domingo, 22 de enero de 2023

Una Escapada tras las Íberos y Romanos a Los Puertos de Castellón


Morella, Castellón

La Lloma Comuna, Castellfort

Necrópoñis de San Joaquín de la Menarella

Basílica de Santa María la Mayor, Morella

Ciudad Ibero romana der Lesera


Mucho antes de que el primer soldado romano pusiera un pie en la tierra que llamarían Hispania, y antes de que la primera nave griega arribara a las costas del lugar que conocían como Hesperia o Iberia, en la península más occidental del continente europeo existía una desarrollada red de culturas autóctonas.

 En la comarca de Els Ports, «donde las obras de los parques eólicos pusieron al descubierto yacimientos como el ibérico amurallado de los siglos VII al II, de La Lloma Comuna, de Castellfort; o en Portell de Morella, otro de la Edad del Hierro, del s. VII, 

 En Balaguer, donde las excavaciones han considerado que se trata del tipo conocido como casa-torre

Vale la pena visitarlos. Están muy bien conservados». 


Índice

1. Como llegar a Morella, Origen de nuestra Ruta



Morella se encuentra en el interior de Castellón, siendo la única forma de llegar es en coche o en autobús. 

La localidad está bastante lejos de las principales ciudades del Mediterráneo. 

De Valencia está a 172 kilómetros (2 horas aprox.) por la CV-10, la CV-132 y la N-232, carreteras que han de tomarse para llegar a Morella. 

De Peñíscola la separan 78 kilómetros por la N-340 hasta Vinaroz, y luego la N-232. 

También hay servicios de autobuses que comunican la localidad morellana con ciudades como Vinaròs, Castellón de la Plana y Peñíscola.

2. Croquis de nuestra Ruta



3. Algo de Historia

A partir del primer milenio a.C., un factor clave en la evolución de las tribus de Hispania fue el grado de contacto que tenían con otros pueblos de la cuenca mediterránea, en especial griegos y fenicios. Los pueblos ibéricos comerciaban con ellos y, además de importar productos -mayoritariamente objetos de prestigio para las élites-, absorbían influencias culturales como el alfabeto y los dioses orientales. 

A la vez, los productos que estos demandaban influían en el desarrollo de la economía de los pueblos autóctonos: algunos proporcionaban grano y otros alimentos, mientras que otros comerciaban con los recursos naturales que poseían, en particular metales como el oro, la plata y el cobre.

Los griegos entablaron contacto principalmente con las tribus íberas del levante peninsular. Su motivación era distinta a la de fenicios y cartagineses: los helenos buscaban principalmente una fuente de abastecimiento de alimentos, ya que su patria no era tan productiva para la agricultura y la ganadería. 

No obstante, aquella nueva tierra les permitió solucionar uno de sus problemas más graves, la sobrepoblación, fundando colonias permanentes dedicadas al comercio. 

A medida que estas se iban emancipando de sus metrópolis, la sociedad íbera y la griega tendían a fundirse en una sola, como relata el geógrafo Estrabón.

Conquista romana de Hispania

Lo que se inició a finales del siglo III a. C. como una invasión estratégica para cortar las líneas de abastecimiento cartaginesas que sostenían la invasión de la península itálica por Aníbal durante la segunda guerra púnica, pronto pasó a ser una invasión de conquista que en unos doce años había expulsado por completo a las fuerzas cartaginesas de la Península. 

Sin embargo, Roma aún tardaría casi dos siglos en dominar la totalidad de la península ibérica, debido principalmente a la fuerte resistencia que los pueblos del interior (celtíberos, lusitanos, astures, cántabros, etc.) ofrecieron a los invasores. 

Dos siglos de guerras intermitentes aunque extremadamente violentas y crueles, tras los cuales las culturas prerromanas de Hispania fueron casi por completo exterminadas. 

Poco después de derrotar a los cartagineses en la península, Roma decidió incorporar a sus dominios los territorios entonces bajo su control militar, que por entonces incluía todo el levante desde Ampurias a Cartago Nova y la casi totalidad de Andalucía, tanto el valle del Guadalquivir como la zona de las cordilleras béticas y Sierra Morena al norte. 

Dicho territorio fue dividido en dos provincias separadas por una frontera que discurriría desde el oeste de Cartago Nova hacia el norte, debiéndose repartir los territorios conquistados desde entonces entre ambas provincias. A una provincia la llamaron Ulterior (la más alejada de Roma) y a la otra, Citerior (la más cercana a Roma). El territorio que cada una de estas englobaba fue variando con el tiempo, a medida que Roma conquistaba nuevos territorios ibéricos.

La dominación romana perduraría hasta la entrada en Hispania de las primeras tribus bárbaras, ya en el siglo V, formando durante los siete siglos de influencia romana una población homogénea en Hispania conocida como «hispanorromana».


Los iberos1​ o íberos fue como llamaron los antiguos escritores griegos a la gente del levante y sur de la península ibérica para distinguirlos de los pueblos del interior, cuya cultura y costumbres eran diferentes. 

Fueron mencionados por Hecateo de Mileto, Heródoto, Estrabón, Avieno y Diodoro Siculo citándolos con estos nombres (al menos desde el siglo vi a. C.): elisices, sordones, ceretanos, airenosinos, andosinos, bergistanos, ausetanos, indigetes, castelanos, lacetanos, layetanos, cossetanos, ilergetas, iacetanos, suessetanos, sedetanos, ilercavones, edetanos, contestanos, oretanos, bastetanos y turdetanos.

En realidad, lo que llamamos cultura íbera es más bien un conjunto de culturas hermanas con un elemento unificador: la lengua que hablaban, e incluso esta presentaba variantes, una septentrional y una meridional.

Entre los pueblos prerromanos de la península Ibérica, los íberos son uno de los que conocemos mejor, gracias a la gran cantidad de restos arqueológicos y a su relación comercial con otros pueblos del Mediterráneo

La heterogeneidad es la marca característica de los íberos, que más que por sus rasgos comunes se definen en oposición a los pueblos de influencia celta que ocupaban la mayoría de la península. Esta diferencia apoya la tesis de que su origen se encuentra fuera de la península, aunque se desconoce dónde exactamente. 

La teoría más aceptada los relaciona con la cultura llamada “de los campos de urnas”, por las necrópolis formadas por urnas que contenían los restos cremados de sus difuntos: esta se extendió desde el Danubio hasta el este de la península Ibérica y su penetración al sur de los Pirineos explicaría el predominio del factor celta en el resto de la península.

Por su parte, los griegos entablaron contacto principalmente con las tribus íberas del levante peninsular. Su motivación era distinta a la de fenicios y cartagineses: los helenos buscaban principalmente una fuente de abastecimiento de alimentos, ya que su patria no era tan productiva para la agricultura y la ganadería. 

No obstante, aquella nueva tierra les permitió solucionar uno de sus problemas más graves, la sobrepoblación, fundando colonias permanentes dedicadas al comercio. A medida que estas se iban emancipando de sus metrópolis, la sociedad íbera y la griega tendían a fundirse en una sola, como relata el geógrafo Estrabón.

Desde el punto de vista arqueológico actual, el concepto de cultura ibérica no es un patrón que se repite de forma uniforme en cada uno de los pueblos identificados como iberos, sino la suma de las culturas individuales que a menudo presentan rasgos similares, pero que se diferencian claramente de otros y que a veces comparten con pueblos no identificados como iberos.



Mapa de yacimientos arqueológicos visitables por comarcas . 

De los más de 2.000 yacimientos arqueológicos de asentamientos con que cuenta Castellón, una veintena de villas romanas, poblados íberos o una mezquita andalusí de las más antiguas en yacimientos de la Península se han acondicionado para su visita al turista,

Las condiciones de visita de cada yacimiento se pueden consultar en la web Castellón Arqueológico (www.castellonarqueologico.es), 

4. Que ver en Morella


Morella, Castellón

Aunque la Costa del Azahar es, quizás, el atractivo más conocido de Castellón, la provincia es mucho más que eso. Castellón es mar, pero también es naturaleza, gastronomía y pueblos pintorescos y medievales.

En uno de los cerros del Maestrazgo se asienta Morella, y aún más arriba, precisamente sobre una mola, su viejo castillo del siglo XIII.


La mejor vista del pueblo se consigue desde abajo, a pie de monte, antes incluso de traspasar sus murallas. 

Si desde ese punto Morella se asemeja a una visión de ensueño, cuando se alcanzan sus interiores la villa se convierte en una caja que guarda unos cuantos tesoros, entre ellos estrechas y enlosadas callejuelas como la porticada de Blasco de Alagón.

Resultado de imagen de morellaCalles que aún amparan comercios familiares y tiendas a cuya puerta cuelgan las vistosas y típicas mantas morellanas y otras prendas de lana

Esta localidad de interior es muy probablemente el destino más conocido de Castellón. 

Y es que nadie puede resistirse a ver con sus propios ojos la clásica estampa del pueblo coronado por su imponente castillo de la Mola.

 Desde los iberos hasta los árabes, pasando por los griegos y romanos, todas estas civilizaciones han dejado huellas visibles en este lugar, así como los dinosaurios.

la iglesia arciprestal de Santa María la Mayor un cuenco medieval donde conviven leyendas y recuerdos de su historia

En Morella hay que visitar

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iglesia arciprestal de Santa María la Mayor, Morella

, de fachada gótica y un interior que en la penumbra esconde otro tesoro: la hermosa escalera de caracol que sube al coro y que también parece invitarnos a ascender a un inquietante mundo de fantasía.

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Escalera al Coro en Morella

Así es Morella, como el rumor de la cabalgadura de aquel mítico guerrero del siglo XIX que fue Cabrera, apodado el Tigre del Maestrazgo.

     



5. Comer en Morella

Daluan
Callejon Carcel, 4, 
12300 Morella, España
+34 964 16 00 71

Vinatea
Calle Blasco de Alagon, 17,
 12300 Morella, España
+34 964 16 07 44

Restaurante Marqués de Cruilles
Calle Hospital 19 | Enfrente de la Puerta de Entrada Al Castillo de Morella,
 12300 Morella, España
+34 608 03 53 31

y algo mas económicos

Restaurante Que de Que
Calle Segura Barreda 16, 
12300 Morella, España
+34 964 16 07 29

La Parrilla Del Rincon
Lugar barrio Hostal Nou S/N, 
12316 Morella, España
+34 964 16 03 91

Y estos son los enclaves a visitar en la Comarca de Los Puertos

6. Yacimiento de Portell de Morella

Yacimiento En Balaguer, Portell de Morella

En la localidad de Portell de Morella se encuentra un asentamiento del Hierro Antiguo, datado en el siglo VII a.C. llamado En Balaguer, cuyas excavaciones han considerado que se trata del tipo conocido como Casa-Torre.

El yacimiento de En Balaguer se sitúa en una zona montañosa, entre la sierra de Gúdar y la costa del Maestrat, dentro del término municipal de Portell de Morella, en la comarca de Els Ports. 

Yacimiento En Balaguer, Portell de Morella

En Balaguer no se puede definir como un poblado sino como un conjunto de núcleos rurales de hábitat de pequeña extensión que aprovechaban los recursos de la zona y se dedicaban a la explotación agropecuaria y almacenaje.

La primera ocupación del yacimiento se identificó en la zona suroeste del área de estudio (el llamado Sector 2) cuyos restos eran poco visibles debido al elevado nivel de deterioro de sus estructuras. No obstante, se define claramente un edificio denominado Casa-Torre, de planta rectangular que termina con un extremo absidal que le confiere ese aspecto semi-fortificado. 

Por otra parte, esta construcción es el eje central de un posterior proceso de urbanización evidenciado por la presencia de varios departamentos adosados a sus costados norte y sur. La Torre tiene 45 m2 de superficie y se supone que tuvo dos plantas (teoría evocada por el grosor de sus muros). 

En la parte interior de la estructura, se conservaba un importante conjunto de piezas cerámicas, en su mayoría, vasos de almacenamiento de alimentos, ollas, cazuelas de cocina y algunos objetos más finos utilizados como vasijas y utensilios de la Edad del Hierro I. Posiblemente este ajuar estuvo situado en un banco junto al muro —lo que puede sugerir que en ese mismo lugar se instaló un primer hábitat hacia el siglo VII a.n.e.—.

Yacimiento con vestigios de frecuentación desde la época protohistórica, iberorromana y post-medieval

Yacimiento En Balaguer, Portell de Morella

En una fase sucesiva, esta Torre se engloba con otras estructuras de formas cuadrangulares realizadas en un primer momento hacia la parte occidental y posteriormente extendiéndose hacia el sur. De hecho, en las proximidades de esta zona se ha documentado una ingente cantidad de restos cerámicos, óseos e incluso fragmentos de adobes que presentan todavía improntas vegetales (testimonio de una posible utilización de este material para levantar las paredes y el techo de las habitaciones).

Este fenómeno de crecimiento estructural está asociado a una nueva fase de ocupación hacia la primera mitad del siglo VI a.n.e. detectado gracias al hallazgo de otro ajuar de cocina descubierto en el departamento 3 que ha permanecido in situ. Sin embargo, hay todavía mucho que investigar pues en superficie se ven indicios de otros espacios que completarían el complejo en cuestión.

Segunda fase: Iberorromana

En la zona sur de la loma de En Balaguer también se halló otro conjunto arqueológico relacionado con la aparición de vivienda y almacén de época iberorromana y fechado desde el siglo III a.n.e. hasta el siglo II d.n.e. Inicialmente, los sondeos revelaron la existencia de un pequeño granero sobreelevado e integrado en un edificio más grande. 

En la parte oeste se halló una trama de muretes paralelos al edificio que probablemente formaban parte de un sistema de ventilación del ambiente para evitar la acumulación de humedad en su parte inferior. 

Además, en la zona central se hallaron tres losas colocadas verticalmente y apoyadas unas en otras creando una cista. Durante la prosecución de los trabajos arqueológicos se definió el perímetro de este sector —que resultó bastante amplio (600 m2)— y dividido en ocho departamentos, aunque en algunos casos es complejo establecer sus funciones reales.

Granero sobreelevado con posible sistema de ventilación del ambiente para evitar la acumulación de humedad

Según un análisis estructural, parece ser que en principio se crearon zonas designadas a hábitat (Edificio 0) y posteriormente otros espacios destinados a labores agropecuarias, almacenaje y también para alojamiento.

Tercera Fase época post-medieval: Masía Mas de Joan

La última fase de ocupación de En Balaguer está bien representada por la masía Mas de Joan. Probablemente se realizó aprovechando las estructuras de las épocas anteriores y también afectó los niveles arqueológicos.

Este inmueble —utilizado como casalicio— era destinado tanto a hábitat como a trabajo. Tiene una planta rectangular de unos 220 m2 divididos en cuatro habitaciones y en el lado oeste de la casa está adosado un horno moruno de leña.


Calle Mayor
En 2005, antes de llevar a cabo las obras para realizar un parque eólico en esa zona, los investigadores realizaron una prospección intensiva para identificar la presencia de testigos arqueológicos y efectivamente se recuperaron numerosos materiales en superficie; se marcó el perímetro del yacimiento y se documentaron restos de diferentes estructuras. 

Hacia la mitad del año siguiente comenzó la primera campaña arqueológica en la que estudiaron cómo la obras afectarían la zona y comprobar las hipótesis sobre la cronología del complejo.

y una vez en Portell de Morella si queremos acercarnos al pueblo:

Trama urbana de Portell de Morella

Su mayor atractivo es conservar el mismo trazado que en sus orígenes medievales, el cual invita a “callejear”. 

Se trata de un núcleo urbano con una estructura accidentada con calles estrechas y largas que siguen las curvas de nivel y otras perpendiculares de mayor pendiente, en ocasiones escalonadas y más cortas. 

Las edificaciones responden mayoritariamente a la tipología tradicional de...

Puente de la rambla

Puente Medieval que cruza la Rambla Celumbres accidente geográfico que divide los términos de Portell y Castellfort, situado a tres kilómetros del casco urbano, en un entorno de gran belleza paisajística en el antiguo camino que une ambos municipios.

Según documentación histórica ya existía en 1212 con la referencia mozárabe “alcantarilla”, que puede traducirse por “el lugar del puente...


7. La Lloma Comuna Castellfort

La Lloma Comuna, Castellfort

Un paisaje con mucha historia

La Lloma Comuna es un poblado fortificado que se halla en el municipio de Castellfort (Castellón), en la comarca de Els Ports. Ocupa una superficie de 6.000 m2 a 1.295 m de altitud en el extremo occidental del paraje conocido como Les Llomes de Folch. 

Los trabajos en el yacimiento han consistido en dos campañas arqueológicas y una fase de conservación de las estructuras. Estas intervenciones se centraron sobre todo en la zona sur de la Lloma y gracias a ellas se evidenciaron varios paramentos defensivos que permitieron demostrar cuál fue el principal rol de este asentamiento y cómo era la organización urbana de su poblado.

La Lloma Comuna, Castellfort

El sistema defensivo está delimitado al este y al oeste de la Lloma Comuna por dos grandes líneas de muralla que protegía de alguna manera su hábitat. En algunos de los sondeos efectuados salieron a la luz tramos de este perímetro y se documentaron restos de estructuras y espacios habitacionales ubicados en la parte interior del yacimiento; otros relacionados con la muralla y un bastión curvilíneo denominado Torre Sur. 

En el 2009, las labores arqueológicas se centraron en la parte sur del yacimiento y revelaron un sistema urbano muy articulado y subdividido en dos sectores: uno más al este, con una disposición paralela a la muralla a la que se adosa y donde la mayoría del material hallado pertenece a la época del Hierro Antiguo. El otro sector está constituido por un tejido urbano más irregular dispuesto en torno a la Torre Sur y en él se encontraron restos cerámicos de la época ibérica.

La Lloma Comuna, Castellfort

Las murallas

Mediante los sondeos y excavaciones realizadas se evidenció el perímetro del poblado y su estructura defensiva. Las murallas siguen una orientación N-S, con anchura variable entre 2-3 metros y los muros están realizados de manera irregular con lajas y piedras de diferente tamaño. Se observa cierta diferencia de construcción entre el paramento externo y el interior —que parece mantenerse en un mejor estado de conservación—. La orientación divergente de los dos lienzos crea un recinto fortificado con planta trapezoidal que se va cerrando a medida que desciende hacia el sur. 

En la parte mediana de estas murallas se ha detectado una pequeña interrupción, lo que podría conducir a la hipótesis de la existencia de un sistema de acceso de puertas frontales aparentemente afectado por la vía pecuaria que recorre el yacimiento de este a oeste. Este hecho ha sido corroborado por la documentación de dos antemurales (justo en correspondencia con estas aberturas) construidos en el mismo momento que la muralla.

La Torre Sur

Como hemos visto, en la época ibérica se produce una fase de remodelación del poblado y de su sistema defensivo hacia la vertiente meridional aunque se siguen aprovechando los tramos del cerco como principal forma de defensa. Añadieron una torre de planta ovalada (90 m2) con mampostería de gran y mediano tamaño que se distribuye en dos anillos murales paralelos. 

El estudio realizado muestra cómo su edificación se produjo en dos fases diferentes. Posiblemente, durante el periodo del Hierro Antiguo o en los primeros momentos de la época ibérica, se empieza a levantar una Casa Torre. Posteriormente, se documenta una fase de integración de esta estructura con la trama urbana ibérica y su conexión con el trazado sureste de la muralla, lo que confirma aún más su función estratégica defensiva del control de este acceso. Fue un cambio muy ventajoso que favoreció la protección del camino de la entrada.

Dentro del espacio del hábitat de la Edad del Hierro hay un par de elementos que merece la pena mencionar. En primer lugar, el hallazgo de un enterramiento infantil asociado a un ritual funerario ceremonial. Se caracteriza por el depósito del cadáver de un recién nacido entre 2 y 6 meses que fue colocado debajo de un pavimento de losetas al lado de una pared y directamente sobre el suelo. 

En segundo, el descubrimiento de un posible sacrificio funcional dada la presencia de un fragmento de ovicáprido por debajo de la muralla perimetral y que, según los investigadores, tendría que ver con un ritual celebrado por la fundación del poblado. 

Los espacios y los departamentos localizados presentan diferencias sustanciales dependiendo de la zona descubierta y también de su funcionalidad. Por ejemplo, está documentado un espacio destinado a un granero situado en posición sobreelevada junto al acceso oeste del yacimiento.

Necrópolis

En la parte norte del poblado se realizaron varios sondeos que sacaron a la luz restos de una necrópolis. Se documentó la planta de dos túmulos con cista (cuadrangulares de lajas clavadas en la parte central) situados a una distancia de ocho metros el uno del otro. 

En el sedimento que cubría la primera, se hallaron restos de un individuo incinerado con un pequeño ajuar y partes de otro inhumado. En la segunda se encontró un individuo adulto incinerado junto con restos de material. 

A poca distancia del túmulo también se identificó una fosa donde estaba depositado un difunto inhumado en estado muy alterado. Además, en la parte sudoeste de la necrópolis, hay evidencias de una tercera construcción sepulcral ya que apareció otro túmulo cuyo relleno estaba compuesto por restos incinerados.

Asentamiento fortificado por un sistema defensivo compuesto por dos lienzos de murallas y una Torre que lo protegían en su perímetro

Tras un análisis más detallado de todos los restos óseos se puede concluir que correspondían a unos 3 o 6 individuos (cada uno asociado con su rito y espacio sepulcral). Según los investigadores, esta necrópolis tiene una fuerte relación con el poblado fortificado pero habría que profundizar en el tema y sobre todo en la cronología de los diferentes ritos documentados. 

Según el material cerámico hallado, la datación de su uso se ubica en un momento del Bronce Final-Campos de Urnas1 y por su proximidad tan reducida con el yacimiento, nos hace pensar que hay una coetaneidad entre ambos espacios, al menos durante la Edad del Hierro Antiguo.

Restos cerámicos

Como hemos visto, la cerámica encontrada jugó un papel muy importante en la determinación de los procesos de ocupación de la Lloma. Este material abarca la época del Hierro I ( siglo VII a.n.e. ) y el Ibérico Pleno (siglos V y III a.n.e ).

En su mayoría se trata de restos de cerámica hecha a mano y elaborada con arcilla local. Hablamos fundamentalmente de contenedores de tamaño grande o mediano donde muchos presentan decoraciones simples y otros más complejas. Hay algunas formas abiertas (fuentes y cuencos que tienen algunas decoraciones con impresiones circulares en los bordes). 

También aparecieron grupos de vasos realizados a torno, de tamaño mediano o grande que corresponden a tinajas, tinajillas y orzas que presentan motivos decorativos pintados. Por último, destacan unos restos de ánfora ibérica pintada y los de una pátera2 y un oinóchoe3. Aparte de algunos fragmentos de la época romana situados en un marco temporal entre el siglo II y I a.n.e., no hay cerámica de importación.

La Lloma Comuna, Castellfort

Restos metálicos

Finalmente, constatamos la presencia de restos metálicos en un estado de conservación muy deteriorado. Se encontraron numerosos objetos en bronce: eslabones, láminas, fragmentos de brazalete, fíbulas, colgantes y agujas. 

Otros de hierro: clavos, remaches, cuchillos, punzones, puntas, un hacha, una pequeña hoz, una azada con argolla y un peso de hierro macizo.

También destacamos el hallazgo de algunos utensilios en piedra como diversos molinos de vaivén, molinos rotativos y piedras de afilar, además de dos ídolos, una fusayola hecha con una epífisis y una aguja de ojo.

A poca distancia del conjunto se descubrió una necrópolis con dos tipos de rituales funerarios:

1 Campos de Urnas: Cultura difundida en Europa entre el final de la Edad del Bronce y principios de la Edad del Hierro caracterizada por un nuevo ritual funerario: la incineración de los difuntos y su depósito dentro de urnas cerámicas.

2 Pátera: Plato de poco fondo de la época romana. 

Se usaba durante los ritos de sacrificios.3Oinochoe: Procede del término griego oinochòe que significa verter vino. 

Definición utilizada para designar un contenedor de líquidos como puede ser una jarra o un cántaro. Su cronología abarca los siglos VIII a principios del VI a.n.e.

8. Para Comer en la Zona 

Restaurante Casa Ramon
Calle Mayor 15 Ortells, 
12318 Ortells España
+34 964 17 12 82

Hotel D'Ares
Plaza Mayor 4, 
12165 Ares del Maestrat España
+34 629 48 81 90

El Faixero Restaurante
Carretera Iglesuela 7, 
12318 Cinctorres España
+34 964 18 10 75

9. San Joaquín de la Menarella

San Joaquín de la Menarella

La necrópolis de Sant Joaquim de la Menarella se encuentra en la sierra de la Menarella, entre las provincias de Castellón y Teruel. Fue construida en un altiplano sobreelevado de 720 m2 a 1085 metros de altitud y tiene una posición geográfica muy relevante porque es un punto de cruces de caminos hacia Forcall (norte-sur) y la Sierra de Gúdar (este-oeste).

Antes de realizar el parque eólico de esta zona se llevaron a cabo diferentes intervenciones de prospección, excavación, estudio y finalmente la puesta en valor de los yacimientos encontrados por parte de un equipo multidisciplinal compuesto de profesionales del patrimonio. 

En esta zona en concreto se documentaron 28 estructuras y 20 depósitos funerarios en los cuales fueron colocados un total de 90 individuos, según el rito de la incineración1, durante los siglos VII y VI a.n.e.

En este yacimiento podemos ver cuatro tipos de enterramientos diferentes: las cámaras funerarias, las cistas, los túmulos y los lóculo.

Las cámaras funerarias son estructuras cuadradas construidas con muros de mampostería a doble cara. En el espacio interior era donde se depositaba la urna funeraria.

Las cistas son estructuras de forma cuadrada formadas por piedras o bloques planos clavados en la tierra delimitando el espacio y que suelen cubrirse con una losa encima. En su interior se depositaban los restos funerarios.

Los túmulos funerarios son estructuras de piedra en cuyo interior se deja un espacio para depositar los restos funerarios.

El lóculo son estructuras excavadas en roca donde se colocan los enterramientos.

Cómo llegar:

Al peiró de San Joaquín de la Menadella

Desde el peiró de la Trinidad, se vislumbra la senda que continúa hacia Refoyas hasta llegar a una pista forestal que pasa por el parque eólico. Al llegar, el escenario que aparece a los ojos del visitante es excepcional: el peiró de San Joaquín de la Menadella rodeado de un gran número de molinos gigantes, a los pies de los que descansan los restos de una necrópolis del final de la edad de bronce, principios de la del hierro. 

Para disfrutar de un paisaje aún más excepcional, se recomienda visitar el peiró durante la puesta de sol. Y si se quiere completar la ruta con una visita a la ermita construída también en honor a San Joaquín, hay que seguir la pista forestal, un poco más abajo.

Datos
CV-120 Forcall a la Todolella
Teléfono: 964 359 883



  10. Ciudad íbero-romana de Lesera

 Ciudad íbero-romana de Lesera

La Moleta dels Frares es también conocida con el nombre de ciudad íbero-romana de Lesera

Sobre la muela de su nombre, a 895 m. de altura y a tres kilómetros al Oeste del pueblo, cercano a la carretera de Todolella. Todavía hoy ocupa un punto estratégico sobre la vía natural de penetración desde Aragón hacia la costa. También es llamada Moleta dels Frares o de Liborio.

Muy mal estado. Apenas ha sido excavada arqueológicamente y los restos que han salido a la luz son muy escasos.

Forma una larga y estrecha meseta, de unos 500 m. de longitud, orientada de Norte a Sur, con paredes inaccesibles cortadas a pico, que la hacen completamente inaccesible excepto por su extremo septentrional, lugar donde se trazó, ya en la antigüedad un estrecho y difícil camino que desciende a otra meseta defendida por una muralla con torreones de planta cuadrada de trecho en trecho. 

A esta plataforma inferior se accede por un camino íbero en el que todavía se pueden observar las huellas de los carros marcadas en la piedra. En las dos mesetas, además de aflorar muros de edificios y tramos de murallas de sillarejo y mampostería, se encuentran superficialmente numerosos fragmentos de cerámica ibérica y romana.

La Moleta dels Frares es un yacimiento ubicado a 2 km de la localidad de Forcall, en la comarca de Els Ports. 

Se asienta en una pequeña muela situada sobre el río Cantavieja, a unos 895 m de altitud, rodeada por escarpaduras que la dotan de una defensa natural. Con una superficie próxima a las 8 ha, es uno de los asentamientos más grandes de las comarcas castellonenses que fue ocupado desde la Edad del Bronce hasta el periodo andalusí. 

Entre los siglos I y III d.n.e. albergó la única ciudad romana conocida en nuestras tierras. Por su situación junto a una encrucijada fluvial, fue también un importante nudo de comunicaciones por el que pasaba un camino mencionado por los itinerarios antiguos que desde la Vía Augusta se dirigía hasta Caesaraugusta.

Las primeras noticias acerca de La Moleta son del año 1876 cuando Nicolás Ferrer y Julve, catedrático de medicina de la Universitat de València y aficionado a la arqueología, publicó en la prensa valenciana la noticia del descubrimiento de una ciudad romana que entonces se identificó con Bisgargis. 

Esta atribución se mantuvo durante un siglo hasta que en 1977 el investigador alemán G. Alfoeldy reinterpretó una inscripción romana conservada en Morella (link): un altar dedicado a Júpiter en el año 212 d.n.e. por la salvación del emperador Caracalla, que fue erigido por la res publica leserensis.

 Así pues, Lesera debió ser una población privilegiada con el estatuto municipal en época del emperador Augusto, que se mantuvo activa al menos hasta principios del siglo III d.n.e. Junto a esta fuente epigráfica, su topónimo también aparece mencionado en la Geografía que Claudio Ptolomeo redactó hacia mediados del siglo II d.n.e.


La Moleta tiene una forma estrecha y alargada y está constituida por dos plataformas superpuestas. Aunque la ciudad romana se encuentra bastante arrasada, todavía pueden verse numerosos restos dispersos por casi toda su superficie. 

Debió de ser un enclave dotado de todas las infraestructuras propias de su categoría, como una muralla, el foro, el templo, la basílica y la curia, el mercado, unas termas, etc. Entre los restos conservados se encuentran varios lienzos de muralla y la puerta de acceso en su lado este, un gran muro de contención que posiblemente corresponde al foro, una casa que ha sido excavada, restos de otras viviendas y numerosas construcciones de función indeterminada.

Plataforma inferior

A la ciudad se accedía por un camino que discurría por la vertiente este, junto al que se extendía la necrópolis. En este lado de La Moleta se conservan varios lienzos del recinto amurallado y en la parte central del escarpe se abre la puerta de acceso, de 2,25 m de luz. En el extremo norte de la plataforma inferior debió estar situado el foro y la plaza pública de la ciudad en la que se ubicaban los principales edificios civiles y religiosos de Lesera. 

En esta plataforma se conserva una gran terraza de unos 2.500 m2 que posiblemente estuvo ocupada por el forum y está dotada de un muro de contención de 74 m de longitud, orientado N-S y dividido en tres tramos: los de los extremos norte y sur son de opus caementicium2 y tienen 1 m de grosor, mientras que el central es de opus vittatum3. 

En esta zona se han abierto varios sondeos que han permitido sumar nuevos indicios de la presencia de este gran complejo arquitectónico, así como conocer los procesos de transformación que afectaron a este sector tras la desaparición de la ciudad romana —posiblemente entre el final del siglo III y el principio del IV—.

Plataforma superior: la domus

La plataforma superior es estrecha y alargada y está completamente rodeada por la inferior. Se accede a ella por el extremo norte, donde se encuentran los restos de la única domus que ha sido completamente excavada, así como restos de otras de parecidas características. A finales del siglo I a.n.e., durante el reinado del emperador Augusto, se regularizó una terraza en la roca en cuya excavación se identificaron tres fases constructivas. 

En un primer momento se construyó una vivienda muy sencilla con paredes de piedras trabadas con barro, pavimentos de tierra batida y la fachada orientada al este —donde abría un porche en el que había un pequeño horno doméstico—. Un muro paralelo a la fachada divide la planta en dos partes, en cada una de las cuales hay 3 habitaciones. Esta vivienda fue destruida por un incendio a principios del siglo I d.n.e., entre los reinados de Augusto y Tiberio.

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12. Otras Rutas Cercanas


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