Castillo de Alarcón, Cuenca
Cuenca es una provincia muy escasamente poblada en la actualidad, pero
por ella han pasado y habitado grandes pueblos y civilizaciones como los
romanos, visigodos, árabes y cristianos medievales.
Todos ellos nos han dejado un legado monumental de primer nivel.
En absoluto es una tierra uniforme y monótona, sino muy variada en
paisajes y monumentos. En este último aspecto, resulta llamativo su
protagonismo gracias a los importantísimos yacimientos arqueológicos
romanos que están siendo excavados (Segóbriga, Valeria...)
También, disperso por sus tierras, existe uno de los más meridionales y
desconocidos focos del arte románico rural de España.
En el apartado de castillos tampoco Cuenca decepciona pues cuenta con un
gran número de ellos, algunos tan bien conservados que han sido
empleados como paradores nacionales o para rodar míticas películas de
cine.
Como ocurre con otros lugares de España, las rutas por los castillos de
Cuenca nos permite visitar parajes de gran belleza. No son despreciables
tampoco, los hermosos paisajes que se otean desde sus torres o adarves.
Indice:
- Como Llegar a Belmonte
- Algo de Historia
- Croquis de nuestra Ruta
- Belmonte, viaje en el tiempo al siglo XV
- Comer en Belmonte
- Castillo de Haro
- Castillo de Garcimuñoz
- Castillo de Alarcón
- Comer en Alarcó
- Castillo de Enguídanos
- Castillo de Villora
- Castillo de Paracuellos de la Vega
- Castillo de Cardenete
- Castillo de Monteagudo de las Salinas
- Castillo de Cañada del Hoyo
- Lagunas de Cañada del Hoyo
- Comer en Cañada del Hoyo
- Recinto amurallado de Cañete
- Comer en Cañete
- Castillo de los Bobadilla
- Comer en la zona
- Otras Rutas Cercanas
1. Como Llegar a Belmonte:
Desde Madrid:
Por Carretera de Valencia (145 kms):
Autopista A-3 en dirección Valencia. Coger la salida 104
(Saelices-Segóbriga) Seguir indicaciones a BELMONTE. Hay que pasar por La
Puebla de Almenara, Tresjuncos y Osa de la Vega.
Por Carretera de Andalucía (175 kms):
Coger la A-4 hasta Ocaña, luego la AP-36 dirección ALBACETE, hasta la
salida de Mota del Cuervo. Atravesar Mota y seguir en dirección a
Belmonte.
DESDE VALENCIA
A dos hora y media (240 kms.)
2. Algo de Historia:
En la provincia de Cuenca podemos encontrar numerosos castillos que puedes
visitar, ya que cuenta con un gran número de castillos, fortalezas,
fortificaciones o torres que podemos visitar por toda la provincia de
Cuenca y que son dignos de conocer por su extensa historia.
Los hay en un estado de conservación excepcional gracias a diferentes
restauraciones y otros que han sufrido más el paso de los siglos.
Ver estas fortificaciones es un divertido y curioso plan para todas las
edades, ya que se puede revivir parte de la historia que esconden y dejar
volar la imaginación para intentar entender las batallas que se libraron
en esta parte de Castilla.
3. Este es el Croquis de nuestra Ruta:
Iniciamos nuestro recorrido en:
4. Belmonte, viaje en el tiempo a La Mancha del siglo XV
Lo de Belmonte no se trata únicamente de un pueblo con castillo. Más bien se
trata de una máquina del tiempo en constante funcionamiento capaz de
trasladar a sus visitantes a un instante cualquiera del siglo XV.
Un fabuloso viaje a la época en la que el intrigante Don Juan Pacheco,
primer Marqués de Villena y tercer Señor de Belmonte, ya mandaba en Castilla
más que el propio Rey Enrique IV y traía de cabeza a su enemiga
irreconciliable la futura Reina Isabel la Católica.
Nacido en el antiguo palacio de Don Juan Manuel, Pacheco mandó erigir sobre
una colina un castillo mayúsculo en estilo gótico-mudéjar que sería no sólo
un poderosísimo fortín manchego sino también su morada más querida.
También fue el responsable de la construcción de la Colegiata de San
Bartolomé, a la que otorgaría tratamiento catedralicio y daría sepultura a
sus padres y abuelos.
A sus pies se fue apostando un reguero de callejuelas estrechas de muros
blancos y empinadas cuestas del que fue, es y será considerado con justicia
uno de los pueblos más bonitos de Castilla-La Mancha.

Belmonte, con un centro histórico gobernado por la monumentalidad y un
delicado equilibrio urbano donde predomina el color blanco, es la definición
perfecta para una de las escapadas favoritas en La Mancha.
Un emplazamiento que ofrece grandes experiencias que vivir alrededor de sus
gruesas murallas medievales. Precisamente para los futuros viajeros a esta
belleza conquense he reunido una serie de consejos y lugares imprescindibles
que ver en Belmonte con el objeto de aprovechar al máximo la estancia. ¿Te
apuntas a este paseo virtual?
Belmonte, morada de poder
Notables personajes habitaron Bellomonte o Belmont, forma a la que se
refieren antiguos escritos cuando hablan de esta población manchega. Y,
aunque se saber por restos arqueológicos de su pasado visigótico y árabe,
sería en el siglo XIV cuando empezara a definirse Belmonte como un lugar
importante.
El infante Don Juan Manuel, sobrino de Alfonso X El Sabio y autor de obras
moralizantes como “El Conde Lucanor”, quien atesoró múltiples títulos
nobiliarios en tierras castellanas, fue el encargado de amurallar Belmonte y
levantar un alcázar, al que convertiría en un palacio.
Casi un siglo después en este suntuoso edificio situado en un alto de la
villa nacería precisamente Juan Pacheco en 1419, así como su hermano menor
Pedro Girón cuatro años más tarde.

La Historia convertiría a Pacheco en uno de los personajes más influyentes
del reino de Castilla hasta su muerte en 1474. Este poderoso “ricohombre”
medró en la Corte hasta hacer del Rey Enrique IV un vulgar títere.
Sabedor de la pusilanimidad del monarca creció en títulos nobiliarios hasta
ser, nada menos, que el Adelantado Mayor de Castilla, Primer Marqués de
Villena, Primer Conde de Xiquena, Primer Duque de Escalona e incluso Maestre
de la Orden de Santiago. Y, heredado por su madre, el tercer Señor de
Belmonte.
Su abuelo, Juan Fernández Pacheco, lo había recibido como galardón en
tiempos de Enrique III por ser “persona importante para la guerra”.

El considerado como azote de los Trastámara también tuvo tiempo de amargar a
la Reina Isabel I de Castilla (defendió la sucesión del Reino a Juana “la
Beltraneja”).
No se puede decir que Juan Pacheco no lo hizo todo para que Isabel no
reinara ni se casara con Fernando de Aragón, a quien intentó venderle que lo
mejor era que contrajera nupcias con una de sus hijas sin más objetivos que
agrandar su poder.
Tanto Juan Pacheco como Pedro Girón aparecen mencionados pero sin ser
nombrados por Jorge Manrique en las “Coplas a la muerte de su padre” donde
se refiere a ellos de la siguiente manera “E los otros dos hermanos,
maestres tan prosperados como reyes, c’a los grandes e medianos truxieron
tan sojuzgados a sus leyes.”
Además el interés por el personaje de Juan Pacheco se ha acrecentado en los
últimos años tras la emisión de la serie de Isabel en Televisión Española
donde el público disfrutó en cada capítulo de las intrigas sucedidas
entonces y que nada tienen que envidiar a las de la afamada Juego de Tronos.

Pero Belmonte vio la luz con Pacheco, ya que éste se encargó de levantar un
grandioso castillo en lo alto del cerro de San Cristóbal, a la vista de su
palacio natal, así como la Colegiata de San Bartolomé. Para ello se sirvió
de arquitectos como Hanequín de Bruselas y Juan Guas. En el siglo XVI
Belmonte vería nacer además a personajes de la talla de Fray Luis de León,
alargándose el período de esplendor de la localidad conquense.
Si bien el castillo fue deteriorándose hasta llegar a comienzos del siglo
XIX a un abandono que le dejó en ruinas hasta que fue recuperado y
rejuvenecido por la Emperatriz Eugenia de Montijo, quien añadió nuevos
elementos al edificio.
Tras un difícil siglo XX se restauró en 2010, abriéndose al público y la
industria turística no tardó en reconocérselo. Desde entonces Belmonte, y no
sólo por su castillo, ha sido considerado por muchos el pueblo más bonito de
Castilla-La Mancha (la última vez en 2016) .

Aunque últimamente no sólo se dejan ver guerreros medievales sino también a
gente disfrazada de los Tercios de Flandes, convirtiéndose Belmonte en un
perfecto viaje en el tiempo en el que el decorado no puede gozar de mayor
acierto.
¿Qué ver en Belmonte?
Belmonte se constituye como un destino excepcional para escapar de la rutina
y retroceder quinientos años en el tiempo.
Yendo al grano… ¿Cuáles son esos imprescindibles que tienen que formar parte
de una visita a Belmonte?
Adelante, que vamos a dar un paseo juntos por la localidad:
Visita el castillo gótico-mudéjar de Belmonte

El gran protagonista de toda escapada belmontina que se precie es su
característico castillo de estilo gótico-mudéjar sostenido por los siglos en
el cerro de San Cristóbal. Si no accedes a él para subirte a sus murallas y
conocer su interior completamente musealizado no deberías atreverte tachar
Belmonte de tu lista.
Una planta completa está dedicada a la época medieval y, más concretamente,
a la de su nacimiento bajo la batuta de Juan Pacheco, del que se conserva su
dormitorio con un artesonado en el techo capaz de trasladarte a las mil y
una noches.
Más arriba son los dominios decimonónicos que nos llevan a otra de sus
moradoras ilustres, la Emperatriz Eugenia de Montijo.
Conviene aclarar que muchos de los muebles y obras de arte expuestos, sobre
todo los de la zona “Pacheco” no formaron parte nunca del castillo y fueron
traídos tras la reapertura al público tras una larga restauración en 2010.
HORARIOS Y PRECIOS DE ENTRADA AL CASTILLO DE BELMONTE
Los horarios varían en función de las fechas de visita:
Del 10 de enero al 28 de febrero: De martes a viernes por las mañanas de 11:00 a 14:00 y tardes cerrado. Sábado y domingo de 10:00 a 14:00 tardes de 15:30 a 18:30. (Lunes cerrado).
Del 1 de marzo al 28 de abril: Todos los días de 10:00 a 14:00 y tardes de
16:00 a 19:00. (Lunes cerrado).
Del 29 de abril al 14 de septiembre: Todos los días de 10:00 a 14:00 y de
16:30 a 20:30. (Lunes cerrado salvo en agosto que también abre).
Del 15 de septiembre al 31 de diciembre: Todos los días de 10:00 a 14:00 y
de 15:30 a 18:30. (Lunes cerrado así como en el día de Navidad y de Año
nuevo)
El precio de la entrada general es de 9€ (+1€ en puentes) y 5€ para niños de
5 a 12 años (+1€ en puentes, niños menores de 5 años no pagan). Más
información actualizada en castillodebelmonte.com.
Asómbrate con el interior de la Colegiata de San Bartolomé
Belmonte no tiene catedral propiamente dicha pero nadie duda de que su
Colegiata del siglo XV lo tiene todo para serlo. Don Juan Pacheco la mandó
erigir sobre los restos de un templo visigodo junto al Palacio del Infante y
con unas vistas privilegiadas al castillo.
La religiosidad convertida en arte sacro permite descubrir numerosas
obras entre las que se encuentra incluso la firma de Salzillo. También
cuenta con los sepulcros en alabastro de los padres y abuelos de Pacheco,
iniciadores de una poderosa y larga saga familiar y, por supuesto, la joya
de la corona, un fabuloso coro historiado en madera de Hanequín de Bruselas
y Egas Cueman.
La forma de narrar episodios religiosos a través de la madera de los
asientos del coro es soberbia. En el templo además se conserva la pila en la
que fue bautizado Fray Luis de León. No cabe duda que son muchas y buenas
las razones por las que entrar a la Colegiata de San Bartolomé se ha
convertido en uno de los esenciales de Belmonte.

Colegiata de San Bartolomé, Belmonte
La Colegiata de Bartolomé abre sus puertas a diario salvo domingos por la
mañana y lunes (excepto cuando estos son festivos) de 11:00 a 14:00 y de
16:30 a 19:30 de abril a octubre, mientras que de noviembre a marzo lo hace
de 11:00 a 14:00 y de 16:00 a 18:30.
El viejo
Alcázar del siglo XIV mandado
erigir por el infante Don Juan Manuel fue el lugar de nacimiento de Juan
Pacheco.
Todavía se pueden visitar interesantes restos arqueológicos entre los que
destacan los restos de un convento de monjas dominicas que se levantó in
situ en el siglo XV.
Ahora el alcázar es un hotel de cuatro estrellas (Palacio del Infante Don
Juan Manuel Hotel Spa) con un claustro magnífico y alma de Parador, aunque
no lo sea.
Y con vistas al castillo, por lo que más no se puede pedir.
Recorre la muralla medieval y conoce sus puertas más emblemáticas
Poco después de la Reconquista comenzó a construirse una muralla para
proteger la ciudad, algo que continuó en tiempos del Infante Don Juan Manuel
rematándose con la construcción del castillo de los Pacheco ya bien metidos
en el siglo XV.
El cinturón defensivo que bordeaba la ciudad contaba con cinco puertas que
se abrían y se cerraban cada día, tres de las cuales continúan utilizándose
como acceso a la villa y que son:
La Puerta del Almudí:
Junto al viejo pósito (era un depósito de grano con el que contaba la villa
en la que se hacían préstamos en condiciones favorables a los vecinos más
pobres). Allí estuvo situada la picota o rollo, de ahí que otro de los
nombres por los que fue conocida es “la puerta del rollo”. Guarda un Cristo
relativamente reciente (mediados del s. XX).

La Puerta de la estrella:
Hace referencia a la existencia de una antigua judería fuera de la muralla a
la que eran obligados a vivir a los judíos. Sobre la misma se encuentra una
estatua de “la Virgen de la Estrella”.
La Puerta de Chinchilla:
La más monumental de todas con dos torreones almenados. Por ella entrarían
los Reyes Católicos en 1488 cuando se dirigían al castillo.
En realidad hay otra puerta más situada al norte de la villa como es la de
San Juan, aunque se conserva apenas un fragmento de la misma (un pequeño
torreón y una jamba). Al oeste se encontraba la “Puerta Nueva” pero que el
nombre no lleve a engaño, porque de la misma no queda absolutamente nada.
Callejea por el casco viejo de Belmonte y déjate llevar
Belmonte guarda muchos secretos intramuros. Para ello te recomiendo que te
dejes llevar (o te lleven) por las callejuelas del casco histórico y
disfrutes de una armonía urbana que cada vez se hace más complicado
encontrar hoy día. A través de grandes fachadas con ventanales protegidos
por rejas uno puede presenciar la huella de los mejores años de Belmonte.

También las ruinas del Hospital de San Andrés que mandara construir para los
pobres a principios del siglo XV Juan Fernández Pacheco, el abuelo de Don
Juan Pacheco, aunque su estado de conservación actual resulta del todo
preocupante.
O la hermosa plaza que antes era uno de los patios del convento de los
jesuítas (edificio destinado a diferentes propósitos), sin olvidarnos del
convento de los Trinitarios en la calle Lucas Parra.
Aunque te aseguro que lo mejor es perderte y disfrutar de su laberinto de
casas blancas.
Tanto en Belmonte como en otros lugares cercanos a la localidad se organizan
visitas guiadas de distintas temáticas (incluso a medida).
Por ejemplo, los sábados sale de la puerta del castillo un grupo para una
visita de aproximadamente 3 horas (castillo, colegiata y casco viejo) por un
precio de 15€.

Llama a las puertas del siglo XV en la Casa Bellomonte (y conviértete en un
personaje de época)
En el número 20 de la calle Lucas Parra hay una casa convertida en una
auténtica máquina del tiempo.
Decía en el título que Belmonte era un viaje a La Mancha del siglo XV. Pues
en la Casa Bellomonte se puede cumplir de manera literal.
Con todo detalle se ha recreado una casa real de esta época a través de
muebles y objetos que se utilizaban en los tiempos en los que Juan Pacheco
mandó construir su gran castillo.
Acompañado por “personajes” anónimos de época (un armero, una boticaria,
etc.) es posible comprender cómo era la vida cotidiana de un burgués de la
época.

Es una actividad que lleva a cabo una asociación cultural que pretende
difundir su conocimiento a través de un sistema puramente experiencial y
tangible.
Funciona sábados, domingos y festivos de 11:00 a 14:00 horas y de 17:30 a
19:30 h. Información y reservas en el e-mail casabellomonte@gmail.com y a
través del teléfono 659 32 16 96.
Asiste a un combate medieval
Belmonte se ha convertido en la capital española de la lucha medieval. Desde
hace años ha sido sede del Torneo Nacional de Combate Medieval así como del
Campeonato Mundial.
Para la ocasión la villa es una representación histórica en sí misma y se
pueden ver justas a caballo o peleas de espadachines.

Además cada año no faltan las Jornadas de Recreación Histórica en el que
todo Belmonte se pone patas arriba para volver al siglo XV.
Contempla un precioso atardecer en un molino de viento
Apenas a 500 metros de subida desde el Palacio del Infante Don Juan Manuel
destaca una colina en la que ha habido molinos de viento desde hace siglos.
Hay restos de unos cuantos pero al extremo destaca el Molino “El Puntal” que
conserva su maquinaria y en diversas jornadas permite ser testigos de la
molienda.
Se puede visitar su interior, entender cómo funciona un molino de viento y,
para más inri, representa el punto ideal de Belmonte para ver atardecer
sobre el pueblo y la llanura manchega.
5. y para Comer en Belmonte:
La Alacena de Belmonte
Calle de San Juan del Castillo 35,
16640 Belmonte España
+34 617 58 45 68
Calle OSA DE LA VEGA, 1 LOCAL,
16640 Belmonte España
+34 967 17 10 45
Palacio Del Infante Don Juan Manuel Hotel Spa
C/ Dos Maestres 1 - 3,
16640 Belmonte España
+34 967 17 07 84
y para comenzar nuestra ruta de los castillos,
Castillo de Belmonte
En Belmonte está uno de los castillos mejor conservados de Castilla-La
Mancha y de todo el país, además de ser uno de los pueblos más bonitos
de Cuenca.
Este conjunto amurallado se erige en torno a un patio con 6 puntas.
Dispone de una barrera de artillería, la línea de la muralla en
excelente estado, 3 puertas originales y unas estancias interiores
rehabilitadas que recrean las estancias medievales.

La tarifa general son 9€ (1€ más en agosto, Semana Santa y los puentes)
Hay tarifa reducida para grupos y niños
Castillo de Belmonte, Cuenca
Permanece cerrado los lunes
El horario varía a lo largo del año. Más información en su página
web.
Gracias al juego de volúmenes de su cerca exterior y estructura interior,
el castillo de Belmonte es uno de los más fotogénicos y pintoresco de
España.
Es obra del Maestro Hanequín de Bruselas para uso como castillo - palacio
del marqués de Villena, Juan Pacheco, Se inició en 1456 y las obras
duraron hasta finales del siglo XV.
Plano del Castillo de Belmonte, Cuenca
Tras un abandono secular, el castillo de Belmonte fue restaurado en el
siglo XIX por Eugenia de Montijo y su sobrino el duque de Peñaranda.
Hoy es propiedad particular.
En este castillo se han rodado importantes películas, la más conocida fue
"El Cid" de Charlton Heston y Sofía Loren, en el año 1961.
Su planta es pentagonal, aunque por la anchura de sus galerías laterales
el aspecto que muestra es de una extraña y original estrella con torreones
en sus vértices.
Además del impecable aspecto arquitectónico del castillo, el visitante
debe fijarse en la decoración tardogótica de algunas dependencias, en
especial de la llamada "Galería de la Zona de Gobierno".
También podrá hacer un recorrido por los adarves del castillo y contemplar
bellas panorámicas de la población de Belmonte y de la Mancha conquense.
6. Castillo de Haro
Siglo XIII, se encuentra pintorescamente encaramado en un alto cerrete
que vigila amplios y limpios campos manchegos
El castillo de Haro se encuentra a las afueras del municipio de
Villaescusa de Haro, sobre un cerro que domina la vega del río Záncara,
a mitad de camino entre los de Belmonte y Garcimuñoz.
La historia conocida de este castillo, muy bien documentada por su
actual propietario, se remonta a finales del siglo XII. En el año 1177
el rey Alfonso VIII recupera las plazas de Cuenca y Huete, y en el 1184
la de Alarcón, tras nueve meses de sangriento asedio.
La dureza del enfrentamiento se justifica por la importancia estratégica
de la zona, un enclave situado entre los reinos de Toledo y Murcia, zona
de seguridad fronteriza de los reinos de Aragón y Castilla, y cruce de
los ejes de comunicación de la costa del Levante al Valle del
Guadalquivir, y de las mesetas del Guadiana a la del Tajo
Para consolidar su control sobre la zona, Alfonso VIII la repuebla con
cristianos traídos de Extremadura, concede señoríos a los capitanes que
más destacarían en la campaña y, para asegurar neutralidad frente a
ambos reinos, concede importantes derechos en la zona a la Orden de
Santiago que, con centro en la vecina Uclés, instalan en Alarcón un
hospital para redención de cautivos.
De entonces datan la reconstrucción de los grandes castillos de Alarcón,
Belmonte y Garcimuñoz, y el más pequeño castillo de Haro. En el de
Alarcón estableció su corte y desde aquí preparó en el año 1211 la
histórica batalla de Las Navas de Tolosa, que fue decisiva para la
expulsión de los almohades y el definitivo control de Castilla por las
tropas cristianas.
El castillo de Haro fue construido por Don Diego López de Haro, Alférez
Mayor de Castilla y Señor de Vizcaya. Los derechos de Haro quedan
formalizados mediante el Forum Fari o Fuero de Haro, actualmente
conservado en la Biblioteca de El Escorial, datado a principios del
siglo XIII.
El Fuero de Haro fue otorgado a la población y su castillo por Dicacus
Lupus, término latino por Diego López, y está glosado en sus márgenes
con abundantes comentarios en latín y en lengua romance del siglo XVIII,
lo que prueba su utilización incluso en fechas en que el castillo tenía
ya siglos en desuso.
Don Diego López de Haro murió en 1214, poco después de Las Navas de
Tolosa, batalla en la que seguramente participó, así como en la toma de
otros castillos como los de Alcalá, Garaden, Surcacia y Xorquera, en
expediciones realizadas por Alfonso VIII con unos pocos caballeros y
peones de Transierra. A su muerte, el Castillo pasa a manos de la Orden
de Santiago quien lo reconstruyó en el siglo XV, dándole la forma que
vemos hoy día.(1)
Construcción militar renacentista, su alzado rotundo y sus torres
circulares nos permiten disfrutar de la singularidad de esta fortaleza
del siglo XV, que conserva su disposición original. De planta cuadrada,
y con cubos circulares en cada esquina. A su alrededor se aprecian
restos de un muro
Algo parecido ocurre con el castillo de Cañada de Hoyo. Curioso es el de
Torrefuerte de Salvacañete, de propiedad particular. En Moya hay restos
del castillo y su muralla, etc.
ACCESO AL CASTILLO
Acceso libre. Se llega al mismo por el Camino de Ossa de la Vega.
Recomendamos preguntar a los vecinos, pues no se divisa a simple vista.
7. Castillo de Garcimuñoz
Castillo de Garcimuñoz, Cuenca
Tras los dos primeros, este es otro de los castillos mejor conservados
de Cuenca. Esta fortaleza del siglo XII le debe su aspecto actual al
infante don Juan Manuel y a don Juan Pacheco, pero tuvo que volver a
ser rehabilitado antes de abrir sus puertas al público.
Su portada original es de estilo gótico isabelino y, atravesándola, se
puede contemplar su patio de armas lleno de esculturas que alberga un
centro cultural. Desde lo alto de sus torres se tienen las mejores
vistas de su entorno.
De espaldas a la autovía Madrid-Valencia está el pueblo Castillo
de Garcimuñoz. El pueblo se llama así precisamente por su gran
castillos levantado el infante Don Juan Manuel.
En el siglo XV fue rehecho por el Marqués de Villena.
Su estado es de ruina consolidada. Es de planta cuadrada con muros
de más de tres metros de espesor con cubos de planta circular en
las esquinas. El material es sillarejo y mampostería. Las almenas
desaparecieron al desmocharse a finales del siglo XV en tiempos de
los Reyes Católicos.
Lo más hermoso es la puerta de estilo gótico-isabelino abierta en
el lienzo nordeste, cuya línea rompe, y forma un recodo con el
mismo en forma de ángulo recto.
Como curiosidad, hay que decir que la iglesia parroquial, de
comienzos del siglo XVIII, se encuentra construida en el interior
y los cuerpos superiores del campanario -incluyendo el cuerpo de
campanas- fue construido sobre uno de los cubos del castillo.
Frente al Castillo de Garcimuñoz fue herido el poeta Jorge
Manrique en el año 1477, durante las luchas nobiliarias del
reinado de Juan II.
El castillo fue rehabilitado hace pocos años por Izaskun Chinchilla,
transformando por completo el interior del castillo y haciendo más
accesible la visita, destacando el patio de armas, creando unas
estructuras metálicas con cristales de colores y basadas en la
naturaleza que genera un bosque.
ACCESO AL CASTILLO
Existe un parking de autocaravanas junto a la fortaleza que posibilita al visitante la opción de pernoctar en la zona.
Los datos de contacto son:
- Teléfono: 660535647
- Email:fortalezacastillogarcimunoz@gmail.com
Información sobre horario y tarifas:
Abierto de miércoles a domingo de 10:30 a 14:00h y de 15:30 a 19:30h
La entrada general son 5€ y la tarifa reducida para grupos, jubilados, parados y niños es de 4€
8. Castillo de Alarcón
El castillo de Alarcón es hoy un Parador Nacional de Turismo y fue
declarado Bien de Interés Cultural. Esta antigua fortaleza de origen
árabe está ubicada sobre un meandro del río Júcar y data del siglo XII.
Alarcón es una ciudad privilegiada desde el punto de vista de su
patrimonio monumental.
Además de su portentoso castillo, hay que destacar algunas de las muestras
del tardorrománico más meridional de España ( Ermita de la Virgen de la
Orden e iglesia de Santo Domingo de Silos) y una buena colección de
iglesias monumentales, como la parroquia renacentista de Santa María o la
iglesia de Santa Trinidad, con portada plateresca, etc.
Alarcón se asienta en una peña rodeada casi completamente por el río
Júcar.
Fue asentamiento romano, visigodo y posteriormente árabe. Fue
reconquistada en 1184 por el Capitán de Alfonso VIII, Fernán Martínez de
Ceballos. Actualmente su castillos es empleado como Parador Nacional
"Marqués de Villena".
El istmo de tierra que une Alarcón con los campos abiertos del este,
único lugar de acceso, es defendido inicialmente por dos recias torres
albarranas pentagonales con todo un repertorio de muros y puertas
protegidas.
El castillo en sí, corona la parte más alta del peñón donde se asienta
toda la villa y, precisamente, en su parte más oriental. Tiene altos
muros, cubos semicirculares en algunas esquinas, cuadrados en otras y una
torre de homenaje de planta cuadrada, con doble línea de almenas.
En otro monte contiguo hay otras dos torres también albarranas que
completan este casi inexpugnable complejo militar. Son la "Torre de
Alarconcillo" y "Torre del Cañavate".
Se puede visitar todo el conjunto, en el que destaca la torre del
homenaje renacentista, otras torres de menor tamaño, su mirador y sus 3
líneas de murallas. Además, se pueden atravesar muchas de sus puertas
muy bien conservadas.
Información sobre horario y tarifas: la visita al castillo de Alarcón es
libre y gratuita.
9. Comer en Alarcón:
La Cabana de Alarcon
Calle Conde Alvaro de Lara 21,
16214 Alarcón España
+34 969 33 03 73
Avda. Amigos de los Castillos, 3,
16213 Alarcón España
+34 969 33 03 15
10. Castillo de Enguídanos
Enguídanos, además de tener piscinas naturales perfectas para
refrescarse en los duros veranos conquenses, tiene un imponente castillo
en lo alto del cerro.

Castillo de Enguídanos, Cuenca
Se encuentra en un escarpado cerro, a unos 734 m. de altitud.
Construido por los árabes sobre la base de un castro íbero-romano entre
los siglos X y XI, su misión primordial fue la defensa avanzada de los
reinos levantinos.
En cuanto a la estructura, su planta es casi rectangular, con 3 cubos en
las esquinas con forma de "D".
A partir de su construcción comenzaron a asentarse alrededor los
primeros habitantes, dando lugar al nacimiento del Barrio de la Virgen,
al Barrio San Blas, a la Plaza Mayor, al Barrio Cuenca y a la Umbría.
Castillo de Enguídanos, Cuenca
Tras la reconquista cristiana perteneció primeramente al Marquesado de
Villena, y posteriormente al de Moya.
Fue en los siglos XIV y XV cuando se termina su edificación, con
elementos góticos defensivos y elevando más la altura de la Torre del
Homenaje.
La restauración nos permite disfrutar de esta fortaleza en casi todo su
esplendor, formando un castillo a caballo entre el estilo gótico y el
renacentista.
Accederemos por su puerta norte, con arco de medio punto sobre la
entrada. La muralla conserva tres torres reforzando las esquinas.
La torre principal tiene forma de D, semicircular por el exterior y
plana en el interior.
Si observamos el perímetro, las torres asoman por fuera de la muralla en
semicírculo: la razón es que así resistían mejor los cañonazos, frente a
la torre de planta cuadrada medieval, cuando aún no se usaba la pólvora.
Durante los siglos XIV y XV se le dotó de su aspecto actual, elevando la
torre principal para cumplir funciones de vigía.
Castillo de Enguídanos, Cuenca
Enguídanos fue elegido desde antiguo para erigir castillos.
Desde los siglos V al III a.C., I y II Edad del Bronce, se asentó en el
cerro Cabeza Moya un castro celtíbero. En su yacimiento se han
encontrado habitaciones, cerámicas griegas y monedas romanas.
Esta fortaleza defensiva de gruesos muros data del siglo XI y conserva 3
de sus torres gracias a una remodelación parcial.
Información sobre horario y tarifas: el acceso al castillo de Enguídanos
es libre y gratuito.
y para comer en Enguidanos:
Calle Leonardo Lujan 113,
16372 Enguídanos España
+34 969 34 49 60
Castillo de Cardenete, Cuenca
Su origen puede datarse del siglo XII, apareciendo mencionado en
un documento de 1187 mediante el cual fue donado por Alfonso VIII
al obispo de Cuenca, junto al cercano castillo de Paracuellos de
la Vega.
11. Castillo de Villora
Este castillo de origen árabe conserva su torre albarrana de 4 plantas
que data del siglo XII, aunque tenga añadidos góticos en la cornisa.
Durante las Guerras Carlistas fue incendiado por la resistencia que
mostró en pueblo de Villora en favor de Isabel II.

Como plan complementario, muy cerca del castillo de Villora está la
playeta del río Cabriel, el lugar perfecto para organizar un picnic y
darse un baño en el verano.
12. Castillo de Paracuellos de la Vega
Castillo de Paracuellos de la Vega, Cuenca
Coordenadas
39°43′20″N 1°47′19″O

El castillo de Paracuellos es una fortificación ubicada en el
municipio español de Paracuellos, en la provincia de Cuenca. Cuenta
con el estatus de Bien de Interés Cultural.
Ubicado en el municipio conquense de Paracuellos de la Vega, en
Castilla-La Mancha, se levanta en un alcor, formando un eslabón de
la cadena defensiva a la que dio origen la conquista de Cuenca por
Alfonso VIII.
Castillo de Paracuellos de la Vega, Cuenca
No ocupa el lugar más alto de la loma, pero sí el corte que protege
el barranco que domina el valle.
Fue donado, junto con el castillo de Monteagudo de las Salinas, a la
iglesia-catedral de Cuenca y a sus obispos en 1187, por el rey
Alfonso VIII.1
De planta trapezoidal, a él se accede por un camino labrado en la
roca. Su construcción es a base de sillarejo esgrafiado con sillares
en las esquinas, mientras que dinteles de puertas, ventanas, arcos y
aspilleras están construidos con piedra del lugar. Consta de tres
recintos concéntricos, conservándose del exterior toda la base de la
muralla y dos cubos almenados.
Al segundo recinto se accede por una única puerta y se mantiene en
pie toda la base del recinto con tres cubos. En el interior se halla
la torre maestra, de planta pentagonal al exterior y cuadrada en el
interior.1
Al pie del castillo se conservan las ruinas de lo que fue el antiguo
pueblo y en donde hasta el siglo xvi existía una población
avecindada. Allí se encontraba la iglesia de Nuestra Señora del
Castillo, construida entre 1529 y 1537, de la cual no se conserva
ningún resto.
13. Castillo de Cardenete
Catalogación Bien de Interés Cultural (genérico)
Localización Cardenete (España)
Coordenadas:
39°46′08″N 1°40′58″O

Construcción siglo XVI
El castillo de Cardenete es una fortificación del municipio
español de Cardenete, en la provincia de Cuenca.
Descripción
El inmueble se encuentra en el término municipal conquense de
Cardenete, en Castilla-La Mancha. Su construcción, que se remonta
a la primera mitad del siglo xvi, fue promovida por Andrés
Cabrera, primer marqués de Moya. Fue fortificado durante la
Primera Guerra Carlista.
La fortaleza podría haber quedado protegida de forma genérica el
22 de abril de 1949, mediante un decreto publicado el 5 de mayo de
ese mismo año en el Boletín Oficial del Estado con la rúbrica del
dictador Francisco Franco y del ministro de Educación Nacional
José Ibáñez Martín, que sostenía que «Todos los castillos de
España, cualquiera que sea su estado de ruina, quedan bajo la
protección del Estado».
14. Castillo de Monteagudo de las Salinas
A pesar del estado de ruinas del castillo de Monteagudo de las
Salinas, sigue siendo uno de los principales monumentos del
tranquilo municipio que le da nombre.
Esta antigua fortaleza es una parada obligatoria en la ruta de los
castillos en Cuenca que tienes que visitar y sus vistas no dejan
indiferente a nadie.

Castillo de Monteagudo de las Salinas, Cuenca
Los restos actuales datan de los siglos XIV y XV a medio camino
entre fortaleza medieval y renacentista.
Este castillo se levantó sobre un destacado cerro en forma de cono
truncado y tenía una planta irregular que se adaptaba al terreno
en el que se asentó.
Presentaba varios torreones en su perímetro y una única puerta de
entrada.
El interior está ahora diáfano, con sólo los restos de un aljibe
en el centro del patio.
Desde sus murallas se puede contemplar una amplia panorámica de la
sierra y los pinares circundantes.
Su estado es ruinoso, conservándose solamente parte de sus
murallas y algunos torreones. Como curiosidad, de este pueblo
partía la Ruta de la Lana, variante del Camino de Santiago que
recogía a los peregrinos de Valencia, llevándolos hasta Burgos.
Información sobre horario y tarifas: el acceso al castillo de
Monteagudo de las Salinas es libre y gratuito.
15. Castillo de Cañada del Hoyo
En tiempos de los musulmanes este paraje fue atalaya y alquería. Su
función fue la de vigilancia, por convertirse en frontera de los
almorávides con la Castilla de Alfonso VI.

Castillo de Cañada del Hoyo, Cuenca
En el año de 1291, perdió su carácter de realengo y pasó a ser propiedad,
con D. Juan Núñez de Lara, del Señorío de Molina.
Será en el año 1403, con el matrimonio de D. Diego Hurtado de Mendoza con
Dña. Beatriz de Albornoz, cuando este castillo pasó a ser de la
responsabilidad del Señorío de Cañete.
Tras un breve espacio de tiempo, se pasó a un nuevo período de
turbulencias señoriales provocadas principalmente por el señorío de
Villena frente a la Corona. En este tiempo, la fortaleza se remoza y se
refuerza el perímetro con almenas y torres con señas de identidad de Juan
de Pacheco (el emblema está en la torre de planta octogonal) como primer
marqués de Villena y Maestre de Santiago.
Por este motivo, su torre cuadrada en forma de D, sirvió como prototipo
para los castillos de Belmonte (Cuenca), Chinchilla de Monte Aragón
(Albacete) y Jumilla (Murcia). Después de este período, el castillo,
regresó a la Corona, hasta que, en tiempos del Rey Juan II de Castilla,
este castillo pasó a manos de los Hurtados de Mendoza por permuta del de
Cuenca.
Historia más reciente, es que el castillo tomó parte activa durante las
primera y segunda guerras civiles, generalmente llamadas carlistas. Entre
ambas guerras, Isabel II, bajo el mando del general D. Francisco de
Narváez, realizó una nueva reconstrucción. Con la desamortización de Madoz
(años de 1855 al 1866) el castillo pasó a manos de Juan Jiménez,
comerciante y vecino de Cañete.(1)
Limitan el recinto dos lienzos de muralla, incluyendo la puerta de
entrada, una importante torre albarrana de tres o cuatro pisos, con vanos
huecos de aspilleras y ventanas y mirador. El aparejo es de sillarejo,
sobre un gran zócalo.
El castillo de Cañada del Hoyo data de los siglos Xi y XII, aunque fue
reedificado durante las Guerras Carlistas.
Castillo de Cañada del Hoyo, Cuenca
También es conocido como el castillo del Buen Suceso y conserva restos
de la muralla y de una torre.
Actualmente, su estado es óptimo por recientes remodelaciones.
El municipio conquense de Cañada del Hoyo es muy conocido por las
Lagunas de Cañada, un conjunto de 7 lagunas de gran interés
turístico.
Sin embargo, no hay que dejar de visitar la fortaleza situada en lo alto
de un cerro.
16. Lagunas de Cañada del Hoyo
Declaradas Monumento Natural en el año 2007, sufrieron en su día el mismo
fenómeno que las Torcas de los Palancares, es decir, el agua subterránea
se infiltra y fluye a través de las fisuras de las rocas carbonatadas,
disolviéndose finalmente.
Con el tiempo pueden crearse cavidades subterráneas de gran tamaño, por lo
que si el techo de estas cavernas no logra soportar el peso de las rocas
superiores, acaba por hundirse. La diferencia en este caso, es que estas
torcas poseen una capa impermeable en su fondo que impide la absorción del
agua.

Una de las lagunas de Cañada del Hoyo
Estas lagunas tienen una característica muy peculiar, cambian de color a
causa del intenso movimiento de las bacterias fotosintéticas. También
influyen otros agentes como la temperatura, la contaminación o la época
del año.
Todo ello condiciona el proceso de evaporación y, de este modo, la
composición química del agua. Estas propiedades hidroquímicas tan
especiales se desarrollan en ecosistemas poco comunes, por lo que su
conservación es fundamental para mantener el valor paisajístico.
Si en tu visita quieres hacer un FreeTour, o necesitas comprar alguna entrada para algún Museo o para realizar alguna actividad, en este enlace te lo pueden solucionan, click aquí.
Rutas en las Lagunas de Cañada del Hoyo
Llegamos desde las Torcas de los Palancares en poco tiempo. Existen dos
recorridos para ver las siete lagunas de las que consta el Monumento
Natural. Uno superior, más corto, en el que podemos visitar la laguna de
la Gitana y la laguna y lagunillo del Tejo.
Además de otro inferior, más largo, en el que podemos observar la laguna
de la Parra, la de las Cardenillas, la Llana y el lagunillo de las
Tortugas. Para acceder a estas últimas cuatro lagunas, debemos acceder a
la finca “7 Leguas”, de propiedad privada, pero dejan abierto el paso a
los turistas.
Las siete lagunas de Cañada del Hoyo
Aparcamos junto a la laguna de la Gitana, también llamada de la Cruz. Es
una laguna meromíctica, es decir, sus aguas no se mezclan en su totalidad
y debido a esa destacada estratificación, conserva una curiosa comunidad
de organismos acuáticos. En verano es de color blanquecino debido a la
precipitación de carbonato cálcico. Posee una profundidad máxima de 25
metros.
Tras bajar a la orilla para contemplarla en su máximo esplendor, volvimos
a subir y nos dirigimos a las otras dos lagunas restantes en esta parte de
la ruta. Ambas están muy cercanas, sus respectivos miradores están
separados por unos pocos metros.
El lagunillo del Tejo, posee variaciones anuales importantes en su masa de
agua. Es de color oscuro porque la densa vegetación acuática que rodea la
laguna impide que pase la luz.
Tiene muy poca profundidad, no como la laguna del Tejo, que puede llegar a
alcanzar los 32 metros.
Presenta bordes rocosos y perfil cónico. Al igual que la de la Gitana, su
color blanquecino durante el estío surge debido a la precipitación de
carbonato cálcico.

Lagunillo del Tejo
Es interesante apreciar, además de las lagunas, que son lo más llamativo,
la flora y la fauna características de este espectacular paraje natural.
Durante la caminata podremos apreciar en los bosques, árboles como el pino
y el acebo, o arbustos como el enebro. También, si nos fijamos bien en las
bolsas de agua que poseen estas curiosas torcas, podremos apreciar percas
y barbos.
Pero sin duda el animal por excelencia dentro del Monumento Natural es la
tortuga, concretamente las que pertenecen a la especie galápago europeo,
amenazada y, a día de hoy, única población en la provincia de
Cuenca.
El resto de ejemplares que podemos contemplar son especies exóticas
introducidas por el hombre recientemente, como el galápago de Florida,
calificada como especie invasora, y la falsa tortuga mapa.

Aparcamos y comenzamos el recorrido inferior a través de los carteles que
señalizan el camino.
Carteles indicadores en las Lagunas de Cañada del Hoyo
Nuestra primera parada fue la laguna de la Parra, que posee una
espectacular pared, geológicamente muy singular.
Destaca también el tono azulado y la transparencia de sus aguas.
Alcanza los 14 metros de profundidad máxima.
En la vertiente menos pronunciada de la laguna podemos recorrer un bello
paseo botánico donde se incluyen multitud de árboles y arbustos que son
protegidos por las rocas de la pared. Muy vistoso en primavera y otoño.
Seguimos por la laguna de las Cardenillas, que, con un máximo de 12
metros de profundidad, llama la atención por su la tonalidad azul
cardenillo de sus aguas, producida por las arcillas del fondo y los
márgenes.
Caminando un breve periodo de tiempo aterrizamos en el lagunillo de las
Tortugas, de escasa profundidad. Recibe su nombre por la existencia de los
conocidos reptiles que la habitan, además de otros anfibios que acuden por
la gran cantidad de alimento que ofrece en comparación con el resto de
lagunas, cuyas aguas son más limpias.
Finalizamos en la laguna Llana, una de las más llamativas por el entorno
que la rodea, con mucho menos relieve que el resto de sus hermanas. Sus
aguas tienen un color verdoso debido a la abundancia de algas que posee.
Su profundidad máxima es de 6 metros.

Laguna de la Gitana
Tras esta última parada, nos volvimos al coche, pues ya comenzaba a
despedirse el sol y los pies clamaban descanso tras un día de lo más
productivo.
Como siempre, agradecer la compañía de Reme y Alfonso, que fueron unos
excelentes guías tanto para nosotros como para el taiwanés Paco, su
huésped por aquella época. Nos dieron comida, cama y turismo, imposible de
superar, y más visitando lugares tan grandiosos como las Lagunas de Cañada
del Hoyo.
Calle Pastora 16,
16340 Cañada del Hoyo España
+34 615 19 03 66
18. Recinto amurallado de Cañete
Recinto amurallado de Cañete, Cuenca
Coordenadas
40°02′35″N 1°39′04″O

El recinto amurallado de Cañete es un conjunto histórico-artístico de
España situado en el
municipio castellano-manchego de Cañete, en
la provincia de Cuenca.
Fue declarado bien de interés cultural el 16 de abril de 1996
Comprende la muralla —de la cual es destacable su configuración en
zig-zag—3 el castillo y diversos restos del pasado medieval de la localidad, con
elementos tanto románicos como de influencia árabe y también
modificaciones posteriores no medievales.
Es el recinto amurallado mejor conservado de la provincia de Cuenca, así
como uno de los mayores, y una parte de la misma muralla ha quedado
embutida en diversas casas particulares a lo largo de su longitud.
Cuenta con dos puertas mayores y tres postigos, todos ellos
conservados.
La villa de Cañete, de origen posiblemente romano, fue una ciudad
amurallada andalusí hasta el siglo XII, cuando fue reconquistada en
la campaña de Cuenca en 1117; posteriormente fue cedida a la mitra de ésta
en 1183.
El interés de Cañete destaca por su delimitación defensiva, relación
ciudad-castillo, además del asentamiento estratégico de este último.
La muralla se conserva en un porcentaje muy sustancial con diversas
puertas en pie.
Recinto amurallado de Cañete, Cuenca
Debió tener unos 8 m de altura, con un grosor de 2-2,50 m de promedio.
Como es habitual en las fortificaciones medievales en los ángulos o
cambios de trazado aparecen torreones de defensa cilíndricos.
Tanto estos elementos como el castillo se levantan sobre recursos
naturales; el primero sobre la vaguada del río, el segundo sobre la cresta
rocosa que remata el cerro de Cañete.
Sobre este cinturón se encuentra la
Puerta de San Bartolomé, con puerta acotada y cierre en lienzo interior, de clara influencia
árabe.
Puerta de la Virgen, Cuenca
También es notable la
Puerta de las Eras, con bóveda, sillería en arcos de medio
punto y herradura y disposición acodada en su planta, con
trazas románicas y un torreón de defensa sobre ella.
La
Puerta de la Virgen es de
estilo románico, medio punto con bocel.
El Castillo, al oeste del recinto, es de planta longitudinal afilada hacia
el Norte, donde termina el torreón circular.
Es uno de los mayores de España.
No tiene sin embargo construcciones sobresalientes; tan solo el
edificio que separa los recintos central y meridional tiene dos
torrecillas de escasa altura.
Extramuros, junto a la puerta de la Virgen, se encuentra la ermita de
Nuestra Señora de la Zarza, de corte renacentista, con muchas
modificaciones. Su planta es rectangular con cinco tramos, más alto el del
altar mayor.
El conjunto de casas que se encuentran sobre la muralla constituye junto
al río un paisaje urbano de interés.
En la plaza Mayor de la
localidad se localizan la casa consistorial y la
iglesia de San Julián.
La primera es de estilo herreriano, cuadrado y rodea a un
patio.
En la fachada se observan una torreta lateral y un balcón central. La
iglesia de San Julián es de estilo renacentista. Su planta tiene forma de
cruz latina, con bóveda de media naranja sobre pechinas y una portada del
siglo XVIII.
En la plaza mayor existen también zonas porticadas con pilares en piedra y
madera, con capiteles. Otras edificaciones notables son el conjunto de la
calle del Agua, de caserío popular y tipología medieval, o la placetilla
de la muralla, con alineación irregular y caserío de 2-3 plantas.
19. para comer en Cañete:
Restaurante La MurallaCarretera Valdemeca 20,
16300 Cañete España
+34 969 34 62 99
y como etapa final de nuestra ruta, nos dirigimos hacia el
Uno de las fortalezas amuralladas más antiguas de Cuenca está en el
municipio de Moya.
Las ruinas del castillo de los Bobadilla son muy extensas y datan
del siglo XIII, aunque hay restos de la Edad de Bronce y de la Edad
de Hierro.

Castillo de los Bobadilla, Moya, Cuenca
Tras el recinto amurallado y el antiguo foso que lo separaba del pueblo,
el castillo tiene 3 líneas defensivas y una torre del homenaje.
Tuvo mucha importancia por su ubicación estratégica entre Aragón y
Valencia.
Información sobre horario y tarifas:
el acceso al castillo de los Bobadilla es libre y gratuito.
El 7 de noviembre de 1988, fue incoado expediente para su declaración como
Bien de Interés Cultural.1 Fue declarado finalmente Bien de Interés Cultural el 19 de febrero de
1992, mediante un decreto publicado el 4 de marzo de ese mismo año en el
Diario Oficial de Castilla-La Mancha, siendo recientemente restaurado.
Si en tu visita quieres hacer un FreeTour, o necesitas comprar alguna entrada para algún Museo o para realizar alguna actividad, en este enlace te lo pueden solucionan, click aquí.
Calle Ibanez Martin 26,
16330 Landete España
+34 969 36 80 33
22. Otras rutas cercanas:
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