jueves, 27 de octubre de 2022

Una Escapada de Fin de Semana a Orense: La Ciudad de Las Burgas


Orense, Ciudad de los Puentes

Plaza Mayor de Orense


Catedral de San Martín. Orense

Burgas en el Rio Miño, Orense

Iglesia de la Trinidad, Orense

Puente Mayor de Orense

Ourense es la ciudad del agua. 

Ocho puentes cruzan aquí el río Miño, que en tiempos de los romanos era una mina de oro. Ahora ya no hay oro, pero sí unas aguas muy valiosas: las aguas termales.

Las hay por toda la ciudad y muchas son gratuitas. Como las termas de A Chavasqueira al borde del río, donde podrás disfrutar de un baño Zen. 

Las aguas brotan también a 65º en pleno centro, en la fuente de As Burgas, que con el Santo Cristo y el Puente Romano, son los símbolos de la ciudad.


Índice:



1. Como Llegar a Orense


Es posible que tengas que hacer alguna conexión antes de llegar a Ourense. 

Por ese motivo, te explicaremos a continuación cómo llegar desde los aeropuertos más comunes: Santiago, Madrid, Oporto, y Vigo.

El aeropuerto se encuentra a las afueras de la ciudad, por lo que tendrás que coger un autobús o un taxi para desplazarte a la ciudad.

EN autobús: Un trayecto de aproximadamente media hora que cuesta 3€. La frecuencia de salida es cada 30 min. Puedes consultar precios y horarios aqui. Con este autobús puedes bajarte tanto en la estación de autobuses como en la estación de tren.

En taxi: La tarifa fija a cualquier punto de la ciudad es de 22€.

Una vez en la ciudad, para el transporte desde Santiago a Ourense tienes dos opciones:

En autobús: Viaje operado por la empresa Monbus, de entre 1h 38min y 2h de duración y 11.60€ (aunque con descuentos de hasta 50% con antelación). .

En tren: Viaje de entre 36 min y 1h 46 min de duración (según tipo de tren) y con un precio entre 10 € y 16.60 € (con importantes descuentos si se compra con antelación también).

Madrid - (Adolfo Suarez - Madrid Barajas)

El aeropuerto de Madrid se encuentra a las afueras de la ciudad, pero podrás desplazarte al centro en Metro. También tienes las opciones de coger un tren o un autobús.

Para llegar a Ourense desde Madrid hay dos opciones principales:

Autobús: Este trayecto es operado por la compañía Avanza Bus. El trayecto dura sobre 6h y cuesta unos 35-45€. 

Tren: El viaje dura entre 4h 40min y 6h 20min con precios de 30-50 € dependiendo del tipo de tren. 


         

Oporto (Portugal) - (Francisco Sá Carneiro)

El aeropuerto de Oporto es una muy buena opción, dado la gran cantidad de vuelos que opera. Primero deberás coger un autobús desde el propio aeropuerto que te llevará hasta la estación de autobuses de Vigo. Este viaje cuesta 12€ con una duración de 1h 45 min. 

Cómo llegar desde Vigo a Ourense se explica a continuación.

Vigo

Para ir desde Vigo a Ourense la forma más recomendable es ir en autobús. Este lo tendrás que coger en la estación de autobuses.

De Vigo a Ourense también podrás ir en tren.

2. Algo de Historia

Desde el Neolítico (6000-3500 a.C.) la zona de Ourense ha sido una encrucijada de caminos por la que transitaban las tribus nómadas. 

Muchos de esos clanes se asentaron en el valle del Miño, como prueban los castros prerromanos de Beiro, Madrosende, Oira, Santomé y Valdegola, así como el asentamiento primitivo de As Burgas, las fuentes de agua termal que fueron el origen de la ciudad.

En el siglo I llegan los romanos a Galicia. En esta época se construyó un puente estratégico sobre el río Miño, defendido por una guarnición de legionarios que se asentaría en el entorno de la actual Plaza Mayor. Con la legión y el puente, el núcleo de población de As Burgas continuó creciendo y daría lugar a una importante villa romana.

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Edad Media

En el siglo V, en plena decadencia del Imperio Romano, llegaron a Galicia los suevos. Se trataba de un pueblo germánico principalmente agrícola, y fundaron un reino en el que la ciudad de Ourense jugó un destacado papel, llegando a ser sede de la corte. 

Durante el reinado de Carriarico se comenzó la edificación de la primera catedral (hoy desaparecida) en honor de San Martín de Tours, desde entonces patrón de la ciudad. Durante la época visigoda, Ourense fue una de las principales sedes episcopales de la Península, dependiente de la archidiócesis de Braga.

En el siglo X, Ourense sufrió las incursiones de árabes y normandos y entró en decadencia, pero tras el siglo XI se iniciaría la recuperación, impulsada por los obispos de la diócesis, auténticos señores feudales: Doña Teresa de Portugal concedió la jurisdicción de la ciudad para el obispado en 1122. 

Monseñor Eredonio y sus sucesores reconstruyeron viejas calzadas, abrieron calles y plazas, recuperaron el derribado puente romano y levantaron la catedral actual. En este renacido Ourense medieval, lleno de artesanos y comerciantes, el vino era el principal negocio local.

En el siglo XII nació el ayuntamiento de Ourense, compuesto por representantes de los ciudadanos para enfrentarse a los abusos del obispado. La confrontación desembocaría en la segunda revuelta irmandiña (1468), en la que los ciudadanos tomaron la catedral y derribaron el castillo Ramiro.

 En el siglo XVI, el ayuntamiento se fue haciendo con el gobierno de la ciudad, al frente del cual estaría un corregidor nombrado por el rey. En esa época la ciudad experimenta un notable crecimiento, con nuevas calles y pazos.

Época Moderna y Contemporánea

Durante los siglos XVII y XVIII Ourense viviría un largo letargo, del que despertaría a comienzos del XIX cuando es designada capital de provincia. Con la llegada del ferrocarril y la construcción de la carretera Villacastín-Vigo, la ciudad empezó a desarrollarse en ambas orillas del Miño. 

El asentamiento de una nueva burguesía procedente de Castilla contribuyó a su definición como centro comercial y administrativo.

En el siglo XX, Ourense experimentó cierto crecimiento demográfico por la emigración procedente de la provincia, convirtiéndose en la tercera ciudad de Galicia por población. Hechos importantes fueron la unión con el municipio de Puente Canedo en 1943, la aparición de nuevos barrios y su conversión en el principal nudo de comunicaciones (por tren y por carretera) del noroeste peninsular.




3. Que ver y hacer en la Ciudad de Orense


Ourense es la ciudad del agua. 

Ocho puentes cruzan aquí el río Miño, que en tiempos de los romanos era una mina de oro. Ahora ya no hay oro, pero sí unas aguas muy valiosas: las aguas termales.

Las hay por toda la ciudad y muchas son gratuitas. 

Como las termas de A Chavasqueira al borde del río, donde podrás disfrutar de un baño Zen. Las aguas brotan también a 65º en pleno centro, en la fuente de As Burgas, que con el Santo Cristo y el Puente Romano, son los símbolos de la cidad.

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Plaza Mayor, Orense

Pero además Ourense tiene una original Praza Maior... inclinada, y un casco histórico rico en iglesias y capillas. 

El Pórtico del Paraíso de la Catedral conserva aun su policromía original del siglo XIII.

Y en la Capilla de San Cosme y San Damián, una curiosidad desconocida por los visitantes: aquí se expone, durante todo el año, el belén más sorprendente que hayas visto nunca. Y si quieres animación, no te preocupes. Si algo gusta de verdad a los ourensáns es salir a la calle.

 
El visitante de Ourense debe empaparse de la esencia de la ciudad, del elemento que originó el asentamiento, las aguas termales.

4. Áreas Termales

De A Chavasqueira–Outariz

Pozas de A Chavasqueira, Orense

ofrece una inmejorable oportunidad de disfrutar y aprovechar las bondades de las aguas mineromedicinales calientes que brotan de las diferentes burgas existentes en el entorno de la ciudad. Para eso se puede recorrer el Paseo Termal, que discurre por el margen derecho del río Miño, comenzando en el Campo da Feira y terminando en Outariz.

En un recorrido de tres kilómetros se puede disfrutar de cuatro estaciones termales.
 La primera es A Chavasqueira, con piscinas de agua caliente mineromedicinal (mana a 41º), de uso público, y el complejo privado de inspiración japonesa Termas de A Chavasqueira. 

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Pozas de A Chavasqueira, Orense

A quinientos metros se encuentra la 

Fuente de aguas termales de O Tinteiro, con buenas propiedades para problemas dermatológicos, que mana a 43º. 

Siguiendo el sendero habilitado por el ayuntamiento, a dos kilómetros de O Tinteiro, aparece la Burga do Muíño das Veigas (las aguas manan a entre 65º y 72º), que cuenta con cuatro piscinas termales públicas.

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Burga do Muíño das Veigas, Orense

El recorrido termal finaliza en Outariz, donde se encuentran cuatro piscinas muy semejantes a las de A Chavasqueira, con agua que mana a 61º, indicada para las enfermedades reumáticas y artríticas.

El entorno por el que discurre el paseo es envidiable, con las orillas del río Miño recuperadas, acondicionadas y de gran valor natural. 

En cualquier época del año podemos acudir a este conjunto, con piscinas públicas al aire libre y ambientes privados.

   

5. Y en los alrededores de la Plaza Mayor...

Iniciamos nuestro recorrido por la ciudad de Ourense en su señal de identidad por antonomasia, las Burgas, fuentes de aguas termales que manan a 67º, y que favorecieron los primeros asentamientos humanos en el lugar. 

Plaza Mayor de Orense

Tomamos camino por la rúa Barreira y llegamos a la Praza Maior, centro de la ciudad antigua, donde surge la Casa Consistorial y el Museo Arqueológico (también conocido como Pazo do Bispo). 

Estamos en una zona con un gran sabor medieval, en un entorno que parece retrotraernos en el tiempo. Se subimos por una escalinata situada en uno de sus costados llegaremos a la Iglesia de Santa María Madre, que en su portada conserva columnas del s. VI, vestigios de la primitiva catedral sueva de los tiempos en los que Ourense fue la capital del reino germánico.

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 Iglesia de Santa María Madre, Orense

Cruzamos la plaza de la Magdalena fijándonos en su hermoso cruceiro y nos encaminamos a la del Trigo, en la que se comerciaba en tiempos pretéritos con este cereal, rodeada por soportales y casas nobles y con la denominada Fonte Nova en el centro. 

Plaza del Trigo, Orense

Se prolonga en la plaza de Damas, que fue patio de naranjos de la Catedral.

6. La Catedral...

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Catedral de Orense

Llegamos así a la Catedral, templo románico de transición al gótico con aires de fortaleza. 

Conviene que nos detengamos a hacer una visita detallada, recomendándose especialmente la Capilla Mayor, la Capilla del Santo Cristo, el Cimborio, el Pórtico do Paraíso, de clara influencia de la escuela compostelana del Maestro Mateo, y el Claustro (conocido cómo Claustra Nova), en el que se sitúa el museo catedralicio.


La visita al templo, con sus claroscuros, múltiples capillas y ambientes parece introducirnos en una atmósfera y universo realmente mágico.

Iglesia de Santa Eufemia

Continuamos camino rodeando la parte posterior del templo que acabamos de visitar y, siguiendo la calle Juan de Austria y Coronel Ceano, llegamos a la Iglesia de Santa Eufemia, con una lograda fachada cóncava en estilo barroco compostelano.

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Iglesia de Santa Eufemia, Orense

Es el momento de tomar un pequeño descanso y para eso estamos en el lugar ideal, la zona de vinos más tradicional de la ciudad, que cuenta también con varios cafés culturales. Es un área muy animada, viva, especialmente bonita al atardecer y en las primeras horas de la noche.

Del Pazo Oca-Valladares a la Alameda...

Cuando retomamos la ruta lo hacemos por la calle Lamas Carvajal, pasando por delante del Pazo Oca-Valladares, renacentista del s. XVI, sede del Liceo ourensano. Hace falta pedir permiso para visitar su patio columnado con una hermosa fuente en su centro. 

Una vez bordeado el edificio giramos a la derecha por la Avenida de Pontevedra y llegamos a la Alameda, con magníficos ejemplos de edificios modernistas cerrándola. Al lado de la Alameda está el tradicional Mercado de Abastos, que podemos visitar para observar el pulso de la vida local más tradicional.

Hacia el río Miño...

A continuación tomamos camino hacia el río Miño, siguiendo la calle del Progreso, que nos permitirá contemplar la transición del casco histórico hacia el primer ensanche de la ciudad.

Podremos detenernos en el Centro Cultural Diputación y visitar el Museo del Tren,, siguiendo luego camino por la misma calle hasta la Capilla de Nuestra Sra. de los Remedios, renacentista aunque muy reformada, ya muy cerca del curso fluvial. 

Una vez llegados a este punto podemos bajar hasta la orilla del río y seguir camino por los senderos recientemente acondicionados para el paseo hacia el Ponte del Milenio, al que subiremos, pues cuenta con unas pasarelas peatonales que permiten tener una fantástica panorámica del río, y de la ciudad en su conjunto, a 22 metros de altura. 

Cruzamos el río por el puente y al lado del antiguo campo de la feria nos detenemos en las Pozas da Chavasqueira, conjunto de fuentes termales también conocidas como Baños do Bispo, acondicionadas a modo de piscinas al aire libre, de uso gratuito y situadas en un entorno ajardinado muy apacible. 

Tras la visita, retornamos por el margen derecho del río por la zona de O Ribeiriño hasta encontrarnos con el Ponte Vella ou Maior, de origen romano pero muy reformado en los s. XIII y XVIII; lo cruzamos y por los Jardines de San Juan Bosco y la calle Concello llegamos al Parque de San Lázaro, corazón verde de la parte nueva de la ciudad, donde en sus cercanías podemos visitar la iglesia gótica de San Francisco, trasladada aquí piedra a piedra desde su situación original en la parte alta de la ciudad que luego visitaremos.

7. Por la Ciudad vieja...

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Praza do Ferro, Orense

Seguimos nuestro paseo por la calle de Santo Domingo y visitamos la Iglesia homónima, en la que hace falta entrar para admirar sus retablos barrocos y pinturas de muy buena factura.

Desembocamos así en la Praza do Ferro, que constituye una de las más típicas estampas de la ciudad a pesar de a su pequeño tamaño.


Entrando de nuevo en la ciudad vieja, por la que caminamos siguiendo las calles Viriato, Pizarro y Correxidor, para luego subir una serie de escaleras por la Estrela hasta el Convento de San Francisco, lugar en el que se encontraba la primitiva iglesia que visitamos antes en San Lázaro. 

En el siglo XX, Ourense experimentó cierto crecimiento demográfico por la emigración procedente de la provincia, convirtiéndose en la tercera ciudad de Galicia por población. 

Hechos importantes fueron la unión con el municipio de Puente Canedo en 1943, la aparición de nuevos barrios y su conversión en el principal nudo de comunicaciones (por tren y por carretera) del noroeste peninsular. 4. Ruta por los Cañones del Miño

Conserva un excepcional claustro gótico y hay que pasear por el cementerio de aires románticos, declarado Bien de Interés Cultural en el 2000. 

Nos dirigimos a continuación hacia la parte final de nuestro recorrido, siguiendo las calles Monte Pena Trevinca, Monte Seixo, y Cabeza de Manzaneda hasta llegar a la plaza de San Cosme y San Damián donde se yergue la ermita y el antiguo hospital anexo, ambos platerescos.

Iglesia de la Santísima Trinidad, Orense

Seguimos por la calle Julio Prieto Nespereira hasta llegar a los Jardines del Posío, de larga tradición. 

Cogemos luego la calle Padre Feijoo, en la que se abre la Iglesia de la Santísima Trinidad, de transición románicogótica, con torres que le dan un marcado aire de fortaleza.

   

Terminamos aquí nuestra ruta, al lado del lugar donde la comenzamos, las fuentes de As Burgas.

8. De Vinos y Tapas por Orense


Si hay un lugar en Ourense donde la gente confluye de forma natural, especialmente en las noches de fin de semana, sin duda son «Os Viños», en el Centro histórico: la zona de tapeo por excelencia en la ciudad. 

Este conjunto de calles, unidas en un extremo por la Plaza del Hierro y que terminan en los alrededores de la Catedral, concentra gran número de bares, restaurantes y tabernas donde disfrutar de la gastronomía y la tradición vinícola de Ourense, compartiendo pinchos, raciones y cantigas en buena compañía. 

Aunque cada vez encontramos más propuestas de mesa y menú a la carta, lo más tradicional sigue siendo probar bocados a pie de barra en paradas cortas: como manda la tradición, un pincho, un bar.

La escena hostelera de la ciudad goza de excelente salud, con nuevas propuestas surgiendo cada día, lo que hace difícil detallarlas todas. Sirva este itinerario como botón de muestra para guiar al visitante, sugiriendo las zonas más concurridas y algunos de los locales de más larga trayectoria… pero ni mucho menos los únicos.

Plaza del Hierro y calle Viriato

La ruta comienza en la Plaza del Hierro, entrada natural al centro histórico, centrada por una hermosa fuente y con terrazas siempre animadas. 

Aquí encontramos todo un clásico, el Bar Orellas, templo dedicado al cerdo tanto en su carta como en la decoración del local. Deben probarse su oreja de cerdo y la cachucha prensada. 

Merecen una mención las patatas «3 Salsas» y los calamares de O Eironciño.

 Bajo los soportales de la plaza, destaca la Taberna do Meigallo, con una bonita terraza interior ideal para disfrutar de su comida casera en las noches de verano.

Subiendo desde la plaza por la calle Viriato se encuentra el Bar Fuentefría, famoso por sus anchoas y ahumados. Justo enfrente, A Casiña do Pulpo, ideal (ya lo indica el nombre) para adentrarse en la suculenta tradición tan ourensana del pulpo «á feira».

Calle San Miguel

Bajando la empinadísima calle San Miguel desde el Hierro descubrimos en primer lugar el Pingallo, restaurante donde también es posible disfrutar de raciones en su barra.

 Acto seguido, el Asador de Roa, cuyo cochinillo le ha dado nombre; Casa Toñita, donde hay que probar los huevos rotos; y el Restaurante Gastro Bar San Miguel, uno de los establecimientos históricos de la ciudad hoy completamente renovado y con singulares propuestas de pinchos y carta. 

Completan la concurida oferta de esta calle La Brava, el Monterrey y el Mesón de María Andrea, otro local con solera ubicado en un hermoso pazo del siglo XVI magníficamente restaurado.

Eironciño dos Cabaleiros

En este pequeña plaza apartada de las calles más bulliciosas de los alrededores abundan las terrazas de sus muchos locales, siempre concurridas. 

Entre otros, aquí dispone sus mesas el Mesón O Queixo, un histórico de la ciudad que ha apostado por la cocina más tradicional y donde sirven un cremoso queso gallego de altura. 

Recientemente se ha instalado aquí otro clásico, el Rey del Jamón, y su «pincho completo»: una sabia combinación de tortilla, croqueta y panceta;

Calle de la Paz

Paralela al Eironciño por arriba, se encuentra esta hermosa calle presidida por el Teatro Principal, que enfrente tiene el bar Xes, donde es obligatorio probar sus clásicas empanadillas; siempre tiene buen ambiente los días de función. A su lado encontramos otro Orellas, hermano del local en la Plaza del Hierro.

Calle Lepanto

Nos encontramos en el eje central de Os Viños; en esta calle en cada puerta hay un bar, por lo que será difícil elegir. Desde la plaza del hierro hasta la Puerta NOrte de la Catedral encontramos los pinchos de inspiración vasca de O Barallete, A Saia da Carolina, O Comelló, O Pote y O Enxebre, con sus populares tostas, todos con sus concurridas terrazas, especialmente en las noches de verano. 

El París es un local de noches animadas donde también es posible disfrutar de su pincho de la semana. A su lado se encuentran A Nosa Taberna, con amplia carta de arepas, O’Cogumelo, donde se pueden saborear sus champiñones con langostinos.

Bordeando la Catedral

En plena plaza de Santa Eufemia se encuentra el Tizar, con una carta de tapas y picoteo para compartir. 

Subiendo Juan de Austria se suceden el Tixola o A Casa do Pulpo, donde disfrutar de esta delicia local.

El ábside de la Catedral forma una pequeña plaza abarrotada de terrazas en un entorno privilegiado. 

Las Monchas propone pinchos modernos en un espacio donde conviven con dos históricos, el Bar Pérez y A Taberna do Perico, con sus suculentas cazuelas y la sabrosa salsa de sus montaditos.

Calle Hornos

Paralela a la Lepanto, Hornos es otra calle llena de bares donde resulta difícil escoger. En O Arco da Vella tiene fama su soberbia tortilla, y enfrente, en O Souto, sus bombas (pelotas de puré de patata y carne hilada). 

En el Dos Puertas uno siempre debería parar para tomar un pincho de oreja o calamares, aunque si se va con más calma O Catador es un local histórico de carta interesante. 

En La Bodeguilla del Centro uno puede decantarse por su brocheta de champiñones y pimientos, y en Atarazana quizás por sus zamburiñas. Otros clásicos son el Bar Samuel, más de 25 años cocinando carne «ao caldeiro», o O Frade, donde la comida se sirve a ritmo de jazz.

Para la noches de verano, el Baysha Soulfood es una propuesta para disfrutar con calma, con una preciosa terraza-jardín donde cenar o tal vez tomar la primera copa, así como las terrazas de la Plaza de As Mercedes, con propuestas como el Café Ollo Ledo, el Portovello o en la parte superior, la vermutería La Garza.

9. Fiestas de Orense

Fiestas de Orense

Carnaval, del 10–12 al 28 de febrero. 
La ciudad de Orense y el resto de la provincia se visten de fiesta para celebrar el carnaval. Donde destaca la originalidad de los disfraces, y los productos gastronómicos propios de cada una de las poblaciones que componen el carnaval orensano. 

En la misma ciudad, existen dos días especiales, el día de las comadres y el día de los compadres. Estos días, dan comienza al carnaval en Orense. El día de las comadres se celebra el jueves de dos semanas antes de Carnavales. 

Ese día, para los pequeños existe una celebración, en la que los niños hacen unos muñecos, llamado comadres, que luego las niñas, se los tienen que romper en ese día. Este día por la noche, es una noche de chicas, es decir salen la mayoría de las mujeres, y es una ocasión para juntarse y pasarlo bien. 

El siguiente jueves es el día de los Compadres, y en este caso, son las chicas las que hacen los muñecos que se llaman, Compadres, y esta vez son los chicos los encargados de romperlos. El último muñeco que queda sin romper cada día, se reserva para el año siguiente. 

El carnaval en la provincia de Orense es uno de los más importantes de España, junto con el de Canarias y el de Cádiz. 

Como disfraces típicos encontramos las Pantallas de Xinzo de Limia, carnaval declarado de interés turístico internacional desde 2019, así como los Peliqueiros de Laza, los Boteiros de Vilariño de Conso o Os Cigarróns de Verín, todos ellos de interés turístico nacional. Con respecto a la gastronomía podríamos destacar las orejas de Carnaval, el postre por excelencia del carnaval.

Fiesta de los Mayos. 
A principios del mes de mayo. Las flores son las protagonistas; los ornamentos florales desfilan por las calles de la ciudad para celebrar la primavera. el elemento fundamental de la fiesta son los llamados «mayos» que son composiciones de flores musgo y «carrabouxos» que representan monumentos y elementos cotidianos de la vida orensana. Junto con el mayo, el segundo elemento característico de la fiesta es la copla, composición satírica sobre aspectos de la sociedad y la política.

Fiesta de Fátima. 
El 13 de mayo por la noche, una multitudinaria procesión recorre la ciudad desde la iglesia de la Virgen de Fátima hasta la Catedral de Orense. Los días siguientes son las fiestas del barrio del Couto, en donde se sitúa la iglesia de la Virgen de Fátima.

Fiestas del Corpus. 
Coinciden con la fiesta religiosa del Corpus Christi. Se celebran en junio. Destacan los fuegos artificiales, la Batalla de Flores o conciertos al aire libre (cada año asisten varios artistas destacados de ámbito nacional). Son las fiestas de la ciudad.

Fiesta de Santiago Apóstol
La semana del 25 de julio en el barrio de El Puente.

Fiesta de los Remedios. 
Romería que se celebra el 8 de septiembre en la capilla de los Remedios.

Fiesta del Magosto. 
Celebración tradicional de algunas localidades gallegas (especialmente orensanas) que tiene como principales protagonistas la castaña y el vino nuevo. 

En Orense coincide con la festividad de su patrón San Martín de Tours, el 11 de noviembre. 

Para celebrar el día del Magosto, es costumbre ir a un monte cercano a la ciudad y encender una hoguera en la cual se asarán la carne de cerdo, los chorizos y las castañas.

10. Donde Comer en Orense


Nova
Valle Inclán nº 5,
 32004 Ourense, España
+34 988 21 79 33

Taberna Pulpería Atarazana
Rú Dos Fornos, 11 Zona historica, 
32005 Ourense España
+34 649 98 38 58

A Taberna
C/ de Julio Prieto Nespereira, 32, 
32005 Ourense, España
+34 988 24 33 32

Restaurante Gastro-Bar Sanmiguel
Rua San Miguel 12, 
32005 Ourense España
+34 988 23 60 06

O Comellon
Rua Lepanto 16, 
32005 Ourense España
+34 689 84 60 19

y de precio mas moderado

O Lar Do Leitón
Rua do Sol; 18; bajo. Valdorregueiro,
 32001 Ourense, España
+34 988 21 66 88

Pacífico
Rua Pena Trevinca 37, 
32005 Ourense, España
+34 988 61 46 72

Restaurante A Palleira
Avenida Buenos Aires 96, 
32004 Ourense, España
+34 988 22 53 20


11. Y en los alrededores: Ruinas del Monasterio de Santa Comba de Naves

Ruinas del Monasterio de Santa Comba de Naves, Orense

l gran valle del Miño estuvo y está salpicado de monasterios y diversos templos religiosos por toda su cuenca, sobre todo escondidos en los valles de la conocida Ribeira Sacra que es donde más monasterios se concentran. Sin embargo, fuera de ella también existen y se conservan buenos ejemplos de arte sacro secular, aunque alguno de ellos esté condenado a la desaparición.

En la antigua Terra de Búbal, en la parroquia de San Mamede de Palmés, antiguo concello de Canedo hoy perteneciente al de Ourense, se mal conservan los restos de un antiguo monasterio de orígenes milenarios. Son las ruinas del monasterio de Santa Comba (Columba) de Naves. 

Parece impensable que en el siglo XXI aún encontremos lugares tan impactantes y tan en el olvido como este. Su situación en la ladera del valle, oculto en la espesura de lo que queda de un bosque autóctono y su distanciamiento de lugares poblados han contribuido al olvido y a la ruina.

A pesar de que no tenemos ningún documento fundacional sobre el monasterio de Santa Comba de Naves, ni ninguna piedra que indique alguna fecha concreta parece ser que sus orígenes se remontan al siglo IX, posiblemente al año 888, ya que se achaca su fundación a Alfonso III. 

Ruinas del Monasterio de Santa Comba de Naves, Orense

Esto se debe a un pergamino, hoy desaparecido, estudiado por Frai Benito de la Cueva en el siglo XVII donde se nombra el monasterio de Naves. 

Diversos pergaminos posteriores nos conducirán también a estas fechas del siglo IX. Se conservan unos cuantos pergaminos de este monasterio repartidos en tres archivos en donde se nos cuentan diversas actividades, donaciones y posesiones de este cenobio que ya desde el siglo XII dependería de Celanova y por eso el monasterio estaría regido por un prior y no por un abade. 

Sin embargo no fue hasta 1513 cuando fue anexionado definitivamente, junto con las iglesias de Santa María de Louredo y Santo Estevo de Untes, a este monasterio de Celanova mediante una bula del papa León X.

Ruinas del Monasterio de Santa Comba de Naves, Orense

El edificio sufrió varias modificaciones, una probablemente en el siglo XIII-XIV y por lo menos otra ya en el siglo XVIII (1760), que es lo que hoy conservamos y podremos ver.

Sin embargo esta última reconstrucción tan solo serviría para 70 años más ya que a mediados de la década de los 30 del siglo siguiente y gracias a la famosa desamortización, el monasterio fue abandonado quedando así hasta nuestros días.

 Los favores a este monasterio hicieron que sus dominios abarcaran lugares en las dos riberas del Miño y en varios concellos como Ourense, Maside, Amoeiro y Punxín.

Las ruinas del monasterio de Santa Comba de Naves se encuentran en una ladera del valle del Miño a una altura de 350 metros sobre el nivel del mar. No existe pista ni carretera que se acerque hasta él. Por lo tanto debemos olvidar los vehículos para llegar hasta el cenobio ya que la única forma de llegar es por medio de un secular camino empedrado que antiguamente unía San Miguel de Canedo, los Chaos de Amoeiro, Trasalva y Maside. 

Para ello podemos cogerlo desde Untes, junto al Miño o desde arriba, desde la misma población de Naves. Desde Naves es la opción más corta y el trayecto de ida se desarrolla en bajada durante casi 900 metros. El camino parte desde un antiguo «forno» musealizado y son varias los cruces que nos encontraremos por lo que debemos extremar las precauciones para no equivocarnos. 

Lo mejor es seguir el camino en el que abundan las profundas marcas de carros que dan muestra de la dureza y antigüedad de este camino que ascendía toda la ladera del Miño.

Pronto llegaremos al lugar en donde se encuentra medio engullido por la vegetación e incluso podría pasar desapercibido en diferentes épocas del año. Una vez allí, nos daremos cuenta de las magníficas proporciones del edificio ruinoso y cual pudo ser la importancia de esta magnífica casa prioral. Por fuera da la sensación de un edificio señorial, compacto y robusto, con ciertos matices de carácter defensivo. 

Ruinas del Monasterio de Santa Comba de Naves, Orense

Se trata de una construcción rectangular de casi 480 m2 de planta distribuida en tres cuerpos paralelos principales. El del medio, el más estrecho, es un gran pasillo de casi 25 metros que recorre longitudinalmente todo el edificio, comunicando las salas entre si. Estas salas se localizan en los cuerpos laterales, mucho más anchos que el pasillo y con muros para divisiones internas.

El edificio original del monasterio de Santa Comba de Naves tenía planta baja, primer piso y un piso inferior para bodega o despensa, en donde aún se pude ver los restos de un antiguo lagar. En los sillares se puede apreciar los restos de la última reconstrucción del siglo XVIII asentada sobre una antigua edificación medieval. Se observan diferencias en los sillares labrados y los rústicos del pasado, así como restos de arcos sobre lo que hoy hay ventanas abocinadas.

Unas de las señales más significativas y que nos muestran el origen medieval de la antigua edificación son la presencia de multitud de marcas de «canteiros» que se encuentran distribuidas por toda la construcción. 

Sobre las últimas ventanas abocinadas del siglo XVIII aún se pueden apreciar en varias de ellas los restos de arcos de medio punto del templo medieval. Sobre la puerta adintelada de entrada existe un escudo en el que se representa una cruz trebolada, un compás y un círculo que indican la nombrada pertenencia a Celanova.

Nada más entrar tenemos dos fantásticos arcos de medio punto que presumiblemente darían acceso a la escalera que comunicaba con el piso superior. Estos arcos también son de la última reconstrucción barroca. De la madera que supuestamente formaban las escaleras y los pisos no queda nada de nada y el suelo se encuentra cubierto de maleza y sillares del propio edificio. 

Lo que no nos damos cuenta cuando estamos dentro, es del fantástico emplazamiento de este cenobio que al estar en la ladera cuenta con unas excelentes vistas del valle de Miño en su dirección hacia la capital ourensana desde el cual se divisa gran parte de esta ciudad. 

Para darnos cuenta es mejor ir salir y dirigirse hacia el sur y ver desde la pequeña cumbre el maravilloso espectáculo visual. Desde este punto también podremos ver otro de los misterios de este lugar, que no es otro que la existencia de los restos de la capilla que curiosamente se encontraba separada del monasterio.

Ruinas del Monasterio de Santa Comba de Naves, Orense

A ella se puede acceder descendiendo este montículo o bien siguiendo en descenso el camino empedrado que nos llevará hasta los antiguos campos de cultivo de vid y maíz ligados al monasterio y que se encuentran junto a la capilla.

 La capilla es del mismo estilo que la última reconstrucción del cenobio, nos vamos por lo tanto al siglo XVIII. Así también lo parece indicar una inscripción en la puerta adintelada de la capilla en donde se puede leer el año de 1767, supuestamente el año de la construcción de la capilla ya que también leemos la palabra «edificose». 

De la capilla podemos ver los restos de los arcos que sostienen malamente lo que queda de la bóveda de cañón que cubría el altar y los muros laterales que aún se conservan en buen estado. De la cubrición de la nave no queda nada.

Llama la atención las pequeñas dimensiones de la capilla lo que nos podría indicar una baja ocupación del monasterio ya en estas fechas. Cerca de la capilla discurre un riachuelo del que presuntamente se abastecerían los monjes del lugar.

El lugar, resiste el paso del tiempo, pero la naturaleza no da tregua y si alguien no lo remedia, el edificio quedará derruido en poco tiempo, ya que las enredaderas y los árboles se lo están engullendo y harán que este lugar siga para siempre en el olvido.

12. Conjunto Arqueológico de San Tomé

Conjunto Arqueológico de San Tomé en Ourense. Información, imágenes, mapa y ubicación Conjunto Arqueológico de San Tomé en Ourense (conjunto arqueológico natural de San Tomé, orense).


Conjunto Arqueológico de San Tomé, Orense


Un yacimiento arqueológico musealizado

El conjunto arqueológico de San Tomé se encuentra situado a tres kilómetros de la ciudad de Ourense. Esta zona permite disfrutar también de unas vistas privilegiadas al valle en el que se asienta la ciudad de Ourense.

Este conjunto combina un complejo yacimiento arqueológico de casi seis siglos de historia, un castro del siglo I a.C y un asentamiento galaico-romano que pertenece al siglo I d.C. Ambos, castro y villa romana, convivieron en el tiempo. Más tarde, sobre el siglo II, ambos asentamientos fueron abandonados. Un siglo más tarde volvió a ser ocupado con otro asentamiento típico romano.

También podemos ver un magnífico bosque autóctono de robles mezclado con otras especies caducifolias, todo ello perfectamente señalizado con paneles explicativos.

Conjunto Arqueológico de San Tomé, Orense

Asentamiento castreño

Se encuentra en la parte más elevada del conjunto arqueológico. En este espacio se puede distinguir la clásica construcción fortificada de la cultura castreña. El acantilado sobre el río que pasa por la zona, el Loña, lo protege por un flanco, mientras que la muralla y el foso lo hacen por los otros. 

El poblado reúne todas las características típicas de esta cultura Celta, con los aterrazamientos para las viviendas y las calles de conexión entre ellas.

Primer asentamiento romano


Los restos del asentamiento altoimperial romano son muy interesantes, en convivencia con el castro, pues deja señales inequívocas de la existencia de una convivencia en tiempo y espacio de dos culturas bien diferenciadas. 

Conjunto Arqueológico de San Tomé, Orense

Este es uno de los escasos ejemplos en España en los que se puede observar este fenómeno en la actualidad. Los restos de este primer asentamiento romano son escasos y se pueden ver en la llanura, a la falda de lo que es el castro. Si bien es cierto el espacio está bastante arrasado por lo que fueron las construcciones romanas posteriores.

Segundo asentamiento romano

De este asentamiento tardorramano se conservan dos unidades constructivas diferentes, pero similares entre sí. En una de ellas podemos ver un patio central que bien podría ser el atrium de la villa. En la otra construcción, además de este patio, también se distinguen unas escaleras de acceso a una planta superior y una habitación en su primer nivel en el que todavía podemos distinguir fácilmente el antiguo sistema de calefacción que se usaba para caldear la estancia.

Las primeras referencias de este asentamiento datan del año 1969, fecha en la que es descubierto por D. Manuel Blanco Guerra. A partir de esta fecha se comienzan a realizar las primeras catas en la zona, ya en los comienzos de la década de los 70. Las primeras excavaciones se hacen en los años 80 bajo la dirección del Museo Arqueológico Provincial de Ourense.

Hoy el conjunto arqueológico está musealizado dispone de una caseta informativa y se encuentra debidamente señalizado y contextualizado para realizar un recorrido cronológico por el lugar, empezando por el poblado castreño y acabado por las dos habitaciones que se contextualizan pasados tres siglos desde el nacimiento de Cristo.

Los amantes de la historia y de la arqueología no deben dejar de visitar el conjunto arqueológico de San Tomé. 

Dicho conjunto está situado a escasos tres kilómetros del centro de la ciudad de Ourense. 

En este espacio, además de disfrutar de unas impresionantes vistas de la ciudad, también podrás visitar los restos de un antiguo castro celta, además de un antiguo asentamiento galaico-romano.


13. Otras Rutas Cercanas