Iglesia de San Bartolomé, Logroño
Calle Laurel, Logroño
Puente de Piedra, Logroño
De origen neolítico perdido en los tiempos, esta ciudad riojana, paso obligado de los caminantes hacia Santiago y perla antigua enclavada entre los reinos de Navarra, Castilla y Aragón, hace gala de una historia tan amplia como fascinante.
Toda ella la descubriremos a través de sus épocas, asistiendo a sus luchas
medievales y a su devenir contemporáneo a través sus monumentos,
empapándonos de la vida que late entre sus calles.
Indice:
1. Como Llegar
Indice:
Para tráfico rodado las principales carreteras son la LO-20, la A-12, la
A-11 y la autopista AP-68, que comunica la capital riojana con Vitoria,
Bilbao, Pamplona, San Sebastián, Zaragoza, Soria, Madrid y Barcelona.
En autobús
La estación de autobuses se localiza en el cruce de la avenida Pío XII con
la calle Belchile . Hay conexiones diarias con las principales localidades
de España.
En tren
La estación ferroviaria está en la avenida de Colón, número 83. Hay líneas
regulares con distintos destinos españoles como A Coruña, Madrid,
Barcelona, Zaragoza, Valencia o Valladolid.
En avión
El aeropuerto se encuentra a 9 kilómetros de la ciudad, en el término
municipal de Agoncillo. Para llegar al aeródromo en coche se deberá seguir
la LO-20 y la N-232. No hay servicio de transporte público hasta el
aeropuerto.
A pesar de no contar con mucho tráfico aéreo, desde esta terminal sí hay
vuelos regulares a Madrid. El aeropuerto de Pamplona dispone de líneas
regulares con Barcelona, León, Madrid, Málaga, Palma de Mallorca y
Valencia. Más información, en la web de Aena.
2. Algo de Historia
Su topónimo procede de "GRONIO", raíz celta que significa vado, y hace
referencia a su nacimiento junto al río Ebro.
Cuentan antiguas tradiciones que Túbal, hijo de Jafet y nieto de Noé,
atravesando el Mediterráneo, fue impulsado hacia el interior de la
península ibérica hasta alcanzar la altura de Varea. Dejando a un lado
tradiciones y mitos, los orígenes de la actual ciudad de Logroño han de
asociarse a los de la romana Vareia.
Varea es actualmente una localidad integrada en su práctica totalidad
dentro de la moderna ciudad. También el origen de Logroño debe asociarse a
la celtíbera Ciudad de Cantabria.
En esta época (y durante toda la Edad Media hasta el siglo XI), un
embarcadero situado junto al monte Cantabria en el río Ebro, alimentaba el
comercio de la ciudad con el resto de la Hispania romana.
Había un puente romano sobre el río Ebro: el puente Mantible, cerca de
Assa (hoy un barrio de Lanciego, en la lindante Álava). Hoy en día se
pueden encontrar cerca de Logroño, junto al barrio de El Cortijo, los
restos de la calzada romana que venía desde Cesaraugusta y Calagurris,
adentrándose en la Tarraconensis.
Enfrente de la moderna Logroño, sobre el monte Cantabria, se encuentran
aún hoy en día las ruinas de la que fue ciudad celtíbera de Cantabria,
devastada por las tropas del rey godo Leovigildo (año 575).
Etimológicamente Cantabria significa «junto al río Ebro».
Antes de hablar de Logroño hay que mencionar otros emplazamientos que
existieron en su actual término municipal: la "Vareia" de los
romanos.
Varea es actualmente un municipio integrado en su práctica totalidad
dentro de la moderna ciudad.
Citada por los geógrafos antiguos como uno de los enclaves en la vía que
procedente de la península itálica llegaba hasta el occidente de España
era un núcleo de vital importancia debido a la condición del Ebro como río
navegable; y "Cantabria"que fue ciudad celtíbera, devastada por las tropas
del rey godo Leovigildo, y de la que se conservan numerosas ruinas.
De vital importancia para la configuración de la ciudad durante la Edad
Media, tiene el hecho de que el Camino de Santiago cruzaba por ella, así
como su situación fronteriza entre los reinos de Castilla, Navarra y
Aragón.
La ciudad fue arrasada por el Cid Campeador en el año 1092, fruto de su
rencilla particular con García Ordóñez. Alfonso VI fue el artífice de su
restauración tres años más tarde, con el otorgamiento del Fuero de Logroño
que contemplaba mejoras tributarias y libertades personales para sus
habitantes con el objetivo de incrementar la población de la urbe.
A partir del siglo XI, Logroño se convierte en una ciudad fuerte y
privilegiada por su situación geográfica. Afortunada tanto en el aspecto
económico como cultural, por proximidad al Ebro y por la decisión del rey
Sancho de Navarra de hacer pasar por Logroño el itinerario de los
peregrinos hacia Compostela, la ruta de comunicación más importante de la
Europa medieval.
Ya por aquel entonces, el territorio riojano era un centro de influencia
de primer orden gracias a sus monasterios y a figuras como San Millán de
la Cogolla, Santo Domingo de la Calzada y Gonzalo de Berceo.
En los siglos XV y XVI destacan varias fechas de importancia para Logroño:
el año 1431, cuando el rey Juan II de Castilla le honra con el título de
ciudad y 1444, con los títulos de "Muy Noble" y "Muy Leal".
En 1521, los logroñeses protagonizaron uno de los episodios más épicos y
recordados de nuestra Historia: la resistencia a las tropas francesas,
formadas por bearneses, labortanos, franceses y bajonavarros, y engrosadas
después por altonavarros, atravesaron Navarra para atacar Logroño.
Treinta mil soldados según crónicas de la época, comandados por el General
Asparrot sitiaron la ciudad.
El sitio comenzó el 25 de mayo, siendo el capitán Vélez de Guevara el
encargado de organizar la defensa.
Se convocó junta general de la ciudad en la Iglesia de Santiago y mandó a
Asparrot la siguiente misiva: 'Logroño no abrirá sus puertas al enemigo,
interim uno de sus habitantes tenga vida para combatir. Nos defenderemos
hasta la muerte'.
En cuanto a personajes importantes debemos destacar al general Baldomero
Espartero; el hombre que pudo ser rey, fijó su residencia en Logroño
durante gran parte de su vida y aquí murió en 1879.
Se conservan actualmente de la época, su estatua ecuestre en el centro del
Espolón y su palacio residencia (actual Museo de La Rioja).
Poco a poco el núcleo urbano de Logroño fue creciendo, rompiendo murallas
y aumentando su población. Se construyeron iglesias, edificios, plazas,
paseos, comercios...La ciudad fue consolidando como referente de la
provincia. Ya en 1833 se convierte en capital de provincia, la denominada
Provincia de Logroño, aunque no sería hasta los años treinta del siglo XX
cuando superó los treinta mil habitantes.
Desde 1982 Logroño es capital de la Comunidad Autónoma de La Rioja, la
menor de las 17 Autonomías españolas pero situada en uno de los primeros
lugares de renta "per cápita" dada su riqueza agrícola e industrial
Logroño ha sabido conservar con orgullo su pasado histórico sin frenar su
desarrollo hacia el futuro. Junto a un recuperado Casco Antiguo, la
urbanización reciente está dotada de amplias calles, avenidas, parques y
jardines. Además, es una ciudad de grandes servicios y posibilidades para
el ocio y el tiempo libre.
El Fuero de Logroño.
Situación y razones que originaron el Fuero. La nueva “puerta” de Castilla
Con Alfonso VI, Logroño, al igual que Nájera, pasaría a pertenecer a la
corona de Castilla. Por aquel entonces, segunda mitad del siglo XI, Nájera
era una ciudad de mayor importancia que el Logroño de esa misma época,
tanto por su antigua condición de corte navarra, como por la presencia del
Monasterio de Santa María la Real y su posición clave en la Ruta Jacobea.
Sin embargo, el rey Alfonso VI decide realizar una reorganización
territorial y traslada al entonces burgo de Logroño el peso político de la
zona, especialmente por motivos estratégicos y defensivos.
Es importante favorecer la repoblación de este territorio que garantice la
defensa de toda la comarca y del tramo riojano de Camino de Santiago,
convirtiéndose de esta forma, en ciudad-frontera clave en el paso del Ebro
y baluarte ante Navarra y Aragón.
Para ello decide otorgar a la ciudad un Fuero cuyo objetivo fundamental es
incrementar la población mediante la concesión de beneficios a los
habitantes. Se pretende así constituir un núcleo urbano sólido que además
desarrolle una importante actividad comercial.
Su posición geográfica y este ordenamiento jurídico serán las bases sobre
las que se desarrolle el Logroño medieval.
¿Qué significa el Fuero de Logroño?
Aspectos más destacables de este Fuero son:
La donación a la ciudad de terrenos, dotando al mismo de un amplio alfoz,
- conjunto de poblaciones dependientes y sujetas a su misma ordenación -,
a ambos lados del río.
El libre aprovechamiento de aguas, pastos y cultivos
La garantía de propiedad de las tierras ocupadas por la simple tenencia de
un año y un día
Se permite la venta y la compra de propiedades a sus habitantes, dentro y
fuera de la villa, sin carga señorial alguna
Se favorecen las actividades comerciales
El otorgamiento de rango de ciudadanía a los francos, - es decir, los
extranjeros (caso habitual son los ciudadanos franceses) -, asentados en
la ciudad, lo que implica un extraordinario grado de modernidad
La resolución de los trámites procesales en la villa por jueces locales
El Fuero hace también referencia a la organización del gobierno de la
villa y a su capacidad defensiva.
Historia de la vendimia riojana y San Mateo
Las fiestas de San Mateo son el resultado del extraño mestizaje entre la
época medieval y la cosecha del vino.
Tiene sus orígenes en la celebración que se hacía en honor a la Villa de
Logroño en el siglo XII.
La ciudad en su categoría de villa tenía el privilegio de celebrar aquí
una feria anual. De este modo se convirtió en una sede importante de
comercio. Dichas ferias fueron adquiriendo mayor relevancia y aumentaron
en frecuencia.
Durante la celebración de estas ferias iba ganando importancia el carácter
festivo y divertido de ellas. Es así como el vino, fruto de la tierra
riojana se introduce en los mercados medievales de la villa logroñesa.
La Feria más importante tenía lugar el día de Acción de Gracias, en
septiembre.
Los riojanos agradecían la cosecha recogida. La feria fue fijada para la
tercera semana de septiembre coincidiendo con el día 21, San Mateo, santo
que había sido recaudador de impuestos y convertido en patrón de los
mercaderes. Estas fiestas representan también el punto de partida de la
vendimia.
Hoy en día, las fiestas de San Mateo y de la Vendimia son las más
multitudinarias de La Rioja. En estos días los riojanos ofrecen los frutos
de la cosecha y el primer mosto a su patrona, la Virgen de Valvanera y
celebran el inicio de la vendimia pidiendo a la Virgen que el resultado de
ésta sea excelente.
3. Qué ver y qué hacer en Logroño
Logroño, no solo es la ciudad más importante de La Rioja, sino también su
capital. Históricamente, Logroño ha sido considerada una ciudad de paso y un
cruce de caminos. Muchos peregrinos del Camino de Santiago han pasado y
pasan por aquí, y para los amantes de la gastronomía y del buen vino, es uno
de esos sitios de visita obligatoria.
Es una ciudad de reducido tamaño (poco más de 150.000 habitantes) y muy
fácil de recorrer, con un casco antiguo lleno de estrechas calles y locales
donde se come muy bien. Puede verse fácilmente en uno o dos días,
disfrutando de todo aquello que la ciudad ofrece. Si vas a visitar la
capital de La Rioja y estás pensando qué ver y qué hacer en Logroño, aquí
tienes una serie de cosas que no puedes dejar de ver.
Logroño cuenta con
cuatro iglesias que poder visitar en su casco antiguo.
Una, la catedral, y las otras tres, las dedicadas a Santa María, a San Bartolomé y a San Santiago. No está de más acercarse a conocerlas todas, pues están muy próximas entre si.
Una, la catedral, y las otras tres, las dedicadas a Santa María, a San Bartolomé y a San Santiago. No está de más acercarse a conocerlas todas, pues están muy próximas entre si.
4. Concatedral de Santa María la Redonda
En plena calle Portales y vistiendo la conocida Plaza del Mercado se
encuentra la Concatedral de Santa María la Redonda, la iglesia más
importante de Logroño. Se le apoda como «la redonda» por la forma
octogonal de su planta. Dentro de la misma se encuentra un cuadro de
Miguel Ángel Buonarroti, conocido con el nombre de «La Crucifixión».

Concatedral de Santa María la Redonda, Logroño
Uno de los edificios más curiosos de Logroño es la concatedral de Santa
María la Redonda. Muchos se preguntarán por qué se llama así cuando no
tiene esta forma. La respuesta es que se construyó durante el siglo XVI en
el lugar donde antes había una iglesia románica que sí que era redonda.
La Concatedral de Santa María de la Redonda se encuentra en pleno corazón
del casco antiguo logroñés, enclavada entre las calles Portales y
Caballerías y la Plaza del Mercado. Se levanta sobre una primitiva iglesia
románica que en 1435 adquirió el rango de Colegiata, al fusionarse con la
de San Martín de Albelda.
Tal vez este hecho, unido al desarrollo económico y demográfico que iba
adquiriendo la ciudad, influyó en la decisión de realizar un nuevo templo.

Es una iglesia de planta de salón, con tres naves de igual altura,
separadas por grandes columnas y cubiertas con bóvedas de crucería
estrellada y de terceletes. En los laterales se abren capillas entre los
contrafuertes.
El ábside central es ochavado, habiendo desaparecido los laterales al
abrir la girola.
La construcción del templo se inició a comienzos del XVI y responde a un
modelo muy extendido en el norte de España. El retablo mayor consta de una
gran calle central con relieve de la Genealogía de Cristo, dos laterales
con imágenes de San Pedro y San Pablo y remate en ático con Cristo
crucificado.
Según la inscripción del banco, esta obra fue ejecutada entre 1684 y 1688.
La Virgen que corona la calle central es una imagen hispano-flamenca de
finales del siglo XV o comienzo del XVI. Las capillas laterales encierran
interesantes obras de arte.
Merece la pena detenerse ante la capilla situada junto al ingreso del
templo, llamada de Nuestra Señora de la Paz. En ella se encuentra la
imagen de la Virgen que da nombre a la misma y el relieve de de la
Resurrección que decora el sepulcro de Diego Ponce de León, personaje de
la nobleza logroñesa. Todo ello fue realizado por el Maestre Ansé, a
mediados del siglo XVI.
En la capilla contigua destacan unas tablas policromadas procedentes de un
retablo de la localidad riojana de Bezares, de la misma época. En el lado
izquierdo, en la última capilla, hay también otras pinturas sobre tabla
originarias del Palacio de Somalo, que formaron parte de un retablo
dedicado a la Virgen. Están firmadas por G. Coignet en Amberes, en 1584.

Sobresale el busto relicario de San Prudencio, gótico, realizado en cobre
dorado y plata, así como las arquetas de San Félix del Monte y San Funes,
romanistas de finales del siglo XVI o comienzos del XVII, y la de San
Prudencio, hispano-flamenca realizada un siglo antes.
Todas estas obras proceden del desaparecido monasterio de Monte Laturce,
que se asentaba en las proximidades de la localidad de Clavijo.
Tras el altar mayor se abre la girola formada por tres capillas
comunicadas entre sí. La del norte contiene el sepulcro del General
Espartero y su esposa Doña Jacinta Martínez de Sicilia, obra de 1888 del
escultor Juan Samsó.
La central alberga una pila bautismal de 1587 y una imagen de la
Asunción, procedente de Somalo, del siglo XV. Al frente, en el trasaltar,
hay una hornacina acristalada con un pequeño lienzo de la Crucifixión
atribuido a Miguel Ángel. La capilla del sur acoge el sepulcro del Obispo
Pedro González del Castillo, fundador de la misma en 1627.

El coro se cierra con una reja barroca y tiene una sillería de nogal
decorada con motivos arquitectónicos en los sitiales bajos y bajorrelieves
con figuras de santos en los altos, de mediados del siglo XVI.
En el trascoro, se encuentra una gran capilla denominada de Nuestra Señora
de los Ángeles. Es de planta oval y se cubre con una cúpula ochavada
decorada con pinturas al fresco, realizadas en 1770 por José Vejes.
El retablo principal es una obra rococó de hacia 1762, con imagen titular
de Nuestra Señora de los Ángeles, hispano-flamenca de finales del siglo
XV. Lo más destacable de este recinto es la escultura de Cristo yacente
articulado, en urna de maderas ricas, carey, bronce y plata. Fue donada al
templo en 1694 por Gabriel de Unsain, capitán de los Tercios de su
majestad y regidor perpetuo de Logroño. Cada miércoles santo los miembros
de la Cofradía del Santo Sepulcro sacan la escultura de su urna para
proceder a su limpieza.
A los pies del templo se abre la portada principal, construida a modo de
gran retablo con imaginería de alabastro. Flanquean el conjunto las
denominadas “torres gemelas”. La de la cara norte, torre de San Pedro, es
algo menor que la del sur, de San Pablo. Fueron iniciadas por Juan
Bautista de Arbaiza y concluidas a su fallecimiento por Martín de Beratúa
y Francisco Gorbea (1742-1762).
Son buen ejemplo de la monumentalidad de los campanarios barrocos
riojanos. Constan de cuatro cuerpos, los dos inferiores de planta
cuadrada, el tercero octogonal con esquinas decoradas con pequeños
templetes, vanos de medio punto y ojos de buey sobre ellos, y el superior
con basamento octogonal decreciente rematado en un cuerpo circular. Este
tipo de torre tiene su origen en la Iglesia de Santo Tomás de Haro,
extendiéndose después por la región, para después influir en el resto de
España.
El templo fue declarado monumento nacional en 1931 y en 1959 el Papa Pablo
VI la elevó a la categoría de Concatedral.
Asimismo es curioso el hecho de que sus torres se conozcan como las gemelas cuando una es un par de metros más alta que la otra. Las gemelas son iconos de la arquitectura clásica riojana. Tomaron como modelo la torre de la iglesia de Santo Tomás de Haro y también se pueden encontrar en otras localidades como Santo Domingo de la Calzada o Briones.
La concatedral de Santa María la Redonda está edificada en una zona
pantanosa a escasa distancia del río Ebro.
La cimentación se realizó con sarmientos, los vástagos de las vides, ya que no se pudren con la humedad por lo que reparten bien las cargas y absorben los asentamientos.
La cimentación se realizó con sarmientos, los vástagos de las vides, ya que no se pudren con la humedad por lo que reparten bien las cargas y absorben los asentamientos.
Aquí se conserva un cuadro atribuido a Miguel Ángel, El Calvario, que
pintó esta tabla para su amiga Vitoria Colonna.
5. Iglesia de Santa María de Palacio
Esta iglesia fue construida entre los siglos XII y XIII, y lo más característico de ella es la aguja del siglo XIII que decora su techumbre.

Junto a ella, encontramos la torre, obra del arquitecto Juan de Acha a mediados del siglo XVI.
Se encuentra situada en la calle Marqués de San Nicolás, más conocida como
calle Mayor, y es la única que conserva claustro. Sus orígenes se remontan
a una iglesia anterior, Santa María la Vieja, fundada por la Orden del
Santo Sepulcro, cuyos restos aparecieron en el patio del claustro.
Al parecer, gracias a una donación que hizo Alfonso VII “El Emperador”, se
decidió hacer una nueva construcción, la actual Santa María de Palacio,
que visitara después Carlos I en 1520.
Este templo tiene tres naves, transepto y triple cabecera, la central de
testero recto y las laterales ochavadas, comunicadas entre sí. La parte
más antigua es la zona de los pies, que se corresponde con las obras
románicas realizadas a finales del siglo XII o comienzos del XIII.

Iglesia de Santa María de Palacio, Logroño
En el ángulo suroeste se levanta la torre campanario (1549-1552),
formada por cuatro cuerpos. Bajo ella, al sur, la portada (1626- h. 1628),
estructurada en un gran arco de medio punto que protege un retablo
clasicista de dos cuerpos.
En el primero se encuentra el ingreso y en el segundo una hornacina en
arco de medio punto alberga la imagen de la Asunción de la Virgen,
flanqueada por escudos imperiales.
En el pórtico de entrada, se conservan restos arquitectónicos de la obra
románica en el muro sur, y una pila de agua bendita de 1747. Sobre la nave
central se levanta una linterna de planta octogonal, conocida como “la
Aguja”, que es uno de los elementos más significativos de la ciudad.
Es una obra gótica construida bien entrado el siglo XIII. Tiene forma
piramidal con buhardillas en las que se abren ventanas de arcos apuntados,
decoración de “crochets” en las aristas y vanos geminados en los cuerpos
altos. Esta estructura no es visible desde interior, ya que fue cegada en
el siglo XVIII por problemas de estabilidad.
En el lado norte se encuentra el claustro de planta irregular, con
intervenciones desde el siglo XV al XVII. Destacan unos grandes lienzos
con escenas de la vida de Jesús, realizados por el pintor José Vejes a
mediados del siglo XVIII.
Entre el claustro y la sacristía, está la Capilla de la Antigua, donde
destaca un retablo barroco con la imagen de la Virgen titular, realizada a
finales del siglo XII o comienzos del XIII, con las cabezas rehechas en
época posterior; y el sepulcro de Juan de Vergara yacente, obra de
comienzos del siglo XVI.
Iglesia de Santa María de Palacio, Logroño
En el interior, el ábside central acoge el retablo mayor, obra romanista
de mediados del siglo XVI, realizado por el escultor Arnau de Bruselas,
discípulo del aragonés Damián Forment, con quien trabajó en la Seo de
Zaragoza. En él se narra la vida de Jesús, destacando en la calle central
la Última Cena, el Árbol de Jesé o Genealogía de Cristo y la Asunción.
Los ábsides laterales y las cuatro capillas del transepto tienen sus muros
decorados con frescos. Los pilares que separan estas capillas se decoran
con las esculturas de San Fernando (a la izquierda) y San Hermenegildo (a
la derecha).
Tanto las pinturas como las imágenes son obras barrocas del siglo XVIII.
En el primer tramo de la nave del Evangelio (izquierda), está la
capilla de San Agustín con dos arcosolios lobulados ciegos, de la primera
mitad del siglo XVI, construidos posiblemente para sepulcros.
En el muro este hay un Cristo crucificado de tamaño natural, manierista de
mediados del siglo XVI.
La siguiente capilla, dedicada a San Marcos, conserva dos tumbas en
arcosolio apuntado con cabezas de león en las tapas de los frentes y
escudos de armas de la familia Falces, construidas a finales del XV o
principios del XVI. Destacan en ella la imagen de Nuestra Señora del Ebro,
gótica del siglo XIV, y un crucifijo hispano-flamenco de finales del XV o
comienzos del XVI.
A los pies de la nave central, se encuentra el coro bajo, amueblado con
sillería clasicista de la primera mitad del siglo XVII y órgano barroco
realizado en 1797 y reconstruido en 1956.
En su interior aguarda un gran retablo de tríptico manierista que en principio estaba destinado para ser colocado en la Concatedral.
6. Iglesia de San Bartolomé

Iglesia de San Bartolomé, Logroño
Declarada Monumento Nacional en 1866, la iglesia de Bartolomé presenta una mezcla de estilos.
Del románico de sus orígenes (s.XII) a elementos góticos del siglo XIII pertenecientes al final de su construcción.
No hay unanimidad respecto a su origen y quiénes pudieron ser estos
personajes. A comienzos del siglo XX eran conocidos como “Los
Almendrones”.
Se le representa de pie, mostrando las llagas de sus manos, junto a la
Virgen y San Juan Evangelista, acompañados de ángeles que portan los
instrumentos de la pasión.
La iglesia contó con un claustro al sur que sirvió además como lugar de
enterramiento, del que no quedan vestigios y se desconoce cuál pudo ser su
aspecto.
Su portada es en realidad su verdadera joya, con un pórtico en el que se representan 19 viñetas con la vida de San Bartolomé y el hallazgo de sus restos.
Declarada Monumento Nacional en 1866, la iglesia de Bartolomé presenta una mezcla de estilos.
Del románico de sus orígenes (s.XII) a elementos góticos del siglo XIII pertenecientes al final de su construcción.
Iglesia de San Bartolomé, Logroño
Situada en la plaza de su mismo nombre, es el templo más antiguo de los
que se conservan en la ciudad. Consta de tres naves separadas por pilares
octogonales; cabecera tripartita, siendo el ábside central semicircular y
los laterales de testero recto; coro alto a los pies y una capilla abierta
en el último tramo del lado de la Epístola.
Su construcción debió iniciarse en la segunda mitad del siglo XII,
correspondiendo a esa época la planta, que sigue una tipología típicamente
románica, los tres ábsides y parte de la torre. El alzado de los muros,
junto a los pilares a ellos adosados, y las crucerías sencillas son ya
obra del siglo XIII.
En el siglo XVI sufrió una importante remodelación, las naves se
cubrieron con bóvedas estrelladas y de terceletes, se añadieron nuevos
pilares y se edificó un coro alto a los pies.
Iglesia de San Bartolomé, Logroño
En el interior llama la atención la desnudez de sus muros de sillería,
pues las diversas remodelaciones y vicisitudes por las que atravesó el
templo llevaron a la desaparición del retablo mayor y otros objetos de
culto.
En la bóveda del ábside central quedan restos de pintura románica.
En la bóveda del ábside central quedan restos de pintura románica.
En la capilla de los Márquez, situada en el último tramo de la nave de la
Epístola (derecha), destaca la presencia de dos sepulcros yacentes, del
siglo XIV.
Iglesia de San Bartolomé, Logroño
Ambos sarcófagos son similares, se sustentan sobre esculturas de leones y
en la tapa se representan estatuas yacentes de caballeros, vestidos con
ropaje de la época y gorro con escudo cuartelado de águila y
esposas.

Iglesia de San Bartolomé, Logroño
A los pies de la iglesia se abre una gran portada con arquivoltas
apuntadas, obra gótica del último tercio del siglo XIII o comienzos del
XIV, aunque con evidentes reminiscencias románicas.
En las jambas, entre columnillas y bajo doseletes, se representan
episodios de la vida de San Bartolomé (predicación en Armenia, curación de
un endemoniado, martirio…).
El tímpano fue desplazado en el siglo XVI para dar luz al coro. En él se
muestra la Parusía o segunda venida de Cristo el día del Juicio
Final.

Iglesia de San Bartolomé, Logroño
Se trata de una novedad iconográfica que no se da en ningún otro
lugar, pues Cristo-Juez no aparece sentado como es lo habitual.
Bajo esta escena, en el dintel, los doce apóstoles con sus atributos
correspondientes agrupados de dos en dos.
La torre campanario formó parte del sistema amurallado con que contó la
ciudad.
Se asienta sobre el ábside central y consta de cuatro cuerpos: el primero
y segundo de sillería combinada con ladrillo, de origen medieval, y los
dos últimos de ladrillo decorados con bandas de rombos, obra del siglo XVI
de estilo mudéjar.

En 1823, durante el Trienio Liberal, se suprimió el culto y el templo
quedó sumido en el abandono.
Iglesia de San Bartolomé, Logroño
Fue destinado a usos variopintos: hospital provisional, taller de
ebanistería, local de telégrafos, carbonera…
Se especuló reconvertirlo en Museo de Antigüedades Cristianas e incluso se
planteó su demolición y la utilización de su piedra para la construcción
de un teatro.
En 1899 los Jesuitas pasaron a ocuparse de él, quedando salvado de la
ruina. Recientemente se han derribado las edificaciones anexas al este que
enmascaraban el ábside. Es monumento nacional desde 1866.
Su portada es en realidad su verdadera joya, con un pórtico en el que se representan 19 viñetas con la vida de San Bartolomé y el hallazgo de sus restos.
7. Iglesia de Santiago el Real
Es la iglesia más antigua de Logroño.
La iglesia original data del siglo IX, aunque fue reformada bastante durante el siglo XVI.

Está situada en la calle Barriocepo, en el Camino de Santiago, sobre el
espacio que ocupó el templo anterior, destruido por un incendio hacia
1500. La construcción de la nueva iglesia se inició hacia 1518.
Iglesia de Santiago el Real, Logroño
Tiene una sola nave, capillas entre los contrafuertes, transepto y
cabecera ochavada de cinco paños con cripta. Se cubre con bóvedas
estrelladas, de terceletes y de crucería.
En el último tercio del siglo XVII, se prolongó el tramo de los pies con
tres capillas, situando en el centro el coro bajo cerrado por una gran
reja.
Al sur, se levanta la torre campanario, de cinco cuerpos, construida entre
1560 y 1570. Remataba con un chapitel, que fue desmontado en 1902 por su
excesivo peso.
A la derecha de la torre se sitúa la portada, realizada entre 1654 y 1662
con un diseño a modo de arco triunfal. Este arco cobija un retablo de dos
cuerpos. En el primero se abre el acceso a la iglesia y en el segundo se
encuentra la escultura de Santiago Peregrino.

Sobresale en la fachada un cuerpo que alberga la sacristía y la sala capitular. Ésta última, cuya construcción se con - trata en 1686, ocupa parte del antiguo cementerio de la parroquia.
Además de las iglesias, Logroño cuenta con algunos rincones interesantes que
bien merecen la pena ser visitados. A destacar, los siguientes:
8. Lugares por los que Callejear
Plaza de la Oca
Plaza de la Oca
La Plaza de la Oca es como se conoce popularmente a la Plaza de Santiago,
una pequeña plazoleta anexa a la iglesia del mismo nombre.
Se le conoce así por tener es su suelo pintado un tablero del juego de la Oca en el que están representados los distintos pueblos de La Rioja por donde pasa el Camino de Santiago.
Se le conoce así por tener es su suelo pintado un tablero del juego de la Oca en el que están representados los distintos pueblos de La Rioja por donde pasa el Camino de Santiago.
Calle Ruavieja y sus Calados
Podríamos definir a la calle Ruavieja como una de las arterias principales
de Logroño por la que los peregrinos pasaban para entrar a la ciudad.
Y es que esta calle, que nace desde el puente de Piedra, era uno de los caminos que usaban los peregrinos y visitantes para entrar en el corazón de la ciudad.
Y es que esta calle, que nace desde el puente de Piedra, era uno de los caminos que usaban los peregrinos y visitantes para entrar en el corazón de la ciudad.
Calle Ruavieja, Logroño
A lo largo de ella, hay muchos calados en los que antiguamente se hacía y se
almacenaba el vino, y que hoy en día se pueden visitar.

Calados de la Calle Ruavieja, Logroño
La Casa de Doña Jacinta
Al final de la calle Ruavieja nos encontramos con la bodega La Reja Dorada,
del siglo XVI, y que fue propiedad de la familia de Doña Jacinta, la mujer
del general Espartero. Hoy, una placa indica que en esa casa es donde vivió
Doña Jacinta.
Calle Laurel, La Senda de los Elefantes
Si hay una calle conocida en Logroño, esta es la calle del Laurel,
jalonada de bares y una de las zonas de copeo más famosas de España. Hay
unos 60 establecimientos donde se puede degustar la
suculenta gastronomía riojana a base de pinchos como las migas,
los matrimonios, los rotos o los champis, entre muchos otros.

Calle Laurel, Logroño
Una curiosidad: el nombre viene porque, antiguamente, las mujeres que ejercían la prostitución vivían en esta calle, y para que los clientes supieran cuál era la que estaba disponible, colgaban en los balcones una rama de laurel.
En épocas de crisis se veía toda la calle repleta de balconadas con laurel, lo que dio origen a su nombre. También se la llama popularmente “La senda de los elefantes”, por las posibilidades de salir trompa y a cuatro patas como estos paquidermos.
Una curiosidad: el nombre viene porque, antiguamente, las mujeres que ejercían la prostitución vivían en esta calle, y para que los clientes supieran cuál era la que estaba disponible, colgaban en los balcones una rama de laurel.
En épocas de crisis se veía toda la calle repleta de balconadas con laurel, lo que dio origen a su nombre. También se la llama popularmente “La senda de los elefantes”, por las posibilidades de salir trompa y a cuatro patas como estos paquidermos.
Calle San Juan
La Zona de la Calle San Juan, probablemente el único rincón del Casco
Antiguo que conserva la conciencia y vida vecinal de los barrios de
siempre al tiempo que mantiene su actividad comercial y hostelera de
forma totalmente integrada en el vecindario.
La convivencia de esta mezcla de actractivos –comercial, hostelero y
vecinal– le confiere un carácter especial que dificulta su clasificación
en función de una sola de ellas.
Una realidad vecinal
Desde tiempo inmemorial la calle San Juan conserva su vecindario y una
convivencia vecinal muy intensa más propia en estos días del medio rural
que de un entorno urbano. Sin embargo esta forma de relación entre los
vecinos de la calle y de éstos con los negocios instalados en la calle
se ha mantenido y fortalecido en el tiempo gracias precisamente a la
existencia de arraigadas tradiciones que como colectivo han mantenido
vivas.
Una realidad comercial
Pese a las variaciones experimentadas en los últimos años la calle
mantiene una destacada actividad comercial: desde la tienda de ropa
infantil, a una de curtidos y complementos, otra de complementos y
bisutería , pasando por tres librerías, dos de ellas editoriales, una
joyería, una carnicería y una panadería. Además acoge un comercio-taller
de decoración floral y un zapatero remendón.
Calle Portales
La arteria principal del casco antiguo de Logroño.
La calle Portales, atraviesa el casco antiguo de Logroño pasando por algunos de sus lugares más emblemáticos, como la Plaza del Mercado, la Concatedral, o al antigua fábrica de tabaco. Es una calle repleta de soportales, terrazas y tiendas, llena de ambiente tanto de día como de noche.
Aquí se encuentra la estatua ecuestre del general Baldomero Espartero, que estaba casado con una logroñesa, Jacinta Martínez de Sicilia. Fue un matrimonio muy querido por los habitantes de Logroño, y tras retirarse de la política, se fueron a vivir a lo que hoy es el Museo de La Rioja, ubicada en la Plaza San Agustín.

La calle Portales, atraviesa el casco antiguo de Logroño pasando por algunos de sus lugares más emblemáticos, como la Plaza del Mercado, la Concatedral, o al antigua fábrica de tabaco. Es una calle repleta de soportales, terrazas y tiendas, llena de ambiente tanto de día como de noche.
Café Moderno
El café Moderno es una institución en Logroño. Este café centenario de
cocina riojana y mesas de mármol, fue sede de tertulias de algunos de los
más importantes literatos, actores y bohemios que visitaban la ciudad. Hoy
en día, el café Moderno todavía tiene ese aire de haberse quedado parado
en el tiempo.
Uno de los lugares más emblemáticos de Logroño es el Café Moderno, situado en la calle Francisco Martínez Zaporta. Creado en 1916, varias generaciones han estado al frente de este negocio familiar por el que han pasado gran cantidad de artistas.
Una curiosidad: tiene su propio himno, “Fibra de pájaro”, de Daniel Bravo, que suena cada viernes y sábado por la noche.
Uno de los lugares más emblemáticos de Logroño es el Café Moderno, situado en la calle Francisco Martínez Zaporta. Creado en 1916, varias generaciones han estado al frente de este negocio familiar por el que han pasado gran cantidad de artistas.
Una curiosidad: tiene su propio himno, “Fibra de pájaro”, de Daniel Bravo, que suena cada viernes y sábado por la noche.
La Zona de El Espolón- Estatua de Espartero
El Paseo Príncipe de Vergara, también conocido popularmente como El
Espolón por los habitantes de Logroño es la plaza más importante de
Logroño.
Además de ser uno de lo pulmones verdes de la ciudad, el Espolón es también la zona financiera de la misma.
Además de ser uno de lo pulmones verdes de la ciudad, el Espolón es también la zona financiera de la misma.
La zona verde más conocida de la ciudad es el parque del Espolón, de
inicios del siglo XIX. En aquel entonces se llamaba espolón a toda
plaza pública que nacía fuera de las murallas.
Aquí se encuentra la estatua ecuestre del general Baldomero Espartero, que estaba casado con una logroñesa, Jacinta Martínez de Sicilia. Fue un matrimonio muy querido por los habitantes de Logroño, y tras retirarse de la política, se fueron a vivir a lo que hoy es el Museo de La Rioja, ubicada en la Plaza San Agustín.
También está La Concha del Espolón, uno de los escenarios más
habituales para celebrar conciertos y donde, en las fiestas de
San Mateo, que tienen lugar el mes de septiembre, se hace la ofrenda
del primer mosto del año a la Virgen.
9. Puente de Piedra
Es uno de los cuatro puentes que cruzan el Ebro en la ciudad de
Logroño. Elpuente que se ve hoy en día es obra de Fermín Manso de
Zuñiga, y es del año 1884, ya que el anterior puente, se derrumbó en
1871.
Puente de Piedra, Logroño
El puente de piedra es también llamado puente de San Juan Ortega, en referencia a la capilla en honor a este Santo que hay a uno de los lados del puente. Otro puente que merece también merece la pena ser visto y darse un paseo por él es el puente de hierro, muy cerca a éste.

El puente de piedra es también llamado puente de San Juan Ortega, en referencia a la capilla en honor a este Santo que hay a uno de los lados del puente. Otro puente que merece también merece la pena ser visto y darse un paseo por él es el puente de hierro, muy cerca a éste.
10. Casa de las Ciencias
Al otro lado del puente de piedra y justo enfrente del casco antiguo de
Logroño se encuentra la Casa de las Ciencias, un espacio en el que hay
exposiciones, se hacen talleres y se dan conferencias.
El edificio en el que se encuentra es el antiguo edificio del Matadero, un edificio de 1910 que está considerado como uno de los mejores ejemplos de arquitectura industrial de Logroño.

El edificio en el que se encuentra es el antiguo edificio del Matadero, un edificio de 1910 que está considerado como uno de los mejores ejemplos de arquitectura industrial de Logroño.
11. Cubo de Revellín y Muralla de Logroño
El Cubo de Revellín y su entorno constituyen los mejores ejemplos de conservación de todo lo que fue el recinto defensivo de la muralla de la ciudad de Logroño en el siglo XVI.
El cubo de Revellín, ha tenido varios usos a lo argo de la historia.
Empezó siendo un armazón defensivo, pero ha llegado a formar parte de viviendas e incluso a ser una sala de cine. Hoy, es visitable y en él puede verse un audiovisual de la historia de la ciudad.
12. Visita a sus Bodegas
Y hablando de calados y de vinos, otra de las cosas que hacer en Logroño es sin duda el visitar una bodega.

¿Qué es lo que haces cuando recién aterrizas en una ciudad?
Consultar la guía o internet para visitar sus lugares más
populares. Pues bien, si vas a Logroño , presta atención porque aquí lo último que te proponemos
es que te vayas de museos (que también, pero después…) .
Lo primerísimo que debes hacer es bautizarte en su calle más
famosa también conocida como la 'Senda de los Elefantes' . ¿Y por
qué? Pues porque antiguamente y, ahora también, los que la
transitaban de tanto que bebían se ponían trompa. Difícil es
llevarles la contraria porque es aquí, y no en ningún otro lugar,
donde vas a catar los mejores vinos denominación de origen de La
Rioja , tierra de vinos.
En su calle más famosa y alrededores vas a encontrar la mayor
concentración de bares por metro cuadrado de la historia. Lo mejor de
todo es que cada uno tiene un pincho estrella, que si un “cojonudo”, un
“roto”, un “matrimonio”,... Lo que se traduce en champiñones, orejas,
embuchados, pinchos morunos, pimientos, ¡ay, qué pimientos los de la
Rioja!
Toco bien acompañado con un cortito de cerveza, un zurito, un mosto o lo
que se tercie. Hemos resumido lo mejor de esta calle para que te
deleites con sus manjares, su buen ambiente y, de la mano de sus mejores
expertos, los que tienen la suerte de disfrutarla a diario.
¡Nos vamos de pinchos con los riojanos/as!
QUÉ PEDIR Y DÓNDE
Pincho de champi o champiñón con gamba en el Soriano (Travesía de
Laurel, 2)
El Soriano lleva alegrando la vida a sus comensales desde 1972. Este
pincho parece que no tiene mucho misterio, pero hacerlo tan bien es otro
cantar. Champiñones recién hechos a la plancha pinchados en un trozo de
pan, que también puede ser con gamba.
Champiñón a la plancha de Bar Ángel (calle Laurel, 12)
En el número 12 de la Laurel encontrarás este famoso pincho desde 1960.
Tres champiñones frescos montados sobre una rodaja de pan y coronados
con una gamba, todo bañado con una salsa de ajo cuyo secreto está
guardado bajo llave.
Careta de cerdo en La Tavina (calle Laurel, 2)
Este lugar es bar, restaurante y tienda de vinos. Pero lo que nos ocupa
ahora mismo son los pinchos que encontrarás en su barra. Los más
populares son la careta de cerdo, los pimientos rellenos y el lomo con
pimientos.
El pincho moruno y el Ibérico de los Páganos (calle Laurel, 22)
52 años haciendo pinchos morunos a la brasa con carbón vegetal es mucho
tiempo. También es aquí famosa su tortilla de patatas.
Las bravas del Jubera (calle Laurel, 18)
En la calle Laurel desde 1980 vas a probar las mejores patatas bravas,
un clásico que nunca pasa de moda.
La tortilla de patata en el Bar Sebas.
Pincho de sepia en el Mesón del Abuelo (calle Laurel, 1)
En el Mesón del Abuelo comerás bien, este lugar en la calle Laurel tiene
platos como la morcillita de burgos con pimientos de Tricio o sus
pimientos del piquillo para morirse de amor, pero si vas no puedes
perderte su pincho de sepia con salsa especial.
El matrimonio de Blanco y Negro (calle Bretón de los Herreros,
48)
En bar más antiguo de la Laurel, con 100 años de historia, vas a comer
su pincho estrella: el “matrimonio” de anchoas con pimiento verd e.
Tiene también opciones para celíacos.
El morrito del Charly (Travesía del Laurel, 3)
En el corazón de la Laurel encontrarás el morrito de cerdo frito del
Charly, aunque tampoco hay que decir que no a sus croquetas caseras.
Las setas del Cid (Travesía del Laurel, 1)
Imprescindible acompañar su mítico pincho de setas a la plancha con un
buen vino.
Tomates verdes fritos en la Taberna de Baco (calle San Agustín,
10)
También hay opciones para vegetarianos y veganos en la
Laurel , ésta de la Taberna de Baco es una maravilla.
El Cojonudo de El Muro (calle Laurel, 6)
Cayó el Muro de Berlín en 1989 y se creó otro en la calle Laurel con
20 pinchos distintos ; si vas a probar solo uno, quédate con el
“cojonudo”, picadillo de chorizo con huevito de codorniz.
Rotos de Los Rotos (calle San Agustín, 8)
Su especialidad, como bien dice su nombre, son los huevos rotos en un
bollo de pan tierno.
La tortilla de patatas del Bar Sebas (calle Albornoz, 7)
De Logroño no te irás sin almorzar su tortilla de patatas con salsa
picante.
Rabas de regadío en la La Taberna de Correos (calle San Agustín,
8)
La Taberna de Correos tiene una gran variedad de pinchos para
vegetarianos y celíacos, además de vinos ecológicos. Todos los 10 de
cada mes celebran la quedada veggie con pinchos vegetarianos
riquísimos como sus rabas.
Quejas de Las Quejas (calle Albornoz, 6)
Un bar típico riojano donde su pincho estrella es el bocatita Quejas,
bocata de jamón con setas a la plancha y queso fundido.
Tío Agus en Tío Agus (Travesía del Laurel, 4)
¿Y qué es el pincho de Tío Agus? Un bocata de pincho moruno adobado
con salsa secreta.
Bravas veganas Gárgonich (calle del Laurel, 14)
Además del gargonito, su hamburguesa de ternera, se abren camino hacia
otros públicos con una bravas veganas. La vida está llena de
contrastes en la calle Laurel.
Berenjena con queso azul en Casa Pali (calle Laurel, 9)
Aquí las berenjenas con queso azul son uno más de los 10 mandamientos.
Zorropito en la Gota del Vino (calle San Agustín, 14)
Tienes que probar uno de los pinchos más tradicionales de la Laurel:
el “zorropito”, un bocatita de lomo o bacon con salsa alioli.
Pimientos del padrón en Pulpería la Universidad (Travesía del
Laurel, 9)
Sí, aquí probarás el mejor pulpo a la gallega de la Laurel pero los
pimientos del padrón en La Rioja son un manjar que no puedes perderte.
Que nunca falten los pimientos del padrón en la mesa riojana.
14. Fiestas y Tradiciones
San Bernabé, celebrada el 11 de junio, donde se conmemora la
victoria y la resistencia del pueblo logroñés frente a las tropas
invasoras franco-navarras48 de Francisco I que sitiaron la ciudad en
mayo y junio de 1521.
Durante la celebración, la Cofradía del Pez reparte entre el público
asistente un pez frito (que puede ser una trucha), pan y vino, ya que
se dice que éste fue el alimento de Logroño durante la invasión
francesa.
Los Voluntarios de Logroño se visten con trajes de la época y organizan pasacalles y recreaciones del asedio, campamento de milicias logroñesas y campamento de las tropas francesas.
Los Voluntarios de Logroño se visten con trajes de la época y organizan pasacalles y recreaciones del asedio, campamento de milicias logroñesas y campamento de las tropas francesas.
La Virgen de Valvanera, en San Mateo.
San Mateo, se celebraba, hasta el año 2005, entre el 20 y 26 de
septiembre. A partir de 2006, se celebran en la semana natural que
abarque el día 21 de septiembre, día de San Mateo. Desde el año 1956
se denominan también "Fiestas de la Vendimia".
Los actos principales son el Pisado de la Uva y la ofrenda del primer
mosto a la Virgen de Valvanera. También se realizan corridas de toros,
degustaciones, conciertos, fuegos artificiales...
Son unas de las mejores fiestas del Norte de España, iniciadas con el
pregón del alcalde en la Plaza del Ayuntamiento y el ya popular
"chupinazo" (el lanzamiento del cohete iniciador de las fiestas) donde
se ha puesto de moda la "guerra" de lanzamiento de todo tipo de
alimentos como huevos, cava, harina, mostaza, tomates, etc.
Es típico ese primer día de fiestas ir de la Plaza del Ayuntamiento a
la calle Mayor (zona más importante de pubs y bares de copas de
Logroño) parando en los balcones y pidiendo a los inquilinos el
lanzamiento de cubos de agua.
Como en toda fiesta riojana que se precie, el vino y el zurracapote
(bebida tradicional riojana) recorre las calles en busca de gente que
aprecie su buen sabor...y claro, lo que después acarrea.
Semana Santa.
Además, durante la primera semana de enero, se celebra un festival de
culturas contemporáneas, conocido como Actual49 con música, cine y
diferentes expresiones artísticas.
15. y para Comer en Logroño
Kabanova
Calle del Laurel, 33,
26001 Logroño España
+34 941 21 29 95
Kiro Sushi
Calle Maria Teresa Gil de Garate 24-26,
26002 Logroño España
+34 941 12 31 45
La Arrancadilla
Calle juan II Numero 14, Bajo 1,
26007 Logroño España
+34 941 04 69 25
Emociones en Boca
Calle Benemerito C Guardia Civil 9,
26005 Logroño España
+34 941 21 32 68
Cachetero
Calle Laurel 3,
26001 Logroño España
+34 941 22 84 63
y algo mas económicos
Cafe Bar D&T
Avenida de la Paz 39 Bajo,
26004 Logroño España
+34 941 03 49 08
Bar Soriano
Travesía del Laurel 2,
26001 Logroño España
+34 941 22 88 07
Si en tu visita quieres hacer un FreeTour, o necesitas comprar alguna entrada para algún Museo o para realizar alguna actividad, en este enlace te lo pueden solucionan, click aquí
16. en los alrededores de Logroño
Clavijo

Clavijo, La Rioja

Clavijo está situado en lo alto del final del estribo de los montes de
Cameros que, bajando de la cordillera Ibérica en dirección norte hacia el
valle del Ebro, separa los valles de los ríos Leza e Iregua, así como las
comarcas Camero Viejo y Camero Nuevo que forman los Cameros.
Limita al norte con Alberite, al sur con Soto en Cameros y con Leza de
Río Leza, al este con Ribafrecha y al oeste con Nalda y con Albelda de
Iregua.
-Superficie: 19,5 km2.
-Altitud: 872 m.
-Núcleos de población, barrios o aldeas: la Unión de los Tres Ejércitos.
-Economía: localidad de economía básicamente agraria.
Castillo de Clavijo —monumento nacional desde 1931— que construyeron los
árabes antes del siglo X.
Se conserva muy poco de esta construcción, que pasó a manos de los
cristianos cuando esta parte fue conquistada por Ordoño II de León y Sancho
I Garcés de Navarra en el año 923.
Está situado en el primer escalón de la sierra de la Camero Viejo, desde
donde se divisa el desfiladero del río Leza.
Según la leyenda fue escenario de la batalla entre árabes y cristianos,
ganada por estos últimos gracias a la intervención de Santiago Apóstol.
Abadía cluniacense de San Prudencio que fue construida en el siglo XI
Agoncillo
Agoncillo es un municipio situado en la comunidad autónoma de La Rioja. El
aeropuerto de Logroño-Agoncillo, el único de la comunidad, se sitúa dentro
de su término municipal.
-Situación: pertenece a la comarca de Logroño.
-Superficie: 37,73 km².
-Altitud: 346 m.
-Núcleos de población, barrios o aldeas: la Villa de Agoncillo, el barrio
de Recajo, los Caseríos del Olivar, las Bodegas de la Atalayuela y la zona
de San Martín.
-Economía: hoy, pueblo pujante por su proximidad al polígono El Sequero y
también por una agricultura próspera, principalmente de regadío.
Museo Würth La Rioja expone arte contemporáneo internacional de vanguardia
de los siglos XX y XXI, además de ser sede de diferentes eventos a lo
largo del año.
El castillo medieval (de Aguas Mansas o Aguas Muertas), siglo XV, del que
se conserva la torre sureste levantada en los siglos XIII y XIV. En la
clave central de acceso se encuentra la Cruz de Calatrava. En este
castillo, declarado monumento histórico-artístico, se ubica actualmente el
ayuntamiento.
Iglesia parroquial Santa María la Blanca, del siglo XVIII, aunque su
primera construcción en sillería data del siglo XVI. Tiene planta
rectangular de tres tramos y distintas proporciones. En su interior
destaca el retablo mayor del siglo XVI y una imagen del Ecce Homo de
estilo manierista. Torre inclinada a los pies de la iglesia, obra de
Capelastegui.
y para comer en Agoncillo
Casa Rios
San Agustin 5,
26005 Logroño España
+34 941 50 20 86
Restaurante Asador Chusmi
Carretera Zaragoza 18,
Agoncillo España
+34 941 43 10 12
17. y otras Rutas Cercanas
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