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jueves, 17 de noviembre de 2022

Escapada de Fin de Semana a la Villa de Arévalo, Ávila


Plaza de la Villa,  Arévalo

Castillo de Arévalo

Iglesia de Santa María la Mayor, Arévalo

Arco y Puente de Medina, Arévalo


Cochinillo Asado de Arévalo

Ermita de la Lugareja, Arévalo


La localidad —conocida también por el apodo de Ciudad de los cinco linajes—​está emplazada entre dos cursos de agua como es típico de muchas localidades fundadas en la Edad Media al sur del río Duero, y está relacionado con la defensa militar de la villa

Camilo José Cela en su libro Judíos Moros y Cristianos, narra un viaje que realiza por tierras de Segovia y Ávila, entre 1946 y 1952.

 De Árevalo comenta lo siguiente entre otras cosas:

Arévalo se recuesta en una lomilla en medio de una llanura dilatada. El vagabundo al entrar en Arévalo, cree escuchar aún el aleteo, sobre los árboles del fondo entre los copudos olmos del fondo, de un heridor vientecillo militar. Arévalo fue villa guerrera de bien templada y acreditada fama: Arévalo con Olmedo por donde ya pasó el vagabundo fue una de las llaves de Castilla. 

Como un lobo trotador, así el viejo refrán corrió por los caminos y por los campos y por los montes de Ávila y Burgos de Segovia y de Valladolid, de León, de Medina del Campo, de Toro, de Salamanca, de Zamora: quien de Castilla señor quiera ser, a Arévalo y a Olmedo de su parte ha de tener.

Indice:


1. Donde está situada la Villa de Arévalo

Está situada a 111 Km de Madrid, a 109 Km de Ávila, 66 Km desde Valladolid, 60 Km a Segovia y 80 Km. a Salamanca.


La localidad está rodeada de grandes llanuras y se encuentra enclavada en la lengua de tierra que forman al reunirse al norte de la población los ríos Adaja y Arevalillo, quedando por consiguiente a la margen izquierda del primero y a la derecha del segundo.​ 




2. Algo de Historia

Edad Antigua

La zona está poblada desde tiempos remotos, habiéndose hallado yacimientos prehistóricos cercanos a la población. 

En el municipio vecino de Nava de Arévalo se han encontrado restos de mosaicos polícromos y fragmentos de esculturas de mármol correspondiente al período tardorromano.
Edad Media

El concejo de Arévalo fue una de las Comunidades de Villa y Tierra en las que se dividió el territorio «reconquistado» de la Extremadura castellana

Relieve heráldico en el palacio de los Sedeño: partido, 1.º un águila y bordura cargada de 7 eses, que es de los Sedeño; y en el 2.º los 13 roeles correspondientes a la casa de Dávila, con bordura cargada de 8 aspas.​

Arévalo se fundó hacia 1085-1090, en el contexto de la Reconquista cristiana, simultáneamente a las poblaciones de Olmedo y Medina del Campo.

​ Aparece documentada por primera vez en el año 1090, cuando llegan a ella repobladores del norte de la península —originarios mayoritariamente de Covaleda, Lara y Castilla—.​ 

Perteneció hasta el año 1135 al obispado de Palencia y posteriormente al de Ávila,​ a raíz de la restauración de la diócesis de esta última.​

Durante la segunda mitad del siglo xii fue frontera entre los reinos de Castilla y de León y crece rápidamente, siendo una de las principales poblaciones de la meseta. El concejo de Arévalo a lo largo de su historia consistió mayoritariamente de territorios de realengo.

Durante la Edad Media la villa constituyó una plaza fortificada y un centro de comunicaciones de gran importancia entre los concejos adyacentes, entre los que se encontraban Ávila, Medina del Campo, Olmedo, Coca o Segovia.

​ La aristocracia en el poder durante la Baja Edad Media —las 5 familias de los Tapia, Sedeño, Montalvo, Briceño y Berdugo;​ que trazaban su linaje hacia atrás identificándose como los descendientes de los reconquistadores de la ciudad— se decantó por los Trastamara en la Guerra Civil Castellana.
La demencia de Isabel de Portugal, obra de Pelegrí Clavé en 1855: Isabel de Portugal falleció en 1496 como punto final de un largo retiro en Arévalo

El concejo de Arévalo fue en sus comienzos territorio de realengo. Sin embargo durante los siglos xiv y xv la comunidad de villa y tierra de Arévalo —que llegó a tener una extensión de 1118 km²—​ se señorializó progresivamente​ 

En Arévalo se asentó una numerosa comunidad judía y musulmana, siendo la judería de Arévalo la segunda del reino de Castilla a comienzos del siglo xv, lo que favoreció la economía local. 

En el mismo siglo la localidad cobra gran importancia política por la frecuente visita de la corte. El rey Enrique IV de Castilla convocó cortes en Arévalo y, más tarde Isabel la Católica en las Casas Reales de Arévalo pasó su juventud.​ 

La población mudéjar —en 1463 la aljama de Arévalo solo fue superada en recaudación de impuestos por Toledo, Ávila, Sevilla y Guadalajara— de la ciudad se encontraba también entre las más importantes de la Corona de Castilla.​ La morería, que contaba con un alfaquí, estaba localizada cerca del río Arevalillo.​

En la ciudad también estableció su corte el hermano de Isabel, Alfonso. La villa fue empeñada por Enrique IV a Álvaro Estúñiga,​ —miembro de una familia con un linaje de origen navarro31​ concediéndole el señorío y el ducado de esta en 1469.​

 Esta concesión se produjo en el contexto de los apuros económicos que había padecido la corona durante la Guerra Civil Castellana​ entre Enrique IV y su medio hermano Alfonso.​ El ducado de Arévalo tan solo perduró hasta 1480, cuando los Zúñiga no pudieron retener la posesión de la ciudad por las presiones de la familia real, capitulando y entregando Arévalo a Isabel de Portugal, progenitora de Isabel la Católica.​

Edad Moderna

Acuarela de paisana de Arévalo del siglo xvi, perteneciente a la colección de Roger de Gaignières

El 2 de julio de 1494 se ratificó en Arévalo el Tratado de Tordesillas.​ Este acuerdo sería también ratificado en Setúbal por el monarca portugués Juan II el 7 de septiembre de 1494.​ 

En el siglo xvi Ignacio de Loyola pasó su adolescencia en Arévalo, siendo la fecha más probable de su estancia en la localidad el periodo comprendido entre los años 1506 y 1517.​ 

Tras la muerte de Fernando el Católico, el emperador Carlos V intentó ceder Arévalo a Germana de Foix, a modo de compensar las rentas que en principio le había prometido el esposo de Isabel la Católica en su testamento​

Tras la muerte de Germana de Foix la localidad debería volver a manos del monarca.​ La villa protestó, se rebeló,​ y, tras el pago de una serie de compensaciones monetarias, consiguió, en 1520,​ la promesa del emperador de que la villa no sería nunca enajenada ni vendida.​ 

Enclavada en una zona tradicionalmente cerealista, Arévalo, que ya en la Edad Media se benefició como mercado agrario de su buena situación geográfica, se convirtió a mediados del siglo xviii en el principal centro de producción de cereal de Castilla.

​Edad Contemporánea

Mapa de la localidad de Francisco Coello (1822-1898) publicado en 1864

El comienzo del siglo xix trajo sin embargo una importante crisis de subsistencia durante la cual se duplicó de la tasa de mortalidad y que también se caracterizó por una fuerte subida del precio del trigo.​ 

El paso de los ejércitos franceses por la localidad agravó la situación todavía más por las exigencias desmesuradas de vituallas por parte de los oficiales —Auguste Marmont, duque de Ragusa, llegó a solicitar 8000 fanegas de trigo y 268 000 reales en 1811—​ y el propio saqueo de la ciudad.
Litografía de Francisco Javier Parcerisa publicada en 1865; a mediados del siglo xix el castillo de Arévalo se encontraba en ruinas

La villa adquirió el título de ciudad el 19 de julio de 1894, concedido por María Cristina de Habsburgo-Lorena —regente de Alfonso XIII— en virtud «del aumento de su población, desarrollo de su agricultura, industria y comercio y fomento de su instrucción popular».​ Arévalo y Ávila fueron las dos localidades de la provincia en las que a finales del siglo xix empezaron a aparecer los primeros colegios privados de enseñanza primaria.​ 

El 1 de noviembre de 1943 la Diputación provincial eligió mayoritariamente a su alcalde, Lucas Gómez Fortado, para el cargo de procurador en Cortes en la I Legislatura de las Cortes Españolas (1943-1946), representando a los municipios de la provincia.​ 

El 11 de enero de 1944 ocurrió un grave accidente ferroviario en la estación de la ciudad al chocar dos trenes —un tren correo que venía de La Coruña y un tren expreso que realizaba el servicio Madrid-Irún— que se cobró una cuenta de 41 víctimas mortales y 78 heridos.​ 

Ese mismo mes se dispuso «en atención a la conducta del vecindario y las autoridades» y a la cooperación ciudadana en el accidente el ingreso de la ciudad en la Orden Civil de Beneficencia,​ y la concesión de la cruz de la orden.


3. Que ver en Arévalo


4. Iglesia de San Salvador y la Marrana Cárdena

Comenzamos el recorrido frente a la iglesia de San Salvador. Aunque no se sabe la fecha exacta en la que fue construida, la nave norte, los contrafuertes y los capiteles de la capilla del Evangelio nos dan la pista de que estamos ante un templo románico. 

Iglesia de San Salvador y la Marrana Cárdena. Arévalo

También llama la atención la arquitectura mudéjar de la torre, o el ladrillo de la portada principal fruto de una reforma del siglo XVI. Esta iglesia fue construida extramuros, zona ocupada por la judería de Arévalo. Actualmente la iglesia de San Salvador custodia los pasos de la Semana Santa.

En frente de la iglesia puedes ver un verraco, su origen es celtibero y da fe del asentamiento de la tribu de los vetones en Ávila. 

Éste, o mejor dicho ésta, tiene nombre, es la Marrana Cárdena, una replica del original datado entre los siglos III y II a.C.

5. Plaza del Arrabal


Plaza del Arrabal, Arévalo

Sin darnos cuenta estamos en la primera plaza extramuros de la ciudad, la Plaza del Arrabal. En ella nos encontramos edificios no muy altos con algún que otro detalle en la forja o los balcones y repletos de soportales donde hay multitud de restaurantes. Allí mismo se encuentra la siguiente parada…
Iglesia de Santo Domingo de Silos

De nuevo observamos una mezcla de estilos, del mudéjar original solo queda el ábside. Las obras de construcción, prolongadas durante varios siglos, han dado paso al barroco y el renacentismo. 

La construcción de esta iglesia no fue «pan comido», de hecho, se comenzó a construir en el siglo XII y fue necesario que personalidades como el General Lope de Río hicieran suculentas donaciones para poder concluir la obra en el siglo XVI. 

La torre se terminó en el silgo XVIII y destaca el remate escultórico del campanario dedicado al Sagrado Corazón de Jesús. Esta iglesia es la principal de Arévalo y dentro se encuentran las reliquias del patrón de la ciudad, San Vitorino. Destaca en el interior la reja plateresca de la capilla mayor.

6. Arco del Alcocer 

Arco del Alcocer, Arévalo

Este arco da paso a la ciudad intramuros y es la única puerta que queda de las 3 que había en la muralla. 

Actualmente es la Oficina de Turismo pero en el siglo XVI fue la Cárcel Real. 

Aprovecho a comentarte que el lunes tooodo está cerrado y no puedes acceder al interior de los monumentos. 

¡Vuelvo a la ruta!…Justo delante del arco hay una escultura de bronce que conmemora el aniversario de la muerte de Isabel la Católica. 

¡Por cierto! Te recomiendo la serie de TVE «Isabel» 100%.

Monumento a Isabel la Católica, Arévalo

Es una escultura en bronce a tamaño natural que representa a la reina Isabel la Católica (1451-1504) como una joven adolescente. 

Obra del escultor Francisco Aparicio (Yepes, 1936). Inaugurada en 2004. 

Se encuentra en la plaza del Arrabal en la localidad de Arévalo, Ávila, España.


7. Plaza del Real y el Ayuntamiento de Arévalo

Plaza del Real. Arévalo

Cruzando el arco llegamos a la Plaza del Real, debe su nombre al Palacio Real. Fue construido en la época de Enrique II y en él vivieron Isabel la Católica y su familia. Cuesta creer que lo dejaran caer sin intentar conservar el patrimonio ¿no?

Lo que si podemos observar es el Ayuntamiento, ubicado en el Palacio de Río Ungría, del siglo XVI y de estilos mudéjar y renacentista. También se encuentra en esta plaza una de las 2 Casas de los Sexmos y la Casa del Concejo. Muy cerca se encuentra la Iglesia de San Juan Bautista, fundada por el linaje de la Casa Sedeño. Mezcla estilos románico, mudéjar y renacentista.

8. Santa María la Mayor

De camino a la Plaza de la Villa nos encontramos con el Palacio de los Sedeño (o Palacio del Marqués de los Altares) buen ejemplo de la arquitectura del siglo XVI en Arévalo.


Santa María la Mayor, Arévalo

A continuación llegamos a la iglesia de Santa María la Mayor, siglo XIII y de estilo románico mudéjar.

Me encanta la mezcla de ladrillo y mampostería formando esos arquitos de medio punto en el ábside. No sé cuantas fotos le haría, pero fueron entre muchas y muchísimas.

No pudimos acceder al interior, pero dicen que las pintura góticas del siglo XIV que representan un Pantocrátor son excepcionales. Una curiosidad de ésta iglesia es que era la encargada de repicar las campanas para que se cerraran las puertas de la muralla.

9. Plaza de la Villa

Plaza de la Villa, Arévalo

A la derecha de la iglesia nos encontramos esta bellísima plaza fantásticamente rehabilitada hace unos años. Las casas con entramado de madera vista y soportales son mi debilidad. 

 Más de 50 columnas de madera y piedra crean un espacio perfecto para guarecerse del sol o la lluvia. Se encuentra en el centro de la villa amurallada y un ejemplo bárbaro de la arquitectura medieval mudéjar-castellana. ¿Se nota que de las 3 plazas esta es mi preferida? 

Justo en esta plaza hay 2 apartamentos con una puntuación altísima en Booking, te los dejo a mano para que eches un ojo:Mi Villa Arévalo. Puntuación 9.9 en 80 comentarios…

Mi Isabelita. Está justo al lado y tiene una puntuación de 9.5/10…

Otro elemento de la plaza que llama la atención es la Fuente de los Cuatro Caños, del siglo XV. Y también nuestras 2 siguientes paradas…

10. Iglesia de San Martín


Iglesia de San Martín, Arévalo

Esta iglesia declarada Monumento Histórico Artístico en 1931 fue construida por el linaje de los Tapia en el siglo XI. 

Presenta una mezcla de estilos románico, mudéjar y renacentista. De la fachada destaca la galería porticada románica del siglo XIII, pues tiene capiteles con escenas bíblicas y caballeros, sin embargo son sus torres las que le dan fama.

La Iglesia de San Martín tiene 2 torres mudéjares; la Torre de los Ajedreces, decorada con arquerías de ladrillo y 12 tableros de ajedrez. Se cree que fue el minarete de la antigua mezquita. La otra es la Torre Nueva, siglo XII, y probablemente fue levantada como puesto vigía. 

En San Martín no hay culto desde 1911 y a Dios gracias, en 2005 se musealizó.

11. Casa de los Sexmos

Otra parada obligatoria en la Plaza de la Villa. 

Casa de los Sexmos, Arévalo

En la Casa de Los Sexmos se ratificó el Tratado de Tordesillas en 1494 y hoy en día alberga el Museo de Historia de Arévalo. 

La entrada es gratuita y si vas con los pequeños de la casa les encantará ver la maqueta de Playmobil.

12. Castillo de Arévalo

Castillo de Arévalo

A continuación nos dirigimos al Castillo de Arévalo. Si no quieres caminar más siempre puedes llegar hasta él en coche, aunque es un breve paseo con muy buenas vistas. Lo primero que hicimos fue leer los paneles informativos, pronto comprendimos que lo que estábamos viendo poco se parecía a la fortaleza musulmana que Álvaro de Zúñiga, conde de Plasencia y duque de Arévalo, reconstruyó en el siglo XV. 

Tras haber sido prisión y cementerio, en 1952 pasó a ser un silo para almacenar grano que fue utilizado hasta 1977. En la actualidad es un Centro de exposiciones y Museo de cereales.

En sus orígenes, la fortaleza se levantó aquí porque los ríos Adaja y Arevalillo crean un foso natural defensivo que no podían desaprovechar. El perímetro era mucho mayor y de esa primera era constructiva solo se conserva la estructura de la Torre del Homenaje. 

En los siglos XV y XVI se reformó para añadir las troneras y un foso frontal claramente defensivo. En él se refugiaron los cristianos cuando los musulmanes invadieron la península y finalmente, el duque de Arévalo perdió su propiedad tras la victoria de Isabel en la Guerra de Sucesión (él apoyaba a Juana).

13. Arco y Puente de Medina

Arco y Puente de Medina
En esta zona nos encontramos restos de la muralla que protegía la ciudad y la puerta de Medina, un arco del siglo XVIII que recuerda el lugar por el que se accedía a la villa. A unos pasos, sobre el río Arevalillo, se mantiene en pie el Puente de Medina pero no es el único de interés.

Cerca también se pueden contemplar el puente medieval de La Llana (también llamado de Valladolid), construido sobre el río Adaja en el siglo XIV en su día con 7 arcos apuntados y declarado Bien de Interés Cultural. O el puente de Los Barros…Puedes descubrirlos haciendo la ruta fluvial del Río Arevalillo.

14. Ermita de la Lugareja

Ermita de la Lugareja, Arévalo

A las afueras de Arévalo se encuentra la Ermita de la Lugareja, oficialmente iglesia de Santa María de Gómez Román. Está considerada el mejor ejemplo del arte románico mudéjar español.

La Lugareja se considera la obra maestra del románico-mudéjar abulense, a pesar de ser un edificio inacabado. Inicialmente fue una iglesia perteneciente a una comunidad de monjas cistercienses, que según una inscripción desaparecida debió ser fundada en 1237. 

Es muy interesante su cimborrio sobre el cruceroo que mientras interiormente es cilíndrico con arqurías imitandp los tambores del Grupo de Salamanca, aunque sólo cautro de ellas con ventanas, exteriormente se presenta como una torre cuadrada.


Fue declarada Monumento Histórico-Artístico en 1931. Para visitarla es imprescindible hacer reserva previa.

15. Fiestas

Fiestas en Arévalo

Arévalo celebra las fiestas de su patrón San Vitorino Mártir el día 7 de julio con su tradicional desfile de gigantes y cabezudos, la inauguración del recinto ferial, concentraciones de peñas, conciertos, concurso de cortes, corridas de toros y encierros por las calles y campos del pueblo.

Estas fiestas han contado ocasionalmente con un espectáculo de fuegos artificiales desde la explanada del castillo y concluyen desde hace varios años con un encierro nocturno. Hay que citar en este epígrafe la inauguración en el 2009 de la nueva plaza de toros tan esperada en toda la comarca por la gran afición existente a este espectáculo.

Las fiestas patronales se celebraron tradicionalmente durante el mes de junio.

Sin embargo en los años 70 se decidió cambiar de fechas, mediante referundum del pueblo promovido por el entonces alcalde, de las fiestas debido a las irregularidades climáticas del mes de junio que interrumpían con frecuencia los festejos, al mes de julio, tomándose como referencia, el primer domingo de julio, siendo el 7 de julio el día del patrón, San Vitorino aquí, coincidiendo con San Fermín en Pamplona.

El día 9 de febrero es también festivo, celebrándose la fiesta de Nuestra Señora de las Angustias, patrona de la localidad, famosa por la típica subasta de todo y fundamentalmente gallos y corderos, celebrada tradicionalmente en la Plaza del Real.

Las romerías de la Virgen de la Caminanta y la Virgen de la Lugareja son también festejos muy tradicionales, con los cofrades portando báculo característico y corbata rosada, celebrándose la procesión y una merienda campestre amenizada por la música de la dulzaina y el tamboril.

Los últimos años la romería de la Virgen de la Lugareja no ha podido realizarse al negarse los dueños del terreno donde se encuentra la ermita a permitir el acceso a cofrades y peregrinos.

También es muy conocida la feria de muestras, a la que acude la gente de los pueblos circundantes, y la fiesta gastronómica del tostón de Arévalo.

No olvidemos la Feria de Antigüedades, que se viene celebrando a primeros de cada mes de mayo desde los años 80 del pasado siglo; esta feria fue suspendida en 2012 por motivos económicos, y sustituida por un rastrillo.​

En el año 2012 se emitió por la primera cadena de TVE la serie Isabel, sobre la reina Isabel la Católica, con la aparición en ella de la ciudad de Arévalo, en virtud a que fue localidad de residencia de la reina.

16. Gastronomía típica en Arévalo

Seguro que ya sabes que el plato más popular de la gastronomía arevalense es el tostón. Un plato de cochinillo asado .  

También son típicos muchos dulces como las torrijas, una especie de rosquillas que se llaman rozneques, mantecadas y jesuitas (pastelillos de hojaldre rellenos de crema). ¡Deja sitio para el postre siempre!

Cochinillo Asado o Tostón, Arévalo

Comer en Arévalo

Asador Museo Siboney
Calle Figones 4,
 05200 Arévalo España
+34 920 30 15 23

El Figón de Arevalo
Huerta del Marqués 2, 
05200 Arévalo España
+34 920 30 18 76

Asador las Cubas
Calle Figones 11 Junto a Plaza del Arrabal, 
05200 Arévalo España
+34 920 30 01 25

Restaurante Anduriña
Avenida Emilio Romero,29 Emilio Romero, 29, 
05200 Arévalo España
+34 920 30 15 69

Los Cinco Linajes
Plaza del Tello, 5 Antiguo Palacio, 
05200 Arévalo España
+34 920 30 25 70

lunes, 4 de abril de 2022

Ruta Arqueológica por Ávila, entre Castros Vetones y Verracos (y II): Del Castro de las Cogotas al de Castillejos

Castro de las Cogotas, Ávila


Ávila

La Oculta Maqbara de San Nicolás, Ávila

Castro de los Castillejos

Dolmen del Prado de las Cruces, Bernuy-Salinero

Túmulos de Los Tiesos, Mediana de Voltoya

Los vettones fueron uno más de tantos pueblos que habitaron la península Ibérica desde finales del siglo V a.C. encuadrados dentro lo que se conoce como cultura céltica. Las fuentes de la época los situaban en las actuales provincias de Ávila, Salamanca, Cáceres, parte de Toledo y de Badajoz.

Su forma de poblamiento eran los hoy llamados Castros, lugares elegidos por sus condiciones defensivas naturales que eran además reforzados por potentes murallas, torres, campos de piedras hincadas para dificultar el acceso de la caballería, fosos, etc.

En sus necrópolis de incineración se enterraban las cenizas de aquellas gentes que vivieron un momento de gran trascendencia como fue la conquista romana, cuya culminación para los vettones fue hacia el 133 a.C., momento en el que esos lugares pierden su independencia, aunque siguen habitados al menos un siglo después. Su abandono en el siglo I a.C. dio lugar a las ruinas arqueológicas que hoy constituyen un exponente cultural de gran monumentalidad, rehabilitadas para el disfrute público.

Como continuación a la Primera parte de nuestra ruta:

Castro de el Raso, Candeleda

Indice:
1. Croquis de nuestra ruta


2. Como Llegar a Avila


Como todos nuestro destinos están circunvalando la ciudad de Ávila, no tenemos mas remedio que utilizarlo como punto de referencia y soporte de nuestra ruta, y para saberlo todo sobre Ávila podemos clickar en el enlace siguiente:


Podemos iniciar nuestro recorrido en el

3. Castro de los Castillejos

Castro de los Castillejos, Sanchorreja

El castro de los Castillejos se encuentra ubicado en el corazón de la sierra de Ávila, en el término municipal de Sanchorreja. 

Es una zona excelente para el senderismo de dificultad baja, pudiéndose disfrutar de un entorno saludable y unos paisajes de gran belleza. Es el territorio habitual de la raza avileña de ganado vacuno, de reconocida fama dentro del mundo de la gastronomía.

El poblado de Los Castillejos se encuentra situado a 1.553 metros sobre el nivel del mar, en un cerro amesetado, prácticamente aislado, a modo de monte isla, unido al resto de la sierra por un collado alto que constituye la divisoria de aguas de los dos barrancos que aíslan el cerro. 

Utiliza eficazmente como defensa la escarpada orografía y solo precisa muralla en los tramos débiles de los dos recintos incrustados entre los berrocales. 

El poblado se desarrolla desde la Edad del Bronce hasta la Romanización.

Relación de yacimientos arqueológicos en la comarca de La Moraña Oriental y la Comarca de Tierra de Pajares en la provincia de Ávila (Castilla y León, España). 

Se trata de yacimientos arqueológicos que han sido catalogados por la Junta de Castilla y León.

Su grado de explotación y estudio varía, pero en general muchos de ellos no pasan de la catalogación y determinación con pocos o esporádicos trabajos de campo.



4. Castro de las Cogotas 

Castro de las Cogotas, Cardeñosa,

A 10 Km de Ávila está ubicado en un cerro granítico en el termino de Cardeñosa, un lugar estratégico rico en fuentes y manantiales, en las estribaciones de la Sierra de Ávila, bañada por el río Adaja y el arroyo Rominillas. Desde aquí podemos contemplar amplias vistas, desde la Catedral de Ávila hasta Arévalo.

Descubierto en 1876, tiene 455 m. de largo y 312 m. de ancho, con un doble recinto amurallado, piedras hincadas para impedir la llegada de caballería enemiga; y mas de 1400 tumbas en la necrópolis de la inmediata vaguada. Tuvo su esplendor en el siglo V a III a.C. 

Todas las casas son de planta rectangular, con zócalos de mampostería e hiladas de adobe. Se han hallado objetos en su mayoría de hierro aunque también de adorno de bronce y objetos de cerámica fabricados a mano o a torno con decoración calada y a peine. El grueso de los testimonios visibles corresponden a la segunda Edad del Hierro.

A finales del siglo XIX el yacimiento empieza a ser conocido y despierta el interés de los eruditos de la zona. La mayor parte del yacimiento fue excavado entre 1927 y 1931 por Juan Cabré, quien valoró el hallazgo de una escultura completa de jabalí y dos toros en fragmentos.

Castro de las Cogotas, Cardeñosa

El jabalí tiene un excelente estado de conservación y su cronología puede establecerse en los siglos IV-III a.C. Cabré demostró la firme correspondencia de una parte de la estatuaria en piedra con los recintos fortificados de la Segunda Edad del Hierro y la riqueza ganadera de estas poblaciones. 

Éstas últimas presentaban un aspecto no muy diferente al de las estelas de la necrópolis y, recordando que algunos de los verracos conocidos en Ávila ostentaban inscripciones latinas de carácter funerario, excavó los espacios intermedios de las piedras, concluyendo que las esculturas no tenían contexto funerario. 

Ante este hecho, y dada la lejanía del cementerio del castro del lugar del hallazgo, planteó la hipótesis de que ésta y otras esculturas fueron concebidas por los vettones como símbolos relacionados con la protección del ganado.

La escultura de jabalí se conserva hoy en la plaza de Calvo Sotelo en Ávila (Plaza del Alcázar) a donde llegó por orden de Alfonso XII en 1877. junto al Mercado Grande, y uno de los toros puede verse en el almacén visitable de la Iglesia de Santo Tomé el Viejo, junto al Museo.

La visita al castro de Las Paredejas y a todo el Cerro del Berrueco implica una interesante excursión a pie por un impresionante paisaje granítico poblado de encinas. El complejo arqueológico del Cerro del Berrueco se compone de dos cerros unidos por la base: El Berrueco y el Berroquillo. Fue declarado Monumento Histórico Artístico en 1931, siendo en la actualidad Bien de Interés Cultural.

5. Maqbara de San Nicolás

Maqbara de San Nicolás, Ávila

La maqbara de San Nicolás fue una necrópolis islámica situada en Ávila (España), en un paraje al suroeste del recinto amurallado denominado Vado de San Mateo, entre la iglesia de San Nicolás y el río Adaja.​

La necrópolis fue excavada entre 1999 y 2003, durante las obras de construcción de una urbanización en el suroeste de Ávila en el contexto de la burbuja inmobiliaria en España. 

Fue identificada desde el primer momento como un cementerio islámico, debido a la disposición de los cuerpos, colocados en posición decúbito lateral derecho en fosas estrechas con orientación este-oeste o nordeste-suroeste, y a la ausencia de ataúd o ajuar.
Se descubrieron 3171 sepulturas​ fechadas entre el siglo XIII y el año 1502, antes de la conversión forzosa de los musulmanes en España, en una parcela de forma prácticamente cuadrangular, con una superficie de 2564 m2.​

Maqbara de San Nicolás, Ávila

Ante el descubrimiento, el historiador Serafín de Tapia inició una campaña a favor de la conservación de la maqbara, que contó el el apoyo de las universidades de Valladolid, Salamanca, Complutense y Oxford, así como el Ministerio de Cultura de Francia y los grupos políticos de oposición del Ayuntamiento de Ávila, PSOE e Izquierda Unida. 

​Esta maqbara de San Nicolás (actualmente no conservada; el lugar está urbanizado y no hay ninguna referencia a la necrópolis) , existen sólidos indicios documentales de la existencia de otros lugares de enterramiento de musulmanes en Ávila: uno junto al monasterio cisterciense de Santa Ana y otro junto al premostratense del Sancti Spiritus. De ellos no se ha documentado nada arqueológicamente hasta el momento, aunque algunas de las estelas conocidas podrían venir de allí.

6. Verracos de Tornadizos

En la dehesa conocida como la «Alameda Alta», en el término municipal de Tornadizos de Ávila, existen más de veinte ejemplares de esculturas de toros alineados en series.

Verracos de Tornadizos

Comoquiera que los toros de piedra -igual que los célebres Toros de Guisando- aparecían en pleno campo, lejos de poblados, en fértiles prados, donde pacerían constantemente numerosas cabezas de ganado de cerda y vacuno, y recordando que otras muchas esculturas de la provincia no tenían carácter funerario, Juan Cabré lanzó la hipótesis de que se trataba de símbolos relacionados con la protección del ganado, favorecedores de una magia de pastos y, tal vez, de reproducción.

La dehesa se localiza a unos 9 km al sureste de Ávila, bien delimitada por pequeños tesos y suaves ondulaciones, a unos 1.250 m de altitud. Su ubicación ofrece un estricto control visual del territorio circundante, abierto al noroeste, por donde se comunica fácilmente con la vega del río Adaja y la capital abulense.

La importancia del lugar elegido también es manifiesta a la vista de los ricos pastizales situados a media altura, únicos aprovechables en gran parte del año. Las esculturas configuran un espacio topográfico humano. La visibilidad es excepcional para quien accediera a la zona desde la llanura del Adaja y para quienes se movieran con los ganados por las cuerdas de las alturas que cierran la hondonada de Alameda Alta.

La propuesta de los verracos de Tornadizos como delimitadores de propiedad, se corresponde bastante bien con el patrón de poblamiento jerarquizado que ofrece el extremo oriental del valle Amblés. En este sentido, creemos muy importante referirnos a su probable relación con los orígenes de la ciudad de Ávila, perfectamente visible desde la hoya.

Estaríamos ante un ejemplo característico de progresiva concentración de la población y sus ganados en torno a un «lugar central» a finales de la Edad del Hierro (siglo I a.C.), inmediato a la vega agrícola del Adaja y a media distancia de las dehesas más ricas de la comarca.

Se conocen exactamente veintidós de estas esculturas, conservándose allí ocho y el resto en la capital. Se ha querido relacionar la zona donde aparecen estos ejemplares con los santuarios europeos de tipo céltico, llamados Viereckschanzen, pero no hay nada seguro en este sentido.

Aproximadamente la mitad de los ejemplares del grupo se caracterizan por sus dimensiones pequeñas y sus perfiles rectos y geométricos. En algunos casos ostentan inscripciones latinas habiendo sido interpretados de cronología romana y como parte integrante de monumentos sepulcrales.

7. El Dolmen de Bernuy

un «Stonehenge que no conocemos»

Dolmen del Prado de las Cruces, Bernuy-Salinero

El Dolmen del Prado de las Cruces, sito en Bernuy-Salinero, constituye un singular ejemplo de arquitectura megalítica en la provincia de Ávila 

El monumento funerario corresponde al tipo de los denominados «sepulcros de corredor», consta de cámara circular y corredor de acceso, orientado al sureste, todo ello cubierto por un túmulo de tierra y piedras, que en el espacio conservado alcanza los 20 metros de diámetro.

Su utilización como lugar de enterramiento se extiende desde finales del Neolítico hasta principios de la Edad del Bronce, entre los últimos siglos del cuarto milenio y el primer tercio del segundo milenio adC.

Mª Ángeles Álvarez fue la responsable del hallazgo de este monumento megalítico, que cumple tres décadas desde su descubrimiento

Data de dos mil años antes de Cristo y los expertos lo sitúan dentro del fenómeno megalítico. Es un monumento funerario que ha sido utilizado por diferentes pueblos a lo largo de la Historia, propiciando «un batiburrillo de datos espectacular, de diferentes culturas».

Sepulcro megalítico de corredor 

descubierto en 1987 por M.A. Álvarez.

En octubre de ese mismo año comenzaron los trabajos arqueológicos bajo la dirección de J.F. Fabián García. Fue erigido con toda probabilidad en los últimos estadios del neolítico, con alta frecuencia de uso entre el 2300-1800 a.n.e. y uso residual hasta el Bronce Final. Se localiza sobre la confluencia de dos arroyos dentro de la divisoria inicial entre los ríos Adaja y Voltoya. Fue construido con materiales locales, tanto las grandes lajas que conformaban el corredor y la cámara funeraria, como los elementos menores que rellenaban el túmulo.

Supone uno de los escasísimos ejemplos de esta arquitectura funeraria en el centro peninsular -Segovia, Madrid, Ávila-.

El monumento muestra, en efecto, una cámara de planta pseudocircular, con un perímetro superior a los 3 m, cierre de al menos una decena de lajas rectangulares en posición vertical de caras planas y un borde superior redondeado. 

Cuenta además con un corredor de acceso, de algo más de un metro de ancho y cuatro de largo con el eje de enfouqe hacia la salida del sol. Alrededor se encontraba un túmulo pétreo revestido de tierra de aproximadamente 22 m de diámetro.

La edificación se presenta actualmente cercada. Dentro del recinto se puede consultar un par de sencillos paneles descriptivos.

Mª Ángeles Álvarez habla con pasión de este descubrimiento, del que fue responsable en el año 1987, hace ahora poco más de treinta años, cuando se encontraba finalizando sus estudios de arqueología y realizando trabajos de prospección en la provincia de Ávila. «La excavación estuvo llena de emoción. Fue el primer y el único dolmen que ha aparecido en Ávila hasta el momento, en una zona en la que quizá no se había estudiado el fenómeno megalítico», asegura.

A través de los hallazgos de esta magnitud «nos damos cuenta de que el lugar donde transcurre nuestra vida también ha sido el sitio donde han vivido personas hace miles de años, de cómo se organizaban, cuál era su modo de enterramiento. Produce una verdadera emoción vislumbrar el mundo de sus creencias».

El Dolmen del Prado de las Cruces, conocido como el Dolmen de Bernuy, está situado en el término municipal de este pueblo, Bernuy Salinero, a siete kilómetros al este de la capital abulense. Desde que se construyó, ha sido utilizado por diferentes pueblos a lo largo de la Historia. 

El monumento está «claramente identificado en el campo», explica Álvarez, y contiene los elementos religiosos y rituales que todos los pueblos conocían. Por esta razón también, todos los pueblos sabían que se trataba de un monumento funerario, en el que se enterraba a los muertos con el ajuar que llevarían en la otra vida. 

Este es uno de los motivos por los que «ha sido saqueado desde épocas prehistóricas, incluso con fines de limpieza», como en el caso de las poblaciones que se asentaban en el lugar, las cuales apartaban los restos de las anteriores, para poder enterrar a los suyos.

Dolmen del Prado de las Cruces, Bernuy-Salinero

Este hecho provocó que en la zona exista «un batiburrillo espectacular de restos de culturas, que nos dan muchísimos datos no solo de los pueblos que aquí vivían, sino de cómo se interrelacionaban y cómo hubo determinados elementos culturales y religiosos que se fueron manteniendo a lo largo del tiempo durante milenios».

Stonehenge: la Historia a través de las piedras

Pero este dolmen no es el único descubrimiento de la zona. Cerca de este, que está excavado y estudiado en su totalidad, se encuentra un «círculo megalítico impresionante, una especie de Stonehenge que no conocemos, y que nos lleva a un mundo de creencias de la época espectacular», cuenta Álvarez.

Este círculo megalítico se encuentra en una vaguada «sobrecogedora», en una pradera abierta que lleva la vista a las pinturas rupestres de Ojos Albos, al este de la provincia abulense, que tienen relación con «este mundo de creencias de los hombres primitivos, que les llevaba a tener santuarios al aire libre, a adorar a la naturaleza y a observar los astros».

Y es que toda la distribución de estos crómlech «tiene que ver con la ubicación del cielo», algo que se «comprueba cada día a través de una disciplina denominada astroarqueología», explica Mª Ángeles.

Los monumentos de piedra existentes en esta zona se excavaron en su totalidad y se restauraron en su momento. También se colocaron las piedras que no estaban ubicadas en su lugar correspondiente, como las que componían «el corredor, porque este es un dolmen con corredor, de una cámara, con pasillo. 

Los dólmenes hay que entenderlos así, como una especie de cuevas donde los hombres primitivos entraban en esa especie de conexión entre la vida y la muerte, entre el cielo y la tierra. Entraban reptando y realizaban una serie de posturas que vamos descubriendo a través de pequeños indicios», explica Álvarez.

8. Túmulo de Los Tiesos


Túmulo de Los Tiesos, Mediana de Voltoya

Los Tiesos es un túmulo prehistórico que se encuentra en la provincia de Ávila (España), en la cuenca del río Voltoya, cerca de la localidad de Mediana de Voltoya, comarca de Campo Azálvaro.

Descubierto en 1997, no fue investigado hasta 2001 y restaurado un año más tarde. Se encuentra sobre un alto próximo al arroyo de la Mediana o Ciervos, lo que le daba carácter de hito para ser visto. 

Durante la época postmedieval fue saqueado por buscadores de tesoros que alteraron la cámara y se llevaron las ofrendas y ajuares en ella depositados. Basándose en los objetos que han quedado, los investigadores datan el túmulo y su uso entre los años 3500 a. C. y 1400 a. C., es decir, del Neolítico a la Edad del Bronce.

Este conjunto se compone de una cámara central, seguramente circular, compuesta de lajas de pizarra colocadas verticalmente, donde se llevaban a cabo las ofrendas y los enterramientos. Tapando la cámara y rodeándola se encuentra un túmulo de piedras y tierra que le confería grandeza y singularidad.

Como muchos otros, su función no fue tan sólo funeraria sino que también servía como hito o mojón relacionado con la propiedad de las tierras, su uso y el control de las vías pecuarias. 

En el caso del túmulo de Los Tiesos es posible que marcara la separación entre pastos de las poblaciones prehistóricas que frecuentaban las tierras de Campo Azálvaro con sus ganados de manera estacional.

Túmulo de Los Tiesos, Mediana de Voltoya

En la actualidad se accede a él desde la localidad abulense de Mediana de Voltoya, tomando el camino vecinal que lleva a Urraca Miguel, hacia el SE. 

Se encuentra señalizado, descrito y protegido por una valla metálica que impide el acceso del ganado y otros grandes mamíferos. Su mantenimiento y estudio está gestionado por la Junta de Castilla y León.

y ya fuera de esta zona, entre las provincias de Salamanca y Ávila,   y a cierta distancia encontramos el 

9. Castro de El Berrueco 

Mítico Castro del Berrueco

El yacimiento arqueológico de Las Paredejas se encuentra dentro del complejo arqueológico conocido como Cerro del Berrueco, entre las provincias de Salamanca y Ávila, ubicado en las inmediaciones de las sierras de Gredos y Béjar, dominando una amplia zona del valle del Tormes, en los términos municipales de El Tejado y Puente de Congosto y Medinilla (Ávila).

La riqueza y vistosidad de sus hallazgos explica que haya sido uno de los asentamientos más emblemáticos de la prehistoria en la Meseta Norte.

Ha constituido desde antiguo un lugar cargado de historias que hablan de hallazgos fantásticos y reales. 

Los vestigios arqueológicos abarcan una superficie de unos 5 km2 y engloban distintos yacimientos fechados entre la Edad del Bronce y época romana.

Ídolo procedente del castro del Berrueco (Ávila)

Seguramente, las comunidades que habitaron el cerro y sus alrededores, jugaron un papel clave en los contactos entre el sur de la Península Ibérica y las tierras del interior durante la Edad del Hierro.

Según las fuentes antiguas, en esta zona habitaban los vettones, un pueblo de cultura céltica del que las crónicas hablan que estaba aliado a sus vecinos lusitanos en las luchas contra los romanos.

No se sabe nada de su lengua puesto que no practicaban la escritura. Vivían en lugares de fácil defensa, con varios recintos fortificados, su sociedad estaba fuertemente jerarquizada e incineraban a sus muertos guardando las cenizas en vasijas que enterraban en el suelo.


10. Otras Rutas Cercanas 


Escapada al Valle de Ambroz, Cáceres

Viaje a la Leyenda: Las Hurdes, Caceres


Escapada al Retiro Salmantino: Las Batuecas

Entre Castros y Miradores: En Ruta por los Arribes del Duero