Torre da Fortaleza, Sarriá
El Camino Francés es la ruta xacobea más reconocida internacionalmente y
la más transitada. Las vías de peregrinación que atraviesan el
continente europeo, ya desde la Edad Media, confluyen en Francia en
cuatro vías principales, para adentrarse en la Península Ibérica por dos
pasos fronterizos, el Puerto de Somport, en Huesca, y por Roncesvalles,
en Navarra, uniéndose los dos itinerarios en Puente la Reina
(Navarra).
Su trazado, a través del norte de la tierra hispana, mantiene una única
ruta hacia Santiago, atravesando ciudades como Estella, Logroño, Santo
Domingo de la Calzada, Burgos, León, Astorga, Ponferrada, o Villafranca
del Bierzo.
Es la ruta de mayor relevancia histórica y el más seguido por los
peregrinos y peregrinas. Su punto de inicio es Roncesvalles.
El camino, a su paso por El Bierzo, se caracteriza por su variedad
paisajística y su extraordinaria riqueza monumental
Ponferrada es la capital de El Bierzo. En el siglo XI el obispo Osmundo
ordena construir un puente sobre el río Sil para facilitar el paso de
los peregrinos. El Castillo de los Templarios, la Basílica de la Encina,
los museos,… son visitas recomendadas.
Casi todas las civilizaciones han dejado su huella en la zona.
Desde Ponferrada se presentan dos opciones para continuar hasta la
tumba del Apóstol: una, seguir de frente, por el Camino Francés; la que
nosotros seguieremos, y otra, desviándose a la izquierda, cruzando el
puente de Boeza para acceder a la orilla del cauce del Sil, bordeando el
monte Pajariel por el Camino de Invierno.
Indice:
- Como llegar a Ponferrada
- Algo de historia
- Croquis de Nuestra Ruta
- De Ponferrada a Villafranca del Bierzo
- Villafranca del Bierzo
- Comer en Villafranca del Bierzo
- De Villafranca del Bierzo a El Cebrero
- O Cebreiro
- Comer en O Cebreiro
- De O Cebreiro a Triacastela
- Triacastela
- Comer en Triacastela
- De Triacastela a Sarria
- Sarria
- Comer en Sarria
- El románico en la Comarca de Sarria
- Otras Rutas Cercanas
1. Como llegar a Ponferrada

AUTOBÚS
La estación de Ponferrada está muy próxima al pabellón “Lydia
Valentín” (apenas cinco minutos andando).
Las principales conexiones son con Madrid, habiendo aproximadamente
unas 8-9 diarias de ida y otras tantas de vuelta, cuya duración varía
en función de si pertenece a la “Clase Supra” (aproximadamente cuatro
horas) o la “Clase Normal” (unas cinco horas).
TREN
La estación de Ponferrada cuenta con una frecuencia entre dos o tres
trenes diarios a Madrid y otros tantos que proceden de la capital
española, que discurren por las vías de Alta Velocidad desde León,
teniendo una duración aproximada del viaje de unas 4 horas. Hay
otras opciones de conexión con Madrid, pero requieren un mayor
tiempo de viaje.
2. Algo de historia
Una peregrinación medieval era, en esencia, un viaje que se realizaba con el objetivo de visitar un lugar donde, quien peregrinaba, creía que se manifestaba un poder sobrenatural. Dentro de la religión cristiana, el alejamiento del lugar donde se vivía y la soledad que suponía hacerla se han considerado también como una continuación del espíritu eremítico extendido entre los siglos iii y v.
2. Algo de historia
Una peregrinación medieval era, en esencia, un viaje que se realizaba con el objetivo de visitar un lugar donde, quien peregrinaba, creía que se manifestaba un poder sobrenatural. Dentro de la religión cristiana, el alejamiento del lugar donde se vivía y la soledad que suponía hacerla se han considerado también como una continuación del espíritu eremítico extendido entre los siglos iii y v.
No se puede entender el Bierzo sin el Camino de Santiago. El
rastro de los peregrinos está incrustado en lo más profundo de la
comarca y su protección fue una de las razones por las que los
templarios levantaron fortificaciones a lo largo de todo el
trazado –se calcula que durante los siglos XII y XIII casi medio
millón de personas peregrinaba anualmente– incluido el Castillo de
Ponferrada, que casi un milenio después ha cedido su labor de
vigilante para convertirse en el gran reclamo turístico de la
capital berciana.
La peregrinación a la tumba de Santiago el Mayor tiene su
fundamento en el concepto teológico del culto a los santos, cuyas
primeras manifestaciones se han visto en la conmemoración que los
primitivos cristianos hacían en recuerdo de sus mártires junto a
la tumba el aniversario de su muerte.
Estos actos se realizaban de manera discreta hasta la
legalización del cristianismo en el siglo iv, tras lo que
empezaron a levantarse templos sobre las tumbas de los más
queridos, adonde acudían fieles de áreas geográficas cada vez más
alejadas para participar en las conmemoraciones del aniversario de
la muerte del mártir. Además, comenzaron a atribuir a las
reliquias de los mártires una capacidad de intercesión ante Dios y
les rogaban por su salud, fertilidad, etc.
La jacobea fue la última de las tres grandes peregrinaciones en
aparecer. Para cuando surgió, las otras dos que se dirigían a
Roma y Jerusalén tenían ya siglos de tradición. Se estima que
presentaba unas características que la hacían más atractiva que la
que se realizaba a la ciudad de san Pedro
Se adaptaba mejor que la grandiosa Roma a la religiosidad medieval
que buscaba austeridad y pobreza.
Geográficamente, también tenía el atractivo de viajar a un lugar
considerado entonces como «el fin del mundo». Finalmente, en el
ámbito político, recibió un mayor apoyo por las autoridades
medievales europeas, ya que la humilde Compostela no levantaba
recelos como lo hacía la sede papal.
Con la consolidación de la peregrinación a Compostela se fue
desarrollando asimismo un ritual más o menos estandarizado de la
misma. El peregrino acudía a una ceremonia religiosa, donde se
confesaba y comulgaba.
Recibía entonces el bordón y la escarcela que eran bendecidos a la
vez que se rogaba por un buen viaje de ida y un retorno sano y
salvo. Como en su viaje tendría que pasar por territorios
sometidos a diferentes señoríos, procuraba obtener alguna carta de
recomendación para recibir salvoconductos y exenciones de
peajes.
En cuanto podía, se unía a otros peregrinos para viajar en grupo y
así afrontar mejor los peligros del viaje, además de ser normal
que coordinase su partida con otros de la misma localidad o
comarca.
Para realizar su viaje, los peregrinos contaban con una red de
establecimientos que les proporcionaba alojamiento. Sus orígenes
se han visto en la doctrina de la hospitalidad dentro del
cristianismo. Esta se manifestaba de tres maneras: ofrecida por
particulares en sus casas (de manera caritativa o retribuida); por
monasterios y por los hospitales promovidos por laicos o
eclesiásticos.
Hasta mediados del siglo xi fue la monástica la que los peregrinos
podían encontrar de manera predominante. Ya avanzada esta
centuria, fueron los hospitales fundados por laicos y
eclesiásticos los que asumieron el alojamiento y atención de los
peregrinos.
Estos fueron unos lugares donde, además, se producía un
notable intercambio cultural y de información entre personas
procedentes de diferentes lugares de Europa. Los eclesiásticos se
preocuparon de que en sus ámbitos territoriales se fundasen y
funcionasen este tipo de instituciones.
Los peregrinos jacobeos procuraban viajar en grupo para afrontar
mejor los peligros del viaje.
Una vez que habían llegado a la catedral de Santiago —cuyas
puertas permanecían abiertas día y noche—, se solían agrupar por
países de origen y pasaban en ella, despiertos, toda la noche con
una vela encendida.
A la mañana siguiente se les llamaba —en el idioma de cada grupo—
para que depositasen sus ofrendas en arcas destinadas a ello.
Posteriormente, confesaban y comulgaban en la capilla del rey de
Francia, tras lo que obtenían —a partir de inicios del siglo xiv—
un certificado de haber cumplido su peregrinación. Finalmente se
dirigían al altar mayor, donde había una imagen del apóstol, y
efectuaban un ritual como ponerse en la cabeza la corona que
portaba la misma o darle un abrazo.
Tras regresar a su localidad de origen, algunos peregrinos se
unían en cofradía junto a otros que habían realizado el mismo
viaje. En 1120 ya se tiene constancia de la existencia de alguna
de ellas que funcionaban como asociaciones de apoyo mutuo y a los
posibles peregrinos que quisieran emprender el viaje contando, a
veces, con hospitales donde albergaban y ayudaban a los que
pasaban por su localidad. Su formación se dio mayoritariamente en
Francia, Países Bajos, Alemania e Inglaterra.
Inicios (siglos IX y X)
Alfonso II de Asturias.
Durante su reinado se descubrió la tumba apostólica. Se le
considera el primer peregrino ya que, cuando recibió la noticia,
se desplazó desde Oviedo para visitarla.
La peregrinación a la tumba de Santiago surgió de manera
espontánea sin que las autoridades civiles o eclesiásticas
participasen en su promoción u organización hasta ya entrado el
siglo xi, cuando el fenómeno jacobeo se había consolidado.
Se tiene a Alfonso II como el primer peregrino, ya que partió de
Oviedo —hacia el año 825— con su corte para visitar la tumba
cuando esta fue descubierta.
El culto al apóstol se extendió pronto dentro entre la población
cristiana de la península, y pocas décadas después del hallazgo
del sepulcro, este hecho fue recogido en los martirologios y
difundido en la Europa cristiana occidental.
Se instaló una comunidad de monjes en el lugar y no tardó en
surgir una población estable que se conoció como Locus Sancti
Iacobi, la antecesora de la actual Compostela.98 Esta fue objeto de un ataque por los vikingos en 858, quienes
la pusieron bajo asedio, aunque, finalmente, fueron rechazados por
tropas asturianas.
En 895, se menciona a los peregrinos en una donación del rey.
Salvo este dato, no hay otras informaciones sobre su afluencia
durante el primer siglo debido a que hacer estos viajes era una
costumbre lo suficientemente arraigada como para no merecer la
atención de los cronistas.
Solo cuando la persona tenía cierta relevancia social podía quedar
alguna reseña sobre su viaje y, por lo general, estas eran
indirectas. Ya en el siglo x comenzó el interés por visitar la
tumba en los territorios allende los Pirineos y en la primera
década, desde la población de Tours, se dirigieron cartas al rey
Alfonso III preguntando por la tumba apostólica.
Posteriormente, se van teniendo los primeros testimonios escritos
de peregrinos procedentes de fuera de la península ibérica: uno de
los primeros documentados fue un clérigo impedido procedente del
Imperio Romano Germánico, quien visitó la tumba del apóstol en
930; en 950 fue Gotescalco, obispo francés de Le Puy quien
realizó la peregrinación; en 959 lo hizo el abad de Santa Cecilia
de Montserrat; en 961 el conde de Gotha y una de las
personalidades eclesiásticas más importantes de Francia: el
arzobispo de Reims.
El proceso de reconquista conoció un importante impulso durante
este periodo. Los reyes asturianos y leoneses —quienes en sus
donaciones al apóstol pedían por su ayuda frente al enemigo—
consiguieron ampliar los territorios cristianos hasta controlar
toda la meseta norte mientras que los navarros consolidaban su
dominio sobre el alto Ebro.
Esta evolución se truncó en la época de Almanzor, quien recuperó
parte del terreno perdido y sometió el resto a continuas aceifas.
El caudillo musulmán arrasó finalmente Compostela en el 997,
aunque no logró que cesaran las peregrinaciones. Falleció
cinco años más tarde —en 1002— y el califato se sumergió en 1009
en una larga guerra civil que acabó desintegrándolo en los reinos
de Taifas.
Consolidación como peregrinación mayor (siglos XI y XII)
La Europa occidental conoció un contexto expansivo durante el
siglo xi: crecimiento demográfico; mejora climática con ligero
aumento de las temperaturas; incremento de la producción agraria,
así como del comercio y de la masa monetaria.
Dentro de este contexto favorable, la peregrinación a Compostela
conoció un notable impulso que la convirtió en una de las tres
grandes peregrinaciones cristianas. La devoción a Santiago se
extendió con fuerza por el continente y llevó a que personas de
Francia, Flandes, el Imperio Germánico, Italia o Inglaterra
emprendiesen el viaje a su tumba.
Como consecuencia de este fenómeno, la iglesia compostelana
adquirió una riqueza y poder que se vieron con recelo desde Roma,
que, a pesar de otorgarle el carácter de metropolitana, no admitió
su supremacía en la Península, manteniéndosela a la toledana.
Las autoridades colaboraron con este fenómeno popular y
establecieron normas para proteger a los peregrinos. En 1113
Gelmírez prohibió prenderlos y en 1114 el concilio de León les dio
libertad para circular por el reino.
Como el dinero que portaban para sufragar su viaje los hacía
objetivo de nobles y salteadores, el concilio de Letrán
estableció a nivel europeo, en 1123, la excomunión para quien les
robase, y en 1170 se creó la orden de Santiago destinada
originalmente a proteger a los peregrinos, aunque posteriormente
se implicaría, más bien, en la conquista y repoblación de nuevos
territorios.
Pendón de la Orden de Santiago, creada originalmente para
defender a los peregrinos.
En cuanto a la infraestructura, reyes, eclesiásticos y nobles se
implicaron también durante este siglo xi para fundar hospitales a
lo largo de la ruta a la vez que mejoraron calzadas, construyeron
puentes y procuraron poblar las poblaciones por donde pasaba.
Ya en las décadas finales, fueron Alfonso VI en Castilla, León y
Galicia a la vez que Sancho Ramírez en Pamplona y Aragón, los que
desarrollaron una decidida labor por mejorar el tránsito de los
peregrinos.
Alfonso suprimió portazgos, creó hospitales en Monte Cebrero y
Burgos, protegió la labor de Domingo de la Calzada, incorporó el
monasterio de Nájera a la orden de Cluny e instaló a gentes de
Francia en varias poblaciones del camino. Sancho, por su parte,
suprimió asimismo portazgos, sustituyó el rito mozárabe por el
romano, atrajo a eclesiásticos franceses, apoyó los albergues de
Jaca y Pamplona y creó la población de Estella.
Fue en este periodo —sobre 1140— cuando se redactó la primera
guía escrita que ha llegado a nosotros, el Liber Peregrinationis
como parte de la obra Liber Sancti Iacobi, que pudo influir en el
desarrollo del Camino y su conocimiento por toda la Cristiandad
occidental. En él se describían las rutas francesas para alcanzar
el paso en los Pirineos y el posterior itinerario hasta
Compostela.
El apogeo del camino de Santiago (siglos XIII y XIV)
En el tránsito al siglo xiii, la peregrinación a Compostela se
había convertido en un fenómeno popular, de tal manera que una
masa de peregrinos anónimos acudía a Compostela y no eran raros
los incidentes entre ellos al disputarse la vigilia en el altar
mayor.
Su realización se encontraba ampliamente extendida y se comparaba
con la que los musulmanes hacían a La Meca. De la extensión
geográfica de su fama ha quedado la reseña de un enviado francés a
la corte del kan mongol, quien —en 1253— encontró a un monje
nestoriano que iniciaba su viaje aCompostela.
La vía marítima, por su parte, fue utilizada profusamente por los
ingleses y los alemanes del norte. Los primeros organizaban
expediciones colectivas que llegaban preferentemente al puerto de
Burdeos, situado entonces en territorio controlado por
ellos.
Los segundos, aunaron fines tanto piadosos como comerciales y se
vieron atacados a veces por piratas ingleses. Entre estos
alemanes norteños Galicia era conocida como Jakobsland y el
apóstol se convirtió en uno de los patrones de la Liga
Hanseática.148
Las motivaciones de los peregrinos comenzaron a cambiar desde un
sentimiento de fe y devoción a un trasfondo utilitario como
remisión de pecados o cumplimiento de votos. Dentro de esta
multitud que viajaba a Compostela, continuaron acudiendo
personalidades eclesiásticas y nobles de Europa y quedó constancia
de las que realizaron —durante el siglo xiii— el arzobispo de
Burdeos; el obispo de Nantes; el duque Leopoldo de Austria (1212);
Francisco de Asis (1214); el obispo de Lieja (1215); el rey de
Jerusalén Jean de Brienne (1224); la princesa Ingrid de Suecia
(1270). Ya en el XIV, las realizadas por el senescal sueco Biger
Person; Brígida de Suecia; el conde de Poitiers (1316); el rey
Sancho II de Portugal (1244); Isabel de Portugal (1325); el duque
de Lancaster (1386); el marqués de Ferrara (1397).
Detalle de vidriera en Roncesvalles que representa la batalla
de las Navas de Tolosa.
Las luchas de los reinos cristianos contra el imperio almohade
atrajeron a voluntarios europeos, quienes solían visitar la tumba
de Santiago.
Un grupo particular de peregrinos en esta época lo representaron
quienes llegaban desde más allá de los Pirineos para participar en
las guerras que los reinos cristianos peninsulares mantenían
contra los almohades, ya que solían incluir en su viaje una visita
a la tumba del apóstol.
El uso de la concha de vieira como icono de los peregrinos —cuyo
testimonio más antiguo se encuentra en Santa Marta de Tera sobre
el año 1125— estaba en esta época ampliamente extendido y se
utilizaba para diferentes tipos de peregrinaciones.
Así, el conde Luis IV de Turingia ordenó ponerla en la tapa de su
sarcófago para indicar que había peregrinado a Jerusalén. También
en esta época se inició la costumbre de crear cofradías de
peregrinos entre aquellos de una ciudad que habían estado en
Compostela.
En 1315 se fundó una en París y posteriormente en otras ciudades
francesas, neerlandesas, alemanas e inglesas. Este fenómeno, sin
embargo, no se dio entre los reinos hispanos.
Por otra parte, a finales del siglo xiv se escribió la primera
guía para peregrinos que, tras el Liber Sancti Iacobi, ha llegado
hasta nosotros: El denominado «itinerario inglés en verso».
Siglo XV
Durante el siglo xv se mantuvo la popularidad de la peregrinación
a Compostela, si bien comenzaron a aparecer nuevas tipologías de
peregrinos que se alejaban de lo que se veía en los siglos
anteriores.
La ciudad de Lieja fue uno de los primeros lugares donde se impuso
la obligación de peregrinar a Compostela como pena civil.
Por un lado, se extendió entre los nobles europeos la moda de
emprender lo que se ha denominado como «peregrinaciones
caballerescas».
En ellas se viajaba acompañado de un séquito y los objetivos del
viaje eran, más bien, conocer territorios extranjeros y exhibir su
valor participando en los torneos que encontraban en su
camino.
Se pone como ejemplo de este tipo de peregrino a Jean de Werchin
—senescal del condado de Henao y que se considera actualmente como
un modelo de Don Quijote— quien en 1402 anunció públicamente que
aceptaría el desafío que cualquier caballero le hiciese durante su
ruta a Compostela.
Por otro, aparecieron las «peregrinaciones delegadas», que eran
realizadas por personas en nombre y representación de otras, como
el caso de unos peregrinos enviados por la ciudad de Perpiñán en
14827
Adicionalmente, se incrementó notablemente el número de personas
que hacían una «peregrinación forzada», la cual era impuesta por
tribunales como una pena civil. Esta fue aplicada inicialmente en
los Países Bajos y su uso se extendió a los ámbitos francés y
alemán.
En 1434 se celebró el primer Año Santo Jacobeo del que ha quedado
constancia documental. Este acontecimiento supuso un
atractivo adicional, y los años de jubileo vieron aumentar
notablemente el número de peregrinos.
Los reyes castellanos iniciaron la costumbre de visitar
Compostela en estos años de perdonança, además de establecer
protecciones adicionales para los peregrinos. Se mantuvo el
patronazgo del apóstol en la lucha de los reinos cristianos contra
los musulmanes, y en varias ocasiones, los reyes castellanos le
hicieron ofrendas como agradecimiento tras conseguir importantes
victorias.
Finalmente, de este siglo han llegado a nosotros un buen número de
relatos de viajeros que dejaron por escrito las rutas que
siguieron y sus vivencias: el señor de Caumont (1417), William Wey
(1456), el barón de Rosmithal (1466), el polaco Nicolás de Poplau
(1484), el médico alemán Jerónimo Münzer (1494), Herman Küning von
Vach (1495), Arnold von Harff (1497).
Recuperación (segunda mitad del siglo XVII y siglo XVIII)
Santiago de Compostela en el siglo xix.
La finalización de las guerras de religión conllevó un aumento de
la seguridad en los caminos y permitió que desde mediados del
siglo xvii aumentase paulatinamente el número de peregrinos, ahora
con motivos más sinceros.
Esta tendencia se mantuvo durante el siglo xviii con la excepción
de los años centrales, durante los que varios conflictos militares
europeos dificultaron los viajes.
Aunque todavía llegaban a Compostela algunos visitantes ilustres,
como Juan de Austria o Mariana de Neoburgo, la tipología
predominante de peregrino era de personas modestas.
Con el éxito de la Contrarreforma iniciada en el concilio de
Trento, quedó confirmada la veneración de santos y reliquias
dentro del catolicismo. Esto permitió que se mantuviese la base
religiosa sobre la que se asentaba la peregrinación a
Santiago
En cuanto a la infraestructura de acogida, las instituciones
creadas como soporte de la peregrinación consiguieron mantenerse y
seguir dando cobertura a los peregrinos. También las cofradías en
Francia, Flandes, Alemania y Suiza pervivieron y continuaron con
su apoyo.
La recuperación hizo que aumentasen asimismo los ingresos de la
Iglesia compostelana, lo que posibilitó una reforma en estilo
barroco para la fachada principal de la catedral, que fue
acometida entre 1738 y 1750.
Algunos relatos sobre el viaje redactados en esta época fueron el
del clérigo boloñés Domenico Laffi Viaggio in Ponente a S. Giacomo
di Galitia e Finisterre per Francia e Spagna (Bolonia,
1673) o el de Cosme de Médicis, quien llegó en 1669.
También quedó la crónica de un falso peregrino: el sastre francés
Guillermo Manier, quien emprendió el viaje en 1726 para huir de
unas deudas que había contraído.
Recuperación desde mediados del siglo XX
[...] no hay perro que no me ladre, ni tricornio que no me pare.
—(comentario de un peregrino en los años 1960).
Pasada la II Guerra Mundial, surgió un ambiente político y
cultural en Europa que buscaba la integración entre sus países
como medio de evitar los conflictos armados que habían asolado al
continente en el pasado. En este contexto, se buscaron y
potenciaron los elementos comunes, algo que, a la larga, ayudó al
renacimiento de la peregrinación jacobea.
Adicionalmente, en una España caída en el aislamiento político,
que intentaba volver a Europa y donde el turismo se veía como un
sector fundamental de la economía, las Administraciones Públicas
también acabaron apoyando los esfuerzos que realizaban laicos y
eclesiásticos por recuperarla.
Las dos primeras asociaciones modernas para la promoción de la
peregrinación a Compostela aparecieron en París (1950) y Estella
(1962), la de esta última ciudad llevaba desde varios años antes
funcionando de manera informal, apoyando a los escasos peregrinos
y organizando actividades relacionadas con el Camino.
Se comenzó a diferenciar entre lo que era «viajar a Santiago»
con los modernos medios de transporte y «peregrinar a
Compostela».
Unos de estos aventureros fueron tres miembros de la
asociación de Estella, quienes —en 1963— realizaron una
peregrinación a pie con el objetivo de recopilar información sobre
el trazado de la ruta y darla a conocer al gran público, objetivo
que cumplieron, ya que su aventura fue recogida por varios medios
nacionales y extranjeros.
Busto de Elías Valiña, considerado una de las personas que
más contribuyó la recuperación del Camino de Santiago.
La propia Iglesia católica se implicó decididamente en la
recuperación de la peregrinación jacobea. Ya en 1954, el cardenal
Quiroga publicó una carta pastoral en la que animaba a peregrinar
a Santiago.
En 1975, el papa Pablo VI concedió a perpetuidad el derecho de
Compostela para celebrar años jubilares, y el año siguiente se
implantó la «misa del peregrino».
Ya iniciada la década de 1980, fue Juan Pablo II quien apoyó
personalmente la peregrinación viajando a Compostela en 1982 y
siendo, históricamente, el primer papa en ejercicio que lo
hacía.
A un nivel de base, en 1985 —en el que cumplieron los cien años
de la bula Deus Omnipotens— se celebró un congreso en Compostela
que se ha venido a denominar como el «encuentro de los curas del
Camino», en el que los sacerdotes de las localidades revisaron la
infraestructura de alojamiento que se ofrecía a los peregrinos
para intentar mejorarla, especialmente en Santiago de Compostela,
donde, además, acordaron crear una oficina de información.
Gracias a su trabajo, a partir de mediados de los 1970 se comenzó
a crear una infraestructura de alojamiento y apoyo similar a la
que existía en el Medievo y que pronto consiguió cubrir desde
Roncesvalles hasta Compostela.
El primer reconocimiento que recibió el Camino de Santiago fue su
designación como Itinerario Cultural Europeo en 1987.
En 1991, Manuel Fraga impulsó una decidida promoción y
adecuación del camino con vistas al siguiente año jubilar de 1993,
año en el que, finalmente, se obtuvo el buscado reconocimiento
como Patrimonio de la Humanidad.
La peregrinación a Santiago de Compostela en la actualidad
El gran éxito alcanzado por la promoción realizada con motivo del
año jubilar de 1993 —en el que llegaron cerca de 100 000
peregrinos a Compostela— dio a conocer, definitivamente, el
moderno Camino de Santiago al gran público. La infraestructura de
apoyo que se creó, la disponibilidad de información y la facilidad
para obtenerla hicieron que se extendiese el interés en realizar
la peregrinación jacobea.
Fruto de esto, el número de personas que llegan anualmente a
Compostela no ha parado de aumentar y alcanzó en 2019 la cifra de
casi 348 000 peregrinos, lo que no había ocurrido antes, ni
siquiera en los años jacobeos.
3. Croquis de Nuestra Ruta
y una vez en Ponferrada, si queremos conocer casi todo de esta
ciudad, este es el enlace:
Para un mejor aprovechamiento, dividiremos nuestro articulo en
varias partes:
4. De Ponferrada a Villafranca del Bierzo


La hoya del Bierzo, una llanura resguardada por montañas que
impiden el paso del clima atlántico, se ofrece hoy como escenario
al Camino de Santiago. Aquí, vides retorcidas de uva Mencía y
poblaciones colmadas de servicios reciben a diario el repique de
los bordones y el vaivén de las mochilas.
El paso cómodo por Compostilla, Columbrianos, Fuentes
Nuevas, Camponaraya y Cacabelos se torna pesado tras cruzar el río
Cúa en dirección a Pieros y Villafranca del Bierzo.
Ponferrada (Todos
los Servicios)
Dejamos el albergue por la calle La Loma y continuamos por las
calles Pregoneros y El Temple, que desemboca en la avenida del
Castillo. La iglesia de San Andrés da paso al castillo de los
Templarios, que lo bordeamos por la calle Gil y Carrasco.
En un punto, los peregrinos en bici continúan por la izquierda y
los caminantes por la derecha hasta la inmediata plaza de la
Virgen de la Encina. Ya en la plaza torcemos a la izquierda y
bajamos por las escaleras de la calle el Rañadero. Llegamos a la
avenida de la Puebla, donde cruzamos el río Sil (Km 1,2).
Más adelante, al llegar a la glorieta donde se alza el monumento a
los Donantes de Sangre, se dobla a la derecha por la avenida de la
Libertad. En el número 46 se encuentra el Museo Nacional de la
Energía, un espacio de divulgación científica (más información en
qué ver y qué hacer de la etapa anterior).
La salida de Ponferrada es un largo rodeo ya que en lugar de
avanzar hacia el oeste lo hacemos hacia el norte, donde se
encuentra Compostilla. Nos da la bienvenida el local de la Cruz
Roja y posteriormente un pasadizo por el que llegamos a la plaza
del Ayuntamiento.
Compostilla
Junto a la capilla neorrománica seguimos de frente por la IV
Avenida, después viramos a la izquierda y de inmediato a la
derecha por la Tercera Transversal, donde pasamos unas pistas de
tenis y el campo de fútbol. Abandonamos definitivamente
Compostilla por una pista asfaltada y salvamos la N-VI por un
túnel (Km 4,7). Cultivos de vid jalonan la iglesia de San Esteban
y las primeras casas de Columbrianos.
La comarca de El Bierzo reúne unas excelentes condiciones para el
cultivo de la uva, ya que se haya enclavada en una llanura rodeada
de montañas que impiden el paso del clima atlántico. Los tintos se
elaboran con la variedad Mencía. Pasada la iglesia de San Esteban
descendemos suavemente para cruzar la CL-631 y entrar así en el
núcleo poblacional.
Columbrianos (Bar.
Tiendas. Farmacia)
Junto a la capilla de San Blas y San Roque dejamos Columbrianos
por la pista asfaltada que brota a mano izquierda. El Camino
continúa entre unifamiliares y pequeñas parcelas donde se afanan
los vecinos.
A la entrada de Fuentes Nuevas, un crucero con las figuras de
Santiago Peregrino y Cristo Crucificado da la bienvenida a los
caminantes.
Fuentes Nuevas
(Todos los Servicios salvo albergue)
Entramos por la calle Valiña, donde está situada la ermita del
Divino Cristo y a su vera un bar muy frecuentado por los
peregrinos.
Dejamos Fuentes Nuevas y, de nuevo, por pista asfaltada
progresamos hasta la localidad de Camponaraya. Atravesar
Camponaraya (cerca de 1,5 kilómetros de longitud) nos cuesta unos
veinte minutos, cruzando de por medio el río Reguera del Naraya.
Camponaraya (Todos
los Servicios)
Ponemos fin a esta población de servicios de 4.200 habitantes
junto a una cooperativa de vino y un área de descanso. Por una
pista de gravilla alcanzamos la autovía A-6, que sorteamos por un
paso elevado (Km 11,9). El tramo que comienza es el más relajante
de la jornada. La hoya del Bierzo luce su mejor paisaje, siempre
salpicado de viñedos y chopos.
Dos kilómetros y cuatrocientos metros más adelante (Km 14,3) se
cruza con cuidado una carretera y se avanza por el arcén de otra
hasta el solar del Consejo Regulador de la Denominación de Origen
Bierzo (Km 14,9). El Camino desciende y entra en Cacabelos por la
calle Cimadevilla.
Pasada la iglesia de Santa María -conserva el ábside románico-
progresamos hasta el río Cúa, afluente del Sil.
Cacabelos (Todos
los Servicios)
Tras cruzar el río Cúa nos encontramos con el
Santuario de la Quinta Angustia, en cuyo perímetro se
encuentra el albergue de peregrinos.
Hasta Pieros hay que sudar un exigente repecho por el arcén
de la carretera LE-713 o antigua N-VI (tiene ambas
denominaciones).
Pieros (Albergue. Bar a la salida de la población, al pie de la
carretera)
Continuamos a la vera de la carretera. Más adelante, en el cruce a
San Clemente, hay una señal que nos anima a tomar la variante de
la derecha que se acerca a Valtuille de Arriba. Discurre por
caminos aunque no es la oficial y es algo más larga. El recorrido
oficial continúa por el arcén de la carretera, que después de un
tramo ondulado se abandona por la derecha atendiendo a un mojón
jacobeo (Km 20,8).
Por un camino de gravilla, apodado de La Virgen, pasamos junto al
estudio de escultura A. Nogueira y afrontamos una fuerte subida
que da paso a varios toboganes hasta las primeras casas de
Villafranca del Bierzo.
Ya en descenso pasamos el albergue municipal (a la derecha), luego
la románica iglesia de Santiago, que exhibe ante nosotros la
Puerta del Perdón, y de inmediato el refugio Ave Fénix.
Llegamos junto al castillo y, a mano derecha, bajamos unas
escaleras y proseguimos por las calle Salinas y Rinconada Salinas
a la calle del Agua-Ribadeo.
5. Villafranca del Bierzo
(Todos los Servicios)
Para muchos, un lugar de peregrinaje de camino a Santiago y parada casi obligada para otros en su ruta por el norte de España. ¡Te detallo una guía rápida!

Aunque puedes ver sus principales puntos de interés en una mañana,
te aconsejaría que, al menos, te parases un rato más para degustar
los sabores del Bierzo. Pasea por las callejuelas de uno de los
pueblos más bonitos del Camino de Santiago, visita sus iglesias y
saborea un vino de DO del Bierzo para rematar la jornada.
Iglesia de San Nicolás el Real
La iglesia de San Nicolás el Real o Convento de los Padres Paúles;
este conjunto arquitectónico barroco data del siglo XVII, es el
símbolo de Villafranca del Bierzo. Está situado a unos metros del
precioso jardín de la Alameda. Si se te antoja, San Nicolás el
Real dispone de alojamiento.Qué ver en Villafranca del Bierzo: San
Nicolás el Real
Los leones y el Jardín de la Alameda
Los leones que adornan el Palacio de Arganza y el precioso Jardín
de la Alameda situado justo enfrente.Los leones del palacio
Viaducto Fuente Quintano
Por este antiguo puente medieval pasa el Camino de Santiago, y
como muestra, la gran reproducción en piedra del apóstol. Desde
este viaducto, tendrás unas preciosas panorámicas del Bierzo y el
río Burbia.Santiago en el Viaducto

Calle del Agua
La calle del Agua es la más famosa de Villafranca del Bierzo, por
ella pasa el Camino de Santiago, y está repleta de casas
señoriales, escudos nobiliarios, bodegas y palacios como el de
Torquemada.
Calle del Agua
La calle del Agua y sus escudos nobiliariosPalacio de
TorquemadaPlaza Fernández Marva
Iglesia de San Francisco
Esta iglesia tiene un artesonado de estilo mudéjar del siglo XVI y
unas excelentes vistas al castillo de Villafranca del Bierzo.
La Puerta del Perdón
Esta puerta está situada en la iglesia de Santiago de estilo
románico.
Para aquellos que no conseguían llegar a Santiago, esta puerta
servía para obtener el perdón del apóstol.¡Si no llegas a Santiago
no hay problema!
Ayuntamiento y Plaza Mayor
No te pierdas el punto neurálgico del pueblo; el edificio del
ayuntamiento, la plaza Mayor y sus antiguos soportales.
Colegiata de Santa María
De arquitectura berciana, data del siglo XVI, antiguamente fue un
monasterio benedictino el cual hospedaba a los peregrinos que iban
a Santiago.

Museo de Ciencias Naturales
El Museo de Ciencias Naturales de Villafranca del Bierzo alberga
minerales fósiles, un jardín de piedras, la expedición al Pacífico
o taxidermia de la fauna del P. N. de la Sierra de Guadarrama.
Entrada: 7 €, abierto de martes a viernes de 10 a 17, fines de
semana y festivos de 10 a 20.
Mercado semanal
Los martes de 09:00 a 14:00 aprovecha el mercado para llevarte
algunos de los productos típicos del Bierzo. ¿Quién puede
resistirse a una deliciosa cecina?
Castillo-Palacio de los Marqueses de Villafranca del
Bierzo
Este Castillo se construyó a principios del siglo XVI y
perteneció alternativamente a los Osorio (condes de Lemos) y
a los Pimentel (condes de Benavente y primeros marqueses de
Villafranca). En la actualidad pertenece a un
particular.
El castillo-palacio tiene forma cuadrada y en sus esquinas
tiene grandes cubos circulares cubiertos por tejado de
pizarra, característico de esta zona del Bierzo. En la
puerta de entrada podemos ver el escudo de armas de Fadrique
Álvarez de Toledo Osorio, III marqués de Villafranca del
Bierzo.
▸ Estado: Ya que se ha mantenido habitado y continuamente
rehabilitado, su estado de conservación es excelente.
▸ Ubicación: Calle Cotelo, Villafranca del Bierzo 24500,
León
El acceso al exterior es libre, el interior con permiso de los propietarios.
6. Y para comer en Villafranca del Bierzo:
Calle Prim 4,
24500 Villafranca del Bierzo España
+34 605 78 50 53
Plaza Mayor, 15,
24500 Villafranca del Bierzo España
+34 987 54 03 49
Meson Don Nacho
Calle Truqueles 2,
24500 Villafranca del Bierzo España
+34 987 54 00 76
7. De Villafranca del Bierzo a El Cebrero


La montaña llega al Camino de Santiago. Hoy es el día de la
etapa reina, seguramente la más recordada a la vuelta de la
peregrinación. En ella se abandona León y Castilla para entrar
en Galicia, en concreto por la parroquia de O Cebreiro: antigua
aldea de pallozas hoy restaurada en aras del turismo.
El guía hacia la cima es el valle del encajonado río Valcarce,
partido por la N-VI y la A-6 y bien poblado. El ascenso se hace
esperar y no es patente hasta el kilómetro 21 de la etapa,
sobrepasado el barrio de Hospital.
Salida de Villafranca del Bierzo
Tras atravesar la calle del Agua-Ribadeo de Villafranca del
Bierzo, giramos noventa grados a la izquierda por la cuesta de
Zamora (al llegar a la calle Santa Catalina), pasamos junto al
monumento al peregrino, cruzamos el río Burbia (ver apartado
observaciones para informarse sobre la ruta alternativa de la
montaña) y continuamos por las calles de la Concepción y
Espíritu Santo.
Por esta última abandonamos Villafranca y seguimos durante un
kilómetro por el arcén de la carretera, que acompaña el curso
del río Valcarce. De esta manera llegamos a un carril peatonal,
algo parecido a una pista de bobsleigh y protegido por un muro
que no llega al metro de altura, que avanza encajonado entre la
autovía A-6 y la N-VI(Km 1,8).
Por este de redil de peregrinos pasamos bajo varios viaductos de
la A-6 (Km 4,1) antes de tomar el desvío a Pereje, a la altura
del p.k 410 de la N-VI. Cruzamos con precaución la nacional y
por la carretera de acceso, escoltados por los chopos de la
ribera del Valcarce y por castaños de gran porte, llegamos a la
primera localidad del día: Pereje
Pereje (Albergue.
Bar)
Atravesamos la localidad – a la salida a mano izquierda se
encuentra el albergue – para retomar el carril peatonal.
Un kilómetro y seiscientos metros más adelante se encuentra el
área de descanso de Trabadelo (Km 6,9) y un kilómetro más arriba
cruzamos de nuevo la N-VI para tomar el desvío a esta población.
Flanqueados de nuevo por el bosque de ribera del Valcarce, con
soberbios castaños, avanzamos hasta Trabadelo, con
infraestructura necesaria para hacer un alto en el Camino.
Trabadelo (Albergues. Bar. Tienda. Farmacia)
Dejamos la población, dejando a la derecha el desvío a Pradela y
Sotelo, y esta vez no retornamos inmediatamente a nuestra pista
de bobsleigh, sino que caminamos cerca de kilómetro y medio por
una pista asfaltada, por encima de la nacional.
Superado un arroyo que alimenta al río Valcarce (Km 10,5)
volvemos al reencuentro del carril peatonal, al borde de la
N-VI. Un kilómetro y setecientos metros más de tedioso carril
nos sitúan en La Portela de Valcarce, también con algún
servicio.
La Portela de Valcarce
(Albergue. Bares. Tienda básica. Cajero automático)
Portela de Valcarce
Tras La Portela, apenas transitados 300 metros en compañía de la
N-VI, tomamos el desvío hacia Ambasmestas y Vega de Valcarce.
Primero llegamos a Ambasmestas, confluencia de los ríos Balboa y
Valcarce.
Ambasmestas (Albergue. Bares. Tienda)
A principios de 2017, Yaneth Gómez abrió a la salida de
Ambasmestas el Colmado El Barullo, una cafetería con un pequeño
supermercado.
Posteriormente entramos en Vega de Valcarce, población de
servicios del valle con su iglesia de la Magdalena.
Vega de Valcarce
(Todos los Servicios)
Nos dirigimos ahora hasta Ruitelán. A estas alturas de etapa tan
sólo hemos ganado 171 metros de altitud. La base del puerto está
cerca.
Ruitelán (Albergue.
Bares)
A la salida de Ruitelán la pendiente se recrudece un poco, tan
sólo un pequeño aperitivo de lo que vendrá después. Algo más
arriba, a la izquierda, tomamos el desvío que baja hasta Las
Herrerías.
Antes de llegar a este pequeño núcleo cruzamos el río Valcarce por
un puente de piedra.
Las Herrerías (Albergues. Tienda. Bares)
Cruzamos la aldea hasta el barrio de Hospital (Km 20,8), una
continuación del núcleo anterior que toma su nombre del antiguo
hospital para peregrinos ingleses. Al abandonar este conjunto de
casas comienza la verdadera ascensión a O Cebreiro.
Un duro repecho por asfalto, como salido de la nada, de casi un
kilómetro nos invita a plantear la estrategia, que consistirá en
bajar el ritmo, acortar los pasos y acompasar la respiración. En
estas circunstancias es donde el peso de la mochila juega un papel
determinante.
En plena subida, los caminantes deberán tomar la senda que nace a
la izquierda de la pista asfaltada. Los ciclistas deben continuar
de frente por asfalto (Km 22).
Ya en la senda, la pendiente nos da un breve respiro hasta cruzar
el arroyo de Refoxo y nos atiza de nuevo por una calzada sombría
que asciende duramente bajo el dosel de las hojas caducas de
castaños y robles. Este escenario nos acerca hasta La Faba -a la
entrada existe un desvío hacia el albergue. En el pueblo hay bar y
una tienda con todo lo necesario para recuperar las fuerzas
perdidas.
La Faba (Albergues.
Bar. Tienda)
Tras La Faba abandonamos progresivamente la umbría para salir a un
terreno abierto de pastizales con vistas a los bosques atlánticos.
Las amplias panorámicas influyen en la percepción de la pendiente,
que se torna ligeramente más suave hasta alcanzar el último pueblo
de León en el Camino de Santiago Francés: Laguna de Castilla.
Laguna de Castilla
(Albergue y Bar)
Unos 700 metros más arriba aparece el primer mojón jacobeo con
señalización de distancias. Es el 152,5 y lleva la inscripción Os
Santos (del Teso dos Santos).
Cuatrocientos metros después el Camino se despide de León, la
provincia con más kilómetros de recorrido del Camino Francés: nada
menos que 214,4. Por fin pisamos Galicia y, en concreto,
Lugo.
La etapa reina está a punto de concluir (Km 27). Fatigados,
solventamos el último kilómetro hasta la iglesia prerrománica de
Santa María la Real, que da la bienvenida a O Cebreiro. El
albergue de peregrinos, el primero de la Xunta de Galicia, se
encuentra al otro extremo de esta parroquia lucense.
8. O Cebreiro (Albergue. Casas Rurales y Pensiones. Bares. Tienda)
Historia de O Cebreiro
En la zona existen restos de asentamientos prerromanos,
concretamente en O Cebreiro se conservan cuatro pallozas
tradicionales de la montaña lucense.
Desde siempre la historia de la localidad, y en general de
todo el municipio, ha estado estrechamente ligada a su
ubicación, importante punto de paso desde la época romana
entre Galicia y León, vía Triacastela.

Monumento al Peregrino en O Cebreiro
Durante la Edad Media se afianzó el papel de O Cebreiro como
importante punto de peregrinaje del Camino de Santiago.
Este hecho llevó al rey Alfonso VI de León a traspasar el
antiguo hospital de peregrinos a los monjes de la Orden de
Cluny, recibiendo entonces el nombre de hospedería San Giraldo
de Aurillac.
Pero lo que definitivamente le dio fama a la parroquia fue el
Milagro de la Eucaristía o Milagro del Santo Grial de Galicia.
Según cuenta la leyenda, en el año 1300 un devoto vecino de la
cercana aldea de Barxamaior fue el único que acudió a misa en
plena tormenta.
Al verlo, el párroco se burló de él y puso en duda el milagro
eucarístico, pero cuando estaba consagrando la hostia y el
vino, estos se convirtieron en la carne y la sangre de Cristo.
La leyenda se extendió por toda Europa, situando a O Cebreiro
como parada obligatoria de la Ruta Jacobea.
Fue tal su fama que hasta los Reyes Católicos visitaron la
localidad en 1486, llevando consigo de regalo un relicario de
plata donde aún se conserva el famoso cáliz que incluso
aparece en el escudo de Galicia.
A partir de entonces la parroquia recibió numerosos
privilegios de los monarcas españoles, como la exención de
impuestos.
Además, los propios Reyes Católicos solicitaron al papa
Inocencio VIII que la iglesia fuera traspasada a la Orden
Benedictina, evitando así la influencia de Francia.
Cruceiro de O Cebreiro
Durante la Guerra de Independencia las reliquias tuvieron que
ser trasladadas a Foxos, debido a que O Cebreiro se convirtió
en esa época en una zona de batallas entre las tropas inglesas
y francesas.
Los importantes documentos históricos que se guardaban en la
Iglesia de San María sí que resultaron destruidos.
A partir del siglo XVI comenzó un período de declive, que
alcanzó su punto álgido con la Desamortización de Mendizábal.
No fue hasta la segunda mitad del siglo XX cuando Elías Valiña
Sampedro, párroco de O Cebreiro, se propuso recuperar la Ruta
Jacobea señalizando el camino con las famosas flechas
amarillas.
También devolvió a O Cebreiro su antiguo esplendor,
restaurando por completo la localidad para recibir a los miles
de peregrinos que afrontan la etapa más dura del Camino de
Santiago Francés.
El principal monumento es la Iglesia de Santa María la Real,
construida en el siglo IX siguiendo un estilo prerrománico.
Es la más antigua íntegramente conservada de la Ruta Jacobea,
aunque hay que decir que la fachada no pertenece a la
construcción original.
Iglesia de Santa María la Real en O Cebreiro, la más
antigua íntegramente conservada de la Ruta Jacobea
Se erigió junto a la hospedería de peregrinos, fundada en el año
863.
Fue traspasada a la Orden de Cluny por Alfonso VI de León, a la
Orden de los Benitos por los Reyes Católicos y finalmente
abandonada en la Desamortización de Mendizábal.
Es el lugar donde se produjo el Milagro de la Eucaristía,
todavía se conserva el relicario regalado por los Reyes
Católicos en cuyo interior se encuentra el cáliz y una patena.
También se conversa una imagen de Santa María la Real y una pila
bautismal del siglo XII.
Así como las tumbas de los protagonistas del Milagro del Santo
Grial y el sepulcro de Elías Valiña.
En el exterior se recuerda al párroco Elías Valiña, con un
monumento en honor del gran impulsor moderno de la Ruta Jacobea.
A su alrededor hay placas conmemorativas, enviadas por distintas
asociaciones de Amigos del Camino de Santiago.
La Iglesia de Santa María la Real abre todos los días, hasta las
21:00 horas.
Pallozas
Alrededor de la iglesia se conserva un conjunto de viviendas tradicionales de la Comarca de los Ancares, llamadas pallozas.
Se trata de construcciones prerromanas, adaptadas a las duras
condiciones climáticas de la zona.
Están caracterizadas por sus paredes bajas de piedra, su planta
ovalada y sus tupidos tejados de paja.
Algunas de ellas se utilizan como refugio de peregrinos, pero
otras se han musealizado para mostrar el modo de vida
tradicional de la zona.
Se conservan muebles, utensilios y aperos, además de la
distribución original que permitía que en el interior
convivieran las personas y los animales.
El Museo Etnográfico de O Cebreiro se puede visitar:
Entre el 16 de septiembre y el 14 de junio: de martes a sábados
de 11:00 a 14:00 horas.
Entre el 15 de junio al 15 de septiembre: de martes a sábados de
08:30 a 14:30 horas.
La entrada es gratuita.
Alojamiento en O Cebreiro
A pesar de ser un pueblo pequeño, la oferta de alojamientos
turísticos es bastante amplia.
9. Comer en O Cebreiro
Meson O Tear
Lugar Hospital 14 a 6km de O Cebreiro,
27671 Pedrafita do Cebreiro España
+34 618 38 75 92
Casa Sidro
Lugar Louzarela, 12 pueblo Louzarela,
27670 Pedrafita do Cebreiro España
+34 629 05 00 45
Restaurante Villacol
Lugar Noceda 42 Sobre la N-VI,
27675 Pedrafita do Cebreiro España
+34 982 15 11 06
Casa García
Camino Da Feira 2,
27670 Pedrafita do Cebreiro España
+34 982 36 70 21
10. De O Cebreiro a Triacastela


La dura jornada vivida ayer necesita de un recorrido corto pero
activo para renovar fuerzas antes de los sinuosos trazados
futuros. El Camino alcanza su máxima cota gallega en las laderas
del monte Area y aún despliega latigazos en el repecho del alto
do Poio. En O Biduedo, el Concello de Pedrafita do Cebreiro pasa
el testigo al de Triacastela, cuyo núcleo principal descansa en
el fondo del valle bajo la sombra del monte Oribio.
Salimos de O Cebreiro
(Albergue. Casas Rurales y Pensiones. Bares. Tienda)
Iniciamos la vigésimo quinta etapa por encima del albergue de
peregrinos. Abrigados por la vegetación de la montaña,
ascendemos desde los 1296 metros hasta los 1370 (el punto más
elevado del Camino Francés en Galicia) en las inmediaciones del
Teso da Cruz y el monte Area. Desde ese punto bajamos al
encuentro de una amplia pista forestal (Km 1,5).
Conduce a la primera parroquia del día. En Galicia los
municipios se denominan concellos, a los cuales pertenecen
distintas parroquias que engloban a su vez a distintos lugares o
aldeas. Hacia el sur, a mano izquierda de la pista forestal, la
vista se recrea en un sinfín de lomas tupidas de helechos,
robles, castaños y pastizales que forman, entre otras, la sierra
de O Courel. La pista forestal desemboca al pie de la LU-633,
donde se encuentra la parroquia de Santo Estevo de Liñares, con
iglesia prerrománica de una sola nave.
Liñares (Albergue. Bar que no sirve comidas. Tienda)
Tras el templo cruzamos la LU-633, fiel acompañante durante la
etapa de hoy, y tomamos una senda muy cercana a la carretera que
nos arropa con sus hayas, acebos y demás catálogo de especies
atlánticas. El primer alto, el de San Roque, no tarda en
llegar.
Al otro lado de la LU-633, a 1270 metros y ante una amplia
panorámica, se alza la plástica escultura de un peregrino
medieval que avanza contra el viento. Fue inmortalizado en
bronce por el artista José María Acuña (Km 4,1).
La senda sigue el itinerario de la LU-633 y desciende
ligeramente hasta los 1.205 metros. Posteriormente, un falso
llano nos aproxima hasta Hospital da Condesa el segundo núcleo
habitado de la jornada. El mojón jacobeo marca los 145,5.
En este pueblo tendremos, probablemente, uno de los primeros
contactos con las “rubias gallegas”, las vacas de color canela
apreciadas por su carne.
Hospital da Condesa
(Albergue. Bar)
Abandonamos este pueblo de vaqueros y continuamos por un surco
arrimado al guardarrail de la LU-633. Más adelante cogemos el
desvío a Sabugos y Temple pero despedimos de inmediato el tramo
asfaltado por un camino que nos acerca a Padornelo. Es el reino
de la piedra y las losas de pizarra.
Padornelo
A la salida de esta pequeña parroquia afrontamos una durísima
aunque breve cuesta por la que alcanzamos el alto do Poio.
Un bar – albergue y un mesón reciben estratégicamente a los
caminantes, ansiosos por estabilizar su ritmo cardiaco tras
semejante acelerón.
Alto do Poio
(Albergue. Bares)
Más de tres kilómetros de senda pegada a la LU-633 nos separan
de la siguiente población. En todo este tramo prácticamente
llaneamos porque tan sólo descendemos 45 metros de altitud. Así
llegamos a Fonfría, núcleo también de Pedrafita do Cebreiro, con
bares y albergue.
Si pasamos relativamente temprano y aún no han abierto los
bares, es probable que alguna lugareña nos reciba con una
suculenta torre de tortas de leche frita.
Fonfría
(Albergue. Bar)
Atravesamos Fonfría y de nuevo, junto a la inseparable LU-633,
regresamos a la senda que nos lleva por idéntico paisaje hasta O
Biduedo, a 2,4 kilómetros de distancia.
En todo este tramo descendemos exactamente cien metros (Km
14,3).
O Biduedo (Bar)
Tras O Biduedo, ya del Concello de Triacastela, el descenso
comienza a hacerse patente. Nos separan tan sólo 6,8 kilómetros
del final de etapa y aún debemos bajar unos 530 metros de
altitud. En la bajada, el camino procura desprenderse de la
LU-633 y atajar las vueltas y revueltas de la carretera.
Una curva pronunciada nos permite ver de frente el monte Oribio,
de 1443 metros de altitud. A la derecha, en el fondo del valle,
se encuentra Triacastela. La aldea posterior a O Biduedo es
Fillobal. En esta aldea hay un albergue y un bar-restaurante, el
Aira do Camiño, con un punto de acceso a internet y una pequeña
tienda.
Fillobal (Albergue. Bar-Tienda)
Tras Filloval cruzamos la carretera y seguimos descendiendo
entre arbolado para volverla a cruzar un kilómetro más adelante,
junto a un pequeño merendero. Así entramos en Pasantes (Km
18,8), estirada aldea con capilla que atravesamos bajo el
reclamo de la venta particular de frambuesas.
La jornada continúa hasta la aldea de Ramil (Km 20,1), con
castaño centenario al borde del camino, y casi pegada a
Triacastela. El albergue público se encuentra en la misma
entrada, en un descampado a mano izquierda y el resto, un gran
surtido de albergues privados, en el centro de la población.
11. Triacastela
(Todos los Servicios)
Triacastela, de alrededor de 800 habitantes, es una pequeña
localidad de la comarca de Sarria, a menos de 150 kilómetros de
Santiago de Compostela y primera villa gallega del Camino
Francés en Galicia.
Pese a su reducida población (en decrecimiento), la villa
lucense se abarrota de caminantes que comienzan su peregrinación
a Santiago durante los meses de primavera y verano. Los
peregrinos que vengan desde O Cebreiro accederán a Triacastela
tras un largo descenso al valle del río Oribio.
Triacastela; entregada al fenómeno jacobeo, desbordada cada año
por miles de peregrinos
Triacastela es la primera villa del Camino Francés en Galicia.
Esta pequeña localidad, (no llega al millar de habitantes), se
ve desbordada por la gran afluencia de peregrinos durante las
épocas más potentes del año, en las que hay más romeros que
vecinos (el impacto de la Ruta Jacobea en Triacastela es
enorme)
Un buen ejemplo reside en su iglesia; este templo románico nació
dedicado a Pedro y a Pablo, pero con el paso del tiempo, y visto
el éxito de Santiago en la gente que transitaba por el pueblo,
cambió de advocación para pasar a honrar al matamoros.
Ighlesia de Triacastela, Lugo
Los historiadores debaten si el nombre de Triacastela se debe a
tres castillos (representados en la torre de la iglesia) o a
tres castros, de los que se conservan restos
arqueológicos.
Sí parecen llegar a un acuerdo en que el monarca Alfonso IX de
León jugó un papel capìtal en el desarrollo de esta población al
otorgarle un importante impulso a finales del siglo XII y
principios del XIII. Incluso algunos cronistas se refieren a él
como fundador.
En mal estado, algunas en ruinas, pero Triacastela conserva
pegadas de lo que en su día fueron construcciones directamente
relacionadas con las peregrinaciones, tales como u antiguo
hospital, cárcel, mesón... Triacastela constituye un lugar de
descanso desde el origen de las peregrinaciones. Tras el
exigente paso de O Cebreiro, el romero solo deberá preocuparse
de dos cosas: reponer fuerzas y determinar la variante por la
que reemprenderá la marcha en la siguiente jornada.
Curiosidades de Triacastela
Triacastela es una de las plazas con más historia e importancia
dentro del Camino de Santiago. En el Códice Calixtino aparece
como final de etapa. La localidad conserva, aunque en mal
estado, pegadas como el antiguo hospital para peregrinos, hoy
una casa privada que apenas abre las persianas (luce una
horrorosa placa en la fachada), y la cárcel para peregrinos,
literalmente en ruinas, poco antes de llegar a la plaza mayor.
Ambas en la avenida principal y a los pies del camino.
En Triacastela, el peregrino debe decidir por donde proseguir su
camino hacia Sarria. Ante la duda, muchos piden consejo a la
población local qué ruta seguir. Las malas lenguas comentan que
existe cierta rivalidad entre Triacastela y Samos.
Los de Samos han llegado a quejarse de que sus vecinos de
Triacastela dirigen a los romeros por San Xil, para evitar que
atraviesen la localidad rival. Es habitual encontrarse la señal
que indica la división del Camino con la variante de Samos
boicoteada con pintura.
A menos de un kilómetro del centro de la localidad se encuentra
la ermita de San Mamede (San Mamés), que el 17 de agosto ve
interrumpida su habitual tranquilidad a causa de la romería.
ermita de San Mamede (San Mamés), Triacastela
Esta pequeña y tranquila capilla, año tras año, ve interrumpida
su tranquilidad los 17 de agosto, cuando tiene lugar la romería
en honor al santo, una de las fechas señaladas en rojo por la
población local. La leyenda cuenta que en su día aparecieron
unos grandes troncos que entorpecía el paso de los pastores, por
lo que se encargaron de retirarlos lanzándolos a un abismo.
Al día siguiente, los troncos siempre volvían a estar en el
mismo sitio. Ante lo que muchos creyeron ver como un milagro, se
decidió levantar una pequeña ermita. El 28 de cada mes
Triacastela acoge una sencilla feria en su calle principal. Otro
de los eventos importantes tiene lugar el Sábado Santo, con la
Feria de Artesanía, cuando Triacastela se convierte en el punto
de encuentro de los grandes maestros artesanos de la zona.
12. Comer en Triacastela
Rúa Santiago, 8,
27630 Triacastela España
+34 982 54 80 37
Restaurante Esther
Avenida de Castilla nº15,
27630 Triacastela España
+34 692 15 02 56
Casa Xato
Viduedo, 6 Triacastela (Lugo),
27632 Triacastela España

Desde Triacastela existen dos itinerarios para llegar hasta
Sarria: el meridional, más largo, visita el célebre monasterio
benedictino de Samos y progresa por las frondosas riberas del
río Oribio; el otro avanza más al norte por San Xil y se interna
también por bonitos parajes poblados de robles y castaños.
Por San Xil:
Salimos de Triacastela
(Todos los Servicios)
Los que hayan pernoctado en el albergue público deben atravesar
Triacastela por la calle central hasta la salida de la
población. El Camino se bifurca y hay que escoger uno de los
itinerarios.
A mano izquierda, por la LU-633, progresa el trazado hasta Samos
y su monasterio benedictino y de allí continúa hasta Sarria. A
mano derecha parte el itinerario por San Xil, 6,5 kilómetros más
corto aunque supera un desnivel de 238 metros los primeros 5,5
kilómetros.
A la salida de Triacastela giramos a mano derecha y cruzamos la
LU-633. A la derecha, ligeramente arriba, nace el desvío a San
Xil. Lo tomamos y, tras un corto tramo, abandonamos la carretera
por la derecha para seguir por una pista asfaltada.
Posteriormente cogemos un camino que conduce hasta A Balsa.
A Balsa (Albergue)
Por cuesta más pronunciada continuamos rodeados de frondosos
robles hasta desembocar de nuevo en la carretera, justo a la
altura de la Fonte dos Lameiros (Km 3,3). Un buen repecho por
asfalto nos deja a la altura de San Xil. La población queda a
mano izquierda y una máquina de refrescos al pie de la carretera
es todo lo que se oferta por estos parajes (Km 3,9).
El itinerario continúa su ascenso por la carretera, al principio
en falso llano para endurecerse después, hasta las inmediaciones
del alto de Riocabo (Km 5,5). En el alto dejamos la carretera
para disfrutar del tramo más bonito de la etapa. Pasillos
cerrados de castaños, robles, y abedules nos escoltan. La bajada
a Montán – una aldea que apenas se roza – es peligrosa ya que el
piso está formado por lajas de piedra.
Km 7,8. Montán
Continuamos el descenso hasta la aldea de Fontearcuda, donde el
mojón jacobeo nos anuncia los 121,5 kilómetros.
Fontearcuda
El Camino baja de Fontearcuda hasta la carretera y ésta se cruza
(atentos a la señalización porque hay que buscar el mojón) para
tomar un camino que evita el largo rodeo de la carretera que
pasa por Zoo. Salvamos un arroyo y avanzamos por la senda que
sale de nuevo a la carretera.
Las tupidas manchas de robles y castaños dan paso a los prados.
Por asfalto llegamos finalmente a Furela, donde podemos
recuperar fuerzas en el bar situado al pie de la carretera.
Furela (Bar)
Atravesamos por medio de la población y cruzamos la carretera
junto al cartel que anuncia la entrada al Concello de Sarria (Km
10,7). Un kilómetro resta para llegar a Pintín, que también
ofrece bar y restaurante.
Pintín (Bar)
El Camino sigue arrimado a la carretera LU-5602 y un kilómetro
más adelante la cruza para internarse fugazmente por un tramo
boscoso que ataja una curva prolongada.
Bajamos de nuevo a la carretera y pasamos en breve junto al
albergue público de Calvor. La parroquia del mismo nombre queda
por detrás del albergue, a mano izquierda.
Km 13,1. Calvor (Albergue)
Quinientos metros después nos desligamos brevemente de la
LU-5602 para entrar en Aguiada.
Aguiada (Bar)
Tras la población regresamos a los brazos de la carretera por
una senda paralela. El Camino deja a mano derecha un albergue
Paloma y Leña rodeado por un jardín (Km 14,3) y continúa por el
andadero dejando a un lado el cruce a Airexe. A la izquierda de
la carretera queda la parroquia de San Mamede do Camiño (14,9).
Con vistas de Sarria, el andadero de tierra sigue progresando al
pie de la LU-5602 por pequeños toboganes. Pasamos el mojón 114
km de Carballal y el cruce a Ferreiros, que se deja a mano
derecha. De inmediato llegamos junto al camping Vila de Sarria,
con 12 plazas en litera para peregrinos ubicadas en un par de
tiendas (ver apartado observaciones), y dejamos Mendros a la
derecha.
Entramos así en Sarria topándonos con el primer albergue. No en
vano esta capital de Concello ostenta el mayor número de
albergues del Camino Francés y es el lugar escogido por muchos
caminantes para iniciar la peregrinación, ya que se encuentra en
la distancia ideal para conseguir la Compostela.
La rúa José Sánchez nos deja al pie de la rúa Calvo Sotelo, que
cruzamos para continuar de frente por la rúa do Peregrino.
Salvamos por un puente el río Sarria y cruzamos en Benigno
Quiroga para girar junto a la Peregrinoteca. Una escalinata sube
hasta la entrada de la rúa Mayor, que debería cambiar su nombre
por el de la “rúa de los Albergues”, ya que se contabilizan más
de 5, incluido el público.
14. Sarria
(Todos los Servicios)
Hoy, Sarria es el punto donde más peregrinos comienzan el
Camino de Santiago ya que se encuentra a 111 km de
Compostela y el mínimo para obtener la Compostela al llegar
a Santiago son 100 km caminando o a caballo.

Aquí llegan en tren directamente desde Madrid, Barcelona o
desde el País Vasco muchos de los que no quieren hacer más
de los 111 km, o en autobús desde toda España tras trasbordo
de 30 km desde Lugo o tras llegar en avión a Santiago (1.30
a Sarria) o Coruña (1 h) alcanzan la villa de Sarria y sólo
han de buscar la Escalinata Mayor para comenzar su
peregrinaje.
Tras Sarria los puntos donde más peregrinos comienzan son
Roncesvalles, Astorga, San Juan Pie de Puerto y El
Cebrero.
Sarria es una importante población de la provincia de Lugo
(unos 9.000 habitantes en el casco urbano) de gran
importancia en el Camino de Santiago, ya que no solo está en
el Camino de Santiago Francés, sino que es lugar de
encuentro con el Camino del Norte.

Además, Sarria se ha convertido para muchos peregrinos del
Camino en el inicio de su recorrido, ya que está situada a
112 kilómetros de Santiago, por lo que es el último lugar
desde donde se puede empezar y conseguir la Compostela si se
cubre el trazado a pie o a caballo (100 kilómetros son el
mínimo para obtenerla).
Y desde aquí podemos alcanzar Santiago en cinco etapas, una
cifra idónea para quien quiera hacer el recorrido en menos
de una semana.
Distancia a Santiago: 112 km.
La situación de Sarria en el Camino Francés favoreció desde
el principio su prosperidad, aunque no aparece citada en la
Guía del peregrino del Codex Calixtinus (s. XII), por ser su
origen algo posterior.
Actualmente es el núcleo más relevante del Camino
Francés gallego.
15. Comer en Sarriá
Roma
Mah, Sarria España
Roma
Mah, Sarria España
+34 982 53 05 70
Restaurante en Sarria Matias Locanda
Calle Mayor 4,
Calle Mayor 4,
27600 Sarria España
+34 982 88 61 12
Meson Roberto
Paseo Malecon,
Paseo Malecon,
27600 Sarria España
+34 982 53 40 24
y algo mas económicos
A pulperia do luis
Calvo Sotelo, 124,
y algo mas económicos
Calvo Sotelo, 124,
Cp 27600 Sarria, Lugo, Sarria España
+34 697 49 17 56
Pizzeria Salento
Rua Malecon do Rio Sarria 11,
27600 Sarria España
+34 982 87 63 51
A Travesia Dos Soños
Lugar Iglesia 5,
27615 Sarria España
+34 622 12 39 00
16. El románico en la Comarca de Sarria
Vamos a dividir la Comarca en dos recorridos , uno más
cercano a la Ciudad de Sarriá:
Concello de Sarria
Santa María de Corvelle
Presenta una única nave rematada en un ábside semicircular articulado mediante columnillas adosadas y un ventanal central de medio punto sobre columnas.
Santa María de Corvelle
Amén de su interesante colección de canecillos, algunos de
ellos figurados, llama la atención su portada norte,
consistente en un vano de llamativa estrechez trasdosado por
un guardapolvo ajedrezado que abraza un tímpano liso
sostenido sobre curiosísimas mochetas zoomorfas.
Aunque bastante asfixiado por los mausoleos y tumbas del
cementerio contiguo, el ábside de la iglesia de San
Salvador de Sarria puede presumir de ser uno de los más
completos del territorio, habiendo llegado a nuestros días
prácticamente intacto.
San Salvador de Vilar de Sarria
San Salvador de Vilar de Sarria

San Salvador de Vilar de Sarria
Dividido en tres paños por columnas adosadas a modo de
contrafuertes rematadas en capiteles a la altura de la
cornisa, presenta en cada uno de ellos un ventanal de
medio punto de roscas ajedrezadas sobre columnas
cilíndricas rematadas en capiteles entre los que se
adivinan motivos geométricos, vegetales e incluso alguno
zoomorfo.
Completa la decoración cabecera una gruesa línea de imposta ajedrezada a media altura.
Completa la decoración cabecera una gruesa línea de imposta ajedrezada a media altura.
El Salvador de Sarria

Situada en la villa capital municipal y comarcal, la iglesia
de Santiago es la única superviviente de las parroquias
románicas con que contaría Sarria, población de notable
relevancia desde la Edad al ser atravesada por la Ruta
Jacobea.

El templo, de clara cronología tardorrománica y eminente
carácter rural, consta de una única nave rematada en un
sencillo ábside semicircular sin apenas alardes
escultóricos, concentrándose por lo tanto su principal
interés en las dos portadas de ingreso.
La occidental, bajo un guardapolvo en resalte, despliega tres
arquivoltas apuntadas que apean sobre columnas acodilladas
rematadas en capiteles decorados con motivos vegetales de
relieve muy plano.
El Salvador de Sarria, Lugo
Mucho más interesante pese a sus evidentes carencias técnicas
y artísticas es la puerta norte, cuyas arquivoltas, también
apuntadas y decoradas con puntas de diamante y pequeñas
perlas, enmarcan un curioso tímpano presidido por un ingenuo
Cristo en Majestad flanqueado por dos esquemáticos arbolillos
y otras tantas cruces patadas.
En la propia población de Sarria se conserva el Convento de
La Magdalena, edificio de orígenes medievales pero
profundamente remodelado durante los siglos del Gótico y el
Renacimiento.
A pocos metros se localiza la iglesia medieval del Salvador, y
si desde aquí subes por la Rúa do Castelo, llegarás a la
Torre da Fortaleza,
el único torreón que se conserva de la antigua fortaleza de
Sarria del siglo XV, que fue derribada en el año 1860.

Torre da Fortaleza, Sarría
A su lado se localiza el Campo da Feira.
Santiago de Barbadelo
Santiago de Barbadelo
A escasa distancia de Sarria y al pie mismo del Camino
de Santiago, la iglesia de Santiago de Barbadelo se
levanta sobre lo que fue un primitivo monasterio dúplice
dependiente de Samos, apareciendo incluso mencionado en
el Códice Calixtino.

El actual templo parroquial, pese a sus desafortunadas
reformas dieciochescas en las que perdió su cabecera
original, es uno de los más interesantes de la provincia de
Lugo debido principalmente a unas particularidades
arquitectónicas que detallaremos a continuación.
Santiago de Barbadelo
Los restos románicos más apreciables de la construcción se
concentran en los muros norte y oeste, habiendo sobrevivido
también, aunque cegada y semioculta por un contrafuerte, su
portada sur, cuyo hastial sufrió un derrumbe en el que se
perdieron sus ventanales del cuerpo superior.
Al costado norte y bajo dos armónicas ventanas se abre la
portada lateral, de sencilla hechura a base de una arquivolta
bajo guardapolvo sogueado y tímpano liso que descansa sobre
dos columnas rematadas en capiteles zoomorfos, en los cuales,
se adivinan leones afrontados y serpientes enroscadas.

Más interesante aún es su portada occidental, sobre un
cuerpo en resalte en el que, bajo un guardapolvo ajedrezado,
voltean dos arquivoltas de medio punto sobre columnas
culminadas en capiteles de figuración zoomorfa y humana de
compleja interpretación dada la tosquedad de labra que
caracteriza al granito.
El tímpano, también considerablemente degradado, presenta
cuatro piezas labradas; tres en el registro superior en el que
se advierte un personaje de brazos abiertos entre fórmulas
estrelladas; y una pentagonal a modo de dintel en el que
anillos secantes convergen en una cabecita de rasgos
animalescos.
Sin embargo, el elemento que confiere verdadero carácter a
Santiago de Barbadelo es su torre campanario, embebida en el
ángulo noroccidental del conjunto y una de las escasas
estructuras de esta naturaleza conservadas en Galicia.
Santiago de Barbadelo
Presenta la particularidad de que, al interior, en lugar de
hurtar espacio a la nave con lo que sería el lógico bloque
cúbico de su cuerpo bajo, se yergue sobre un potente pilar
desde el que parten dos arcos de medio punto doblados hacia
los muros perimetrales, arcos que, sobre todo el orientado
hacia la cabecera, por su estrechez y dada la volumetría de
sus capiteles, genera la apariencia de ligera herradura por el
marcado sobrepasamiento de su rosca.
Santa María de Albán

Al sur de Sarría e incluida dentro de la nómina de
posesiones del Monasterio de San Julián de Samos, la iglesia
de Santa María de Albán presenta la particularidad de que,
pese a ser de cronología tardía y contemporánea a sus
vecinas ya tratadas, fue concebida siguiendo un esquema de
nave única y cabecera cuadrangular, un recurso más propio
del románico primitivo.
Santa María de Albán, Concello de Sarriá
Perfilada tan solo la portada norte, su ingreso más
interesante es el habilitado a los pies, de dos arquivoltas
bajo la omnipresente moldura ajedrezada, fórmula que tiene
continuidad en las impostas sobre los capiteles.
El tímpano, sostenido por esquemáticas mochetas, despliega una
decoración incisa a base de un cuadrilóbulo en el que engarza
un clípeo circular, elemento similar al existente en la única
puerta románica superviviente de la primitiva abadía románica
de Samos.
Otras iglesias románicas del Concello de Sarria
Como señalábamos anteriormente, la Comarca de Sarria, sin
duda por su eminente vocación jacobea, se caracteriza por la
enorme densidad de testimonios románicos conservados; muchos
de los cuales se reducen a pequeñas portadas, cabeceras o
ventanales que pudieron salvarse al ser reaprovechados
durante las reformas y remodelaciones barrocas que afectaron
a un sinfín de parroquias gallegas.
Así, templos como San Xulián de Chorente, Santo André de Paradela o Santo Estevo de Lousadela apenas
conservan sus sencillas portadas románicas, que en el caso
de San Pedro de Froián, se complementa con un ventanal sobre
ella.
San Fiz de Reimóndez, Concello de Sarriá
La encalada parroquia de San Fiz de Reimóndez conserva casi íntegro su ábside semicircular,
destacando un ventanal central de ornamentación ajedrezada,
motivo que se repite en el vano absidial de San Vicente de
Betote, donde, al igual que en la citada de Albán, volvemos a
encontrar una cabecera de testero plano.
17. Otras Rutas Cercanas