El Románico es el arte de la formación de Castilla y en el proceso de
formación del arte en estas tierras se advierte un impulso de armonización
de factores muy dispares: aquí concurren las dos fuerzas que operaban en
la formación del pueblo castellano pues lo cristiano y lo europeo iban a
prestar la estructura fundamental del estilo.
En las tierras norte-occidentales de la Castilla histórica, domina el
románico de tipo más universal, un arte que nace en el siglo XI pero muy
marcado por influencias netamente peninsulares ya que no puede explicarse
su existencia sin los precedentes de la arquitectura mozárabe, visigótica
y asturiana.
Indice:
- Algo de Historia
- Características Generales del Románico Palentino
- Croquis de la Primera Parte de Nuestra Ruta
- Como llegar a Aguilar de Campoo
- Aguilar de Campoo
- Comer en Aguilar de Campoo
- Senderismo en Aguilar de Campoo
- Lomilla
- Monasterio Benedictino de Santa Maria de Mave
- Comer en Mave
- Becerril del Carpio
- Monasterio de San Andrés de Arroyo, Santibañez de Ecla
- Iglesia de San Juan Bautista, Moarves de Ojeda
- Monasterio de Santa Eufemia de Cozuelos. Olmos de Ojeda
- En Perazancas, Ermita de San Pelayo
- Ermita de Santa Cecilia, Vallespinoso de Aguilar
- Ermita de Santa Eulalia, Barrio de Santa Maria
- Otras Rutas Cercanas
1. Algo de Historia
Entre los años 850 y 911, el reino astur –el núcleo cristiano más
importante del norte peninsular- dará el estirón territorial que le
permitirá traspasar la Cordillera Cantábrica y llegar al Duero,
sentando las bases de la repoblación de la cuenca de este río y
acuñando los fundamentos de las dos entidades políticas que se
distribuirán su territorio: León y Castilla.
Este avance espectacular se debió tanto a la consolidación del reino
en el área montañosa como a la presión demográfica. La repoblación de
estos territorios fue dirigida por la monarquía y la nobleza que,
apoyándose muchas veces en la fundación de monasterios, pudo crear
focos de colonización y explotación agraria.
Como los grandes beneficiarios fueron precisamente los nobles y
algunos monasterios, se constituyeron grandes patrimonios sobre todo
en el área gallego-portuguesa mientras que en las regiones más
orientales de León y Castilla la repoblación oficial y la de los
grandes señores alternó con la apropiación territorial por parte de
individuos y familias procedentes del área cántabra o vascona.
La tierra era la base de la producción y de las relaciones sociales
pero el desarrollo de nuevos núcleos de poblamiento, las ciudades,
intensificó la producción artesanal y el creciente intercambio de
productos. La producción agraria se basaba en el cultivo de los
cereales –trigo, cebada, centeno y mijo- y el viñedo que se utilizaba
tanto para la fabricación de vino como para las necesidades
litúrgicas.
Las actividades de tipo ganadero tuvieron en Castilla y León,
desde fechas muy tempranas, una gran importancia: junto al ganado
vacuno destacaba el caballar -imprescindible para la defensa militar
frente a los musulmanes- pero el que alcanzó mayor renombre,
convirtiendo a Castilla en una potencia de primera fila, fue el ovino.
La vida urbana conoció un despliegue espectacular en los siglos XI al XIII y en este sentido jugó un papel decisivo el camino de peregrinación que conducía a Compostela.
El interés de los monarcas por garantizar la seguridad en el camino de
Santiago, facilitó la afluencia de peregrinos.
La animación creciente de la ruta alentó a grupos de artesanos y
mercaderes, la mayoría de origen extranjero, a establecerse con
carácter permanente en diversos puntos del camino buscando protección
al amparo de las antiguas civitates de época romana, de fortalezas o
de monasterios.
De esta manera fueron surgiendo diversos burgos que recibían fueros de
los poderes públicos y eran centros activos de la industria y del
comercio.
Pero el desarrollo de la vida urbana no fue una exclusiva del camino
francés pues el renacimiento de las ciudades se observa igualmente en
las tierras llanas que se extendían entre el río Duero y la ruta
jacobea, ejemplos bien significativos lo constituyen núcleos como
Palencia, Valladolid, Osma o Zamora que, a partir del siglo XII se
convierten en activas ciudades artesanales y comerciales.
El desarrollo de los burgos tuvo su reflejo, en el plano intelectual,
en la creación de la escuelas urbanas situadas por lo general bajo el
control episcopal. En Castilla y León florecieron algunas escuelas
catedralicias como las de Santiago, Toledo, Palencia o Segovia.
El paso siguiente consistió en la fundación de universidades: en el
año 1212 Alfonso VIII de Castilla fundó en Palencia el primer studium
generale que alcanzó gran notoriedad pero, debido a la falta de
medios, comenzó a languidecer y en la época de Alfonso X fue
trasladado a Valladolid donde consiguió consolidarse.
La corona de Castilla, al igual que los restantes países del occidente
de Europa, se vio afectada a partir del siglo XIV por una depresión de
considerable importancia: la fatídica trilogía de peste, hambre y
guerra produjo sucesivas epidemias de mortandad que redujeron los
efectivos de población y una considerable fractura social.
En la Crónica de Fernando IV del año 1301 se llega a afirmar que había
muerto el 25% de la población aunque el momento de mayor regresión se
alcanzó como consecuencia de la Peste Negra de 1348. En el Becerro de
Behetrías, libro que data de 1352 se da cuenta de los diversos núcleos
de población deshabitados, sobre todo en el obispado de Palencia, en
el que habrían desparecido 88 de un total de 420.
Los historiadores no se ponen muy de acuerdo sobre las causas de este
fenómeno pues si bien las epidemias de enfermedad y hambrunas son
causa de mucha mortalidad, no hay que perder de vista el trasiego de
población en busca de mejores condiciones de vida en tierras más
meridionales.
Se denomina Románico a la corriente estilística que
se desarrolla en Europa durante dos largas centurias. En
España se inicia al superar la primera mitad del siglo XI y se
prolonga hasta bien entrado el siglo XIII.
El período que rodeó el cambio del primer milenio vio grandes
desplazamientos, invasiones, calamidades de todo tipo y hambruna
extrema, circunstancias que sumieron a los europeos de aquella época
en el conocido terror milenario: el fin del mundo estaba cerca y el
Apocalipsis no tardaría en hacer su aparición.
Pero, superado el año 1.000 ninguna de aquellas catástrofes anunciadas
se producían y sí ocurrían cambios en el mundo de las ideas, crecían
las poblaciones de los feudos y se reactivaba el comercio. La Iglesia
católica se puso al frente de un proceso integrador que abrió las
puertas a la colonización de territorios y a la formación de nuevos
núcleos de habitantes: las abadías y monasterios se convirtieron en
focos impulsores y aceleraron el proceso; los monarcas facilitaron esa
labor. El occidente cristiano experimentó, en poco tiempo, una
revolución espiritual y material.
La fiebre constructora se adueñó del occidente cristiano. Pronto,
condados y obispados humildes emprendieron una increíble campaña
constructiva y no tardarían en unírseles los nuevos burgos y hasta las
parroquias de aldeas que aspiraban a una iglesia propia.
El arte se puso al servicio de los representantes de Dios tanto en lo
divino como en lo humano. Surge el arte románico como una condensación
de procesos estilísticos, teológicos, religiosos y morales. Estamos
ante el primer arte europeo verdaderamente cristiano que integra en la
arquitectura formas escultóricas y pictóricas y que emplea el lenguaje
del símbolo para comunicar sentimientos, doctrinas e ideas de la vida.
El primer testimonio románico que descubrimos en Castilla, que es la
cripta de la catedral de Palencia –1034- procede de la Cámara Santa de
Oviedo y de la cripta de Santa María del Naranco y la segunda fecha,
que nos habla de otra influencia distinta de la anterior, es la de la
construcción de San Martín de Frómista, en 1066, donde vemos el
precedente de pirenaico de la Seo de Jaca.
En el último tercio del siglo XI la actividad constructiva es muy
grande y se incrementa durante el siglo XII al convertirse el Camino
de Santiago en algo más que una sencilla peregrinación religiosa.
A través de la Ruta, el Románico circulaba en los dos sentidos; la
corriente europea llegó a España pero también sabemos que muchas
formas españolas, arquitectónicas y decorativas pasaron a
Francia.
La política de europeización y romanización de España se acentuó
durante el siglo XII y fueron mayores las influencias extranjeras
tanto de Cluny como posteriormente las cistercienses. También a través
del Camino pudieron llegar a Castilla mucho elementos orientales y
bizantinos.
Sin embargo, el Románico que fue el arte de la formación de Castilla,
no fue el arte de la expansión.
Las influencias francesas fueron muy importantes pero el románico
castellano se fue haciendo cada vez más localista y rural.
2. Características Generales del Románico Palentino
No puede decirse que el románico palentino presente unidad
estilística.
Sin embrago, el románico de tendencia universalista no es la única
tendencia que debe considerarse en la provincia. Es suficiente con
fijarse en el mapa y observar la prolífica concentración de iglesias
del norte palentino, que surgieron a finales del siglo XII bajo la
autoridad naciente de los concejos libres que tienen en la espadaña el
elemento común que no falta en ninguna de ellas.
Más justo sería hablar de monumentos concretos que de parámetros
comunes. En cuanto a las plantas, encontramos de todo tipo siendo las
más repetidas las de cruz latina con tres naves y ábsides
semicirculares.
Los soportes más repetidos son los pilares cruciformes con columnas
adosadas aunque es habitual la semicolumna adosada a los muros
perimetrales si la iglesia es de una sola nave.
En el capítulo de los fustes podemos elegir: los lisos son los
predominantes, pero también los hay monolíticos en las portadas o con
abundante decoración fantástica.
Las impostas, cimacios y capiteles son de muchísima riqueza
inclinándose por los aderezos barrocos.
Lo que unifica el románico es el arco de medio punto, que es el
predominante en los edificios, si bien no faltan los apuntados en las
construcciones tardías y lo mismo puede decirse de los vanos, pues los
ventanales se unifican por su arco de medio punto, apareciendo
arquivoltas y columnillas decoradas entre sus componentes habituales.
Las bóvedas construidas en los siglos XI y XII suelen ser de medio
cañón, convirtiéndose en cañón apuntado si avanzamos en la cronología.
Asimismo hay que referirse a las portadas, estructuradas de manera que
destaquen del muro de la fachada, tomando forma a través de las
arquivoltas que reflejan gran amplitud de motivos y ornamentos
escultóricos.
Los frisos con esculturas de Palencia son el prototipo más completo y
extraordinario de Europa con la figura del Salvador, rodeado del
Tetramorfos y acompañado de un apostolado de cuidada ejecución.
Por último cabe hacer mención de las torres campanario y de las que
muestran apariencia defensiva y con planta cuadrada.
EL SIMBOLISMO ROMÁNICO
La población medieval era en su mayor parte iletrada y de alguna forma
había que hacer llegar el mensaje de Dios y la doctrina cristiana. Los
frisos y sobre todo, los capiteles fueron libros abiertos en los que
se relataban escenas del Antiguo y el Nuevo Testamento.
Junto a las escenas religiosas, las mitológicas y las escenas de la
vida cotidiana de aquellos hombres completan un panorama lleno de
simbología que presenta, en general la siguiente iconografía Palencia:
Los Santos y la Santidad:
a) Por flores. Se mantiene así una iconografía fijada
en el Arte Paleocristiano y heredada del mundo antiguo, ya que el
concepto de lo sacro y la santidad va unido a las flores muchos siglos
antes de Cristo, desde el Arte Mesopotámico.
También por influencia cristiana pasa al Islam. Es muy corriente en el
Arte medieval. Las flores, en las arquivoltas de las portadas
románicas, son tema muy frecuente.
b) Por estrellas. Se fija esta iconografía al final
del Arte Paleocristiano. En La Sagrada Escritura se afirma que los
Santos brillan como estrellas en el cañaveral. Son estrellas las
puntas de diamante tan típicas de portadas tardías en el Románico.
Aparecen en la provincia de Palencia, por ejemplo en Quintanatello, en
Vallespinoso, en Vergaño, en Vertavillo y también aparecen en ventanas
como en Brañosera.
c) Por árboles. La palmera es, entre todos los árboles, el símbolo más típico de
santidad. Los salmos hablan de los santos como "hojas verdes de árbol
frondoso" y alusiones similares son frecuentes, esto hace que se les
representen también por hojas y hojas de palma, símbolo de la
victoria. Dentro del románico palentino, puede citarse: Vega de Bur, y
Valle del Cerrato.
Cristo vencedor del pecado y de la muerte.
a) Sansón a horcajadas sobre el león: Sansón es figura de Cristo
que vence al león, que es el Demonio, con su muerte. El Demonio es la síntesis del pecado y de la muerte. Tiene el
románico palentino magníficos ejemplos Moarves, Santa Eufemia de
Cazuelas, Dehesa de Romanos, Revilla de Santullán, Aguilar de Campoo
-en el Museo Arqueológico Nacional-, Vallespinoso de Aguilar y
Astudillo. Aparece tanto en los capiteles de la portada como en el
arco del triunfo, dándose además el enfrentamiento con el tema
demoníaco.
b) El Pantocrátor: Cristo victorioso al final de los
siglos. Los mejores ejemplos, en escultura, del románico europeo están
en Palencia ya que sobrepuja en belleza a todos el de la Iglesa de
Santiago de Carrión de los Condes. Como la manifestación victoriosa de
Cristo se une al Juicio, se debía colocar este tema sobre las puertas
de las iglesias en que se administraba justicia.
La esperanza y la fe del Justo.
Estas dos virtudes se sintetizan en la figura de Daniel, en el que
se cumple el salmo "lo libraré porque esperó en mí". Hay dos variantes en su representación: de pie y sentado. De pie
con las manos extendidas orando o con las manos juntas también orando.
Todas estas variantes existen en el románico palentino. Aparece en:
Villabermudo, Gama, Astudillo, Resoba, Zorita del Páramo y Villanueva
de la Torre.
La vida cristiana es lucha contra el mal.
Aparece el hombre cristiano como un guerrero atravesando con su
espada o su lanza bien a un león o bien a un dragón. Así puede verse en Revilla de Santullán, Perazancas, Santa.
Cecilia de Aguilar, Moarves, Vallespinoso de Aguilar, San Cebrián de
Mudá. Este tema enlaza con el concepto de lucha al estilo caballeresco
como aparece en Moarves, Santa Cruz de Ribas o Pozancos.
Las almas de los justos.
La representación más generalizada es simbólicamente por palomas. Esta iconografía, aunque es más antigua, se fija en el Arte
Paleocristiano. Aparecen, bien alimentándose del árbol de la vida,
representación paradisíaca o bien atrapadas por el pecado y el error.
Dentro de los abundantes ejemplos con esta temática, sobresalen los
capiteles de San Martín de Frómista.
Demonios.
La representación más generalizada es por un ave con patas de caballo,
cola de dragón y cabeza humana o de animal. También es muy frecuente
su representación por un león; aunque éste a veces puede tener una
significación positiva -Cristo, León de Juda-. También se representa
al demonio por un dragón y serpiente, aunque tuvieron menos éxito.
La sirena es el símbolo de la tentación y si es de doble cola de la
lujuria. Representaciones demoníacas aparecen en Pozancos, Barrio de
Santa María, Revilla de Santullán; con forma de león entre otras
iglesias en Frómista y Cillamayor y con forma de dragón en
Vallespinoso de Aguilar.
Los oficios.
Suelen aparecer unidos a la idea de tiempo o signos del Zodiaco, son
muy corrientes para indicar el año y Cristo Señor de los tiempos.
3. Este es el Croquis de la Primera Parte de Nuestra Ruta
Es imposible visitar todos los monumentos románicos de esta zona en
una única ruta o jornada.
Por ello te proponemos tres, que igualmente son muy extensas, ya que
esta zona aglutina el mayor número de monumentos y restos románicos
no sólo de la provincia o de España, sino también de Europa.
4. Como llegar a Aguilar de Campoo
, Inicio de nuestra Ruta
Está a una distancia de 99 km de Palencia, capital de la provincia,
y a 102 km deSantander (Cantabria). Se encuentra en la ribera del
río Pisuerga, en la comarca de la Montaña Palentina e inmersa en el
territorio histórico de Campoo.
Enclavada en el noreste de la provincia de Palencia, Comunidad de
Castilla y León y dentro del marco geográfico de la Montaña
Palentina, hace frontera con los territorios cántabros de Campoo y
los burgaleses de Páramos de la Lora.
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Iniciamos nuestra primera ruta en Aguilar de Campoo, preciosa
villa declarada Conjunto Histórico Artístico y considerada por muchos
la capital palentina del románico norte.
Algo de Historia sobre Aguilar de Campoo
Lugar poblado por cántabros, romanos y visigodos fue
baluarte en la dominación árabe (de esta época solo quedan
los nombres de algunos pueblos: Cordovilla, Zalima...) y
villa de gran importancia en la Edad Media.
El 14 de mayo de 1255, siendo rey Alfonso X el Sabio y
estando este en Aguilar, la declaró Villa Realenga y señaló
sus términos. Este fue el Primer Fuero Real de Castilla
(después sería Sahagún), que actualmente forma parte de los
fondos del museo de la Hispanic Society of America (catálogo
de 1953). La villa permanecería con este privilegio hasta
1332.
Fue, desde entonces, cabecera de la Meryndat de Aguylar de
Canpo, una división administrativa de la Corona de Castilla,
vigente durante la Edad Media, cuya descripción figura en el
libro Becerro de las Behetrías de Castilla5 redactado por
las Cortes de Valladolid de 1351, cuando el estamento de los
hidalgos solicitó al rey Pedro I la desaparición de las
behetrías mediante su conversión en tierras
solariegas.
Esta merindad era una de las más extensas y pobladas de
Castilla y contaba con 262 localidades, actualmente
repartidas entre las provincias de Palencia, Cantabria y
Burgos. Su alfoz contaba con 34 aldeas.6
Pedro de Aguilar, hijo ilegítimo del rey Alfonso XI el
Justiciero y de Leonor de Guzmán, fue titular del señorío de
Aguilar entre 1332 y 1338, y de los términos de Liébana y La
Pernía, pero habiendo fallecido este infante siendo aún niño
y sin descendencia, el Señorío de Aguilar de Campoo fue
vuelto a conceder por el mismo rey Don Alfonso XI a otro de
sus hijos, el infante Tello de Castilla el 10 de febrero de
1339, que fue Conde de Vizcaya, Señor de Aguilar de Campoo,
de Castañeda y de Lara, y fundador de las villas de
Marquina, Elorrio, y Guernica.
Conservó este príncipe el Señorío de Aguilar de Campoo
hasta su muerte en 1370, año en que la soberanía sobre el
señorío de Vizcaya fue asumida definitivamente por los reyes
de Castilla.
Sin embargo, tanto el Señorío de Aguilar de Campoo como el
de Castañeda fueron confirmados por los sucesivos reyes de
Castilla a los descendientes de Tello, siendo por tanto
dicho infante el progenitor de la casa de los marqueses de
Aguilar de Campoo.
En 1480, los Reyes Católicos instituyeron el marquesado de
Aguilar de Campoo (uno de los más antiguos marquesados de
España) en la persona del tataranieto del infante Don Tello,
Don Garci V Fernández Manrique de Lara, I Marqués de Aguilar
de Campoo, III Conde de Castañeda y de Buelna y Chanciller
Mayor de Castilla. Desde entonces, la historia de Aguilar
discurre a vida y obra de sus marqueses hasta la
desaparición del Antiguo Régimen en el siglo XIX.
El título de marqués de Aguilar de Campoo fue distinguido en
1520 con la dignidad de Grande de España, la más alta
distinción nobiliaria europea, que otorga a sus titulares la
condición de "primos" del rey y el tratamiento de
"Excelencia" así como el derecho a permanecer con la cabeza
cubierta en presencia del monarca.
En octubre de 1517 permaneció por primera vez en Aguilar de
Campoo, en el Palacio de los Marqueses, el rey Carlos I y
futuro Emperador Carlos V y su hermana Doña Leonor, donde
fueron recibidos y agasajados por la nobleza en su primer
viaje a España para tomar posesión de la herencia de sus
abuelos los Reyes Católicos.
Tras ser elegido Emperador, Carlos V desembarcó en Laredo
(Cantabria) a su retorno de Alemania y se quedó por segunda
vez en Aguilar de Campoo en julio de 1522. Durante esta
estancia visitó el sepulcro de Bernardo del Carpio, valiente
y esforzado caballero, vencedor de la batalla de
Roncesvalles, que estaba situado junto al Monasterio de
Santa María la Real, llevándose su espada, la cual se
encuentra actualmente en la Real Armería de Madrid.
El 10 de agosto de 1519 partió de Sevilla la expedición de
Magallanes, junto a Juan Sebastián Elcano y 236 marineros
para dar la primera vuelta al mundo. Uno de los 30
supervivientes que regresaron el 6 de septiembre de 1522 fue
Juan Martín, natural de Aguilar de Campoo, a quien la Villa
tiene dedicada una de sus plazas.
La mejor fuente para conocer Aguilar en el siglo XVIII es el
Catastro del Marqués de la Ensenada. En esa época su
principal riqueza la constituían la agricultura y la
industria harinera, con siete molinos, de los que cuatro
pertenecían a Santa María La Real, uno al capitán Malla, uno
al Turruntero y el llamado posteriormente de la Fábrica de
Harinas que pertenecía a la marquesa de Aguilar, y varios
batanes para pisar paño y ropa.
A la caída del Antiguo Régimen la localidad se constituyó en
municipio constitucional, conocido entonces como Aguilar de
Campó en el partido de Cervera de Pisuerga,7 que en el
censo de 1842 contaba con 186 hogares y 967 vecinos.
A principios del siglo XIX, Aguilar de Campoo también sufrió
las consecuencias de la invasión francesa, sobre todo el
Monasterio de Santa Clara, que fue quemado por las tropas
napoleónicas.
En el año 1833 con la división provincial de Javier de
Burgos, bajo Isabel II, cambió la situación provincial del
municipio, que hasta la fecha pertenecía a la división
provincial de Cantabria y se añade a la provincia de
Palencia.
En 1921, Miguel de Unamuno visitó Aguilar y escribió un
artículo sobre la villa que incluiría en su libro Andanzas y
visiones españolas.
Aguilar de Campoo se encuentra en la Comarca 'Montaña Palentina', al norte de la provincia de Palencia. Esta preciosa villa declarada Conjunto Histórico Artístico es considerada por muchos la capital palentina del románico norte.
Aguilar de Campoo ostenta el titulo de Villa Realenga desde
que Alfonso X El Sabio se lo concediera el 14 de mayo de 1255.
Pasados más de dos siglos, el 25 de marzo de 1482, Los Reyes
Católicos conceden el marquesado de Aguilar a favor de Los
Manrique de Lara, siendo el I Marques de Aguilar Don Graci
Fernández Manrique de Lara. Paseando por sus calles
encontraremos más de cien escudos y blasones repartidos entre
casas solariegas y palacios.
Monasterio de Santa María la Real

Monasterio de Santa María la Real , Aguilar de
Campoo
Monumento Histórico Artístico desde el 4 de Diciembre de 1914. Ubicado al final de la Avda. de Cervera.
Monasterio de Santa María la Real , Aguilar de
Campoo
Los primeros documentos que atestiguan su existencia datan del siglo XI. En 1169, Alfonso VIII entrega el Monasterio a la orden de los premostratenses.
En 1222 la iglesia, que había sido terminada años antes, es consagrada por el obispo burgalés Mauricio.
El 11 de Octubre de 1835, desamortización de Mendizábal, el
Monasterio desaparece como Instituto Eclesiástico.
Monumento Histórico Artístico desde el 4 de Diciembre de 1914. Ubicado al final de la Avda. de Cervera.

Los primeros documentos que atestiguan su existencia datan del siglo XI. En 1169, Alfonso VIII entrega el Monasterio a la orden de los premostratenses.
En 1222 la iglesia, que había sido terminada años antes, es consagrada por el obispo burgalés Mauricio.

En 1866 es declarado Monumento Nacional y en 1871 son
arrancados 23 capiteles más valiosos procedentes de la
iglesia, del claustro y de otros ámbitos monásticos (uno de
ellos se traslado en 1932 al Fogg Art Museum de la universidad
de Harvard).
Monasterio de Santa María la Real
Monasterio de Santa María la Real
En 1978 se emprende la definitiva restauración con la
Asociación de Amigos del Monasterio y en 1987 esta asociación
recibe el Premio Europa Nostra por la recuperación del
edificio y de su actual actividad cultural: Instituto de
Bachillerato y sede de la Fundación Santa María la Real. Su
Majestad la Reina Doña Sofía hizo entrega del premio el 30 de
Junio de 1988.
Colegiata San Miguel
Colegiata de San Miguel, Aguilar de Campoo
Esta iglesia fue elevada a rango de Colegiata en 1541 por el Papa Paulo III a petición de Don Juan Fernández Manrique, III Marqués de Aguilar.
Los escudos de los Marqueses lucen en la torre. Magnífico templo de 3 naves de origen visigodo. Se reedificó en el conservándose la puerta principal románica de transición; el resto del conjunto es gótico.
Colegiata de San Miguel, Aguilar de Campoo
El segundo y tercer cuerpo de la torre son herrerianos, y el retablo renacentista.
Esta iglesia fue elevada a rango de Colegiata en 1541 por el Papa Paulo III a petición de Don Juan Fernández Manrique, III Marqués de Aguilar.
Los escudos de los Marqueses lucen en la torre. Magnífico templo de 3 naves de origen visigodo. Se reedificó en el conservándose la puerta principal románica de transición; el resto del conjunto es gótico.

El segundo y tercer cuerpo de la torre son herrerianos, y el retablo renacentista.
En su interior, el Museo Parroquial nos muestra un pequeño
viaje por las Edades del Hombre en sus diversas salas: La Sala
de los Cristos, la Capilla del Arcipreste de Fresno o de los
Pobres, la Capilla del Cristo, la Sala Capitular, la Sacristía
y la Capilla Bautismal.
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Al lado del Presbiterio también podemos contemplar los
sepulcros de los Marqueses de Aguilar.
Ermita de Santa Cecilia
Declarada Monumento Histórico-Artístico el 9 de octubre
de 1963. Iglesia Románica del siglo XII, con bellísima y
original torre campanario de tres cuerpos.
Ermita de Santa Cecilia, Aguilar de Campoo
En su interior guarda valiosos capiteles vegetales e iconográficos destacando el de 'La Degollación de los Inocentes', situado en el arco toral, uno de los más bellos del románico español.

En su interior guarda valiosos capiteles vegetales e iconográficos destacando el de 'La Degollación de los Inocentes', situado en el arco toral, uno de los más bellos del románico español.
Iglesia de San Andrés
Iglesia de San Andrés, Aguilar de Campoo
Esta iglesia románica formó parte de un desaparecido Monasterio del siglo XII que estaba situado en la falda del Castillo.
La cabecera y la portada de la iglesia se trasladaron en 1909 a este emplazamiento, situado en la isla que delimita el río Pisuerga, cerca de Peña Aguilón, nidal de águilas que da nombre a esta Villa.
Esta iglesia románica formó parte de un desaparecido Monasterio del siglo XII que estaba situado en la falda del Castillo.
La cabecera y la portada de la iglesia se trasladaron en 1909 a este emplazamiento, situado en la isla que delimita el río Pisuerga, cerca de Peña Aguilón, nidal de águilas que da nombre a esta Villa.
Monasterio de Santa Clara
Fundado en 1430 por Don Juan Fernández Manrique, padre del I
Marqués de Aguilar, fue habitado en un principio por
franciscanos. En 1480, Don Garci Fernández Manrique, I Marqués
de Aguilar, pidió autorización al Papa Sixto IV para que se
trasladase el Monasterio de Santa Mª de Camesa a este
cenobio.
Esta nueva fundación se debió a Doña Sancha de Rojas. Desde entonces viven aquí las monjas Clarisas. La iglesia, de estilo gótico, consta de una sola nave. La reja de clausura separa el espacio dedicado a las monjas del resto de la comunidad.
Esta nueva fundación se debió a Doña Sancha de Rojas. Desde entonces viven aquí las monjas Clarisas. La iglesia, de estilo gótico, consta de una sola nave. La reja de clausura separa el espacio dedicado a las monjas del resto de la comunidad.
Aguilar cuenta con más de 100 escudos y blasones, repartidos
entre las portadas de sus palacios, las fachadas de sus
casonas, porches, portales, patios interiores y en la
Colegiata de San Miguel. Estos escudos y blasones tienen
varios orígenes: cantabros, indígenas y oriundos de las
antiguas Merindades castellanas de Sedano y de Burgos.
Plaza Mayor

Plaza Mayor de Aguilar de Campoo
Es la Plaza de España, porticada y de grandes dimensiones, se encuentra en el centro de la Villa. Presidida por la Colegiata, en el lado dónde se emplaza el palacio de los Manrique, la arquitectura tiene más influencia castellana, mientras que, en la parte dónde se ubica la casa de los VII Linajes la arquitectura denota más influencias de los pueblos marineros de la costa cantábrica con galerias acristaladas para robarle al día toda la luz posible durante los largos inviernos.
Es la Plaza de España, porticada y de grandes dimensiones, se encuentra en el centro de la Villa. Presidida por la Colegiata, en el lado dónde se emplaza el palacio de los Manrique, la arquitectura tiene más influencia castellana, mientras que, en la parte dónde se ubica la casa de los VII Linajes la arquitectura denota más influencias de los pueblos marineros de la costa cantábrica con galerias acristaladas para robarle al día toda la luz posible durante los largos inviernos.
Palacio de los Manrique
También llamado de los Marqueses de Aguilar. Se
encuentra en un lateral de la Plaza Mayor. En la planta
inferior ubica la Oficina de Turismo.
El palacio consta de dos plantas. Su hermosa fachada de sillería con once balcones forjados, se sustenta sobre arcos de medio punto que se apoyan en columnas de fuste cilíndrico.
El palacio consta de dos plantas. Su hermosa fachada de sillería con once balcones forjados, se sustenta sobre arcos de medio punto que se apoyan en columnas de fuste cilíndrico.
En la fachada lucen 4 escudos del marquesado iguales que los
de la torre de la Colegiata. Descripción del escudo: Parte
izquierda semicortado con un castillo y el escudo de Aguilar
(águila). Parte derecha partido con dos calderas de las que
salen siete cabezas de serpientes (apellido Manrique de Lara).
El escudo está rodeado de guirnaldas y sobre él la corona del
marquesado (tres puntas).
Palacio de los Villalbos-Solorzano
Situado al comienzo de la calle del Puente. Con
impresionante fachada y patio clásico de artísticos
artesonados, sirvió durante siglos de alojamiento al Cabildo
de la Colegiata.
Palacio de los Marqueses de Villatorre
Portada de estilo renacentista burgalés, conocida
popularmente como la 'Puerta de la Torrejona', fue el inicio
de un gran palacio que intentó construir el Marqués de
Villatorre en el siglo XVI. Sobre el arco resalta su fastuoso
escudo, el más artístico de la Villa. En sus orígenes, la
portada estuvo orientada mirando a la cabecera de la Colegiata
San Miguel.
Casa del Cura
Monumento Histórico Artístico en 1933. Era una gran casa del
siglo XV. En su origen estuvo situada en la Calle del Puente
pero en los años 40 fue desmantelada y algunas de sus ventanas
y portadas se encuentran actualmente en la Casa Parroquial,
situada al lado de la Colegiata.
Casa de Santa María la Real
Se encuentra en la calle del Puente. Data del siglo XVIII
(1754), sirvió como enlace de gestiones entre el Monasterio
del mismo nombre y la villa. En su escudo se ven los símbolos
propios de su carácter: cruz arzobispal y báculo pastoral.
Casa de Marcos Gutiérrez
En ella vivió Marcos Gutiérrez, alcaide y defensor del
Castillo, que luchó contra Alfonso IX de León. Marcos
Gutiérrez defendió el castillo en nombre de D. Diego López de
Haro, hermano de Doña Urraca (tercera esposa de Fernando II de
León) hasta que la resistencia se hizo imposible. El rey le
premió devolviendole las llaves del Castillo.
La casa actual del siglo XVII porta escudo del apellido
Zorrilla, su leyenda: “Velar se debe la vida de tal suerte,
que quede vida en la muerte”. Inspiró a D. Miguel de Unamuno
durante su estancia en la Villa en 1921, quien escribió un
artículo sobre su visita, incluido en su libro Andanzas y
Visiones Españolas.
Casa de los VII Linajes
En un lateral de la Plaza Mayor, destaca su alero, con 7
gárgolas representando los pecados capitales. Su alero es de
estilo mudéjar.
Casa de los Verlarde
Cerca de la Puerta de Reinosa, destaca su escudo de armas,
dónde se puede leer: 'Este es Velarde, que la serpiente mató y
con la infanta casó'. Del siglo XVII, posee un voladizo de
madera profusamente decorado.
Casa de Juan de Mier y Terán
Casona del siglo XVI en cuya fachada destacan los
escudos de los personajes que se encuentran en sendos
medallones: Juan de Mier y Terán (uno de los escudos más
difundidos en la Villa) y María de Tangile. En su decoración
también destaca un precioso voladizo decorado.
Ciudad amurallada, de la que se conservan algunos
torreones en las laderas del castillo, y seis puertas, en las
que luce orgulloso el escudo de Aguilar.
El Castillo
Castillo de Aguilar de Campoo
Se alza en una montaña rocosa a unos 970 metros de altura. Su construcción total, sobre un castro celtibérico, deriva entre los siglos XI y XII con la eclosión del Románico. Arco de medio punto en la portada, escudos de los Condes de Castañeda y Manrique de Lara. Recientemente se ha realizado una restauración del mismo facilitando su acceso por escaleras.
Se alza en una montaña rocosa a unos 970 metros de altura. Su construcción total, sobre un castro celtibérico, deriva entre los siglos XI y XII con la eclosión del Románico. Arco de medio punto en la portada, escudos de los Condes de Castañeda y Manrique de Lara. Recientemente se ha realizado una restauración del mismo facilitando su acceso por escaleras.
La Muralla
Data del siglo XII. Fue derribada en gran parte por Don Pedro
I el Cruel. La base de la Muralla discurría a lo largo del
río, y el vértice de unión era uno de los torreones situados
en las inmediaciones del Castillo. Tuvo siete puertas de las
que actualmente se conservan seis.
Puerta del Paseo
Real Puerta de la muralla del siglo XIV, comienzo del
Paseo del Monasterio y de la Barbacana. En la parte superior
se remata por un torreón de una restauración posterior. Junto
a la puerta, que luce escudo de Aguilar, se encuentran las
paredes mejor conservadas de la muralla.
Puerta de la Tobalina
Próxima al Puente de las Tenerías, se encuentra en la zona del antiguo Barrio judío. Frente a ella, se ubica el Museo de Escultura de Ursi, artista perteneciente al grupo Muriel.
Próxima al Puente de las Tenerías, se encuentra en la zona del antiguo Barrio judío. Frente a ella, se ubica el Museo de Escultura de Ursi, artista perteneciente al grupo Muriel.
El Barrio Judio y la Sinagoga
La judería se situaba en torno a la actual calle de la
Tobalina, se prolongaba por la calle del Pozo y como lugar de
aislamiento final, se asentó en el Barrio del Soto. Cerca de
la cabecera de la Colegiata, dónde acaban los soportales de la
plaza, se situa la ermita de Nuestra Sra. del Portazgo,
posible Sinagoga Judía, hoy en día de propiedad particular y
cerrada al culto.
La judería entorno al Barrio del Soto estuvo durante nueve
años. Es en este Barrio donde se encontraban las 'tenerías'
(curtido de pieles), oficio muy vinculado a los judíos. Era
frecuente que al ser expulsados los judíos, sus sinagogas y
barrios adoptasen nombre cristianos.
Para finalizar el recorrido por la localidad destacar los
numerosos puentes. Excepto el Puente Mayor y los tres pequeños
del área del Paseo de la Cascajera, los demás sirven de
comunicación con el barrio del Soto.
Puente Mayor
A la entrada de la Villa en la dirección Palencia. Se construyó ensanchando el antíguo, que tenía su arranque unos metros por debajo del nivel actual, a la altura del arco del Molino del Capitán Malla.
Puente Mayor
A la entrada de la Villa en la dirección Palencia. Se construyó ensanchando el antíguo, que tenía su arranque unos metros por debajo del nivel actual, a la altura del arco del Molino del Capitán Malla.
Puente del Portazgo
Puente del Portazgo, Aguilar de Campoo
Junto a la puerta de la muralla del mismo nombre. Es un sólido puente medieval que conserva los asientos sobre los que se hacían intercambios y trueques en la época de los judios.

Junto a la puerta de la muralla del mismo nombre. Es un sólido puente medieval que conserva los asientos sobre los que se hacían intercambios y trueques en la época de los judios.
Puente del Molino Turruntero
A los pies de la Peña Aguilón. Se trata de un pequeño puente medieval que une el barrio del Soto con la salida a la N-611 Palencia-Santander.
A los pies de la Peña Aguilón. Se trata de un pequeño puente medieval que une el barrio del Soto con la salida a la N-611 Palencia-Santander.
Puente de la Teja
Frente a la ciudad deportiva “Alberto Fenández“. Da acceso al
Coto. Si le atravesamos siguiendo la dirección de las aguas
del río, y dejando a un lado Peña Laparte llegamos al
Monumento Natural de las Tuerces. Si tomamos la dirección
contraria a las aguas, nos dirigiremos a la Vega de Aguilar
dónde se encuentra el Monasterio de Santa Clara.
Puentes del Paseo de la Cascajera
Situándonos en el paseo, cruzamos el Puente del Parque, para
acceder al parque infantil, y desde aquí, por el Puente de la
Claras, llegamos al Monasterio de Santa Clara. También desde
el paseo, se puede atravesar el Puente de San Roque, situado
frente a la puerta de la muralla del mismo nombre, que cruza
el cuérnago del Molino del Capitán Malla, y pasando por debajo
del Puente Mayor, llegamos al Parque de San Roque. Este parque
se une con el Paseo del Monasterio por un pequeño puente de
nueva construcción.
Puente de las Tenerías
Paso obligado para los vehículos que acceden desde la Puerta de Reinosa al barrio del Soto. Es de moderna y reciente construcción.
Paso obligado para los vehículos que acceden desde la Puerta de Reinosa al barrio del Soto. Es de moderna y reciente construcción.
6. y para Comer en Aguilar de Campoo
Meson Añejo
Comercio, 10,
34800 Aguilar de Campoo España
+34 979 12 29 71
Tapas Bar El Perro de San Roque
Calle Puente 36,
34800 Aguilar de Campoo España
+34 979 12 52 27
El Baron
Calle El Pozo, 14,
34800 Aguilar de Campoo España
+34 979 12 31 51
Valentin
Avenida Ronda 23,
34800 Aguilar de Campoo España
+34 979 12 21 25
y en los Alrededores de Aguilar de Campoo
Nestar y la Calzada Romana de los Blendios
La calzada romana de Los Blendios es el camino más antiguo que se
conoce establecido como tal por los romanos para salvar la
Cordillera Cantábrica entre Pisoraca (Herrera de Pisuerga,
Palencia) y el denominado Portus Blendium (Suances, Cantabria). Un
camino histórico que estuvo en uso hasta que los avances técnicos
fueron brindando otras posibilidades a los ingenieros para
atravesar las montañas.
Declarado Conjunto Histórico, otro casco urbano repleto de casonas montañesas, algunas tan notables como la conocida como “la Torrona”, notable ejemplo de casa fuerte barroca, a la que acompaña una ermita-oratorio anejo, es el de Canduela.
Puente romano de La Perdiz. Junto a la localidad de
Nestar
O hasta que otras vías de comunicación más modernas -como la
actual autovía- la fueron sepultando sin miramientos en el
subsuelo. Por eso resulta una rareza que el humilde puente de La
Perdiz sea uno de sus restos, con 2.000 años de historia sobre sus
pilares, y que haya sobrevivido a tanto trajín.
Se localiza un poco antes de entrar en Nestar, localidad más
famosa por su queso de cabra que por su puente romano, junto a una
pequeña área de interpretación con paneles y bancos.
Canduela

Declarado Conjunto Histórico, otro casco urbano repleto de casonas montañesas, algunas tan notables como la conocida como “la Torrona”, notable ejemplo de casa fuerte barroca, a la que acompaña una ermita-oratorio anejo, es el de Canduela.
En el barrio alto, otro ejemplo notable es el caserón conocido
como la “Casa de las Postas”.
A los pies de la cabecera de la iglesia se localiza una necrópolis altomedieval de tumbas excavadas en la roca.
Ermita de San Pedro, Canduela
En las afueras queda la ermita de San Pedro, de hechuras románicas.
A los pies de la cabecera de la iglesia se localiza una necrópolis altomedieval de tumbas excavadas en la roca.
Ermita de San Pedro, Canduela
En las afueras queda la ermita de San Pedro, de hechuras románicas.
A 2 Kms. se encuentra el embalse de Aguilar, el más grande de los cinco embalses situados en el norte de la provincia de Palencia, en el que se pueden practicar todo tipo de deportes náuticos.
En su entorno está situada la ermita de la Virgen de Llano
"patrona de la villa", el camping, las playas artificiales y el
magnífico pinar, debidamente acondicionado para que sus visitantes
puedan disfrutar de una agradable jornada de campo y playa.

Iglesia de San Andrés de Frontada
Pero su construcción entre 1953 y 1964 supuso la inundación de los
pueblos de Cenera de Zalima, Villanueva del Río, Frontada y
Quintanilla de la Berzosa.
La ubicación de las iglesias románicas de estas dos últimas
poblaciones, en un nivel más alto que el resto de las casas, las
salvo de la inundación. Hoy aparecen sobre el paisaje huérfanas de
las localidades a las que dieron servicio.
La
iglesia de San Andrés de Frontada se localiza en una apartada península del embalse hasta la
que se accede, en 3,6 km, por un buen camino de tierra.
El inicio del paseo se encuentra señalizado en la carretera
PP-2132, 1 km antes de la localidad de Foldada, yendo desde
Aguilar.
Estos 3,6 km son una excelente excusa para disfrutar de un
paseo por las orillas del embalse. Quizás más aún cuando el nivel
de las aguas baja un poco y permite ver los restos del pueblo
inundado a muy pocos metros de la iglesia y su cementerio.
En torno a la iglesia, arropada por un frondoso pinar, mesas y
bancos se brindan para un agradable descanso.
La iglesia de Quintanilla de la Berzosa despunta sobre una loma a la que bordea esa misma carretera
PP-2132.
iglesia de San Martín en Quintanilla de la Berzosa
Además de por las vistas, merece la pena llegar hasta ella para
ver de cerca los restos de la necrópolis altomedieval excavada en
roca que hay a sus pies.

Necrópolis altomedieval a los pies de la iglesia de San
Martín de Quintanilla de la Berzosa.
7. Senderismo en Aguilar de Campoo
7. Senderismo en Aguilar de Campoo
En Aguilar podemos ver varias esculturas románicas expuestas en el
Museo de la Colegiata de San Miguel. También son románicas la Ermita
de San Andrés y la Ermita de Santa Cecilia, esta última ubicada a los
pies del Castillo y declarada Monumento Histórico-Artístico el 9 de
octubre de 1963.
Se trata de una ermita Románica del siglo XII, con bellísima y
original torre campanario de tres cuerpos. En su interior guarda
valiosos capiteles vegetales e iconográficos destacando el de 'La
Matanza de los Inocentes', situado en el arco toral, uno de los más
bellos del románico español.
Impresionante es el monumental Monasterio de Santa María la Real, sede
del Museo del Románico. Construido a caballo entre los siglos XII y
XIII en un estilo de transición del románico al gótico con elementos
del arte cisterciense. Bien de Interés Cultural con categoría de
Monumento Histórico-Artístico.
El Centro Expositivo ROM tiene como objetivo dar a conocer el
románico, muy presente en toda la zona, pero sobre todo cómo fue la
época, el estilo de vida en ese momento, y qué nos ha llegado a
nuestros días de esa sociedad.
Desde Aguilar nos dirigimos hacia
8. Lomilla
Aquí visitaremos su pequeño templo ejemplo de iglesia románica de la
zona norte, la Iglesia de San Esteban que alberga un
impresionante calvario gótico del siglo XIV, con figuras a tamaño
natural de una gran expresividad y naturalidad.
En la parte exterior del templo, merece destacar la portada de medio
punto con arquivoltas lisas.
Bien armada en su arquitectura, lleva ábside semicircular, con una
sola ventana y tres calles separadas por contrafuertes
prismáticos.
Iglesia de San Esteban, Lomilla
La cornisa mantiene variados canecillos: monje sentado que toca
instrumento de viento, animales más o menos naturalistas,
representaciones de vicios (mujer con las serpientes en los pechos
-lujuria- o avaro con la bolsa colgada), espirales, proa de nave,
etc.
La puerta es lo más notable al exterior con arquivoltas apuntadas de
baquetón y escocia sin decoración, que apoyan sobre columnas, dos a
cada lado, de capiteles totalmente lisos, aunque alguno esboza una
piña bastante finamente tallada. Los cimacios llevan círculos
tangentes con cuatrifolias inscritas. Si la arquitectura está bien
compuesta, la escultura queda casi reducida a los canecillos y a algún
cimacio.
El interior lleva en la cabecera ábside y presbiterio.
El primero tiene una sola ventana central sin columnas ni capiteles,
con simples abocinados a cada lado. Las bóvedas y arcos son de cañón
apuntado, y sólo el toral apoya sobre capiteles totalmente
lisos.
La bóveda de la nave se refuerza con perpiaños también apuntados
(cuatro) que descansan sobre ménsulas de pirámides escalonadas sin
ninguna decoración.
Iglesia de San Esteban, Lomilla
La cronología puede estar en años avanzados del XIII, con absoluta
despreocupación por lo escultórico, indicándonos que las influencias
de los grandes tallistas de Aguilar y San Andrés se están apagando
completamente, refugiándose sólo, prácticamente, en los canecillos.
En el ábside, numerosos son los canecillos figurados y
geométricos, así como un ventanal de doble derrame.
9. En
Santa María de Mave
además de disfrutar del arte de su antiguo Monasterio, podremos
pernoctar o degustar la gastronomía palentina en el establecimiento
instalado en el mismo monasterio.
La iglesia de este antiguo monasterio benedictiano es un templo de
tres naves, planta basilical, con crucero, significado por el habitual
cimborrio con cúpula semiesférica y rematada en triple ábside
semicircular.
Monasterio Benedictino de Santa Maria de Mave
El magnífico Monasterio benedictino de Santa María de Mave se
encuentra a tan solo 10 Kms. de la villa de Aguilar de Campoo.

Santa maria de Mave, Palencia
Su origen es un cenobio altomedieval del siglo IX, época de la
repoblación de la zona. Luego durante décadas perteneció al
Monasterio de Oña.
La construcción actual data de tiempos en que fue posesión de doña
Sancha Ximénez, que lo recibió en préstamo vitalicio del abad de
Oña. Estamos en los últimos años del siglo XII.
Actualmente las dependencias del mismo han sido convertidas en una
estupenda posada rural llamada "El Convento de Mave", por lo que los
amantes del románico tienen aquí un buen punto de arranque para
numerosas rutas por la Montaña palentina.
Una curiosidad de esta posada es que las instalaciones se adosan al
muro sur de la iglesia y desde alguno de sus pasillos se pude ver el
interior de la iglesia a través de un ventanal.
Queda en perfecto estado de conservación su monumental iglesia
románica.
Exterior
Cabecera y cimborrio
La parte más accesible visualmente de la iglesia es la del norte y
la del este, desde donde se tiene una buenísima vista de su
espectacular cabecera y cimborrio
Observamos la estructura de los tres ábsides de semitambor
escalonados, los brazos del transepto y sobre el crucero un
cimborrio de planta cuadrada con un vano de iluminación en cada
cara.
Lo primero que nos llama la atención es el color de la piedra
arenisca que se empleó para la construcción. Es de un color rojo
oscuro que alterna con otros tonos grisáceos. Nos recuerda el color
de muchas de las iglesias sorianas también construidas con una
arenisca similar.
La fábrica es de grandes sillares que ayuda a realzar la notable
monumentalidad del edificio. En efecto, la ornamentación parece
estar deliberadamente suprimida, no sólo por la influencia
cisterciense, sino para mejorar el aspecto de nobleza.

Otra muestra de lo mismo es la articulación de los ventanales con
arcos abocinados de arista viva sin columnas, chambrana, etc. Por su
parte, los canecillos son geométricos y completamente anicónicos.
Portada
La parte más ornamentada es, sin duda, la puerta del hastial
occidental. Es muy característica y tiene relación con otras puertas
del entorno de Aguilar de Campo.
Su superficie es de cierta frontalidad y por tanto poco abocinada.
El vano y las arquivoltas son apuntadas. La primera y tercera llevan
dientes se sierra, mientras que la segunda y cuarta tienen relieves
baquetonados.
También compleja es la disposición de las columnas de apoyo que
forman una especie de zigzagueado saliente y entrante, hasta sumar
un total de ocho por lado.
Se trata de columnas esbeltas y elegantes cuyos capiteles -siguiendo
el citado aire cisterciense- se asemejan a los de Aguilar de Campoo
y San Andrés de Arroyo, con cestas de hojas vegetales horadadas con
trépano y terminadas en carnosos cogollos.
Interior
Una vez en el interior del templo, apreciamos la amplitud de sus
tres naves, todas ellas abovedadas, dando de nuevo muestra de la
maestría arquitectónica de sus creadores.
Los soportes de separación de dichas naves son de planta cruciforme
con cuatro semicolumnas embebidas en sus caras. Los arcos formeros
son apuntados.
La sección cruciforme de los pilares estaba planteada para recibir
arcos fajones doblados, pero un replanteamiento se aprecia poco
antes de alcanzar la bóveda, simplificándolo y convirtiendo la
pilastra más semicolumna en una sola semicolumna que recibe un fajón
sencillo.
La bóveda central es de medio cañón apuntado reforzada con los
fajones simples citados.
Una de las características de esta iglesia de Santa María de Mave es
que las bóvedas laterales son de medio cañón pero con eje
perpendicular a la iglesia.
No es, obviamente, una solución exclusiva de este templo, pero no es precisamente lo más habitual.
No es, obviamente, una solución exclusiva de este templo, pero no es precisamente lo más habitual.
Los brazos del transepto no sobresalen de los muros laterales y el
crucero está abovedado por una espectacular cúpula semiesférica que
es soportada por el cimborrio.
El paso del cuadrado que forman los arcos torales al octógono previo
al círculo de la cúpula se desarrolla aquí mediante trompas. Hay que
fijarse en el perfecto alineamiento concéntrico de los sillares con
que está construida la cúpula.
Por último, diremos que los capiteles de las columnas estructurales
de Santa María de Mave, son prácticamente lisos. Sólo muestran
grandes hojas sin decorar de las que afloran unos frutos gramíneos.
En el interior se guarda una pila bautismal de perfil de cuba (no de
cáliz) que también es casi lisa.
Más interesante es el gran capitel románico que sirve de soporte de
la mesa del altar. No es originario de Santa María de Mave sino del
monasterio de Santa Eulalia de Villela.
Rápidamente nos percatamos que es un capitel antiguo, posiblemente
del siglo XI e imita lejanamente a las cestas corintias romanas pero
sustituyendo los acantos por hojas sencillas que terminan en esferas
rugosas tipo madroños.
Si en tu visita quieres hacer un FreeTour, o necesitas comprar alguna entrada para algún Museo o para realizar alguna
actividad, en este enlace te lo pueden solucionan, click aquí
Carretera de Palencia a Aguilar de Campoo,
34402 Santa María de Mave España
+34 979 12 30 95
11. Becerril del Carpio
Después de estar en manos de Gonzalo Martín, pasó por donación
real a depender del monasterio de San Andrés de Arroyo en el siglo
XIII. En el siglo siguiente se la cita como “Becerril de Aguilar”
haciendo referencia a las iglesias de Santa María y San Pedro. Ya
en el siglo XVI lo encontramos dentro del patrimonio del Duque de
Frías.
Aunque puede resultar sorprendente se articula en torno a tres
barrios unidos entre sí: Barrio de Santa María, Barrio de San
Pedro y la Puebla de San Vicente.
En todos ellos se destaca la iglesia.
Sin embargo, en el primero aun se conserva alguna casa blasonada
(siglo XVII y XVIII) y en el segundo, además, un rollo gótico
jurisdiccional. Además, la documentación cuenta que había dos
ermitas: la de San Roque (en uso) y la de San Babilés.
Según García Guinea, la historia de esta puebla es poco precisa
y no sabemos ciertamente cuáles fueron sus orígenes, pero es muy
probable que se tratase de una de esas iniciales pueblas, o
poblaciones, que se originaron en estos siglos de la Alta Edad
Media como consecuencia del proceso de repoblación.
Entorno de Becerril del Carpio
Aparece alguna noticia en la colección diplomática de San
Salvador de Oña. Navarro afirma en su catálogo, al igual que
Rodríguez Muñoz, que en 1103 Alfonso VI y su mujer cedieron a
los benedictinos de Oña su Monasterio de San Vicente cerca de
Becerril.
Por otro lado el padre Serrano nos dice que con anterioridad,
concretamente el 1 de mayo de 1092, estando el rey en Oña,
amplía el patrimonio monasterial de esta abadía con el antiguo
convento de San Vicente de Becerril, en el alfoz de río
Pisuerga, existente ya en el siglo X.
García Guinea constata que se trata de este San Vicente de
Becerril del Carpio, y asevera que al ser dos documentos casi
contemporáneos (1092-1103) no es extraño que la entrega de este
monasterio por parte de Alfonso VI conste en dos
versiones.
Para Guinea este documento marcaría el inicio de las obras del
ábside de la iglesia, tal vez algunos años más. Pero para
Lojendio y Rodríguez, la idea de que el ábside hoy visible sea
el del antiguo monasterio les hace valorar una excesiva
antigüedad.
Suponen como más lógico que avanzado ya el siglo, los monjes
benedictinos hubiesen reformado el anterior, construyendo
algunos de los elementos que han perdurado hasta nuestros días.
En Puebla de San Vicente, Monasterio de San Vicente
Entre Herrera de Pisuerga y Aguilar de Campoo a unos nueve
kilómetros antes de llegar a esta última, pasamos por Puebla de San Vicente que es uno de los tres barrios que
componen Becerril del Carpío.
Los otros dos son Barrio de Santa María y Barrio de San
Pedro.
En este lugar asentó un monasterio dedicado a San
Vicente, donado por el rey Alfonso VI a la Orden Benedictina.
Del mismo hay constancia de su existencia en 1103 y el templo
que contemplamos formó parte del mismo, aun cuando fuera
reedificado o reformado en momento ya avanzado del XII a tenor
del estilo visto en su interior.
La parte más antigua del templo es su cabecera.
La hechura de la misma es muy cuidada y de delicada decoración
en la línea de lo visto en Frómista, Barrio de Santa María y
sobre todo, a mi modo de ver, en Santa Eufemia de
Cozollos.
Su cilindro absidal se divide en tres lienzos por medio de dos
contrafuertes prismáticos que alzándose sobre altos plintos
alcanzan el nivel superior de las jambas de los
ventanales.
Monasterio de San Vicente, Becerril de Carpio
A partir de ese punto, continúan en forma de cortas
semicolumnas adosadas de tan solo cuatro hiladas que acaban a
nivel de la cornisa en deteriorados capiteles .
Cada uno de los lienzos se centra por ventanal aspillerado
orlado por dos arquivoltas.
La interior se decora con baquetón entre dos filas de bezantes
y apea en capiteles esculpidos por medio de ábacos.
Luego, columnillas y basas completan el conjunto. La exterior,
de baquetón sencillo, apea en jambas rectas, conformadas por
el paramento exterior del cilindro absidal. Por fuera,
guardapolvo de ajedrezado jaqués.
Dos molduras segmentan en horizontal la cabecera. Ambas son de
ajedrezado jaqués y corren a nivel de los ábacos y la inferior
proporcionando asiento a los ventanales.
Esta última se prolonga por todo el edificio, rodeándolo por
completo y contactando con el guardapolvo de la portada oeste
hacia su zona media
Monasterio de San Vicente, Becerril de Carpio
El tímpano del ventanal central se decora con una filigrana a
base de zarcillos vegetales entrelazados
Los capiteles de este vano, decorados a base del mono con soga
al cuello, siguiendo motivos clásicos de Frómista y que
volumétricamente es muy similar al opuesto, en el cual, la
figura del mono se suple por palmeta rematada en bola.
El presbiterio se señala bien al exterior, y a su lado sur se
adosa una torrecilla cilíndrica a la que se accede desde el
interior del templo.
Tres contrafuertes hallamos en el muro norte y entre ambos y
por debajo de la moldura de ajedrezado, dos arcos ciegos de
medio punto .
En el lado sur, tras la torre, espacio ganado para sacristía,
que oculta la portada sur del templo, visible desde el
interior.
El hastial de poniente remata en altura por espadaña de un
solo ojo, bajo la que abre ventanal aspillerado sin
decoración. En un cuerpo ligeramente adelantado, de la misma
anchura que la nave, se inscribe la portada.
Es de medio punto dovelada y consta de tres arquivoltas
decoradas al modo de lo visto en los ventanales de la
cabecera: las dos exteriores con grueso baquetón y decoración
de bezantes en las escocias así como en algunas de las
secciones de los baquetones, mientras que la interior es
sencilla al igual que sus jambas.
Un ábaco corrido finamente decorado proporciona apeo a las
tres arquivoltas. La central continúa hacia abajo con
capiteles decorados y columnillas con sus basas. La temática
de los capiteles (muy deteriorados) es clásica: leones en el
lado izquierdo y un águila frontal con las alas desplegadas
.
Por fuera, de las arquivoltas, guardapolvo de ajedrezado
jaqués en el que acaba la moldura que veíamos circundar todo
el templo. La perspectiva del lado sur del templo está muy
dificultada por la existencia a corta distancia de una granja
de vacas. Habitualmente un tractor de esta explotación suele
estacionar delante del ábside. He de resaltar que amablemente
lo retiraron para poder tomar estas imágenes.
El interior del templo, contrasta con lo visto al exterior, en
especial en materia de decoración escultórica. La sencillez de
sus formas, el apuntamiento de las bóvedas hablan de su
terminación o reedificación en un momento ya avanzado del XII.
La cabecera se compone de alargado presbiterio y ábside. En su
cilindro hallamos los tres vanos derramados al interior y
carentes de decoración. Bajo ellos, similar moldura a la vista
al exterior, recorriendo el templo y rodeando las
semicolumnas.
Monasterio de San Vicente, Becerril de Carpio
No continúa más allá de las posteriores. Una imposta decorada
con bezantes separa cilindro de bóveda absidales y se continua
por el presbiterio a la altura de los ábacos del arco
triunfal.
En la nave, la moldura la vemos volar a mayor altura
como consecuencia de las distintas fases edificativas y de las
discordancias entre las mismas.
En este sentido, apuntar que la bóveda absidal es de
cuarto de esfera y se hubo de "recrecer" con una semiluna para
adecuarla a la bóveda apuntada presbiteral.
Presbiterio y nave se delimitan por un arco triunfal formado
por fajón apuntado que refuerza el final del presbiterio,
dando la falsa sensación desde la nave de ser un fajón
doblado. Los capiteles son de sencilla hechura a base de
palmetas y bolas .
La nave se divide en dos tramos por medio de un arco fajón
doblado y apuntado -como la bóveda- apeado en capiteles
decorados con piñas y palmetas y en pilastras sobre las que
corre semicolumna adosada .
A destacar que en los ángulos entre pilastras y muro, se
construyeron pequeñas pilastras secundarias que seguramente
fueron diseñadas para dar apeo a nervaduras de bóveda de
crucería cisterciense. Por algún motivo, también este proyecto
se cambió, quedando sin función.
Los capiteles del interior del templo son sobrios y casi
iguales dos a dos (Imágenes 3 a 6). En el presbiterio sur abre
el vano de acceso a la torre que veíamos al exterior. Y en
cabecera del muro sur de la nave, la otra portada del templo,
que hoy da acceso a una pequeña sacristía/trastero. Desde el
interior, entre la penumbra, identificamos que se compone de
tres arquivoltas de muy sencilla hechura
Una inscripción en la fachada occidental interior data su construcción
en el año 1208.
12. Nos dirigimos a
Santibáñez de Ecla,
en cuyo término municipal se encuentra el
Monasterio de San Andrés de Arroyo, ocupado desde el medievo por monjas bernardas del cister. Fundado
por doña Mencía, hermana de doña Berenguela.
San Andrés del Arroyo es un monasterio cisterciense femenino
tardorrománico de cuya primera abadesa trae la cita histórica Cayetano
Enríquez de Salamanca: "..Era titular de privilegio de horca y
cuchillo y tenía jurisdicción civil y criminal sobre un total de once
villas: San Andrés del Arroyo, Nestar, Perazancas, Alar, La Vid,
Villavega, San Pedro de Moarves, Amayuelas de Ojeda y Santibañez"...y
más adelante sigue: "Antes de salir del recinto (del claustro) podrá
advertirse una airosa espadaña románica junto a la puerta.
Corresponde a la capilla de los ajusticiados en la que estos pasaban
sus últimas horas antes de ser ejecutados en el vecino Cerro de la
Horca (esto le ocurrirá en la actualidad al visitante que trate de
obtener una fotografía del interior del monasterio...)".
Y también dice en el prólogo de su libro "Rutas del Románico en la
Provincia de Palencia - Las Rozas, 1991": "La Abadesa de San Andrés
del Arroyo ha incluido entre los pecados capitales la actividad
fotográfica en el interior del monasterio que regenta..."
El monasterio se ubica en territorio del ayuntamiento de Santibáñez de
Ecla en el valle de la Ojeda a unos quince kilómetros en línea recta
desde Aguilar de Campoo en dirección suroeste.
Fue fundación real llevada a cabo el 23 de abril de 1181 por Alfonso
VIII y su esposa doña Leonor desde Burgos, y consagrado 41 años más
tarde en 1222 siendo su primera abadesa la condesa de Lara, doña
Mencía.
Cuyo sarcófago se halla en la sala capitular al igual que el de
su sucesora y sobrina, doña María de Haro que hubo de defenderlo en
especial contra la orden del Temple que pretendía acceder a parte del
mismo y del territorio sobre el que ejercía potestad.
La desamortización de Mendizabal (1836) interrumpió la vida monástica
que se reanudó en 1858 continuando hasta nuestros días constituyendo
la mayor comunidad cisterciense femenina del país.
En 1958 fue sometido a una profunda restauración a cargo de la
Dirección General de Bellas Artes y en la actualidad está siendo
nuevamente restaurado. Durante la época que cesó la vida monástica se
perdieron bastantes documentos y obras del monasterio, en especial el
beato de San Andrés del Arroyo, que se guarda en la actualidad en el
Museo Nacional de Arte de París.
El monasterio es una edificación con claras influencias de tipo
borgoñón. Las dependencias se sitúan al sur de la iglesia
monástica.
Se ha apuntado la relación de su claustro con las claustrillas del
burgalés monasterio de las Huelgas (Lampérez) quizá debido a ser el
mismo equipo quienes lo materializaron.
Lo que es cierto es la gran influencia sobre las edificaciones
religiosas de su entorno, advirtiéndose su estilo y características
formales en los templos tardorrománicos de la zona norte de Palencia y
limítrofe de Burgos.
Poco a poniente del monasterio se halla el "cerro de la horca" en cuyo
punto más elevado se situaba el rollo de justicia en señal de
la potestad sobre las villas de su entorno.
En la actualidad se ha trasladado intramuros, al poco de traspasar la
valla de acceso al recinto monástico junto a la "capilla de
forasteros", antigua "capilla de los ajusticiados" .
Traspasado el muro perimetral accedemos a una explanada sita frente al
hastial de poniente del templo que se halla rodeada de
edificaciones de fecha más reciente.
El acceso se efectúa a través de edificaciones del XVII que cobijan
una portada románica tardía de bella factura plena de detalles
florales y capiteles de estilo "andresino".
También comenzamos ya a ver la "firma de la casa" que son las ovas o
lengüetas que decoran sus cimacios y que veremos tanto por el
monasterio como por su amplia zona de influencia castellana .
En la clave y a caballo del baquetón que la decora hay un torso de
león rampante que parece prevenir al forastero. Por delante del mismo,
en la moderna bóveda de este atrio hallamos el escudo de la abadesa
luciendo "horca y cuchillo" .
Esta portada, así como la existente en la edificación adosada al norte
del templo permiten el acceso al interior del recinto monástico. Llama
la atención, tras ver algunas magníficas portadas cistercienses
alojadas en el hastial y con grandes óculos sobre ellas, la sobriedad
de estos accesos.
Su iglesia de una sola nave posee crucero y tres ábsides, siendo el
central poligonal.
Es visitable su bello claustro y la Sala Capitular, estando
considerado este monumento como uno de los más interesantes del
románico del norte de Palencia.
13. Después visitaremos
Moarves de Ojeda,
donde destaca su
Iglesia de San Juan Bautista
Construida en el siglo XII, magnífica sillería, teñido de piedras,
magnífica portada, extraordinario friso, gran pila bautismal con
Cristo y los doce apóstoles, dos imágenes de la virgen con el niño en
el Presbíterio.
Su iglesia parroquial, dedicada a San Juan Bautista, se acomoda al
extremo norte del reducido caserío, a la misma orilla de la carretera
comarcal que conduce a Cervera de Pisuerga y bastante encajonada entre
viviendas.
Declarada Monumento Histórico Artístico en 1931 como reacción al
estado de semirruina que acusaba según los testimonios de la época,
fue sometida durante la última década del siglo XX a nuevas labores de
restauración.
En su estado actual, la iglesia de San Juan Bautista de Moarves es una
sencilla edificación rural de una sola nave rematada en una cabecera
cuadrangular, resultado de dos etapas claramente diferenciadas:
Iglesia de San Juan Bautista, Moarves de Ojeda
Una primera fase románica de finales del siglo XII que se
correspondería con los muros laterales norte y sur en el que se
encuadraría su soberbia fachada meridional, y una reforma tardogótica
que consistió en la sustitución de las cubiertas, la adición de una
nueva cabecera y la remodelación del hastial de los pies, rematado por
una espadaña de piñón triangular muy típica de comarcas del norte
palentino.
La verdadera seña de identidad que ha hecho de San Juan Bautista de
Moarves de Ojeda un templo de principal relevancia dentro del románico
peninsular es su fachada sur, compuesta por una portada coronada por
un soberbio apostolado análogo al de la iglesia de Santiago de Carrión
de los Condes.
La portada se configura mediante cinco arquivoltas de medio punto
decoradas con motivos ajedrezados, baquetones y, en la rosca más
interna, carnosas hojas de acanto.
Descansan sobre columnas acodilladas rematadas en capiteles decorados
en los que, en su lado izquierdo, aparece representada una escena de
tipo juglaresco en la que unas bailarinas danzan al son de las notas
de un rabel y un salterio que son tañidos por otros personajes.
Además, se distingue el episodio de Sansón desquijarando al león, muy
recurrente en el románico del norte de Palencia.
Al lado contrario de la puerta las cestas se decoran, además de con
motivos vegetales, a base de guerreros armados con espada y escudo,
una escena de lucha entre dos hombres y un león, y otros dos
personajes leyendo un mismo libro.
Iglesia de San Juan Bautista, Moarves de Ojeda
Sobre la portada se despliega el celebérrimo friso escultórico de San
Juan de Moarves de Ojeda, primo hermano del no lejano de Carrión de
los Condes y sobre el que tantas líneas han sido escritas por parte de
estudiosos a lo largo y ancho de la historiografía medieval del arte.
Sostenido por dos grandes ménsulas extremas decoradas por un guerrero
alanceando un monstruo y por un mascarón de rasgos exóticos, preside
la composición, dentro de una mandarla perfilada por un finísimo
entramado vegetal, la efigie de Cristo en Majestad entronizado,
bendiciendo con su mano derecha y portando el Libro de la Vida en la
izquierda.
Le flanquean los cuatro evangelistas en su representación zoomorfa,
portando las escrituras.
Completa la composición un apostolado completo -seis a cada lado del
Pantocrátor- en el que cada figura, identificable gracias a los
nombres labrados en las filacterias que portan, aparece
individualizada bajo un arquillo lobulado sobre columnillas decoradas
con capiteles vegetales.
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Completan el repertorio decorativo del hastial sur dos ventanas -una a
cada lado de la portada- configuradas a base de un arco de medio punto
bajo guardapolvo que descansan sobre sencillos capiteles decorados con
grifos y fórmulas vegetales.
En el muro norte, amén de una sencilla colección de canecillos,
sobrevivió una pequeña portada oculta durante siglos por la
acumulación de tierras y que fue liberada tras su última restauración.
Dispone tres arquivoltas apuntadas sobre jambas y capiteles cuya
decoración recuerda a los repertorios del cercano monasterio de San
Andrés de Arroyo.
En el interior, profundamente reformado, apenas se aprecia vestigio
alguno de su pasado románico, cubriéndose la nave por medio de una
techumbre de madera que vendría a sustituir a la presumible bóveda de
cañón original.
La cabecera se aboveda mediante una solución de crucería, subsistiendo
aún el arco triunfal de ingreso al presbiterio, doblado y ligeramente
apuntado que apea sobre soportes coronados por capiteles de tipo
vegetal de apariencia inconclusa.
Iglesia de San Juan Bautista, Moarves de Ojeda
Mucho más valiosa es la pila bautismal románica, durante siglos
situada como mandan los cánones litúrgicos a los pies de la nave, pero
que tras la restauración de finales del siglo XX, fue recolocada en un
lugar mucho más protagonista en el templo, motivando que, debido al
contraste de las condiciones atmosféricas, se acelerase su proceso de
degradación contra el que, aún a día de hoy, se sigue luchando
empleando las más modernas técnicas de conservación.
Elevada sobre un triple plinto, presenta una copa troncocónica de más
de un metro de diámetro, decorándose sus paredes laterales con la
imagen de Cristo sedente flanqueado por los doce apóstoles presentados
bajo arquerías en un esquema que parece claramente inspirado por el
friso de la portada y ejecutado por un maestro esultor mucho más
popular
14. y a 800 metros de
Olmos de Ojeda,
en una finca de propiedad particular, se encuentra el antiguo
Monasterio de Santa Eufemia de Cozuelos,
Monasterio de Santa Eufemia de Cozuelos,Olmos de Ojeda
del cual se ha conservado íntegra la iglesia construida en el siglo
XII y algunos restos de escultura y lápidas del que fuera un amplio
conjunto monástico femenino.
Situada en una fértil llanura en plena comarca palentina de La Ojeda,
el antiguo monasterio de Santa Eufemia de Cozuelos se ubica a una
quincena de kilómetros al suroeste de Aguilar de Campoo, muy cerca de
la localidad de Olmos de Ojeda, a cuyo término pertenece.
Las primeras noticias documentales sobre el cenobio de Cozuelos
(también conocido como Cozollos) se remontan a mediados del siglo X,
cuando aparecen varias donaciones a favor del monasterio de San Cosme
y San Damián de Cozuelos.
Poco tiempo después, y ya bajo su actual advocación de Santa Eufemia,
iría ganando importancia al ser integrados entre sus dominios varios
cenobios menores y particulares del entorno.
Monasterio de Santa Eufemia de Cozuelos,Olmos de Ojeda
A finales del siglo XII el rey Alfonso VIII, tras intercambiarlo con
el Obispado de Burgos por el monasterio de San Pedro de Cervatos, donó
Santa Eufemia de Cozuelos a la orden de las Comendadoras de Santiago,
dependientes de la Encomienda de Uclés.
El hecho de que la mayoría de las religiosas allí retiradas
procediesen de los más influyentes linajes nobiliarios castellanos
-familia real incluida- favoreció que el cenobio de Cozuelos fuera
colmado de donaciones y privilegios, convirtiéndose en uno de los
centros espirituales de mayor importancia del norte castellano.
Ya en 1502 y por orden de la reina Isabel la Católica, la Orden de las
Comendadoras de Santiago fue trasladada al convento toledano de Santa
Fe, quedando abandonado Santa Eufemia de Cozuelos hasta que fue a
parar a manos privadas, siendo hoy en día la familia Díaz Bustamante
quien, además de conservarlo magníficamente, lo han convertido en un
elegante y multifuncional centro de turismo rural.
La iglesia
La iglesia, único resto conservado del antiguo monasterio, fue
levantada en buena sillería arenisca, presentando una única nave de
dos tramos abierta a un crucero cupulado marcado tanto en planta como
en alzado que, a su vez, abre a una cabecera de triple ábside
semicircular, siendo el central más alto y ancho que los laterales.
La mayoría de especialistas ha acabado por concluir que la iglesia
de Cozuelos responde a tres fases bien diferenciadas: una primera de
la primera mitad del siglo XII que se correspondería con la
cabecera; una intermedia de la década de los sesenta o setenta del
siglo XII en la que se erigiría el crucero, el cimborrio y se
sobreelevaría el ábside central; y una última fase ya entrado el
siglo XIII en que se completaría la obra con la construcción de la
nave.
Monasterio de Santa Eufemia de Cozuelos,Olmos de Ojeda
Al exterior, de los tres ábsides destaca el central, articulado por
dos potentes contrafuertes que delimitan los tres paños, cada uno de
ellos abiertos mediante ventanales de medio punto con guardapolvos
ajedrezados y capiteles decorados con motivos vegetales (palmetas y
acantos) y animales (águilas con alas desplegadas y leones afrontados)
El costado sur se abre la que hoy viene a ser su portada principal y
que, en origen, funcionaba como acceso de la iglesia al desaparecido
claustro.
Queda resuelta mediante dos arquivoltas apuntadas decoradas con elegantes motivos vegetales la exterior, y con un esquemático zigzagueado la interna.
Descansa sobre columnas de prominentes basas y cuyos capiteles,
claramente influidos por el cercano monasterio de San Andrés de
Arroyo, despliegan una minuciosa ornamentación vegetal, siendo de
destacar una de las cestas en la que se distinguen dos magníficas
arpías enfrentadas.
El hastial occidental queda delimitado por dos grandes contrafuertes.
En él, bajo una espadaña triangular típica de la zona y a un gran
ventanal de medio punto también de raigambre andresina, se abre una
segunda puerta de acceso muy sencilla y protegida por un tejaroz de
factura posterior.
Monasterio de Santa Eufemia de Cozuelos,Olmos de Ojeda
El interior, cubre la nave mediante bóveda de crucería; mientras que
tanto el tramo recto presbiterial que antecede al ábside central, como
los brazos del crucero, quedan resueltos mediante cañón apuntado.
Los tres ábsides, abovedados en cuartos de esfera, comunican con el
crucero a través de arcos triunfales apuntados. Una de las
particularidades de los citados ábsides es su austeridad, ya que todos
los ventanales de iluminación se muestran al interior como meros vanos
de perfil de medio punto, sin ningún ornato de molduras, arquivoltas,
guardapolvos o columnas.
Uno de los elementos más singulares del conjunto de Santa Eufemia de
Cozuelos es su airosa cúpula, levantada en la intersección de la nave
y el crucero.
Apoyada sobre los cuatro arcos torales, se eleva pasando de una
superficie cuadrangular a una semiesférica a través de cuatro trompas
angulares, enriquecida cada una de ellas en su arranque mediante
esculturas de los evangelistas. Entre ellas, se abren los pequeños
vanos de iluminación.
Muy llamativo resulta el hecho de que la nave y los brazos del crucero
comunican entre sí a través de pequeños pasadizos abovedados en cañón,
una particularidad prácticamente única en Cozuelos y que, según los
especialistas, respondería a motivos litúrgicos.
Monasterio de Santa Eufemia de Cozuelos,Olmos de Ojeda
Los capiteles interiores de Santa Eufemia de Cozuelos vuelven a poner
de manifiesto las tres fases en que fue construida la iglesia.
Por la zona de la cabecera, la de mayor antigüedad, destaca un capitel
de leones afrontados entre personajes y motivos vegetales que
estilísticamente hay quien lo ha emparentado con San Martín de
Frómista y talleres cántabros como el que trabajó en la Colegiata de
San Pedro de Cervatos.
De la fase intermedia vendrían a ser las citadas esculturas de los
evangelistas en las trompas, así como los capiteles de los soportes
que delimitan el crucero. Entre ellos, destacan varias cestas
vegetales y una en la que se identifica el episodio de Sansón
desquijarando al león.
También es interesantísmo la cesta de volutas superpuestas rematadas
por la cabeza de un obispo con mitra y báculos flanqueado por dos
cabezas humanas de largos cabellos y barbas en triángulo.
La mano de estos artífices intermedios ha sido puesta en relación con
el monasterio de Aguilar y, especialmente, con los capitles de la
puerta de Moarves de Ojeda.
Por último, los capiteles de los fajones de la nave, ya más tardíos,
presentan cestas de riquísima ornamentación vegetal claramente
influidos por repertorios ya ensayados en el cercano monasterio de San
Andrés de Arroyo.
En los brazos del crucero encontramos dos interesantes sepulcros
escultóricos: uno anónimo en el brazo sur y, mucho más interesante, el
que en el brazo norte fue concebido para albergar los restos de Doña
Sancha Alfonso, hija del rey Alfonso IX de León.
Precisamente sobre las jambas de la puerta del brazo meriodional del
crucero puede apreciarse una inscripción en la que se lee "IOANES Y
NICOLAO ME FECIT".
Por último, en la estancia añadida al costado norte de la iglesia ha
sido instalado un interesantísimo lapidario compuesto por distintas
piezas escultóricas medievales, principalmente procedentes de
desaparecido claustro con que contó el monasterio. De entre todas,
destaca un soberbio capitel que presenta el tema de las Tres Marías
ante el Sepulcro de Cristo, y otro con un dragón alado emparentado con
repertorios conocidos en el monasterio de Santa María la Real de
Aguilar de Campoo.
Junto a ellos, pueden admirarse igualmente numerosos restos de dovelas
fragmentadas, piezas de carácter funerario, e incluso elementos
prerrománicos anteriores procedentes de la primigenia construcción,
destacando varias piezas de decoración vegetal, así como una cesta en
el que aparecen dos toscos angelitos que portan unos jarros.
También la actual mesa de altar está conformada a base de capiteles
del antiguo claustro, siendo numerosas las piezas que, tanto en los
propios muros de la iglesia como incluso en construcciones vecinas,
fueron reaprovechadas de los restos del claustro.
15. Ermita de San Pelayo
La ermita de San Pelayo, está un poco separada del casco urbano, es
uno de los monumentos más antiguos del Románico palentino. Se
yergue en un paraje totalmente aislado a poco más de un kilómetro al
sur de Perazancas, a los mismos pies de la carretera que conduce a
Olmos de Ojeda
Es un monumento singular por su origen mozárabe y cabecera románica
primitiva con arquillos lombardos y ancho ajedrezado superior que
recuerdan las iglesias del nordeste de Huesca como Santa María de
Alaón en Sopeira o las iglesias, también oscenses, de Villaroé y
Castanesa.
Con casi total probabilidad, la actual ermita de San Pelayo de
Perazancas fue construida sobre los restos de una edificación anterior
de origen prerrománico, como así parece confirmarnos la presencia de
diferentes elementos reaprovechados en el propio templo,
principalmente los dos capiteles de clara estética mozárabe de su
portada occidental.
Sobre los restos de esa primitiva edificación, como también puede
contrastarse gracias a una inscripción empotrada en el interior del
muro norte; en tiempos del rey leonés Alfonso VI un abad de nombre
Pelayo (Pelagio) mando levantar en la era 1114 (año 1076) y en honor
de su santo homónimo la iglesia que actualmente vemos, probablemente
relacionada con un modesto establecimiento de carácter cenobítico. El
texto dice exactamente:
Ermita de San Pelayo, Perazancas
IN NOMINE DOMINI NOSTRI IHESU CHRISTI SUB HONORE SANCTI PELEG,
PELAGIO ABAS FECIT IN ERA MCXIIII OBSTINENTE REX ILLEFONSUS IN
LEGIONE
Con posterioridad, hay que esperar a un documento
fechado en 1186 para confirmar la fundación (o re-fundación) de un
monasterio en Perazancas (Pedrasancas) por parte de la dama María
Fernández y su madre Urraca dedicado al propio San Pelayo, cenobio
éste que, apenas trece años después, sería donado por el monarca
Alfonso VIII al vecino monasterio femenino de San Andrés de Arroyo
Es un pequeño edificio de planta muy sencilla.
Consta de una cortísima nave rectangular cubierta con una recién
colocada techumbre de madera que, tras un brevísimo tramo recto
presbiterial, desemboca en un ábside semicircular abovedado en cuarto
de esfera.
A simple vista llama la atención la diferencia entre el aparejo a base
de sillares en hiladas isódomas del ábside y la mamposteria tan solo
reforzada en los ángulos del resto de la fábrica, lo cual nos indica
una más que probable construcción en dos fases.
La más antigua de ellas, probablemente coincidente con la fecha de
1076 que nos indica la citada inscripción del abad Pelayo empotrada en
el interior del muro septentrional, correspondería a la cabecera,
estructurada en 5 paños delimitados por sencillas columnas que
culminan en la propia cornisa.
Es precisamente en la cornisa absidal donde radica la verdadera
originalidad de esta ermita, presentando la típicamente lombarda
articulación a base de arquillos ciegos junto un breve friso de
esquinillas, complementándose el conjunto además con una banda
taqueada; recurso este último ya no tan exótico en contextos
castellanos.
Los únicos puntos a través de los cuales se ilumina el espacio interno
son el ventanal del paño sur del ábside, conformado por un vano de
medio punto abocinado y trasdosado por una breve chambrana de nuevo
taqueada, así como las estrechas aspilleras horadadas tanto en la nave
como en el eje meridional del tambor cabecero.
En el interior se conservan los restos de las pinturas románicas más
destacables de la provincia. Se aprecian todavía bien los apóstoles y
figuras de los meses del año, mientras que el Pantocrátor con el
Tetramorfos del cascarón se ha perdido casi por completo.
El conjunto de la ermita corresponde a los años finales del siglo XI.
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16. En
Vallespinoso de Aguilar
veremos la pequeña
Ermita de Santa Cecilia
enclavada en una roca.
Declarada Monumento Histórico Artístico en el año 1951 y restaurada en
1958. Se instala encaramada sobre una crestera caliza que domina el
acogedor caserío de Vallespinoso y al valle que le da nombre.
El profesor M. García Guinea declara: 'uno de los mayores aciertos del
arte, el paisaje y la poesía, juntamente'. Fechada a finales del siglo
XII, edificio de una sola nave, teniendo en su cabecera un ábside
semicircular.
Adosado al muro sur, se ve un torreón cilíndrico que se cubre con
media esfera.
Ermita de Santa Cecilia, Vallespinoso de Aguilar
Su portada es espectacular, con un arco de ingreso de seis arquivoltas
que descansan sobre columnas rectas, en cuyo podio se alternan
boceles, escocías y molduras esculpidas con acantos, tallos, hojas y
roeles.
kilómetros al suroeste de Aguilar de Campoo.
Este pueblo tiene una iglesia parroquial moderna pero la original fue
la que hoy es conocida como la Ermita de Santa Cecilia, encaramada
sobre unas peñas y sobre un manantial a las afuera de la localidad
(hacia el oeste).
Todos los autores que se han ocupado de la ermita de Santa Cecilia de
Vallespinoso de Aguilar han coincidido en el "goce estético" o en la
"bella sorpresa para almas sensibles" que imprime en el viajero que la
contempla por primera vez.
Y no es para menos. De hecho este pequeño templo románico de finales
del siglo XII es uno de los emblemas publicitarios del románico
palentino, merecedor de la consideración de Monumento Histórico
Artístico de Carácter Nacional allá por el lejano año de 1951.
Por aquellas fechas, el edificio estaba en estado ruinoso por lo que
una acertada restauración de 1958 se ocupó de reconstruir el muro
norte de la nave, parte de la fachada occidental y la bóveda de la
cabecera.
Pero, como luego veremos, no es sólo su equilibrada arquitectura o el
pintoresco paraje donde se asienta lo que hace de la ermita de Santa
Cecilia de Vallespinoso de Aguilar un monumento notable, sino también
la escultura de su puerta, del arco triunfal y de las arquerías del
presbiterio.
Exterior
Desde el punto de vista arquitectónico, Santa Cecilia es un edifico
románico de modestas dimensiones, constituido por el consabido
ensamblaje de una nave rectangular con una cabecera de largo
presbiterio y ábside semicilíndrico.
Ermita de Santa Cecilia,
Vallespinoso de Aguilar
A pesar de que su tamaño no es reseñable, enseguida apreciamos su
armonía de proporciones, que va acompañada de una fábrica de perfecta
sillería.
El ábside tiene dos columnas entregas que alcanzan la cornisa y tres
ventanales muy abocinados. El central con columnillas mientras que los
dos laterales carecen de ellas.
Hay que fijarse en la delicadeza del citado ventanal central. Una
aspillera de iluminación de paso a una amplia bocina exterior, rodeada
por una arquivolta ornada con hojas de acanto dispuestas
helicoidalmente, muy al estilo del románico del norte de
Palencia.
Los dos capiteles tienen esculpidas parejas de arpías cuyas colas son
rematadas por cabezas de serpiente además de grifos de delicada
anatomía.
Los canecillos de la cabecera se conservan bastante bien. En ellos
hallamos diversos motivos como animales atrapando a sus presas (león y
águila), un músico tañendo una fídula, un hombre itifálico, etc.
La puerta, ubicada como suele se ha habitual en el muro sur, es de
grandes proporciones para el tamaño global de la iglesia. Se abre en
un profundo arimez o cuerpo resaltado. Cuenta con un total de siete
arquivoltas apuntadas que crean una profunda bocina.
Todas, menos una, son sencillas: boceles y escocias. La intermedia
cuenta con un repertorio de decoración vegetal muy características del
románico norteño palentino, burgalés y cántabro, inspirado por San
Andrés de Arroyo, Santa María de Piasca, Santa Eufemia de Cozuelos y
Rebolledo de la Torre.
Los capiteles se extienden corridos por el arimez creando dos anchas
bandas esculpidas con todo un repertorio iconográfico, que además de
la temática geométrica y fitomórfica, abarca los siguientes temas:
Ermita de Santa Cecilia,
Vallespinoso de Aguilar
Dragón atacando a un soldado con cota de malla.
Combate entre dos centauros.
Pareja de dragones.
Diablo con llamas en la cabeza amenazando a un pecador (posiblemente
avaro).
Un ángel y un clérigo frente a un fallecido. Podría ser la
representación del sacramento de la Extremaunción.
El pesaje de las almas entre San Miguel y el diablo.
Resurrección de Cristo: las tres Marías y el sepulcro vacío.
Posible presencia ante el sepulcro de San Pedro y María Magdalena.
Una serie de personajes de difícil interpretación que podrían estar
representando una amplia variedad de actividades y oficios medievales.
Entre el presbiterio y la puerta existe un voluminoso cuerpo de base
prismática y prolongación cilíndrica que en su interior guarda una
escalera de caracol a la que se accede desde el interior por una
puerta adintelada situada a dos metros de altura.
Esta torre de sillería es contemporánea al resto de la edificación
románica, si bien cubierta por un casquete cupuliforme en un momento
indeterminado posterior. Es probable que este torre -abierta en el
momento de su construcción- sirviera para subir a lo alto del edificio
y hacer sonar las campanas de la espadaña que se yergue sobre el arco
triunfal, además de para funciones de vigilancia y defensa.
Interior
Si sugerente es la estampa exterior, la contemplación por dentro de la
ermita de Santa Cecilia no decepciona en absoluto. La primera
sensación que tenemos es de verticalidad. En efecto, la nave no tiene
gran anchura por lo que la altura de los muros nos inspira a mirar
"hacia arriba".
Además, la cabecera, dada la orografía del suelo, hubo de edificarse
metro y medio por encima de la nave, por lo que existe una escalera de
seis peldaños que comunican ambas partes.
Es esta recoleta y elegante cabecera tenemos la mesa del altar (al
borde de la escalera citada), dobles arquerías en los muros
presbiteriales y los tres ventanales en el hemiciclo.
Los capiteles de las columnas de esta parte del edificio es deliciosa:
Sansón desquijarando al león, el castigo del avaro entre columnas y
arcos cuya decoración nos hace transportando a las arquerías de la
Aljafería de Zaragoza, espirales vegetales como los de San Andrés de
Arroyo, un caballero, parejas de grifos, etc.
Desde aquí, bordeando el pantano de Aguilar, llegaremos a
17. Barrio de Santa Maria
para visitar la pequeña
Ermita de Santa Eulalia
Barrio de Santa María es una pequeña población situada a pocos
kilómetros al oeste de Aguilar de Campoo en la proximidad de lugares
tan emblemáticos como Vallespinoso de Aguilar o Perazancas, ambas un
poco más a poniente de ésta.
Hay en este lugar manifestaciones románicas en su parroquial dedicada
a la Asunción y en la cercana ermita de Santa Eulalia
Quinientos metros a poniente del caserío se alza retrepada a un
pequeño altozano la ermita de Santa Eulalia
Reducido templo de exquisita realización y cuidadas proporciones.
Además está exento y en muy buena situación en cuanto a su
conservación, en la que tiene mucho que ver -como en tantos otros
lugares de la Provincia- la Fundación Santa María la Real .
Es templo de nave única, canónicamente orientado y cerrado al este por
medio de ábside cilíndrico que articula con la nave -de mayor altura-
por medio de presbiterio sin adornos, bien marcado al exterior.
Ermita de Santa Eulalia, Barrio de Santa Maria
Una espadaña de un solo ojo y perfil acampanado corona su hastial
occidental.
La portada abre atípicamente al norte, hacia los pies del muro
septentrional.
Edificada en un cuerpo ligeramente adelantado al muro bajo tejaroz con
nueve canecillos lisos, se compone de cinco arquivoltas en
degradación, dándole un ligero abocinamiento.
Apean en dos pares de columnillas y tres de pilastras, decoradas las
exteriores con baquetón simulando columnillas.
Las que forman las jambas de la portada, son lisas .
Posee arquivoltas apuntadas, decoradas con baquetones y escocias y
guardapolvo de similar hechura por fuera.
Una línea decorada compuesta por friso y ábacos, separa aquellas de
los capiteles en que descargan. Los ábacos y su prolongación, decoran
con entrelazo vegetal y en algunas de las esquinas, menudas y toscas
cabecitas como de fieras.
Los capiteles son de muy sencilla hechura, con decoración geométrica y
vegetal apenas señalada mediante labra incisa.
Algo más elaborados los del lado de poniente , dentro de su sencillez
que evocan ya el estilo del (para mi) desconocido claustro de San
Andrés del Arroyo.
Ermita de Santa Eulalia, Barrio de Santa Maria
Prolonga la línea de capiteles hasta donde concluye el cuerpo
adelantado de la portada, un friso sencillo, decorado en su zona
superior con cinco pequeños arquillos ciegos a cada lado.
El cilindro absidal está segmentado en tres lienzos gracias a dos
semicolumnas adosadas que arrancan de sendas basas áticas sobre
pilastras y rematan bajo el alero por medio de capiteles de sencilla
decoración de volutas lisas y piñas.
Cada uno de los lienzos se centra por ventanal de medio punto
dovelado.
Vano aspillerado por fuera del cual se decoran con una arquivolta de
baquetón y escocia con sus respectivos capiteles, columnas y
basas.
Poseen guardapolvo al exterior, de nido de abeja en los laterales y
más elaborado, a base de bezantes simulando yemas vegetales sobre
fondo de figuras geométrica a base de grandes rombos.
Los tímpanos de estos ventanales decoran con motivos de semicírculos
en relieve en los laterales, mientras que el central luce un ángel
alado, barbado y nimbado cabalgando sobre el medio punto de la
aspillera y en actitud de bendecir .
Decora la parte externa del tímpano nueve arquillos ciegos, ocupando
la cabeza del ser mitológico el central.
Una fina cenefa a base de cabecitas de clavos rodea todo el perímetro
del tímpano. En su extrados, hay un motivo decorativo a base de
ajedrezado jaqués, que solo volvemos a encontrar al interior del
templo componiendo el friso que corre por el cilindro absidal por
debajo del arranque de los ventanales.
Los capiteles de los ventanales así como el tímpano descrito del
central, se tallaron en piedra arenisca más clara (probablemente más
apropiada por su consistencia para ser labrada) lo que contribuye a
dar un toque más de elegancia a esta cabecera .
Decoran los capiteles monstruos con cabeza de hombre barbado y gorro
frigio, luchas entre grifos y dragones, motivos vegetales y una bella
por cuanto ruda representación del Pecado Original
18. Otras Rutas Cercanas