Uno de los hayedos más bonitos de España se encuentra en Segovia y es el Hayedo de Pedrosa, un bosque que irradia magia nada más adentrarnos en él.
Hayedo de Pedrosa, Segovia
El Hayedo de Pedrosa se localiza en Riofrío de Riaza, en el llamado Puerto de la Quesera en Segovia, haciendo frontera con Guadalajara y muy cerquita de la Comunidad de Madrid.
Hayedo de Pedrosa, Segovia
El Hayedo de La Pedrosa, está incluido en la Red de Espacios Naturales de Castilla y León, situado entre las localidades de Riofrío de Riaza (Segovia) Majaelrayo (Guadalajara) en la vertiente norte del Macizo de Ayllón, a una altura de 1.430 m, con una extensión de 87,175 Ha.
Su altitud que está entre 1.500 y 1.700 metros sobre el nivel del mar y que está incluido en la Red Natura 2000.
Como curiosidad debéis saber que el Hayedo de Pedrosa es uno de los hayedos más meridionales del mundo y está formado por bellas hayas, muchas de ellas centenarias de espectacular belleza.
Las formas que adaptan estas hayas y que están cubiertas de musgo y líquenes, confieren al bosque ese toque de magia que nos transporta hasta bosques de duendes y hadas, dejando dar rienda suelta a nuestra imaginación haciéndonos volver a creer en seres fantásticos.
La mejor época para visitar el Hayedo de Pedrosa es en otoño ya que es cuando las hayas cambian el color de sus hojas creando un espectáculo natural visual con su amplia paleta de colores otoñales.
Otro de los atractivos de este entorno natural son las vistas al valle del río Riaza y su embalse.
Indice:
- Como llegar al Hayedo de Pedrosa
- Algo de Historia
- Flora
- Fauna
- rutas por el Hayedo de Pedrosa
- Senderismo en el Hayedo de Pedrosa
- Riaza
- Comer en Riaza
- Otras Rutas Cercanas
1. Como llegar al Hayedo de Pedrosa
Si no sabéis como llegar al Hayedo de Pedrosa los mejor es ir a Riaza y desde aquí, a las afueras del pueblo, coger dirección Pueblos Rojos, seguidamente en la rotonda coger la salida hacia La Pinilla / Riofrío hasta el Puerto de la Quesera, lugar de entrada al hayedo mágico.
Una vez lleguemos hasta el hayedo debemos aparcar en el parking que hay para tal fin, cuidado porque es un parking pequeño y en fin de semana, y sobretodo en otoño, el parking se llena, por lo que si vamos en estas fechas recomendamos aparcar en Ríofrío y darnos un buen paseo desde aquí.
No os preocupeis por llegar al parking ya que hay señales que lo van indicando.
Las montañas de la sierra de Ayllón están pobladas desde tiempos ancestrales.
Arévacos por el este, vacceos por el norte y carpetanos por el sur, a los que siguieron celtas y celtíberos poblaron los valles de la sierra atraídos por la caza y las posibilidades ganaderas así como por el aislamiento que proporcionaban sus montañas permitiéndoles una mejor supervivencia ante los pueblos vecinos.
Desde los siglos III o II a. C. permanecieron en la zona los romanos.
La crisis del Imperio en el siglo III provoca que la población de la zona se concentre en las grandes villas latifundistas localizadas en las zonas de Riaza, Atienza y Cogolludo en régimen de autarquía.
Sin embargo, los pobladores del macizo de Ayllón, debido al aislamiento de la zona, prácticamente continuaron con su vida invariable.
El asentamiento de los visigodos en el siglo VI en la península ibérica, que continúan con las estructuras feudales del Bajo Imperio romano, no afectaría a la forma de vida ni al asentamiento poblacional en la sierra de Ayllón, permaneciendo así hasta la llegada de los musulmanes a la península ibérica en el siglo VIII.
Durante los primeros siglos de dominio musulmán se mantuvieron las prácticas pastoriles y ganaderas de la zona hasta el siglo XI, fecha de la llegada de la conquista cristiana al Sistema Central, convirtiéndose así la sierra de Ayllón en frontera entre el reino cristiano de Castilla al norte y el musulmán Taifa de Toledo al sur.
Este hecho conlleva una creciente inestabilidad en todo el Sistema Central lo que provoca la despoblación de la zona y la emigración de la población a las mesetas del norte y del sur de las montañas de Ayllón.
Con la conquista en el año 1085 por parte de Alfonso VI de lo que a partir de entonces se llamaría la Extremadura Castellana y el consecuente traslado de la frontera de lucha a las riberas del río Tajo, se volverían a repoblar desde entonces y hasta finales del siglo XIII con castellanos, leoneses y gallegos los valles del macizo de Ayllón con gente nuevamente ganadera.
Muchas de las antiguas tinadas fueron reconvirtiéndose en pequeñas aldeas con población permanente que mantuvieron las formas de vida de antes de la despoblación.
La repoblación monástica fue concedida por Alfonso VIII en 1164 y corrió a cargo de los caballeros Templarios de la casas de Albendiego y Bonaval, que fundaron pequeños monasterios como el de Santuy.
Comunidades de Villa y Tierra de la Extremadura Castellana.
La creación en 1214 de un convento y una fábrica en Ayllón por parte de Francisco de Asís daría fuero a la villa y concediéndole como Común de Tierra lo que hoy se conoce como Tierras de Ayllón, de ahí el nombre que recibe toda la sierra que nos ocupa por ser gran parte de ésta perteneciente a la Comunidad de Villa y Tierra de Ayllón.
Así pues con la creación de las Comunidades de Villa y Tierra los distintos pueblos que volvían a reflorecer por sierra de Ayllón quedarían repartidos en varias de éstas: los términos de El Cardoso de la Sierra, Colmenar de la Sierra, El Vado, la zona de las Cebolleras Vieja y Nueva, Somosierra, Santo Tomé del Puerto y los Cerezos quedaron bajo la jurisdicción del Común de Villa y Tierra de Sepúlveda, que pasaron durante el siglo XIV en buena parte a la familia de los Mendoza, dentro del marquesado de Montesclaros desde el siglo XV.
De este hecho aún perdura una casa entre El Cardoso y Colmenar; la zona entre la sierra del Ocejón y los ríos Jaramilla y Berbedillo llegando al sur hasta Almiruete quedaron incluidos dentro del Común de Villa y Tierra de Ayllón, en manos del marqués de Villena; Riofrío y Hontanares bajo la jurisdicción de la de Fresno de Cantespino; desde la sierra del Ocejón y el río Sorbe hacia el este, incluyendo el término de Valverde de los Arroyos, queda en la jurisdicción del Común de Villa y Tierra de Atienza, y más tarde, hacia el siglo XIV, se incluirían en el recién creado condado de Galve, en mano de los Zúñiga y, después, de los Mendoza y de los duques de Alba.
El sur del macizo en los términos de Valdepeñas, Tortuero y Valdesotos quedó bajo la jurisdicción del Común de Villa y Tierra de Uceda, controlado desde 1249 por Sancho de Castilla, arzobispo de Toledo e hijo del rey Fernando III; Tamajón quedaría como tierra de realengo formando jurisdicción propia.
Bajo esta organización señorial permanecería la organización política de la zona, con sus perceptibles variables que se dan con el tiempo, hasta la abolición de los señoríos en el siglo XIX en favor de la visión provincialista que empezaba a imponerse.
Mientras tanto, la vida en las montañas de Ayllón seguía el mismo curso que desde tiempos ancestrales.
La paz de estas tierras sólo se vio salpicada por la guerra contra el Imperio Napoleónico francés entre 1808 y 1810 cuando el macizo de Ayllón fue escenario de batallas por el dominio de los pasos de sierra.
Durante la Ley de Desamortización impulsada por Juan Álvarez Mendizábal en 1836 se pusieron en venta los bienes comunales, que eran muchos en la zona, y comienza con ello la primera decadencia económica y demográfica de la sierra de Ayllón en la Edad Contemporánea.
Es en esta época cuando se despueblan aldeas como Pedehuste, La Mata de Robledo, El Bustar, Pinarejo o Catar de Pie Mediano, de las cuales tan sólo quedan algunos vestigios o tainas aisladas en medio de la montaña.
El Plan Nacional de Estabilización Económica de 1959 y su consecuente desarrollo industrial hace que durante la década de los 60 la comarca pierda casi la mitad de su población por la emigración de ésta a las grandes áreas metropolitanas en crecimiento, principalmente las de Madrid, Barcelona y Bilbao.
En los años 70 se produce una segunda oleada de emigración a Madrid, Guadalajara y Segovia, principalmente, que deja muchos de los pueblos deshabitados.
En estas nuevas oleadas de despoblación la construcción de los embalses de El Vado y Matallana (las obras este último nunca llegaron a ejecutarse) hizo desaparecer del mapa los dos pueblos que le dan nombre, mientras que las difíciles condiciones de vida, la falta de prosperidad económica por la condición de aislamiento de la zona y las obligadas expropiaciones forzosas por las repoblaciones forestales, son las causas de que otros como Umbralejo, La Vereda o La Vihuela también perdiesen su población.
En cuanto al resto de los pueblos de la zona la pérdida de habitantes es continuada, aunque bien es cierto que se produce en algunas zonas una estabilización poblacional debido principalmente al turismo rural en algunos de sus municipios, que da cierto aire, aunque escaso, de prosperidad económica en la sierra de Ayllón.

Vista del Hayedo de Pedrosa en otoño
Uno de los mayores atractivos de este paraje son sus Hayas, de corpulentas y voluminosas formas. Se observa como las ramas de estos árboles arrancan desde el mismo suelo, lo que se explica porque, durante años, los árboles fueron talados para alimentar de materia prima a una fábrica de sillas de haya que hasta mediados del siglo XX existió en el municipio de Riofrío de Riaza, brotando de aquellos tocones las ramas que hoy se ven.
Muchas de las ramas de estos árboles arrancan desde el mismo suelo, lo que se explica porque, durante años, los árboles fueron talados para alimentar de materia prima a una fábrica de sillas de haya que, hasta mediados del siglo XX, existió en el municipio de Riofrío de Riaza, brotando de aquellos tocones las ramas que hoy se ven
Tras el abandono de la explotación forestal debido al éxodo rural, el hayedo comenzó a regenerarse lentamente. En 1991, por sus características únicas como el hayedo más meridional de Castilla y León, fue declarado espacio natural protegido por el gobierno regional.
3. Flora
Entre helechos, musgos y líquenes, brotan las aguas del Río Riaza, que tras recorrer aproximadamente 100 km desemboca en el Río Duero, en la localidad de Roa de Duero (Provincia de Burgos).
Nacimiento de Rio Riaza, Fuente del Cancho, Hayedo de Pedrosa
El Hayedo de Pedrosa crece en las laderas de umbría con un mayor grado de humedad de la sierra. Este reducto goza de un clima mediterráneo oceánico, con precipitaciones bien repartidas a lo largo del año, si bien se observa una leve sequía estival propia del interior de la península ibérica. Las temperaturas medias en el hayedo son bajas, con nevadas regulares de noviembre a mayo.
A los pies del ramaje de esta reliquia botánica, entre helechos, musgos y líquenes, brotan las aguas del Río Riaza, que tras recorrer aproximadamente 100 km desemboca en el Río Duero, en la localidad burgalesa de Roa de Duero.
La variedad cromática del paisaje es sorprendente, puesto que al hábitat del propio hayedo se suman las pendientes desnudas de vegetación y tapizadas de cuarcita que separan a las hayas de los robles, que crecen en cotas más bajas del monte.
Hay que destacar que el haya es, normalmente, un árbol propio de regiones más septentrionales y húmedas, y el caso del hayedo de La Pedrosa es excepcional, ya que es uno de los hayedos más meridionales que existen en el mundo y el que crece más al sur de toda Europa.
A pesar de los grandes contrastes climáticos que debe soportar (veranos secos, pocos días de niebla y temperaturas invernales bajas), este bosque mantiene su esplendor y poco a poco se va regenerando y creciendo.
La mayoría de los ejemplares de hayas que pueblan el bosque son jóvenes, encontrando los más viejos en la zona más alta, abrupta e inaccesible del bosque.
Acompañando al haya, encontramos ejemplares de Roble, Avellanos, Servales de cazador, Acebos, junto a los que hayamos matorrales de Brezo blanco, Arándanos o Fresas silvestres, entre otros.
La caza ha sido incesante en la sierra de Ayllón desde tiempos ancestrales, lo que ha provocado la desaparición en la zona de varias especies como el oso, que estuvo presente seguramente hasta el siglo XVIII, o el lobo, presente hasta los años sesenta del siglo XX y que en los años 2000 parece que vuelve a tener presencia en el macizo.
En las zonas de ribera los anfibios e insectos abundan por doquier y con ellos pequeñas aves como el mirlo acuático, el ruiseñor y el martín pescador. Si el caudal del río es constante se pueden observar nutrias.
El ruiseñor pechiazul es una de las aves más bellas presentes en el Macizo
Entre encinas y sabinas destaca el conejo, presa de diversas rapaces. También se encuentran en estas zonas otras aves como la abubilla, la paloma torcaz, la perdiz y el rabilargo.
En media montaña entre robles y pinos habitan abundantes aves tales como el pinzón, el carbonero, el herrerillo, el reyezuelo trepador, el picapinos y el arrendajo. También para mamíferos como el corzo, el jabalí y el zorro, que se adaptan igualmente a otras zonas de la sierra.
La media montaña también es propicia para los animales nocturnos como el gato montés, el tejón y la garduña y aves como el cárabo, el autillo y el búho real.
En las partes altas la chova, el cuervo, la collalba, el acentor y el roquero, así como el buitre leonado y el águila real en las zonas más rocosas.
Parnassius apollo es una de las más notables mariposas de la Sierra
Entre los insectos cabe destacar la gran diversidad que de los mismos existe en el macizo de Ayllón.
La Rosalía alpina es uno de los escarabajos más bonitos de Europa
Numerosas especies de lepidópteros, coleópteros, himenópteros y dípteros se pueden observar en toda la sierra, algunos de ellos autóctonos y exclusivos de la zona.
5. Las rutas por el Hayedo de Pedrosa

Hayas retorcidas
En el pueblo de Riaza está la Oficina de Turismo que nos informarán de las diversas rutas ya que en el Hayedo de Pedrosa hay muchas rutas para todos los niveles.

Espectacular Haya en el hayedo de Pedrosa
6. Senderismo en el Hayedo de Pedrosa:
La ruta comienza en el Parking del Puerto de la Quesera, que es bastante pequeño, no hay espacio para muchas plazas. Se puede realizar con un coche o dos, depende de cómo quieras realizarla. Te explicamos todo más abajo en la bifurcación del puente de madera.
Una vez hemos aparcado arriba, tenemos que bajar por el sendero estrecho pero bien visible hacia abajo del valle desde el mismo parking. Vamos a ir bordeando hacia la derecha hayedo hasta unas rocas que hacen de mirador, para poder observar las vertientes de hayedos que caen desde las montañas.
Aquí hay que girar a la iqzuierda y desde este punto veremos nuestra ruta por el hayedo justo en frente. Vamos a ir dejando atrás los matorrales para adentrarnos al bosque profundo.
Practicamente ya los primeros metros empezamos a estar rodeados del pleno otoño y a los pocos pasos comienzan dos de las fotos más conocidas de la ruta, con unos hayedos y sus enormes raíces en medio del camino. Tened cuidado con el camino, ya que si hay muchas hojas a veces puede dispersarse.
Un bosque mágico espectacular en otoño
Después de hacer un apr de zigzags nos encontraremos con el arroyo del Avellano, que prácticamente vamos a ir pegados a su cauce. Justo en este punto veremos quizás una de las hayas más bonitas de todas, solitaria, enorme y sin duda la más fotografiada. ¡No es para menos!
Todo el camino desde aquí es prácticamente en línea recta, cruzando el bosque más denso y como podéis ver en las fotos prácticamente cubierto de hojas. Estábamos rodeados por tonos naranjas y rojos en cualquier dirección.
Seguidamente continuamos descendiendo en línea recta para cruzar un robledal a ambos lados, más hayas y vegetación por doquier. El musgo, las hojas y las ramas se cruzan por todo el camino. Da igual dónde pares, tendrás fotos preciosas de cualquier punto.
Por este camino llegaremos hasta el puente de troncos del río Riaza, que sólo tendremos que cruzar y justo en este punto, depende de la opción que inicialmente hayamos planificado ir en una dirección u otra.
Dos finales para la ruta de senderismo por el Hayedo de la Pedrosa
¿Has venido en un coche?
Se puede subir desde el puente de troncos a la derecha y en línea recta hacia arriba. Pero en otoño las hojas tapas el camino y es muy difícil de seguir, por ello te recomiendo volver por el mismo camino hacia arriba.
Desde este punto te recomiendo bajar a Ríofrío y ver el pueblo, e incluso aparcar y ver un poco el Cañón de Riofrío de Riaza, como contamos a continuación.
¿Has venido en dos coches?
Entonces debes seguir el puente de troncos a la izquierda, para seguir bajando por el bosque en línea recta hasta llegar al embalse de Riofrío. Aquí justo saldremos del camino para cruzar pegados a la carretera por un sendero a su izquierda. Realizaremos una sola curva y al acabar el embalse veremos un sendero a la derecha que va directo al pueblo de Riofrío de Riaza.
Durante nuestra estancia en este precioso pueblo, podemos ir a la pequeña y cuidada plaza del centro. Por ejemplo, aquí podemos hacer una parada par descansar, coger agua o preparar un picnic en sus soportales antes de continuar el último tramo.
Un final alternativo por el cañón de Riofrío de Riaza
Finalmente y después de haber visto el pueblo iremos desde la plaza hacia la izquierda para bajar hacia la carretera. Cuando nos encontremos con el río Riaza, inmediatamente, aparecerá un escondido camino de bajada hacia la derecha que seguirá el curso del río Riaza.
En particular, esta zona estaba completamente embarrada y nos costó acceder a la misma. Pero una vez en el sendero fuimos viendo cómo el cañón se iba haciendo más profundo para ir bordeándolo por la izquierda. En poco tiempo el río se va y es hora de volver a subir arriba para llegar a la carretera y a la central donde nos espera el segundo coche.
El mejor día sin duda será alguno que haya llovido previamente, para que todo brille más por el agua precipitada y en la primera quincena de noviembre. No te fíes de la previsión, si hace malo, mejor. Con Sól radiante te aseguro que no tiene la misma magia.
No te defraudará la excursión, ya que para mí es uno de los bosques más bonitos de toda España para visitar en pleno otoño, sobre todo la última quincena de octubre y la primera de noviembre.
No olvides tus zapatillas o botas de senderismo, la cámara de fotos y lo más importante, disfrutar responsablemente de la naturaleza y de este bello lugar.
Junto a otros dos hayedos, el de Tejera Negra en la provincia de Guadalajara y el de Montejo de la Sierra en la provincia de Madrid, el hayedo de La Pedrosa, también denominado de La Quesera o de Riofrío de Riaza, es un ejemplo de lo que fue el vergel húmedo y boscoso del Sistema Central, más concretamente de la sierra de Ayllón.
Si hemos decidido viajar hasta aquí debemos ampliar nuestra ruta visitando en los alrededores:
7. el bonito pueblo de Riaza, la villa serrana enclavada en el macizo de Ayllón

Riaza, Segovia
Riaza está enclavada al norte de la sierra de Ayllón a 1190 metros de altitud, en la ruta de los pueblos rojos y negros.
La villa se distingue por el encanto de sus calles con sus casas blasonadas, su conjunto patrimonial, su gran gastronomía, pero sobre todo por su espectacular entorno natural, muy utilizado para las vacaciones de verano, y de invierno.

esta pequeña localidad segoviana está situada en la falda de la Sierra de Ayllón. Una zona ideal para disfrutar de la naturaleza.
La localidad de Riaza se encuentra entre la meseta castellana y la ladera norte del Macizo de Ayllón, a 1.190 metros de altitud. El Pico del Lobo (2.273 m) y La Buitrera (2.046 m) son las cimas más altas de esta cordillera del Sistema Central.
Muy cerca del puerto de la Quesera nace el Río Riaza, en el corazón del Hayedo de la Pedrosa. Tras recorrer poco más de 100 kilómetros, sus limpias aguas acabarán uniéndose a las del Duero en la localidad burgalesa de Berlangas de Roa.
Comenzamos nuestra visita en la Plaza Mayor de Riaza, ésta se divide en dos partes desiguales separadas por el edificio del Ayuntamiento. En 1873 una de ellas se allanó dejando un ruedo en forma de elipse.
Lugar céntrico y de paso obligado para vecinos y visitantes en el que confluyen las distintas calles de la localidad. Para salvar el desnivel existente en sus lados sur y oeste, el coso posee unas gradas de piedra coronadas por unos bloques, también de piedra, unidos por barandales de hierro forjado. Este conjunto es una de las señas de identidad de la Plaza Mayor de Riaza.
En los soportales de la plaza encontramos casas típicas riazanas así como casas solariegas, estas últimas con fachadas blasonadas y construidas muchas de ellas en el siglo XVIII.
Los soportales, apoyados en columnas de piedra o de madera, protegían a los habitantes de las inclemencias del tiempo, siendo también el lugar donde se oficiaban los lunes de mercado.
La Plaza Mayor de Riaza se convierte durante el año en un lugar festivo, se celebran encierros, concurso de recortes, bailes, fiestas populares y demás eventos.
El Ayuntamiento de Riaza data del siglo XVIII, destaca la torre campanario que corona el edificio.
Realizada en hierro forjado fue instalada, junto al reloj, en el año 1895, seis años después de la inauguración de la Torre Eiffel de París, hecho que denota el deseo de modernidad de esta villa segoviana.
El Ayuntamiento divide la plaza mayor en dos partes, en la parte trasera se encuentra la Iglesia de Nuestra Señora del Manto.
Iglesia de Nuestra Sra. del Manto
Se trata de un conjunto renacentista construido a finales del siglo XV y principios del siglo XVI en planta rectangular con tres naves y un ábside. Posteriormente se le añadieron, dos capillas, sacristía, baptisterio y una torre campanario, coronada por una balaustrada de piedra y flameros, que supera los 30 metros de altura.
En su interior destaca: el retablo del altar mayor del siglo XVII con lienzos atribuidos al maestro Diego Valentín Díaz, el Cristo Crucificado en la Capilla del Dulce Nombre, la Piedad (siglo XVI o XVII) en madera policromada que preside la Capilla de los Linajes o de los Hidalgos y la Colección de Arte Sacro, que muestra parte del patrimonio religioso de Alquité, Madriguera, Riaza, Riofrío de Riaza, Sequera de Fresno, Serracín y Villacorta.
Al norte de la villa de Riaza visitamos la Ermita de San Juan, esta se ubica en una pequeña pradera arbolada en cuyo centro encontramos una cruz de piedra de 1553.
Unas lápidas junto a ella hacen suponer que posiblemente fuera el emplazamiento de un antiguo cementerio. En su interior alberga una bella talla de Santiago Apóstol y de San Juan Bautista.
Nos acercamos a la Ermita de San Roque situada en el Parque de El Rasero.
Esta ermita fue construida tras la epidemia de peste que sufrió el país a finales del siglo XVI como cumplimiento de un voto. En su interior destaca un humilde pero magnífico retablo barroco, que preside el altar mayor, con decoración vegetal en capiteles y columnas, todo ello en tonos rojos, verdes y dorados. Alberga las tallas de San Isidro y San Cristóbal. De planta rectangular se le añadió un porche de entrada sujeto por columnas de piedra en su última restauración realizada en los años 80.
En el Paraje recreativo de Hontanares, situado a escasos 4,5 kilómetros de Riaza, se encuentra la Ermita de Hontanares, su construcción data del año 1606. En su interior destacan las hermosas imágenes de Santa Lucía y San Blas y el retablo mayor presidido por una talla románica de la Virgen de Hontanares.
En su honor se celebran varias romerías, las tradicionales del primer y segundo domingo siguientes al 8 de septiembre (la del primer domingo declarada Fiesta de Interés Turístico Regional) y una más reciente el primer domingo de mayo.
Muy cerca de la Ermita de Hontanares encontramos, presidiendo la llanura segoviana, el Mirador de Peña Llanas.
Desde su emplazamiento se divisan unas panorámicas espectaculares de los límites con las cuatro provincias cercanas: Las Hoces del Riaza en Montejo de la Vega de la Serrezuela (límite con Burgos), El Pico Grado (límite con Guadalajara), Somosierra (límite con Madrid) y los días con buena visibilidad, los Picos de Urbión en Soria.
Para los amantes de la montaña y del deporte en contacto con la naturaleza pueden visitar las instaciones de la La Pinilla, situada en la Sierra de Ayllón.
El Ayuntamiento de Riaza es propietario único de la estación que se encuentra en el término municipal de Cerezo de Arriba. Enclave que cuenta con grandes recursos naturales que complementan la actividad de la estación de esquí.
De mayo a octubre las instalaciones de la estación cuentan con una amplia oferta de deportes y actividades: tirolina, puente tibetano, tiro con arco, rocódromo, rutas en BTT y como atractivo principal un Bike-Park permanente que cuenta con nueve circuitos de descensos con diferente dificultad.
8. Comer en Riaza:
Plaza Mayor N, 17,
40500 Riaza España
+34 684 17 18 34
Meson Las Columnas
40500 Riaza España
+34 921 55 04 93
Mika
Calle José Martínez de Velasco 21 (junto a Plaza Mayor),
40500 Riaza España
+34 655 03 59 75
La Porticada
Calle Jose Martínez de Velasco, 1,
40500 Riaza España
+34 609 10 40 96
Mesón La Galería
Val Alto, 6,
40500 Riaza España
+34 615 11 88 50
9. OtrasRutas Cercanas:
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