Santa Maria de la Antigua, Valladolid
Plaza de San Pablo, Valladolid
Como suelen decir en Pucela:
" aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid ..."
El río Pisuerga es el mas importante de la ciudad, tanto pos su caudal y todos los beneficios que el conlleva, como por haber sido durante muchos años el límite de la ciudad. Hasta los años 70 no se empezó a construir al otro lado del río.
Si bien ha dado muchos beneficios a la ciudad, también ha dado mas de un susto con sus famosas inundaciones
Las inundaciones del río se han ido sucediendo periódicamente a lo largo de los años: febrero de 1636, diciembre de 1739, febrero de 1788, febrero de 1855, y ya en el siglo XX y XXI, las de : 1914, 1924, 1936, 1947, 1962 y la última de 2001.
En 6 de marzo de 2001 Valladolid sufre la mayor inundación de los últimos cuarenta años. Durante 48 horas las aguas entraron en calles y viviendas del barrio de Arturo Eyries, La Huerta del Rey, etc, además de dejar un rastro de suciedad y de daños materiales. El río transportaba 2.800 m³/s, cuando la media no pasa de 100³/s
" aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid ..."
El río Pisuerga es el mas importante de la ciudad, tanto pos su caudal y todos los beneficios que el conlleva, como por haber sido durante muchos años el límite de la ciudad. Hasta los años 70 no se empezó a construir al otro lado del río.
Si bien ha dado muchos beneficios a la ciudad, también ha dado mas de un susto con sus famosas inundaciones
Las inundaciones del río se han ido sucediendo periódicamente a lo largo de los años: febrero de 1636, diciembre de 1739, febrero de 1788, febrero de 1855, y ya en el siglo XX y XXI, las de : 1914, 1924, 1936, 1947, 1962 y la última de 2001.
En 6 de marzo de 2001 Valladolid sufre la mayor inundación de los últimos cuarenta años. Durante 48 horas las aguas entraron en calles y viviendas del barrio de Arturo Eyries, La Huerta del Rey, etc, además de dejar un rastro de suciedad y de daños materiales. El río transportaba 2.800 m³/s, cuando la media no pasa de 100³/s
Indice:
- Como Llegar a Valladolid
- Algo de Historia
- Que ver en Valladolid
- Plaza de San Pablo
- Museo Nacional de Escultura
- La Antigua
- Plaza Mayor
- Catedral de Ntra Sra de la Asunción
- Universidad y Palacio de Santa Cruz
- El Campo Grande
- Casa Cervantes
- San Benito
- El Museo Oriental
- Academia de Caballería
- Pasaje Gutiérrez
- De Vinos y Tapas por Valladolid
- Donde Comer en Valladolid
- Otras Rutas Cercanas
1. Como Llegar a Valladolid
Hay varios medios de transporte para llegar a Valladolid desde otras ciudades
de España, en avión, tren, autobús o transporte particular.Estación Norte,
hasta se puede llegar a Valladolid en tren
Dependiendo del lugar de origen y el tiempo disponible varía el medio de
transporte más recomendado.
Los precios aquí mostrados están actualizados a fecha septiembre del 2019.
Avión a Valladolid
Aunque no es un aeropuerto muy transitado, hay vuelos con conexión directa a
Barcelona.
El Aeropuerto de Valladolid se ubica en Villanubla, a poco más de 10
kilómetros del casco histórico.
Tren a Valladolid
La forma más rápida de llegar a Valladolid en transporte público es el tren,
más concretamente el AVE.
Salen de la estación de Chamartín, en Madrid, pasan por Segovia y después
siguen hacia Palencia y León.
El viaje desde la capital dura escasamente una hora, los billetes rondan entre
30 y 40€.
También está la opción de los trenes Alvia, estos continúan su recorrido hacia
Oviedo y Gijón, hacia Burgos y Vitoria o hacia Cantabria.
Y los trenes Avant, que parten desde Madrid y terminan su ruta en Valladolid.
Consulta todos los trayectos disponibles, horarios y precios en la web de
Renfe.
Todos llegan a la Estación de Valladolid-Campo Grande, también llamada
Estación Norte.
Está situada muy cerca del Campo Grande, por lo que es un punto de inicio
ideal para una ruta turística.
Autobús a Valladolid
Muy buen alternativa son también los autobuses, pudiendo conectar no sólo con
las grandes ciudades sino también con pueblos de la región.
Tres compañías de autobuses llegan a Valladolid desde casi cualquier punto de
España: Alsa, Linecar y AvanzaBus.
Como ejemplo, con Alsa desde Madrid se tardan unas dos horas y media y los
billetes empiezan en 8,55€.
Con Linecar se puede llegar desde Segovia y con AvanzaBus desde Salamanca.
La Estación de Autobús de Valladolid está situada a medio kilómetro de la
Estación de Trenes, concretamente en la calle del Puente Colgante.Acceso al
aparcamiento de la Plaza Mayor de Valladolid
Transporte particular
Por último, siempre está la alternativa de llegar a Valladolid en transporte
particular.
Por la ciudad pasa la A-62 que conecta la A-6, a la altura de Tordesillas, con
Palencia y Burgos.
Además llega la A-601 o Autovía de Pinares, conectando con Segovia.
Y finalmente la A-11 o Autovía del Duero, que en un futuro conectará las
diferentes localidades de la Ribera del Duero.
Alrededor de Valladolid se extiende la autovía VA-30, una circunvalación para
enlazar con las localidades aledañas.
Hay aparcamientos públicos bajo la Plaza Mayor, la Plaza de España, la Plaza
de Zorrilla o la Catedral.
Se puede aparcar gratis en la otra orilla del río Pisuerga, sobre todo en los
alrededores de la Plaza del Milenio.
2. Algo de Historia
Hay indicios de asentamientos humanos desde el Paleolítico Inferior, pero no
es hasta la Edad Media cuando comienza su historia oficial.
También se han hallado numerosos vestigios de la ocupación romana, sobre todo
en forma de antiguos mosaicos.
Repoblación cristiana
Alfonso III de Asturias anexionó la zona en el siglo X al Reino de
Asturias, formando parte del por entonces llamado Condado de Castilla.
De la repoblación cristiana se encargó en el siglo XI el conde Pedro
Ansúrez, por encargo del Alfonso VI de
León.
El propio monarca le concedió el señorío de Valladolid a Pedro Ansúrez,
pocos años más tarde obtuvo el rango de villa.
Estatua del Conde Pedro Ansúrez en la Plaza Mayor
Su relevancia histórica para el desarrollo y crecimiento de Valladolid se
puede descubrir con un tour teatralizado.
En 1208 consiguieron el título de ciudad cortesana y en 1255 el Fuero
Real.
Residencia real
A partir de entonces el crecimiento fue imparable, llegando a marcar para
siempre la historia de España.
Aquí nació Enrique I de Castilla y fue proclamado rey de Fernando III el
Santo.
Además fue escenario de la boda de los Reyes Católicos y vio morir a Juan
II de Castilla.
Las reinas también fueron grandes protagonistas de la historia de
Valladolid, desde María de Molina hasta Ana de Austria.
Palacio Real de Valladolid
Valladolid capital de España
Tras el descubrimiento de América el crecimiento de Valladolid siguió
imparable, estableciéndose aquí la Real Audiencia y Chancillería.
De hecho, en 1550 en el Colegio de San Gregorio tuvo lugar la Junta de
Valladolid, un debate que se considera sentó las bases de los derechos
humanos.
Tras la Guerra de las Comunidades se convirtió en una de las capitales del
Imperio Español, bajo el reinado de Carlos I.
Su propio hijo, Felipe II, nació en Valladolid el 21 de mayo de 1527,
siendo uno de sus grandes impulsores y quien le concedió el título de
ciudad.
Fue entre 1601 y 1606 cuando oficialmente Valladolid fue capital de
España, a instancias del rey Felipe III.
A lo largo del tiempo varios personajes históricos establecieron aquí su
residencia, incluyendo religiosos, escritores o navegantes.
Entre ellos se encuentran San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Ávila, fray
Luis de León, Cristóbal Colón o Miguel de Cervantes.Palacio de Pimentel,
lugar de nacimiento de Felipe II
Reformismo Ilustrado
A pesar del decaimiento provocado por la pérdida de la capitalidad, la
Ilustración trajo nuevos aires a la ciudad.
En esa época comenzó el proceso de saneamiento urbano, se crearon
academias de arte y de historia y se construyó el Canal de Castilla.
Guerra de Independencia
Las primeras tropas francesas llegaron a Valladolid en 1808, por aquel
entonces España y
Francia eran
aliados.
Cuando estalló el motín de Aranjuez la ciudad también se amotinó, pero
tras la derrota en la Batalla de Cabezón permanecieron bajo dominio
francés hasta 1812.
Cinco años más tarde nacería en Valladolid José Zorrilla, poeta y
dramaturgo autor de Don Juan Tenorio.Plaza de Zorrilla, una de las más
visitadas de Valladolid
Segunda mitad del siglo XIX
Tras la guerra el progreso se fue recuperando poco a poco, impulsado por
la Desamortización de Mendizábal y la llegada del ferrocarril.
A partir de entonces hay grandes cambios urbanísticos, se construyen
nuevas calles y plazas, se inaugura el alumbrado público y se abren los
primeros bancos y diarios.
4. Plaza de San Pablo
En torno a esta plaza se fueron configurando, a lo largo de los siglos,
los espacios más nobles de la ciudad. Así llegó convertida, en torno al
siglo XVI, en el espacio público por excelencia del Valladolid
cortesano.
Hoy es un auténtico punto neurálgico de visita imprescindible para cuantos
viajeros quieren disfrutar de los rincones más singulares de la ciudad. A
ella se asoman dos de sus más notables palacios, el Real, frente a la
iglesia, y el de Pimentel, a un costado.
Su elemento arquitectónico más notable es, sin duda, la maravillosa
fachada de la iglesia.
5. Museo Nacional de Escultura
Es, sin duda, la estrella de los museos vallisoletanos. De hecho, se
proclama con orgullo como el más importante de los museos de escultura
policromada de Europa. Y es cierto que su visita se disfruta con mucho
goce sea cual sea la sensibilidad de cada cual.
La gran recomendación es que, para aprovechar la visita, hay que dedicarle
su tiempo. Es decir, al menos un par de horas que, por otro lado, pasan
volando.
El colegio de San Gregorio, donde reside la mayor parte del fondo, fue una
importante fundación impulsada directamente por el obispo fray Alonso de
Burgos en el año 1487, notable personaje de su tiempo cuya proximidad con
los Reyes Católicos -llegó a ser confesor de Isabel la Católica-, le
facilitó el desarrollo de muchos de sus proyectos.
Patio del Colegio de San Gregorio Valladolid
El núcleo principal del museo corresponde a un magnífico conjunto de
escultura religiosa española de los siglos XIII al XVIII, fundamentalmente
realizada en madera. En él se recogen algunas de las obras maestras que
salieron de los talleres vallisoletanos del Renacimiento y el Barroco,
especialmente representados por las figuras de Alonso Berruguete, Juan de
Juni y Gregorio Fernández.
En el recorrido por los diferentes espacios destacan por su envergadura y
la capacidad de despertar emoción obras como el Entierro de Cristo, de
Juan de Juni, o el Cristo yacente y La Piedad, de Gregorio
Fernández.
Sin embargo, el interés de la visita va mucho allá de este periodo y estos
artistas, ofreciendo la impagable contemplación de conjuntos como el del
retablo mayor y sillería del coro de San Benito el Real, Calvarios,
Vírgenes y un sin fin de obras de autores como Felipe Vigarny, Diego de
Siloé, Pedro de Mena, Pedro de Sierra, Alonso Cano o Juan Alonso
Villabrille.
Y todo ello sin olvidarse de Tres Colecciones Excepcionales:
Toros y toreros
una singular colección de pequeñas figuras de madera probablemente
encargadas por el monarca Carlos IV. Estas veintisiete figuras se agrupan
en diferentes escenas relacionadas con los festejos taurinos que tenían
lugar a finales del siglo XVIII.
Belén Napolitano
La tradición belenística napolitana, que alcanza su momento cumbre en el
siglo XVIII, ofrece un bellísimo ejemplo el museo a través de un
Nacimiento compuesto por 620 figuras reunidas a lo largo de los años por
la familia García de Castro.
La verosimilitud de las escenas, ambientación y virtuosismo que componen
este conjunto de pequeñas piezas es digna de todo el asombro y atención.
Los Pasos del Museo
En un espacio aparte, en la zona posterior de la Casa del Sol y San Benito
el Viejo, el museo custodia y exhibe durante todo el año un grupo
importante de los pasos procesionales que desfilan durante la Semana Santa
vallisoletana.
Con muchas de sus figuras realizadas por los grandes imagineros
castellanos del siglo XVII, especialmente Gregorio Fernández, ofrecen una
oportunidad inmejorable para una contemplación detallada.
Datos prácticos
Cadenas de San Gregorio / Tel. 983 25 03 75/ museoescultura.mcu.es /
HORARIO: martes a sabado, de 10 a 14 h. y de 16 a 19.30 h., domingos y
festivos: de 10 a 14 h .
6. La Antigua
Santa Maria de la Antigua, Valladolid
Iglesia de La Antigua. Valladolid.
La iglesia de Santa María de la Antigua es, además de una auténtica joya
del Valladolid más antiguo, uno de sus principales y más reconocibles
iconos. Explicar sus orígenes es remontarse al propio fundador de la
ciudad, el conde Don Pedro Ansúrez.
UNA JOYA DE LA EDAD MEDIA EN EL CENTRO DE LA CIUDAD
Jaleada por la abundante bulla que se forma en su entorno durante las
noches del verano y los fines de semana, la iglesia de Santa María de la
Antigua es, además de una auténtica joya del Valladolid más antiguo, uno
de sus principales y más reconocibles iconos.
No en vano explicar sus orígenes es remontarse al propio fundador de la
ciudad, el conde Don Pedro Ansúrez que aquí mismo, en la cuesta que une la
calle de las Angustias con la plaza de la Universidad, tendría su
casa-palacio. Un lugar noble y algo elevado sobre el resto de la población
que en aquel entonces extendería su trazado más hacia las riberas del
Pisuerga.
De la casa del fundador debió formar parte una capilla, a la postre el
origen remoto de la actual iglesia, cuya documentación más antigua nos
remite al año 1177.
Pero hoy nada queda de aquel templo.
Iglesia de La Antigua. Valladolid.
La esbelta torre y el claustro románico adosado a su pared norte y nacido
como mirador sobre las intranquilas aguas de uno los ramales de la Esgueva
que durante siglos pasó lamiendo sus cimientos son los restos más antiguos
de toda la construcción.
Sin embargo estos fueron añadidos a aquella iglesia-capilla de
trazas románicas ya en el primer cuarto del siglo XIII y por tanto casi
dos siglos después de su primera fundación.
Es este el arranque de una larga historia repleta de construcciones,
reconstrucciones y reformas que, afortunadamente, no han conseguido
terminar con su indiscutible encanto.
La primera de las grandes transformaciones que sufre el templo tiene lugar
durante el reinado de Alfonso XI. Es entonces, entrado el siglo XIV,
cuando la primitiva iglesia, la románica, se ve sustituida por otra de
aires góticos y resonancias francesas que, aunque sucesivamente
restaurada, es la que, a grandes rasgos, ha llegado hasta nuestros días.
El irregular trazado de su planta, en un plano inclinado y desigual, se
convirtió desde el primer momento en la causa de la inestabilidad que
provocó a lo largo del tiempo las sucesivas y numerosas obras de reforma
para tratar de mantenerla en pie.
Así, a la estructura original se le fueron añadiendo, amén de un sin
número de pequeños arreglos, operaciones de mayor embergadura como el
adosado de diferentes contrafuertes de apoyo, un arco-tirante trazado
sobre la nave central o los distintos refuerzos que procurasen el
afianzamiento del primer cuerpo de la torre. Todo ello salpicado de otras
reformas estructurales en un vano intento por corregir una serie de
defectos que terminaron finalmente por amenazar de ruina absoluta la
estabilidad de la iglesia.
La declaración del edificio como Monumento Nacional hecha en 1897 llegó
providencialmente para salvar al conjunto de su demolición propiciando al
mismo tiempo un complejo estudio arquitectónico que culminaría en 1916 con
el desmantelamiento prácticamente total del edificio para su posterior
reconstrucción, piedra a piedra, salvándose de ésta únicamente la torre,
el claustro y cabecera.
En cuanto a su torre, de un románico ya tardío, y modelo de otras varias
en toda la provincia de Valladolid –la de la iglesia de San Martín es su
replica más cercana-, se sabe que fue a su vez inspirada en otra que a
pocos metros de ella se levantaba todavía hoy casi a escondidas entre los
restos amontonados de la de la Colegiata de Santa María la Mayor,
fundación también del Conde y lógicamente anterior a la Antigua.
Entre las teorías que se manejan en cuanto a la construcción de ésta
hay alguna que señala la posibilidad de que la Antigua fuera utilizada
como sede provisional del Cabildo mientras se acometían las obras de
ampliación de la Colegiata de Santa María situada enfrente de ella y donde
fue fundado por el Conde.
Producto del dominio constructivo de una época que abandonaba la solidez
pesada del románico tratando de encontrar la forma de elevar sus edificios
con “ánimo de tocar el cielo”, la torre de la Antigua ganó a su modelo en
altura y estilización conformándose en cuatro cuerpos. Tres de ellos
dotados de estiradas arquerías a su vez se apoyadas en ligeras y alargadas
columnas con las que se pretendía subrayar la expresa intención de querer
ganar altura.
Conserva además la torre su remate, su particular cubierta piramidal con
tejado en forma de escamas que tan bien armoniza con el resto de pináculos
y balaustradas que, a diferentes alturas, salpican la parte superior del
templo dotando al conjunto de un ritmo constructivo propio. Las trazas del
claustro, austero y en una ubicación septentrional poco frecuente en este
tipo de pórticos pero que aquí viene motivada por su función de mirador,
se halla en relación con el de Valbuena o el de las Huelgas de Burgos.
Al templo, oscuro y fresco en las tardes de verano, se entra por la
fachada sur del edificio. Varios grados de diferencia con el exterior que
separan dos mundos muy distintos: fuera, en el que surgen con el declinar
del día las primeras terrazas de la noche hasta ahogar prácticamente el
paso por su lado este; dentro, el silencio y una semioscuridad piadosa que
invita al recogimiento y al reposo.
La iglesia está formada por tres naves separadas con pilares fasciculados
y rematadas en lo alto con cubiertas de crucería que manifiestan con
claridad su vocación gótica. La ausencia de luz natural viene provocada
por sus ventanales rasgados, alargados y estrechos que se abren en cada
uno de los ábsides, estando además cubiertos con vidrieras de color. A los
pies, el coro, en alto, es aguantado por una bóveda de crucería
estrellada.
Nada en el interior revela riqueza ni brillantez en la que fue una de las
parroquias más importantes y ricas de la ciudad. Y es que las
espectaculares obras de restauración dieron al traste también con toda su
riqueza ornamental.
El retablo mayor, dedicado a Nuestra Señora, es una obra que Juan de Juni
contrató para la Antigua en 1546 pero que no terminó hasta 1562.
Cuidadosamente tapiado durante la reconstrucción del edificio pasó
posteriormente, en 1922, a la Catedral donde hoy es posible visitarlo.
7. Plaza Mayor
En sus orígenes, no era más que un espacio caótico dedicado al mercado en
las afueras de la ciudad.
Plaza Mayor del Ayuntamiento. Valladolid.
Pero en 1561 todo el centro de la ciudad sufrió un devastador incendio y
Felipe II decidió aprovechar la ocasión para empezar de cero: de aquella
remodelación urbanística ejemplar surgió una plaza Mayor que sirvió de
modelo para otras como las de Salamanca y Madrid y varias más en América.
A ella se asoma el edificio del Ayuntamiento, inaugurado en 1908. En el
interior destaca la decoración de su zona noble, en especial su gran
escalera principal y el Salón de Recepciones, cuya decoración se mantiene
intacta desde el momento de su inauguración.
Frente a él, la desaparición del convento de San Francisco dejó hueco para
otra construcción de ese siglo: el Teatro de Zorrilla, inaugurado en 1884.
Y en el centro, la estatua del conde Ansúrez fue realizada en 1903 por el
escultor Aurelio Rodríguez Carretero.
8. Catedral de Nuestra Señora de la Asunción
Catedral de Valladolid
La historia de la Catedral de Valladolid se entrecruza con el desarrollo
de la ciudad de Valladolid, hasta el punto de que este condicionó
fuertemente su construcción. Su historia es la sucesión de proyectos y
frustraciones en la que la ambición trato de superponerse inútilmente a
la realidad. El resultado fue una catedral a medio construir y una
colegiala que aspiraba a más de lo que llegó a ser.
El origen de la actual Catedral de Valladolid fue la Colegiata nacida en
la época de la repoblación bajo medieval, cuando Alfonso VI de Castilla
concede el señorío de Castilla al conde Pedro Ansúrez.
El primer señor de la villa decidió dedicar una iglesia a Santa María,
cabeza religiosa de su feudo. Para su construcción se apoyó en la
reformada orden de los Cluniacenses. En el año 1100 el conde Ansúrez
hizo donación de la colegiata a su primer Abad. Ya estaba construido el
primer edificio de estilo románico.
No obstante este primer templo debió resultar insuficiente pues se
derribó para levantar la segunda colegiata entre 1219 y 1230. Sólo se
salvó la torre románica, aunque en realidad esto no se sabe con certeza.
En el siglo XIV se construirían una serie de capillas de carácter
funerario que rodeaban al edificio por sus lados norte, oeste y sur.
El Cabildo, queriendo compararse con el de Salamanca o Segovia, decidió
construir una tercera colegiala aún más grande. El proyecto de está
nueva colegiata corrió a cargo de los cinco maestros, arquitectos tan
prestigiosos como Juan y Rodrigo Gil de Hontañón, Diego de Riaño, Juan
de Álava y Francisco de Colonia. La primera piedra se colocaría hacia
1527, no se conocen los motivos pero el proyecto quedó inconcluso.
Las obras fueron retomadas por Juan de Herrera y su construcción se
reinició en 1589 a cargo de su discípulo Diego de Praves, aprovechando o
reutilizando lo ya construido de la tercera colegiata. El templo
originalmente previsto hubiera sido uno de los mayores de la
cristiandad.
A petición del rey Felipe II, el papa Clemente VIII creó en 1595 la
Diócesis de Valladolid y el 21 de mayo de 1595 elevó la iglesia mayor a
la categoría de Catedral. La consagración del edificio como catedral
tuvo lugar mucho más tarde, el 26 de agosto de 1668.
Interior Catedral de Valladolid
La construcción de la catedral puso en peligro el edificio de la
colegiata. El propio Juan Herrera contempló la destrucción del conjunto
en sus planes.
Esto no sucedió hasta el siglo XVII, hacia 1634 la vieja colegiata fue
derribada, quedando tan sólo en pie las dependencias que aún resultaban
útiles, se salvaron algunas capillas que eran utilizadas como sala
capitular, biblioteca, archivo y sacristía originarias de la segunda
colegiata gótica.
Desde 1965 estas salas albergan los fondos del Museo Diocesano y
Catedralicio de Valladolid. Hoy se conservan algunos elementos
arquitectónicos del edificio gótico como la Capilla de San Llorente y de
Santo Tomás o la Puerta Norte.
as obras de la catedral continuarían durante los siglos XVII y XVIII
pero sin respetar fielmente lo planificado por Herrera. En el siglo
XVIII Alberto de Churriguera terminaría el cuerpo alto de la fachada
principal en claro estilo barroco.
Por falta de recursos económicos, lo construido es menos de la mitad de
lo originalmente proyectado. Además, los fallos de cimentación y los
efectos del terremoto de Lisboa de 1755 ayudaron a que, tras una gran
tormenta, la torre de la nave del Evangelio se desplomara en 1841.
La actual torre octogonal, de la nave de la Epístola, también está en
desacuerdo con los planos de Juan de Herrera, se construyó entre 1880 y
1885, siendo coronada en 1923 por el Corazón de Jesús.
Una catedral purista, desnuda con rasgos clasicistas basados en las
construcciones de la antigua Roma, no sólo en su arquitectura, sino
también en la decoración.
Interior Catedral de Valladolid
Consta de tres naves con capillas laterales y tres ábsides.
El interior se articula mediante gigantescos arcos de medio punto que
apoyan sobre fortísimos pilares cuadrados con pilastras adosadas que
llevan capiteles compuestos a lo romano.
Aunque la Catedral de Valladolid no es rica en obras de arte, en sus
tiempos fue dueña de alguna obra del Greco, una fabulosa reja del Coro,
actualmente expuesta en el Metropolitan Museum de Nueva York, y otros
objetos, perdidos o vendidos a principios del siglo XIX. »
VISITAS CATEDRAL DE VALLADOLID
La visita a la Catedral es gratuita. La entrada al Museo Diocesano y
Catedralicio incluye la visita a los restos de la Colegiata del siglo
XIII. Horarios y Tarifas»
El entorno catedralicio conforma el otro cogollo monumental de Valladolid.
El origen de la catedral está en una anterior colegiata ligada a la propia
fundación de la ciudad.
Sobre las piedras de esta, y a lo largo de muchos siglos, se fue levantando
la seo al tiempo que se desmontaba lo anterior. El resultado es un edificio
incompleto que lleva en sus trazas la impronta de Juan de Herrera.
Merece mucho la pena el Museo Diocesano ubicado en su interior, ocupando los
pocos restos que quedan de la anterior colegiata. También las espectaculares
vistas que se disfrutan desde lo alto de la torre, a 70 metros de altura. Se
llega por un ascensor interior. Las entradas se sacan en el Museo
Diocesano o la Oficina de Turismo. Cierra los lunes.
9. Universidad y Palacio de Santa Cruz
Universidad de Valladolid
En torno a la catedral se alzan monumentos de talla como la iglesia de La
Antigua, ligada al fundador de la ciudad, el conde Ansúrez, o, por el otro
lado, la Universidad.
Su fachada es un excelente ejemplo de arquitectura civil barroca.
Fachada del Palacio de Santa Cruz, Valladolid
La calle de la Librería conduce hasta el palacio de Santa Cruz.
Patio Palacio Santa Cruz, Valladolid
Está considerado el primer edificio renacentista levantado en España y su
patio es un hermoso claustro de tres alturas.
En el primero piso alberga una valiosa biblioteca histórica a la que es
posible asomarse en cualquier momento gracias a una instalación de
metacrilato que deja ver el interior.
10. El Campo Grande
El gran espacio verde de Valladolid, auténtica seña de identidad,
ocupa una superficie de 115.000 m2.
Campo Grande, Valladolid
El parque más antiguo y más emblemático de la ciudad es el Campo
Grande; se trata de un gran jardín romántico, ubicado en pleno
centro de Valladolid, ideado en su actual fisonomía por Miguel
Íscar, alcalde de Valladolid entre 1877 y 1880.
Acoge una gran variedad de árboles que constituyen un verdadero
jardín botánico. Habitan diferentes aves y son famosos los pavos
reales y, recientemente, las ardillas.
Tiene a sus espaldas una dilatada historia que ha corrido pareja a
los avatares urbanísticos de la ciudad casi desde su fundación,
aunque es en 1879 cuando este espacio comienza a cobrar el aire de
jardín romántico que perdura hasta nuestros días.
De esa época datan muchos de los árboles que conforman hoy su
fronda, una de cuyas características principales es la gran variedad
de especies.
En su entorno se localizan lugares destacados de la ciudad, como la
acera de Recoletos, con algunas de las mejores fachadas modernistas
de la ciudad o la plaza de Zorrilla, con una estatua del poeta y el
monumental edificio de la Academia de Caballería.
11. Casa Cervantes
El traslado de la Corte de Madrid a Valladolid en 1601 provocó la
instalación aquí de todo el aparato administrativo del Estado. Al
rebufo de aquella marea, don Miguel de Cervantes aterrizó en
Valladolid en febrero de 1603 para quedarse a vivir en ella el tiempo
que hiciera falta.
Seguía la estela de una Corte recién instalada en la ciudad con el
propósito de resolver en la Chancillería la acusación que se le hacía
de haberse quedado con fondos públicos procedentes de su oficio como
recaudador.
Museo Casa Cervantes. Valladolid
La visita a este museo permite el recorrido por el edificio en el
que habitaron Cervantes y su familia.
Aunque ha sufrido reformas desde entonces, conserva elementos
originales, como la escalera, por ejemplo.
Datos prácticos
C/Rastro s/n. Tel. 983 30 88 10. WEB: museocasacervantes.mcu.es.
12. San Benito
Junto a San Pablo, la colegiata y la Universidad, éste es uno los
edificios fundamentales en la historia de Valladolid.
Se levanta sobre los restos del primer alcázar con que contó la
ciudad, erigido por Juan I, y del que se descubren sus únicos restos
visibles asomando en la acera que bordea el monasterio por la plaza del
Poniente.
Iglesia y monasterio de San Benito. Valladolid.
Las dimensiones del complejo monacal son fiel reflejo de su poderío e
influencia y hoy mismo continúan ocupando una gigantesca manzana en el
centro histórico de la ciudad, si bien sus dependencias están dedicadas a
muy distintos propósitos.
13. El Museo Oriental
Otro tan sobresaliente en su género como el Museo Nacional de Escultura.
Su colección es la más importante muestra de arte oriental de toda la
península Ibérica. Lo encontramos ubicado en el interior del Real Colegio
Agustinos-Filipinos.
El origen más remoto del museo, abierto en 1874, está en la necesidad de
familiarizar a los jóvenes misioneros que se preparaban para realizar
tareas de apostolado en tan lejanos horizontes.
Museo Oriental. Valladolid.
La gran distancia cultural con aquellas tierras o el desconocimiento de
costumbres y lengua, hicieron pensar que un primer acercamiento podía
venir del contacto con los diferentes objetos y piezas de arte traídas de
allí por otros misioneros.
Así, la recopilación de la gran cantidad de piezas que se exhiben, cerca del
millar, es el fruto del continuo intercambio cultural establecido entre las
poblaciones autóctonas y los misioneros que, a su vez, también
intercambiaban regalos y objetos llevados desde aquí.
La muestra está organizada en un largo recorrido por 18 salas
dedicadas a China, Filipinas y Japón.
A lo largo de sus numerosas vitrinas se entra en contacto con armas
ancestrales, espadas, estatuillas de bronce, bellos esmaltes, muestras de
cerámica popular funeraria, bellísimos ejemplos de porcelanas ornamentales,
piezas lacadas -pintadas y talladas-, esculturas realizadas en jade o
marfil, lanzas, armaduras, adornos, bordados de Manila y una destacable
selección de marfiles hispano-filipinos.
Datos prácticos
Paseo Filipinos, 7. La iglesia de San Agustín se visita en horario de
culto. Museo Oriental: tel. 983 30 68 00. Horario: lunes-sábado, 16.00-
19.00 horas; domingo y festivo, 10.00-14.00 horas. www.museo-oriental.es.
14. Academia de Caballería
Academia de Caballeria, Valladolid
La Academia del Arma de Caballería de Valladolid se instaló en 1852 en
el edificio que unos años antes se había pretendido utilizar como
presidio.
El actual edificio fue construido en los años de 1920, es de gran valor,
legado de la arquitectura historicista y monumental de las primeras
décadas del
siglo XX. Se ubica
frente al Parque del Campo Grande, en la actual Plaza Zorrilla.
Está inspirado en las formas del Palacio de Monterrey de Salamanca
(motivo por el cual se usó la piedra arenisca, propia de la ciudad de
Salamanca) y en el edificio de la Diputación de Palencia, de Jerónimo
Arroyo.
Con planta en U, las torres organizan la fachada y su relación con las
calles que llegan a la plaza.
Academia de Caballeria, Valladolid
El granito de su zócalo proporciona un contraste de color con la
arenisca empleada en el resto del edificio y resalta la fortaleza del
basamento, dando una adecuada formalización al asentamiento del edificio
sobre el suelo.
La fachada, de gran belleza, es longitidinal y enfática, articulada
gracias a las tres torres, que jerarquizan el edificio. La composición
de la fachada se va haciendo, conforme se va subiendo, menos maciza,
acabando con una galería de arcos y una graciosa balaustrada.
La construcción en piedra es impecable y los despieces de los elementos
constructivos están muy bien ejecutados y valorados plásticamente. En
varias panoplias se encuentran las cruces de las órdenes militares de
Alcántara, Santiago, Calatrava y Montesa. Es de notar la simetría en
esquina, propia del Renacimiento, que observa el edificio.
Frente a la puerta principal se encuentra el Monumento a los Cazadores
de Alcántara, obra de Mariano Benlliure, inaugurada el 25 de junio de
1931.
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En 1930 el Museo de Caballería se establece, otra vez, en el nuevo
edificio de la Academia del Arma en Valladolid, donde permanecerá hasta
1933, año en que se crea el Museo del Ejército y desaparecen los museos
de las Armas. De esta manera, gran parte de los fondos de ese museo
proceden del antiguo museo de Valladolid.
15. Pasaje Gutiérrez
A muy pocos metros de la Catedral de Valladolid se encuentra el
majestuoso Pasaje Gutiérrez, el único pasaje comercial de la ciudad y
uno de los pocos que se construyeron en España.
Pasaje Gutiérrez, Valldolid
El Pasaje Gutiérrez se inauguró en 1886 por iniciativa del comerciante
Eusebio Gutiérrez, del que recibe su nombre.
El arquitecto fue Jerónimo Ortiz de Urbina, quien dotó a este pasaje
comercial de Valladolid de una exquisita belleza y singularidad.
Comunica las calles Fray Luis de León y Castelar.
La construcción del Pasaje Gutiérrez fue muy rápida - poco más de un año
- y en ella se emplearon las tecnologías más modernas de la época, como
son las cubiertas de hierro, las tejas de vidrio y la iluminación a gas.
El pasaje cuenta con dos tramos articulados por una rotonda
central, donde está la estatua de Mercurio, dios del comercio.
Si bien el pasaje cayó en desuso y abandono a los pocos años de su
finalización, actualmente el Pasaje Gutiérrez está completamente
restaurado y se ha convertido en una de las atracciones turísticas más
importantes de Valladolid. En la galería encontraréis diversos bares y
cafeterías donde rememorar una tertulia.
16. De Vinos y Tapas por Valladolid
Hay dos zonas para ir de tapas por Valladolid que destacan por encima
del resto: los alrededores de la
Plaza Mayor y los
de La Antigua.
La mejor forma de conocer las zonas de tapas de Valladolid y degustar
los mejores pinchos es en compañía de un guía que os desvelará los
secretos gastronómicos más interesantes de la ciudad, podéis ver toda
la información y reservar el tour de tapas en este enlace:
Locales de tapas y raciones recomendados
Ya la han bautizado como la capital de la tapa. De hecho, Valladolid
acoge desde hace trece años el Concurso Nacional de Tapas y es también
sede del Certamen Mundial. Entre lechazos y cochinillos, nos acodamos
en las barras de los locales que rodean la Plaza Mayor para que nos
hagan felices con apenas dos bocados.
'Los Zagales'
Este restaurante es un laboratorio de tapas trampantojo. Los hermanos
Antonio y Javier González García llevan desde hace 21 años jugando con
sus creaciones en miniatura. "Nosotros nos tomamos muy en serio el
mundo de la tapa", asegura Antonio, mientras destapa la cúpula de la
Casa Blanca donde habita Obama.

'Obama en la Casa Blanca', 'Copa y Puro' y 'Aroma', tres
tapas-trampantojos.
"Un día vino James Costos, entonces embajador de Estados Unidos,
y le mandó delante de mí un mensaje a Obama diciéndole que se lo
estaba comiendo en Valladolid".
La sonrisa vuelve al comensal cuando llega el 'Tigretostón', un pan
negro con tostón (cochinillo frito), cebolla roja confitada, crema de
queso y morcilla.
"Se me ocurrió un día que paramos en una estación de servicio y
me antojé de un Tigretón. Después de hacerlo se lo di a probar a mi
hija y le encantó".
El pincho se hizo ganador del Concurso Nacional de 2010, "y desde
entonces es una auténtica revolución: producimos unos 30.000 al año,
hacemos el envoltorio y el éxito nos hizo pasar de cuatro empleados
los sábados a los 21 actuales".
El éxito del 'Tigretostón' llevó a los hermanos a barajar la compra de
una máquina que los hiciera por el volumen de demanda.
Javier estuvo 7 años trabajando con Pedro Subijana y Antonio, 3 con
Ferrán Adrià.
Hijos de un hostelero con éxito en el mundo de las cervecerías, otra
de sus tapas, la 'Bread bag', es un homenaje al bocata de calamares
que tanto vendía el progenitor.
En este caso, la baguetina de calamares rebozados en harina de
garbanzos con salsa de ajo picante se presenta en un envoltorio
transparente que se come, al estar hecho de obulato –fécula de arroz y
patata–.
Igual que se come la ceniza del 'Copa y Puro', un tartar de sardina
ahumada y sardina marinada, con cebollita dulce, tomate y albahaca,
donde los restos del cigarro son de sésamo negro.LOS ZAGALES - Calle
Pasión, 13. Valladolid. Tel. 983 38 08 92.
'Villa Paramesa'
Uno de los clásicos del tapeo vallisoletano actual, que combina
producto de la tierra con toques creativos y sabores exóticos, bajo la
premisa de que "quien olvida su origen, pierde su identidad".
Su concurrida barra y mesas de madera dan fe del éxito de las
creaciones de los hermanos Castrodeza, que acumulan desde hace nueve
años varios reconocimientos locales y nacionales, como el Pincho de
Oro o el Subcampeón del Concurso
Nacional.
El 'rosco churro', Pincho de Bronce 2017, es de las últimas
incorporaciones.
José Ignacio, el responsable de cocina en el 'Villa Paramesa' –bar
heredero del restaurante medieval del mismo nombre que la familia
tenía en Villanubla–, admite que le gusta cambiar la carta y
evolucionar.
En su carta se combinan a la perfección una cremosa croqueta de cocido
castellano –"lo preparamos completo y con él, no con las sobras,
hacemos nuestras croquetas sin leche"– y un camarón mexicano de pan de
ajo, tartar de carabinero, lima, guacamole, camarones fritos y chile.
También son muy reclamadas entre los feligreses la carrillera de
ibérico con regaliz y pera, el rabo de toro con cebolleta y compota de
calabaza, el socarrat de gambas, las empanadillas de morcilla leonesa
–"con su toque picantito"– con praliné de piñones o los premiados
rosco churro (pan de jengibre, lechazo, manzana y albahaca) y el
ceviche de sardina, alga kombu y ajo negro.
Mientras que de la barra se encarga el hermano pequeño (Javier) y de
la gestión el mayor (Jesús Ángel), la chica, Alicia, es la reina de
los vinos.
El socarrat de gamba.
Riberas, Toros, Ruedas, Cigales, Verdejos de la zona... y entre las
30-40 referencias de alta gama tienen cabida los Albariños, vinos de
Alicante o Monterrei.
VILLA PARAMESA - Calle Calixto Fernández de la Torre, 5. Tel. 983 35
79 36.
'Alarcón'
Bienvenidos al templo del torrezno. En la casa de Carlos Misiego, que
acaba de cumplir 28 años en el negocio, se fríen todos los días los
filetitos de papada de ibérico que le sirve un matadero de la sierra
de Ávila. Hasta una tonelada al mes.

El torrezno es la gran estrella de esta casa.
Otro de los clásicos es la oreja, en sus dos versiones: rebozada y
preparada en cocción lenta, donde la ternilla ni se nota; o a la
gallega, con pimentón de la Vera.
El mejor acompañante, un buen vino de alguna de las cinco DO con las
que cuenta la provincia y un trozo de pan de aceite de Valladolid, la
pareja de baile ideal para cualquiera de las tapas que ofrecen gratis
con la consumición, como la sopa de ajo, la cazuelita de patatas
revolconas –cuyo toque secreto guarda con celo Betania, la mujer de
Carlos– o el pincho de tortilla.
La oreja se presenta en dos versiones: rebozada y cocida o a la
plancha con pimentón de la Vera.
Precisamente en un rincón del local, donde son protagonistas su barra
larga y su cocina vista, cuelga un recorte de prensa enmarcado en el
que se da cuenta de la hazaña de 2007 en la que Carlos elaboró, junto
a su madre Dori, 123 tortillas de patata con cebolla (75 kg de patata
y 25 de cebolla tuvieron que pelar), en ocho horas.
Seguro que no tardaron tanto en comérselas.ALARCÓN - Calle
Alarcón, 3. Tel. 983 33 50 17.
Una concurrida barra donde se ofrecen tapas gratis con la consumición
'La Tasquita'
"Nuestra apuesta es hacer tapas muy sencillas, en las que la gente
sepa lo que come y disfrute un producto de calidad".

Entre las tapas estrella, servidas sobre pizarra, las gambas al ajillo
montadas sobre una tosta de pan, el crep de rape con salsa de
carabineros, el tartar de solomillo a la pimienta y el triángulo de
pan mollete con solomillo al roquefort.
La tosta de gambas al ajillo y mollete con solomillo son dos de los 'must' de 'La Tasquita'.
Las carnes proceden de ganado castellanoleonés (Valladolid, Zamora y
Segovia) y el pan, tan importante en el tapeo, se lo elaboran en un
obrador del pueblo vallisoletano de Valdestillas.
"También hacemos en la casa las distintas salsas de carabineros,
pimienta o roquefort", confiesa Vidal tras la amplia barra en la que
se exhiben en vitrina los diferentes pinchos.
Un buen escenario para que los clientes se hagan la foto.
El establecimiento, propiedad de la familia Martínez, se divide en dos
grandes zonas: la de barra, con suelos de madera y azulejo y paredes
de ladrillo visto, madera y un rincón de cristal esmerilado –"el
favorito para los selfies"–; y un pequeño comedor, de mesas de mármol
y alicatado con azulejos, donde también se sirven menús diarios a 15
euros y una reducida carta donde las tapas se convierten en
raciones.LA TASQUITA - Calle
Caridad, 2. Tel. 983 35 13 51.
'Jero'

Autodidacta, le gusta combinar en su nutrida barra las tapas saladas
con algún toque dulce, como el 'angelillo', de mouse de foie, pistacho
y confitura de limón.
El 'morcón', un clásico con 30 años de historia.
Muchas de sus más de 30 variedades de tapas están bautizadas por el
dueño.
Algunas con nombres de películas, como 'Matrix' (queso, anchoa e
higos -a veces nísperos o kiwi-) o 'Misión Imposible' (bacalao con
boletus); otros con el nombre de personajes famosos, como la
'Zapatero' (salmón, gamba y ventresca con gelatina de manzana) o
'Messi' (aguacate y gamba).
"Les pongo nombres por la fiebre de los concursos que hay en
esta ciudad con los pinchos", apunta Jero, mientras trocea unas pocas
setas, que este otoño escasean por todo el país.
Todos los pinchos se sirven calientes en el momento
Uno de los clásicos, con 30 años de historia, es el 'moncón': lomo
ibérico, pimientos asados y setas de chopo.
Y entre los que triunfan, según el cocinero, está el de yema de huevo,
mouse de morcilla, cebolla crujiente, bacón y queso de cabra. "Nuestro
gran atractivo es que todos los pinchos se calientan en rotogrill, lo
que hace que el pan quede tostado y la parte de arriba, gratinada".
JERO - Calle Correos, 11. Tel. 983 35 35 08.
'El Corcho'

La cremosa croqueta de jamón de 'El Corcho'.
Hasta 1.500 voltean al día durante las fiestas de la Virgen de San
Lorenzo (a principios de septiembre).
En su recatada carta -la pequeña y abarrotada barra de madera no da
para exhibir mucho pincho-, también destacan las tajadas de bacalao
rebozado y los montaditos de solomillo y de morcilla de Cigales
casera.
Además de vinos, la concurrencia también pide mucho su vermut de
grifo.
Las tajadas de bacalao frito también son otro de los reclamos
gastros de este bar.
La Sepia, C/Jesús 1.
Si os gusta la sepia, pedid una ración en este local y os costará
volver a probar un sabor similar en España. El secreto está en la
salsa.
La Mejillonera, C/Héroes de Alcántara, 8.
Las especialidades de este restaurante son los mejillones y los
calamares bravos. Os recomendamos no abandonar Valladolid sin probar
un bocadillo de calamares de La Mejillonera. Si tenemos que poner un
punto negativo a este local, tan solo sería lo repleto que está de
gente casi a cualquier hora.
17. Donde Comer en Valladolid
Calle Pedro Nino,1 BAJO(CONVENTO SAN LORENZO ),
47001 Valladolid España
+34 983 33 50 88
Eh Voilà!
Calle Marqués del Duero nº 7,
47003 Valladolid España
+34 983 25 93 69
Niza
47003 Valladolid España
+34 983 14 03 96
Martin Quiroga
Calle San Ignacio 17 junto Plaza Sta. Brigida,
47003 Valladolid España
+34 605 78 71 17
Alquimia Laboratorio
Calle Antigua 6 junto a la Iglesia de Santa María de la Antigua,
47002 Valladolid España
+34 983 07 53 78
El Cafe de Amable
Calle Paraiso 8, 47003 Valladolid España
+34 983 13 59 96
y algo mas económicos:
Gastrobar Pasion
Calle Pasion 6,
47001 Valladolid España
+34 983 33 94 09
Restaurante El Gallo
Calle Democracia 4,
47011 Valladolid España
+34 654 61 90 72
Calle Claudio Moyano 18,
47001 Valladolid España
+34 983 07 26 88
18. y otras rutas en los alrededores
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