Zamora se asienta sobre una meseta rocosa en la margen derecha del río
Duero, se la conoce por derecho propio como ‘la ciudad de románico‘ ya que
cuenta con el mayor número de iglesias de este estilo por metro cuadrado
de Europa.
No cometas el error de pensar que vista una, vistas todas. Son
tantas las historias y leyendas que esconden sus muros y tanto el valor
artístico que atesoran que de no hacerlo así pasarías de puntillas sobre
un legado que lleva esperándote nueve siglos.
Indice:
1. Cómo llegar a Zamora
Indice:
- Cómo llegar a Zamora
- Algo de Historia sobre Zamora
- Catedral de Zamora
- Santo Tomé
- Santa María la Nueva
- San Cipriano
- San Claudio de Olivares
- Santiago el Viejo o de los Caballeros
- San Juan de Puerta Nueva
- Santiago del Burgo
- San Esteban
- San Vicente
- Castillo y Murallas de Zamora
- Puente Románico de Piedra
- Las Aceñas de Cabañales
- De Tapas en Zamora
- Ferias y Fiestas de Zamora
- Para Comer en Zamora
- Iglesia Visigotica de San Pedro de la Nave
- Otras Rutas Cercanas
En tren

Zamora -> Madrid / Madrid - Zamora: diversas salidas de trenes ALVIA (línea AVE) y LD de lunes a domingo.
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Más információn: RENFE
Información y reservas. Tel. 912 320 320
Estación Renfe en Zamora: Carretera de la Estación, s/n.
En autobús
La ciudad cuenta con servicios regulares de transporte por carretera,
nacionales e internacionales.
Estación de Autobuses: Avda. Alfonso Peña, S/n. Tel. 980 521 281 – 980 521
282.
Avanza Bus:
La compañía Avanza Bus ofrece servicios directos y diarios a Madrid: 5
servicios de lunes a sábado y 7 servicios los domingos.
Tel. 980 520 952. Información y reservas: 91 272 28
32.- www.avanzabus.com / informacion@avanzabus.com
Alsa
La compañía ALSA ofrece:
Barcelona: 1 servicio diario. Los meses de julio y agosto ofrece 2
servicios diarios.
Oviedo: de lunes a viernes 4 servicios diarios y sábados y domingos 3
servicios diarios.
Gijón: de lunes a viernes 4 servicios diarios y sábados y domingos 3
servicios diarios.
Además de otros destinos como Sevilla y Cáceres.
Tel. 980 520 952. Información tel. 902 42 22 42 – www.alsa.es
En vehículo particular

Esta misma A-66, la autovía de la Ruta de la Plata, une Zamora con Salamanca a tan solo 64 kms.
Por la A-11 , en el tramo Zamora-Tordesillas, la Autovía se une a la A-6
que comunica con Madrid y la A-1 que comunica también con el norte de la
Península, exactamente con el País Vasco.
La N-631 que va hacia Puebla de Sanabria también enlaza con la A-52,
dirección Orense.
2. Algo de Historia sobre Zamora
Aunque los primeros moradores documentados son los vacceos, tribu
celtíbera de la Edad de Hierro que denominó a su castro Ocalam.
Período romano
La ciudad comenzó a crecer con la llegada de los romanos, bajo el nombre
de Ocellum Durii.
Formaba parte de la importantísima Vía de la Plata.
De ese período son las hazañas de Viriato, personaje lusitano que
se enfrentó al Imperio Romano en su imparable expansión por la Península
Ibérica.

De ahí viene el diseño actual de la bandera de Zamora con franjas rojas,
llamada Seña Bermeja.
Viriato
Viriato
Suevos y musulmanes
Zamora aparece documentada por primera vez en el Parroquial Suevo, escrito
del año 569 donde recibe el nombre de Senimure.
Se hacía constar que pertenecía al Reino Suevo.
Tras los suevos ocuparon la ciudad los musulmanes, con ellos recibió dos
nombres: Azemur y Semurah.
De éste último ha derivado el nombre que ha llegado hasta nuestro días.
Conquista cristiana
El rey Alfonso I de Asturias conquistó Zamora para los cristianos a
mediados del siglo VIII.
A pesar de dotarla de murallas, la ciudad pronto volvió a caer en manos de
los musulmanes.
Este intercambio de poder se produjo en varias ocasiones a lo largo de la
Edad Media.
Hasta que el rey Fernando I de Castilla la reconquistó definitivamente
para los cristianos en el siglo XI.Casco histórico de Zamora rodeado por
la muralla medieval
Edad Media
Fernando I de Castilla cedió Zamora a su hija Doña Urraca, comenzando un
período convulso entre sus tres hijos por la dominación de la ciudad.
Precisamente Sancho II de Castilla, hermano de doña Urraca, murió a manos
del noble zamorano Bellido Dolfos durante el Cerco de Zamora.
De estas contiendas, se quedó para siempre en el refranero español el
dicho de que “no se ganó Zamora en una hora”.
Fue entonces cuando se produjo un hecho inmortalizado en el romancero
español.
En la conocida como Jura de Santa Gadea, el Cid Campeador obligó a Alfonso
VI de León a jurar que no había tenido nada que ver con la muerte de su
hermano Sancho II.
El gran beneficiado fue Alfonso VI, tras la muerte de su hermano heredó el
Reino de Castilla, León y Galicia.
El hijo de doña Urraca y Raimundo de Borgoña firmó otro de los momentos
relevantes en la historia de Zamora.
Con el Tratado de Zamora, Alfonso VII cedió el Reino
de Portugal a Alfonso Enríquez.
El siglo XII fue un período de gran esplendor, de esa época son
las construcciones románicas que han llegado hasta nuestros
días.
Durante la Guerra Civil Castellana se posicionaron a favor del rey Pedro I
de Castilla.
Incluso llegaron a rebelarse contra Enrique de Trastámara, cuando éste
asesinó a su hermano y usurpó el trono.
Tras varias meses de sitio, Zamora finalmente capitula ante el coronado
rey Enrique II de Castilla.
Edad Moderna
La Edad Moderna acabó con la importancia histórica de Zamora.
Según se fueron trasladando las fronteras cristianas hacia el sur, se fue
perdiendo su valor estratégico.
Muchos de sus habitantes se vieron obligados a hacer las Américas, debido
a la precaria situación económica.
A principios del siglo XIX, en pleno proceso de recuperación económica,
estalló la Guerra de Independencia contra Francia.
Los zamoranos fueron valientes intentando repeler el avance de las tropas
napoleónicas con inferioridad de hombres y armamento.
Pero su esfuerzo fue en vano, porque en menos de un día los franceses se
hicieron con la ciudad y la ocuparon durante tres años.Edificios
modernistas del casco histórico de Zamora
Edad Contemporánea
La decadencia provocada por el período posguerra, se vio agravada por la
poca actividad industrial y comercial.
Así como por la Desamortización de Mendizábal y el traslado de la
Capitanía General a Valladolid.
Estos hechos dejaron aislada y empobrecida a una ciudad que tenía
prácticamente como única fuente de ingreso la agricultura.
La recuperación económica llegó a finales del siglo XX, cuando se
construyeron líneas de ferrocarril y carreteras que volvieron a conectar
Zamora con el resto de España.
¿Qué hay que ver en Zamora?
La respuesta es sencilla: mucho. Quizás por ser una de las capitales de
provincia más pequeñas de España, Zamora aún conserva un aire de ciudad
medieval por la mayoría de sus rincones.
Es una ciudad que se puede recorrer andando perfectamente, y probablemente
ese es uno de los motivos por los que la gente piensa que es una ciudad
que se ver en un día, y no, si quieres ver bien Zamora merece la pena que
te quedes más de un día.
El románico de la capital zamorana abruma por su carácter híbrido y
sintético, primorosa arquitectura de frontera, con acordes de solar romano
y exóticas notas morunas. Capaz de poner los pelos de punta por sus
arpegios francos y sus redobles de orden militar.
Románico umbral de la Extremadura leonesa, enhebró ingredientes ensayados
aguas arriba del Esla y se hermanó con savias castellanas llegadas desde
Ávila de los Caballeros para –siguiendo la vía de la Plata– fecundar los
focos salmantino y mirobrigense
Dividiremos estas iglesias en dos categorías: anteriores y posteriores a la construcción de la catedral. También podemos denominarlas del "Románico Pleno" y "Tardorrománicas".
Dividiremos estas iglesias en dos categorías: anteriores y posteriores a la construcción de la catedral. También podemos denominarlas del "Románico Pleno" y "Tardorrománicas".
Principales iglesias del Románico en Zamora
3. Catedral de Zamora
El edificio de la catedral debió alzarse sobre la fábrica preexistente de
San Salvador tras la restauración de la diócesis salmantina bajo la mitra
de Jerónimo de Périgord (1102-1120).

Catedral de Zamora
La desaparecida cabecera románica del edificio fue alzada durante el
largo episcopado de Esteban (1149-1174), siendo consagrado en 1174.
El claustro clasicista, que sustituyó al tardorrománico original destruido
por un incendio, fue trazado por Juan de Ribero Rada (1592) y construido
por Juan y García de la Vega y Juan y Hernando de Nates (1603).
La puerta del Obispo, Óptima o de Olivares, era atravesada por la calzada
romana procedente de Mérida, que cruzaba el río por el puente viejo y
ascendía hasta el recinto fortificado más antiguo de “la bien cercada”,
rumbo a la catedral y el carral maior (posteriormente rúa del Mercadillo y
de los Francos) camino de la Puerta Nueva.

La inmediata Puerta del Obispo, abierta en el brazo meridional del
crucero catedralicio, es una de las piezas señeras del románico occidental
hispano, presenta arquivoltas de lóbulos cerrados al estilo del Poitou,
aunque similares a los presentes en San Pedro y San Ildefonso, Santiago de
Burgo, San Martín de Salamanca y São Pedro de Ferreira, con columnas sobre
plintos estriados, florones cóncavos con una especie de alcachofas
centrales y cinco arquillos ciegos de medio punto superiores.
Los tímpanos dispuestos en el interior de los ventanales ciegos
laterales acogen relieves con Pedro apóstol y Juan evangelista, una
Virgen entronizada entre ángeles turife- rarios, amén del busto de un
hombre barbado y un dragón descabezados, apuntando hacia el estilo
derivado de la portada occidental de la basílica de San Vicente de
Ávila.

A morunos aromas de alcanfor, cardamomo y sándalo huelen sus
capiteles de pencas lisas, aunque los canecillos que coronan sus
cornisas exhalen cisterciense rigor, entre vaharadas de lentisco,
espliego y romero.
De finales del siglo XI y comienzo del XII) nos ocuparemos de Santo
Tomé, Santa María la Nueva, San Cipriano, San Claudio de Olivares y
Santiago de los Caballeros.
4. Santo Tomé
La iglesia de Santo Tomé es, sin duda, una de las más antiguas de las
conservadas en la ciudad de Zamora. Se encuentra ubicada en el sector
sureste del casco antiguo, a no mucha distancia de las orillas del
Duero.
Iglesia se Santo Tomé, Zamora
No hace mucho tiempo se ha convertido (año 2012) en la sede del Museo Diocesano de Zamora, por lo que alberga numerosas piezas de arte religioso, incluyendo capiteles románicos e imaginería medieval.

No hace mucho tiempo se ha convertido (año 2012) en la sede del Museo Diocesano de Zamora, por lo que alberga numerosas piezas de arte religioso, incluyendo capiteles románicos e imaginería medieval.
Se trata de un templo de origen monástico del primer cuarto del siglo
XII. pasando posteriormente al obispado de Zamora. Tras múltiples
reformas y destrucciones, nos debemos fijar en la cabecera de tres
ábsides planos. Seguramente el templo tenía también tres naves.
Es evidente la relación entre esta iglesia de Santo Tomé y Santa Marta
de Tera, al menos en lo relativo a la articulación de columnas y
ventanales más la decoración de ajedrezados, y en algunas iconografías
de capiteles, etc. por lo que se cree que algunos de los artífices de
Santa Marte de Tera se ocuparon de este edificio.
En esta iglesia tan primitiva se funde la tradición hispánica
prerrománica de ábsides con testero plano y el románico pleno del Camino
de Santiago, con su rica escultura y el marchamos jaqués del taqueado.
En el interior de la iglesia, actualmente no dedicada al culto y
habilitado para museo y visitas culturales, se aprecia un espacio
reformado diáfano en el cuerpo del templo, como consecuencia de la
supresión de los arcos formeros y sus respectivos soportes. Ello
proporciona una inhabitual pero impecable perspectiva de la citada
cabecera.
Los arcos triunfales son ligeramente de herradura, lo que confirma su
antigüedad y los resabios conservados de etapas prerrománicas
anteriores.
Desde el punto de vista escultórico lo más destacable son los capiteles
del ábside septentrional, donde aparece una escena doble de la Adoración
de los Magos (se repiten los reyes magos en la misma escena a ambos
lados del capitel) y también de pastores.
En el exterior, concretamente en el muro septentrional, se conserva una
puerta románica de arquivoltas de diversa decoración. En una
restauración reciente ha aparecido otra puerta en el lateral sur con
arco apuntado sobre columnas muy meteorizadas.
Los canecillos también están muy maltratados por el tiempo, pero se
adivinan un pequeño puñado de ellos de temática figurada e iconografía
interesantes. Uno en particular representa a un hombre acosado por una
serpiente.
5. Santa María la Nueva
La iglesia de Santa María la Nueva está situada en el límite oriental
del casco antiguo y fue escenario, en 1158, del sonado "Motín de la
Trucha" donde la plebe incendió la iglesia cuando se congregaba la
nobleza de la ciudad.

Iglesia de Santa Maria La Nueva, Zamora
Tras el incendio hubo de reconstruirse al filo del 1200. Afortunadamente el incendio respetó la cabecera original, de finales del siglo XI, y por tanto, una de las construcciones más antiguas de la ciudad.
Tras el incendio hubo de reconstruirse al filo del 1200. Afortunadamente el incendio respetó la cabecera original, de finales del siglo XI, y por tanto, una de las construcciones más antiguas de la ciudad.
Es destacable las arquerías superiores que voltean sobre finas
columnillas. En tres de los paños hay rudos ventanales con columnillas
decoradas con escultura casi de tradición visigótica.
La técnica es de bajorrelieve y la figuración muy ruda, con motivos como un hombre entre dos árboles, otro personaje picado por dos águilas, otro hombre con las manos dentro de las fauces de leones, etc.
La técnica es de bajorrelieve y la figuración muy ruda, con motivos como un hombre entre dos árboles, otro personaje picado por dos águilas, otro hombre con las manos dentro de las fauces de leones, etc.
Pila Bautismal de Santa Maria la Nueva
Muestra dos arquivoltas, una de acentuada herradura y dos columnas, cuyos capiteles muestran una sierena de doble cola y aves con sus cuellos entrelazados y una cabecita humana en el medio.
El interior no nos ofrece tanto interés. El arco triunfal es apuntado y
se comunica con una amplia nave diáfana, comunicada con la torre de los
pies que deja ver uno de los ventanales.
Precisamente en este espacio occidental se conserva una bonita pila bautismal románica de cubeta con personajes nimbados bajo arquerías.
Precisamente en este espacio occidental se conserva una bonita pila bautismal románica de cubeta con personajes nimbados bajo arquerías.
También hay un pequeño lapidario, y restos de una techumbre figurada y policromada (interesantes, los dragones). En el muro meridional de la nave hay restos de pinturas murales góticas.
Aunque fuera del contexto románico, a la iglesia de Santa María la Nueva
de Zamora se la conoce especialmente entre sus paisanos por el
espectacular Cristo yacente de mediados del siglo XVII, obra de Francisco
Fermín, uno de los discípulos aventajados de Gregorio Fernández.
6. San Cipriano
San Cipriano es otra de las iglesias antiguas de Zamora. Posiblemente, la
de mayor vetustez.
Posiblemente se edificó en una fecha próxima al 1100 (entre finales del siglo XI y primeras décadas del XII) si bien debió haber una segunda fase constructiva románica a mediados de la duodécima centuria y de la que queda la puerta y el campanario.
Posiblemente se edificó en una fecha próxima al 1100 (entre finales del siglo XI y primeras décadas del XII) si bien debió haber una segunda fase constructiva románica a mediados de la duodécima centuria y de la que queda la puerta y el campanario.

Iglesia de San Cipriano, Zamora
Así mismo fue muy reformada en el siglo XV, cuando las tres naves de que constaba, se unificaron en una sola mediante arcos diafragma transversales.
Así mismo fue muy reformada en el siglo XV, cuando las tres naves de que constaba, se unificaron en una sola mediante arcos diafragma transversales.
La cabecera es la original -aunque está bastante retocada- con sus tres
ábsides de muro plano, siendo el central algo más adelantado que los
colaterales, al modo de la arquitectura prerrománica asturiana. Los tres
citados ábsides cuentan con una ventana de arco sobre columnas.
En nombre de Dios. En honor del apóstol San Andrés este lugar recibió los
cimientos el día 2 de febrero de 1093.
En primer lugar el maestro de obra fue Sancho, con mano firme. (Siguió) Ildefonso con la ayuda de todo el concejo y puso la techumbre el maestro Raimundo. Hermanos, orad por sus almas.
En primer lugar el maestro de obra fue Sancho, con mano firme. (Siguió) Ildefonso con la ayuda de todo el concejo y puso la techumbre el maestro Raimundo. Hermanos, orad por sus almas.
Junto con el texto aparecen tres figuras humanas que a simple vista
podrían parecer los personajes citados, si bien dos de ellas aparecen
ataviadas y tocadas como mujeres casadas medievales.
También en el tímpano del ventanal del absidiolo del Evangelio hay otro
relieve de ruda talla. Se trata de varios personajes que parecen
participar de dos relatos bíblicos diferentes: el de la izquierda la
Ascensión de Cristo y el de la derecha el Sacrificio de Isaac.
Por su parte, en el absidiolo sur, el respectivo tímpano muestra un total
de cuatro personajes, uno con bastón o báculo, otro con los brazos en
alto, el tercero apenas interpretable por la erosión más el último a la
derecha portando una cruz.
En el muro meridional se abre una puerta reconstruida con una inscripción
alusiva a la muerte de Alfonso VII en 1157. Precisamente en este muro hay
otro conjunto de sepulcros un tanto caóticamente dispuestas cuyo origen se
desconoce. Podrían ser del propio templo de San Cipriano, pero también de
la citada iglesia desaparecida de San Andrés.
El primitivismo y rudeza de la escultura y el desgaste de la piedra no
permiten descifrar con seguridad las escenas representadas, aunque se han
dado numerosas posibilidades. Aparecen en ellas un herrero trabajando, la
figura de San Pedro, la bestia apocalíptica de siete cabezas y, un Daniel
en el foso de los leones, amén de un relieve apenas inciso de un crismón
con una inscripción que lo rodea con el nombre de los cuatro evangelistas.
Del interior nos importa la cabecera, aunque rápidamente apreciamos
reconstrucciones en las bóvedas y la modificación del arco triunfal del
ábside central, apuntado y mucho más alto que el original.
Los capiteles de los tres arcos triunfales se conservan. Son de gran
rudeza, de manos artesanales. En algunos se representan episodios bíblicos
como el Pecado Original y la Epifanía de los Reyes Magos. En otros, su
interpretación es más que dudosa. Hay uno que parece un combate entre
hombres y un león, muy similar a otro que vimos en la iglesia de Santiago
de los Caballeros. En otro aparece un guerrero, un obispo y otro
personaje, etc.
También hay que citar la existencia de otros dos crismones en el interior
de la iglesia de San Cipriano de Zamora. Uno se encuentra en el antipendio
de la mesa del altar y el segundo en el muro de lateral de uno de los
ábsides. Ambos son rudos pero tienen la peculiaridad de estar rodeados por
el Tetramorfos.
En el intradós del arco de la ventana del muro sur quedan restos de
policromía con la figura de un Maiestas Domini.
7. San Claudio de Olivares
La de San Claudio de Olivares es uno de los templos románicos más
interesantes del románico zamorano.
Se ubica extramuros, al sur del castillo y la catedral y muy próxima a
las aguas del Duero que a lo largo de la historia la ha inundado en
diversas ocasiones.

Se trata de un templo de buena época, no tardío, de una nave rectangular y
una ancha y no demasiado alta cabecera de ábside semicircular.
Actualmente aparece casi completemente liso, tuvo columnas adosadas.
Actualmente aparece casi completemente liso, tuvo columnas adosadas.
Exterior
Exteriormente, además del aspecto general del edificio, sobresale la
corona de canecillos del ábside donde aparecen -maltrechos por el
desgaste- numerosos canecillos figurados, entre los que no faltan escenas
de tareas agrícolas propias de un mensario como el labriego ante el fuego,
la poda de las viñas, las fiestas mayales, además de otros temas
costumbristas como dos hombre en pleno combate de lucha leonesa, un hombre
pesando con una balanza romana, un arpista, etc.
La puerta, que se encuentra en el lado norte es otro de los valores de la
iglesia, con una arquivolta repleta de figuración animalística (icluyendo
un Agnus Dei en la clave de la rosca inferior) y escenas iconográficas
bastante estropeadas alusivas a un calendario agrícola leído de derecha a
izquierda, cuya interpretación es la siguiente:
Febrero: dos personajes que podrían estar calentándose al fuego
Marzo: escena muy deteriorada que ha sido interpretada por algunos como un
hombre con azada en lo que sería la eliminación de malas hierbas o siega
de heno.
Abril: personaje con ramos de flores más un pájaro en el hombro.
Estaríamos ante la celebración de las fiestas mayales
Mayo: caballero con halcón practicando la cetrería. Un perro se ubica en
la grupa del caballo.
Junio: posible representación de la eliminación de cardos
Julio: la dovela está tan alterada que es completamente irreconocible.
Debería tratarse de la siega del cereal.
Agosto: Parece que hay un animal de carga en lo que podría ser la trilla.
Septiembre: dos personajes con una viña en el centro nos relatan la tarea
fundamental de la vendimia.
Octubre: trasiego del vino al barril
Noviembre: cerdos paciendo y engordando para la inminente matanza.
Diciembre: parece que se trata de un burro y una mula llevando leña para
paliar los fríos invernales.
Además existe una inscripción no muy legible que alude al reinado de
Alfonso X y la era de 1297 (año 1259), que debe ser unas décadas más
tardías que la construcción.
Interior
Con todo, es el interior de la cabecera lo más delicioso de este buen
templo zamorano.
En los capiteles de las columnas -incluyendo los de las arquerías
presbiteriales- hay esculpidos numeroso animales del bestiario fantástico,
entre los que destaca el famoso capitel de la pareja de centauros con arco
y lanza respectivamente y una sirena en uno de los costados.
Este capitel es prácticamente idéntico a uno existente en la iglesia asturiana de Santa María de Villanueva de Teverga, fechada a mitad del siglo XII, por lo que podemos datar la zamorana por estas mismas fechas.
Este capitel es prácticamente idéntico a uno existente en la iglesia asturiana de Santa María de Villanueva de Teverga, fechada a mitad del siglo XII, por lo que podemos datar la zamorana por estas mismas fechas.
También hay leones, grifos, sirenas ave, etc.
Hay una escena historiada interesante, la de Sansón desquijarando el león.
En todos ellos trabajó un artista o taller que caracteriza sus esculturas
por lo voluminoso de las figuras, por unos típicos rostros de pelo con
raya central, ojos saltones con pupila marcada a trépano y larga y
redondeada barbilla.
8. Santiago el Viejo o de los Caballeros
Se trata de una de las iglesias más interesantes y misteriosas de toda
Zamora.
Además de Santiago el Viejo y Santiago de los Caballeros, se conoció como Santiago de las Eras, por su ubicación campestre. Se desconoce si su erección fue de uso parroquial o monástico.
Además de Santiago el Viejo y Santiago de los Caballeros, se conoció como Santiago de las Eras, por su ubicación campestre. Se desconoce si su erección fue de uso parroquial o monástico.

El aspecto exterior es de suma modestia, con apariencia de fábrica de mampostería y sillares desalineados, aunque probablemente este desmañado aspecto se deba a un hundimiento y posteriores obras de reconstrucción (tal extremo se aprecia en el recrecimiento que ha acabado con casi todos los canecillos).
Su planta es de una pequeña nave con cabecera constituida por ábside
semicircular y muy corto presbiterio.
En el muro sur se encuentra una rudimentaria puerta románica de dos arquivoltas de medio punto con ancho guardapolvos ajedrezado.
En el muro sur se encuentra una rudimentaria puerta románica de dos arquivoltas de medio punto con ancho guardapolvos ajedrezado.
Su planta es de una pequeña nave con cabecera constituida por ábside
semicircular y muy corto presbiterio.
A pesar de su apariencia de ermita rural tardía, estamos ante otra de las iglesias más antiguas del románico zamorano, aspecto que se descubre inmediatamente al observar el magnífico interior de su cabecera, con arco triunfal de gran monumentalidad y magníficos capiteles.
En efecto, dicho arco está formado por varias arquivoltas en degradación -como una gran portada- de medio punto.
A pesar de su apariencia de ermita rural tardía, estamos ante otra de las iglesias más antiguas del románico zamorano, aspecto que se descubre inmediatamente al observar el magnífico interior de su cabecera, con arco triunfal de gran monumentalidad y magníficos capiteles.
En efecto, dicho arco está formado por varias arquivoltas en degradación -como una gran portada- de medio punto.
En la terna de capiteles de cada lado se pueden ver escenas de gran
complejidad.
En los casos más sencillos se adivinan aves, leones, dos personajes -hombre y mujer- rodeados por una serpiente que parece morder el pene del varón.
En los casos más sencillos se adivinan aves, leones, dos personajes -hombre y mujer- rodeados por una serpiente que parece morder el pene del varón.
Existen columnas en la nave que pudieron recibir los fajones de una
desaparecida bóveda pétrea de medio cañón, Tiene sendos capiteles muy
voluminosos y de compleja iconografía.
Presentan numerosos animales y personas -algunas con evidentes actitudes sexuales- amontonados en escorzos y extrañas posturas, que han sido asociadas al infierno o al pecado de la lujuria, pero se nos antoja harto difícil considerarlo más allá de simples suposiciones.
Presentan numerosos animales y personas -algunas con evidentes actitudes sexuales- amontonados en escorzos y extrañas posturas, que han sido asociadas al infierno o al pecado de la lujuria, pero se nos antoja harto difícil considerarlo más allá de simples suposiciones.
Principales iglesias Tardorrománicas
Aquí abordamos las iglesias de las últimas décadas del siglo XII y
comienzos del XIII, como San Juan de Puerta Nueva, Santiago del Burgo y
San Esteban.
9. San Juan de Puerta Nueva
La advocación original de esta iglesia es San Juan Bautista, aunque
también se la conoce por San Juan de Puerta Nueva por estar próxima a una
de las puertas de la muralla zamorana.

Este templo ha sido uno de los más alterados por derribos y reconstrucciones, desde el siglo XVI al XVIII, por lo que ha perdido su fisionomía original tanto al exterior como en el interior.
La edificación tenía tres naves rematadas en una cabecera de tres ábsides
planos y escalonados. Quedan restos del absidiolo de la Epístola, como su
muro de cierre y un ventanal. El resto de dicha cabecera quedó muy
modificado por la construcción de la torre.
Sin embargo, la fachada meridional se conserva bien, por fortuna, ya que
es verdaderamente espléndida y singular, tanto por su belleza como
originalidad.
La gran portada se articula mediante tres anchas y grandes arquivoltas planas en degradación o bocina, decoradas sus dos caras vistas con grandes flores octopétalas, que apoyan sobre cuatro grupos de soportes compuestos por la jamba más tres columnas exentas. Los capiteles son todos vegetales, a base de hojas volteadas.
La gran portada se articula mediante tres anchas y grandes arquivoltas planas en degradación o bocina, decoradas sus dos caras vistas con grandes flores octopétalas, que apoyan sobre cuatro grupos de soportes compuestos por la jamba más tres columnas exentas. Los capiteles son todos vegetales, a base de hojas volteadas.
El conjunto de esta puerta está rodeado por dos altas columnas que llegan
hasta el tejaroz soportado por canecillos. Entre éste y la puerta hay un
rosetón, que es considerado como el más bello de Zamora. Tiene forma de
rueda de carro con arquitos semicirculares prolongados en ocho columnillas
radiales que terminan en un marco octogonal con una cruz patada calada.
Si bien la fachada occidental es gótica, en el costado norte se conserva
otra puerta románica cegada, mucho más sencilla y convencional, con un
Agnus Dei, superada por otro rosetón, pero más sencillo que el meridional.
El interior, por su parte, está muy modificado, fruto de las sucesivas
reformas y reconstrucciones.
10. Santiago del Burgo
Bien restaurado, este templo románico denominado Santiago del Burgo, de la segunda mitad del siglo XII tiene planta basilical de tres naves rematadas en cabecera con tres ábsides planos, de tradición zamorana.
Tiene tres, en los costados meridional y septentrional, además de la que
se halla en el hastial occidental.
La puerta del muro meridional es conocido por su pinjante, mientras que la
la fachada occidental destaca por la belleza de los lóbulos de sus tres
arquivoltas.
El interior transmite una gran sensación de medievalidad, por su tamizada
oscuridad y el equilibrio de formas. Es destacable la altura de la nave
central.
Los apoyos están constituidos por pilares cuadrados sobre plintos y
semicolumnas embebidas a cada una de las caras. Los capiteles pertenecen a
dos escuelas, aunque en general ambos tipos inciden en la temática
vegetal.
11. San Esteban
La iglesia de San Esteban tiene cabecera tripartita con todos los ábsides
planos, al modo zamorano
El ábside central tiene un gran ventanal muy elegantemente articulado con arquivoltas y parejas de columnas.
El ábside central tiene un gran ventanal muy elegantemente articulado con arquivoltas y parejas de columnas.
Además, muestra dos ingresos en los lados sur y norte, con arquivoltas
aboceladas y de escocia de medio punto.
La puerta del sur es más grande que la norte.
La puerta del sur es más grande que la norte.
12. San Vicente
Otra de las iglesias románicas de Zamora que muestra elementos de interés
es la de San Vicente con su espigada torre campanario y su preciosa
portada muy decorada.
La torre tiene varios pisos separados por molduras horizontales y tres de ellos-los superiores- tienen troneras de arcos agudos en número ascendente de 1 a 3 a media que subimos.
Por su parte, la portada, aunque bastante erosionada en las arquivoltas
exteriores, tiene una rica decoración vegetal que recuerda un tanto a la
meridional de La Magdalena.
Cuenta, además, con tres pares de columnas con capiteles en muy diferente
estado de conservación. Uno de ellos es muy interesante por la acumulación
de animales del bestiario habitual románico, como leones, arpías y
dragones.
Otras iglesias románicas de Zamora En el apartado de 'otras iglesias'
de Zamora la nómina sigue siendo amplia.
Aunque no tengamos ninguna guía a mano, un sosegado paseo por las calles del casco antiguo de Zamora nos hará descubrir múltiples rincones e iglesias románicas.
Aunque no tengamos ninguna guía a mano, un sosegado paseo por las calles del casco antiguo de Zamora nos hará descubrir múltiples rincones e iglesias románicas.
Entre ellas citamos la de Santa María de Horta que es un templo muy tardío, posiblemente de las primeras décadas del siglo XIII. Son notables su ábside y sus portadas. Tampoco defrauda su interior aunque se aprecia ya que estamos ante un edificio tardío.
San Isidoro es una pequeña iglesita tardía que la hallaremos muy cerca de la
catedral y el castillo. Está muy bien conservada y restaurada.
En cuanto a la iglesia de San Ildefonso tiene una bonita portada que es un
claro remedo de la del Obispo de la catedral.
13. Castillo y Murallas de Zamora

Castillo de Zamora
Aunque nunca fue un castillo palaciego sino una fortaleza en la que
protegerse y proteger la ciudad, es el elemento que mejor define la
historia de Zamora, recibiendo, además, la máxima pro
tección dentro del Patrimonio Histórico Español en 1931.
Según las crónicas fue mandado construir por Alfonso II, aunque
estudios realizados por historiadores reflejan que realmente sería
mandado construir por Fernando I, por lo que el edificio dataría de
mediados del siglo XI, aunque de esta época quedan ya muy pocos
restos.
Asentado sobre roca y adaptado de forma natural a la plataforma
irregular del terreno, cuenta con inmejorables condiciones al ser la
cota más alta del cerro. Presenta forma romboidal, destacando sobre
ella tres torres, dos de ellas pentagonales y una tercera heptagonal.
Como todo castillo que se precie tiene foso, contrafoso, estancias,
liza y patio inferior aunque, por encima de todo, destaca la torre del
homenaje y el foso.
Murallas
El recinto amurallado germinal de la ciudad va desde el castillo hasta
el templo de San Ildefonso, aprovechando el fuerte desnivel de los
sectores norte y sur.
Fernando I pudo iniciar la construcción de un segundo recinto ceñido
al estratégico roquedo para salvaguardar los núcleos de poder, fijando
un reconocible eje urbano este-oeste al tiempo que se establecían
nuevos burgos, pueblas (la Puebla del Valle, a la vera del Duero) e
iglesias.

Hacia 1230 se irá alzando un nuevo recinto desde el torreón de Santa Ana hasta el de San Pablo, cercando el Burgo en cuyo interior convivía el caserío con parcelas ocupadas por huertos y eras.
Surgiendo entonces la Plaza Mayor como centro urbano, desde donde
arrancan las principales arterias de la ciudad: Santa Clara, San
Torcuato o Balborraz.
Se remataba la catedral románica y nacían los arrabales del Espíritu
Santo, San Lázaro, San Frontis y la Vega. Zamora “la bien cercada” era
para Juan Gil de Zamora (1250-1318) una valiosa Numancia.
14. Puente Románico de Piedra y sus vistas sobre el Duero

Puente de Piedra de Zamora
Construido en el Siglo XII y reformado en varias ocasiones, une el
centro de la ciudad con los barrios situados en el margen opuesto del
río Duero.
Es el más antiguo conservado y durante muchos siglos fue el único paso
del río en la ciudad. Cuenta con dieciséis arcos apuntados que cruzan
una de las zonas más anchas del río Duero.
Compañero del Puente Viejo o de Olivares del que aún hoy se aprecian
restos, fue reparado a lo largo de los siglos XIII-XIV a causa de las
avenidas. Esta circunstancia consolidó la importancia urbanística del
Puente Nuevo conocido hoy en día como Puente de Piedra.
En principio estaba almenado y tenía dos grandes torres defensivas en
los extremos, siendo una prolongación de la muralla del tercer recinto
que hasta allí llegaba.
Poseía además una capilla anexa en la parte izquierda dedicada a la
Virgen de la Guía, patrona de los caminantes, que hoy en día se
encuentra en la Iglesia del Santo Sepulcro.
15. Las Aceñas de Cabañales
Una aceña es un ingenio hidráulico situado en el mismo cauce del
río. Como cualquier otro molino de agua, permite triturar el grano
del cereal y transformarlo en la harina con la que más tarde se
elaborará el pan.
Aceñas de Cabañales, Zamora
Las aceñas se sirven de la fuerza que imprime la corriente de
los grandes ríos, capaz de mover unas ruedas de palas de grandes
dimensiones que se colocan en posición vertical.
En esto se diferencian de los molinos de agua convencionales
(también llamados molinos de rodezno), cuyas ruedas trabajan en
horizontal. Éstos además suelen situarse en cursos de agua de menor
entidad o bien al final de un canal que desvía parte del agua de un
río.
Junto a cada grupo de aceñas encontramos su correspondiente azud (en
Zamora denominado azuda), pequeña represa que cruza de forma oblicua
el cauce del río, dirigiendo la corriente hacia las aceñas y
asegurándoles un caudal constante.
Mecanismo de funcionamiento Aceñas
En Zamora las aceñas funcionaron durante más de mil años (su origen
se remonta a la Edad Media) y constituyeron en su conjunto uno de
los núcleos de actividad industrial y económica más importantes de
la ciudad.
En el tramo urbano del Duero encontramos tres grupos de aceñas en
buen estado de conservación, pese a que la hostilidad del río ha
obligado a realizar continuas reparaciones a lo largo de su
historia.
Muy próximas al Puente del Tren se encuentran las Aceñas de
Pinilla, que se mantuvieron en funcionamiento hasta la segunda
mitad del siglo XX y hoy son utilizadas como restaurante.
También en la margen izquierda se conservan las Aceñas de
Cabañales, muy cerca del Puente de Piedra y constituidas por dos
grupos de dos edificios. Unas y otras se hallan asentadas sobre
una estructura de sillería, aunque en la parte superior de sus
edificios se ha utilizado el ladrillo.
Las más célebres de la capital son las Aceñas de Olivares, de
cuya existencia ya hay constancia en el siglo X. Antiguamente se
denominaron también del Cabildo, por formar parte del patrimonio de la
Catedral de Zamora, al igual que las de Pinilla.
En su recuerdo podemos ver en la parte exterior de uno de los edificios
un Cordero Pas- cual grabado en piedra.
Debido a su gran producción harinera suponían la mayor fuente de
ingresos del Cabildo Catedralicio, a la vez que permitían disponer del
control de un alimento tan básico como el pan. En su interior, hoy
abierto al público, se ha ubicado el Centro de Interpretación de las
Industrias Tradicionales del Agua.
Aguas abajo, pero próximas a la ciudad, se encuentran las ruinas de las
Aceñas de Gijón y también las Aceñas de los Pisones. Ambas se encuentran
en la margen derecha del río y disponen también de un cañal para la
pesca.
16. De Tapas en Zamora
Un bar con todo tipo de tostas: de setas, de solomillo,
hamburguesitas con rulo de cabra, etc. Están todas buenísimas, pero
creo que me quedo con la fajita.
Como su propio nombre indica, la tapa típica de aquí es un chorizo.
Más concretamente, un trozo de chorizo a la brasa pelín picante con
pan zamorano.
16. De Tapas en Zamora
Zona Lobos (Entre Santa Clara y San Torcuato)
En la leyenda de la entrada se hacen llamar como «el rey de los
pinchitos» y toda la gente que allí se concentra así te lo hace
pensar.
Las comandas en El Lobo se piden diciendo la cantidad de pinchos
morunos que quieres que piquen y la cantidad de los que no piquen: «2
que sííííí, 1 que noooooo».
La tapa más famosa del Bambú son los tiberios que, aunque suene
extraño, no son más que mejillones con una salsa de tomate un pelín
picante. Además, también pueden pedir perdices (sardinas rebozadas con
o sin salsa).
Sí, los nombres que se gastan en este bar son… ¿diferentes?
Este bar tradicional es famoso por sus tostas de jamón y sus
triángulos.
A pesar de que considero que sus triángulos son muy parecidos a los
del Bayadoliz de la Calle Herreros, no he encontrado nada parecido a
sus tostas untadas de tomate con jamón, así que ya sabéis qué es lo
que pido cuando voy, ¿no?
El bar El Caballero tiene las mejores patatas de Zamora. Se pueden
pedir con 2 salsas: brava o alioli. Y cuando digo pedir con las 2
salsas, hablo de ponerlas a la vez (patatas mixtas).
Además de patatas, se pueden pedir chipirones, figones, crestas,
callos, etc.
Bar Cofrade (Tosta de solomillo con queso Valdeón)
A pesar de ser pequeño, dispone de un montacargas que conecta con la
cocina para que cada una de las tostas se haga al momento.
Nosotros somos fans de la tosta de solomillo con salsa de queso
Valdeón.
Zona Herreros
Estos sandwiches de jamón y queso se han hecho famosos por su salsa
secreta y por el «requemao» de fuera. También son famosas sus alitas
de pollo.
Buen bar de tapeo que, además, cada semana saca una tapa nueva.
Una de las tapas fijas es su croqueta de chipi y salsa alioli.
Sorprendente y muy rica.
Bar de Luz (Surtido de Tostas)
El chorizo (Chorizo a la brasa)
La Sal (Degustación de vinos)
El dueño de este bar es premio sumiller Nariz de Plata, así que no se
me ocurre nadie mejor que él para aconsejarte un buen vino para
maridar cualquier tapa.
En la calle Herreros se encuentra un bar fusión.
El Wine Bistro destaca porque es habitual ver mezclas de culturas
gastronómicas en su menú, como pueden ser las «mollejas a la japonesa»
o el «ramen zamorano» (ramen con panceta ibérica, tortilla de clara y
wakame).
Yo me quedo con la hamburguesa de lechazo con muselina de mostaza
porque se deshace en la boca.
Los caprichos de Meneses (Bacalao con helado de pimentón)
El restaurante «Los caprichos de Meneses» está ubicado en la Plaza San
Miguel y tiene una carta de tapas exquisita siendo el bacalao con
helado de pimentón su tapa con más éxito.
También tiene mucha salida la tosta de foie.
Además de estar perfectamente ubicada, la Cervecería Plaza Mayor tiene
una gran variedad de tostas realizadas al momento.
He probado la tosta de jamón con tomate y la tosta de revuelto de
gulas pero sin duda, me quedo con la tosta de queso de cabra con
mermelada de tomate y cebolla frita.
Entré al restaurante Metro porque era lo único que encontré abierto a
las 12:00h cerca de la Plaza Mayor y quedé gratamente sorprendido (por
calidad y precio).
Tan sorprendido quedé, que otro día decidí llevar a mi familia a cenar
de tapas.
Zona 3 cruces
Cada vez que entro al bar Antojo salgo encantado. Ahora no lo he
solido ver, pero solían hacer semanas temáticas para las comidas (yo
estuve en la americana).
Mi tapa favorita es el calimero, un moruno de pollo con salsa de
mostaza y miel que se come en forma de bocadillo (o no).
La Vinacoteca es famosa por sus embutidos porque están tan buenos y la
materia prima es tan buena que se puede comer y luego comprar para
llevar a casa (tiene una zona de venta de los embutidos que allí se
comen).
Yo siempre que paso por allí me pido una tabla (o media) de caprichos
de cecina rellena de foie y bañada en aceite (del bueno).
La Flaca Taberna Gastronómica tiene algunas de las tapas de Zamora más
originales.
Sin embargo, soy muy fan del rissoto y del que yo llamo helado de foie
que en realidad es un cucurucho de galleta con bola de foie y sirope
de caramelo de vino tinto de toro.
Otros bares de tapeo
Este bar de la calle Diego de Ordax 6 está especializado en la
tortilla de patata.
La puedes pedir sin salsa o con salsa que, a pesar de que digan que es
salsa de pimentón, es la salsa de los callos.
Este bar, ubicado en la calle del mismo nombre (cerca del
ayuntamiento), es uno de los más premiados de Zamora y casi siempre
que voy pruebo algo diferente y aún no tengo favorito.
Consejo: si visitas Zamora en Semana Santa, pide «dos y pingada» para
almorzar. ¡Seguro que no te defrauda!
17. Ferias y Fiestas de Zamora
Semana Santa de Zamora
La primera gran festividad es la Semana Santa, declarada Fiesta de
Interés Turístico Internacional y Bien de Interés Cultural.
Desde el Viernes de Dolores y hasta el Domingo de Resurrección,
procesionan por las calles del casco histórico 17 cofradías.
Romería del Cristo de Valderrey
El domingo posterior al Domingo de Resurrección es la Romería del
Cristo de Valderrey.
Es tradición sacar la imagen gótica del cristo en procesión por el
campo, para pedir por las buenas cosechas de año.
Romería de La Hiniesta
La siguiente celebración es el lunes de Pentecostés, cuando se lleva a
cabo la Romería de La Hiniesta.
Se trata de una tradición que se viene realizando durante más de siete
siglos.
La Virgen de La Concha, patrona de Zamora, se lleva en procesión para
encontrarse con la Virgen de La Hiniesta.
Día de la Virgen del Tránsito
El 15 de agosto es el Día de la Virgen del Tránsito, de gran devoción
entre los zamoranos, acudiendo a ella en los peores momentos de su
historia.
El escenario principal de la fiesta es el Convento del Corpus Christi,
donde se guarda la imagen yacente de la Virgen.
Ferias de San Pedro
Los días alrededor del 29 de junio se celebran las Ferias de San
Pedro, fiestas patronales de Zamora.
A lo largo de una semana se puede asistir a la Feria de la Cerámica,
la más antigua de su tipo en España
Así como a la Feria del Ajo, inundando de su inconfundible aroma toda
la ciudad.
También hay conciertos, romerías, verbenas, corridas de toro y un gran
espectáculo de fuegos artificiales como colofón.
18. Para comer en Zamora
El Porton
Calle Pablo Morillo 4,
49013, Zamora, España
+34 980 16 14 77
Portillo de la traicion
49011, Zamora, España
+34 980 03 02 64
La Sal
Calle Herreros 34,
49001, Zamora, España
+34 615 63 23 36
algo mas económicos
Calle Los Herreros, Zamora, España
+34 648 25 02 50
Bar El Lobo
Horno de S. Torcuato, s/n,
49014, Zamora, España
+34 980 53 41 65
Bar Chillón
Diego De Ordax, 6,
49003, Zamora, España
+34 980 51 50 87
Y si queremos Cenar en una Bodega del cercano pueblo de El
Perdigón:
Bodega Eduardo
Calle Torre 4,
49720 El Perdigón, España
+34 980 57 60 20
Bodega Pampano
Calle La Iglesia 31, 49720, Zamora, España
+34 657 83 49 29
y para ver en los alrededores de Zamora
19. Iglesia Visigotica de San Pedro de la Nave
Entorno histórico
Su traslado, que obligó a desmontarla piedra a piedra y volver a
montarla en el nuevo emplazamiento, permitió conocer mucho más
profundamente no sólo la estructura original de este monumento, sino
también las características del arte visigodo. A la vez fue restaurada,
sustituyéndose las piezas inexistentes por ladrillo.
Tanto por el diseño de su estructura y por la integración entre un
perfecto estudio de volúmenes, interiores y exteriores, y una decoración
escultórica excepcional para la época, como por el magnífico estado en
que se encuentra, es el monumento más interesante que nos ha llegado del
periodo visigodo y uno de los mejores del arte español altomedieval.
Su estructura es claramente la de una iglesia cruciforme, del mismo tipo
que las de
Bande,
Mata
y
Melque, pero de un momento posterior, cuando ya en esas iglesias se había
añadido a su dedicación funeraria inicial la utilización como iglesia
monástica, por lo que en este caso las dependencias laterales existen
desde su diseño original en vez de ser un añadido posterior como
pensamos que sucedió en las anteriores.
Descripción
Es de planta rectangular, en forma de cruz latina inscrita en un
rectángulo, con tres aditamentos de forma rectangular, uno hacia
Oriente, que forma la capilla mayor, y dos hacia Norte y Sur, que
constituyen dos pórticos laterales.

En la oriental ambas naves se continúan a los lados de la cabecera en
dos aposentos comunicados cada uno de ellos con la nave central por
medio de una puerta y una ventana de tres huecos, algo que no volveremos
a encontrar hasta casi doscientos años después en algunas iglesias
asturianas.
La iglesia tiene tres puertas al exterior, una al final de la nave
central y las otras dos, una a cada extremo del crucero y dispone de una
buena iluminación proporcionada por ventanas con arcos de herradura, en
algunos casos doble, en las naves laterales, la zona oriental de la nave
central, el cimborrio, la cabecera y el muro occidental.
En cuanto a su cobertura, la nave de crucero y toda la cabecera tiene
bóvedas de cañón semicircular peraltado sobre arcos torales de herradura
soportados por pilares cuadrados con columnas adosadas. El cimborrio
existente en la intersección de la nave central con la del crucero, que
tiene una ventana en cada uno de sus cuatro muros, estaba cubierto por
bóveda de arista en piedra, que se encontró derruida y ha sido
reconstruida en ladrillo.
También existen tres cámaras elevadas, se supone que para ocultar
tesoros o archivos, sobre la capilla mayor y los vestíbulos laterales.
Sobre la forma de cobertura de la parte basilical del edificio,
inicialmente se pensó que estaba cubierta por techos de madera, a dos
aguas la nave central y más bajos los de las naves laterales, pero
estudios posteriores de Cámara, Caballero Zoreda y Arce están apoyando
la teoría de Balbás de que estuviera totalmente abovedada.
Sobre este tema existen diversas interpretaciones, que van desde la
posibilidad de que corresponda a un diseño completo original como una
nueva variación buscando un tipo definitivo de iglesia, lo que ya hemos
observado en muchas de las construcciones que nos han llegado de los
siglos VI y VII, hasta la teoría de que, debido a un error en los
cálculos de los constructores iniciales que les impidió terminar la
obra, fueron sustituidos por un grupo de canteros distinto que la
continuó modificando el diseño original.
Desde nuestro punto de vista, tanto el magnífico estudio de volúmenes
exterior e interior, como la distribución de los distintos tipos de
decoración, repartidos en las dos zonas, y la sensación de conjunto
homogéneo que produce esta iglesia, nos hace difícil creer que las dos
partes tengan una autoría tan diferente.
No obstante entendemos que, como en otros casos, el desconocimiento de
la arquitectura visigoda en las grandes ciudades y de las
características del culto cristiano después de la conversión de
Recaredo, nos impide resolver de forma fiable las muchas cuestiones de
este tipo que nos encontramos en el arte altomedieval español.
Todos los arcos, excepto los de paso de los pórticos laterales al
crucero que son de medio punto peraltados, son de herradura trasdosados,
generalmente de un número par de dovelas y con una prolongación nunca
superior a 1/3 del radio que llega a ser de sólo 1/7 en los de las
puertas de los pórticos laterales, destacando el arco triunfal que
existe en la entrada del ábside, sobre columnas con capiteles decorados
e impostas incrustadas en los muros laterales.
También son de gran interés los cuatro arcos que soportan el cimborrio,
de herradura trasdosados sobre impostas comunes y con columnas adosadas
y capiteles bajo la imposta sólo en los dos de la nave central.
Toda la iglesia posee una magnífica decoración en impostas y capiteles,
completamente integrada en la construcción, con tres estilos
perfectamente diferenciados:
– El primero, arcaizante, tradicional en la península y en el arte
visigodo, con frisos de sencillas decoraciones geométricas en talla a
bisel y tallos ondulados con racimos muy toscos, semejantes a los de las
de las joyas del arte bárbaro. Corresponden a este estilo toda la
decoración de la capilla mayor, los capiteles y cimacios del arco toral
y las fajas decoradas que recorren los muros de la nave central y del
crucero a partir de dicho arco, además de las impostas de los arcos
exteriores y de las columnitas de las ventanas.
– El segundo de una calidad excepcional, atribuido al llamado «Maestro
de Nave», de tipo bizantino se observa en los frisos con tallos con
hojas y racimos, máscaras, cuadrúpedos y aves labrados profundamente. Se
puede observar en las impostas de arranque de las bóvedas de las naves y
de los arquillos de la cabecera de las naves laterales, en la decoración
de las cuatro columnas del crucero, y en los capiteles decorados con
aves.
– Y, por último, quizá del mismo taller que el anterior, pero con una
nueva temática, posiblemente basada en la iconografía española
procedente de manuscritos miniados de la época, se encuentra en dos de
los capiteles del crucero que contienen historias religiosas como el
sacrificio de Isaac, Daniel en el foso de los leones o figuras de
algunos apóstoles, del mismo tipo de otros restos decorativos del siglo
VII..
20. Otras Rutas Cercanas:
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