

Jaca, Huesca
Castillo de Loarre, Huesca



Estacion de Canfranc
La denominación Alto Aragón hace referencia a la región septentrional de Aragón a menudo equivalente al de la provincia de Huesca, aunque otras fuentes la reducen a la parte pirenaica o prepirenaica de la misma.
La denominación Alto Aragón hace referencia a la región septentrional de Aragón a menudo equivalente al de la provincia de Huesca, aunque otras fuentes la reducen a la parte pirenaica o prepirenaica de la misma.
El término suele entrañar unas connotaciones más humanas que
administrativas.
De este modo, puede asociarse a unas características etnológicas y
culturales propias que marcarían algunas diferencias con el resto de
tierras aragonesas, acercándose más en ocasiones a las culturas
pirenaicas vecinas, y que se reflejan en su modo de vida (cada vez menos
acusadamente, en parte por la emigración del pueblo a la ciudad), en su
arquitectura y gastronomía (típicamente montañesas), la vestimenta
(festejada, por ejemplo, en el Día del Traje Ansotano), el idioma (al
ser la zona constitutiva del idioma aragonés y aquella en que mejor se
conserva), las tradiciones folclóricas, la mitología, etc.
Indice:
El Alto Aragón es también, históricamente, el territorio de los condados
primigenios de lo que sería con el tiempo el Reino de Aragón.
1. Como Llegar a Huesca
Tren:
Hay unas 5 frecuencias diarias entre Huesca y Zaragoza. Entre ellas una de AVE desde Madrid.
Además esta la opcion de llegar a Zaragoza en ave y luego ir a Huesca
por otro medio.
Avión:
Huesca cuenta con un aeropuerto en el que no hay vuelos regulares pero
si vuelos chárter de agencias de viajes o entidades privadas.
El aeropuerto de Zaragoza esta a tan solo 80 km de Huesca por lo que es
una gran opción.
Coche:
Se puede llegar a través de las autovia A23 desde Zaragoza y desde la
autovia desde Barcelona.
Alquiler de coche: Llegar en transporte publico y alquilar un coche es
una gran opción.
Tanto en Huesca como Zaragoza se puede alquilar coche en diferentes
puntos como la estación, Aeropuerto o puntos de alquiler a lo largo de
la ciudad.
Autobus:
Entre Zaragoza y Huesca hay gran frecuencia de autobuses a través de la
empresa Alosa, el precio ronda los 8€
Huesca cuenta con una de las estaciones de Alta Velocidad de España, y
gracias a la cercanía con Zaragoza le da muchas opciones
2. Algo de Historia
En 1949 se fundó el Instituto de Estudios Oscenses (desde 1977 Instituto de Estudios Altoaragoneses).
y esta es Nuestra Ruta
Prehistoria
Los primeros asentamientos de la ciudad datan del año 4000 a. C.: se
encontró cerámica y sílex de cronología neolítica. Después de la
revolución neolítica se asentaron en los alrededores pequeños grupos
humanos.
Está documentada la existencia de un poblado o campamento, quizá ya de
carácter estable, perteneciente a la Edad del Bronce, entre el [[siglo
xix a. C.|1800]] y el [[siglo xvi a. C.|1500 a. C.]] Estaba formado por
varios fondos de cabañas de planta ovalada, hechas de barro, madera y
paja, con abundantes y variados restos de cerámica.
También están documentadas casas de piedra de planta rectangular y
restos cerámicos del 400 a. C. aproximadamente.
Se ha encontrado la necrópolis más antigua descubierta en Huesca, que
estuvo en uso unos cinco siglos, desde el año 400 a. C. (en plena Edad
del Hierro) hasta el 100 d. C.. Se trataba ―como era habitual en este
periodo― de un cementerio de incineración, en el que las cenizas del
difunto, después de la cremación, se depositaban en pequeñas urnas de
cerámica.
El nombre de la aldea Bolskan escrito en idioma íbero.
Bolskan fue una ciudad celtíbera ubicada en territorio de los ilergetes
relacionados con los habitantes de Ilerda (la actual Lérida), en el
mismo solar que ocupa actualmente la ciudad. El territorio fue ocupado
por los suessetanos antes que los romanos. Acuñó abundante moneda, en
cuyo anverso aparece el nombre de la ciudad en lengua íbera y un jinete.
Entre el siglo II y el I a. C. fue la ceca que más moneda emitió de toda
Hispania.19
Algunos historiadores creen que el pueblo ibérico que ocupaba la región
era el de los ilergetes, mientras que otros afirman que era el de los
suesetanos. El idioma que hablaban puede haber sido el íbero o el
eusquera (el vasco es un idioma no indoeuropeo muy diferente del latín).
Edad Antigua
Hacia el 179 a. C., el pretor romano Aulo Terencio Varrón conquistó la
ciudad de Bolskan. Los romanos respetaron el poblado, si bien le
«simplificaron» el nombre, de Bolskan a Osca.
Bajo dominio romano, la ciudad acuñó monedas de plata y bronce con
escritura ibérica, en las que su nombre aparece como Bolskan. Son cuatro
tipos de moneda: denarios de plata y ases, semis y cuadrantes de bronce.
En los anversos figura la cabeza de un hombre. En el reverso figura,
además del nombre de la ciudad, un jinete con lanza, un caballo alado y
un caballo.
Fue elegida como lugar de residencia y centro de operaciones de Quinto
Sertorio, quien estableció un senado de 300 miembros y creó la ya
mencionada Academia de Latinidad, de la cual se considera descendiente
la Universidad Sertoriana de Huesca, la cual fue una de las primeras en
España. Quinto Sertorio hizo de Osca la capital de los territorios de
Hispania que dominó durante las guerras civiles de la República romana.
La ceca emitió durante las guerras una gran cantidad de denarios de
plata bajo el nombre de Bolskan.
Perteneció a las provincias Citerior, Celtiberia y Tarraconense.
En el 30 a. C. Osca adquirió la condición privilegiada de municipio
romano, con la que todos sus habitantes pasaban a ser ciudadanos romanos
de pleno derecho. La ciudad se gobernó desde entonces con dos
magistrados anuales, los duunviros. El título oficial del municipio era
Urbs Victrix (en español: ‘ciudad victoriosa’).
El cristianismo llegó gradualmente a la ciudad entre el siglo I y el
siglo IV y en el 258 en Roma, San Lorenzo sufrió el martirio por lo que
se declaró patrón de Huesca y entre el año 303 y el año 304 San Vicente
también sufrió otro martirio en Valencia por lo que se declaró segundo
patrón de la ciudad. En el año 420 Siagrio fue nombrado obispo de
Huesca, el primer cristiano que se conoce.
Del Reino visigodo a la Wasqa musulmana
En 476 con la desaparición del Imperio romano de Occidente, Osca pasó a
formar parte del reino visigodo y en 598 se realizó un Concilio de los
obispos de la provincia Tarraconense. Bajo los visigodos la ciudad fue
erigida como obispado, sufragánea de la Archidiócesis de Tarragona. En
673 el rey visigodo Wamba se hospedó en Osca para sofocar la revuelta
del duque Paulo.
La ciudad fue conquistada por los árabes en el año 719 bajo pacto o
capitulación y fue una de las ciudades más septentrionales de
Al-Ándalus. El nombre de Osca se transformó a Wasqa y durante los siglos
que estuvieron los árabes la sociedad se islamizó, la lengua -tanto
hablada como escrita- fue el árabe donde hay ejemplos cercanos de los
nombres de dos ríos cercanos a la ciudad: el Guatizalema y el
Alcanadre.
Los Banu Salama dominaron las tierras oscenses durante el siglo VIII
hasta que un grupo de muladíes destruyeron su poder. Los mozárabes se
mantuvieron fieles en la iglesia de San Pedro. Se desconoce si en esa
época existía una comunidad judía en la ciudad.
En 797 fracasó un primer ataque contra la ciudad, comandado por Luis, el
hijo de Carlomagno y su futuro sucesor como Luis el Piadoso. En 799,
según los Anales del Reino de los Francos, el gobernador de Wasqa
entregó a Carlomagno las llaves de la ciudad, en señal de su sumisión.
El dominio franco, sin embargo, no se hizo efectivo, y en los años 801,
811 y 812 fracasaron tres nuevos ataques carolingios contra la ciudad.
Durante los siglos VIII y XI se construyó la mezquita de Wasqa en el
emplazamiento de la actual catedral. Actualmente casi no quedan restos
de la antigua mezquita salvo algunos arcos de herradura.
A partir del 875 el emir Muhammad I ordenó al gobernador de Wasqa que
amurallase la ciudad y los arrabales para que se evitasen los ataques
cristianos que cada vez había con mayor frecuencia. Las murallas árabes
formaban un recinto ovalado de casi dos kilómetros de longitud, con
alrededor de noventa torres y cuatro puertas principales, orientadas a
los cuatro puntos cardinales.
Tras la desaparición del califato de Córdoba, Wasqa formó parte de la
taifa de Zaragoza, gobernada sucesivamente por las dinastías tuyibí y
hudí. Lubb ben Hud, que gobernó en Wasqa, acuñó monedas de oro de baja
ley, con inscripciones árabes y el nombre de la ciudad. Fue la única
moneda de oro acuñada en Huesca a lo largo de su historia.
Huesca cristiana y aragonesa
Al inicio del siglo XI y del reinado de Sancho Garcés III, llamado el
Mayor, de Navarra, era general y profunda la devastación de los tres
pequeños estados cristianos del solar aragonés.
Poblados abandonados, iglesias y monasterios abocados a la ruina y la
propia villa episcopal y condal de Roda en poder musulmán. Objetivo
prioritario del joven rey pamplonés fue la recuperación de Aragón,
Sobrarbe y Ribagorza, a la que se dedicó plenamente durante los años
1016-1018.
Completó la reconquista de los territorios perdidos a manos de
Almanzor y de Abd al-Malik con la conquista de las montañas de Ayerbe,
Rasal y Nocito, de la ribera islamizada del Cinca —la mitad
septentrional de la Barbitaniya— y con la solución de la crisis
dinástica del condado de Ribagorza, cuyos nobles y clérigos se
hallaban divididos: unos eran partidarios de la unión con el condado
de Pallars; otros pocos eran fíeles a la marginada condesa Mayor, a la
que heredó Sancho Garcés III a través del derecho de la reina
Muniadona, sobrina de la desgraciada condesa, que terminó sus días en
un monasterio castellano.
Por primera vez el dominio cristiano se extendía sin solución de
continuidad por toda la Montaña septentrional, desde oriente a
occidente del solar aragonés, repartida en tres regiones, que
respondían a los antiguos condados: Aragón con la añadidura del otrora
distrito rural del Gállego —Serrablo— y de las montañas próximas a
Huesca; Sobrarbe, notablemente ampliado con la ribera del Cinca,
recién conquistada; y Ribagorza, definitivamente incorporada a la
corona de Navarra tras la renuncia de la condesa Mayor a favor de la
casa real.
Sancho el Mayor, que reinó, según los documentos de la época desde
León hasta los confines de Ribagorza, demostró fehacientemente sus
dotes de político y estratega en la articulación del país con buena
visión de futuro.
Las campañas de Almanzor y Abd al-Malik habían demostrado la
vulnerabilidad de los pequeños estados cristianos desconectados, y con
el fin de dar al territorio capacidad defensiva y ofensiva, levantó
una teoría de fortalezas frente a las plazas musulmanas de los
Somontanos, en claro reto a la cora de Huesca y a la Barbitaniya.
Fortalezas bien proyectadas y construidas, como aún es posible
comprobar en las conservadas de Marcuello, Loarre —el núcleo primitivo
de ésta— y Abizanda.
Obviamente no bastaba el emplazamiento de castillos y fue menester la
programación de un ordenamiento militar, jurídico y fiscal de todo el
territorio.
Para ello, a modo de versión navarro-aragonesa del sistema feudal
europeo, instituyó el seniorado: en la frontera y en el interior
Sancho el Mayor confió los castillos a hombres de su confianza y a
título personal, que ejercieran la delegación del poder real con
jurisdicción sobre una zona determinada. Alrededor del año 1035 se
contaban no menos de veinte seniorados o tenencias en Aragón y
Sobrarbe.
Debió de ser en 1029-1030 que el rey delegó el poder real en el solar
aragonés a sus hijos Ramiro y Gonzalo, quienes, conforme al derecho
consuetudinario, recibieron el título de reyes aún en vida de su
padre.
Ramiro gobernó el territorio comprendido entre Matidero, en el
límite occidental de Sobrarbe hasta Vadoluengo, frontera oriental de
Navarra, esto es, el antiguo condado de Aragón, el distrito del
Gállego —Serrablo— y los valles de Ayerbe, en parte, Rasal y
Nocito.
Le correspondió a Gonzalo la zona señalada al Oeste por la selva de
Matidero y por el castillo de Llort al Este, es decir, los viejos
condados de Sobrarbe y Ribagorza y la mitad septentrional de la ribera
del Cinca, reinos ambos que continuaron viviendo después de la muerte
de Sancho el Mayor.
El nacimiento del reino de Aragón no fue fruto de un movimiento
nacionalista que tratara de recuperar una independencia perdida, sino
obra de un hombre, Ramiro I, con talento político que, sin
desaprovechar las circunstancias propicias, supo imponer su autoridad
en un territorio plural y animarlo con la ideología cristiana.
Siendo merecedor del título de pater patriae Aragonensis, Ramiro I ha
sido el rey aragonés peor tratado por la historia en base a una
pretendida bastardía, que puso en cuarentena la legitimidad de la
dinastía.
Fue el primero el que podría llamarse bautismo de fuego del rey, a sus
veintitrés años. Acudió en ayuda de su hermano García Sánchez III de
Navarra, atacado por la taifa de Zaragoza.
En el batalla de Tafalla perdió su cabalgadura y pudo salvarse gracias
al caballo que le cedió un prohombre navarro, cuya acción recompensó
en agosto de 1043 el propio rey García, el cual también premió la
colaboración de Ramiro y del ejército de Aragón, cediendo el dominio
de las fuentes del río Arba con los castillos de Sos, Uncastillo,
Luesia y Biel.
El segundo acontecimiento fue la muerte del rey Gonzalo de Sobrarbe y
Ribagorza, al que sucedió su hermano Ramiro, duplicando en virtud de
la herencia la extensión territorial de sus dominios, cuyo pluralismo
asumió al intitularse en adelante «rey de Aragón, Sobrarbe y
Ribagorza».
Gonzalo murió probablemente el 26 de junio de 1044 en el puente de
Montclús, cerca de la población de Lascorz.
El 1 de septiembre de 1059 el rey García III de Navarra era derrotado
y muerto en Atapuerca, cerca de Burgos, por el ejército
castellano-leonés de su hermano Fernando I.
Sucedió automáticamente al difunto su hijo Sancho Garcés IV en el
reino navarro, al que una vez más se aprestó a ayudar Ramiro.
Acompañado de un número excepcional de prohombres aragoneses,
sobrarbenses y ribagorzanos fue al encuentro del nuevo rey, su
sobrino, en Uncastillo para firmar un pacto de alianza, en virtud del
cual, a cambio de su amistad, fidelidad, ayuda y consejo, obtuvo el
aragonés en su provecho la rectificación de la línea fronteriza entre
los dos reinos, que se fijó casi con exactitud en la actual divisoria
entre Aragón y Navarra, incluyendo Valdonsella y la parte occidental
del valle del Aragón con la importante plaza de Sangüesa.
Sancho Ramírez, el segundo rey de Aragón, construyó Montearagón, un gran
castillo a pocos kilómetros de Wasqa, con objeto de preparar su
conquista. En su interior se levantó una iglesia.
La construcción de la fortaleza estuvo cargada de simbolismo: erigido en tierras que aún eran musulmanas.
La construcción de la fortaleza estuvo cargada de simbolismo: erigido en tierras que aún eran musulmanas.
En el año 1094 el rey Sancho Ramírez murió ante las murallas de Huesca
en un intento de conquistar la ciudad, al recibir un flechazo, siendo
tomada finalmente por su hijo Pedro I de Aragón en 1096, que derrotó a
Al-Musta'in II de Zaragoza en la batalla del Alcoraz.
El 7 de septiembre de 1134 murió Alfonso I el Batallador a consecuencia
de las heridas recibidas durante el combate en la aldea de Poleñino y
fue sepultado en la abadía de Montearagón.
En 1135 ocurrieron los hechos que dieron lugar a la leyenda de la
Campana de Huesca. El rey Ramiro II de Aragón, según la leyenda,
decapitó a doce nobles que se le opusieron. El rey murió en Huesca en
agosto de 1157 y fue enterrado en el Monasterio de San Pedro el Viejo de
Huesca.
El 29 de junio de 1136 nació Petronila de Aragón, hija de Ramiro II e
Inés de Poitou, futura reina de Aragón y condesa de Barcelona.
En 1155 el rey Luis VII de Francia pasó por Huesca. Vino para peregrinar
a Santiago de Compostela y visitar al rey Alfonso VII de Castilla, con
cuya hija se había casado tras su célebre divorcio de Leonor de
Aquitania.
El día 12 de mayo de 1191 fue firmada la Liga de Huesca entre los
representantes de los reyes Alfonso II de Aragón, Sancho VI de Navarra,
Alfonso IX de León y Sancho I de Portugal con el propósito de hacer la
guerra al reino de Castilla, donde reinaba Alfonso VIII de Castilla.20
En 1273 comenzó la construcción de la actual catedral ya que en ese
momento se alcanzaron los 8000 habitantes, el máximo demográfico
medieval de la ciudad.
Durante el siglo XIII experimentó un considerable desarrollo
agropecuario. En el siglo XIV el rey Pedro IV fundó la más importante
Universidad de Aragón, "descendiente" de la antigua Universidad
Sertoriana.
La peste negra de 1348 causó estragos en la ciudad y la población menguó
de los 8.000 a finales del siglo XIII hasta los 4.000 en el siglo XV.
Una causa de esta crisis fue el paro de la construcción de la catedral.
En el año 1349 se prohibió por ordenanza municipal el uso del hebreo,
del árabe y del vascuence en el mercado de la ciudad imponiendo así el
idioma cristiano de la época, el aragonés. Fragmento de las Ordenanzas
Municipales de Huesca de 1349:
Item muyl corredor nonsia usado que faga mercaderia ninguna que compre
nin venda entre ningunas personas, faulando en algarabía ni en abraych
nin en basquenç: et qui lo fara pague por coto XXX sol.
Anyo 1349
Entre 1357 y 1359 se produjo una guerra entre Castilla y Aragón. Durante
la primera fase de la Guerra de los dos Pedros, que enfrentó a los reyes
Pedro IV de Aragón y Pedro I de Castilla, se emprendieron en Huesca,
ante la amenaza de un ataque castellano, importantes obras.
Fueron devueltas a las murallas, por última vez, todo su potencial
defensivo. Se derribaron las construcciones cercanas a muros y torres,
lo que significó la desaparición de la primera iglesia de los
franciscanos oscenses y de parte de la judería, y se realizaron trabajos
de reparación.
En 1461 el Concejo se estableció en una nueva sede en la plaza de la
Catedral (las Casas de la Ciudad), en la que sigue hoy. De ese momento
inicial se conservan el patio y el salón del justicia ―dos grandes salas
superpuestas con techumbres de madera. En los siglos XVI y XVII las
autoridades municipales acometieron diversas obras en el edificio
(escalera monumental, antiguo salón de plenos, fachada de ladrillo), que
terminaron dándole el aspecto que tiene en la actualidad.
Entre 1463 y 1465 se produjo la refundación definitiva de la Universidad
de Huesca. La ciudad contó con el apoyo del rey Juan II. La Universidad
de Huesca, a diferencia de lo ocurrido en el siglo anterior, esta vez sí
obtuvo la aprobación pontificia (bula del papa Paulo II) y financiación
económica, aportada por la diócesis oscense.
Edad Moderna
En 1515 fue terminada la construcción de la catedral durante el largo
obispado de Juan de Aragón y Navarra. La nave central y el crucero se
cubrieron con bóvedas de piedra, tras aumentar su altura que hasta
entonces eran de madera.
Durante el siglo XVI y el siglo XVII la ciudad empezó a resurgir
culturalmente y demográficamente, se consolidó definitivamente la
Universidad de Huesca en una sede permanente, se alcanzó un acuerdo en
1513 para que la Universidad se instalase en el antiguo palacio real y
también fueron fundados los primeros colegios, entre los que destacan
los de Santiago y San Vicente.
En 1571 se disgregaron la diócesis de Huesca-Jaca en tres obispados;
Huesca, Jaca y Barbastro. La imprenta llegó a la ciudad en 1575 gracias
a la propia Universidad y un año después se publicó el primer libro
basado en los comentarios en latín a la lógica y la dialéctica de
Aristóteles.
El siglo XVII hizo llegar a la mayor brillantez cultural; se
construyeron algunos de los principales monumentos de la ciudad como las
iglesias de San Lorenzo y Santo Domingo, el edificio octogonal de la
Universidad o la presa de Arguis. También hubo en ese siglo grandes
personajes como Vincencio Juan de Lastanosa, mecenas de Baltasar Gracián
y Francisco de Artiga.
El siglo XVIII comenzó con la guerra de sucesión. Felipe V abolió el
antiguo concejo oscense, nacido en la Edad Media, que estaba presidido
por el justicia de Huesca y el prior de jurados y lo sustituyó por un
ayuntamiento similar a los castellanos, a cuyo frente estaban un
corregidor, por lo general militar, y doce regidores oscenses fieles a
los Borbones.
Tras la guerra se acuartelaron tropas de forma regular en cuarteles
permanentes y se recaudaron impuestos más severos. La Universidad vivió
un periodo brillante: cientos de estudiantes catalanes acudieron a ella,
al haber sido cerradas las universidades de Cataluña por los Decretos de
Nueva Planta.
Edad Contemporánea Siglo XIX
La Guerra de la Independencia Española en Huesca se sucedió con el
asesinato en junio de 1808 el coronel Antonio Clavería, corregidor.
Durante los Sitios, fuerzas oscenses participaron en la defensa de
Zaragoza. El periodo de dominio francés en la ciudad se extendió de 1809
a 1813. La ciudad fue constituida como capital de provincia durante la
división provincial de 1833.
Durante la Primera Guerra Carlista tuvo lugar una batalla ante la ciudad
entre las tropas isabelinas y las carlistas de la Expedición Real que se
dirigió de Navarra a Cataluña y que acabaron de ocupar la ciudad. Los
carlistas vencieron al general Iribarren que murió a resultas de sus
heridas durante la batalla.
En 1845 desapareció la Universidad de Huesca, cinco siglos después de su
fundación. En el mismo edificio se creó el actual Museo de Huesca.
Durante la desamortización Huesca perdió, como las demás ciudades
españolas, su carácter conventual. Desaparecieron muchos conventos
masculinos, recibiendo sus edificios y solares para usos civiles:
Diputación Provincial, cárcel, manicomio etc.
El castillo de Montearagón se abandonó y las tumbas de Alfonso I el
Batallador y el abad Fernando fueron a la Iglesia de San Pedro el Viejo.
En 1848 el republicano oscense Manuel Abad y seis de sus compañeros
fueron fusilados en Huesca, tras los acontecimientos revolucionarios de
ese año. En 1864 llegó por primera vez el ferrocarril a la ciudad.Siglo
XX
El Coso Bajo en 1914.
Huesca superó por primera vez los 10 000 habitantes a comienzos del
siglo XX. El escritor Ramón J. Sender fue durante estos años redactor
del periódico oscense "La Tierra" y su hermano Manuel Sender, que fue
alcalde de Huesca durante la II República donde murió fusilado al
comienzo de la Guerra Civil.
En el primer tercio de este siglo se construyeron los principales
monumentos como el casino, una de las principales obras del modernismo
oscense, la plaza de toros, en el mismo lugar donde estaban desde el
medievo, el Campo del Toro, un gran edificio rectangular dedicado
igualmente a espectáculos taurinos o la creación del parque municipal
Miguel Servet, el pulmón de la ciudad, en el mismo espacio que ocuparon
en el siglo XVII los jardines de Lastanosa. También se crea en 1933
Radio Huesca.Guerra civil y dictadura franquista
Durante la Guerra Civil Española, Huesca (capital) se alzó en 1936
contra la República y fue cercada por el ejército republicano, mientras
que el frente se estabilizó en el río Gállego y la Ofensiva de
Huesca.
En marzo de 1938 el frente aragonés se hundió y la ciudad fue liberada
del cerco a la cual estaba siendo sometida. Al finalizar la guerra, la
Dirección General de Regiones Devastadas creada por el Régimen de Franco
reconstruyó Banariés, Huerrios, Banastás, Igriés y Lascasas (las dos
primeras poblaciones son en la actualidad núcleos de población del
municipio de Huesca).
En 1949 se fundó el Instituto de Estudios Oscenses (desde 1977 Instituto de Estudios Altoaragoneses).
y esta es Nuestra Ruta
Iniciamos nuestra ruta en
3. Huesca
¿Qué ver en Huesca?
Catedral de Huesca
Subiendo la estrecha calle Ricafort llegamos a la preciosa y tranquila Plaza de la Catedral. Un relajado rincón donde bien podíamos imaginarnos leyendo un libro a la sombra de los árboles ¿A qué es fácil imaginarlo?
El principal monumento de esta plaza no podía ser otro que la imponente
Catedral de Huesca.
Era tal su tamaño que no pudimos retratarla al completo…
Esta soberbia obra de arte se construyó en varias etapas.
Su fachada refleja un claro paso del gótico al estilo renacentista de la parte superior.
La puerta principal de entrada, totalmente gótica, es sencillamente
espectacular.
Adornada con siete arquivoltas ojivales adornadas a su vez con figuras de 16 mártires, 14 vírgenes, 10 ángeles y 8 profetas.
Adornada con siete arquivoltas ojivales adornadas a su vez con figuras de 16 mártires, 14 vírgenes, 10 ángeles y 8 profetas.
En los laterales aparecen 14 figuras: los 11 Apóstoles, San Juan Bautista, San Lorenzo y San Vicente, estos dos últimos patrones de la ciudad.
Nosotras no pudimos entrar pero tiene sonora fama el Retablo Mayor de la
Catedral, siendo la obra más importante de ésta y uno de los ejemplos más
hermosos de construcción renacentista en España.
Museo Diocesano
En esta misma plaza se encuentran el Museo Diocesano, donde se puede
contratar una visita guiada a la Catedral que incluye, además, el acceso a
su Torre situada a 37 metros de altura.
Desde este punto, que es el más alto de toda la ciudad, se pueden sacar unas panorámicas impresionantes de la capital oscense.
Desde este punto, que es el más alto de toda la ciudad, se pueden sacar unas panorámicas impresionantes de la capital oscense.
Plaza de la Universidad
Facultad de Humanidades de Huesca
Pero qué tranquilidad se respiraba… Estábamos tan sólo nosotras y un señor
caminando tranquilamente de un lado a otro.
Nos gustó y nos llamó especialmente la atención el monumento que había en
honor al universal médico navarro Ramón y Cajal.
Un aplauso para la ciudad que ha sabido reconocer a un personaje tan
importante y que tanto legado nos ha dejado.
Museo Arqueológico Provincial
Otro de los edificios que se pueden visitar en la Plaza de la Universidad
es el Museo Arqueológico Provincial, también llamado Museo de Huesca,
donde, entre otras maravillas y reliquias, pueden admirarse las estancias
del Palacio de los Reyes de Aragón.
Muralla de Huesca
Muralla de Huesca
Siguiendo nuestra particular rutita, el próximo objetivo iban a ser los restos de la Muralla.
No teníamos muy claro dónde estaba, por lo que tuvimos que preguntarle a una amable señora que, muy gentilmente, nos dió unas detalladas aclaraciones.
Qué maja es la gente de Huesca!
Situada en la Ronda de Montearagón, esta muralla del siglo IX bordea el casco antiguo de Huesca.
Siguiendo nuestra particular rutita, el próximo objetivo iban a ser los restos de la Muralla.
No teníamos muy claro dónde estaba, por lo que tuvimos que preguntarle a una amable señora que, muy gentilmente, nos dió unas detalladas aclaraciones.

Situada en la Ronda de Montearagón, esta muralla del siglo IX bordea el casco antiguo de Huesca.
De sus casi 100 torres iniciales tan sólo queda una, lo que da fe de su enorme estado de deterioro.
Única torre que aún se conserva de la muralla de Huesca
A día de hoy se está trabajando en su remodelación, poniendo especial
cuidado en diferenciar la parte rehabilitada de la parte antigua.
Plaza Luis López Allué
Plaza Luis López Allué
Desde aquí nos fuimos a la concurrida y famosa plaza Luis López Allué.
Esta plaza no sabemos si es la más famosa o no, lo que sí que os
garantizamos es que es la plaza más colorida de Huesca y también la de
mayor belleza y encanto, o si no, juzgar vosotros mismos…

Edificios coloridos de la Plaza de López Allué
La plaza de Luis López Allué es popularmente conocida como la plaza del
Mercado ya que aquí se situaba el mercado de abastos hasta 1976. En la
actualidad, esta plaza es uno de los principales lugares para celebrar las
fiestas locales de San Lorenzo.
En muchos de los bajos de los edificios se pueden encontrar multitud de
establecimientos, bares y restaurantes así como la Oficina de Turismo de
la provincia de Huesca.
Uno de los establecimientos más emblemáticos que podemos encontrar en la
plaza Luis López Allué, y que particularmente nos hacía mucha ilu visitar,
es la tienda de ultramarinos La Confianza.
Este comercio, abierto al público en el año 1871 por el francés Hilario Vallier, es la tienda en activo más antigua de España! Ahí es nada!
Este comercio, abierto al público en el año 1871 por el francés Hilario Vallier, es la tienda en activo más antigua de España! Ahí es nada!
Tienda de ultramarinos La Confianza
Es una verdadera virguería de comercio, su fachada, sus paredes, los
techos, los detalles oranamentísticos,…
Entrar en su interior es hacer una auténtica restrospección en el tiempo, esperando encontrar señoras con pomposos vestidos y sombreros de fina paja atados con delicados lazos al cuello.
Entrar en su interior es hacer una auténtica restrospección en el tiempo, esperando encontrar señoras con pomposos vestidos y sombreros de fina paja atados con delicados lazos al cuello.
En la tienda tienen multitud de productos artesanos y tradicionales de
Huesca que sólo con verlos se te hace la boca agua. Al final, nosotras
elegimos las famosas Castañas de Mazapán, un postre que lleva elaborándose
en la provincia desde principios del siglo XIX y que está compuesto,
básicamente, por almendra y azúcar.
Estaban ricas pero nos resultaron algo empalagosas… Si eres muy goloso te
van a encantar, jejeje.
Pero éste es sólo un ejemplo de dulce típico oscense.
La repostería de Huesca ha adquirido especial fama y renombre con el paso de los años. A las castañas de mazapán hay que sumarle el pastel ruso, las trenzas de Almudévar, las tejas de almendra y las pajaritas.
La repostería de Huesca ha adquirido especial fama y renombre con el paso de los años. A las castañas de mazapán hay que sumarle el pastel ruso, las trenzas de Almudévar, las tejas de almendra y las pajaritas.
Pastelería Ascaso
Prueba de esta tradición repostera son las numerosas pastelerías que
puedes encontrar en la ciudad. Una que destaca por encima de las demás, y
que nos pareció un verdadero templo o museo del dulce, es la Pastelería
Ascaso.
En plena calle del Coso Alto, 9, la fachada de la pastelería no hace honor
a lo que te encuentras al entrar. Unas amplísimas y elegantes
instalaciones con una muy cuidada decoración y una exquisita colocación de
los diferentes dulces que allí hacen.
Tarta de manzana y tarta de fruta de la Pastelería Ascaso
Sin duda alguna merece una visita como ejemplo del buen hacer de Huesca
para con ¡los dulces!
Monasterio de San Pedro “El Viejo”
Muy cerquita de la Plaza de Luis López Allué se encuentra el espectacular
Monasterio de San Pedro “El Viejo”, también conocido como Iglesia románica
de San Pedro “El Viejo”.
Este sencillo y robusto edificio del siglo XII es uno de los templos más
antiguos de España y uno de los mejores ejemplos de arquitectura románica
aragonesa.

Claustro romanico del Monasterio de San Pedro “El Viejo”
Situado en la plaza que lleva el mismo nombre, su interior alberga
importantes construcciones como el retablo mayor, de estilo renacentista,
y pinturas murales que representan la eterna lucha entre David y Goliat.
Pero sin duda alguna, la obra maestra del Monasterio la encontramos en su
claustro. Un espaciocon capiteles del maestro de San Juan de la Peña que
reflejan episodios cargados de simbología fantástica y bíblica.
En la página oficial puedes encontrar información mucho más detallada, así
como los horarios de visita de este conjunto histórico. La entrada cuesta
2.50€ (para los peques, 1.50€)
Círculo Oscense / Casino de Huesca

En esta céntrica plaza se encuentra el emblemático Círculo Oscense o
Casino de Huesca.
Un edificio al que los ciudadanos de Huesca le tienen especial cariño pues ha sido disfrutado por numerosas generaciones.
Un edificio al que los ciudadanos de Huesca le tienen especial cariño pues ha sido disfrutado por numerosas generaciones.
Plaza de Navarra con el Círculo Oscense al fondo
Construido a principios del siglo XX como club social y recreativo, ha
llegado hasta nuestros días conservando parte de su arquitectura
modernista de la época, destacando la escalera principal que está
declarada Bien de Interés Cultural!
Parque de Miguel Servet
Muy cerquita del Círculo Oscense, apenas a 100 metros, Huesca tiene su
pulmón en el Parque de Miguel Servet.
Un parque idílico con más de 74.000 metros cuadrados para caminar y
relajarte, que cuenta con más de 80 especies arbóreas diferentes
conviviendo en armonía con numerosas especies de arbustos y acuáticas.

Además de la extensa flora, el Parque de Miguel Servet cuenta con varios
monumentos conmemorativos y artísticos interesantes como las Pajaritas de
Ramón Acín, la Rosaleda, el quiosco de música e, inclusive, una réplica de
la casita de Blancanieves.
La tarde estaba llegando a su fin y nosotras estábamos completamente
maravilladas. Habíamos recorrido gran parte de Huesca admirando sus
espacios verdes, monumentos y legado religioso, perdiéndonos y
encontrándonos por su estrechas callejuelas y disfrutando del sol en sus
coquetas plazas. Se respiraba verdadero bienestar y calidad de vida.
Huesca puede presumir tranquilamente de ser una ciudad limpia, tranquila,
hospitalaria y donde todo está al alcande de tu mano… Y de tus pies.
Huesca, ¡pero qué bonita eres!
4. Comer en Huesca
La Goyosa
San Lorenzo 4,
22002 Huesca España
+34 974 03 09 32
Tatau
Calle Azara, s/n ( plaza luis lopez allue),
22002 Huesca España
+34 974 04 20 78
Las Torres
Calle Maria Auxiliadora 3,
22003 Huesca España
+34 974 22 82 13
y algo mas económicos
El Juli tapas bar
Calle San Orencio 7,
22001 Huesca España
+34 974 24 39 10
La Vicaria
San Orencio, 9,
22001 Huesca España
+34 974 22 51 95
Desde Huesca nos encaminamos hacia el siguiente punto de nuestro viaje
5. El Castillo de Loarre
La visita a este castillo románico es una de las cosas más
impresionantes que hacer en Huesca, Se construyó en el siglo XI y está
considerado como la fortaleza románica mejor conservada en Europa. Está
situado en la localidad homónima y, si lo deseas, se puede hacer una
visita guiada. El paisaje desde el castillo es también impresionante.
Castillo de Loarre
El castillo de Loarre o castillo abadía de Loarre es un castillo
románico situado en la localidad española del mismo nombre,
perteneciente a la provincia de Huesca, en Aragón.
Desde su posición se tiene un control sobre toda la llanura de la Hoya
de Huesca y en particular sobre Bolea, principal plaza musulmana de la
zona y que controlaba las ricas tierras agrícolas de la llanura.
Fue construido en el siglo xi y presenta un buen estado de conservación,
lo que hace que sea uno de los mejores ejemplos de arquitectura militar
y civil del románico de España.
Fue denominado Monumento Nacional en el año 1906. En la actualidad
cuenta con el estatus de bien de interés cultural. Las instituciones
regionales y comarcales están interesadas en promover su declaración
como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.1
El castillo se asienta sobre un promontorio de roca caliza que utiliza
como cimientos.
Esto suponía una gran ventaja defensiva, ya que así los muros no podían ser minados (técnica habitual en el asedio de fortalezas, que consistía en construir un túnel por debajo del muro para después hundirlo y abrir así una brecha por la que asaltar).
Además está rodeado por una muralla con torreones.
Castillo de Loarre
El castillo está en bastante buen estado de conservación (salvo la parte
del antiguo castillo de Sancho III de Navarra, mucho más deteriorada) y
está considerado como la fortaleza románica mejor conservada de
Europa.
Destacan la pequeña capilla, la cripta de santa Quiteria, situada a la
entrada (con una increíble acústica) y la majestuosa iglesia del
castillo (de la que se desconoce el paradero de las pinturas románicas)
en la que llama la atención la cúpula (por lo poco habitual que es en el
románico).
La ubicación de la construcción es un aspecto fundamental para entender
su carácter militar. Está situado a la entrada de los Pirineos, justo
cuando las montañas dan lugar a la llanura, dominando toda la comarca.
La gran llanura que forma "La Hoya" se extiende hasta las orillas del
Ebro, hasta Zaragoza.
A la espalda del castillo, al norte, están los montes Pirineos y la
importante ciudad de Jaca.

Castillo de Loarre
Historia
El hallazgo de monedas romanas en el solar del castillo da pie a pensar
que este se construyó sobre el asentamiento romano de Calagurris
Fibularia.2
El castillo fue construido en el siglo xi por orden del rey Sancho III,
para servir como avanzadilla fronteriza, desde la que organizaron los
ataques contra la localidad de Bolea, situada en la llanura que domina
la construcción. De esta época datan el edificio real, la capilla, el
torreón de la Reina, el patio de armas, las estancias militares y de
servicio y la torre del homenaje (antigua torre albarrana).
Posteriormente, hacia 1071, durante el reinado de Sancho Ramírez se
realiza un ampliación que le da la forma que mantiene en la actualidad.
De esta época son las demás construcciones incluida la iglesia.

El recinto amurallado se construye en 1287.
Tras la ampliación se funda un monasterio de canónicas de San Agustín.
Pedro I de Aragón, hijo de Sancho Ramírez, cambia la cabeza de la
congregación a Montearagón, con lo que Loarre pierde el carácter
monasterial.
El desalojo de los musulmanes de la comarca de La Hoya, hace que el
castillo pierda su carácter militar, perdiendo relevancia e
influencia.
En el marco de la revuelta del conde de Urgel, esta fortaleza sirvió al
bando urgelista, y vio acción en el asedio de 1413, cuando la abadesa
Violante de Luna defendió con ferocidad el castillo pero igualmente cayó
derrotada por el bando real.
En el siglo xv, la población que vivía a los pies del castillo se traslada a la actual villa de Loarre, reutilizando materiales de la fortaleza.
En el siglo xv, la población que vivía a los pies del castillo se traslada a la actual villa de Loarre, reutilizando materiales de la fortaleza.
Descripción
La construcción se mimetiza con el terreno llegando a confundirse con él
a pesar de su gran tamaño. Todo el conjunto está rodeado de una gran
muralla que se construyó en 1287.
La muralla abarca unos 10 000 m² y tiene un perímetro de 172 m. Está
realizada con torreones semicirculares, hay uno rectangular donde se
ubica una de las entradas.
Plano del Castillo de Loarre. Se muestra la planta general del edificio.
En color más oscuro los muros de la construcción defensiva original
realizada entre los años 1020 y 1035 y de color más claro la ampliación
realizada en 1071 para acondicionar la fortificación a las nuevas
funciones monacales.
La puerta de entrada de la construcción es de estilo románico con
decoración en el tímpano. Tras ella se abre una imponente escalera
cubierta por una bóveda de cañón y adornada con una cenefa de ajedrezado
jaqués.
A los lados de la escalera hay dos estancias, la de la izquierda es el
cuerpo de guardia y la de la derecha es la cripta de santa Quintería,
que fue lugar de enterramientos. Desde ella por dos estrechas escaleras
se accede a la iglesia.
Castillo de Loarre, Iglesia de San Pedro
Castillo de Loarre, Iglesia de San Pedro
Sobre la cripta se ubica la iglesia de San Pedro, una construcción
románica de una única nave y ábside semicircular decorado con columnas
adosadas a los muros con capiteles tallados con motivos fantásticos,
vegetales y bíblicos.
La nave está cubierta por bóveda de cañón y decorada por una larga
cenefa de ajedrezado jaqués. Entre el ábside y la nave se abre una
cúpula de 26 metros de altura.
A la derecha de la construcción se encuentran las dependencias de los
canónicos y de los nobles que habitaron el castillo. También está el
calabozo (que fue también utilizado de almacén) y la sala de armas.
Varias ventanas ajimezadas dan vista hacia donde se ubicó el pueblo de
Loarre hasta el siglo xvi.

Castillo de Loarre, Iglesia de San Pedro
Destaca el aljibe con capacidad para guardar hasta 8.000 litros de agua,
las estancias militares, la torre norte (que está destruida) y las
cocinas.
La torre de la reina se sitúa sobre la entrada a la parte militar y
protege la misma. La torre del homenaje, de 22 metros de altura, tiene 5
plantas y está comunicada con el castillo por un puente levadizo.3
Cine, televisión y literatura
Una de las primeras películas que se rodaron en este escenario fue
Valentina en 1982 y protagonizada por Jorge Sanz y Anthony Quinn y
dirigida por Antonio José Betancor basada en la novela del aragonés
Ramón José Sender Garcés, Crónica del alba.
Vista al atardecer.
El castillo de Loarre fue protagonista del rodaje de la película El
reino de los cielos (Kingdom of Heaven) (2005) del director Ridley
Scott, protagonizada entre otros por Orlando Bloom, Eva Green, Liam
Neeson y Jeremy Irons. El pueblo de Loarre participó en el rodaje de la
película haciendo de extra. El castillo puede verse al principio y al
final de la película.
También fue el escenario de la película Miguel y William (2006), con
Elena Anaya, Juan Luis Galiardo, Geraldine Chaplin, Malena Alterio y
Josep María Pou.
Castillo de Loarre
Por otra parte el mismo castillo fue usado para la grabación y emisión del desaparecido programa La noche de los castillos (TVE) (1994), en el que un binomio acompañado de una azafata del programa vivía aventuras inolvidables dentro del mismo, con la misión de rescatar a la princesa. Para dicho programa trabajaron infinidad de actores teatrales, pero fue cancelado por falta de presupuesto y una baja cuota de pantalla.
Por otra parte el mismo castillo fue usado para la grabación y emisión del desaparecido programa La noche de los castillos (TVE) (1994), en el que un binomio acompañado de una azafata del programa vivía aventuras inolvidables dentro del mismo, con la misión de rescatar a la princesa. Para dicho programa trabajaron infinidad de actores teatrales, pero fue cancelado por falta de presupuesto y una baja cuota de pantalla.
En la serie de TVE El Ministerio del Tiempo (2015-2020), el castillo de
Loarre es utilizado como prisión. En 2015 se publicó la novela histórica
El Castillo de Luis Zueco con el castillo de Loarre como punto central
de la historia.
6. y para comer en Loarre
Casa O'Caminero
Calle Carlos Garulo Ena, 8,
22809 Loarre España
+34 974 38 26 96
Venta del Soton
Esquedas Ctra. A-132 Km.14 Huesca,
22810 Esquedas España
+34 974 27 02 41
Callejon de Belchite
Plaza Aragon 8,
22800 Ayerbe España
+34 974 38 00 73
y en las proximidades, si somos aficionados al
Rafting, podemos disfrutar de:
7. Real Monasterio de San Juan de la Peña
En el monasterio viejo de San Juan de la Peña reside la memoria del origen
Aragón. En sus entrañas reposan sus primeros reyes y también la huella del
legendario y esplendoroso pasado aragonés.
Los orígenes del monasterio se remontan a la oscura alta Edad Media (siglo
X), refugio de las comunidades cristianas asediadas por los musulmanes.
Cubierta por una de esas enormes rocas, el monte Pano, se construyó el
edificio original. El claustro exterior es una joya única del románico
aragonés.
Monasterio de San Juan de la Peña, Huesca
Tras destruirse a finales del siglo X el edificio original, fue refundado en
el primer tercio del siglo XI por Sancho el Mayor de Navarra. En ese momento
comenzó su época de esplendor, promovida por los primeros reyes aragoneses
que dotaron al lugar de numerosos bienes, poder e influencia.
En su interior destacan la iglesia prerrománica, las pinturas de San Cosme y
San Damián, del siglo XII; el denominado Panteón de Nobles, la iglesia
superior, consagrada en 1094, y la capilla gótica de San Victorián.
Además hay que reseñar otros edificios construidos en siglos
posteriores, como el Panteón Real, de estilo neoclásico, erigido en el
último tercio del siglo XVIII.
Aquí crecen grandes masas forestales, donde destaca el pino silvestre, la
encina o carrasca, el quejigo, el boj...
En las zonas más protegidas hallaremos plantas que requieren una mayor
humedad atmosférica, como el haya.
En los acantilados se desarrollan especies rupícolas de gran interés
botánico, como la oreja de oso, la valeriana longifolia, etc.
Las setas, de gran abundancia, y diferentes tipos de aves completan un
ecosistema lleno de vida, destacando las rapaces y los necrófagos, como el
buitre común o el alimoche, además de la fauna típica del bosque: jabalíes,
zorros, ginetas, garduñas, corzos...
Cubierto por la enorme roca que le da nombre, el conjunto, que abarca una
amplia cronología que se inicia en el siglo X, aparece perfectamente
mimetizado con su excepcional entorno natural.
En su interior destacan la iglesia prerrománica, las pinturas de San Cosme y
San Damián, del siglo XII, el denominado Panteón de Nobles, la iglesia
superior, consagrada en 1094, y la capilla gótica de San Victorián, pero
sobre todo sobresale el magnífico claustro románico, obra de dos talleres
diferentes.
A todo ello hay que sumar otros edificios posteriores a los siglos
medievales, entre los que cabe señalar el Panteón Real, de estilo
neoclásico, erigido en el último tercio del siglo XVIII.
Los auténticos orígenes del monasterio se pierden en la oscuridad de los
tiempos altomedievales y se le ha supuesto refugio de eremitas, aunque los
datos históricos nos conducen a la fundación de un pequeño centro monástico
dedicado a San Juan Bautista en el siglo X, del que sobreviven algunos
elementos.

Monasterio de San Juan de la Peña, Huesca
Arruinado a fines de dicha centuria, fue refundado bajo el nombre de San
Juan de la Peña por Sancho el Mayor de Navarra en el primer tercio del siglo
XI. Fue este monarca quien introdujo en él la regla de San Benito, norma
fundamental en la Europa medieval.
A lo largo de dicho siglo, el centro se amplió con nuevas construcciones al
convertirse en panteón de reyes y monasterio predilecto de la incipiente
monarquía aragonesa que lo dotó con numerosos bienes.
Considerado por la tradición como la cuna del Reino de Aragón, fue parada
habitual del Camino de Santiago y lugar de leyendas, y entre ellas destaca
la que vincula este lugar con el Santo Grial.
Una fecha significativa fue la del 22 de marzo de 1071, cuando el Monasterio
de San Juan de la Peña fue el escenario de la introducción, por primera vez
en la Península Ibérica, del rito litúrgico romano, seguido en toda la
Iglesia de Occidente, que ponía fin al antiguo rito hispano-visigótico y
suponía la acomodación definitiva de la iglesia aragonesa a las pautas
marcadas por el Pontificado.
Sin embargo, a partir de la segunda mitad del siglo XII se inició una cierta
decadencia que se acentuó en el periodo siguiente, y aún más a partir del
siglo XIV.
Fueron las características de esta época el final de las donaciones, las
pérdidas patrimoniales, los múltiples pleitos ante numerosas instancias, y
especialmente con los obispados donde estaban ubicadas sus propiedades
(Jaca-Huesca, Pamplona y Zaragoza), las deudas, el deterioro de las
construcciones por su peculiar ubicación y diversos incendios que resultaron
devastadores.
Con el último de ellos, en 1675, que duró tres días, se perdió la
habitabilidad necesaria para la vida monacal, por lo que se planificó la
edificación del Monasterio Nuevo.
El acceso en verano a San Juan de la Peña desde Santa Cruz de la Serós
sólo se puede realizar a través de los autobuses que pone en circulación
la Gestora Turística que gestiona el espacio natural.
El territorio en el que se encuentra San Juan de la Peña es un
espacio natural con una biodiversidad sorprendente, el Espacio Natural
Protegido de San Juan de la Peña y Monte Oroel.
La gran roca que le da el nombre, al igual que Oroel, es un enorme
sinclinal colgado de conglomerados, con cimas en los montes de Cuculo y
San Salvador.
Dos kilómetros más arriba está el monasterio nuevo, ha sido sometido a una
profunda restauración para convertirlo en hospedería y espacio
museístico.
8. Jaca
El rey Felipe V gratificó a la ciudad de Jaca con los títulos de «muy
noble, muy leal, y muy vencedora», añadiendo la flor de lis al escudo de
sus armas que ostentaba la Cruz de Sobrarbe y las cuatro cabezas, emblema
de la batalla de Alcoraz.
En Jaca es muy habitual salir de tapas, y es además un hábito que
se practica a casi cualquier hora del día.
Jaca es capital de la comarca de la Jacetania , situada en el norte de la
provincia, en el valle del Aragón, único gran valle paralelo al eje de la
cadena pirenaica.

Jaca, Huesca
La ciudad está emplazada en la depresión de la Canal de Berdún, a 818 msnm, sobre una terraza fluvioglaciar en la margen izquierda del río Aragón a la salida del valle de Canfranc.
La ciudad está emplazada en la depresión de la Canal de Berdún, a 818 msnm, sobre una terraza fluvioglaciar en la margen izquierda del río Aragón a la salida del valle de Canfranc.
Iaca o Iacca —nombre antiguo de Jaca— era la capital de los iacetanos,
citados por el historiador griego Estrabón (siglo I) como un pueblo que se
extendía desde las estribaciones del Pirineo hasta las llanuras, llegando
hasta la región de los ilergetes alrededor de Ilerda (Lérida) y Osca
(Huesca).
Iaca acuñó moneda autónoma con alfabeto ibérico y se piensa que controlaba
la actual Jacetania y la Canal de Berdún.
En el año 195 a. C., el cónsul romano Marco Porcio Catón inició la
conquista de la ciudad que terminó en la primavera de 194 a. C. A fines
del siglo III a. C. y comienzos del II a.C., los iacetanos habían
efectuado numerosas expediciones de rapiña sobre los suesetanos afincados
en las llanuras centrales de Aragón y parece ser que, en general, lo
habían hecho impunemente.
Conociendo la enemistad entre iacetanos y suesetanos, Catón situó a estos
últimos delante de la escasa caballería romana ante las puertas de Iaca,
provocando la salida de los montañeses, acostumbrados a vencer siempre a
sus vecinos; una vez quedó desguarnecida la ciudad, esta fue conquistada
por el cónsul.
Integrada en el Imperio romano, Jaca constituyó un punto de vigilancia de
los caminos del Pirineo y desarrolló una próspera economía cuyo auge se
mantuvo hasta el siglo III. En el siglo IV entró en decadencia por la
amenaza de los bandidos que atacaban a las caravanas y a los mercaderes
que transitaban los caminos pirenaicos.
Edad Media
En las montañas de los Pirineos se conservaron territorios cristianos tras
la conquista de los árabes debido al protectorado carolingio establecido
por Carlomagno en la llamada Marca Hispánica.
Uno de esos condados fue el núcleo del Reino de Aragón. Hacia 920,
establecido por el Reino de Pamplona como condado independiente de los
francos, Galindo II Aznárez repobló antiguas poblaciones de la cuenca del
río Aragón, a lo largo de la cual se articulaba el condado, entre las que
se encontraba Jaca, que entonces era una fortaleza habitada por unos pocos
pobladores, una aldea con actividad meramente agropecuaria.
Pertenecía a una zona dependiente del monasterio de Siresa y contaba con
un monasterio con una iglesia de planta basilical, una nave y cabecera
plana, que fue reformada en el siglo XI y derribada en 1841.10
Jaca era a comienzos del siglo XI un castro (o campamento militar
fortificado) perteneciente al Reino de Pamplona, a cuyo entorno había
surgido un conjunto exiguo de viviendas, pero que iría cobrando cada vez
mayor importancia por su situación al pie del paso de Somport (uno de los
más accesibles para acceder a Francia desde la Edad Antigua) y por su
situación estratégica en el Camino de Santiago que, en este siglo, iba a
cobrar creciente importancia, y como cabeza del camino hacia Pamplona que
recorría la Canal de Berdún.11
A la muerte en 1035 del rey de Pamplona Sancho Garcés III, apodado el
Mayor, este deja escrito el reparto de sus extensos dominios a sus
diferentes hijos. Uno de ellos, Ramiro (1006-1063), que ya ejercía de
Régulo en La Jacetania y norte de Huesca, se convertirá en Ramiro I de
Aragón y establece en Jaca una residencia regia, posiblemente en el castro
fortificado, y situó cerca del monasterio de San Pedro la sede del obispo
de Aragón, denominado así hasta que en 1077 Sancho Ramírez dotara a Jaca
de su fuero e iniciara, hacia 1082, la construcción de la sede
catedralicia.
La posesión de fueros, catedral con obispado y su ciudadela, hicieron de
Jaca la primera y más importante capital del Reino de Aragón. Sin embargo,
entre el monasterio de San Pedro y el castro inicial, la aldea estaba
deshabitada.
Como señaló José María Lacarra, siendo sede real y residencia habitual del
obispo aragonés, comenzaron a llegar personas dedicadas a la
administración y comerciantes que hicieron de Jaca algo más que una aldea
dedicada exclusivamente a la ganadería y la agricultura.
Así, en 1063 se celebró en la localidad el Concilio de Jaca. El
historiador Jerónimo Zurita, en sus Anales de la Corona de Aragón, refiere
que Ramiro I «porque había diversos abusos en el estado eclesiástico y por
descuido de los reyes pasados duraban grandes corruptelas contra lo
establecido por los sagrados concilios generales que hubo en la primitiva
Iglesia, procuró que se congregase en la ciudad de Jaca concilio
provincial».
También señala que este monarca fue el primero de los reyes de la
península ibérica en restaurar los «cánones», que no debieron ser otros
que los establecidos por el Concilio de Roma de 1059 referidos a la vida
canónica y al celibato de los clérigos.
Otro de los resultados de este concilio fue restablecer la diócesis de
Huesca —suprimida durante el dominio musulmán—, quedando la sede
provisional en Jaca en tanto no se reconquistara Huesca.13
Pero el definitivo impulso a Jaca se lo dio Sancho Ramírez en 1077 cuando,
por lo dispuesto en el mencionado fuero, pionero entre los territorios
cristianos y difundido posteriormente en otras ciudades de Navarra o
Cuenca, convirtió a la villa en ciudad, la dotó de sede episcopal, en cuya
catedral se asentaría el ahora obispo de Jaca, y le dio el estatus que la
hacen ser considerada la primera capital del reino entre 1077 y 1096 en
que, conquistada Huesca, sucedería en el obispado y capitalidad.
Asimismo, edificó Sancho Ramírez un nuevo palacio real en el barrio de
Santiago, y unificaría los tres núcleos iniciales (castro fortificado,
monasterio de San Pedro y burgo de Santiago) en una sola entidad
poblacional unida por dos calles cruzadas, al modo del cardo y decúmano
romanos, y las viviendas de todos aquellos hombres francos que quisieran
acogerse a los nuevos privilegios que se decretaron para los habitantes de
Jaca.14
La pérdida de la capitalidad no implicó para Jaca la desaparición de otras
funciones urbanas relacionadas con su situación geográfica. Así, siguió
desempeñando su papel de ciudad-mercado y de servicios para su comarca;
también, como ciudad final de etapa, Jaca cobraba uno de los cinco peajes
que se percibían sobre la ruta de Zaragoza a Francia, y albergaba a los
peregrinos a Santiago de Compostela.
Edad Moderna
Las pestes y los incendios de finales de la Edad Media hundieron a Jaca en
una profunda crisis de la que no saldría hasta la intervención de Fernando
el Católico para formar un gobierno local. La burguesía se vio favorecida
por esta situación y muchos se convirtieron en mecenas de artistas cuyo
resultado se puede apreciar especialmente en la catedral.
Vista aérea de la Ciudadela de Jaca.
La situación fronteriza de Jaca se fue determinando a medida que se
consolidaban los límites territoriales de los reinos europeos y los
Pirineos se erigían como eficaz frontera natural. La ciudad se consolidó
como plaza militar desde la que defender los reinos peninsulares de una
hipotética invasión francesa.
A este respecto, Felipe II ordenó la construcción de varias fortalezas a
lo largo de todo el Pirineo. En 1592 este monarca ordenó la construcción
de una fortaleza en los campos que habían configurado el Burgo Nuevo, el
barrio levantado extramuros de la ciudad.
Así, se levantó una soberbia fortaleza pentagonal diseñada por el
ingeniero italiano Tiburcio Spannocchi, la Ciudadela de Jaca, para dar
respuesta a un ejército provisto de artillería. De esa época es también la
bella Casa Consistorial (1544), construida según el estilo de los palacios
platerescos aragoneses.15
La epidemia de Peste negra que asoló el levante peninsular a mediados del
siglo XVII —cuyos primeros brotes surgieron en Valencia en 1647— ocasionó
una mortandad entre la población de Jaca del 42%.1617 La epidemia llegó
en dos oleadas diferenciadas: la primera entre octubre de 1653 y febrero
de 1654, y la segunda —la más devastadora— entre mayo y diciembre de
1654.18
En la Guerra de Sucesión, Jaca se puso del lado de los Borbones. Por ello,
en 1707 fue asediada por aliados del Archiduque Carlos y socorrida por el
marqués de Salutcio a cuya vista se retiraron a un bosque, donde fueron
atacados por el marqués de Santa Coloma, quien les mató mucha gente e hizo
numerosos prisioneros.

Edad Contemporánea
Casa La Rubia
A finales del siglo XVIII, Jaca jugó un papel importante en la Guerra del
Rosellón, al ser uno de los objetivos de los revolucionarios franceses por
su situación estratégica.
En la Guerra de la Independencia, la ciudad se rindió a los franceses el
21 de marzo de 1809 a causa de la deserción que fomentó en secreto el
misionero Fray José de la Consolación, que gozaba de influencia, quedando
dentro de la plaza muy pocos soldados. El general Mina recuperó la plaza
en febrero de 1814.
En el marco de las Guerras Carlistas, fueron denunciados en 1839 varios
soldados de la guarnición de Jaca por vender armas a los
"revolucionarios".
Pascual Madoz, en su Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España de 1845, describe a Jaca en los términos siguientes: «sus casas en número de 488 de sólida y buena construcción todas blanqueadas, cómodas y aseadas en su interior, se distribuyen en 37 calles bien alineadas, empedradas, y la mayor parte con aceras... tiene 7 plazas, entre las cuales solo la llamada Campo del Toro y la del Mercado con soportales, destinada á la venta de hortalizas, son las principales, pues las otras no tienen objeto y son pequeñas».
Pascual Madoz, en su Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España de 1845, describe a Jaca en los términos siguientes: «sus casas en número de 488 de sólida y buena construcción todas blanqueadas, cómodas y aseadas en su interior, se distribuyen en 37 calles bien alineadas, empedradas, y la mayor parte con aceras... tiene 7 plazas, entre las cuales solo la llamada Campo del Toro y la del Mercado con soportales, destinada á la venta de hortalizas, son las principales, pues las otras no tienen objeto y son pequeñas».
La Revolución Gloriosa de 1868 trajo consigo el nacimiento de la Junta
revolucionaria de Jaca, enfrentada a la de Huesca, que tomó una serie de
medidas tales como la supresión del Seminario o la creación de los
Voluntarios de la Libertad, completadas en el sexenio revolucionario con
la construcción de la carretera de Jaca a Francia.
Jaca experimentó a principios del siglo XX un despertar urbanístico y
demográfico, motivado en buena medida por el derribo de su muralla
medieval, que se inició en 1908.
En 1928 llegó el ferrocarril a Canfranc, a cuya inauguración asistió
el monarca Alfonso XIII. En ese mismo año también se creó la Universidad
de Verano.
El 12 de diciembre de 1930 tuvo lugar el episodio de la Sublevación de
Jaca, pronunciamiento militar contra la monarquía de Alfonso XIII durante
la «dictablanda» del general Berenguer.
La sublevación fue sofocada en la madrugada del día siguiente y el 14 de
diciembre fueron fusilados los capitanes Galán y García Hernández,
mientras que el capitán Sediles, también condenado a muerte, fue
indultado.
Conclusión
Pero tras esto, lo más notable de Jaca es su condición de pionera. Primera
capital del Reino de Aragón, primera que aclamó a Ramiro II "el
monje", Grandes personajes y escritores hablaron de Jaca; en el siglo XIII,
Alfonso X el Sabio, hablaba de la jacetana fiesta de la victoria (Primer
Viernes de Mayo); en el Renacimiento, Nebrija explicaba sus orígenes
legendarios; Cervantes la cita en El Quijote hablando de sus grandes
montañas; Unamuno alaba la Peña de Oroel; y Ramon y Cajal describe su
largo periodo de vida en la ciudad.
Que ver en Jaca
Catedral de Jaca

Catedral de Jaca
Una de las primeras catedrales de estilo románico del país (s. XI), levantada para consolidar la ciudad como enclave estratégico del Camino de Santiago. A ello se unió su condición de primera capital del primitivo Reino de Aragón, por elección del rey Sancho Ramírez (1077).
Una de las primeras catedrales de estilo románico del país (s. XI), levantada para consolidar la ciudad como enclave estratégico del Camino de Santiago. A ello se unió su condición de primera capital del primitivo Reino de Aragón, por elección del rey Sancho Ramírez (1077).
La Ciudadela

Ciudadela de Jaca
Su naturaleza fronteriza moldeó su crecimiento como espacio defensivo durante varios siglos, dejando evidentes huellas arquitectónicas entre las que destaca la Ciudadela, singular fortaleza pentagonal del siglo XVI.
Su naturaleza fronteriza moldeó su crecimiento como espacio defensivo durante varios siglos, dejando evidentes huellas arquitectónicas entre las que destaca la Ciudadela, singular fortaleza pentagonal del siglo XVI.
La Ciudadela ha sido elegida como uno de los 10 lugares más bonitos e
interesantes para contemplar al caer la noche.
Tapeo en el Casco Antiguo
Os recomendamos dar un paseo por el Casco Antiguo y descubrir los
diferentes establecimientos con bocados deliciosos.
Museo Diocesano
El museo Diocesano de Jaca situado dentro de la Catedral alberga lo que
está considerado como uno de los centros más importantes en cuanto a
fondos de pinturas murales del románico de nuestro país.
Palacio de Hielo
El pabellón de Jaca es el único de España que dispone de dos pistas de
hielo; una de medidas olímpicas (60 x 30 m) y otra lúdica de 50 x 20
m.
El edificio se distingue por su estructura en forma de cúpula tórica
formada por una membrana que alterna las estructuras opacas, vidrio y
acero.
En 1555 se trasladaron a esta ciudad las monjas del monasterio de Santa
Cruz de la Serós, o Sorores, a instancias de Felipe II, edificando el
monasterio denominado vulgarmente «de las Benitas» por la regla seguida
en él.
El recinto monástico se halla muy reformado y acapara su interés el
doble conjunto eclesial: la cripta primitiva y el templo de San Ginés.
Monasterio de las Benedictinas
El Fuerte de Rapitán
El Fuerte de Rapitán es una de las piezas más interesantes del vasto
patrimonio militar que se esparce por toda la comarca de la
Jacetania.
Se concibió a finales del siglo XIX como parte de la tupida red
defensiva que se pretendía construir de forma paralela a la línea
internacional de ferrocarril Oloron-Canfranc.
Fuerte de Rapitan
La Torre del Reloj
Torre del RelojLa Torre del reloj de Jaca es uno de los edificios más
llamativos que integran el casco histórico de la localidad.
Es una interesante muestra de gótico civil que fue construida en el año
1445 como parte de una residencia particular sobre el mismo solar en el
que se edificó el palacio del monarca aragonés, destruido por el fuego
en 1395.
En el pasado fue también sede del Merino, torre de la cárcel y desde
1986 ostenta la condición de sede de la Comunidad de Trabajo de los
Pirineos
Torre del Reloj – Jaca
La Casa Consistorial
La Casa Consistorial de Jaca es uno de los exponentes más interesantes
del plateresco aragonés. El edificio fue construido en dos fases durante
los siglos XV y XVI. Sin duda es la fachada el elemento más destacado de
la construcción.Ayuntamiento Jaca de actualidadviajes.com
Ruta de edificios modernistas
La modernidad llegó a Jaca con el cambio de siglo y el derribo de su
muralla medieval (1915), de la que solo queda un vano en su extremo
Este, el que está adosado al Convento de las Benedictinas o iglesia de
San Ginés.
9. y para comer en Jaca
C/ Carmen, 17,
22700, Jaca España
+34 974 71 02 12
La Tasca de Ana
C\ Ramiro I Nº3,
22700, Jaca España
+34 974 36 36 21
Restaurante Cobarcho
22700, Jaca España
+34 974 36 36 43
y algo mas económicos
Casa esteban
Escuela Militar de Montana, 38,
22700, Jaca España
+34 974 36 35 84
La Ribera
Calle Bellido, 6 bajo,
22700, Jaca España
+34 974 99 53 57
y desde aquí, ya nos dirigimos hacia el final de nuestra ruta,
10. La Estación Internacional de Ferrocarril de Canfranc

La Estación Internacional de Ferrocarril de Canfranc, Huesca
La Estación Internacional de Ferrocarril de Canfranc es un esplendoroso
edificio bañado de diversas influencias arquitectónicas que se concibió
como gran escaparate de España ante los visitantes extranjeros.
Imprescindible reservar previa en la Oficina de Turismo, online en la web
www.canfranc.es o llamando al Tel. 974 373 141. No se admiten reservas por
mail ni en el contestador automático. La Estación no dispone de servicio
de información y reservas.
HISTORIA CONSTRUCTIVA

Estación de Ferrocarril de Canfranc, Huesca
Así, tan sólo se hizo necesario unir mediante el ferrocarril Jaca con Canfranc y abrir el túnel de Somport (finalizado en 1914), situándola en el valle de los Arañones.
Las compañías Midi Francés y Norte de España presentaron el proyecto de la
estación internacional entre 1909-1910, empezándose a construir en 1915,
tras la Primera Guerra Mundial, y finalizándose en 1925.
La estación inaugurada por el rey Alfonso XIII entra en servicio en julio de 1928, conoce un momento de esplendor en los años treinta, y se cierra entre 1945 y 1949 por desacuerdos políticos con el gobierno francés.
DESCRIPCIÓN
Desde el punto de vista arquitectónico, consta de un edificio principal,
varios muelles para trasbordo de mercancías, y el depósito de
máquinas.
En su construcción se han utilizado diferentes materiales como el cristal,
el cemento y el hierro, propios de la arquitectura industrial del momento.

El cuerpo central cobija el vestíbulo donde se encontraban las
taquillas.
Grandes ventanales, pilastras de sabor clasicista y trabajo en madera de
gusto Déco se combinan para crear un espacio suntuoso.
En los cuerpos laterales, se acomodaban el puesto aduanero, la comisaría de
policía, correos y un hotel internacional. Disponía además de dos pasos
subterráneos.
Al exterior, estos volúmenes presentan tejado curvo apizarrado a cuatro
vertientes, y se coronan con cuatro pináculos apiramidados dispuestos en sus
flancos. Los dos pisos del cuerpo se abren mediante arcos de medio punto a
la zona de las vías y sobre estas dos galerías se abre una nueva teoría de
vanos abuhardillados en la cubierta apizarrada, que denota la clara
influencia de la arquitectura francesa.
En la actualidad nos encontramos con un edificio cercado, el acceso es
limitado y por visitas guiadas. Sin embargo, podemos pasear por los muelles,
contemplar el depósito de máquinas, con su estructura metálica, y las
diversas grúas que todavía permanecen a los lados de las vías. Se están
llevando a cabo diferentes propuestas de rehabilitación de este conjunto
histórico.
11. y para comer en Canfranc
El Boj Restaurante
Road N330A Km. 669,
22880 Canfranc España
+34 974 37 33 00
El Rincon de los Pirineos
Calle de los Arañones, 17, 22880 Canfranc España
+34 974 37 20 66
12. Otras Rutas Cercanas:
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