Castillo Templario de Gardeny
Palacio de la Paeria, Lérida
Edificios Modernistas Lérida. Las Casas Nuevas o de Balasch (Rambla de
Aragón).
Lérida es una ciudad española, capital de la provincia homónima, situada en
la comunidad autónoma de Cataluña.
El municipio, con una población de 140 403 habitantes (INE 2020), abarca una
superficie de 211,7 km² y es uno de los más extensos de Cataluña.
Es la segunda capital catalana más importante en número de habitantes, por
detrás de Barcelona. Es también capital de la comarca del Segriá.
Indice:
1. Como llegar a Lérida
Este carácter de cruce de caminos se ha reforzado con la llegada del tren de
alta velocidad entre Barcelona y Lérida.
La ciudad se encuentra comunicada con Barcelona por autopista, carretera
nacional y vía férrea.
Por aire
En función al aeropuerto escogido como puerta de entrada en Cataluña, la mejor
forma de llegar será:
Lérida en autobús.
Desde el aeropuerto del Prat (Barcelona) hasta la estación de ferrocarriles de
Sants por tren y desde allí a la estación de ferrocariles de Lérida de
nuevo en tren.
Desde Reus, en tren hasta Lérida
Desde Gerona, en autobús hasta Lérida (" Eix Bus")
Transportes públicos
Lérida es una ciudad ideal para desplazarse a pie.
Sin embargo algunos campus se encuentran alejados del centro de la ciudad.
Para acceder a ellos pueden utilizarse los autobuses que conectan las
diferentes zonas de la ciudad.
2. Algo de Historia
Iltirta (la Lérida en tiempos de los íberos) era la capital de los ilergetes.
Sus caudillos más famosos fueron Indíbil y Mandonio que estaban aliados con
los cartagineses contra los romanos. El año 215 a.C. fue decisivo.
Tuvo lugar la batalla del Ebro, donde Asdrúbal, hermano de Aníbal y comandante
del ejército cartaginés cae derrotado frente a los romanos. Sus aliados
Indíbil y Mandonio serían finalmente dominados el año 206 a.C.
Monumento a Indíbil y Mandonio, Lérida
El año 195 a. C. trajo consigo una nueva e importante insurrección de las
tribus ilergetas, lacetanas y ausetanas que fue sofocada por el cónsul Marco
Porcio Catón y que supuso la muerte de los caudillos ilergetas Indíbil y
Mandonio.
El final de la segunda guerra púnica traería consigo la romanización y
asimilación por parte de las estructuras indígenas de la cultura romana.
Iltirta se convertiría en Ilerda. El año 49 a.C. Julio César libró una batalla
de la guerra civil contra Cneo Pompeyo Magno delante de sus murallas.
Una época oscura, por los pocos datos que se tienen, fue la de la dominación
visigoda aproximadamente desde el año 375 al 716.
Los musulmanes se apoderaron de Lérida con facilidad en el año 714. La
ocupación se produjo entre el 716 y 719, en que el emir Al-Aahm y después
Al-Hur hicieron capitular a la ciudad, en tratos que se respetaron.
Posteriormente, el magnate aragonés Fortún se convirtió al islam para mantener
el poder lo que ayudaría a la sumisión del pueblo.
El rey franco Ludovico Pío saqueó la ciudad en el 801, a los pocos días Amrus
Al-Leridi la recuperó así como el resto de los territorios entre el 802 y el
809.
Estas escaramuzas provocarían el endurecimiento del trato hacia los mozárabes,
que finalmente tuvieron que emigrar. En el siglo ix los tugibíes constituyeron
un reino de taifa, aunque fingiendo cierta fidelidad al emir de Córdoba. El
último rey de Lérida fue Sulayman Sayyid-ad-Dawla, destronado por los
almorávides en 1102. Estos usaron Lérida como base de incursión en los
condados catalanes.
En 1149 la ciudad se rindió a las tropas cristianas de Ramón Berenguer IV de
Barcelona y de Ermengol VI de Urgel. Se otorgó la Carta Puebla a la ciudad en
1150.
En 1264 Jaime I «el Conquistador», rey de la Corona de Aragón, otorgó a
la ciudad el Privilegio de Concesión de la Paería, que en adelante
sería la forma del gobierno municipal. En 1232 el mismo monarca concedió a la
ciudad el Privilegio de Concesión de la Feria de San Miguel.
Jaime II funda el Estudio General en el año 1300, único durante muchos años en
la Corona de Aragón. Pero cuando alcanza mayor esplendor político es en el
reinado de Pedro IV el Ceremonioso, ya que, al haber tenido una larga época de
paz (aproximadamente dos siglos), logra formar un sólido bloque en todos los
aspectos; un grupo intelectual fuerte, una burguesía rica que regía la Ciudad,
una clase mercantil próspera y una menestralía trabajadora ayudada por un
monarca dadivoso de privilegios por las circunstancias que atravesó su
reinado.
Concede Ordinaciones a la Universidad sobre el monopolio de la enseñanza de
las leyes, de cánones, de medicina, etc. (1346). Establece nuevas normas para
la elección de paheres, consejeros, etcétera. (1386), reglamentando todo el
régimen de gobierno de la Pahería.
Hasta el reinado de Alfonso V el Magnánimo, Lérida continúa su marcha
progresiva, aunque no con el ritmo de la anterior centuria, ya que había
atravesado un período algo movido como consecuencia de las aspiraciones del
conde de Urgel al trono de Aragón y Cataluña, vacante a la muerte sin sucesión
de Martín el Humano, que resolvió el Compromiso de Caspe.
Las banderías por un lado, junto con las epidemias que a partir de la terrible
peste de 1348 aparecen demasiado a menudo, repercuten, como es natural, en el
desarrollo político y económico de la ciudad y aumentaron con las turbulencias
habidas en el reinado de Juan II con el conflicto del príncipe de Viana, y que
tuvieron unas consecuencias fatales para nuestra Ciudad, ya que, al oponerse a
dicho monarca, fue sitiada Lérida en 1464, rindiéndose el 6 de julio al
dejarla abandonada a su suerte el resto de Cataluña, por los problemas que las
demás provincias tenían, quedando completamente arruinada y destruida.
JuanII, tal y como había prometido en las Capitulaciones, jura respetar los
privilegios; pero se negó a devolver a los ciudadanos los bienes confiscados,
exigiendo muchos tributos para continuar la lucha en el resto del Principado y
recuperar el Rosellón.
Todas estas peticiones y disputas están plasmadas en algunos libros de actas
de la Pahería de la época; digo algunos porque a partir de este momento, en
las diferentes luchas y sitios que ha sostenido la Ciudad, han desaparecido
dichos libros, seguramente para evitar represalias.
A pesar de la destrucción de la Ciudad, logra rehacerse y continuar su vida
bastante próspera hasta el reinado de los Reyes Católicos que marcarán una
nueva etapa en la vida de Lérida.
Al subir al trono Fernando el Católico le devuelve los bienes y tierras que le
habían sido confiscadas por su padre Juan II, volviendo bajo el señorío de la
misma las villas de Borjas Blancas y Bell-lloch.
Este rey, emprende en Lérida las mismas reformas que en otras ciudades, de
acuerdo con la gran evolución que experimenta nuestro país, al igual que otras
naciones de Europa, en estos años; entre ellas, la reforma, en el año 1499,
del sistema electivo de la Pahería, que databa de la época de Pedro IV,
introduciendo en ella el sistema de la insaculación para la elección de sus
componentes, la reforma asimismo de los gremios, etc.
Por todas estas cosas, así como por haber acabado con el bandolerismo
existente, consecuencia de las guerras habidas, pudo entrar de lleno nuestra
Ciudad en la época del Renacimiento, con el florecimiento de la imprenta, y la
aparición en la arquitectura del estilo gótico-florido y plateresco,
reflejados en los monumentos de la época.
Los siglos siguientes estuvieron marcados por la recesión, agravados por
guerras y epidemias.
La Seo Vieja, cerrada al culto desde 1797, se convirtió en cuartel militar.
Durante el siglo xviii, la ciudad recuperó su imagen y dimensión.
Bajo el reinado de Carlos III se construyó la Catedral Nueva. Sus nuevos
planteamientos ilustrados aportaron figuras, como el Marqués de Blondel y el
Barón de Maials, que dieron a la ciudad una fisonomía urbanística acorde con
su papel de capital de la provincia, y la aplicación a los cultivos de los
nuevos estudios de agronomía.
Don Luis Blondel, que se hizo cargo de la plaza el 1 de abril de 1786.
Se le puede considerar, sin lugar a dudas, como el artífice de la Lérida
moderna; a él se debe, entre otras varias obras, la construcción del Depósito
del Pla, que dio el agua potable, tuberías, cloacas (entre ellas las de la
calle Mayor), fuentes monumentales (la de la Catedral), sirenas, enseñanza,
etc.
Hizo empendrar las principales calles. Pero su obra más importante fue la
construcción del muro de contención del río, que evitó las nundacio- nes que
sufrían las casas colindantes a él y que ocasionaba grandes pérdidas en los
almacenes.
La población aumenta, de 7.000 habitantes que tenía al advenimiento de Felipe
V, a 20.000 al comienzo del siglo XIX; que después de la guerra de la
Independencia volvería a reducirse a 12,000. Por todo lo dicho el siglo XVIII
se puede considerar un siglo próspero, lo mismo en lo económico que en lo
cultural y artístico.
Siguiendo el sino de nuestra Ciudad, esta época tan próspera se vería de nuevo
truncada por la invasión Napoleónica, volviendo Lérida a verse inmersa en un
nuevo conflicto bélico, que -como tantas otras veces- tendrá consecuencias
catastróficas, pues a la destrucción material hay que añadir la espiritual,
porque ni siquiera se salvaron las ideas fundamentales que parecían
inamovibles: Religión, Patria y la Monarquía, haciendo su aparición el
Liberalismo.
A comienzo del siglo xix, Lérida sufrió una nueva invasión, la napoleónica,
cae en poder de los franceses el 14 de mayo de 1810, abriéndose un período de
tiempo terrible de muertes y asesinatos y humillaciones unido, como siempre, a
la destrucción de la Ciudad y la desolación de los campos que quedaron
arrasados.
En el transcurso de la Guerra de Independencia por un ejército del mariscal
Suchet, y fue recuperada por los españoles con tropas del general Copons
gracias a una audaz estratagema debida al militar y aventurero español de
origen flamenco Juan Van Halen y Sartí, luego teniente general, que
posteriormente por el mismo medio consiguió la toma de Mequinenza y del
castillo de Monzón.
El 14 de febrero de 1814, Lérida se ve libre de la dominación francesa.
La Ciudad de ahora en adelante correrá la misma suerte que el resto de la
Nación, o sea constantes revoluciones y contra revoluciones que caracterizan
al siglo XIX en nuestra Patria.
Guerras Carlistas; subida al trono de Amadeo de Saboya, su abdicación,
proclamación de la primera República en el año 1873, la vuelta de los Borbones
con Alfonso XII como Monarca el 6 de enero de 1875, la proclamación de la
segunda República al dejar el trono Alfonso XIII hijo del Monarca anterior.
En 1936 Lérida vuelve a ser escenario de guerra civil, con todas las
consecuencias de ella, teniendo que añadir esta vez el agravante de haberse
estabilizado el frente durante un largo período, partiendo la Ciudad en dos
partes, quedando de nuevo destruida.
Es probable que no haya otra capital en España que haya sufrido tantos y tan
catastróficos sitios que la han dejado sin apenas muestras artísticas de su
importancia cultural ya que incluso los pocos monumentos que nos han quedado
llevan la huella de la destrucción.
Todo este período de intranquilidad política y social repercute de una manera
extraordinaria en el desarrollo de la vida ciudadana que no podrá llevarse a
cabo con el ritmo e intensidad que lo había hecho en otros períodos de paz
hasta esta última década que de nuevo se incorpora al crecimiento nacional con
toda su pujanza.
En nuestras escapadas por Cataluña la ciudad de Lérida es esencial, no
puedes pasar por alto la capital de provincia y visitar los lugares que
ver en Lleida ciudad en un día, o más.
Esta ciudad no ofrece muchas atracciones turísticas, casi todas están en el centro histórico o casco antiguo y muy fácil de verlas en un itinerario a pie. Dicen que es la menos visitada por el turismo de las 4 capitales de provincia de Cataluña.
Nosotros tras explorar todos sus rincones creemos que bien vale un paseo por sus calles, plazas y monumentos. Al menos verla durante unas horas y darle una oportunidad a esta villa histórica catalana, hay varias cosas que hacer que no os dejarán aburriros en todo ese tiempo que le dediquéis a la capital ilerdense.
Sin duda una perfecta escapada de fin de semana .
Una vez hecha la visita de Lérida os puedo decir que es fácil visitarla a
pie, el centro no es muy grande y casi todos los monumentos imprescindibles
están en el casco antiguo histórico, a excepción del castillo de Gardeny.
La mayoría están alrededor de la colina de la catedral vieja y el carrer
Major.
Lo más alejado, como os hemos comentado, es el castillo de Gardeny que a pie
estará a unos 15 o 20 minutos del ayuntamiento o Paeria.
4. La Seu Vella, imprescindible que ver en Lleida

Seu Vella, Lérida
Sin duda la catedral vieja o Seu Vella de Lérida es el edificio más
emblemático e icónico de la ciudad. No sólo por su historia sino también por
el privilegiado emplazamiento en altura (en el cerro conocido como Turó de
Lleida) que ya se remonta a los orígenes de la ciudad íbera. Su aspecto de
fortaleza ha hecho que se la conozca como el Castell de Lleida.
Se trata de la antigua catedral de la ciudad construida entre finales del
siglo XII y la primera mitad del XV sobre posiblemente la que era la
mezquita mayor en época de dominación andalusí. En ese mismo lugar se
asentaba antes la catedral paleocristiana y visigótica, y seguro que en
época romana el templo principal.
En el siglo XV se da por terminada la construcción al añadir el campanario y
la puerta de los Apóstoles.
Desde 1707 no volvió a desempeñar funciones religiosas ya que se convirtió
en cuartel militar dada su importante posición estratégica sobre el cerro.
Tras pagar la entrada en la zona de acceso entrarás al magnífico claustro,
realizado entre los siglos XIII y XIV, uno de los más bellos que hemos
visitado. Nos recordó al magnífico claustro de la catedral de Toledo. Este
claustro además tiene una galería mirador sobre la ciudad.
Seu Vella, Lérida
Desde este claustro puedes ver la puerta de los Apóstoles desde el interior
del recinto.
Accedemos a la antigua iglesia cuya construcción se inició en 1203 y se
consagró al público en 1278.
Debido a que la iglesia está desacralizada sobrecoge el espacio interior
vacío exento de decoración que permite disfrutar las formas arquitectónicas
de estilo combinado románico y gótico. Este interior vacío de decoración nos
trajo a la memoria la Colegiata de San Vicenç de Cardona.
Otro de los lugares interesantes que resaltar en la Seu Vella de Lérida es
su Campanario del siglo XIV de 60 metros de altura al que se puede subir y
admirar las vistas de la ciudad desde el punto más alto.
Al recinto de la Se Vella y el castell del Rei se puede acceder en coche y
tenéis un aparcamiento gratuito. Recuerda que te hemos preparado un post de
donde aparcar en Lleida
gratis.
También puedes realizar una visita guiada por la ciudad que acaba en la Seu
Vella de Lleida.
5. Castillo del Rey (Suda)
Castillo del Rey o Suda, Lérida
El Castillo del Rey se emplaza en la parte más alta de la colina y de la
ciudad, la Roca Sobirana. En la Edad Media fue el palacio y la residencia de
los reyes en sus estancias en la ciudad. Popularmente es conocido como «La
Suda», palabra de origen árabe que significa obra fuerte y lugar del poder
político o militar.
El nombre, recuperado por los historiadores a finales del XlX, hace
referencia a la fortaleza andalusí construida en el año 882 (siglo IX) en el
mismo lugar que después ocuparía el castillo. Suda es también el nombre con
el que las fuentes medievales designan el barrio gótico, noble, eclesiástico
y universitario que se extendía por la colina.
Construido en diferentes etapas entre finales del siglo XII y el XIV, el
castillo estaba configurado por diferentes ámbitos de reunión, culto,
residencia y defensa alrededor de un patio central.
Fue el edificio civil más destacado de Lérida y un importante centro de
decisión política de Cataluña y de toda la Corona de Aragón.
Se conserva la nave sudeste o sala noble. El resto del edificio desapareció
en el transcurso de las diferentes guerras de alcance europeo que a partir
del siglo XVII asolaron la ciudad.
Convertido en cuartel militar desde 1640, en 1735 se demolía la nave norte,
mientras que las naves de levante y de poniente desaparecieron en sucesivas
explosiones que tuvieron lugar en 1812 y 1936 Los soldados lo abandonan en
1948.
Su recuperación se inicia en los años 80 con diferentes intervenciones
arqueológicas que han permitido redefinir sus volúmenes originales y
recuperar su historia.
6. Catedral Nueva de Lérida

Catedral Nueva de Lérida
La catedral Nueva de Lérida se inauguró el 28 de mayo de 1781. Ya hemos
visto anteriormente que la Catedral medieval (Seu Vella) se convirtió en
cuartel militar a partir del año 1707, por lo tanto el culto de la Catedral
se trasladó, primero a la capilla del convento de la Compañia de Jesús y
seguidamente a la Iglesia parroquial de San Lorenzo de esta ciudad.
En los reinados de Felipe V y de Fernando VI, la ciudad seguía sin tener
catedral. Fue Carlos III, quien concedió el permiso y financiación en parte,
de la construcción de esta nueva Seo.
De varios proyectos se escogió el de Pedro Martín Zermeño, ingeniero
militar. La primera piedra fue colocada por el obispo Manuel Macías
Pedrejón, el 15 de abril de 1761. La Catedral fue consagrada e inaugurada
por el obispo J. A. Sánchez Ferragudo, el 28 de mayo de 1781.
El edificio sufrió un incendio al poco tiempo de su inauguración y el 13 de
mayo de 1808, durante la guerra de la Independencia, la catedral fue
expoliada e incendiada. Pero el fuego más devastador, intencionadamente
provocado, fue el del 25 de agosto de 1936, que la dejó desprovista de la
mayor parte de la ornamentación y mobiliario litúrgico, quedando calcinadas
las paredes y columnas.
Entre 1940 y 1955 se llevó a cabo su restauración y se reinauguró el 28 de
septiembre de 1955. El edificio sigue el modelo de planta de salón, con tres
naves a la misma altura, girola alrededor del ábside y capillas en los
contrafuertes de las naves y en la cabecera.
La fachada está flanqueada por dos torres cuadrangulares y la entrada
precedida por un atrio con tres grandes arcadas con puertas de hierro
forjado y una gran escalinata de doble acceso lateral, coronada por una
balaustrada profusamente ornada. La catedral de Lérida es un edificio
emblemático y singular, representativo del estilo artístico, definido como
barroco neoclásico.
7. Palacio de la Paeria
Palacio de la Paeria, Lérida
En la actualidad este Palacio de la Paería es la sede del ayuntamiento de
Lérida. Si llegas por la plaza de la Paería en la calle Mayor podrás admirar
su fachada medieval. En el lado del río, en la avenida Blondel, tenéis otra
fachada, más moderna, de estilo neoclásico.
Este Palacio de la Paería fue construido en el siglo XIII y cedido a la
ciudad en 1383 por los Señores de Sanaüja que eran los propietarios. En la
visita puedes admirar la fachada y también el patio interior con un pozo.
Las excavaciones arqueológicas de principios de los 80 descubrieron los
restos de un gran edificio romano, del cual hoy puede verse una
parte, a mas de 6 metros por debajo de la plaza de la paeria, la diferencia
entre el nivel de la ciudad antigua y la actual.
Está abierto al público para la visita. Sus orígenes se remontan a finales
del siglo 1 a.C. o a inicios del 1 d.C.
El archivo municipal tiene unos tesoros destacables como el Libro de Usos
del siglo XIV, el Armario de los Privilegios (armario barroco) y
principalmente la Carta Puebla (de población), primera constitución de los
habitantes de Lérida que se remonta a 1150.
8. Museo de Lérida

Museo de Lérida
El museu de Lérida, el Museo de Lérida Diocesano y Comarcal, nos pareció
bastante interesante pero quizá su visita la podamos dejar si nos es posible
visitar los otros TOP 10 de estos lugares que ver en Lleida ciudad.
Lo encontraréis muy cerca de la Rambla de Aragón, a pocos metros de la
Biblioteca Pública de la ciudad. Tiene 7000 metros cuadrados con pura
historia de Lérida y de su área de influencia.
Proviene principalmente de 2 colecciones anteriores, la de Arte Sacro
procedente del museo Diocesano y la otra de la colección arqueológica del
instituto de estudios ilerdenses.
También recoge la colección de monedas del Gabinete Numismático de la
Diputación y objetos del Tesoro de la Catedral. Su colección acoge un total
de 974 obras de arte y arqueología.
Como crítica comentar que todas las piezas y carteles del museo están en
catalán sin ser traducidas al castellano y el inglés, por lo que nos parece
que pierde parte del atractivo para el turista procedente de fuera de
Cataluña.
Y lo decimos desde el punto de vista de turistas que nos fastidia bastante
visitar museos foráneos y no poder leer en nuestra lengua las descripciones,
como mínimo en inglés, que es el idioma universal.
9. Plaza de San Juan

Plaza de Sant Joan, Lérida
Una de las principales plazas del casco antiguo de Lérida, en plena zona
comercial, entre el río Segre y la colina de la Seu Vella. Alberga varios
edificios como la Iglesia de Sant Joan, de estilo neogótico y de finales del
siglo XIX.
Yo diría que casi es el corazón de la ciudad por su céntrica ubicación y la
amplitud que tiene esta plaza. Junto a la Plaza de Sant Joan hay un ascensor
que te llevará hasta la parte más alta de la ciudad, donde podrás visitar la
Seu Vella y el Castillo de la Suda de Lérida, dos de los sitios
imprescindibles que ver en Lérida.
10. Castillo Templario de Gardeny
Castillo Templario de Gardeny, Lérida
Es el único sitio (junto el museo Roda Roda) que está más apartado del casco
histórico. Este viejo castillo de Gardeny es una fortaleza templaria. Desde
este lugar obtendréis unas buenas vistas de la ciudad.
El castillo de Gardeny data de la segunda mitad del siglo XII. Fue
construido después de que la ciudad se reconquistara en el año 1149 y que la
orden del Temple recibiera varios bienes de la zona, entre los que se
enbcontraba esta montaña o turó del Gardeny.
Ha sido utilizado a lo largo de la historia como cuartel militar por la
buena ubicación estratégica que tiene.
Era uno de los edificios militares de la Orden del Temple y es de los que
tienen uno de los mejores estados de conservación de España.
Actualmente alberga el Centro de Interpretación de la Orden del Temple,
donde muestran interactivamente, como vivían los caballeros templarios en
aquella época. El Castillo Gardeny forma parte de la ruta templaria Domus
Templi, junto con los castillos de Tortosa, Peñíscola, Miravet y Monzón,
ruta que muestra una parte importante del patrimonio de la antigua Corona de
Aragón.
11. Iglesia de San Lorenzo

Iglesia de San Llorenç (San Lorenzo), Lérida
La encontramos en la plaza Sant Josep, no muy lejos del Museo Diocesano. Fue
en dos ocasiones sede catedralícia y es la segunda iglesia más antigua de la
ciudad después de la Seu Vella. Su estilo es románico aunque conserva
elementos góticos fruto de diversas ampliaciones y acabados.
Es una de las imprescindibles que ver en lleida sin lugar a dudas. Sólo
entrar en su interior ya percibes la antigüedad en sus muros. Tiene 3 naves
con tres ábsides que poseen la misma altura. La nave central es la más
antigua y románica, mientras que las dos laterales son góticas.
Del exterior destaca el campanario de base octogonal del siglo XV. Al loro
que en el exterior, en la calle, encontraréis una de sus campanas a modo de
escultura.
La entrada es gratuita y puede visitarse de lunes a viernes de 9:30 a 12:30
y de 17 a 19h, los sábados de 11 a 12:30h y de 17 a 19h y los domingos y
festivos de 11h a 12:30.
No te quedes sin los mejores free tours en Lleida
12. Antiguo Hospital de Santa María

Antiguo Hospital de Santa María , Lérida
El Antiguo Hospital de Santa María es un edificio de estilo gótico
plateresco construido entre los siglos XV y XVI. La fachada principal se
encuentra en la misma plaza de la catedral, frente de la catedral Nueva de
Lérida, y su función durante muchos años fue como hospital de la ciudad.
En la fachada situada en el carrer Major destaca el portal y los escudos y
blasones leridanos. No debéis iros de la ciudad sin visitar el patio
interior central lugar donde nace una magnífica escalinata de piedra que
conduce a una espléndida galería de arcos ojivales.
Actualmente este edificio histórico es la sede del Instituto de estudios
Ilerdenses y acoge en su salas y patios diferentes exposiciones de carácter
temporal.
13. Edificios Modernistas

Casa Magi Llorens, Lérida
Podemos ver gran cantidad de edificios modernistas en Lérida por sus calles,
estaros atentos, principalmente en la avenida Blondel y la calle
Mayor.
La más impactante es la de la foto de arriba, la Casa Magi Llorens, en plena
calle mayor 74-76, junto a la Capilla de Sant Jaume.
Lérida es conocida por ser una de las capitales del modernismo, movimiento
artístico y cultural surgido en Cataluña a finales del siglo XIX.
Hay rutas en las que se muestran los principales edificios modernistas de la
capital ilerdense.
Casa Baró (también conocido por La Vinícola, pues en sus bajos había
una bodega). Avdd. Blondel nº 100, Lérida
Además de la casa Magi Llorens tenemos el Teatro Municipal del Escorxador
(calle Lluís Companys, s/n), Casa Melcior (Calle Sant Francesc, 2), Casa
Morera de la Lira (Avenida Blondel), Casas de Balasch (Rambla de Aragón 31),
Casa Bergós (plaza de la Sal esquina Clot de les Monges), casa Baró, la
Vinícola (Blondel 100) y Casa Xam-mar (en Blondel 9).
14. Museo de la Automoción Roda Roda
imprescindible que ver en Lérida con niños

Museo de la automoción Roda Roda, ideal para ver Lérida con niños
El Museo de la Automoción de Lleida Roda Roda está situado en un antiguo
taller de mecánica en la calle Santa Cecilia, al otro lado del Segre.
Conserva gran cantidad de coches antiguos, motocicletas y motores.
Además tiene una extensa colección de coches en miniaturas que hará la
delicia de los más pequeños y no tanto
Creemos que es una de las cosas imprescindibles que hacer en Lleida
con niños.
La entrada es gratis y la visita es de martes a sábado de 11 a 14h y de 17 a
20h y los domingos y festivos de 11 a 14 horas.
15. Estación de Lérida Pirineos
El ferrocarril llegó a Lérida el 30 de mayo de 1860 con la apertura del
tramo Lérida-Manresa de la línea férrea que pretendía conectar Zaragoza con
Barcelona. Las obras corrieron a cargo de la Compañía del Ferrocarril de
Barcelona a Zaragoza.
Buscando mejorar tanto el enlace de la línea con otros trazados, así como su
salud financiera la compañía decidió en 1864 unirse con la empresa que
gestionaba la línea férrea que enlazaba Zaragoza con Pamplona dando lugar a
la Compañía de los Ferrocarriles de Zaragoza a Pamplona y a
Barcelona.
Un año después en 1865 se inició la construcción de la línea
Tarragona-Lérida que no completó su último tramo entre Juneda y Lérida hasta
mayo de 1879.
Las obras en este caso correspondieron a la Compañía del Ferrocarril de
Lérida a Reus y Tarragona. La precaria situación económica de ambas compañía
facultó que la poderosa Norte se hiciera con ambas entre 1878 y 1885.
Más tardía es la línea Lérida-Puebla de Segur ya que la misma se inició
entre Lérida y Balaguer en 1922 impulsada por el propio Estado dentro del
ambicioso plan de líneas transversales que había ideado el directorio de
Primo de Rivera y que a la postre solo logró completar el ya mencionado
trazado.
En 1941, la nacionalización del ferrocarril en España supuso la desaparición
de Norte y la creación de RENFE que gestionó desde ese momento la estación
de Lérida.
En 1997 el edificio, que data de principios del siglo XX fue restaurado
recuperando el estado original de su fachada sur, la principal y mejorando
su ordenación interior.
Estas obras tuvieron continuación en el 2003 con una modificación de mayor
calado fruto de la adaptación de las instalaciones a la llegada de la alta
velocidad a la ciudad.
El nuevo haz de vías y sus correspondientes andenes se dotó de una moderna
marquesina que generó críticas debido a su difícil integración con el
clásico edificio para viajeros. La llegada del AVE generó también un cambio
de nombre del recinto que pasó a llamarse Lérida Pirineos.
La estación
Los andenes de la estación bajo la nueva marquesina en 2007
La estación se encuentra al norte de la ciudad, frente a la plaza Ramón
Berenguer.
Posee dos partes claramente diferenciadas: la parte clásica y los añadidos
realizados en 2003.
El edificio para viajeros es de planta rectangular.
Está formado por un cuerpo central de tres alturas dividido en tres bloques
con dos torreones de mayor altura en ambos extremos.
En total alcanza una longitud aproximada de 68 metros y una altura de 19
metros. Sobre esa base se asienta la parte nueva caracterizada en una amplia
marquesina de vidrio y metal formada por ondas que cubre las vías y andenes
del recinto.
16. Parque Municipal de la Mitjana
Parque Municipal de la Mitjana, en Lérida
El Parque de la Mitjana es una zona verde de la ciudad de Lérida de tipo
fluvial donde se concentran pequeños lagos y bosques. Abarca una superficie
aproximada de 90 hectáreas y está situado al noreste de la ciudad y a lo
largo del recorrido del río Segre, aguas arriba de la represa del canal de
Seros.
El Parque Municipal de la Mitjana en Lérida es un ecosistema de gran valor
natural y ecológico que no podemos dejar de visitar. Si te apetece disfrutar
de un área natural ideal para pasear, hacer deporte y observar la fauna y la
flora de Lérida.
Se trata de un espacio natural situado a la entrada de la ciudad de Lérida,
que conserva en muy buen estado ecosistemas representativos del bosque de
ribera de la tierra baja mediterránea.
17. Parque de los Campos Eliseos de Lerida
El Parque de los Campos Elíseos (Camps Elisis) de Lérida es una zona
ajardinada de gran serenidad y elegancia, con numerosas especies botánicas y
árboles de diferentes clases.
El Parque de los Campos Elíseos se encuentra situado en la ribera izquierda
del río Segre a su paso por la ciudad de Lérida. Constituye una de las zonas
verdes más importantes de la ciudad. El inmenso jardín de estilo romántico
de los Campos Elíseos alberga la Rosaleda, el Café Chalet, el River Café, la
Glorieta y el Palacio de Cristal construido sobre un estanque.
A lo largo y ancho de este hermoso parque ilerdense se pueden encontar
jardines con diferentes especies botánicas y árboles de diferentes familias,
así como zonas de paseo y de juegos infantiles.
En este espacio se instalan los pabellones feriales y la "Fira de Sant
Miquel de Lérida" por San Miguel, feria internacional que se celebra a
finales de septiembre, así como otras muestras feriales y eventos culturales
que se suceden a lo largo de todo el año.
18. Otras Cosas que ver y hacer en Lérida
Iglesia de Sant Martín,
que fue construida en el siglo XII.
Desde su construcción ha servido como capilla, cuartel y prisión.
Actualmente se encuentra cerrada, de vez en cuando se organizan
conciertos.
Museo Depósito de Agua, nos
explica la relación de Lleida con el agua y sus fuentes y canales. Podéis
ver el depósito del agua del siglo XVIII donde el agua llegaba del canal
de Pinyana y se repartía por 6 fuentes en la ciudad. Tenía una capacidad
de 9 millones de litros.
Centro de Arte la Panera, un espacio cultural que organiza talleres y exposiciones.
Capilla de San Jaime, capilla dedicada originalmente a la virgen de las Nieves se construyó
en época musulmana donde estaba el barrio cristiano.
Capilla de San Jaime, Lérida
Actualmente está dedicado al culto del apóstol San Jaume en el interior de
este monumento incluido en la ruta catalana del peregrinaje del camino de
Santiago se puede admirar una escultura del Santo, obra de Jaime Gort.
Iglesia de Sant Pere,
pequeña iglesia del siglo XVIII en la plaza de San Francesc. Reposan los
restos del descubridor y conquistador Gaspar de Portola y de Rovira.
Pasear a orillas del Segre,
las orillas del río han sido rehabilitadas y tiene amplias zonas verdes
para pasear o hacer deporte.
La Casa de los Gigantes donde se exhibe de forma permanente la colección de 12 gigantes y
cabezudos, el conjunto más valioso de Cataluña e ideal para visitar Lleida
con niños
Las Adoberías en el número 9 de la rambla de Ferrán.
Son los restos de talleres de pieles del siglo XIII que se
conservan perfectamente y son las más antiguas de España..
19. De vinos y Tapas en Lérida
El mejor de todos es, sin duda, La Dolceta: caracoles, calçots y
carne a la brasa, con algunas delicias como los corazones crujientes de
alcachofa, y cava fresquito, fresquito. Buena carta de vinos y cavas.
Cuenta con un amplio parking y se recomienda reservar con tiempo.
Otro lugar indispensable, por ser un clásico de Lleida, es el
Bar Tófol. Ismael ha seguido la tradición del viejo bar de su
madre, la señora Ramona, a la que yo le iba a comprar helados en mi
mocedad. Hoy en día es uno de los lugares de tapas más afamados de Lleida
y donde concurre la “jet local”.
Almejas de “alto standing”, jamón, anchoas, berberechos y lo que ofrezca
Ismael ese día. Abierto de lunes a viernes, excepto en diciembre, que abre
los sábados. Grandes desayunos con callos y tortillas de todo tipo. Se
recomienda reservar jueves y viernes.
De repente, en un recoveco de la antigua carretera nacional II, en el
kilómetro 457.5 –conviene estar atentos a la maniobra- se encuentra un
trozo de Galicia en Lleida: el Restaurante Carballeira.
Su propietario, Ángel, lleva años fomentando la excelencia de la cocina
gallega en Lleida. Además, desde hace un año se pueden tomar tapas en la
terraza, lo cual es una delicia sin paliativos. Salpicón de langostinos
sin precedentes y sin equiparación, raviolis rellenos de marisco y setas,
y lo que ese día les recomiende Ángel.
Como el Carballeira, el Zeke no responde a ninguno de los clichés
que ustedes hayan podido oír o leer de lo que se come en Lleida. Un bar de
tapas a la altura del mejor que puedan encontrar por España. Gran carta de
vinos y cavas, jamón de Guijuelo, rollitos de langostino y aguacate,
brochetas de bacalao o de solomillo, arroz con esturión o alcachofas
rebozadas.
En los barrios también hay vida: en la zona centro, cerca de la estación
se encuentra el Bar Piñana. Menús asequibles y caseros, y buen
ambiente.
Y al final de la calle Mayor, en la zona peatonal de la calle Alcalde
Costa número 8, se encuentra La Bodegueta. Un bar entrañable con
tapas de buen jamón, chorizo, queso y lo que ese día se le ocurra a José.
Un último refugio para los pocos taurinos lleidatans que deciden salir del
armario.
Para los que quieran tomar tapas en un ambiente más relajado, con una muy
buena carta de vinos y unos platos de jamón y un surtido de quesos
interesantes, les recomendamos Almenara Gourmet, con tienda
gourmet, como su propio nombre indica. El único lugar de Lleida que vende
las famosas patatas en lata de pintura “Bonilla a la vista”.
20. Fiestas locales
Fiesta Mayor de primavera: coincidiendo con la festividad de San
Anastasio (patrón de la ciudad) se celebra la Fiesta Mayor de
primavera de Lérida a principios de mayo; durante los días que duran
las fiestas hay diversos actos entre los que destacan la Procesión y
Ofrenda Floral al Santo, la Batalla de moros y cristianos, el Concurso
de Fuegos Artificiales, o la Batalla de Flores.
Aplec del Cargol: quince días después de la Fiesta Mayor se celebra
l'Aplec del Cargol, fiesta gastronómica por antonomasia en la que se
degustan entre otros los célebres cargols a la llauna (caracoles) que
son un plato muy típico de Lérida.
La fiesta dura tres días (de viernes a domingo) y se celebra en el
Parque de los Campos Elíseos, donde las peñas o "les colles"
(agrupaciones de amigos) montan sus casetas. Los ciudadanos de Lérida
están muy implicados en ella y la consideran una de sus fiestas más
importantes.
El año 2004 fue declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional.
Fiesta Mayor de otoño: coincidiendo con la festividad de San Miguel se
celebra la Fiesta Mayor de otoño de Lérida a finales de septiembre.
Durante la semana se celebra la Feria de San Miguel (Fira de Sant
Miquel). Es una de las Ferias agrarias más antiguas e importantes de
España y tiene como sede el "Parque de los Campos Elíseos" ("Els Camps
Elisis"). Esta fiesta ha sustituido a la tradicional de la patrona de
la ciudad, la Virgen Blanca.
Tanto la Fiesta Mayor de primavera como la de otoño son presididas
simbólicamente por un grupo de doce gigantes emblemáticos, propiedad
de la Paeria: doña Violant y el infante Berenguer, Rey Jaime I el
Conquistador y Reina doña Leonor, Gigantes Chinos, el Rey Moro y doña
Zobeida, los Faraones y los emperadores romanos Marco Antonio y
Cleopatra.
Los gigantes Emperadores Romanos son los gigantes en activo más
antiguos de Cataluña, construidos en 1840 por el escultor Ramón
Corcelles, para que salieran a recibir a la reina Isabel II y a la
reina regente María Cristina, en la visita que realizaron a Lérida el
día 24 de junio de aquel año. Los gigantes Chinos, Reyes, Moros e
Infantes fueron construidos en el taller barcelonés "El Ingenio" entre
1946 y 1956 a partir de modelos creados por el escultor modernista
Lambert Escaler. Suelen salir acompañados por Lo Marraco, monstruo
totémico de la ciudad.
Romería de "Els Fanalets de Sant Jaume" ("Farolillos de Santiago"):
una pequeña capilla del siglo xiii situada en la calle Mayor,
conmemora el paso del Apóstol Santiago por Lérida, donde según una
leyenda, el apóstol se clavó una espina en su pie derecho siendo de
noche, y un ángel con un farolillo le dio luz para que pudiera
sacársela.
La noche víspera de Santiago ("Sant Jaume") los niños y niñas de
la ciudad recuerdan ese acontecimiento yendo en romería hasta la
Catedral Nueva, provistos de farolillos, que confieren a la procesión
religiosa un insólito aire de fiesta y verbena. El paso procesional
está constituido por una imagen en madera del apóstol, acompañada por
los Gigantes de la Ciudad y las principales autoridades.
Feria Expotren: feria sobre el ocio ferroviario. Se ha convertido en
la feria más importante de este tipo en el sur de Europa. Tiene lugar
cada año en el mes de marzo
21. y para comer en Lérida
C/ de Bobalà, 8,
25004, Lleida España
Kimo
Carrer de San Marti 61,
Restaurant Cal Tupinet
Placa Llac, Ag. Montella al Costat de L'església Del Poble,
+34 973 22 11 59
La Huerta
Avenida Tortosa, 7,
25005, Lleida España
+34 973 24 50 40
Carrer de San Marti 61,
25004, Lleida España
+34 973 23 25 33
Porco Dio
C/torres De Sanui 24,
25006, Lleida España
+34 873 49 38 90
y algo mas económicos:
Roma Lleida
2 Carrer Bisbe Messeguer,
25003, Lleida España
+34 973 26 12 44
Placa Llac, Ag. Montella al Costat de L'església Del Poble,
25725, Lleida España
+34 973 51 52 15
AV Estudi General, 10,
25001, Lleida España
+34 873 49 92 15
22. Otras Rutas Cercanas
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