Las Casas Nuevas o de Balasch (Rambla de Aragón).

Lérida​ es una ciudad española, capital de la provincia homónima, situada en la comunidad autónoma de Cataluña.

El municipio, con una población de 140 403 habitantes (INE 2020), abarca una superficie de 211,7 km² y es uno de los más extensos de Cataluña. 

Es la segunda capital catalana más importante en número de habitantes, por detrás de Barcelona. Es también capital de la comarca del Segriá.

Indice: 

1. Como llegar a Lérida

Lérida se encuentra en un importante nudo de comunicaciones y es el lugar de paso obligado entre las vías que enlazan España con el resto de Europa y el Mediterráneo. 

Este carácter de cruce de caminos se ha reforzado con la llegada del tren de alta velocidad entre Barcelona y Lérida. 

La ciudad se encuentra comunicada con Barcelona por autopista, carretera nacional y vía férrea.

Por aire

En función al aeropuerto escogido como puerta de entrada en Cataluña, la mejor forma de llegar será:

Lérida en autobús.

Desde el aeropuerto del Prat (Barcelona) hasta la estación de ferrocarriles de Sants por tren y desde allí a la estación de ferrocariles de Lérida de nuevo en tren. 

Desde Reus, en tren hasta Lérida

Desde Gerona, en autobús hasta Lérida (" Eix Bus")

Transportes públicos

Lérida es una ciudad ideal para desplazarse a pie. 

Sin embargo algunos campus se encuentran alejados del centro de la ciudad. Para acceder a ellos pueden utilizarse los autobuses que conectan las diferentes zonas de la ciudad. 

2. Algo de Historia

Iltirta (la Lérida en tiempos de los íberos) era la capital de los ilergetes. Sus caudillos más famosos fueron Indíbil y Mandonio que estaban aliados con los cartagineses contra los romanos. El año 215 a.C. fue decisivo. 

Tuvo lugar la batalla del Ebro, donde Asdrúbal, hermano de Aníbal y comandante del ejército cartaginés cae derrotado frente a los romanos. Sus aliados Indíbil y Mandonio serían finalmente dominados el año 206 a.C.

Monumento a Indíbil y Mandonio, Lérida

El año 195 a. C. trajo consigo una nueva e importante insurrección de las tribus ilergetas, lacetanas y ausetanas que fue sofocada por el cónsul Marco Porcio Catón y que supuso la muerte de los caudillos ilergetas Indíbil y Mandonio. 

El final de la segunda guerra púnica traería consigo la romanización y asimilación por parte de las estructuras indígenas de la cultura romana. Iltirta se convertiría en Ilerda. El año 49 a.C. Julio César libró una batalla de la guerra civil contra Cneo Pompeyo Magno delante de sus murallas.

Una época oscura, por los pocos datos que se tienen, fue la de la dominación visigoda aproximadamente desde el año 375 al 716. 

Los musulmanes se apoderaron de Lérida con facilidad en el año 714. La ocupación se produjo entre el 716 y 719, en que el emir Al-Aahm y después Al-Hur hicieron capitular a la ciudad, en tratos que se respetaron. 

Posteriormente, el magnate aragonés Fortún se convirtió al islam para mantener el poder lo que ayudaría a la sumisión del pueblo. 

El rey franco Ludovico Pío saqueó la ciudad en el 801, a los pocos días Amrus Al-Leridi la recuperó así como el resto de los territorios entre el 802 y el 809. 

Estas escaramuzas provocarían el endurecimiento del trato hacia los mozárabes, que finalmente tuvieron que emigrar. En el siglo ix los tugibíes constituyeron un reino de taifa, aunque fingiendo cierta fidelidad al emir de Córdoba. El último rey de Lérida fue Sulayman Sayyid-ad-Dawla, destronado por los almorávides en 1102. Estos usaron Lérida como base de incursión en los condados catalanes.

En 1149 la ciudad se rindió a las tropas cristianas de Ramón Berenguer IV de Barcelona y de Ermengol VI de Urgel. Se otorgó la Carta Puebla a la ciudad en 1150.​ 

En 1264 Jaime I «el Conquistador», rey de la Corona de Aragón, otorgó a la ciudad el Privilegio de Concesión de la Paería, que en adelante sería la forma del gobierno municipal. En 1232 el mismo monarca concedió a la ciudad el Privilegio de Concesión de la Feria de San Miguel. 

Jaime II funda el Estudio General en el año 1300, único durante muchos años en la Corona de Aragón. Pero cuando alcanza mayor esplendor político es en el reinado de Pedro IV el Ceremonioso, ya que, al haber tenido una larga época de paz (aproximadamente dos siglos), logra formar un sólido bloque en todos los aspectos; un grupo intelectual fuerte, una burguesía rica que regía la Ciudad, una clase mercantil próspera y una menestralía trabajadora ayudada por un monarca dadivoso de privilegios por las circunstancias que atravesó su reinado. 

Concede Ordinaciones a la Universidad sobre el monopolio de la enseñanza de las leyes, de cánones, de medicina, etc. (1346). Establece nuevas normas para la elección de paheres, consejeros, etcétera. (1386), reglamentando todo el régimen de gobierno de la Pahería.

Hasta el reinado de Alfonso V el Magnánimo, Lérida continúa su marcha progresiva, aunque no con el ritmo de la anterior centuria, ya que había atravesado un período algo movido como consecuencia de las aspiraciones del conde de Urgel al trono de Aragón y Cataluña, vacante a la muerte sin sucesión de Martín el Humano, que resolvió el Compromiso de Caspe.

Las banderías por un lado, junto con las epidemias que a partir de la terrible peste de 1348 aparecen demasiado a menudo, repercuten, como es natural, en el desarrollo político y económico de la ciudad y aumentaron con las turbulencias habidas en el reinado de Juan II con el conflicto del príncipe de Viana, y que tuvieron unas consecuencias fatales para nuestra Ciudad, ya que, al oponerse a dicho monarca, fue sitiada Lérida en 1464, rindiéndose el 6 de julio al dejarla abandonada a su suerte el resto de Cataluña, por los problemas que las demás provincias tenían, quedando completamente arruinada y destruida.

JuanII, tal y como había prometido en las Capitulaciones, jura respetar los privilegios; pero se negó a devolver a los ciudadanos los bienes confiscados, exigiendo muchos tributos para continuar la lucha en el resto del Principado y recuperar el Rosellón. 

Todas estas peticiones y disputas están plasmadas en algunos libros de actas de la Pahería de la época; digo algunos porque a partir de este momento, en las diferentes luchas y sitios que ha sostenido la Ciudad, han desaparecido dichos libros, seguramente para evitar represalias.

A pesar de la destrucción de la Ciudad, logra rehacerse y continuar su vida bastante próspera hasta el reinado de los Reyes Católicos que marcarán una nueva etapa en la vida de Lérida.

Al subir al trono Fernando el Católico le devuelve los bienes y tierras que le habían sido confiscadas por su padre Juan II, volviendo bajo el señorío de la misma las villas de Borjas Blancas y Bell-lloch.

Este rey, emprende en Lérida las mismas reformas que en otras ciudades, de acuerdo con la gran evolución que experimenta nuestro país, al igual que otras naciones de Europa, en estos años; entre ellas, la reforma, en el año 1499, del sistema electivo de la Pahería, que databa de la época de Pedro IV, introduciendo en ella el sistema de la insaculación para la elección de sus componentes, la reforma asimismo de los gremios, etc.

Por todas estas cosas, así como por haber acabado con el bandolerismo existente, consecuencia de las guerras habidas, pudo entrar de lleno nuestra Ciudad en la época del Renacimiento, con el florecimiento de la imprenta, y la aparición en la arquitectura del estilo gótico-florido y plateresco, reflejados en los monumentos de la época.

Los siglos siguientes estuvieron marcados por la recesión, agravados por guerras y epidemias.

La Seo Vieja, cerrada al culto desde 1797, se convirtió en cuartel militar. Durante el siglo xviii, la ciudad recuperó su imagen y dimensión. 

Bajo el reinado de Carlos III se construyó la Catedral Nueva. Sus nuevos planteamientos ilustrados aportaron figuras, como el Marqués de Blondel​ y el Barón de Maials, que dieron a la ciudad una fisonomía urbanística acorde con su papel de capital de la provincia, y la aplicación a los cultivos de los nuevos estudios de agronomía.

Don Luis Blondel, que se hizo cargo de la plaza el 1 de abril de 1786.

Se le puede considerar, sin lugar a dudas, como el artífice de la Lérida moderna; a él se debe, entre otras varias obras, la construcción del Depósito del Pla, que dio el agua potable, tuberías, cloacas (entre ellas las de la calle Mayor), fuentes monumentales (la de la Catedral), sirenas, enseñanza, etc. 

Hizo empendrar las principales calles. Pero su obra más importante fue la construcción del muro de contención del río, que evitó las nundacio- nes que sufrían las casas colindantes a él y que ocasionaba grandes pérdidas en los almacenes.

La población aumenta, de 7.000 habitantes que tenía al advenimiento de Felipe V, a 20.000 al comienzo del siglo XIX; que después de la guerra de la Independencia volvería a reducirse a 12,000. Por todo lo dicho el siglo XVIII se puede considerar un siglo próspero, lo mismo en lo económico que en lo cultural y artístico.

Siguiendo el sino de nuestra Ciudad, esta época tan próspera se vería de nuevo truncada por la invasión Napoleónica, volviendo Lérida a verse inmersa en un nuevo conflicto bélico, que -como tantas otras veces- tendrá consecuencias catastróficas, pues a la destrucción material hay que añadir la espiritual, porque ni siquiera se salvaron las ideas fundamentales que parecían inamovibles: Religión, Patria y la Monarquía, haciendo su aparición el Liberalismo.

A comienzo del siglo xix, Lérida sufrió una nueva invasión, la napoleónica, cae en poder de los franceses el 14 de mayo de 1810, abriéndose un período de tiempo terrible de muertes y asesinatos y humillaciones unido, como siempre, a la destrucción de la Ciudad y la desolación de los campos que quedaron arrasados.

En el transcurso de la Guerra de Independencia por un ejército del mariscal Suchet, y fue recuperada por los españoles con tropas del general Copons gracias a una audaz estratagema debida al militar y aventurero español de origen flamenco Juan Van Halen y Sartí, luego teniente general, que posteriormente por el mismo medio consiguió la toma de Mequinenza y del castillo de Monzón. 

El 14 de febrero de 1814, Lérida se ve libre de la dominación francesa.

La Ciudad de ahora en adelante correrá la misma suerte que el resto de la Nación, o sea constantes revoluciones y contra revoluciones que caracterizan al siglo XIX en nuestra Patria.

Guerras Carlistas; subida al trono de Amadeo de Saboya, su abdicación, proclamación de la primera República en el año 1873, la vuelta de los Borbones con Alfonso XII como Monarca el 6 de enero de 1875, la proclamación de la segunda República al dejar el trono Alfonso XIII hijo del Monarca anterior.

En 1936 Lérida vuelve a ser escenario de guerra civil, con todas las consecuencias de ella, teniendo que añadir esta vez el agravante de haberse estabilizado el frente durante un largo período, partiendo la Ciudad en dos partes, quedando de nuevo destruida. 

Es probable que no haya otra capital en España que haya sufrido tantos y tan catastróficos sitios que la han dejado sin apenas muestras artísticas de su importancia cultural ya que incluso los pocos monumentos que nos han quedado llevan la huella de la destrucción.

Todo este período de intranquilidad política y social repercute de una manera extraordinaria en el desarrollo de la vida ciudadana que no podrá llevarse a cabo con el ritmo e intensidad que lo había hecho en otros períodos de paz hasta esta última década que de nuevo se incorpora al crecimiento nacional con toda su pujanza.


3. Que ver en la Ciudad de Lérida

Ciudad de Lérida

En nuestras escapadas por Cataluña la ciudad de Lérida es esencial, no puedes pasar por alto la capital de provincia y visitar los lugares que ver en Lleida ciudad en un día, o más.



Esta ciudad no ofrece muchas atracciones turísticas, casi todas están en el centro histórico o casco antiguo y muy fácil de verlas en un itinerario a pie. Dicen que es la menos visitada por el turismo de las 4 capitales de provincia de Cataluña. 

Nosotros tras explorar todos sus rincones creemos que bien vale un paseo por sus calles, plazas y monumentos. Al menos verla durante unas horas y darle una oportunidad a esta villa histórica catalana, hay varias cosas que hacer que no os dejarán aburriros en todo ese tiempo que le dediquéis a la capital ilerdense.
Sin duda una perfecta escapada de fin de semana .

Una vez hecha la visita de Lérida os puedo decir que es fácil visitarla a pie, el centro no es muy grande y casi todos los monumentos imprescindibles están en el casco antiguo histórico, a excepción del castillo de Gardeny.

La mayoría están alrededor de la colina de la catedral vieja y el carrer Major. 

Lo más alejado, como os hemos comentado, es el castillo de Gardeny que a pie estará a unos 15 o 20 minutos del ayuntamiento o Paeria. 

4. La Seu Vella, imprescindible que ver en Lleida

Seu Vella, Lérida

Sin duda la catedral vieja o Seu Vella de Lérida es el edificio más emblemático e icónico de la ciudad. No sólo por su historia sino también por el privilegiado emplazamiento en altura (en el cerro conocido como Turó de Lleida) que ya se remonta a los orígenes de la ciudad íbera. Su aspecto de fortaleza ha hecho que se la conozca como el Castell de Lleida. 

Se trata de la antigua catedral de la ciudad construida entre finales del siglo XII y la primera mitad del XV sobre posiblemente la que era la mezquita mayor en época de dominación andalusí. En ese mismo lugar se asentaba antes la catedral paleocristiana y visigótica, y seguro que en época romana el templo principal.

En el siglo XV se da por terminada la construcción al añadir el campanario y la puerta de los Apóstoles.

Desde 1707 no volvió a desempeñar funciones religiosas ya que se convirtió en cuartel militar dada su importante posición estratégica sobre el cerro.

Tras pagar la entrada en la zona de acceso entrarás al magnífico claustro, realizado entre los siglos XIII y XIV, uno de los más bellos que hemos visitado. Nos recordó al magnífico claustro de la catedral de Toledo. Este claustro además tiene una galería mirador sobre la ciudad.

 
Seu Vella, Lérida

Desde este claustro puedes ver la puerta de los Apóstoles desde el interior del recinto.

Accedemos a la antigua iglesia cuya construcción se inició en 1203 y se consagró al público en 1278. 

Debido a que la iglesia está desacralizada sobrecoge el espacio interior vacío exento de decoración que permite disfrutar las formas arquitectónicas de estilo combinado románico y gótico. Este interior vacío de decoración nos trajo a la memoria la Colegiata de San Vicenç de Cardona.

Otro de los lugares interesantes que resaltar en la Seu Vella de Lérida es su Campanario del siglo XIV de 60 metros de altura al que se puede subir y admirar las vistas de la ciudad desde el punto más alto.

Al recinto de la Se Vella y el castell del Rei se puede acceder en coche y tenéis un aparcamiento gratuito. Recuerda que te hemos preparado un post de donde aparcar en Lleida gratis.

También puedes realizar una visita guiada por la ciudad que acaba en la Seu Vella de Lleida.

 

  5. Castillo del Rey (Suda)

Castillo del Rey o Suda, Lérida

El Castillo del Rey se emplaza en la parte más alta de la colina y de la ciudad, la Roca Sobirana. En la Edad Media fue el palacio y la residencia de los reyes en sus estancias en la ciudad. Popularmente es conocido como «La Suda», palabra de origen árabe que significa obra fuerte y lugar del poder político o militar. 

El nombre, recuperado por los historiadores a finales del XlX, hace referencia a la fortaleza andalusí construida en el año 882 (siglo IX) en el mismo lugar que después ocuparía el castillo. Suda es también el nombre con el que las fuentes medievales designan el barrio gótico, noble, eclesiástico y universitario que se extendía por la colina.

Construido en diferentes etapas entre finales del siglo XII y el XIV, el castillo estaba configurado por diferentes ámbitos de reunión, culto, residencia y defensa alrededor de un patio central. 

Fue el edificio civil más destacado de Lérida y un importante centro de decisión política de Cataluña y de toda la Corona de Aragón.

Se conserva la nave sudeste o sala noble. El resto del edificio desapareció en el transcurso de las diferentes guerras de alcance europeo que a partir del siglo XVII asolaron la ciudad.

Convertido en cuartel militar desde 1640, en 1735 se de­molía la nave norte, mientras que las naves de levante y de poniente desaparecieron en sucesivas explosiones que tuvie­ron lugar en 1812 y 1936 Los soldados lo abandonan en 1948. 

Su recuperación se inicia en los años 80 con diferentes intervenciones arqueológicas que han permitido redefinir sus volúmenes originales y recuperar su historia.

6. Catedral Nueva de Lérida

Catedral Nueva de Lérida

La catedral Nueva de Lérida se inauguró el 28 de mayo de 1781. Ya hemos visto anteriormente que la Catedral medieval (Seu Vella) se convirtió en cuartel militar a partir del año 1707, por lo tanto el culto de la Catedral se trasladó, primero a la capilla del convento de la Compañia de Jesús y seguidamente a la Iglesia parroquial de San Lorenzo de esta ciudad. 

En los reinados de Felipe V y de Fernando VI, la ciudad seguía sin tener catedral. Fue Carlos III, quien concedió el permiso y financiación en parte, de la construcción de esta nueva Seo.

De varios proyectos se escogió el de Pedro Martín Zermeño, ingeniero militar. La primera piedra fue colocada por el obispo Manuel Macías Pedrejón, el 15 de abril de 1761. La Catedral fue consagrada e inaugurada por el obispo J. A. Sánchez Ferragudo, el 28 de mayo de 1781.

El edificio sufrió un incendio al poco tiempo de su inauguración y el 13 de mayo de 1808, durante la guerra de la Independencia, la catedral fue expoliada e incendiada. Pero el fuego más devastador, intencionadamente provocado, fue el del 25 de agosto de 1936, que la dejó desprovista de la mayor parte de la ornamentación y mobiliario litúrgico, quedando calcinadas las paredes y columnas.

Entre 1940 y 1955 se llevó a cabo su restauración y se reinauguró el 28 de septiembre de 1955. El edificio sigue el modelo de planta de salón, con tres naves a la misma altura, girola alrededor del ábside y capillas en los contrafuertes de las naves y en la cabecera. 

La fachada está flanqueada por dos torres cuadrangulares y la entrada precedida por un atrio con tres grandes arcadas con puertas de hierro forjado y una gran escalinata de doble acceso lateral, coronada por una balaustrada profusamente ornada. La catedral de Lérida es un edificio emblemático y singular, representativo del estilo artístico, definido como barroco neoclásico.

7. Palacio de la Paeria
  
Palacio de la Paeria, Lérida

En la actualidad este Palacio de la Paería es la sede del ayuntamiento de Lérida. Si llegas por la plaza de la Paería en la calle Mayor podrás admirar su fachada medieval. En el lado del río, en la avenida Blondel, tenéis otra fachada, más moderna, de estilo neoclásico.

Este Palacio de la Paería fue construido en el siglo XIII y cedido a la ciudad en 1383 por los Señores de Sanaüja que eran los propietarios. En la visita puedes admirar la fachada y también el patio interior con un pozo.

Las excavaciones arqueológicas de principios de los 80 descubrieron los restos de un gran edificio romano, del cual hoy puede verse una parte, a mas de 6 metros por debajo de la plaza de la paeria, la diferencia entre el nivel de la ciudad antigua y la actual. 

Está abierto al público para la visita. Sus orígenes se remontan a finales del siglo 1 a.C. o a inicios del 1 d.C.

El archivo municipal tiene unos tesoros destacables como el Libro de Usos del siglo XIV, el Armario  de los Privilegios (armario barroco) y principalmente la Carta Puebla (de población), primera constitución de los habitantes de Lérida que se remonta a 1150.

8. Museo de Lérida

Museo de Lérida

El museu de Lérida, el Museo de Lérida Diocesano y Comarcal, nos pareció bastante interesante pero quizá su visita la podamos dejar si nos es posible visitar los otros TOP 10 de estos lugares que ver en Lleida ciudad.

Lo encontraréis muy cerca de la Rambla de Aragón, a pocos metros de la Biblioteca Pública de la ciudad. Tiene 7000 metros cuadrados con pura historia de Lérida y de su área de influencia. 

Proviene principalmente de 2 colecciones anteriores, la de Arte Sacro procedente del museo Diocesano y la otra de la colección arqueológica del instituto de estudios ilerdenses. 

También recoge la colección de monedas del Gabinete Numismático de la Diputación y objetos del Tesoro de la Catedral. Su colección acoge un total de 974 obras de arte y arqueología.

Como crítica comentar que todas las piezas y carteles del museo están en catalán sin ser traducidas al castellano y el inglés, por lo que nos parece que pierde parte del atractivo para el turista procedente de fuera de Cataluña. 

Y lo decimos desde el punto de vista de turistas que nos fastidia bastante visitar museos foráneos y no poder leer en nuestra lengua las descripciones, como mínimo en inglés, que es el idioma universal.

9. Plaza de San Juan
Plaza de Sant Joan, Lérida

Una de las principales plazas del casco antiguo de Lérida, en plena zona comercial, entre el río Segre y la colina de la Seu Vella. Alberga varios edificios como la Iglesia de Sant Joan, de estilo neogótico y de finales del siglo XIX.

Yo diría que casi es el corazón de la ciudad por su céntrica ubicación y la amplitud que tiene esta plaza. Junto a la Plaza de Sant Joan hay un ascensor que te llevará hasta la parte más alta de la ciudad, donde podrás visitar la Seu Vella y el Castillo de la Suda de Lérida, dos de los sitios imprescindibles que ver en Lérida.

10. Castillo Templario de Gardeny

Castillo Templario de Gardeny, Lérida

Es el único sitio (junto el museo Roda Roda) que está más apartado del casco histórico. Este viejo castillo de Gardeny es una fortaleza templaria. Desde este lugar obtendréis unas buenas vistas de la ciudad.

El castillo de Gardeny data de la segunda mitad del siglo XII. Fue construido después de que la ciudad se reconquistara en el año 1149 y que la orden del Temple recibiera varios bienes de la zona, entre los que se enbcontraba esta montaña o turó del Gardeny. 

Ha sido utilizado a lo largo de la historia como cuartel militar por la buena ubicación estratégica que tiene.

Era uno de los edificios militares de la Orden del Temple y es de los que tienen uno de los mejores estados de conservación de España.

Actualmente alberga el Centro de Interpretación de la Orden del Temple, donde muestran interactivamente, como vivían los caballeros templarios en aquella época. El Castillo Gardeny forma parte de la ruta templaria Domus Templi, junto con los castillos de Tortosa, Peñíscola, Miravet y Monzón, ruta que muestra una parte importante del patrimonio de la antigua Corona de Aragón.

11. Iglesia de San Lorenzo

Iglesia de San Llorenç (San Lorenzo), Lérida

La encontramos en la plaza Sant Josep, no muy lejos del Museo Diocesano. Fue en dos ocasiones sede catedralícia y es la segunda iglesia más antigua de la ciudad después de la Seu Vella. Su estilo es románico aunque conserva elementos góticos fruto de diversas ampliaciones y acabados.

Es una de las imprescindibles que ver en lleida sin lugar a dudas. Sólo entrar en su interior ya percibes la antigüedad en sus muros. Tiene 3 naves con tres ábsides que poseen la misma altura. La nave central es la más antigua y románica, mientras que las dos laterales son góticas. 

Del exterior destaca el campanario de base octogonal del siglo XV. Al loro que en el exterior, en la calle, encontraréis una de sus campanas a modo de escultura.

La entrada es gratuita y puede visitarse de lunes a viernes de 9:30 a 12:30 y de 17 a 19h, los sábados de 11 a 12:30h y de 17 a 19h y los domingos y festivos de 11h a 12:30.

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12. Antiguo Hospital de Santa María 

Antiguo Hospital de Santa María , Lérida

El Antiguo Hospital de Santa María es un edificio de estilo gótico plateresco construido entre los siglos XV y XVI. La fachada principal se encuentra en la misma plaza de la catedral, frente de la catedral Nueva de Lérida, y su función durante muchos años fue como hospital de la ciudad.

En la fachada situada en el carrer Major destaca el portal y los escudos y blasones leridanos. No debéis iros de la ciudad sin visitar el patio interior central lugar donde nace una magnífica escalinata de piedra que conduce a una espléndida galería de arcos ojivales. 

Actualmente este edificio histórico es la sede del Instituto de estudios Ilerdenses y acoge en su salas y patios diferentes exposiciones de carácter temporal.

13. Edificios Modernistas

Casa Magi Llorens, Lérida

Podemos ver gran cantidad de edificios modernistas en Lérida por sus calles, estaros atentos, principalmente en la avenida Blondel y la calle Mayor. 

La más impactante es la de la foto de arriba, la Casa Magi Llorens, en plena calle mayor 74-76, junto a la Capilla de Sant Jaume.

Lérida es conocida por ser una de las capitales del modernismo, movimiento artístico y cultural surgido en Cataluña a finales del siglo XIX. 

Hay rutas en las que se muestran los principales edificios modernistas de la capital ilerdense.

Casa Baró (también conocido por La Vinícola, pues en sus bajos había una bodega). Avdd. Blondel nº 100, Lérida

Además de la casa Magi Llorens tenemos el Teatro Municipal del Escorxador (calle Lluís Companys, s/n), Casa Melcior (Calle Sant Francesc, 2), Casa Morera de la Lira (Avenida Blondel), Casas de Balasch (Rambla de Aragón 31), Casa Bergós (plaza de la Sal esquina Clot de les Monges), casa Baró, la Vinícola (Blondel 100) y Casa Xam-mar (en Blondel 9).

14. Museo de la Automoción Roda Roda

imprescindible que ver en Lérida con niños


Museo de la automoción Roda Roda, ideal para ver Lérida con niños

El Museo de la Automoción de Lleida Roda Roda está situado en un antiguo taller de mecánica en la calle Santa Cecilia, al otro lado del Segre. Conserva gran cantidad de coches antiguos, motocicletas y motores. 

Además tiene una extensa colección de coches en miniaturas que hará la delicia de los más pequeños y no tanto 

 Creemos que es una de las cosas imprescindibles que hacer en Lleida con niños.

La entrada es gratis y la visita es de martes a sábado de 11 a 14h y de 17 a 20h y los domingos y festivos de 11 a 14 horas.

15. Estación de Lérida Pirineos

Estación de Lérida Pirineos

El ferrocarril llegó a Lérida el 30 de mayo de 1860 con la apertura del tramo Lérida-Manresa de la línea férrea que pretendía conectar Zaragoza con Barcelona. Las obras corrieron a cargo de la Compañía del Ferrocarril de Barcelona a Zaragoza.​ 

Buscando mejorar tanto el enlace de la línea con otros trazados, así como su salud financiera la compañía decidió en 1864 unirse con la empresa que gestionaba la línea férrea que enlazaba Zaragoza con Pamplona dando lugar a la Compañía de los Ferrocarriles de Zaragoza a Pamplona y a Barcelona.​ 

Un año después en 1865 se inició la construcción de la línea Tarragona-Lérida que no completó su último tramo entre Juneda y Lérida hasta mayo de 1879. 

Las obras en este caso correspondieron a la Compañía del Ferrocarril de Lérida a Reus y Tarragona. La precaria situación económica de ambas compañía facultó que la poderosa Norte se hiciera con ambas entre 1878 y 1885. 

Más tardía es la línea Lérida-Puebla de Segur ya que la misma se inició entre Lérida y Balaguer en 1922 impulsada por el propio Estado dentro del ambicioso plan de líneas transversales que había ideado el directorio de Primo de Rivera y que a la postre solo logró completar el ya mencionado trazado.​ 

En 1941, la nacionalización del ferrocarril en España supuso la desaparición de Norte y la creación de RENFE que gestionó desde ese momento la estación de Lérida.

En 1997 el edificio, que data de principios del siglo XX fue restaurado recuperando el estado original de su fachada sur, la principal y mejorando su ordenación interior. 

Estas obras tuvieron continuación en el 2003 con una modificación de mayor calado fruto de la adaptación de las instalaciones a la llegada de la alta velocidad a la ciudad. 

El nuevo haz de vías y sus correspondientes andenes se dotó de una moderna marquesina que generó críticas debido a su difícil integración con el clásico edificio para viajeros.​ La llegada del AVE generó también un cambio de nombre del recinto que pasó a llamarse Lérida Pirineos.

La estación

Los andenes de la estación bajo la nueva marquesina en 2007

La estación se encuentra al norte de la ciudad, frente a la plaza Ramón Berenguer. 

Posee dos partes claramente diferenciadas: la parte clásica y los añadidos realizados en 2003. 

El edificio para viajeros es de planta rectangular. 

Está formado por un cuerpo central de tres alturas dividido en tres bloques con dos torreones de mayor altura en ambos extremos. 

En total alcanza una longitud aproximada de 68 metros y una altura de 19 metros. Sobre esa base se asienta la parte nueva caracterizada en una amplia marquesina de vidrio y metal formada por ondas que cubre las vías y andenes del recinto.

Bajo la marquesina se ubican tres vías de ancho ibérico y cinco de ancho UIC.

16. Parque Municipal de la Mitjana

Parque Municipal de la Mitjana, en Lérida

El Parque de la Mitjana es una zona verde de la ciudad de Lérida de tipo fluvial donde se concentran pequeños lagos y bosques. Abarca una superficie aproximada de 90 hectáreas y está situado al noreste de la ciudad y a lo largo del recorrido del río Segre, aguas arriba de la represa del canal de Seros.

El Parque Municipal de la Mitjana en Lérida es un ecosistema de gran valor natural y ecológico que no podemos dejar de visitar. Si te apetece disfrutar de un área natural ideal para pasear, hacer deporte y observar la fauna y la flora de Lérida.

Se trata de un espacio natural situado a la entrada de la ciudad de Lérida, que conserva en muy buen estado ecosistemas representativos del bosque de ribera de la tierra baja mediterránea.

17. Parque de los Campos Eliseos de Lerida

Parque de los Campos Eliseos, Lerida

El Parque de los Campos Elíseos (Camps Elisis) de Lérida es una zona ajardinada de gran serenidad y elegancia, con numerosas especies botánicas y árboles de diferentes clases.
 

Sus jardines, al estilo francés, albergan varios edificios de estilo novecentista y modernista además de numerosas esculturas de gran belleza.

El Parque de los Campos Elíseos se encuentra situado en la ribera izquierda del río Segre a su paso por la ciudad de Lérida. Constituye una de las zonas verdes más importantes de la ciudad. El inmenso jardín de estilo romántico de los Campos Elíseos alberga la Rosaleda, el Café Chalet, el River Café, la Glorieta y el Palacio de Cristal construido sobre un estanque.

A lo largo y ancho de este hermoso parque ilerdense se pueden encontar jardines con diferentes especies botánicas y árboles de diferentes familias, así como zonas de paseo y de juegos infantiles.

En este espacio se instalan los pabellones feriales y la "Fira de Sant Miquel de Lérida" por San Miguel, feria internacional que se celebra a finales de septiembre, así como otras muestras feriales y eventos culturales que se suceden a lo largo de todo el año.
18. Otras Cosas que ver y hacer en Lérida

Iglesia de Sant Martín, que fue construida en el siglo XII. 

Iglesia de San Martín, Lérida

Desde su construcción ha servido como capilla, cuartel y prisión. Actualmente se encuentra cerrada, de vez en cuando se organizan conciertos.

Museo Depósito de Agua, nos explica la relación de Lleida con el agua y sus fuentes y canales. Podéis ver el depósito del agua del siglo XVIII donde el agua llegaba del canal de Pinyana y se repartía por 6 fuentes en la ciudad. Tenía una capacidad de 9 millones de litros. 

Centro de Arte la Panera, un espacio cultural que organiza talleres y exposiciones.

Capilla de San Jaime
, capilla dedicada originalmente a la virgen de las Nieves se construyó en época musulmana donde estaba el barrio cristiano.

Capilla de San Jaime, Lérida

Actualmente está dedicado al culto del apóstol San Jaume en el interior de este monumento incluido en la ruta catalana del peregrinaje del camino de Santiago se puede admirar una escultura del Santo, obra de Jaime Gort.

Iglesia de Sant Pere, pequeña iglesia del siglo XVIII en la plaza de San Francesc. Reposan los restos del descubridor y conquistador Gaspar de Portola y de Rovira.

Pasear a orillas del Segre, las orillas del río han sido rehabilitadas y tiene amplias zonas verdes para pasear o hacer deporte.

La Casa de los Gigantes donde se exhibe de forma permanente la colección de 12 gigantes y cabezudos, el conjunto más valioso de Cataluña e ideal para visitar Lleida con niños

Las Adoberías en el número 9 de la rambla de Ferrán. Son los restos de talleres de pieles del siglo XIII que se conservan perfectamente y son las más antiguas de España..

19. De vinos y Tapas en Lérida


El mejor de todos es, sin duda, La Dolceta: caracoles, calçots y carne a la brasa, con algunas delicias como los corazones crujientes de alcachofa, y cava fresquito, fresquito. Buena carta de vinos y cavas. Cuenta con un amplio parking y se recomienda reservar con tiempo.

Otro lugar indispensable, por ser un clásico de Lleida, es el Bar Tófol. Ismael ha seguido la tradición del viejo bar de su madre, la señora Ramona, a la que yo le iba a comprar helados en mi mocedad. Hoy en día es uno de los lugares de tapas más afamados de Lleida y donde concurre la “jet local”. 

Almejas de “alto standing”, jamón, anchoas, berberechos y lo que ofrezca Ismael ese día. Abierto de lunes a viernes, excepto en diciembre, que abre los sábados. Grandes desayunos con callos y tortillas de todo tipo. Se recomienda reservar jueves y viernes.

De repente, en un recoveco de la antigua carretera nacional II, en el kilómetro 457.5 –conviene estar atentos a la maniobra- se encuentra un trozo de Galicia en Lleida: el Restaurante Carballeira. 

Su propietario, Ángel, lleva años fomentando la excelencia de la cocina gallega en Lleida. Además, desde hace un año se pueden tomar tapas en la terraza, lo cual es una delicia sin paliativos. Salpicón de langostinos sin precedentes y sin equiparación, raviolis rellenos de marisco y setas, y lo que ese día les recomiende Ángel.

Como el Carballeira, el Zeke no responde a ninguno de los clichés que ustedes hayan podido oír o leer de lo que se come en Lleida. Un bar de tapas a la altura del mejor que puedan encontrar por España. Gran carta de vinos y cavas, jamón de Guijuelo, rollitos de langostino y aguacate, brochetas de bacalao o de solomillo, arroz con esturión o alcachofas rebozadas. 

En los barrios también hay vida: en la zona centro, cerca de la estación se encuentra el Bar Piñana. Menús asequibles y caseros, y buen ambiente. 

Y al final de la calle Mayor, en la zona peatonal de la calle Alcalde Costa número 8, se encuentra La Bodegueta. Un bar entrañable con tapas de buen jamón, chorizo, queso y lo que ese día se le ocurra a José. Un último refugio para los pocos taurinos lleidatans que deciden salir del armario.

Para los que quieran tomar tapas en un ambiente más relajado, con una muy buena carta de vinos y unos platos de jamón y un surtido de quesos interesantes, les recomendamos Almenara Gourmet, con tienda gourmet, como su propio nombre indica. El único lugar de Lleida que vende las famosas patatas en lata de pintura “Bonilla a la vista”. 

20. Fiestas locales

Gigantes de la Paeria de Lérida

Fiesta Mayor de primavera: coincidiendo con la festividad de San Anastasio (patrón de la ciudad) se celebra la Fiesta Mayor de primavera de Lérida a principios de mayo; durante los días que duran las fiestas hay diversos actos entre los que destacan la Procesión y Ofrenda Floral al Santo, la Batalla de moros y cristianos, el Concurso de Fuegos Artificiales, o la Batalla de Flores.

Aplec del Cargol: quince días después de la Fiesta Mayor se celebra l'Aplec del Cargol, fiesta gastronómica por antonomasia en la que se degustan entre otros los célebres cargols a la llauna (caracoles) que son un plato muy típico de Lérida. 

La fiesta dura tres días (de viernes a domingo) y se celebra en el Parque de los Campos Elíseos, donde las peñas o "les colles" (agrupaciones de amigos) montan sus casetas. Los ciudadanos de Lérida están muy implicados en ella y la consideran una de sus fiestas más importantes. 

El año 2004 fue declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional.

Fiesta Mayor de otoño: coincidiendo con la festividad de San Miguel se celebra la Fiesta Mayor de otoño de Lérida a finales de septiembre. Durante la semana se celebra la Feria de San Miguel (Fira de Sant Miquel). Es una de las Ferias agrarias más antiguas e importantes de España y tiene como sede el "Parque de los Campos Elíseos" ("Els Camps Elisis"). Esta fiesta ha sustituido a la tradicional de la patrona de la ciudad, la Virgen Blanca.

Tanto la Fiesta Mayor de primavera como la de otoño son presididas simbólicamente por un grupo de doce gigantes emblemáticos, propiedad de la Paeria: doña Violant y el infante Berenguer, Rey Jaime I el Conquistador y Reina doña Leonor, Gigantes Chinos, el Rey Moro y doña Zobeida, los Faraones y los emperadores romanos Marco Antonio y Cleopatra. 

Los gigantes Emperadores Romanos son los gigantes en activo más antiguos de Cataluña, construidos en 1840 por el escultor Ramón Corcelles, para que salieran a recibir a la reina Isabel II y a la reina regente María Cristina, en la visita que realizaron a Lérida el día 24 de junio de aquel año. Los gigantes Chinos, Reyes, Moros e Infantes fueron construidos en el taller barcelonés "El Ingenio" entre 1946 y 1956 a partir de modelos creados por el escultor modernista Lambert Escaler. Suelen salir acompañados por Lo Marraco, monstruo totémico de la ciudad.

Romería de "Els Fanalets de Sant Jaume" ("Farolillos de Santiago"): una pequeña capilla del siglo xiii situada en la calle Mayor, conmemora el paso del Apóstol Santiago por Lérida, donde según una leyenda, el apóstol se clavó una espina en su pie derecho siendo de noche, y un ángel con un farolillo le dio luz para que pudiera sacársela.

 La noche víspera de Santiago ("Sant Jaume") los niños y niñas de la ciudad recuerdan ese acontecimiento yendo en romería hasta la Catedral Nueva, provistos de farolillos, que confieren a la procesión religiosa un insólito aire de fiesta y verbena. El paso procesional está constituido por una imagen en madera del apóstol, acompañada por los Gigantes de la Ciudad y las principales autoridades.

Feria Expotren: feria sobre el ocio ferroviario. Se ha convertido en la feria más importante de este tipo en el sur de Europa. Tiene lugar cada año en el mes de marzo

 

21. y para comer en Lérida

Ferreruela, Cuina de la Terra
C/ de Bobalà, 8, 
25004, Lleida España
+34 973 22 11 59

La Huerta
Avenida Tortosa, 7, 
25005, Lleida España
+34 973 24 50 40

Kimo
Carrer de San Marti 61, 
25004, Lleida España
+34 973 23 25 33

Porco Dio
C/torres De Sanui 24,
25006, Lleida España
+34 873 49 38 90

y algo mas económicos:

Roma Lleida
2 Carrer Bisbe Messeguer, 
25003, Lleida España
+34 973 26 12 44

Restaurant Cal Tupinet
Placa Llac, Ag. Montella al Costat de L'església Del Poble, 
25725, Lleida España
+34 973 51 52 15