Nuñez de Balboa (Izqda) y Hernando de Soto (Dcha) en Jerez de los Caballeros
Fundación de Santiago de Chile por Pedro de Valdivia

Los Mastines de Vasco Nuñez de Balboa
Y de la mano de los protagonistas de aquella gesta, la mayoría nacidos
en esta comunidad, cargo mi mochila para continuar recorriendo la ruta
de los conquistadores extremeños, aquellos personajes que llevaron su
nombre y el de sus pueblos al Nuevo Mundo.
Continuando con la Segunda parte de nuestra ruta de los Conquistadores,
salimos de Trujillo, donde acabamos la primera parte, y nos encaminamos
hacia Villanueva de la Serena, lugar muy vinculado a Pedro de Valdivia
Indice:
- Como llegar a Villanueva de la Serena
- Este es el Croquis de Nuestra Ruta
- Villanueva de la Serena
- Comer en Villanueva de la Serena
- Castuera y Pedro de Valdivia
- Medellín y Hernán Cortés
- Medellín
- Comer en Medellín
- Barcarrota y Hernando de Soto
- Jerez de los Caballeros y Vasco Núñez de Balboa
- Comer en Jerez de los Caballeros
- Otras Rutas Cercanas
1. Como llegar a Villanueva de la Serena:
La localidad se encuentra en las Vegas Altas del Guadiana, a tan solo
cinco kilómetros de su vecina y hermana Don Benito.
En el eje central extremeño que vertebra el río Guadiana, ambas ciudades
conforman la aglomeración urbana más importante de una zona que comprende
un tercio de toda Extremadura: las Vegas Altas, la Serena, la Siberia, la
comarca de Miajadas y las Villuercas.
2. Este es el Croquis de Nuestra Ruta:
3. Villanueva de la Serena
Villanueva de la Serena, Badajoz
La aldea dependía desde 1270 de la jurisdicción de Medellín. Fernando IV la
donó en 1303 a la Orden de Alcántara para su repoblación, bajo el nombre de
Aldeanueva de los Freires. Más adelante el nombre se cambió por el de Aldea
de Magacela (o Villanueva de Magacela) al pasar a depender de esta villa.
Finalmente, su actual denominación Villanueva de la Serena la encontramos
por primera vez en 1389, en un documento que aún se conserva del archivo del
Real Monasterio de Guadalupe.
Se ha datado un importante asentamiento tartésico, s. V a.c aproximadamente,
que junto a los de "Cancho Roano" (Zalamea de la Serena), "La Mata"
(Campanario) y "El Turuñuelo" (Guareña) conforman un área de vital importancia
en tan destacada como ignota cultura.
Dicho asentamiento se ubica en la confluencia de los ríos Guadiana y Zújar, en
el denominado cerro de Tamborrío y que está en la actualidad a la espera de su
datación, excavación y puesta en conocimiento, y que por diversos motivos las
diferentes autoridades han dejado en un lastimoso olvido.
Edad antigua
En época romana hubo cerca del actual enclave un poblado llamado "Portículus",
en un pequeño otero y como acceso o puerta, que podría entenderse como acceso
y entrada al camino que discurría por los campos de la actual comarca de la
Serena.
Tal puerta o acceso conectaba la Lusitania con la Beturia. Se han encontrado
algunos restos Arqueológicos, entre ellos una lápida con la inscripción:
”P.TALIUS:Q.F.PAP.LEG.X/HIC SITUS.EST."
Como antecedente del núcleo poblacional, aparece "Vesci", como aldea o núcleo
aislado y habitado, establecida desde el siglo I d.c. Otros autores,
como Ortiz de Thovar, que atribuyen a la localidad un origen más antiguo, pues
se remontan a la época de los túrdulos, noticia que recoge Bernabé Moreno de
Vargas en Historia de Mérida (datos del Excmo Ayto de Vva de la Serena).
Edad Media
En el siglo X los árabes levantaron un castillo en la margen derecha del río
Guadiana, algo más debajo de Vesci, que se llamó Almojáfar o Mojáfar. Más que
población se trataba de una atalaya a punto de defensa del río en esta zona.
En tiempos de Alfonso VII (siglo XII) la antigua Vesci aparece rehabilitado y
con el nombre de Aldeanueva. En 1232 el Maestre de Alcántara Arias Pérez toma
la fortaleza de Mojáfar edificándose sobre sus cimientos el castillo de
Castilnovo.
El siguiente Maestre alcantarino, Pedro Yánez, conquistó Magacela y otros
enclaves de la Serena que el rey concedió a la orden en 1234. El 29 de agosto
de 1259 se deslindan las jurisdicciones de Medellín y Magacela. En la primera
es incluida la pequeña aldea. Este motivo y los buenos servicios prestados por
el Maestre D. Gonzalo Pérez Gallego y sus paladines a Fernando IV, movió al
rey a donarla a la Orden de Alcántara en agosto de 1303, fechándose la
renuncia de los señores de Medellín en 1305.
Pronto se hicieron se hicieron sentir los efectos de la emancipación y la
nueva tutela de la orden conquistadora. Aldeanueva adquirió una importancia
progresiva gracias a su especial situación, como llave de La Serena.
Para garantizar la seguridad de la posesión Gonzalo Pérez Gallego la hizo
amurallar dejando tan sólo dos accesos en todo el recinto. El primero conocido
como Puerta de la Villa y hacia el oeste se encontraba la Puerta del Ochavo.
La calle más importante de la judería era la que hoy se conoce como Francisco
Pizarro y en ella se encontraba la Casa de la Tercia. La existencia de la
morería parece natural en esta zona si consideramos que Villanueva está
situada entre dos fortificaciones de origen árabe: Mojáfar y Magacela. La
importancia de la villa en esa época queda demostrada en la reunión de la Casa
de la Tercia o Cilla el 17 de marzo de 1313.
En el año 1362 consiguió la exención de la jurisdicción de Magacela y amplios
privilegios reales. Villanueva fue imponiéndose a todas las villas de la
Serena y las dignidades de la Orden de Alcántara fijan en ella su residencia
Maestral. En el transcurso de los años, más concretamente desde 1369 a 1417,
en ella se dictan reglas para administrar justicia entre moros y cristianos,
se conceden y firman privilegios y se da carta de exención de tributos.
Edad moderna
Entre los siglos XV y XVI se fue convirtiendo en la localidad más importante
de la Comunidad de la Villa y tierra de Magacela y en la cabeza de los 18
pueblos enclavados en el territorio de la Real Dehesa de la Serena, controlada
por la Orden de Alcántara, donde se aposentaban 220.000 cabezas de
ganado.
En 1490 y como consecuencia de las guerras, el abandono de las tierras de
cultivo y una peritraz sequía, los habitantes sufrieron falta de agua. El
concejo acuerda que se proceda a la apertura de pozos y una charca que sirva
de abrevadero. En las obras participaron todos los vecinos.
Los Reyes Católicos, para fortalecer su poder y evitar futuras disputas
internas del reino, obtuvieron del Papa la cesión de la Corona de los
Maestrazgos y de todas las rentas que la Mesa Maestral tenía en el partido de
la Serena. Hecha la renuncia se retiró a Villanueva y comenzó a edificar el
monasterio de los Freyres, a las afueras de la ciudad.
Ya en los siglos XVII y XVIII, aunque seguía dependiendo en el orden
eclesiástico de los Priores de Magacela, ocupó el lugar de villa libre. Por
ese motivo pidió y obtuvo licencia del Rey para edificar las casas
consistoriales y cuantos edificios fueran necesarios.
En estas fechas se construyeron edificios relevantes como: el Ayuntamiento
(1595), la Iglesia de la Asunción (1608), la torre de dicha iglesia (1635), la
casa de Pósitos, el convento de San Bartolomé de franciscanos descalzos y un
convento de franciscanas concepcionistas (1627).
En el transcurso de estos siglos, se celebraron en Villanueva numerosas Juntas
del Concejo de la Mesta y en el siglo XVIII alcanzaba la categoría de Plaza
Gobernador Militar y de cabeza del Partido de la Serena. La superficie del
Partido estaba incluida en el perímetro de la Real Dehesa de la Serena.
Edad contemporánea
Durante el siglo XIX Villanueva se configuró como uno de los municipios más
importantes de la provincia. De 5000 habitantes en el origen pasó a 12.000.
En la Guerra de la Independencia sufrió una grave situación de penuria Los
vecinos fueron obligados a suministrar recursos a las tropas hispánicas. Por
si eso fuera poco, fue objeto de saqueos y rapiñas por parte del ejército
francés. Con tristeza contemplaron como las llamas devoraban los tesoros del
Palacio Prioral que quedó completamente arrasado.
En 1820 se construye una Sociedad Patriótica. Se suceden los actos, discursos
y coplas en apoyo del nuevo régimen constitucional. Villanueva en 1869 era el
mayor núcleo comarcal con 2.717 vecinos (multiplicado por cuatro da el número
de habitantes).
A la caída del Antiguo Régimen la localidad se constituye en municipio
constitucional en la región de Extremadura. Desde 1834 es cabecera y sede del
Partido judicial de Villanueva de la Serena. En el censo de 1842 contaba con
1997 hogares y 7296 vecinos. En 1856 la reina Isabel II le concedió el título
de ciudad.
El período de la Restauración (1874-1931) se traduce como un relevo continuo
de las corporaciones locales. La figura más emblemática es el cacique, tan
bien retratado por el escritor villanovense Felipe Trigo.
El siglo XX comenzó con tumultos provocados por el terror a una plaga de
langosta que no se supo o no se pudo erradicar. En 1914 se creó una agrupación
de la Juventud Maurista y en 1919 se constituyó el Sindicato Católico Agrario
y la Caja Rural de Préstamos. Este período supuso un gran cambio en la
fisonomía de la ciudad.
Avalado por la buena coyuntura económica y las buenas relaciones con el
gobierno central, el alcalde D.Antonio de Miguel-Romero y Gil de Zúñiga,
acometió una serie de obras públicas que supusieron la modernización de la
ciudad, como el empedrado de calles, la carretera de Guadalupe o el Puente de
Guadiana.
El 27 de junio de 1915 fue colocada la primera piedra de dicho puente.
Antes de construir este puente la única manera de cruzar el río era vadearlo
en "La Barca". Tal medio de transporte dio nombre al camino que iba en esa
dirección.
En 1929 fue inaugurada la estatua de Pedro de Valdivia por el general Primo de
Rivera. El dictador visitó varias ocasiones la localidad y fue él quien
promovió la concesión de un tratamiento de Excelencia para el Ayuntamiento,
que fue otorgado el 6 de diciembre de 1926.
Durante la guerra civil, Villanueva fue leal a la República, cayendo en poder
del bando sublevado en julio de 1938 y sufriendo entonces los republicanos una
violenta represión por parte de las fuerzas franquistas. Antes de la entrada
de las tropas franquistas en Villanueva habían sido asesinadas por los leales
a la República más de 50 personas por sus ideas conservadoras.
Villanueva de la Serena ha experimentado en los últimos tiempos un
extraordinario desarrollo, habiéndose convertido en pocas décadas en una
ciudad moderna, abierta y dinámica, muy pujante en el terreno económico,
social y cultural, constituyendo, junto con Don Benito, un poderoso centro de
servicios, cuya influencia se proyecta con fuerza sobre todo el territorio
circundante.
La plaza de España: el Ayuntamiento y la iglesia de la Asunción
Pocos edificios llaman más la atención en Villanueva que su ayuntamiento.
Construido en 1583, este edificio de dos plantas y estilo renacentista,
muestra en el frontón de su fachada la enigmática sirena, símbolo de la
ciudad. Como si una Copenhague del sur se tratase, esta da origen al escudo
de la ciudad así como a las numerosas estatuas de sirénidos que se reparten
por plazas y rotondas.
Dentro del ayuntamiento se encuentra la oficina de turismo y justo enfrente,
con un talante más de paseante que de conquistador, la estatua de Pedro de
Valdivia, serón que incorporó Chile -con el nombre de Nueva Extremadura– al
Imperio español y fundó, claro está, la localidad chilena de La Serena.
A pocos metros de la casa consistorial, se yergue la iglesia de la Asunción.
Centro religioso de la ciudad, sigue trazas de estilo herreriano y hay que
admitir que sus dimensiones impactan. Su altura es considerablemente mayor a
las parroquias de las localidades vecinas, pudiéndose ver su torre
-finalizada en 1634- desde kilómetros de distancia.
La casa de la Tercia
La casa de la Tercia, recientemente restaurada, es el edificio más antiguo
que se conserva en Villanueva.
Casa de la Tercia, Villanueva de la Serena
Data del 1310 y servía como sede para las recaudaciones de impuestos, que
por aquel entonces se realizaban en grano.
Aquí era pues donde almacenaba. Según la web municipal, el edificio fue
protagonista de reuniones claves durante las guerras castellanas.
Como curiosidad, el edificio se encuentra en la antigua judería de la
localidad.
El monasterio o palacio prioral de San Benito y la capilla del Santo
Sepulcro
Dejamos el Medievo para adentrarnos hasta la Edad Moderna. Castilla y
España, en plena contrarreforma, no dejan de ver aumentar el número de sus
conventos y monasterios. Villanueva no es una excepción.
Si en tu visita quieres hacer un Tour, o necesitas comprar alguna entrada para Museo o actividad, en este enlace te lo solucionan aquí.
El primer edificio monacal erigido en esta ubicación se remonta a 1494, si
bien el actual data de finales del s. XVIII. Sus encalados y blancos muros
dieron cobijo en 1580 al rey Felipe II cuando se dirigía a Portugal con su
esposa Ana de Austria. Volvió a ser testigo de la historia -muy a su pesar-
cuando las tropas francesas decidieron saquearlo a su paso por Villanueva
durante la primavera de 1809.
La Jabonera
Avanzamos en el tiempo y, tras una larga y paupérrima Edad Moderna, nos
plantamos en la tardía y leve Revolución industrial en Villanueva.
La Jabonera, Villanueva de la Serena
A finales del siglo XIX se levanta al lado de la estación de ferrocarriles
la fábrica de jabón Gallardo, pionera en España por dar uso a un elemento
que las jaboneras desechaban hasta el momento: la glicerina.
Su éxito marcó el inicio de la industrialización extremeña.
Lo que se conserva hoy en día es la casa familiar de los dueños, cuyo
arquitecto, Aníbal González, fue el mismo que diseñara la plaza de España de
Sevilla.
Abandonada durante siglos -y casa fantasmagórica durante mi infancia- es hoy
sede de la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Villanueva de la Serena
tras una muy acertada rehabilitación. Justo delante de ella se expande el
moderno paseo lineal del Ferrocarril, también de reciente inauguración.
Palacio de Congresos ‘Vegas Altas’
Y con las mismas nos plantamos en el siglo XXI. No exento de polémica, en
2014 se inauguró -sin congresos- el palacio de Congresos de Villanueva de la
Serena, obra del estudio de Luis Pancorbo.
Entrando a la ciudad por la carretera de Castuera, este moderno cubo rodeado
de una estructura de soga da la bienvenida al pueblo. Un edificio
contemporáneo que muestra una nueva cara de Villanueva y una voluntad de
(¿por qué no decirlo?) sacudirse los rancios estereotipos vertidos ad
infinitum sobre Extremadura.
4. Comer en Villanueva de la Serena:
Calle San Benito, 1 Calle San Benito 1 bajo,
06700 Villanueva de la Serena España
+34 647 67 81 05
C/ Adolfo Díaz Ambrona, 2,
06700 Villanueva de la Serena España
+34 600 24 10 16
La Haba, 11 Bajo,
06700 Villanueva de la Serena España
+34 924 84 43 23
Casa de Pedro de Valdivia, Castuera
Con escasos medios, sin apenas más apoyo que su inteligencia y su intuición
militar y diplomática, logró en sólo dos años reducir al dominio español el
esplendoroso Imperio azteca, poblado, según estimaciones, por unos quince
millones de habitantes.
En la colindante iglesia de Santiago se encuentra el centro museográfico en el que se hace un recorrido por la historia de Medellín.
Restaurante Quinto Cecilio
urbanizacion Quinto Cecilio Metelo S/N,
5. Castuera y Pedro de Valdivia
Tras el buen yantar y vino de la tierra, me dispongo a llegar a
Castuera.
Un guía local me recomienda que visite la casa donde nació en el año
1500 Pedro de Valdivia.
Al adentrarme por su puerta me embarga la memoria del pasado; sus
paredes recuerdan la heroica conquista de Chile en 1541.
Trato de aligerar el paso no sin antes visitar el noble barrio de San
Juan con sus casas blasonadas, el Palacio de los Condes de Ayala y
alguna ermita.
Pedro de Valdivia, Conquistador de Chile.
A pesar de que su obra se perdió tras una contraofensiva liderada por los
caudillos araucanos Caupolicán y Lautaro, Pedro de Valdivia ha pasado a la
historia como uno de los principales protagonistas en la empresa de
conquista que siguió al descubrimiento de América.
Pedro de Valdivia
Militar desde muy joven, Pedro de Valdivia participó en las campañas de
Italia antes de pasar, en 1534, a Venezuela, y desde allí a Perú. En Perú
fue nombrado maestre de campo por Francisco Pizarro, a quien apoyó en sus
disputas con Diego de Almagro en 1538. E
n este contencioso participó en la batalla de Las Salinas, tras la cual
Pizarro le otorgó una encomienda en el valle de la Canela (Charcas) y una
mina de plata en Porco, y le encargó la conquista de Chile.
Valdivia partió de Cuzco en 1540 al frente de ciento cincuenta hombres y
llegó a Chile, donde exploró los valles del Copiapó, el Coquimbo y el
Mapocho. A orillas del río Mapocho fundó en febrero de 1541 Santiago de la
Nueva Extremadura (la actual Santiago), que le sirvió de base para la
exploración y conquista del resto del territorio.
Poco tiempo después, aprovechando una expedición punitiva de Valdivia a
Cachapoal, los indígenas de Aconcagua destruyeron Santiago, que no tardó
en ser reconstruida. Prosiguió sus exploraciones y en 1544 fundó la ciudad
de La Serena, en el valle de Coquimbo, para facilitar las comunicaciones
con Perú.
Después de solicitar sin éxito a Perú y a la corte recursos para continuar
con la exploración, Pedro de Valdivia se presentó en Lima en 1547. Allí
intervino en las guerras civiles al lado del partido del virrey y fue
ratificado en su cargo de gobernador de Chile en 1549.
En permanente lucha con los araucanos, Valdivia se dedicó a partir de
entonces a reorganizar las poblaciones destruidas por los indígenas,
emprendió nuevas expediciones por el territorio chileno y fundó otras
ciudades, entre ellas Concepción (1550) y Valdivia (1552).
Cuando la resistencia indígena parecía sofocada, los caudillos araucanos
Caupolicán y Lautaro encabezaron una sublevación general. Sorprendido por
los indios en Tucapel, Pedro de Valdivia murió en combate el día de
Navidad de 1553.
Resulta explicable que la prisa espolee mi caminar. Y es que, nada más
salir de la localidad de Don Benito, por la C-520, puedo divisar con
nitidez el castillo de Medellín, patria del conquistador Hernán
Cortés.
Este municipio tiene hoy asimismo nombre de ciudad tanto en México,
donde el extremeño acabó con el Imperio Azteca, como en Colombia y
Filipinas.
Quizá de origen celta, sobre Medellín fundaron los romanos una urbe en
la que llama mi atención su teatro. Aquí también hay que ver y admirar
su fortaleza amurallada o castillo, uno de los más recios e
inexpugnables de España.
6. Medellín y Hernán Cortés
(Medellín, Badajoz, 1485 - Castilleja de la Cuesta, Sevilla, 1547)
Conquistador español de México. Pocas veces la historia ha atribuido al brío
y determinación de un solo hombre la conquista de un vasto territorio; en
esta reducida lista se halla Hernán Cortés, que siempre prefirió quemar sus
naves a retroceder.

Hernán Cortés
De todos los Cinquistadores, Cortés fue el capitán más culto y más capaz, y
aunque ello no sirva de atenuante, lo impulsó también un gran fervor
religioso; su conciencia moral llegó a plantearle si era lícito esclavizar a
los indios, una duda insólita en los albores del proceso colonizador que
siguió al descubrimiento de América.
Procedente de una familia de hidalgos de Extremadura, Hernán Cortés estudió
brevemente en la Universidad de Salamanca.
En 1504 pasó a las Indias, recién descubiertas por Cristóbal Colón, y se
estableció como escribano y terrateniente en La Española (Santo Domingo).
En 1511 participó en la expedición a Cuba como secretario del
gobernador Diego Velázquez de Cuéllar, con quien emparentó al casarse con su
cuñada; Velázquez le nombró alcalde de la nueva ciudad de Santiago.
En 1518 Diego Velázquez puso a Hernán Cortés al mando de una expedición a
Yucatán; sin embargo, el gobernador desconfiaba de Cortés, a quien ya había
encarcelado en una ocasión acusado de conspiración, y decidió relevarle del
encargo antes de partir.
La expedición de Cortés
Advertido Cortés, aceleró su marcha y se hizo a la mar en 1519, antes de
recibir la notificación. Con once barcos, unos seiscientos hombres,
dieciséis caballos y catorce piezas de artillería, Hernán Cortés navegó
desde Santiago de Cuba a Cozumel y Tabasco; derrotó a los mayas allí
establecidos y recibió (entre otros regalos) a la india doña Marina, también
llamada Malinche, que le serviría como amante, consejera e intérprete
durante toda la campaña.
Desobedeciendo órdenes expresas del gobernador Velázquez, fundó en la costa
del golfo de México la ciudad de Veracruz, llamada entonces Villa Rica de la
Vera Cruz.

Expedición de Cortés
La conquista del Imperio azteca
Allí tuvo noticias de la existencia del Imperio azteca en el interior, cuya
capital se decía que guardaba grandes tesoros, y se aprestó a su conquista.
Para evitar la tentación de regresar que amenazaba a muchos de sus hombres
ante la evidente inferioridad numérica, Hernán Cortés hundió sus barcos en
Veracruz; de este episodio procede la frase hecha quemar la naves, expresión
de una determinación irrevocable. Pronto logró la alianza de algunos pueblos
indígenas sometidos a los aztecas, como los toltecas y tlaxcaltecas.
Tras saquear Cholula, Cortés llegó a la capital azteca, Tenochtitlán, en
donde fue recibido pacíficamente por el emperador Moctezuma II, que se
declaró vasallo del rey de Castilla. La posible identificación de los
españoles con seres divinos y de Cortés con el anunciado regreso del dios
Quetzalcoátl favoreció quizá esta acogida a unos extranjeros que, sin
embargo, empezaron enseguida a comportarse como invasores ambiciosos y
violentos.

El asalto a Tenochtitlán (óleo de Emanuel Leutze)
Mientras tanto, para castigar la rebeldía de Cortés y obligarlo a volver a
Cuba, el gobernador Diego Velázquez envió contra él una expedición al mando
de Pánfilo de Narváez. Cortés hubo de dejar la ciudad a su lugarteniente
Pedro de Alvarado para hacer frente a las tropas de Narváez, a las que
derrotó en Cempoala en 1520, consiguiendo además que se uniese a él la mayor
parte del contingente.
Cuando regresó a Tenochtitlán, Cortés se encontró con una gran agitación
indígena contra los españoles, provocada por los ataques realizados a sus
creencias y símbolos religiosos y por la matanza que había desencadenado
Pedro de Alvarado para desbaratar una supuesta conspiración. Cortés hizo
prisionero a Moctezuma II e intentó que éste mediara para calmar a su
pueblo, sin lograr otra cosa que la muerte del emperador.
Hernán Cortés se vio entonces obligado a abandonar Tenochtitlán en la
llamada «Noche Triste» (30 de junio de 1520), en la que su pequeño ejército
resultó diezmado. Refugiado en Tlaxcala, siguió luchando contra los aztecas
(ahora bajo el mando del emperador Cuauhtémoc), a los que venció en la
batalla de Otumba; y, finalmente, cercó y tomó Tenochtitlán (1521).
Destruida la capital azteca, construyó en el mismo lugar (una isla en el
centro de un lago) la ciudad española de México.
Gobernador de Nueva España
Dominado ya el antiguo Imperio azteca, Cortés lanzó expediciones hacia el
sur para anexionar los territorios de Yucatán, Honduras y Guatemala. Los
detalles de la conquista de México, así como los argumentos que justificaban
las decisiones de Hernán Cortés, fueron expuestos en las cuatro Cartas de
relación que envió al rey. En 1522 fue nombrado gobernador y capitán general
de Nueva España, nombre que dieron los conquistadores al territorio
mexicano.
Sin embargo, la Corona española (ya en manos de Carlos V) practicó una
política de recorte de los poderes de los conquistadores para controlar más
directamente las Indias; funcionarios reales aparecieron en México enviados
para compartir la autoridad de Cortés, hasta que, en 1528, fue destituido y
enviado a la Península.
En España salió absuelto de todas las acusaciones e incluso fue nombrado
marqués del Valle de Oaxaca, además de conservar el cargo honorífico de
capitán general, aunque sin funciones gubernativas. De vuelta a México en
1530, todavía organizó algunas expediciones de conquista, como las que
incorporaron a México la Baja California (1533 y 1539).
Regresó nuevamente a España para intentar obtener mercedes de la Corona por
los servicios prestados, para lo cual llegó a participar en una expedición
contra Argel en 1541, pero sus reclamaciones nunca obtuvieron plena
satisfacción; mientras aguardaba respuesta, se instaló en un pueblo cercano
a Sevilla, en donde reunió una tertulia literaria y humanística y pasó los
últimos seis años de su vida.
La ruta continúa por la provincia de Badajoz, pues Medellín fue la tierra
natal de Hernán Cortés, que preside la plaza del pueblo en forma de estatua.
El topónimo de esta villa aún se conserva en ciudades de Colombia, México y
Argentina.
7. Medellín
Esta milenaria villa, cuna extremeña del célebre conquistador Hernán Cortés,
ineludible paso sobre el río Guadiana durante siglos, tierra de clima suave
y lugar de reflexión gracias a la misteriosa energía que fluye entre sus
colinas y a lo largo de su fértil llanura, escenario de maravillosos
atardeceres.
Medellín fue una de las poblaciones romanas más antiguas conocida con el
nombre de Metellinum y estando ubicada cerca de la Vía de la Plata.
Por ella también pasaron árabes y cristianos tras la reconquista. Pero
si por algo es famosa esta localidad es por haber sido lugar de nacimiento
de Hernán Cortés, conquistador de México.
Qué ver en Medellín
A Medellín llegamos por un largo puente de piedra de 400 metros y 20 arcos
sobre el río Guadiana.
Puente de acceso a Medellín
Data del siglo XVII, pero el original ya se construyó en la época romana y,
desde entonces, ha sido lazo de comunicación entre comarcas.
Teatro romano
Del siglo I, es el principal atractivo del lugar.
Está ubicado a los pies del castillo medieval y ha sido abierto al público
hace relativamente poco, en el año 2013, tras diversas excavaciones y
obras de restauración.
En la colindante iglesia de Santiago se encuentra el centro museográfico en el que se hace un recorrido por la historia de Medellín.
Castillo medieval
Castillo Medieval de Medellin
Otra de las joyas del lugar, data del siglo XIV y está ubicado en un
cerro desde el que se controla el Guadiana, por lo que fue muy
codiciado a lo largo de la historia.
Tiene una muralla doble que lo rodea.
En las inmediaciones del teatro y el castillo también está la iglesia de San
Martín, en la que fue bautizado Hernán Cortés.
Plaza de Hernán Cortés
En ella se encuentra el ayuntamiento, pero destaca la estatua de Hernán
Cortés.
También se conservan restos de los cimientos de la casa donde nació Hernán
Cortés y en la que residió con sus padres; una gran piedra nos muestra dónde
estaba la habitación en la que nació el conquistador.
En el suelo, frente a las casas de los números 23 y 24, hay restos de tres
posibles hornos romanos, de formas rectangular y semicircular; no son
fáciles de apreciar puesto que se trata de las siluetas marcada en un color
más oscuro.
Desde la plaza se ve la parte trasera de la iglesia de Santa Cecilia, del
siglo XVI y dedicada a la patrona de la localidad.
Otro lugar interesante para visitar es el centro cultural Quinto Cecilio
Metello, en honor al fundador de Medellín, el cónsul Quintus Caecilius
Metellus Pius.
Está en la carretera de la estación y en su interior se expone un mosaico
romano del siglo II encontrado en la finca de las Galapagueras.
Para terminar, es muy importante planificar la visita para un día que NO sea
lunes o martes por la mañana, pues encontraréis todo cerrado.
Y cómo no, pudimos disfrutar de la gastronomía de la zona, con unas migas y
un secreto ibérico… ¡¡mmmmmm!!
8. y para comer cerca de Medellín:
urbanizacion Quinto Cecilio Metelo S/N,
06411 Medellín España
+34 924 82 24 05
Komoloc
Calle Consuelo Torres, 10,
06400 Don Benito España
+34 924 80 52 90
06400 Don Benito España
+34 924 81 10 88
DosPuñados
Plaza del Museo, 1,
06400 Don Benito España
+34 603 44 60 90
Camino Guadiana 6,
06411 Medellín España
+34 924 82 28 80
y algo mas económicos:
PACO YUMA Cafe Bar
Plaza de Espana 6,
06411 Medellín España
+34 924 82 28 28
Fuente de barros 31 Bajo,
06400 Don Benito España
+34 924 33 87 07
Avenida Madrid 1,
06400 Don Benito España
+34 924 80 48 93
SaAlimos hacia Barcarrota, Patria Chica del Explorador Hernando de Soto
9. Barcarrota y
Hernando de Soto

(Villanueva de Barcarrota, España, 1500-en el río Mississippi, actual EE
UU, 1542) Conquistador y explorador español.
Viajó a América y participó en la expedición de Gaspar de Espinosa que
descubrió la costa de Nicaragua, y luego en la conquista de este
territorio, a las órdenes de Hernández de Córdoba, en 1523.
Hernando de Soto
En 1532 emprendió viaje como tercer capitán en la expedición de Francisco
Pizarro al Perú, donde colaboró en la conquista del Tahuantinsuyo (el
Imperio Inca).
Como recompensa recibió la encomienda de Piura, y acumuló una gran fortuna
después del reparto que Pizarro hizo del tesoro que Atahualpa había pagado
infructuosamente por su libertad. Al igual que el resto de los
conquistadores, se erigió en miembro de una nueva nobleza militar que
basaba su poder en las grandes propiedades señoriales conseguidas en
América.
Enemistado con Pizarro en 1535, regresó a España, donde casó con Isabel de
Bobadilla, hija del gobernador Pedrarias, tras lo cual consiguió una
capitulación de la Corona para colonizar la Florida, además de los títulos
de adelantado de la Florida y gobernador de Cuba.
En 1538 arribó con sus hombres a La Habana y, tras reedificar el fuerte,
partió hacia la Florida. Desembarcó en la bahía del Espíritu Santo
(Tampa), desde donde se adentró en el continente, para luchar a partir de
ese momento sin descanso contra el clima y los indios hostiles.
Durante tres años, su exploración de las llanuras del sur de los actuales
Estados Unidos fue una marcha desesperada por conseguir unas imaginarias
riquezas. Llegó a Alabama en octubre de 1540 y descubrió el Mississippi,
uno de los mayores ríos del mundo.
Tras cruzarlo a la altura de la actual Memphis, alcanzó las mesetas que
flanquean el río White, en la confluencia con uno de los principales
afluentes del Mississippi, el Ohio, y regresó luego hasta el gran río,
donde, gravemente enfermo, murió.
Barcarrota
La zona de Barcarrota posiblemente estaba poblada desde los primeros
tiempos íberos, ya que existen una serie de vestigios líticos de factura
funeraria que atestiguan su temprano poblamiento.
Entre estos vestigios, tenemos la mayor concentración de sepulcros
prehistóricos de la provincia de Badajoz, además de contar con los
dólmenes conocidos como “El Milano” y “La Lapita”, que
atestiguan el poblamiento prehistórico.
Hoy no se conoce ningún indicio de su antiquísimo poblamiento, ya que se
presume que los cimientos del asentamiento actual fueron obra de los
árabes durante la invasión y repoblación de aquella zona.
Dolmen de la Lapita, Barcarrota
Posteriormente a los avatares de la Reconquista, Barcarrota se convirtió
en feudo del obispado de Badajoz.
En 1336, durante el reinado de Alfonso XI de Castilla, las tropas del rey
Alfonso IV de Portugal sitiaron la ciudad de Badajoz, y poco después, las
tropas castellanas a las órdenes de Enrique Enríquez el Mozo, bisnieto de
Fernando III, Pedro Ponce de León el Viejo, señor de Marchena, y Juan
Alonso Pérez de Guzmán, segundo señor de Sanlúcar de Barrameda, derrotaron
a las tropas del rey Alfonso IV de Portugal en la batalla de Villanueva de
Barcarrota, y con su victoria obligaron al rey de Portugal a levantar el
asedio de Badajoz.
Plaza de importancia estratégica, Barcarrota era codiciada por Juan
Alfonso de Alburquerque, ya que este poseía en la región otras poblaciones
de importancia. Juan Alfonso de Alburquerque consiguió en 1344 que Alfonso
XI el Justiciero le vendiera la villa de Barcarrota, pero no se llevó a
cabo la transacción por las protestas que se suscitaron entonces, y
Barcarrota quedaría como feudo de Badajoz.
Por su situación en el área de Olivenza, Barcarrota sufrió las
consecuencias de las campañas militares resultado de la disputa
territorial entre portugueses y castellanos, desde antes de la guerra de
los Cien Años.
Plaza de Toros y Castillo de Barcarrota, Badajoz
Durante la Guerra de Separación de Portugal, Barcarrota sufriría también
la devastación y el asedio constante de los ejércitos portugueses, al
igual que lo sufriría Valverde de Leganés y los demás pueblos fronterizos
de la comarca.
La villa de Barcarrota, de vieja historia y rancia solera, no podía quedar
ajena al proceso explorador y conquistador del territorio americano desde
el Sur de Norteamérica hasta el Estrecho de Magallanes. Barcarrota
contribuyó a ese proceso con más de un centenar de conquistadores y
pobladores.
Entre los capitanes más destacados figuran el capitán Gómez de Tordoya y
Juan de Acosta, conquistadores de Perú, y Francisco de la Bastida, que
como componente de los que actuaron con Diego García de Paredes, se
encuentra entre los que fundaron Trujillo en Venezuela. Rodrigo de la
Bastida, padre de Francisco, fue gobernador de la Provincia de Venezuela
entre 1534 y 1535.
También nació en Barcarrota el famoso conquistador Hernando de Soto,
descubridor de Florida. La familia de De Soto poseía en la villa de
Barcarrota propiedades rústicas. Este adelantado, conquistador y
explorador estuvo en tierras de Norte, Centro y Sudamérica.
y llegamos al Punto Final de nuestra Ruta
10. Jerez de los Caballeros y Vasco Núñez de Balboa
Llego hasta Jerez de los Caballeros Vasco Núñez de Balboa y
Diego de Albitez me salen al paso a la búsqueda de emociones propias
de la conquista-descubimiento de América.
De glorioso pasado templario, la visita a la localidad me abruma por la
belleza de su excelso patrimonio: hermosos templos parroquiales con torres
inigualables como la de San Bartolomé,
San Miguel o Santa María conviven en preciosa armonía con plazas, palacios,
fuentes, conventos, ermitas y hasta un castillo. Acostado sobre las faldas
de Sierra Morena, en este municipio declarado
Conjunto Artístico Monumental la sombra del descubridor del océano
Pacífic permanece perenne entre sus rincones.
El camino llega a Jerez de los Caballeros, localidad natal de Vasco Núñez
de Balboa, quien en 1513 avistó la inmensidad de un océano al que llamó
Mar del Sur, un hito que cambió el mapa del mundo, propició el intercambio
de riqueza entre continentes y puso el nombre de Extremadura en el altar
de los ilustres; una tierra que ya sea por su cercanía o su modestia, pasa
injustamente desapercibida a ojos de muchos. Ahora es el momento de que
sea el viajero quien la descubra a ella.
Vasco Núñez de Balboa

Vasco Núñez de Balboa
En 1501 emprendió su primer viaje con la expedición de Rodrigo de Bastidas
a través de las islas del Caribe que pertenecen a la actual Colombia
(Santa Marta, Cartagena y golfo de Urabá o Darién), durante la cual se
exploró el litoral de Colombia y Panamá.
A continuación intentó establecerse en La Española (Santo Domingo), pero
la suerte no le acompañó y únicamente contrajo deudas.
En 1508, Alonso de Ojeda y Diego de Nicuesa crearon dos nuevas
gobernaciones en las tierras comprendidas entre el cabo de la Vela
(Venezuela) y el cabo de Gracias a Dios (Nicaragua).
A la gobernación del este, que comprendía el litoral de Venezuela y
Colombia, se la denominó Nueva Andalucía, y a la situada al oeste (Panamá,
Costa Rica y Nicaragua), Castilla del Oro.
En 1509 Vasco Núñez de Balboa, huyendo de sus acreedores de Santo Domingo,
se embarcó como polizón en la expedición mandada por Martín Fernández de
Enciso que salía al encuentro de Alonso de Ojeda, quien había fundado en
Nueva Andalucía el establecimiento de San Sebastián de Urabá, dejando en
él a un grupo de hombres al mando de Francisco Pizarro.
Poco después de su llegada, Núñez de Balboa adquirió popularidad entre sus
compañeros gracias a su carisma y a su conocimiento de aquellas tierras,
adquirido en la expedición de Bastidas. Más tarde, el regimiento se
trasladó a Darién, donde Núñez de Balboa fundó en 1510 el primer
establecimiento permanente en tierras continentales americanas, Santa
María de la Antigua del Darién.
Elegido alcalde, envió emisarios a Diego de Nicuesa invitándolo a
establecerse como gobernador en la Antigua. Nicuesa consideró el gesto
como una intromisión y encabezó una misión de castigo, pero Balboa lo
venció, y Nicuesa fue abandonado a su suerte en un barco que se perdió en
el mar.
En 1511, Núñez de Balboa obtuvo el cargo de gobernador. Movido por el
propósito de encontrar el mar del que hablaban los indígenas, se internó
en el continente y el 25 de septiembre de 1513 culminó una de las
exploraciones más relevantes del descubrimiento de América con el
descubrimiento del Mar del Sur, nombre que Núñez de Balboa dio al océano
Pacífico.
Al tener noticias de que su suegro iba a ser sustituido, regresó a
Acla para prestarle apoyo, pero Pedrarias Dávila lo acusó de conspirar
contra la Corona, y el descubridor fue juzgado, condenado a muerte y
ejecutado en Acla.
Jerez de los Caballeros
Blanca villa de pétreas torres, Jerez de los Caballeros es una de las
últimas poblaciones españolas en Badajoz antes de cruzar la frontera
con Portugal. Rodeada de dehesas donde plácidamente engordan los
mejores cerdos ibéricos, esta pequeña población de unos 10.000
habitantes es hoy un remanso de paz que ha conocido más de un
conquistador ajeno y propio.
Tan al sur y tan al oeste de la Península, las tierras de Extremadura
han visto pasar por sus campos a fenicios, romanos (Jerez, a secas aquí,
se encontraba estratégicamente situada entre Itálica y Emérita Augusta)
y a los invasores árabes.
Fueron los caballeros templarios los que apoyaron la reconquista de la
ciudad y en ella se establecieron, mejorando y ampliando la antigua
Alcazaba musulmana para convertirla en la Fortaleza Templaria que hoy se
puede visitar libremente.
Castillo Templario de Jerez de los Caballeros, Badajoz
Jerez de los Caballeros abandera el legado templario en Extremadura,
por ser donde la Orden tuvo más influencia.
Su nombre, precisamente, cambió de Jerez de Badajoz a Jerez de los Caballeros, para reconocer el importante papel de los templarios en su reconquista a los musulmanes.
Su nombre, precisamente, cambió de Jerez de Badajoz a Jerez de los Caballeros, para reconocer el importante papel de los templarios en su reconquista a los musulmanes.
Jerez de los Caballeros tiene una calle Templarios y la famosa Torre
Sangrienta, en la que ondea la bandera blanca con cruz roja.
En ella murieron degollados 60 caballeros que se
negaron a entregar la localidad a Fernando IV, los últimos
templarios rebeldes, que además fueron arrojados desde las
almenas.
La leyenda cuenta que prometieron volver y por eso hay quien
dice que se les oye silbar en noches de luna llena, llamando
a sus caballos para ir a Tierra Santa.
Ese pasado se recuerda cada verano en el Festival Templario
de Jerez de los Caballeros, que durante cuatro días de julio
recrea la historia con campamentos militares, mercados,
pasacalles, música y un sinfín de personajes de época, que
atraen a cientos de visitantes.
En cualquier época del año, Jerez de los Caballeros es uno
de los destinos en los que dar paseos con encanto por
Extremadura.

dejamos para el final del dominio de los templarios en
Extremadura, a esta ciudad que fue donde mayor influencia
tuvo la Orden y donde terminó con más trágico fin.
A ser reconquistada la ciudad por las tropas de Fernando III
El Santo, este rey le dio el nombre de Jerez de Badajoz,
pero como en su reconquista tomaron parte muy activa los
templarios, en memoria de éstos se la empezó a denominar
Jerez de los Caballeros que es su actual nombre.
Puerta del burgo en Jerez de los Caballeros
Como un Bailiato independiente vivió la ciudad hasta la
desaparición de la Orden en 1312 y es aquí cuando empieza la
tragedia pues los templarios quisieron mantener aquí su
poder, no en contra de la orden papal de disolución, sino
contra el poder real, haciendo fuertes a las tropas de
Fernando IV, siendo derrotados por estas.
Y en la que hasta hoy se la conoce con el nombre de Torre
Sangrienta, fueron degollados más de sesenta templarios.
Tras la derrota de la Orden del Temple, pasó la ciudad a la
Orden Militar de Santiago.
El castillo sufrió grandes desperfectos en las guerras con
Portugal, siendo reparado por la Orden de Santiago en el
siglo XV. Después se le adosaron diversas edificaciones para
convertirlo en cuartel, pero aún en su actual ruina conserva
la apariencia de lo que fue.
Corría el año 1312 cuando una bula papal (Vox clamantis) decretada
por Clemente V disolvió la Orden del Temple.
Por aquellos entonces, en Jerez de los Caballeros, en la Baja
Extremadura, una fortaleza Templaria destacaba por su grandeza. La
vieja muralla de origen musulmán había sido reconstruida y ampliada
por el Temple, contando el recinto amurallado con cinco torres
defensivas: la del Homenaje, la de Las Armas, la del Carbón, la de
La Castilla y la de la Veleta.

Reinaba entonces Fernando IV, “El Emplazado”, quien
obedeciendo al Papa , firmó la Disposición Real que obligaba a los
templarios a entregar sus tierras y renegar de la Orden o morir en
la hoguera por herejes.
Sin embargo, los Caballeros de Jerez, envalentonados por los grandes
logros conseguidos en las constantes escaramuzas debidas a la
cercanía del asentamiento con Al-andalus decidieron desobedecer la
sentencia real y defender el sitio.
Aguantaron el asedio hasta verse cercados y acorralados en la Torre
del Homenaje, donde finalmente penetraron las tropas reales,
degollando a los caballeros templarios y arrojando sus cuerpos por
las almenas.
Desde entonces a esta torre se la conoce como “la
Torre sangrienta”.
Cuentan en Jerez de los Caballeros que los espíritus de aquellos
Templarios aún viven en la fortaleza, y que a pesar de que nunca
nadie los haya visto vagar por ella, son muchos los que en las
oscuras noches los han oído llamar a sus caballos con silbidos de
ultratumba, para que los lleven a Tierra Santa y velar por los
peregrinos que a ella se dirigen, tal y como juraron en vida.
En julio se organiza el Festival Templario.
En una finca cercana a Jerez, también tuvieron los templarios un
magnífico castillo llamado de La Granja, el cual también
sufrió gran daño.
Hoy día este castillo es de propiedad particular habiéndolo su actual dueño reparado, manteniéndose así en perfecto estado, si bien algunas de sus torres fuertes no tienen la grandeza que tuvieron antiguamente y su aspecto actual es al igual señorial y guerrero.

Su actual dueño debe ser aplaudido por el esfuerzo que supone el haber conservado tan magnífico monumento.
11. Si aquí nos
apetece comer algo, podemos ir a un par de sitios
Restaurante La Ermita
Calle Del Doctor Benitez, 9, 06380
Restaurante La Ermita
Calle Del Doctor Benitez, 9, 06380
Jerez de los Caballeros, España
+34 924 75 10 09
+34 924 75 10 09
IL Mesón
Travesía Plaza de Toros, 7, 06380
Travesía Plaza de Toros, 7, 06380
Jerez de los Caballeros, España
+34 924 10 47 64
+34 924 10 47 64