Castillo de Anguix, Guadalajara
“Nos ponen en cárcel oscura, que nos falta el aire y el aliento para poder
vivir. Que no es posible que Su Majestad tal quiera ni permita siendo que es
tan cristianísimo. Estos aposentos, donde no se podía vivir sin rejas,
cuanto más ahora hechos cárcel de muerte, oscuros y tristes…”
Palabras escritas desde la prisión – alcoba de Ana de la Cerda en el Palacio
Ducal, principal monumento que ver en Pastrana, la villa de la princesa de
Éboli.
La villa ducal es una escapada ideal para un fin de semana de turismo
rural fuera de la capital, entre la naturaleza y la Historia.
Indice:
- Como llegar a Pastrana
- Algo de Historia
- ¿Que ver en Pastrana?
- El Palacio Ducal de Pastrana
- Colegiata de Pastrana: Museo Parroquial de Tapices
- Paseo a pie por la villa medieval de Pastrana
- Los Conventos de Santa Teresa
- El pequeño Albaycin de Pastrana
- Comer en Pastrana
- Que ver en los Alrededores de Pastrana
- Otras Rutas Cercanas
1. Como llegar a Pastrana
La opción más rápida es en coche desde Madrid, a sólo hora y cuarto
por la CM2003.
Horario de Autobuses

Hay dos aparcamientos en el pueblo:
Aparcamiento Camino del Hocino: 70 plazas
Para llegar al aparcamiento desde dirección Guadalajara, se pasa la
gasolinera (a la derecha) y la Plaza del Deán (a la izquierda), y se toma la
primera calle a la izquierda, donde se ve la señal P:turismos. Se sube esta
calle, el Camino del Hocino, y el aparcamiento se encuentra a mano
izquierda, antes del cementerio.
Para llegar al aparcamiento desde dirección Tarancón, se ve el Casco
Histórico (a la izquierda), el parking del Spa Rural (a la izquierda), la
parada de autobús (a la izquierda), el Hostal Rural Moratín (a la derecha),
y se toma la primera calle a la derecha, subiendo por la plaza del Moco. Se
sube esta calle, el Camino del Hocino, y el aparcamiento se encuentra a mano
izquierda, antes del cementerio.
2) Aparcamiento Spa Rural: 30 plazas
Para llegar al aparcamiento desde dirección Guadalajara, se pasa la
gasolinera (a la derecha), la parada de autobús (a la derecha), y después de
una curva cerrada se toma la primera calle a la derecha, donde se ve la
señal P Spa Rural.
Para llegar al aparcamiento desde dirección Tarancón, al ver el Casco
Histórico (a la izquierda) en seguida se ve el parking del Spa Rural a mano
izquierda.
2. Algo de Historia
Existen leyendas que nos hablan de un incierto origen romano, aunque en
realidad Pastrana se funda en el siglo XIII bajo la Orden de Calatrava, en
tiempos de la repoblación cristiana de la comarca de la Alcarria.
De esa pequeña aldea medieval destaca su primera iglesia y su muralla del
siglo XIV.
En 1369 obtuvo el privilegio de Villa de manos del rey Enrique II de
Castilla, consiguiendo así su independencia jurisdiccional.
Tapices de Pastrana
Dos siglos más tarde, en 1541, fue Pastrana enajenada de la Orden de
Calatrava, para ser vendida por el rey Carlos I a la condesa de Mélito y
abuela de la princesa de Éboli, Ana de la Cerda.
Sabiendo la Villa de la pérdida de su autogobierno, el Concejo intentó
comprarse a sí misma.
Pastrana pasaba de Villa de realengo a Villa de señorío, iniciando la nueva
señora de Pastrana la construcción de su Palacio en 1542.
La Villa fue heredada por el hijo de la condesa de Mélito, Gastón de la
Cerda y fue el hijo de este, Iñigo de Mendoza y de la Cerda quien, en 1569,
cansada ya la familia de los interminables pleitos con el Concejo, vendería
la Villa a Ruy Gómez de Silva, secretario de Felipe II, casado con Ana de
Mendoza y de la Cerda, futuros duques de Pastrana y príncipes de
Éboli.
Con los nuevos propietarios, Pastrana comienza un enriquecimiento y
crecimiento propio de su condición como cabeza de los Estados de su
ducado.
El mismo año de 1569, los príncipes acogieron en su propio Palacio a Santa
Teresa de Jesús que había llegado a la Villa, llamada para fundar dos
conventos carmelitas: el convento de San José y el convento de San
Pedro.
La primitiva iglesia es ahora cuando no solo sigue ampliándose en tamaño,
sino en importancia, convirtiéndose en colegiata y atesorando numerosas
obras artísticas bajo el patrocinio de la Casa Ducal.
Doña Ana de Medonza de la Cerda, Princesa de Éboli
Uno de los hechos que más hicieron crecer la Villa fue la llegada a
Pastrana, traído por Ruy Gómez de Silva, de un grupo de familias moriscas de
las Alpujarras para trabajar en la recién creada y próspera industria sedera
y tapicera que en el nuevo barrio del Albaicín se estableció.
En 1573, tras la muerte del duque Ruy Gómez, su viuda la princesa de Éboli
abandonó sus obligaciones nobiliarias y maternales e ingresó en la clausura
del convento, todavía en fundación de San José, lo que provocó la salida
apresurada de la comunidad carmelita y el llamamiento del propio Felipe II a
que retomara sus obligaciones y se pusiera al frente de la Casa Ducal. Fray
Pedro González de Mendoza, hijo de los duques, continuaría la labor de
engrandecimiento de Pastrana, reedificando la colegiata y convirtiéndola en
el templo funerario de la familia que es hoy en día.
Los sucesivos duques de Pastrana, ya establecidos en Madrid, fueron
paulatinamente distanciándose de la Villa, aunque eso no impidió que se
mantuvieran las manufacturas textiles al amparo de la Casa Ducal o que la
colegiata fuera ricamente dotada de los tapices góticos-flamencos de Alfonso
V de Portugal de manos del cuarto duque.
Desde finales del siglo XVII Pastrana perdió esa importancia y época dorada
como cabeza del Estado de una de las ramas de la familia Mendoza, pero hasta
la actualidad ha sabido mantenerse como epicentro de la comarca de la
Alcarria, siendo un referente histórico, cultural y patrimonial; en 1966 se
declaró Pastrana Conjunto Histórico-artístico.
3. Qué ver en Pastrana
Las palabras de la princesa de Éboli se pierden en la desesperanza desde su
habitación – celda, donde vive confinada con la menor de sus hijas, Ana de
Silva, por orden del rey Felipe II.
El balcón, tapiado con una celosía, sólo puede abrirse durante una hora al
día; el tiempo permitido a la duquesa para asomarse al exterior.
De ahí el nombre que dieron sus vecinos a la gran explanada donde el Palacio
Ducal de Pastrana se asienta: la Plaza de la Hora.
Reducida a la oscuridad y la tristeza, doña Ana de Medonza muere durante un
frío invierno, el 2 de febrero de 1592, en sus aposentos.
Hoy, su pintura mira a las visitantes con un único ojo desde la estancia vacía
a quienes nos acercamos a conocer su alcoba, su pueblo. Pastrana en La
Alcarria, comarca de Guadalajara con aires literarios, donde también nació
Moratín.
El balcón con rejas de la Princesa de Éboli, Pastrana,
Guadalajara
En junio de 1946 Camilo José Cela subió a un tren en la estación de
Atocha, rumbo a Castilla profunda.
En su cuaderno viajero describió un paisaje dorado y ondulado, las colinas de
lavanda, cerros azules y secos.
A Pastrana llegó para encontrarse un Palacio Ducal en estado lamentable,
desolado, en el olvido. Se alojó en la misma Plaza de La Hora y recorrió el
pueblo del autor de “El sí de las niñas” asombrándose de su belleza
medieval, a pesar de la dejadez reinante.
Su “Viaje a La Alcarria“ en el siglo XXI puede recrearse en un tren
de alta velocidad a Guadalajara -y en autobús local desde esta ciudad-.
Calles de la Villa de Pastrana, Capital de la Alcarria
Cela llamó a Pastrana una “instantánea del tiempo pasado”. Pese a su pequeña
población -cuenta tan sólo con 885 habitantes- Pastrana posee un gran
patrimonio: el municipio fue declarado Conjunto Histórico – Artístico en
1966 por la abundancia y riqueza de sus monumentos.
No sólo por la opulenta residencia de la princesa de Éboli – el Palacio
Ducal– también en sus lindes hay varios conventos renacentistas fundados por
Santa Teresa de Jesús.
4. El Palacio Ducal de Pastrana
Fachada del Palacio Ducal, Pastrana, Guadalajara
Desde la gran Plaza de la Hora se contempla su gigantesca y maciza
estructura de piedra. Un palacio renacentista, de planta cuadrada con cuatro
torres en cada esquina. En la fachada principal aún se puede leer el nombre
de sus primeros dueños y señores: “De Mendoza y De La Cerda”.
La pequeña ciudad medieval de Pastrana se desarrolló a la sombra de este
palacio, construido por el arquitecto Alonso de Covarrubias para residencia
y disfrute de Doña Ana de la Cerda, noble Grande de España que había
comprado la villa en 1541. Más conocida como la Princesa de Éboli tras su
matrimonio con Ruy Gómez de Silva, noble portugués valido del rey Felipe II.
La visita al interior del Palacio Ducal de por sí justifica ya una visita a
Pastrana.
En sus salas y salones, escalinatas y pasillos aún parece que flota la
presencia de la princesa cautiva, quien fue prisionera en su propia casa -en
la Torre de Levante – tras ser acusada de unas intrigas palaciegas que nunca
fueron demostradas.
Además de los exquisitos zócalos mudéjares, se conservan los artesonados de
estilo plateresco diseñados por Alonso de Covarrubias. Este monumento es sin
duda la principal atracción que ver en Pastrana, aunque no la única.
Plaza de la Hora, Pastrana
El final de doña Ana de Mendoza fue de lo más triste… Ella que lo tuvo todo,
se fue marchitando poco a poco, encerrada en vida presa en su propio
palacio. ¿Vagará por sus alcobas el espíritu de la princesa clamando
justicia?
Torre de Levante, Palacio Ducal, Pastrana
5. La Colegiata de Pastrana: Museo Parroquial de Tapices
Tras el Palacio Ducal, el segundo lugar más importante que ver en Pastrana
es la sala capitular de la Colegiata de nuestra Señora de la Asunción. En
ella se conservan los tapices de Pastrana.
Se trata nada menos que la serie de tapices gótico – flamencos más
importante del mundo de finales del siglo XV. Telas históricas de gran
tamaño que narran la conquista de las plazas del norte de África por las
tropas de Alfonso V de Portugal: Assilah, Tánger o Larache.
Además de esta colección de tapices, de incalculable valor, La Colegiata
en su museo alberga tallas y pinturas renacentistas y barrocas de autores
como Juan de Borgoña y Juan Carreño de Miranda.
Mandada a construir por el Arzobispo Fray Pedro González de Mendoza, hijo
de los primeros duques de Pastrana, es una obligada visita para amantes
del arte y la historia en esta villa de La Alcarria.
6. Paseo a pie por la villa medieval de Pastrana
Como mejor se descubre Pastrana es en un paseo a pie por su empedrado
antiguo. La visita al Palacio Ducal y a La Colegiata no estaría completa sin
pasar bajo el Arco de San Francisco -restos de la muralla medieval que la
protegía- y caminar por su laberinto de callejas y pasadizos.
Es increíble cómo se mantienen intactas, tal y como cientos de años atrás.
La vivienda en la que Leandro Fernández de Moratín escribió algunas de sus
obras de teatro más célebres aún sigue en pie.
También la Casa del Dean, un palacio del siglo XVII residencia del prior de
La Colegiata.
La Fuente de los Cuatro Caños
es todo un emblema de la villa: una gran fuente señorial de la misma época
que la princesa de Éboli.
Las Casas Solariegas y Mansiones de nobles menores e hidalgos que servían a los Mendoza y sus descendientes
abundan en la villa de Pastrana.
La Casa del Caballero Calatravo, de imponente portón de madera y
piedra; el Palacio de Burgos aún conserva su escudo de armas sobre el
portón arquitrabado que hace de entrada.
En la calle de La Palma se percibe el rastro de la presencia de la Santa
Inquisición: la casa marcada por una cruz, una palma y una espada, símbolo
de haber sido sede de la mano negra de la Iglesia en su cruenta persecución
de brujas y herejes.
Conventos de Santa Teresa, Pastrana
«La princesa monja, la casa doy por deshecha». Con estas palabras Santa
Teresa de Jesús proclamaba su desacuerdo con que Doña Ana de Mendoza, tras
la muerte de su marido Ruy, se internara en el convento de las hermanas
carmelitas descalzas sin despojarse de sus lujos cotidianos, fundado y
dirigido por la monja.
Se cuenta que tuvieron más que palabras, lo que provocó que la princesa
abandonara la vida espiritual y volviera a la corte de Madrid.
Cuadro de la princesa de Éboli monja, Pastrana
.
Las huellas de Santa Teresa en Pastrana han sido permanentes: además del
convento de San José – ocupado por las monjas franciscanas tras las
desavenencias con la princesa- fundó el convento del Carmen donde años
después estuvo San Juan de la Cruz como maestro de novicios. La cueva donde
se dice que se retiraba el religioso a meditar durante algunas temporadas
aún permanece junto a la Ermita de San Pedro, excavada en la roca.
8. El pequeño Albaycin de Pastrana
Cuentan las crónicas que en 1570 se produjo la entrega de manos de don Juan de
Austria al duque de Pastrana, de doscientas familias de moriscos expatriados
de las Alpujarras tras las revueltas.
Barrio del Albaycin de Pastrana
Los moriscos se asentaron a las afueras de Pastrana, construyendo un barrio
con nombre granadino: el Albaycín, donde continuaron ejerciendo la producción
de la seda -por lo que después sería conocida la villa- y labores agrícolas,
tal y como hacían en su pequeño paraíso perdido para siempre al sur de Sierra
Nevada.
19100 Pastrana España
+34 949 37 01 01
Restaurante Cesar
Calle Mayor, 20 Bajo,
19100 Pastrana España
+34 949 37 07 72
Restaurante Meson Castilla
Calle Casino 2,
19100 Pastrana España
+34 949 37 02 02
Calle Moratín, 3,
19100 Pastrana España
+34 622 63 57 56
El Tinelo
Mayor, 1,
y algo mas economicos:
El Tinelo
Mayor, 1,
19100 Pastrana España
+34 949 37 09 58
Bar La Comarca
Calle Mayor 8,
19100 Pastrana España
+34 949 37 03 24
19100 Pastrana España
+34 685 90 37 20
10. Que ver en los Alrededores de Pastrana
Micro reserva Cerros Margosos de Pastrana y Yebra
Micro reserva Cerros Margosos de Pastrana
Situada en la confluencia del río Arlés y el arroyo del Val con el río
Tajo alberga las únicas poblaciones conocidas de Limonium erectum,
endemismo exclusivo de la provincia de Guadalajara cuyo hábitat resulta
sumamente específico, vive sobre suelos margo-yesosos y afloramientos
salinos rezumantes.
Otras especies de gran interés son: Lepidium cardamine, Gypsophila
bermeyoi y Ophrys omegaifera subs. dirys.
Zorita de los Canes
Bello municipio que se te presenta como parada obligatoria tanto de la
ruta de los castillos como la ruta que acompaña los pasajes literarios
escritos por Camilo José Cela durante su Viaje a la Alcarria.
Castillo de Zorita de los Canes
El Castillo-Fortaleza de la localidad de Zorita de los Canes, fue levantado
por los árabes en los siglos XII y XIII muy cerca de la ciudad visigoda de
Recópolis, orilla izquierda del Tajo. Está declarado Monumento
Histórico-Artístico desde 1931.
Un típico castillo gótico cuya forma actual la dispusieron los maestres de
la Orden de Calatrava, en cuyo interior encontraremos interesantes restos de
las diferentes épocas en que fue ocupado.
La Puerta de Hierro, fruto de las reformas del califa Al-Nasir en el s.X; la
Iglesia Prioral de San Benito en el interior del recinto; la cripta con un
capitel corintio visigodo, reutilizado como pila bautismal; la Sala del
Moro, cubierta por una bóveda hemisférica de sillería; la Torre del Espolón,
adaptación al uso de la artillería, del s. XVI; el aljibe; la sala de la
Omega, con dos habitaciones excavadas en la roca, una bóveda nervada de yeso
y un banco corrido a lo largo de las paredes; la torre albarrana. Y todo
ello, en los alrededores de la ciudad visigoda de Recópolis.
HISTORIA Y DESCRIPCIÓN
El castillo se adapta al cerro en que está erigido, y se estructura en torno
a dos zonas, una eclesiástica, y otra militar. Las murallas están dispuestas
en zigzag, una característica habitual de las fortalezas de Castilla-La
Mancha dominadas, como ésta, por encomiendas. La muralla que lo rodeaba
aparece desmochada en su mayor parte.
Cuenta con dos caminos de acceso, uno que sube desde el valle del arroyo
Bodujo, atravesando la torre albarrana, y llegando al patio de armas. Tras
él, un puente levadizo, ya desaparecido, permitía cruzar el ancho foso que
vemos en la actualidad
El otro camino de acceso está sometido al control de murallas y torreones,
llegando a una puerta de acceso con dos arcos, uno gótico apuntado en el
exterior, y otro de herradura, posiblemente árabe, en el interior.
La iglesia consta de una sola nave cubierta con bóveda de medio cañón y
reformada por tres arcos fajones que se apoyan sobre capiteles decorados con
motivos vegetales y geométricos. Al sur de la misma encontramos un patio con
enterramientos de caballeros calatravos.
La torre albarrana conserva la leyenda Rui Diaz me fecit, era 1328 -Me
construyó Rui Diaz en el año 1328-.
Además, encontramos restos de grandes salas, aljibes y subterráneos.
Sus muros aún contienen los materiales aprovechados de la cercana ciudad
visigoda de Recópolis. Fue en su origen fortaleza musulmana erigida por los
Banu Dil-Nun, tribu bereber que protagonizó frecuentes rebeliones contra el
califato de Córdoba.
Desde aquí dominaron el territorio llamado Cora de Santaver. Alvar Fáñez,
lugarteniente de El Cid, y conquistador de Guadalajara, tomó la fortaleza en
el s. XI, aunque volvería a pasar a manos de los almorávides hasta los
tiempos del rey Alfonso VIII.
La Orden de Calatrava, a que fue entregada, es la responsible del castillo
que vemos actualmente. Su declive comenzó a raíz de la Batalla de
Aljubarrota, perdida frente a Portugal, donde murieron trescientos hombres
de Zorita. La Princesa de Éboli realizaría obras para hacerla más habitable,
pero finalmente los Duques de Pastrana se desentenderían de ella, dejándola
arruinarse.
ACCESO
Al- Rasis, historiador hispanoárabe de los tiempos de Abderramán III, afirma
en sus crónicas que Zorita es fuerte porque está construida con las piedras
de la ciudad de Recópolis. La misma fue erigida por el rey Leovigildo en el
578, para conmemorar el nacimiento de su hijo Recaredo.
Ciudad Visigoda de Recópolis
Situada en el término municipal de Zorita de los Canes, en el cerro de la
Oliva, este yacimiento es la única ciudad visigoda de nueva planta conocida
en Europa (declarado Conjunto Histórico Artístico en 1946).Fue construida en
el año 578 d.C. por Leovigildo, en honor a su hijo Recaredo, tras la campaña
de la Oróspeda.
Fue una ciudad de gran importancia en la época, incluso en ella se acuñó
moneda. Destacan sus grandes dimensiones (30ha) y su basílica
paleocristiana, construida en dos fases diferenciadas, en principio una
iglesia romana del siglo IV y posteriormente, una basílica coincidiendo con
la transformación del antiguo núcleo hispanorromano en ciudad.
Otras construcciones de interés son: murallas, acueducto, zona de viviendas,
calles, canteras,… Actualmente se encuentra dentro de la Red de Parques
Arqueológicos de Castilla-La Mancha poseyendo un Centro de Interpretación
del Yacimiento.
Bolarque
El término municipal de Pastrana tiene aproximadamente 100 km2. En su límite
con el de Almonacid de Zorita se encuentra el embalse de Bolarque. Es
necesario salir del pueblo dirección Tarancón por la CM-200.
A 8 km tomamos a nuestra derecha una bifurcación que indica
Sayatón-Anguix-Sacedón. A 6 km (en Sayatón) un desvío a nuestra derecha nos
indica “Embalse de Bolarque 3.5 km”. poco a poco el paisaje de cereal se va
convirtiendo en un tupido pinar.
Aparcamos el vehículo junto al puente. La ruta es circular, pues permite
ascender hasta el dique por una orilla del río Tajo, cruzar la presa y bajar
por la otra orilla al mismo punto de partida.
Todo este recinto, inaugurado por el SM Alfonso XIII en 1910 es un precioso
parque que conserva buena parte de los edificios originales (la escuela, la
capilla, las casas de los ingenieros y de los obreros..) Un bello ejemplo de
la arquitectura industrial de principios del s.XX
Albalate de Zorita
El nombre de Albalate deriva de la palabra árabe “Al-Balat”, que significa
“el camino”, ya que el término era atravesado por una vía romana procedente
de Segóbriga (Cuenca) hasta el Tajo.
El Rey Alfonso VIII en el año 1175, concedió la Villa a la Orden de
Calatrava, que la unió a su jurisdicción, bajo el Fuero de Zorita hasta
1566, cuando el Rey Felipe II vende el municipio a su valido D. Ruy Gómez de
Silva, Príncipe de Éboli. Así, Albalate de Zorita queda unido a los Mendoza
hasta principios del s. XIX, cuando se procedió a la abolición de los
señoríos.
La Santa Cruz, patrona de Albalate, fue encontrada un 27 de Septiembre de
1514. Se trata de una joya de orfebrería del siglo XIII, de bronce dorado, y
cuelgan de sus brazos dos cadenillas. Este hecho fue tan relevante, que los
Reyes Carlos I y Felipe III visitarán la villa para adorarla.
Dentro de su rico patrimonio histórico destaca la Iglesia de San Andrés, con
su portada principal de finales del siglo XV, gótico isabelina con elementos
renacentistas, que alberga la Capilla de la Santa Cruz. La Fuente de los
Trece Caños es un símbolo de la Villa, del siglo XVII, renacentista.
A las afueras encontramos la Ermita de Cubillas, construida en el siglo
XIII, de la época del románico tardío. Alberga una de las mejores
colecciones de canecillos de estilo románico de la provincia, 31 en total,
todos diferentes, y de variadas temáticas.
Además Albalate posee un entorno natural privilegiado, situada a los pies de
la Sierra de Altomira. La Urbanización Nueva Sierra está considerada como
una de las más grandes de Europa. Se ubica en un marco incomparable, en
plena naturaleza.
Las fiestas de botargas-danzantes de San Blas, el 3 de febrero, y la Pasión
Viviente que se celebra en la tarde del Sábado Santo, están declaradas
Fiestas de Interés Turístico Provincial.
Castillo de Anguix
Elegante castillo, caracterizado por sus torreones macizos semicilíndricos,
tiene todas las características de las construcciones militares del s. XIV,
con interesantes elementos de las reformas acometidas durante el s. XV.
Aunque una vez en él, es difícil decidir si merece la pena contemplar la
fortaleza, o el paisaje.
Es un castillo llamado “torrejón”, por ser la torre su elemento fundamental.
Carece de almenas, y está construida en piedra caliza de sillería. Su puerta
de acceso está en alto, y debía accederse con una escalera que se retiraría
en caso de ataque. El muro pentagonal que la rodea, conservado en parte, es
obra del siglo XV, pues el original era rectangular.
Los cubos en las esquinas de la torre son macizos, salvo el de su
extremo norte, que alberga una escalera de caracol para acceder a la
plataforma. El aljibe se encuentra en los sótanos, cubierto por el mortero
rojo usado en las construcciones musulmanes, resistente a la acción del
agua.
El rey Alfonso VI donó sus tierras a Martín Ordoñez, que lo erigió en 1136.
Su viuda lo donó a la Orden de Calatrava, y ya en el s. XIV pasó a la villa
de Huete. El duque de esta villa usó el castillo para apoyar a Juana la
Beltranjea, resultando derrotado, y la fortaleza muy dañada.
Los reyes católicos permitieron conservar el señorío a su hijo, Alfonso
Carrillo. Después pasaría al conde Tendilla, que lo restauró. Aunque en
vano, pues no volvió a servir para usos militares, y con el paso de los
siglos, fue arruinándose.
Actualmente no es visitable por obras de conservación.
Cuando el rey Pedro I de Castilla se apoderó del castillo, simuló matar a su
hermano, enemigo, y aspirante al trono, llenando de flechas un pino, y
derribándolo después a hachazos. El suceso, al parecer, ocurrió en el
cercano “cerro del conde”.
Moratilla de los Meleros
Villa Alcarreña situada a 54 km de la capital de provincia, Guadalajara,
comunicada con Renera, Fuentelviejo y Fuentelaencina.
Tiene un conjunto monumental exquisito para su población actual: el rollo
es uno de los más enigmáticos de la península, el tamaño de la iglesia
corresponde al de una gran ciudad, y la ermita bien podría ser la iglesia
de algún pueblo.
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